-El siguiente periodo no trajo nada nuevo, mi profesor se veía frustrado al ver que mi rendimiento no bajaba a pesar de estar tanto tiempo fuera, y yo con una mirada de satisfacción absoluta, Angie seguía mostrando su buen rendimiento y Diego solo atendía en clases.
Apenas termino el periodo era hora de almorzar Diego se unió a mi y Angie no dejaba de recibir peticiones, pero las rechazo todas y a lo Moisés empezó a pasar y apartar a la gente que quería su atención, a algunos los ignoraba y con otros se disculpaba, hizo esto hasta que logro llegar a nosotros.
-Cual estrella de Hollywood- Diego se reía.
-Solo le faltan luces y música- Me uní a la risa de Diego
-Amber, Diego… no es gracioso y presiento que esta atención excesiva no será solo por hoy- La compadezco yo no resistiría tanta atención.
-Bueno agradezco no ser yo, no sabría manejar tener tanta gente invadiendo mi espacio personal- Diego asintió.
-Bueno si lo piensas era lógico que reaccionarían así, los días que ustedes estuvieron fuera muchos estaban aburridos, aunque muchos no quieran admitirlo sobre todo cierta presidenta, tu y Angie son las que le dan vida a este lugar- Diego sonreía feliz.
-No siento que hagamos nada especial- Angie me miraba.
-Juro que yo no molestaba a Angie para caerle bien a nadie, lo hago para reírme yo- Diego se reía y Angie suspiraba.
- Bueno siempre se veía que te entretenías mucho con Angie, aunque luego siempre acababas con la directora- Nunca me importo en exceso.
-En el fondo son buenos tiempos y aunque no lo crean la directora no es tan mala, la que es cruel es la presidenta, ya que siempre agrandaba los problemas y claro parecía que en vez de hacer algo pequeño había poco menos que acabado con media escuela- Angie suspiro.
-Bueno Susana desde lo de la pintura ha querido expulsarte, es mas ¿cómo es que sigues aquí? – Diego miro a Angie interrogante.
-No me mires que ni siquiera yo sé cómo es que ella sigue aquí- Diego y Angie me miraron.
-Ni yo sé, desde lo de la pintura he ido una vez a dos veces a dirección por semana y no creo que sea solo por mis notas, que, si bien son buenas, los profesores me detestan no todos, pero si la mayoría- Diego me mira.
-Amber tampoco es como si tu actitud de “Me importa una cucaracha tu clase” sirva de mucho ¿sabes? - mire a Diego.
-No ofendas a las cucarachas que son mucho mas interesantes de lo que parecen- Angie suspiro- además no es que lo que enseñen sea aburrido es solo que ya me lo sé y además las aburridas no son las clases son ellos- Diego asentía.
-Si te lo sabes es solo porque te gusta leer bastante pudiste recuperar el ritmo de clases en solo cuatro días- pudo haber sido antes.
-Pude haberlo hecho mejor pero aquí mi amiga no me quitaba el ojo de encima- señalé a Angie.
-Tenias que mantener el reposo y conociéndote lo habrías hecho todo en dos días ya que te pones a hacer todo sin descanso así que tuvimos que forzarte a hacerlo- diego asentía.
-Debió ser duro- Angie asintió.
-No sabes lo terca que puede llegar a ser, por suerte tuve ayuda.
-Aun me sorprende lo rápido que los convenciste- Diego miraba confuso.
-Le pedí ayuda a mis padres, a los abuelos y padre de Amber- Diego asintió y luego puso expresión de sorpresa.
- ¡¿Angie conoces a los padres de Amber?! - Diego lucia sorprendido- nadie nunca los ha visto, es mas creo que la directora ni siquiera los recuerda.
-Eso es exagerado… aunque la ultima vez que vino mi padre creo que fue… hace cuatro años… creo- Angie suspiro.
-No me extraña, creo que ni siquiera Susana los conoce, aunque es normal casi no están aquí y ya en semana y media se marchan de nuevo- Diego lucia perplejo.
- ¿Amber con quien vives? - suspire.
-Esto será largo así que vamos a comer y te cuento- tome mi almuerzo y salí siendo seguida por Angie y Diego hasta sentarnos a la sombra de un árbol bastante frondoso- bien ahora por dónde empezar…- mire a las dos personas frente a mí.
Después de un rato explicándole mis circunstancias a Diego mientras comíamos con Angie algo inquieta por alguna razón acabe mi relato.
-ya veo…- Diego estaba procesando la información.
-Angie… ¿tan terrible es? Recuerdo que tú también reaccionaste así- Angie medito.
-Yo ya me acostumbré, pero alguien que lo vea de fuera… bueno me costo creerlo en un inicio, aunque si me preguntas, explica mucho de tu personalidad- Diego asintió.
-Es verdad, saber que desde pequeña aprendiste a cuidar de ti misma explica por que eres tan independiente y también por que sueles tener tan buenas notas, aunque me cuesta imaginar estar en el mismo lugar, yo no soy apegado a mis padres, pero si debo decir que no podría estar tranquilo yo solo en casa por meses enteros sin verlos- Angie asintió.
-Amber sabe como soy yo con mis padres y tampoco podría verme a los diez años cuidando de mi misma y haciendo todos los quehaceres de la casa en una casa vacía- Diego asintió.
-Bueno mis abuelos me educaron para saber qué hacer en cada situación, aprendí a pagar las cuentas por mí misma, los fines de semanas voy a casa de mis abuelos a comer y pasar tiempo con ellos y casi todas las tardes voy por mi desayuno y almuerzo a las tiendas o supermercados del barrio, es mi rutina, es algo que llevo haciendo muchos años- Diego me miraba.
-Suena… muy solitario… ¿no tenías miedo? - negué.
-Cuando te acostumbras a algo, ese tipo de cosas no suelen importar, además si hubiera tenido miedo por esas cosas probablemente Angie no sería mi amiga ahora- Le sonrió a Diego, pero en eso Angie se atraganta y empieza a toser.
- ¿Angie te encuentras bien? - Diego le frota la espalda a Angie para que esta se tranquilice.
Luego de unos cuantos minutos donde Diego y yo tratábamos de normalizar a Angie esta lo consiguió tranquilizándonos tanto a mi como a Diego.
-Ya me encuentro mejor enserio- yo miraba a Angie.
- ¿Segura que estas mejor? - Angie rodo los ojos.
-Amber, Diego les aseguro que no me estoy muriendo así que quiten esas caras y tu Amber suelta el celular que no necesito ir a ningún hospital- habríamos ido con nuestro doctor de confianza o con Angela.
-Si sientes algo raro por favor dinos- Diego se veía preocupado.
-Menudos cabezotas, estoy bien enserio- Angie ya se estaba molestando así que con Diego decidimos dejar de insistir.
-Por cierto, Amber dime ¿qué harás apenas acabes de estudiar? - medite.
-La verdad no lo se talvez algo relacionado con las matemáticas o con la lectura, pero si te soy honesta no lo he pensado seriamente, tengo 16 aun- Diego asintió.
-mm pensé que ya sabrías lo que querías hacer- Yo negué.
-Bueno he estado con muchas cosas últimamente y no he tenido tiempo de pensar en ello- Angie se veía pensativa.
-Bueno al menos tu y Angie no tendrán problema para entrar a ninguna Universidad sus notas son bastantes buenas.
- ¿Y tú Diego lo has pensado? - Diego lo medito.
-mm tal vez haga algo relacionado con el mundo de la cocina o tal vez incluso con la música- Con Angie miramos a Diego confusas.
-Ha es verdad no saben de mi afición, verán se tocar el violín y piano además suelo cocinar bastante en casa- Yo y Angie asentimos.
Estuvimos conversando bastante sobre nuestros hobbies y acordamos hacer la tarea los tres juntos después de clases en mi casa y así de paso podría ayudar a Diego con matemática.
Acabamos nuestro horario de almuerzo y regresamos al salón antes que el profe entrara, las dagas y miradas celosas seguían, pero ahora alternaban entre Diego y yo, aunque para mi eran mucho mas intensas, Angie me dijo que no le diera importancia y como para recalcar su punto me dio un pequeño beso en la mejilla que vieron absolutamente todos y Angie se fue muy tranquila a su asiento dejándome a mi como objetivo de cacería en eso Diego se me acerca y me susurra.
- ¿Estas absolutamente segura de que entre tu y Angie no hay nada? – Suspiré y negué.
-Diego, aunque quisiera, no creo que yo sea lo adecuado para ella, además Angie solo quiere molestar a la presidenta si miras a tu derecha veras a una presidenta muy cabreada y con deseos homicidas- Diego miro a la presidenta que estaba a punto de venir a mi pero justo llego el profesor gracias a Dios era el último periodo y luego podríamos ir a casa.
El periodo paso lento y yo solo pensaba en lo mucho que quería que el hombre cerrara la boca, diera la tarea y finalizara la clase para poder ir por mi querida moto y volver a casa, si bien estos últimos días no me he sometido a ninguna actividad demasiado extenuante, siento que las clases han drenado poco a poco mi energía.
Finalmente, la clase acabo, por suerte tenia todo guardado así que sin pensarlo tome mis cosas y salí del salón casi trotando con Angie diciéndome que la esperara, no me importaba yo solo tenia un objetivo y con cada paso lo veía más cerca.
Cuando la tuve frente a mi no lo dude ni un momento y la abrace, dios como la echaba de menos.
-Amber que te dije de que no debías correr- Angie me regañaba, pero no podía prestarle atención ahora.
-Amm Angie no creo que te este prestando atención- vaya Diego igual está aquí.
Lo siento por ellos, pero mi Moto es lo primero para mí en este instante.
- ¿En serio no quieres reconsiderar tu decisión Angie?, honestamente Garrido ya perdió la cordura y pensaba que era extraño verla desayunar en un parque a las 6 am- Aunque hay excepciones a la regla.
Voltee y ahí estaba junto a Angie y Diego mirándome.
- ¿No tienes nada mejor que hacer que andar juzgando a las personas por su comportamiento? - La presidenta suspiro.
-Garrido siento decirte que el mundo no gira en torno a ti y créeme si no fuera porque Angie salió corriendo como alma que lleva el diablo yo no estaría aquí- mire a Angie que se veía un poco desarreglada iba a acercarme para acomodar un poco su cabello, pero la presi se me adelanto y lo hizo ella, pero para mi fortuna Angie se alejó rápidamente colocándose a mi lado.
-Susana ya ríndete, no cambiare mi opinión y es todo lo que diré al respecto- La presidenta se acerco a mi hasta quedar a escasos centímetros de mí.
-No sabes cuanto te detesto Garrido- Sonreí.
-El sentimiento es mutuo querida presidenta- Susana parecía más cabreada.
-Podrías tener al menos la decencia de llamarme por mi nombre ¿no? - Lo haría si no se me olvidara.
-Podría si podría, pero entonces tendría que considerarte parte de mi vida y no quiero eso- Susana sonrió.
-Se perfectamente que esa no es la razón ya que si hay algo que se con certeza es que tu cerebro tiene problemas para recordar algo tan simple como lo es un nombre- si quiere burlarse de mi por eso, debería saber que no me afectara en lo absoluto.
-si es verdad que suelo no preocuparme por algo tan trivial, como lo es un nombre, pero debes saber que no es que no quiera ya que el de Angie y el de Diego ya no los olvidare- La presidenta negó.
-Honestamente me sorprende que no logres recordar el nombre de tu presidenta del concejo estudiantil, mas aun cuando cierta persona es muy cercana a mi y lo dice constantemente- Vi como la presidenta quería acercarse a Angie la cual se agarró a mi brazo.
-Lamento decirte que cierta persona no te quiere cerca- me puse de escudo entre Angie y ella- no quiero problemas, vete a casa Susana, ya tuve suficiente de ti por el día- Susana suspiro y se largó.
- Bien supongo que eso pudo haber sido peor- Diego suspiro.
-Ciertamente, pero nos controlamos bastante, pudo haberme golpeado de haber querido a pesar de que sentí que ganas no le faltaban- Sentí a Angie bufar.
-Si lo hubiera hecho ten por seguro que no se libra de otra cachetada- sonreí ante su puchero.
-Pensé que no querías que me peleara a golpes- Angie suspira.
-Hay una diferencia, si tú la golpearas acabarías peor que yo- Diego negó.
-Escuchen hay que evitar la violencia por lo menos por ahora, no importara incluso si nos tiramos los tres a la vez por ella por que tiene cuatro años de experiencia en defensa personal y ninguno de los tres ha estado en alguna pelea real- quise corregirlo, pero Angie hablo antes.
-Diego tiene razón, ninguno ha estado en una situación así y la verdad es que quiero evitar tener que llegar a las manos incluso cuando aprendamos a defendernos no quiero usar eso para lastimar a nadie- suspire.
-No era mi plan buscar pelea adrede, además incluso sin el conflicto de la presidenta mi abuelo hubiera insistido en entrenarme- Angie asintió.
-Bien entonces estamos de acuerdo en que por mucho que aprendamos a defendernos no seremos arrogantes ni nos pasaremos de la raya- tanto Angie como yo asentimos.
-Chicos vamos a casa quiero dejar mi moto y tenemos tareas- Angie y Diego asintieron.
Fuimos caminando rumbo a mi casa cuando en eso vimos a alguien parado frente a mi casa.
-Abuelo ¿Qué haces aquí? - Mire a mi abuelo.
-Ah Amber que bueno que llegas y veo que estas con Angie y Diego- Asentí, pero entonces caí en algo.
-Amm Abuelo ¿cómo sabes quién es Diego? - No recuerdo haberle dicho nada.
-Querida tengo mis medios- Diego a mi lado se veía nervioso.
-No te preocupes solo se lo básico de ti, por otro lado, quiero que los tres vengan conmigo quiero mostrarles algo- Mire a mi abuelo con curiosidad- Dejen sus cosas en casa y vengan conmigo.