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Lágrimas de plata por Zero Shiro Rose

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Notas del capitulo:

Hoooolaaa!!

Siento mucho no haber actualizado antes, sobretodo ayer, pero mi cabeza, después de 6 exámenes en 4 días dijo "Hasta aquí hemos llegado" y quedó Kaput, por suerte esta mañana estaba inspirada y.... YA TENGO PLANIFICADOS LOS PRÓXIMOS 2 CAPÍTULOS!!

Zero: Muy bien (1 palmada) ahora solo te falta redactarlo.(¬_¬)

ZSR: Cállate (¬_¬)

En fin, espero que os guste mucho el capítulo y, otra vez, perdonarme por no cumplir lo prometido, dije el viernes y no pude U_U gomen.

 

“La suave melodía que creaba la orquestra invadía el enorme y lujoso salón, estaba completamente desprovisto de muebles e invitados, solo había una sencilla pareja en el centro de la sala, la cual bailaba al son de la música.

Con sus gráciles pasos parecían flotar sobre la pista, las miradas amatista y zafiro se reunieron en una sola a la vez qué sus brazos simulaban un tierno abrazo propio de amantes.

De pronto y con una sutil vuelta, el azabache reunió al peli plata de espaldas contra su pecho mientras sus fuertes extremidades envolvían con cuidado la delicada cintura del otro, se miraron a los ojos y acercaron sus rostros poco a poco.

-Zero…- pronunció el más alto con su profunda voz a la vez que seguía acercándose a los labios del nombrado.-Eres hermoso…-

-Noctis…- susurró sonrojado el peli plata, sentía sus manos sobre las del príncipe, en su cintura; el amplio y fuerte pecho pegado a su espalda; la cálida sensación de estar a salvo en esos fuertes brazos y el suave aliento del azabache en sus labios.- Idiota…- dijo con una suave sonrisa.

Sus rostros siguieron acercándose, Zero podía sentir el suave cosquilleo de los labios ajenos, apenas unos milímetros más y al fin se unirían.

Bipbipbipbipbip  bipbipbipbipbi”

Bipbipbipbipbipbipbip  <BAMP> calló el despertador tras un fuerte golpe.

El peli plata se incorporó en la cama bostezando antes de llevarse una mano a la frente.

“Estaba soñando otra vez con ese dichoso baile y con Noctis... Noctis ¡¿ME IBA A BESAR?!” pensó escandalizado “Imposible, eso es culpa del cava, seguro.” se levantó de la cama “Pero… ese estúpido príncipe cumplió su promesa, fue el primer y único baile que disfruté desde que tengo uso de razón, y lo cierto es, que no me importaría repetirlo.” sonrió y fue a arreglarse para empezar ese nuevo día.

Habían pasado apenas unos días desde esa experiencia “pasable”, según Zero, y Noctis no había tardado en restregarle al peli plata la forma en que bailaron toda la noche, los pisotones, que aunque pocos, recibió y él aseguraba que Zero soñaba con él y ese baile desde entonces, afirmación que, a pesar de ser negada por el menor, era cierta.

-¡Oi, ¿quieres despertar de una-?!- no pudo acabar la pregunta cuando vio qué la habitación, estaba vacía, con una ceja encarada abrió un poco más la puerta.

-Espero que no vayas a entrar en mi cuarto a escondidas- se oyó una voz detrás suyo que le hizo saltar del susto, se giró y allí estaba ese estúpido príncipe con esa maldita sonrisa arrogante en el rostro.- Aunque si es para una sesión privada de baile, entonces no tengo ningún problema .- Zero enrojeció.

-¡Cállate! Solo he venido a despertar tu culo perezoso porque tu padre quiere hablar contigo.- gruñó antes de pasar por delante.- Ahora vamos, te está esperando en su despacho.-

-Me encanta tu energía de buena mañana- comentó Noctis a su lado- te hace más lindo.- y rió al ver cómo las mejillas del peli plata se tornaban de un bonito color cereza.

Y tras un corto recorrido lleno de bromas por parte del azabache y contestaciones sarcásticas por parte del otro, llegaron al despacho del rey Regis, este les dedicaba una gran sonrisa y un brillo divertido llenaba sus ojos, Zero se quedó de pie en la puerta mientras que Noctis se colocó frente a su padre.

-Envidio a los jóvenes, siempre con tanta energía sin importar la hora del día. Se os oía muy animados por el pasillo, así que supongo que vuestra relación se ha hecho más cercana.-

-Sin duda padre, pero pese a ser cierto, Zero Kiryuu sigue siendo el guardaespaldas más borde y estricto que he tenido la desgracia de padecer.- comentó Noctis con otra sonrisa divertida, sobretodo cuando Zero lo fulminó con la mirada.- Es él quien posee tanta energía desde primera hora de la mañana, me sorprende que no haya sido hasta hoy que habéis oído su poderosa voz- Regis miraba de su hijo a Kiryuu y viceversa sin perder la sonrisa.- Porque yo la llevo escuchando desde nuestro primer encuentro en la fiesta de Pruebas de la Guardia Real.-

-Veo, sin embargo eso me alegra, precisamente por ese firme control y responsabilidad coloqué a Kiyuu-san como tu supervisor.- miró a Zero- Espero que, a pesar de estrechar lazos con mi hijo no dejes que se descontrole.-

-No lo haré Regis-sama, ¿Cómo podría hacerlo si su hijo es más tozudo que una mula y con un escudo cerebral más duro que la barrera que rodea a Insomnia?-

-¿A qué te refieres con eso, joven?- preguntó curioso el rey con respecto a la última frase.

-Quiero decir que a su hijo no le entran las normas en la mollera por más veces que se las repita.- Noctis sonrió de lado.

-En ese sentido tu eres peor qué yo, mi querido amigo, si no fuera por mí, Insomnia ya habría caído en una Guerra Civil interna.- se dirigió a su padre- Tendría que verlo en en las reuniones-

-No es culpa mía que esas sanguijuelas no sepan lo que es el espacio personal- se defendió Zero- Y tampoco que sean tan inútiles como para no ver un sencillo problema en sus cuentas. Por dios, hasta un niño de primaria lo haría mejor que ellos-

-Esa no es excusa para llamarlos idiotas frente a toda su junta directiva, y menos aún si estamos en una reunión con los altos jefes de las otras transnacionales.-así fue como empezaron con un rifi-rafe entre ellos, Zero defendía sus actos como “formas sencillas de ahorrarse dos horas en una estúpida reunión” a la vez que “hacer ver a esos arrogantes y pomposos empresarios sus infantiles errores”.

-Dicho de otra forma, que te regodeas demostrando que eres más listo que ellos.-

-¡Exacto!- contestó Zero con altanería- Aunque si tanto te molesta verme actuar así ¿Por qué nunca me has parado los pies en las reuniones? ¡Ah sí! Porque a ti también te divierte.- Noctis iba a contestar, pero su padre se le adelantó.

-Estoy seguro de que este tema puede llevaros mucho tiempo, pero ¿Por qué no termináis aquí por ahora?- miró a su hijo.- Lamento decirte esto, pero tus deberes de hoy han sido suspendidos a causa de la muerte del empresario Ascani Laudus, por ello tienes el día libre hijo, y por favor, no hagas que me arrepienta, su funeral será en dos días.- sonrió al ver el brillo travieso en los ojos zafiro de su hijo- Ahora, si me disculpáis, tengo mucho trabajo que hacer y estoy seguro de que vosotros también preferiríais estar en otro sitio.- y les indicó la puerta con un suave movimiento de cabeza.

Nada más salir por la puerta, Noctis avanzó a paso rápido hasta su cuarto con Zero siguiéndole de cerca, llegaron a los aposentos y el azabache corrió a encerrarse en el vestidor.

-Zero mandales un mensaje a Prompto, Gladiols e Ignis, diles que nos vemos en la puerta de entrada en 15 minutos.-

-Mejor les digo en una hora, porque con lo que tardas ya de por sí en las mañanas.- bromeó.

-Muy gracioso, pero yo, ya estoy listo.- salió del vestidor y Kiryuu vio cómo había cambiado de su traje negro de negocios a unas bambas negras, pantalones tejanos anchos y una camiseta de manga corta de color verde oscuro con la silueta de la cabeza de un gran lobo negro, y su guante negro en el brazo izquierdo.-Vamonos-

-Sí qué te das prisa cuando quieres.- fue el único comentario del oji amatista antes de seguir al príncipe fuera de la habitación.

Al llegar a las grandes puertas principales del palacio, los esperaban frente a ellas los tres amigos de Noctis y una niña, de unos 14 o 15 años qué amplió su sonrisa nada más verlos y se situó justo delante de Zero antes de abrazarlo.

-¡Hola! Mi nombre es Iris Amicitia, soy la hermana de ese borde de allí- dijo señalando a Gladiolus con la barbilla- tu debes de ser el famoso Zero Kiryuu, es un placer- apretó su abrazo.

-I-Igualmente- dijo cuando lo soltó, los otros sólo pudieron reír ante la mueca de Zero y la chica se disculpó con la lengua fuera.

-Noctis, lamento comunicarte que yo no puedo acompañaros a la ciudad.- dijo Ignis subiéndose las gafas.

-¡Ah! Yo tampoco puedo ir, tengo que ir a la Academia para revisar a los novatos.- comentó Gladiolus- No os lo paséis demasiado bien sin nosotros.- bromeó antes de marcharse.

-¡Bieeeen!- gritaron Prompto e Iris- ¡Mejor para nosotros, vayamos a por helado!- y con una velocidad increíble salieron del palacio como si se tratase de una carrera.

Noctis y Zero se miraron, el primero divertido antes de seguirles el juego y salir él también corriendo, y el segundo con resignación para seguirlos pocos segundos después, pero sin correr.

Llegaron a la zona comercial de la ciudad, el distrito Orbitis, una zona de la ciudad donde Zero nunca antes había estado; las numerosas tiendas, tan diversas y coloridas llenaban de arriba abajo todo el paralelo, los diversos transeúntes paseaban por las calles empedradas, los niños corrían y los adultos se entretenían mirando los aparadores, charlaban entre ellos o vigilaban a los más pequeños.

Iris tiraba del brazo de Prompto en dirección a una tienda de ropa de estilo loli-gothic o rock-gothic, ella iba vestida con una minifalda negra con varias cadenitas como adornos, una camiseta de tirantes negra y roja y con dos alas blancas ensangrentadas en su espalda, su cabello corto estaba recogido en una pequeña coleta baja y en su cuello llevaba una gargantilla negra con diversos cristales como adornos.

“Es tan parecida a cuando Yuuki era humana” pensó con una suave sonrisa recordando aquellos días festivos en  que él y Yuuki paseaban por la ciudad cercana a la Academia. “No sé si fue mejor o no el haber llegado aquí” a lo lejos vió como Noctis se unía a esos dos y bromeaban sobre algo que Zero no podía oír, desvió su mirada al aparador de su derecha, era una tienda de antigüedades, y entre medio de tantas cosas vio un objeto en concreto que captó toda su atención. “Ah sí… pronto será el cumpleaños de Takao, debería comprarle un regalo”

-ro, -ero, ¡Zero!- ese último grito le hizo salir de sus pensamientos, parpadeó un par de veces y miró a su derecha, era Noctis.- ¿Te encuentras bien? Pareces distraído, como si tu mente estuviera en otra parte.-

-Estoy bien, solo me he distraído- dijo para volver su mirada a dicho objeto.- ¿Dónde están Iris y Prompto?-

-Iris ha insistido en entrar a la tienda de ropa y se ha llevado a Prompto con ella para que le dé su opinión sobre los vestidos que se ponga.- comentó casual.- Oye, ya que van a tardar lo suyo ¿Por qué no vamos a dar un paseo y te enseño todo esto?- y sin esperar a qué el otro respondiera lo agarró del brazo y se marchó.

-¿Se han ido? ¿Ha funcionado?- preguntó Iris escondida detrás del escaparate de la tienda de ropa.

-Sí, ahora solo queda que Noctis no lo estropee.- contestó, el rubio con una sonrisa nerviosa en el rostro.

Con Noctis y Zero…

El azabache se llevó al peli plata por las diferentes calles que componían aquel laberinto comercial, explicando cada una de las tiendas, lugares públicos y monumentos que veían; pero a media mañana, y con el sol en lo más alto del cielo, ambos se detuvieron en los bancos de un parque.

-En este parque vi a Prompto por primera vez, apenas íbamos ambos a primaria, a la misma escuela- Noctis sonrió- siempre me observaba de lejos… ¿Y sabes por qué? Porque pensó que no era digno de ser mi amigo en aquel entonces, pero lo cierto es que yo era el que se sentía indigno de ser su amigo.- Zero escuchaba atento las palabras del azabache.

-¿Por qué me cuentas esto?- preguntó Zero por el evento tan íntimo del mayor.

-No lo sé, supongo que es porque quiero que conozcas más de mí y lo cierto, es que yo también quiero conocer más de ti.- miró a los niños que jugaban en los columpios.- Ni siquiera sé por qué quiero saber más de ti, solo hay algo dentro de mí que quiere acercarse más a tí, ver al verdadero Zero, ver a través de esa coraza en la que has envuelto tu corazón.-

-No sabía que fueras tan sentimental…- comentó irónico Zero, pero con un notable sonrojo en el rostro.- Yo nunca logré hacer amigos cuando era pequeño, me adentré en el entrenamiento de cazadores a una edad muy temprana, sobre los 6 años, y con un tutor que era íntimo amigo de mis padres, Yagari Touga.- sonrió- Él ya tenía a otro alumno, Takamiya Kaito, el cual se convirtió en algo así como un hermano mayor para mí y mi gemelo, Ichiru.- acabó con tono triste al recordar la muerte de su hermano y la posibilidad de no volver a ver más ni a Yagari ni a Kaito.

-No sabía que tuvieras un hermano.- comentó Noctis con una extraña emoción recorriendo su organismo al ver que Kiryuu compartía un poco de su pasado con él, pero a la vez deseaba borrar ese rastro de tristeza que opacaba los ojos del menor.

-Y yo no sabía que tuvieras una autoestima tan baja de pequeño- lo miró con una sonrisa burlona- sobretodo viendo como eres ahora, con ese enorme ego que te rodea.- le tuteó sin darse cuenta.

-Vaya, y yo que pensaba que era mi arrogancia y exceso de confianza lo que te tenía enamorado de mí.- lo miró de forma intensa- ¿O es qué los sonrojos que veo en tu rostro cuando me acerco a tí, son fingidos?-

-Lo que ocurre es que no tienes ni idea de lo que significa el concepto de “espacio personal”. Lo invades todo el tiempo- contestó sonrojado.

-Solo el tuyo, porque me encanta verte nervioso y tan rojo como las manzanas más dulces de Eos.- Zero pasó de un sonrojo a tornarse del color de dicha fruta, sobretodo cuando Noctis se acercó a su rostro hasta quedar a centímetros de rozar sus labios, cerró sus ojos sin saber qué esperar, y entonces lo notó.

El intenso aroma que desprendía el príncipe a menta, café y alguna de sus caras colonias creaban un perfume atrayente y varonil qué a Zero se le quedó grabado en lo más profundo de su cuerpo, un olor que le proporcionaba una cálida sensación de algo que solo sentía cuando estaba en casa de Sors o cuando se encontraba muy cerca del azabache, justo como ahora…  seguridad.

-Creo que deberíamos irnos, o a tí te podría dar una insolación- comentó con tono burlesco, Zero abrió los ojos y se encontró con la atractiva imagen de Noctis a unos pasos de él, con sus ojos azules brillando con diversión y una pequeña sonrisa sincera en sus labios. La suave brisa de media mañana agitaba sus cabellos y las sombras que creaban las hojas de los frondosos árboles del parque le daban una imagen sencilla y juvenil, todo lo opuesto a su idea de sangre pura.- Porque entre tu sonrojo y el sol de principios de verano…-

-¡Cállate, tonto!- respondió cuando pudo recuperarse de la impresión.

Noctis rió antes de levantarse del banco y tirar del brazo derecho de Zero, este tropezó por la fuerza que empleó el azabache al alzarlo y acabó con su cara enterrada en los pectorales del otro, casa que provocó incrementar, más si era posible, su sonrojo.

-Noctis ¿Que es eso?- preguntó apartándose del fuerte pecho del príncipe al ver un extraño símbolo en una de las rocas del parque.

-Es una antigua runa, de la época del primer rey de Lucis ¿Por qué?- dijo sin darle mucha importancia al tema, en cambio, Zero no apartaba la mirada de dicha runa.

“Esos trazos, la forma y la inclinación de los símbolos son tan parecidos…” pensaba mientras se acercaba a la roca “Sí, no hay duda, a pesar de esos pequeños matices es la runa del aire… ¿Pero cómo es posible qué una runa de los cazadores esté aquí, en Lucis?”

-Zero, ¿Nos vamos?- preguntó Noctis detrás suyo, un tanto preocupado por la extraña mirada del peli plata y curioso por el interés de este, para con la runa.

-Sí, perdona, pero creo que deberíamos avisar a Iris y Prompto de que volvemos al palacio, ¿No crees?- Noctis puso mala cara, Zero sonrió y dijo- Chicos, nos vamos, así que dejad de jugar a las escondidas si no queréis conocer a Bloody Rose- levantó el arma.

Fue entonces que, de entre los setos qué rodeaban el pequeño parque, salieron ambos chicos con las manos en alto, la más joven con cara de niña pequeña al haber sido pillada con las manos en la masa, sin creer en lo dicho por Zero, y Prompto miraba entre preocupado y acongojado por la situación, él sí que sabía de lo que era capaz el cazador.

-¿Cómo sabías que estábamos aquí?- Preguntó Iris al pararse frente a ambos.

-Lo hemos sabido desde que nos hemos separado en la tienda de ropa- resopló Zero- nos lleváis siguiendo todo el día.-

-¿Tú también lo sabías?- preguntó Prompto a su amigo de la infancia.

-Por supuesto, no soy el príncipe de Lucis por nada.-

-Y ya salió la vena egocéntrica.- contestó mordaz Zero causando una risa mal disimulada tanto a Prompto como a Iris. Noctis solo arqueó una ceja.

-¿Ho? Me siento halagado de que seas el único que se ha dado cuenta- dijo con doble sentido.

“Maldito, esa es una forma elegante de decirme ‘Me alegra qué estés tan pendiente de mí’, te vas a enterar”

-Chicos… ¿Para cuándo la boda? Yo quiero ser dama de honor- dijo Iris medio en broma, a lo qué ambos se sonrojaron.

-¿COn él? ¡NUNCA!- gritaron a la vez antes de empezar el viaje de vuelta al castillo.

-Aún tenemos mucho que hacer con esos dos.- suspiró el rubio.

-No te creas, ya hasta contestan a la vez, como un matrimonio bien avenido, ahora solo hay que darles un empujoncito en el lado correcto.- Iris le guiñó un ojo- Siguiente fase: “Hacer que Noctis y Zero se den su primer beso”. Con eso se darán cuenta de sus sentimientos, porque admitamoslo, son los únicos que aún no se han dado cuenta de que se aman. Ahhh… que chicos.- suspiró dramática- Ya quiero ser dama de honor.- dijo mientras empezaba a andar en dirección de dicha pareja.

-Sí, muy buena esa broma- contestó Prompto tras soltar una carcajada y seguir a sus amigos.

Al final, llegaron al palacio a las 18:43 pm de la tarde, Prompto se había quejado a mitad de camino sobre el hambre que tenía, y tras varios rugidos por parte de su estómago, decidieron comer en un restaurante de comida rápida. Tras salir de allí, varias amigas de Iris la invitaron para ir de compras, a lo cual se marchó con ellas, y poco después Prompto recordó que tenía clases en el centro de fotografias y se marchó corriendo, no sin antes despedirse de Noctis y Zero.

-Aún es muy temprano para que vuelvas a casa de Sors ¿No?- preguntó Noctis justo frente a las grandes puertas de Capitel, y sin darle tiempo a responder le dijo- Ven conmigo- le agarró del brazo y entraron corriendo al palacio.

Noctis tiraba de su brazo mientras cruzaban numerosos pasillos, Zero miraba aquella zona del palacio, ya había bagado varias veces por ella y sabía qué había en cada una de las habitaciones, pero aún así seguía sin saber a donde lo llevaba el más alto.

Se detuvo frente a unas puertas dobles de madera de color negro y soltó, al fin el brazo de Kiryuu, se acercó a estas y las abrió de golpe invitando al peli plata a entrar primero; era la biblioteca privada de la familia Caelum, cientos, sino miles de libros estaban colocados perfectamente uno tras otro sobre las numerosas estanterías que cubrían las paredes, desde el punto más alto del techo, hasta rozar el suelo.

Repartidos por la habitación habían sillones y sofás, así como mesas de madera con ordenadores de la última generación listos para ser usados, las escaleras con ruedas enganchadas a los estantes facilitaban el acceso a los libros más altos y la luz, ahora anaranjada que entraba por las grandes cristales de la pared izquierda, daba un aire melancólico y mágico a la estancia, un lugar donde se guardaba muchísima sabiduría.

-¿Por qué-?- No podía siquiera acabar una frase, Zero nunca antes había entrado en la biblioteca, no porque le estuviera prohibido, sino porque él, a causa de su educación, encontraba grosero e inadecuado entrar en una sala a la que, o bien no te han invitado o no hay una urgencia por la qué debas entrar.

-Pensé que te gustaría.- contestó Noctis- En esta biblioteca está toda la historia del mundo, desde sus orígenes hasta hoy en día, pergaminos, manuscritos, libros antiguos que nunca he leído… todo- dijo señalando con sus manos la sala entera, luego miró a Zero y sonrió.- He visto que en el parque te has centrado mucho en esa runa.-

- - Zero ni lo miró ni contestó, sus músculos se tensaron y su mirada se endureció. “¿Y qué? ¿Es algo malo que me haya sorprendido tanto por ver una runa ofensiva usada por los cazadores?”

-No voy a preguntarte qué ocurre con ella, ni lo que significa, y tampoco el por qué te has impresionado tanto al verla, aunque me muero de ganas por saberlo.- comentó con un tono aburrido, como si no fuera la gran cosa, y por ello, Zero lo miró enmudecido- Solo te digo que si en algún momento quieres contarmelo, esto o cualquier cosa que te angustie o moleste, ya sabes donde encontrarme, siempre estaré libre para ti.- y le dedicó una pequeña sonrisa.

“¿No me va a exigir qué se lo diga? Aunque tampoco lo hubiera hecho… ¿Por qué? ¿Por qué eres tan amable? ¿Por qué no eres como Kuran? Así no me sería tan difícil odiarte y mi corazón no palpitaría con tanta fuerza cada vez que me dices cosas como estas.” pensó Zero.

-Pensé que aquí podrías encontrar algo de información sobre ellas, yo no vengo mucho por aquí ya qué no me gusta mucho la lectura, pero si es contigo no me importaría pasarme días aquí encerrado.- le dedicó una gran sonrisa- Puedes venir aquí siempre que quieras, ya sea solo o conmigo, como quieras… Que me dices ¿Te gusta?- preguntó con voz firme “Eres un idiota Noctis, has ido muy rápido... Pero tampoco he hecho nada malo ¿Verdad? Por favor Zero, di algo, riete, golpeame, lo que sea menos este silencio” pensaba dudoso, aunque por fuera se mostrara confiado.

-Gracias- fue lo único que pudo contestar el peli plata antes de que una enorme sonrisa estallara en su rostro- ¿Entonces puedo venir aquí tantas veces como quiera? ¡Es genial! ¡Gracias Noctis!- lo miró y le dedicó la sonrisa más sincera y hermosa qué el príncipe había visto en toda su larga vida.

“Es hermosa, los ojos cerrados mientras sus hebras de plata caen por su rostro y esa amplia sonrisa… ¿Cómo alguien que se ve tan hermoso e inocente puede dar tanto miedo con un arma?” sonrió “Quiero verla siempre, que desde hoy esa sonrisa sea solo para mi.” Noctis sintió un agradable cosquilleo subir por su espina dorsal al ver esa imagen del peli plata, miles de sentimientos y sensaciones pasaban por su pecho, confusas y sin poderse explicar con palabras, pero en ese momento, solo una de ellas se grabó en su mente “Quiero verlo feliz.” sonrió y llevó a Zero a una de las mesas.

-Mira este libro trata sobre la guerra qué hubo entre Aetas Lucis Caelum, el XVIII rey de Lucis, y Minos Aldercapt, el XIX emperador de Niflheim, el Cristal de su imperio se iba deteriorando por culpa de los Strand- pero calló al ver la cara de Zero- ¿No te suena?-

-Solo el nombre de tu reino y el imperio Nefilihimin ese.- sonrió con cara de no haber roto nunca un plato- Pero sigue, no te preocupes. ¡Ah sí! Y lo del Cristal, todos decís eso cuando algo os sale mal.-

-¿Nefili Qué? Jajaja, es Niflheim jajaja- reía hasta qué el peli plata le dio una patada en la espinilla- ¡Ay! Bueno, empecemos por el principio, ¿En qué parte de la historia de Eos te has quedado?-

-¿Sirve decir que en ninguna? Por mi el mundo aún no se ha creado, bueno, ha habido el Big Bang y todo eso, los dinosaurios y los prehistóricos, pero creo que, en este mundo aún no he salido de las cuevas, creo.-

-¿A qué escuela has ido?- preguntó perplejo el azabache- No contestes, prefiero no saberlo. Bueno, pues yo seré tu tutor.- frunció el ceño.

-Pfff jajajajaja ¿Tú? ¿Tutor? jajajajaja Y mañana es Navidad jajajaja- pero calló al ver la cara seria de Noctis- Lo siento pero me resulta difícil de creer- Noctis le iba a preguntar el por qué cuando la puerta se abrió y reveló a una de las doncellas.

-Noctis-sama, Kiryuu-san, el rey les espera a ambos en el jardín, por favor, siganme.- y dicho esto dejaron el libro donde lo había cogido el azabache y siguieron a la joven.

A medida qué se acercaban al jardín interior iban oyendo las voces del rey y sus acompañantes, los cuales descubrieron que eran Cor y Sors, que al verlos acallaron sus risas.

-¡Otou-san! ¿Qué haces aquí?- preguntó extrañado el menor.

-Solo acababa mi trabajo en palacio, Zero.- este frunció el ceño ¿Qué trabajo tenía Sors en palacio? ¿No qué era el magnate de una amplia y prestigiosa cadena de farmacéuticas y hospitales?

-Zero, Sors es el médico real, él se encarga de la familia real de Lucis y de los otros miembros reales de los distintos países de Eos. Además claro, de ser el propietario de la cadena de hospitales y farmacéuticas Aevum.- explicó Noctis tranquilamente pero con un tono divertido por la mirada confusa del menor-¿No lo sabías? pff, como con hist-

-¡Cállate! -gritó a la vez que le tapaba la boca con su mano derecha, para sorpresa de los adultos que nunca lo habían visto alterado.

-¿Qué es lo que iba a decir, alteza?- preguntó Sors curioso.

“Por favor no le digas nada, si se entera de que no conozco nada sobre Eos me encierra en un internado hasta que me sepa al dedillo cada detalle de este mundo.” suplicaba Zero en su mente

-Tan solo iba a proponer que fuéramos a cenar.- contestó al ver la mirada suplicante de Zero- Si usted, padre, no encuentra inconveniente a que se queden a cenar.- Regis sonrió.

-Qué menos para agradecer a Sors y a su hijo su trabajo y dedicación por nosotros. Marchemos pues.- y se fueron ellos tres delante, dejándolos solos.

-No sé qué pasa Zero, pero sin duda me debes una.- el más joven gruñó- A menos que prefieras que le diga a Sors que no sabes nada sobre Eos.- sonrió.

-Está bien ¿Qué quieres?- preguntó mirándolo de forma sospechosa, al otro se le amplió la sonrisa.

-Qué me dejes enseñarte todo sobre este mundo.- Zero iba a replicar.- No me saltaré mis deberes ni nada, puedo explicarte la historia de Eos de camino a los deberes que he de hacer como príncipe y también podemos aprovechar los tiempos en los que no hay nada que hacer para ir a la biblioteca. Vamos, podría pedirte algo peor y lo sabes.-

-Grrrr, está bien, pero una vez ya sepa más o menos la historia, lo dejamos.- le advirtió.

-Hecho.- sonrió triunfante- Y ahora vamos o nos mandarán a buscar.-

Al final la cena fue, para sorpresa de Sors y Cor, una batalla campal donde las ironías, los sarcasmos y comentarios mordaces eran las armas ofensivas y como escudos usaban el infantil “Y tú más” camuflado entre los defectos qué ambos se acusaban.

Regis disfrutaba del ambiente en la mesa así como el de los platos servidos, como si fuera un espectáculo humorístico y lleno de vida que siempre son televisados; Sors miraba sorprendido a su hijo, ni siquiera en casa había visto a Zero tan hablador y respecto al príncipe, era la primera vez desde que lo conoció que lo veía tan lleno de vida y diversión; Cor en cambio, no sabía si debía recriminar a Kiryuu o a Noctis, detener la batalla,ignorarla o disfrutarla como hacían los otros dos, hasta que, al final se decantó por esta última opción.

-Veo que hay mucha confianza entre su alteza y tú.- comentó Sors con el rostro estoico mientras conducía de vuelta a su casa.- Espero que solo sea una simple amistad, no me gustaría que empezara una guerra en Insomnia porque el príncipe no ha sabido mantener sus manos quietas.-

-¡¡¿QUÉ?!!- dijo Zero sonrojado- O-otou-san, no sé de qué estás hablando, Noctis es solo un idiota, egocéntrico, orgulloso y arrogante sangre pura, jamás tendría nada con él.- “Pero si de verdad creo eso ¿Por qué su cercanía me provoca esa adrenalina en las venas?” pensó y recordó el momento en el parque, cuando acabó entre los brazos del azabache tras tropezar con una piedrecita, su pecho, sus brazos… se sonrojó.

-Zero, espero que no haya pasado nada entre vosotros.- dijo Sors muy Zero al aparcar el coche, mirada que se oscureció al ver el notable color carmín en el rostro de su hijo, y se incrementó cuando un extraño brillo opacó su mirada amatista por unos momentos- ¿Zero? Creo que como tu padre tengo derecho a saber qué ha ocurrido, hasta donde habéis llegado o si habéis usado anticonceptivos.- dijo esto último con un aura negra rodeando su cuerpo.

-¡¡O-OTOU-SAN!! ¡¿D-de qué hablas?! No ha pasado nada entre nosotros y nunca pasará- dijo más rojo que un semáforo entrando en la casa- Y si pasara a ti no te tendría por qué decir nada.- salió corriendo por las escaleras, fuera del alcance de su padre en modo “sobreprotector” y siquiera antes de poder oír la contestación del castaño, cerró la puerta de su cuarto y se dejó caer en la cama.

Al día siguiente…  13:45 pm

“Debo reconocer que el día de ayer fue perfecto, pero no puedo esperar para volver a repetir nuestro momento intimo en la biblioteca. Su sonrisa, esa sonrisa tan sincera y brillante… quiero volver a verla, no me importaría morir con tal de volver a verlo sonreír.” pensó Noctis con un libro de historia frente a él, realmente se había tomado en serio lo de enseñarle a Zero la historia de Eos.

Toc, toc

-Noctis-sama, su padre el rey lo espera en su despacho.- el susodicho resopló molesto antes de levantarse e ir al encuentro con su padre.

-Padre, ¿Ocurre al-?- no pudo acabar la frase, pues nada más ver a la matriarca Camila Adamantem junto a su primogénita Lilieth sentadas frente al escritorio de Regis, su estado de ánimo se congeló.- ¿Qué hacen aquí?Ç- preguntó con voz fría y cortante, esa qué iba tan acorde con su máscara estoica digna del heredero de Lucis.

-Adamantem-sama han venido por unos negocios, pero al retrasarse tanto el tiempo se quedarán a comer aquí.- Noctis afiló su mirada en Lilieth, la cual actuó tímida frente a él- Te pido qué te lleves a Lilieth-sama ha dar un paseo por los jardines mientras yo acabo los asuntos con su madre.-

-Por supuesto- contestó con seriedad- Adamantem-sama, por aquí por favor.- Lilieth se levantó con cuidado y algo tímida se inclinó frente al rey y sale seguida de Noctis.

-Es maravilloso que podamos pasar algo de tiempo a solas, su alteza.- sonrió inocente mientras caminaban por el pequeño camino de piedra del jardín.- Nunca antes había estado en palacio, pero es tan hermoso como me relataba mi padre.-

-Lilieth ¿Qué haces aquí?-

-Que voy a hacer sino pasar tiempo con mi futuro prometido y esposo.- comentó jovial y alegre- Mi madre está aclarando los detalles con tu padre. Después de todo es una gran oportunidad para ambos, procedemos de una larga estirpe de sangre pura y ambas familias somos igual de poderosas tanto en ámbito político como económico, ¿Qué mejor forma de asentar la seguridad y estabilidad del país que un casamiento entre las familias más prestigiosas?-

-Me niego a casarme contigo Lilieth.- Dijo Noctis sin perder su máscara ni alterar su tono de voz- Es más, nunca me casaré contigo porque no quiero-

-Sí lo dices por el amor no te preocupes, no será un matrimonio desprovisto de amor, yo ya te amo, desde el momento en qué supe de tu existencia te amé, sin conocerte o saber cómo eras mi corazón me decía que yo debía estar a tu lado y ahora se nos presenta este hecho insólito y casual según muchos, pero yo creo que el destino también quiere que tu y yo acabemos juntos.- se acercó a él, pero Noctis la detuvo y la apartó.-Sé que ahora no me quieres, pero con el tiempo me amarás y te darás cuenta de que yo soy la indicada para ti, la mujer perfecta y la única que deberá gobernar a tu lado- se lanzó a sus brazos para abrazarlo mientras lagrimas caían por su rostro- ¡¡Yo te amo, Noctis!!-

-Lilieth aprecio mucho los sentimientos que tienes por mí, pero mi respuesta sigue siendo la misma.- respondió agarrandola de los hombros para evitar qué se acercara a él, y con la imagen de Zero sonriendo, en su memoria. Ella por su parte ocultó su mirada bajo su flequillo y se dejó inerte, con las fuerzas desaparecidas.

En el despacho…

-Hacen una hermosa pareja ¿no cree?- dijo Camila Adamantem con una sonrisa en el rostro.

-Ambos son jóvenes con un gran atractivo, sí.-

-Majestad, que mejor forma de demostrar al pueblo la estabilidad y prosperidad de Lucis que un matrimonio entre dos familias sangre pura de gran poder económico, político e histórico.- Camila sonrió- De esta forma acabaremos con los rumores sobre el avance del Imperio.-

-Sra. Adamantem, no creo que sea un buen momento para una propuesta matrimonial. Además, ante todo he defendido la libertad de mi hijo para escoger su propio futuro, así como mi padre hizo conmigo y retrospectivamente hasta llegar al primer rey de Lucis.- aclaró el rey.

-Por supuesto, majestad, pero… ¿No les negará una oportunidad no?-

-Por supuesto que no, si mi hijo acepta a su hija como esposa, no tendré inconveniente alguno en qué se lleve a cabo su matrimonio, pero si no es así no voy a insistir más.-

-Comprendo y respeto su decisión, majestad, pero espero que entienda que si se produjera un enlace entre ambas familias, los aliados de nuestra familia que se encuentran fuera de este país, se volverían completamente fieles a usted y el reino Lucis. Y quién sabe si en un futuro pudiésemos necesitar de su apoyo…- dijo la mujer con tono dulce y Regis entrecerró los ojos.

-¿Me está amenazando Adamantem-sama?- preguntó- Porque si es así no me quedará más remedio qué pedirle que se retire de mi casa.-

-Por supuesto que no, mi rey, que el Cristal me encuentre si miento, pero sería una maravillosa oportunidad para afianzar lazos.- y sonrió- Solo piense en todo lo que podría llegar a ganar.-

Regis se recostó en su asiento y se la quedó mirando con ojos cuidadosos.

En el jardín… Con Noctis y Lilieth…

El silencio era lo único, además de los dos jóvenes, que ocupaba ese pequeño rincón del jardín, Lilieth se había separado de Noctis y mantenía la cabeza gacha, con lo cual el príncipe no sabía en qué podía estar pensando la joven, tal vez ella había sido sincera con sus sentimientos, y él la había herido al decirle lo que pensaba sin ningún tacto.

-Me parece qué no has entendido lo que quiero decir, Noctis-sama- dijo con voz fría, alzó el rostro y el azabache pudo ver como la oscuridad había invadido sus ojos.- No era una propuesta, ni sugerencia, ni siquiera una petición, sino un hecho.- se cruzó de brazos y una sonrisa malvada apareció en sus labios- Tú y yo nos vamos a casar.-

-¿Q-?- pero no pudo decir nada más porque la primogénita de los Adamantem se le adelantó.

-Sé muy bien la causa de tu rechazo, y tiene nombre y apellido.- su sonrisa se incrementó antes de dirigir su mirada a sus uñas, como si estuviera hablando del tiempo.- Los accidentes suceden muy a menudo, pero en este caso no sería un accidente, no… más bien un suceso fatal que podría provocar graves heridas o incluso la muerte, a cierto vampiro de clase inferior.- lo miró.

-Ni se te ocurra meterlo en esto.- dijo Noctis con los ojos de color sangre, en sus manos las uñas empezaban a convertirse en garras y sus colmillos se iban afilando poco a poco.-Él no tiene nada que ver en-

-¿En qué? ¿En esto? Yo creo que sí… por su culpa tú no me haces caso, ni siquiera te dignas a mirarme. Te conozco desde que éramos niños, nos encontramos por primera vez en mi primera fiesta de cumpleaños, recuerdo que me caí por las escaleras pero no toqué el suelo, recuerdo que cuando levanté la mirada pensé “Es un príncipe” y después te presentaron como tal. Desde esa noche supe que el destino nos había juntado.- se mordió el labio inferior con rabia, lo miró a los ojos con furia brillando en sus ojos verdes y sentenció.

-Él, al igual que apareció en tu vida debe desaparecer, y si no lo haces tú, lo haré yo.-

Notas finales:

Bueeeno, y hasta aquí por ahora ^_^U (no me maten aún)

Besitos


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