Luego de que mi abuelo nos diera una demostración alucinante de artes marciales le pedí que nos regresara ya que debíamos estudiar y aun teníamos tareas que hacer, mi abuelo asintió, nos despedimos del maestro el cual me miraba muy serio pero no le di demasiada importancia, nos subimos de nuevo al auto de mi abuelo y nos regresamos a casa, aunque Diego empezó a preguntar a mi abuelo sobre nuestro futuro entrenamiento, así que para cortar por lo sano y para más comodidad mi abuelo paro el auto a medio camino y cambie de asiento con Diego haciéndolo ahora el copiloto mientras yo iba con Angie atrás.
Después de quince minutos donde Diego hablaba animadamente con mi abuelo y yo me entretenía viendo un capítulo del anime escuela de detectives en mi celular Angie me pidió el otro audífono y así nos fuimos viendo anime, claro hasta que mi abuelo nos dijo que habíamos llegado, Angie parecía desconforme con esto así que le dije que el fin de semana si quería hacíamos maratón para verla entera, la idea pareció animarla y nos bajamos del auto.
-Bien me voy, Amber tus padres fueron de compras así que podrán estudiar tranquilos- Asentí.
-Dale mis saludos a la abuela- Mi abuelo asintió.
-Gracias por la educación y demostración que nos dio hoy señor Garrido- Angie agradeció educadamente.
-Querida te deje tener un arma de fuego en mi casa, no hace falta ser tan formal, además ya tenemos bastante tiempo de conocernos- mi abuelo puso una mano en el hombro de Angie y dio una sonrisa suave que me sorprendió.
-no creo poder llamarlo de una forma tan informal-
-Puedes decirme abuelo querida, te considero parte de la familia ya- Mi quijada se desencajo.
- ¡ABUELO NO! - Pero que rayos está diciendo este hombre, mire a Angie y se encontraba con el rostro rojo, pobre seguro que le avergüenza ser tratada de esta manera.
-Amber… acostúmbrate- sentía la risa de Diego.
-No le metas ideas extrañas a Angie por favor…- Sentí que Angie me tomaba el brazo y miraba a mi abuelo.
-Hare… hare lo que pueda… abuelo- con cada palabra se ponía mas y mas roja y yo solo quería que la tierra me tragara, la risa de Diego seguía sonando, pero mi abuelo se veía satisfecho, demasiado satisfecho.
-Bien me voy que deben estudiar- Después de dejar a Angie hecha un desastre rojo a Diego riéndose mientras se despedía con la mano y a mi con jaqueca finalmente se fue en su auto… espero que no vuelva en un buen tiempo, últimamente ha estado muy pesado con lo de mi matrimonio… el cual no tengo… con Angie.
Decidi entrar, Angie no decía una palabra y Diego solo admiraba mi casa.
-Así que este es tu hogar- Asentí.
-Bueno ya viste el recibidor, dejaste tus cosas ahí después de todo- Diego asintió.
Tomamos nuestras cosas y propuse movernos a la sala principal ya que ahí se hallaba la mesa de comedor y una de las bibliotecas de la casa.
-Tu casa es enorme… ¿enserio pasas aquí sola casi todo el día? - Suspire.
-De verdad no es la gran cosa, además estos últimos días mi casa a tenido visitas frecuentes- Mire a Angie y esta me dio una suave sonrisa.
-Aun así, como es que podías cuidar de algo tan grande cuando eras pequeña- Aprendiendo.
-Mis abuelos me enseñaron… mi abuela me enseñó a limpiar mientras que mi abuelo me enseños sobre la economía, ya sabes las cuentas, administración del dinero y me enseño cosas académicas entre otras cosas viví con ellos hasta poco después de los 7 años, lo único que hasta el día de hoy no puedo hacer es cocinar- Diego me miraba como si no me creyera.
-Eras una niña…-
-Diego ya te lo he dicho no lo pienses mucho… además ella ya no esta sola- Mire a Angie que se veía segura y seria.
-Tienes razón y como te dije antes si necesitas ayuda con el tema de la cocina, puedo darte una mano soy bastante bueno mi familia me enseño a cocinar hace dos años así que no hay peligro conmigo- Angie sonrió.
-Bien entonces tu y yo estaremos a cargo de la cena tampoco tengo problemas con la cocina y ya he cocinado varias veces aquí- Me alegra saber que hay personas amables como Diego.
-Bien entonces empecemos antes de que sea más tarde- Diego y Angie asintieron.
Hicimos nuestras tareas, diego no era muy hábil con las Matemáticas, pero era muy hábil en Historia y Lengua era mejor que yo me atrevería a decir.
Angie al ser una estudiante aplicada no tenía mayores problemas salvo con algunos problemas con matemáticas que yo le ayudaba a resolver sin ningún problema.
Al cabo de dos horas las tareas estaban hechas y ya eran cerca de las 7:30 de la tarde.
-Se hace tarde, debemos empezar con la cena- Angie miraba el reloj de su celular.
-Vamos a la cocina- Diego guardo sus cosas y fue guiado por Angie a la cocina.
Yo opte por prender la tele y poner un canal de música para dar un poco de vida a la casa, al cabo de un rato opte por ir a la cocina.
-Amber tienes un montón de comida aquí- Asentí.
-Si, pero no tengo permitido prepararlo- Angie suspiro.
-Amber es lo que se llama un peligro mortal en la cocina- Diego enarcaba una ceja.
-Tan malo es… quiero decir es muy hábil en muchas cosas…- Angie asintió.
-Su historial es bastante malo-
-Ya veo, bueno como es algo tarde hagamos algo simple, ¿qué te parece paella? - ¿Paella?
-No sé dónde le vez lo simple a la paella, pero muy bien hagámosla- enarque una ceja.
- ¿Angie puedes ir preparando el arroz? Me encargare de los condimentos, especias y los demás ingredientes- Angie asintió y Diego se puso a buscar los ingredientes en los estantes.
Me puse a observar a los chicos cocinar, diego cortaba las verduras con habilidad, mientras que Angie cocía el arroz y le echaba las especias como Diego le indicaba.
Después de unos minutos sentimos como la puerta de la entrada se abría y de ahí aparecieron mis padres cargando bolsas, mi padre nos saludo animadamente mientras que mi madre solo nos dio un saludo simple antes de marcharse.
-Algo huele bien-Mi padre se acercó a nosotros.
-Están haciendo paella-
-y veo que te mantuviste lejos del fuego- Suspire
-Descuide señor Garrido, en mi guardia Amber no se acercará a ninguna cocina- Diego se reía.
-Me alegra escucharlo- A mi no.
-Diego este es mi padre, existe no es una leyenda- Diego se veía impactado.
-No sabía que hoy conocería a tu familia casi al completo- Mi padre se reía.
-Si bueno por el trabajo no me es posible estar en casa y veo que tienes habilidad con el cuchillo muchacho- Diego asintió.
-Si mi familia me enseño algunas cosas- mi padre se acerco y le dio indicaciones a Diego.
Antes de tan siquiera darme cuenta mi padre se puso a cocinar con ellos, les dio concejos y por alguna razón Angie estaba especialmente atenta, opte por dejarlos cocinar tranquilos y me fui al sofá a leer un rato ya que como dice mi abuela “Si no sabes, no estorbes”
Al cabo de veinte minutos Angie me saco de mi mundo y me dijo que ya estaba listo, la seguí a la mesa y me ofrecí a poner la mesa para ayudar en algo, mi padre accedió y se puso a servir los platos mientras yo ponía los cubiertos, los vasos y las servilletas.
Angie y Diego fueron poniendo los platos con paella en los lugares con cubiertos, aunque vi que solo pusieron 4 y éramos 5.
-Falta uno- Mire a mi padre.
-Tu madre cenara después, debe hacer algo de trabajo- mi padre se veía algo incómodo.
Opte por no preguntar nada y sentarme, Angie se sentó junto a mi mientras que mi padre y Diego se sentaron frente a nosotras, conversamos un rato hasta que salió un tema que no esperaba para nada.
-Angie ¿tú y Amber irán al festival escolar este sábado? - ¿eso era esta semana?
-El festival… no lo recordaba, con la licencia al final no pude ayudar demasiado- Es verdad ahora recuerdo yo pinte las letras…
-Podrían ir- Diego se veía entusiasmado.
-No suelo ir a esas cosas- Seguí comiendo.
-Deberías ir Amber- Mi padre me miraba.
-Pero no soy buena con las multitudes además ¿qué hay de bueno en el festival? –
-Bueno hay comida, concurso, actividades, algunos torneos y no olvidemos la fiesta nocturna con el gran bingo- Nada de eso suena atractivo…
-Podría ser divertido…- Angie se veía dudosa.
-Podrías darle una oportunidad Amber, además no estarás sola, Angie seguro se apunta y yo estaré en algunos torneos así que iré- Diego me miraba.
-Aun así… no le veo lo divertido-
-Podrías vencer a Susana en un torneo de Matemáticas que hacen- Mire a Angie.
- ¿Hay un torneo de Matemáticas? - Angie asintió.
-Ha sido la ganadora de todos los torneos, piénsalo eres mejor que ella en la materia- Mire a Diego y a Angie.
-Angie puede vencerla- Angie negó.
-Lo intente, pero no pude- Suspire.
Por un lado, eso sonaba interesante, pero por otro sentía que me estaban chantajeando.
-Amber Garrido tienes que ir a ese festival- Mire a mi padre.
-De que hablas-
-Pasas demasiado tiempo en casa y es justo y necesario que salgas de vez en cuando con tus amigos, además quiero que ganes ese torneo y demuestres que eres la mejor en Matemática, mi padre te enseño así que demuéstralo- Mi padre se veía tan emocionado que podías ver el fuego en sus ojos.
-Está bien lo pensare, no he dicho que iré, pero lo pensare- Mi padre lucía victorioso, mientras que Diego asentía y Angie estaba en silencio.
Acabamos la cena con mi padre y Diego tratando de convencerme para ir.
Al acabar la cena ya eran cerca de las diez de la noche y mi padre opto por ir a dejar a Diego a su hogar en auto, nos despedimos y le dije que acompañaría a Angie una parte del camino a su casa, mi padre accedió y se fue.
- ¿Tienes todo? - Angie asintió.
-Si, vamos que mis padres me esperan- Abrí la puerta y deje pasar a Angie, no hacia frio, pero estaba fresco, le preste un polerón mío a Angie que le quedaba un poco grande, pero la abrigaría lo suficiente.
Mientras caminamos opte por preguntarle.
- ¿Tú quieres ir verdad… al festival? - Angie suspiro.
-Te mentiría si dijera que no me hace ilusión ir contigo, pero no quiero presionarte además tu salud aun no es óptima y no quiero que te sientas mal o incomoda- Suspire… maldita amistad que me haces sentir esto.
-No te preocupes tanto, solo debo estar sin actividades extenuantes durante el resto de la semana, no es que caminar entre un montón de gente sea la gran cosa- desvié mi mirada.
-No es solo la muchedumbre lo que me preocupa… es Susana… si te enfrentas a ella en el torneo, querrá acercarse más a mi incluso si no vas probablemente trate de acercarse a mí a pedirme recapacitar y cosas así- frene en seco.
Es verdad… lo había olvidado… la presi tiene sentimientos por Angie si Angie va sola probablemente no disfrutara del festival por ella y no es solo ella, Angie atrae la atención de manera natural por su belleza… no puedo pedirle a Diego que la cuide y se ve que ella quiere asistir… mierda…
- ¿Amber? - Se acerco preocupada.
-No es nada, sigamos- No quiero ir, pero…
-Segura que estas bien? - Asentí y vi que estábamos por llegar a su casa.
- ¿Angie? - ella me miro.
-Si dime- Suspire.
-Espero que sepas jugar al bingo- Angie me miro con sorpresa en su rostro.
- ¿iras? - Asentí.
-Detesto las muchedumbres, pero detesto mucho más a la presidenta sobre ti arruinando tu diversión- Angie sonrió.
-Te quiero lo sabias- Se acerco a mí y me dio un suave beso en la mejilla haciendo que me sonroje y aparte la mirada.
-Lo sé, así que espero que me animes en el torneo- Angie sonreía.
-Lo hare cuenta con ello- me abrazo y yo correspondí y le sonreí.
-Diego se pondrá feliz- Suspire.
-No le digas por qué acepte o me molestara todo el día de mañana- Angie se rio.
-No tiene nada de malo- Para ti no, pero es vergonzoso.
-aun así, no se lo digas y déjame dejarle la duda de si iré o no por un tiempo más, al menos hasta el viernes.
-No seas así, Diego nos ha ayudado mucho- Angie me regañaba, pero yo solo pensaba en la cara de decepción de Diego cuando le dejara la duda de si iría o no al dichoso festival.
-Lo pensare- Angie me dio un suave golpe en el brazo.
-Si no se lo dices tú se lo diré yo y con todo lujo de detalles- que mujer…
-Bien se lo diré solo no le cuentes nada más- Angie parecía satisfecha.
-Bien entonces investigare sobre las actividades y mañana tendrás que inscribirte al torneo con el consejo estudiantil, descuida lo haremos con otros miembros ya que dudo que Susana vaya mañana a clases después de la paliza de hoy- me reí.
-Si mi abuelo se excedió, pero no diré que no lo disfrute un poco- Angie se acurruco en mi pecho.
-Tengo el mismo sentimiento- Nos reímos un rato hasta que fuimos interrumpidas por el celular de Angie.
- ¿Hola papa?, no, no estamos coqueteando… espera cuanto tiempo nos has visto… oye que no es eso…-Angie estaba sonrojada y discutía con su padre mientras yo pensé en burlarme un rato.
-Suegro no se preocupe que no tocare a Angie hasta el matrimonio- Angie se veía espantada por un momento y luego vimos a alguien salir de la casa de Angie corriendo.
- ¿Papa? – oh no…
- ¡¿Cuándo paso?!¡¿Por qué no me dijiste nada?!- El padre de Angie sacudía a Angie mientras que esta solo estaba pasmada- Tu abuelo lo sabe Amber… dios tenemos que planear la boda, tu madre se podrá muy contenta, ya tenemos el local elegido…- ¿El que?
- ¡PAPA PARA! - Angie se soltó de su padre un poco mareada.
-Amm señor, no tengo planes de casarme aun-
-Se que 16 aún es muy pronto pero solo deben firmar los papeles y comprar los anillos, tu abuelo te dará la autorización y yo te doy la bendición-
- ¿Papa de que hablas? Ni siquiera estamos saliendo-
-Claro que no tu está casada con Amber desde hace un año solo que no es legal- Me están dando ganas de salir corriendo de aquí.
-Papa por favor, Amber te estaba jugando una broma- El padre de Amber nos miró.
- ¿Segura que no debo ir a comprar los anillos? - Angie se veía pálida.
- ¡CLARO QUE NO! – Angie se veía molesta.
-Amber…- Me miro muy serio-Espero que mi hija tenga un anillo de matrimonio pronto así se lo pongas tu o alguien más- con esto dicho el padre de Angie se regresó a su casa.
-Amm ¿Qué acaba de pasar? -
-Pasa que mi familia está loca, eso pasa- Angie se veía agotada y por una fracción de segundo imagine como se vería Angie con un vestido de novia.
-Pues que sepas que te verías bien con un vestido de novia- Angie se puso roja en un segundo y yo me reí de buena gana.
- ¡Idiota! - trato de golpearme, pero evadí sus golpes y la abracé contra mí.
-Tranquila fiera-Angie se veía muy roja.
-Eres idiota- Lo sé.
-Pero idiota y todo me quieres- Angie estaba roja.
-Como no tienes idea estúpida- le di un beso en la frente y me despedí yendo de regreso a mi casa.