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Lágrimas de plata por Zero Shiro Rose

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Notas del capitulo:

Holiiiii, bueno, al fin, he podido encontrar unn ratito para pasarme por aquí

¡¡Felicidades!! habéis acertado, el personaje de la última frase es Mr. Sullivan, el que intentó meterle mano a nuestro Zerorin en la fiesta.

Muchas gracias por los reviews a todos (aunque no pueda contestarlos pk he de volver a los libros (T^T) pero por suerte ya queda poco, en verdad mañana es el último día, wiiiii.

Bueno, como me recomendó alguien, he sido buena y he hecho este capítulo un pelín más largo, creo que una mil palabras más o así, en fi, espero que os guste el fic y no os desaniméis, pronto volveré a pleno rendimiento.

Notas finales Importantes!!

-¡Ignis! ¡Ignis! ¡¡IGNIS!!- gritó Noctis mientras corría hacia su compañero, este al oírlo se giró y sus facciones se relajaron al ver al azabache ileso.- ¿Dónde está Zero?- preguntó preocupado- Lo he buscado por todas partes, en la zona de ambulancias, entre los invitados y entre los guardias, pero nadie sabe dónde está.- su preocupación creía al recordar esos momentos en los que todo el mundo negaba haber visto salir a alguien así de la fiesta.


-A lo mejor está con Gladiolus y Prompto ¿Los has buscado?- dijo intentando no alterarse como su amigo, lo cierto es que ahora que el joven lo decía, él tampoco había visto salir a Zero con los grupos de evacuación, y si siguiera allí adentro… “Que el cristal nos proteja de que no sea así.” rezó en silencio.


-No, no los he visto a ellos tampoco- bufó exasperado y se llevó las manos a la cabeza- Joder, no debí haberme ido como lo hice.- se criticaba y entonces, una mano se posó en su hombro.


-Hiciste lo que debías, esa conversación era algo que tenías que hacer tú solo, debías pararle los pies a Adamantem antes de que ella cometiera una locura, si te hubieras llevado a Zero contigo, solo serías cómplice de asesinato.- el azabache solo asintió con una pequeña sonrisa al imaginarse la escena de Zero golpeando a Lilieth hasta la muerte.- Anda, vamos a buscar a esos tres, de seguro que Zero está con ellos-


Caminaron entre los numerosos invita, algunos estaban siendo calmados por los agentes de policía, otros eran  atendidos por los médicos y los que habían logrado salir en parte del shock inicial llamaban apresurados a sus choferes pidiendo que vinieran a buscarlos. Finalmente, los vieron, o más bien a Prompto, recargado sobre el lateral de una de las ambulancias, estaba riendo y de fondo, Ignis y Noctis, escucharon otras risas.


-¡Noctis!- gritó feliz el rubio nada más verlo- ¡Estás vivo!-


-¿Dónde está Zero?- pregunto tras soltarse del abrazo del rubio y ver que el peli plata no estaba entre sus amigos.


-Pensamos que estaba con Ignis.- dijo Gladiolus con el ceño fruncido.- Él no salió en los primeros grupos, yo mismo los fui revisando mientras salían para que ningún invitado faltara.-


-Yo tampoco lo vi salir conmigo- dijo Prompto un poco preocupado, el corazón de Noctis empezó a bombear con más fuerza, no podía ser, Zero… “Cálmate, es imposible que siga dentro, no es tan estúpido, él… en qué estoy pensando, es Zero, por supuesto que es posible.” se alejó del grupo en dirección al pelotón de soldados que revisaban las heridas de sus compañeros y trataban de organizarse.


-Tch. ¿Quién fue el último soldado en salir?- preguntó con voz autoritaria, la cual exigía una obediencia absoluta.


-Fui yo, alteza.- dijo un joven soldado de mediana estatura y cabello oscuro- Bueno, en realidad no, detrás de mí había otro joven- dijo con voz temblorosa y dubitativa.


-¿Tenía el cabello plateado, piel clara, ojos amatistas y llevaba un traje de gala peculiar?- preguntó Noctis de carrerilla, a lo que el soldado asintió- ¡¿Y por qué diablos no esperaste a que saliera primero?!-


-Y-yo, bueno… l-lo cierto es q-que oímos el grito de socorro de alguien, u-una c-c-chica- al ver al príncipe estrechar la mirada en su dirección siguió explicando- Venía de uno de los pasillos de la zona oeste.- acabó rápido.


“¿La zona oeste? Esa zona está prohibida para todos los invi-... Espera, ¡¡Mierda Lilieth!!” se giró apresurado a sus compañeros que lo miraban entre preocupados y confusos.


-Prompto quiero que busques a Lilieth y  la traigas aquí- dicho esto el rubio asintió y se marchó sin hacer preguntas, pues si el rostro apático de Noctis no decía nada, la llama ardiente de la ira en sus ojos sí, y para todos, era mejor no hacer preguntas cuando esta se encendía.- Ignis, localiza la posición de Zero a través de su móvil, si no encuentras ninguna señal busca el rastro de uno de los pendientes que le regaló Sors, según le escuché contarle a mi padre tiene un GPS instalado, no me preguntes por qué- y cómo en el caso anterior el castaño se puso en marcha- Gladio, cuando “esa” llegue aquí, quiero que la dejes KO después de escuchar lo que tenga que decir, la esposes, te la lleves a las mazmorras de palacio y la dejes allí hasta que decida contarnos la verdad.- dijo con un tono de voz que prometía la muerte de cualquiera y hacía juego con sus ojos violetas, ya que empezaban a tornarse rojos.


-Solo una pregunta Noct: ¿Por qué crees que ella tiene algo que ver en todo esto?- preguntó curioso, es cierto que sabía el odio que la joven le tenía a Zero por su cercanía con Noctis, pero también por eso, dudaba que se arriesgaría tanto como para evidenciarse a ella misma.


-Tengo un… algo, no sé lo que es, pero sea lo qué sea me está asegurando una y otra vez que ella es la culpable de todo ese ataque y de la desaparición de Zer.- contestó alterado, cada vez que pensaba en el peli plata, algo en su pecho temblaba, normalmente era una sensación que le provocaba un agradable cosquilleo, pero ahora era como si mil dagas se estuvieran clavando continuamente allí.- Ya sabes que debía hablar con ella- el otro asintió.- me la llevé a la zona oeste, le dejé las cosas claras y me fui dejándola sola en una de esas habitaciones… todo el mundo, excepto mi padre y yo, tenían prohibida la entrada en ese sitio, por eso pensé que sería el sitio idóneo para hablar.- Gladiolus asintió comprensivo, pero entonces suspiró desganado.


-Por mucho que me guste la idea, Noct, el único perjudicado sería Zero cuando apareciera.- respondió tranquilo Gladio, aunque por dentro le hacía gracia ver a su amigo en ese estado, era la primera vez en milenios que el azabache se preocupaba por una persona ajena a su pequeño grupo.- Si hacemos eso, Lilieth lo acusaría de alguna bobada pero bien argumentada con mentiras, tú saldrías limpio del asunto porque eres lo que desea poseer y ella no haría público ese encierro en las mazmorras, más bien lo usaría como chantaje.- dijo neutral “Noctis, en serio, tu eres mucho más inteligente que esto, te he visto formar estrategias y jugadas invencibles, el que ahora cometas tantas faltas… “- Solo podrías hacer eso en caso de que Zero fuera tu alma gemela, tu compañero destinado o lograras probar la trampa de Lilieth.- suspiró- La primera opción ya está descartada, Zero no es de aquí y nunca lo ha sido, por lo tanto, es imposible que la profecía caiga también sobre él , pero lo segundo…-


-La segunda opción es más sólida, si sé cómo jugar con las cartas que ahora tengo en la baraja… lograré que confiese y la encierren una temporada en la prisión de Insomnia.- dijo el azabache con los ojos cerrados “Es verdad, si actúo de forma imprudente es imposible que logre salvar a Zero, más bien sólo empeoraré las cosas” respiró hondo“Tengo que sacarle la información a Lilieth como sea”


En otro lugar…   En el mismo instante en que ocurrían los hechos anteriores...


La oscuridad impedía distinguir ese lugar, solo unos suaves susurros se escuchaban por lo largo y ancho de la habitación, algo se removió inquieto en el suelo y entre gemidos disgustados volvió a la consciencia.


“Ugghh ¿Qué ha pasado?” se preguntó Zero desorientado, su garganta ardía y sus pulmones le dolían con cada inspiración y expiración; trató de levantar la cabeza pero notó como si un enorme martillo golpeara con fuerza bruta su cerebro una y otra vez, y entonces todo volvió a él, el baile, la bomba, el incendio, los gritos de Lilieth, las escaleras, la habitación vacía, el golpe en la cabeza y esa espeluznante sonrisa en los labios agrietados de aquel hombre. “¡Noctis!”  pensó al recordar la ausencia del príncipe en esas salas, y por unos segundos su cuerpo se relajó al pensar que él estaba a salvo. “Juro que en cuanto salga de aquí lo mato, por gilipollas al preocuparme.” y en su mente iba ideando algún plan de venganza.


Con la cabeza recostada sobre el suelo intentó mover las manos, no pudo, luego trató con los pies, tampoco pudo, pero en ambas acciones había oído un agudo tintineo y fue entonces que reparó en su estado y el porqué de su incapacidad para moverse, estaba esposado en muñecas y tobillos, y si la presión que sentía alrededor de su cuello tan similar a la de sus extremidades significaba algo, pondría la mano  en el fuego que su cuello también había sido apresado por un pesado y frío collar de metal.


La oscuridad nublaba su vista, por lo que no sabía dónde estaba, ni siquiera en qué estado se encontraba, lo único qué tenía claro eran dos cosas, una tenía frío y dos, además de su “inoportuna” situación, es que estaba sangrando por algún lado ¿Cómo lo sabía? Por la sustancia pegajosa y de intenso olor a cobre que se esparcía por debajo de su cabeza y espalda.


“Mierda, si al menos supiera dónde estoy…”  y justo en esos momentos una puerta al fondo de aquel lugar se abrió y las luces se encendieron de golpe.


Zero cerró los ojos molesto ante la gran cantidad de luz que recibieron sus pupilas, cuando estas se acostumbraron volvió a abrirlos poco a poco y a su alrededor se alzaban unos gruesos barrotes de hierro, a la vez que una fría ráfaga de aire lo recorrió de arriba abajo haciéndolo temblar como una gelatina, miró como pudo a su cuerpo y soltó un resoplido molesto.


“Genial, encadenado, enjaulado, herido y desnudo, ¿Algo más?” se preguntó sarcástico al ver su cuerpo repleto de moratones y cortes y apenas vestido con su ropa interior. “De seguro que las heridas me las hice en el incendio, mientras buscaba a Noctis bajo las mentiras de esa maldita. Je, que estúpido fui al confiar en sus palabras, todos los chupasangre son iguales.”


-¡¡DESPERTAD MALDITOS INSECTOS!!- se oyó un profundo y rasposo vozarrón, Zero giró su cuerpo, el cual miraba a la pared, y se sorprendió al ver la gran cantidad de jaulas distintas amontonadas unas sobre otras que contenían a otros jóvenes en condiciones similares a él; algunos más o menos heridos, pero todos desnudos y encadenados en jaulas más pequeñas que en la que se encontraba.- ¡¡MAÑANA POR LA MAÑANA NOS IREMOS AL EVENTO PRINCIPAL!!- gritó entre divertido y morboso.


-Tch. Gilipollas.- dijo Zero entre dientes al apartar su mirada, justo antes de notar como una mano agarraba sus cabellos y lo estampaba contra los barrotes-Ugh- se quejó al notar un punzante dolor en su mejilla izquierda.


-¡¡¿QUÉ HAS DICHO MALDITA PUTA NIVEL-E?!!- gritó el mismo hombre, Zero se giró a verlo y a pesar de su mirada aún borrosa lo vió, era un humano, un simple ser humano el que lo tenía agarrado por los cabellos, vestido por completo en ropas negras, corpulento y con barba, de unos 40-50 años, y con una mirada malsana recorría el cuerpo desnudo del peli plata de arriba abajo.-¡¡APRENDE QUE TU LUGAR ES A MIS PIES, Y A PARTIR DE MAÑANA SERÁ ESTAR A LOS PIES DE OTRO!!- se acercó a su oído a la vez que jalaba más de sus cabellos- Tal vez tenga que “enseñarte” cuál es tu lugar de una forma más “práctica”.-


-Je, si mi lugar es a los pies de un humano como tú, entonces el tuyo se encuentra a más de tres metros bajo mis pies y con una buena cantidad de plomo en tu cráneo.- dijo con una sonrisa torcida- Vamos, sácame de esta jaula y pelea contra mi como un verdadero hombre, ah no, espera, que no puedes, después de todo eres un puto cobarde que trabaja en el tráfico de personas y le teme a un simple nivel-e herido y desorientado.- su sonrisa se amplió al ver como el rostro del hombre se iba tornando rojo.- ¿Tienes miedo, niñita?- y eso fue el detonante.


-¡¡¡MALDITO HIJO DE PERRA!!!- gritó furibundo antes de estamparle el rostro contra el suelo frío y duro de la jaula.-¡¡YO TE ENSEÑARÉ A-!!- alzó la mano para volver a golpearlo y los susurros de los otros chicos se hicieron más fuertes, unos miraban con miedo la escena y otros con sorpresa al ver a alguien plantarle cara al hombre.


-Detente, Aron- se oyó otra voz al fondo de la sala, todas las miradas se dirigieron a él y Zero apretó los dientes al ver quién era.


-¡¡MALDITO CERDO OBESO, PERVERTIDO, ESTO NO QUEDARÁ ASÍ!! ¡¡¿ME OYES?!!- gritaba Zero furibundo, y el hombre, el cual tenía antes una pequeña sonrisa de suficiencia en el rostro, ahora lo miraba con un puchero de decepción a la vez que negaba con la cabeza- ¡¡EN CUANTO LOGRE SALIR DE AQUÍ TU SERÁS EL PRIMERO AL QUE LLENARÉ EL CUERPO DE PLOMO, PERO NO ANTES DE CORTARTE LOS HUEVOS, PEDERASTA GILIPOLLAS!!-


-Lamento decirte, Kiryuu-kun, que el joven Noctis no vendrá nunca a rescatarte- dijo como si realmente o sintiera, Zero, por su parte gruñó.


-¡¡¿Y QUIÉN COÑO HA DICHO ALGO SOBRE ÉL?!! ¡¡COMO SI ME HICIERA FALTA, NO SOY UNA PUTA DAMISELA REPIPI COMO LA AMIGUITA TUYA ESA!! ¡¡ DEJA DE COMPORTARTE COMO UN JODIDO EUNUCO COBARDE Y ENFRÉNTATE A MÍ COMO UN PUTO HOMBRE!!- “¡¿Qué coño se han creído estos?! ¡¡Yo no necesito que nadie cuide de mi!!” pensaba más que furioso Zero., realmente deseaba tener a Bloody Rose o Dark Moon con él.


-Ahh me temo que no puedo hacer eso, pequeña luna, esas cadenas anulan cualquier poder vampírico, ya sea de un noble, un Nivel C, D o E- señaló con la cabeza las gruesas esposas plateadas del menor.- A un vampiro le quitan su fuerza y sus poderes y a un humano le van robando poco a poco la energía gracias a un antiguo conjuro.- sonrió- Yo de tí me iría acostumbrando a ellas, ya que serán tus únicas compañeras de ahora en adelante.- sorió al ver la mirada furiosa, ese color amatista que prometía una muerte lenta y dolorosa perdía su efecto cuando su dueño estaba encadenado y tras unos gruesos barrotes, suspiró- En fin, déjalos descansar, Aron, mañana será su día especial.- y dicho esto ambos hombres se retiraron dejando de nuevo la habitación a oscuras.


“¡Asqueroso cerdo pervertido!” pensó con rabia a la vez que intentaba deshacerse de los grilletes, al final desistió y agachó la cabeza cansado, y entonces, cuando su frente ensangrentada tocó el metal notó una suave vibración bastante peculiar, se levantó y miró a donde se suponía qué estaban las esposas, después de todo, con esa impenetrable oscuridad no podía hacer mucho. “¿No me digas qué son-?” Se los acercó al pecho e hizo, de nuevo, contacto con su piel “Sí… sí que lo son” y entonces, una insana sonrisa apareció en sus labios antes de que surgiera una excitada risa de su garganta.


Con Noctis…


Las ambulancias se iban retirando poco a poco con los que habían sido más afectados por la explosión, tanto por la bomba en sí, como había sido el caso de Ignis, Prompto, Gladiolus, Iris y Zero, como los que habían recibido el impacto de la pequeña pero potente onda expansiva, como fue el caso de varios invitados.


Gladio y Noctis miraban a Iris, la cual descansaba en una de las camillas, se había hecho una buena herida en la frente por culpa de varios cubiertos que habían saltado por los aires, pero por lo demás, estaba bien.


-¡¡Noct!!- era Prompto- Aquí está.- dijo apartándose del camino para descubrir a la joven vampiresa con su vestido destrozado y quemado por varias partes y sus cabellos despeinados, pero por lo demás, su piel seguía tan blanca y lisa como siempre.


-¡Alteza!- gritó alegre la joven antes de lanzarse a sus brazos.- ¡Cuánto me alegro de que estéis bien!- pero antes de poder siquiera rodearlo, las manos de Noctis la detuvieron y la dejaron a medio metro de su cuerpo, realmente no deseaba tocarla.- ¿Qué ocurre?- preguntó con el rostro inocente, pero la mirada del azabache seguía fría e impasible.


-¿Dónde está Zero?- Lilieth lo miró extrañada antes de abrir los ojos sorprendida, se alejó de él y llevó sus manos a la boca, preocupada.


-¿No está aquí?- preguntó mirando en todas direcciones.- ¡Oh dios! ¡Tal vez siga dentro, que horror!- y dicho esto se dejó caer al suelo ocultando su rostro entre sus manos.- Él me salvó de las llamas, preguntó por ti e insistió en ir a buscarte porque no te había visto salir del salón, traté de evitar que cometiera tal locura, pero… - se abrazó a si misma y miró al príncipe con los ojos llorosos.- me empujó, me empujó y se marchó corriendo a buscarte, yo- -


-Basta.- dijo Noctis cortandola a media frase.- Deja de fingir, Lilieth, lo único que logras con esto es humillarte más si se puede.- sentenció con voz firme y sin emoción.- Ahora dime dónde está Zero.- ella frunció el ceño.


-No sé de qué me hablas, si él no ha salido es culpa tuya, y solo tuya, después de todo él fue a buscarte.- dijo arrogante, Noctis se reservaba las ganas de golpearla delante de todos, pero la mirada de advertencia de Gladio lo detenía en cada impulso.


-Noctis, tampoco ha aparecido el señor Sullivan.- dijo Ignis apareciendo por la esquina derecha de la ambulancia, y ante ese nombre, Lilieth entrecerró los ojos de forma asesina hacia el castaño.


-¿Es ese hombre gordo y maleducado de la fiesta?- preguntó Prompto con el ceño fruncido, Noctis arqueó una ceja ante esa pregunta, pero aún así asintió.- Lo digo porque durante la fiesta se acercó a Zero con intenciones no muy honestas, creo recordar que le llamó algo de “luna” y si no llegamos a intervenir de seguro nuestro apuesto gatito lo deja sin varios miembros, y eso que iba desarmado, jajaja.- Pero calló al notar la pesada aura de Noctis y ese brillo oscuro en sus ojos.


-Investigaremos los lugares que frecuenta el caballero, sobretodo de noche, tal vez haya logrado salir o se retiró antes para ir a alguno de estos.- comentó Ignis- voy a hacer unas llamadas.- y con el teléfono en mano se alejó unos pasos.


-Bueno su alteza, hoy la fiesta ha sido arruinada pero espero que volvamos a juntarnos pronto- dijo Lilieth levantándose, entre nerviosa y alterada.- Tal vez antes de lo que creamos.- y con eso se fue.


-La tenemos, no sé qué tendrá que ver todo esto con el asunto de Mr. Sullivan, pero él también está metido en la desaparición de Zero.- dijo Noctis con voz calmada- Y tú, luego me contarás qué ocurrió exactamente en la fiesta cuando yo no estaba.- y con esto dicho Prompto tragó duro.


-He localizado a Zero y a Sullivan, Noctis.- dijo Ignis- Sin embargo está bastante lejos.-


-¿Dónde está?- preguntó con los ojos ocultos para todos, pero aún así su aura vampírica se iba extendiendo por el lugar, la temperatura descendía y a todos les era cada vez más difícil respirar.- ¿Donde lo tienen?


-En el almacén 13 de la zona portuaria, pero no por mucho tiempo, hay un camión que los llevará a otro destino, a la “Maison Rouge”.- dijo subiéndose las gafas; todos miraron al príncipe, esperando alguna reacción por su parte, y entonces alzó el rostro sin mostrar ni una pizca de emoción, ni siquiera sus ojos mostraban sentimiento alguno y su aura desapareció por completo, solo había un vacío, como una extraña calma que avecinaba una fuerte tormenta.


-Vamos.- dijo él, se alzó de su asiento y empezó a andar- Gladio tú quédate con tu hermana hasta que despierte y te asegures de que está bien.-


-De eso nada, yo voy con vosotros.- todos se giraron de golpe, allí estaba la pequeña Iris con una sonrisa bastante pilla en el rostro- ¿Adonde vamos por cierto?- preguntó confusa.


-Tú a casa con nuestros padres.- contestó su hermano- Que ya he tenido bastantes sustos por una noche, y no hay más que hablar.- sentenció el primogénito Amicitia ante el puchero enfadado de su hermana, miró a Noctis y asintió.


-Vámonos.- fue su única orden antes de ponerse en marcha en dirección a su vehículo, él iría con Ignis, y Prompto en el coche de Gladio. “Esperame Zero, ya voy para allá.”


Con Zero…


Las luces habían sido encendidas de nuevo, probablemente no había pasado ni una hora desde que esos hombres habían entrado, los inquietos murmullos provenientes de las jaulas aumentaron de nivel cuando unos quince hombres, vestidos con un mono negro y una careta de payaso, entraron en el almacén y empezaron a cargar las jaulas en unas plataformas móviles para sacarlos por la puerta; el miedo se extendió por la sala, sobretodo al ver cómo esos mismos hombres colocaban una densa capa negra sobre las jaulas justo antes de salir.


“¿Qué mierda-?”  gruñó Zero antes de volver a sentarse en la jaula, no conseguiría nada alterandose, él ahora debía centrarse en “eso” “Solo espero tener tiempo suficiente para completarlo…” y cerró los ojos agotado, por una parte sus heridas sus aún no se habían regenerado porque las pastillas no hacían efecto sobre estas, solo retardaban su sed de sangre hasta que las vomitaba y, por otra parte, los grilletes le iban quitando las fuerzas poco a poco.


-¡¡CUIDADO, MALDITOS INÚTILES!!- gritó el mismo humano de antes, Aron, al ver como a dos de esos hombres se les caía una jaula al suelo y el joven en su interior gritaba.- ¡¡ES UNA MERCANCÍA MUY CARA, NI SIQUIERA TRABAJANDO 100 AÑOS LOGRARÍAIS PAGAR SU PRECIO!!- Y tras eso dicho, se retiró a contestar la llamada en su teléfono.


No pasaron ni dos segundos desde que Zero lo perdió de vista, cuando varios pares de fuertes manos lo cargaron sobre la plataforma móvil y lo sacaron de aquel lugar. Lo primero que notó fue el intenso olor a sal y gasolina, y en su ahora más definido campo de visión, distinguió varios contenedores industriales y grúas portuarias, se giró a ver el lugar donde estaba encerrado y gruñó cabreado.


“¡Un puto almacén de puerto! ¡¿Cómo coño no he relacionado antes el intenso olor a pescado de dentro del almacén con las fábricas de limpieza de pescado?! Ugghhhh, estar entre tantas sanguijuelas me está tornando un completo inútil.” pensó enfadado consigo mismo.


-¡¿Adónde coño vais con él así?!- gritó la voz de Mr Sullivan al verlos- ¡¿Qué acaso no sabéis lo qué es una maldita manta?! ¡¡Tapadlo ahora mismo!!- y tras esas palabras una gruesa lona negra volvió a cubrir la visión de Kiryuu.


“Ahora es el momento.” pensó antes de juntar sus manos, pero justo cuando escuchó bajar la persiana del camión, un olor dulzón bastante familiar invadió la cabina “Otra vez con el puto somnífero, malditos fetichistas por llevar gente inconsciente...” se quejó poco antes de volver a dormirse.


La próxima vez que volvió en si, se encontraba aún esposado y dentro de esa odiosa jaula que empezaba a causarle claustrofobia, por suerte ahora no estaba cubierta por la lona negra y gracias a la escasa luz de las bombillas que colgaban del techo, pudo distinguir las paredes de yeso oscuro y el rasposo suelo de cemento, las otras jaulas estaban desperdigadas por el suelo a su alrededor, y ahora tenían todas un número distinto en la parte superior de los barrotes, algunas estaban abiertas y en otras sus inquilinos seguían durmiendo a causa del somnífero, pero sin duda había muchas menos que en el camión y al fondo de la sala solo había una ancha puerta abierta que daba a un largo pasillo oscuro.


-¿Dónde estamos?- preguntó a la nada en apenas un susurro antes de cerrar los ojos, su mente se aclaraba por segundos y cuando oyó el clinclineo de las cadenas recordó su plan de huida. “Es verdad, no puedo perder tiempo con esto, ya me preocuparé cuando logre salir de aquí.” miró más atentamente los distintos objetos que habían en la sala y distinguió en una mesa en la esquina derecha todas sus pertenencias, de entre las cuales destacaba el metal negro de Dark Moon.


“Tal vez funcione” pensó antes de cerrar los ojos “Dark Moon, ven a mí, Dark Moon, responde a la llamada de tu amo…”  Nada, ni una sola reacción “ Dark Moon, necesito tu ayuda, si me escuchas responde con tu energía” Nada, Zero resopló frustrado ante la falta de respuesta de su arma “Ni siquiera con todo el entrenamiento de cada noche he logrado nada, debería haberlo suponido, ughhh pues nada, tendremos qué volver al plan original.” se tumbó de nuevo en la jaula, cerró los ojos y empezó - *Ambulat in simplicitate noctis tenebris dominatur internus utatur bene potestate-susurró- [2*]Telum coniungere tua, et anima mea, et qui sunt et qui erunt et consequi- se detuvo al oír unas fuertes risotadas venir desde el pasillo y fingió seguir durmiendo.


Eran dos hombres musculosos, qué andaban entre risas, se acercaron a la jaula con el número 3048 B, que contenía a un joven de unos 16 años con cabellera roja y piel canela aún inconsciente, y se la llevaron por el pasillo.


-[3*]Aperi catenis manus ut eram concludens in carcerem, et pedes meos, vampire hunter omnibus liberat, hoc captionem, o tua, mater metallum, auxilium coniungere cum recens gun anima mea, socium et amicum.- y continuó con el suave susurro una y otra vez, repitiendo sobretodo- [4*]vincire catena aperit meas et pedes.-


Los hombres bajaban con jaulas vacías y subían con otras distintas, el tiempo pasaba y con sus ojos cerrados murmuraba apenas las frases en latín, producto de los hechizos de cazadores y poco a poco notaba como los grilletes en sus extremidades se aflojaban poco a poco, tal vez lo hubiera conseguido si no lo hubieran drogado en el camión, porque a la decimonovena vez de repetir el hechizo, los hombres de siempre entraron en la ahora desierta habitación.


-Este es el último.- comentó uno de ellos- ¡Uau! Debo reconocer que tiene un buen físico, lástima por las magulladuras.-


-Déjalo estar, después de todo eso no será nada en comparación con lo que vivirá después de esta noche.- comentó otra voz un tanto más grave.- Pero ahora entiendo el por qué Mr.S ha querido dejarlo para el final, sacará una buena tajada con este ejemplar, hasta tiene nombre propio y todo.- comentó divertido.- Bueno, vamos allá.-


Y dicho esto lo cubrieron de nuevo con una lona oscura y lo sacaron por el pasillo, Zero abrió los ojos y contaba mentalmente los pasos que daban mientras seguía murmurando el hechizo; se detuvieron de golpe y reconoció el suave Zing de unas puertas de ascensor al abrirse, tras eso subieron un par de plantas y de nuevo por otros pasillo recto hasta girar a la derecha, y entonces se detuvieron de nuevo.


-¿Ha despertado?- preguntó la voz de Aron- Con este es necesario que esté consciente.- dijo antes de levantar un poco la lona y ver los ojos amatistas nublados.- Perfecto, despierto pero bajo los efectos de la droga, así no dará problemas. Sacadlo.-


La jaula volvió a moverse, y Zero pudo escuchar un conjunto de murmullos nerviosos, risas emocionadas y comentarios morbosos sobre los jóvenes anteriores a él, fue entonces que cayó en la cuenta de donde estaba, una subasta.


-¡Y con ustedes el personaje principal de esta noche!- se escuchó la voz distorsionada de un hombre, los focos iluminaron la jaula y a través de la oscura tela, Zero pudo ver las gradas del público, el escenario y la silueta de un hombre a su derecha, por la sombra que proyectaba pudo distinguir un sombrero de copa y un traje similar a los de un maestro de ceremonias.- ¡Les aseguro que este ejemplar les dejará sin aliento, es tan hermoso que hasta las estrellas sienten envidia! ¡Les presento al ser más peculiar y hermoso que jamás hayan visto, su nombre…! ¡¡PEQUEÑA LUNA!!- gritó al retirar la lona de la jaula de un solo tirón.


Los gritos de sorpresa y jadeos de admiración no se hicieron esperar entre los espectadores, Zero pudo ver ahora a sus “posibles compradores” pero sus intenciones de reconocer a alguno fueron frustradas al ver que todos llevaban máscaras muy elaboradas y detalladas, por un momento le recordaron a las típicas máscaras de Venecia del s XVIII.


Los barrotes cayeron de pronto, justo después de qué la parte superior se retirara hacia atrás, los murmullos aumentaron de nivel y Zero miró al interlocutor de reojo, el cual también llevaba una máscara blanca, era alto y delgado, por lo que descartó la posibilidad de que fuera Sullivan y volvió a concentrarse en el hechizo.


-¡¡¿Ven lo que les decía?!! ¡Este hermoso joven tiene la piel tan blanca como la porcelana, sus cabellos plateados son finos y suaves como la seda, posee unos ojos amatistas que nublados por el deseo deben de ser las joyas más atractivas de Eos, pero lo mejor no es eso… no queridos señores, su punto más destacable es…! ¡¡La SANGRE!!- gritó antes de hacerle un corte en el brazo pillando por sorpresa a Zero, el cual tuvo que hacer mil esfuerzos para no atacar a ese maldito vampiro sin antes soltar sus cadenas, el olor a cobre se extendió rápidamente por la habitación y en pocos segundos pudo ver como en las máscaras del público se iluminaban las orbes de rojo. -¡¡Que empiece la subasta!!-


-50.000-


-80.000-


-100.000-


Y así siguieron los gritos con cada vez más aumentos de precio, el corazón del peli plata iba desbocado en su pecho, y más de una vez temió qué estallara en pedazos, esos tipos iban en serio y si no actuaba rápido su vida, tal y como la conocía, podía acabar en apenas unos minutos.


-¡Imaginense llegar a casa del trabajo por la noche, agotados y sedientos, o frustrados con sus clientes, de pronto, oyen un suave ronroneo y unos brazos los abrazan por la espalda, se giran, y este hermoso joven los contempla de forma sumisa y completamente desnudo!- ponía un ejemplo el maestre, para horror de Zero que, furioso y avergonzado por tales palabras, se apresuraba a repetir el hechizo de forma más y más contundente, tratando de debilitar los grilletes para poder escapar.- ¡¡Ambos en la cama, después de una intensa noche de actividad, usted, señor o señora, sedientos de sangre, y él, con solo una mirada les deja espacio en su cuello, muestra su piel de alabastro y hunden sus colmillos en la suave carne de este joven!! ¡¡La sangre bajando por sus gargantas mientras él gime ante el placer que provoca su amo sobre su mente y cuerpo, y entonces, os agradece una vez tras otra vuestra decisión de haberlo comprado esta noche!! ¡¡DIGANME! ¡¿NO SERÍA UNA MARAVILLOS MUÑECA?!- Y tras esas palabras los gritos y precios aumentaron.


Zero cerró los ojos escandalizado por esa imagen de él, el miedo lo recorrió de arriba abajo helando su sangre. “Por favor, solo necesito un poco más de tiempo, por favor, solo eso”


-¡¡¡10.000.000!!!-

Notas finales:

[*] (Camina con entereza en esta noche oscura, domina el poder oscuro de tu interior y usalo para el bien)

[2*] (Conecta tu arma y tu alma, haz que ambas sean una y entonces lograrás )

[3*] (Abre las cadenas que apresan mis manos y pies, libera al cazador de esta trampa vampírica, oh tú, metal madre, ayudame a conectar mi alma con mi reciente arma, mi compañera y mi aliada.)

[4*] (Libera las cadenas que apresan mis manos y pies)

 

Y con esto... Nos leemos pronto, besitos.


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