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Lágrimas de plata por Zero Shiro Rose

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Notas del capitulo:

Holaaa de nuevo, perdón por la tardanza, lo cierto es qué tenia este capítulo listo desde el jueves, y pensaba subirlo ayer... pero coincidió con la entrega de notas y me deprimí, ya que a pesar de todos mis esfuerzos y horas de estudio me han quedado dos. (TToTT)

VIDAA CRUEEEL!! Por eso no lo subí, pero también fue tiempo de reflexión y no voy a desanimarme más, he suspendido, sí, pero puedo recuperar, por eso todos mis esfuerzos están puestos ahora en los estudios.

Solo me paso por aquí como una brisa de verano para dejarles este pequeño cap, y para asegurar que la historia sigue.

Bueno, espero que disfruten de este capítulo tanto como los anteriores.

(Anotaciones abajo)

-¡¡10.000.000!! ¡Ahora y en efectivo!- gritó una voz desde el centro de la sala, los murmullos se apagaron de golpe y un tercer foco iluminó a dicho comprador, llevaba un traje negro y por culpa de su máscara sólo se veían los ojos rojos y su cabello rojizo-violeta.

“Por favor, no, no, solo unos minutos más, solo eso” pensó mientras seguía murmurando el hechizo con desesperación y medio fingía estar aún drogado, porque en verdad se encontraba mal, pero no por eso desistiría, y entonces, entre sus numerosos ruegos a alguien que desconocía, notó una extraña y poderosa energía, esta era oscura, como un pozo de poder concentrado sin usar desde hacía mucho tiempo, segura, tranquila y mortal.

“Mi joven cazador, he oído tus ruegos e intenciones sinceras que me han despertado de un profundo sueño, siento en tí la esencia de mi creadora y por eso te pertenezco, déjame ayudarte en este árduo momento y perdona mi ausencia hasta hoy” dijo una voz suave y femenina, fresca como una brisa en verano y peligrosa como el filo de una katana “Haz el juramento, solo así te perteneceré totalmente” fue como si el tiempo se detuviera por unos instantes y solo estuvieran él y una espiral uniforme de color negro

“¿Juramento? ¿De qué hablas?” preguntó Zero confuso “¿Quién eres?” y escuchó la suave y breve risa de la joven.

“Eres tal y como me cuenta “ella”, tan inocente bajo esa carcasa dura… realmente dan ganas de protegerte, pero si realmente quieres mi fidelidad eterna, deberás demostrarme que vale la pena servirte, cazador de vampiros Kiryuu Zero, pero eso será más adelante, ahora debemos salir de aquí. Haz el juramento que cada cazador hace con su arma el primer día en que se conocen, hazlo y te liberaré de aquí.” Zero abrió los ojos al comprender de quién era esa voz y energía.

“Ego,Kiryuu Zer-”

“No, hazlo en nuestra lengua madre, la lengua de la magia”

“[5*]Ic, Kiryuu Zero, permetcim aüghter sed quino lesd faquiramh seghj nülle oh iedam sue, prek set, naom illë spectre deos nao, Dark Moon” y con estas palabras notó como esa oscura energía perteneciente a su nueva arma y compañera recorría sus venas quemando cualquier rastro de miedo de su ser, abrió los ojos y sonrió de forma imperceptible al oír como los grilletes chirriaban por la presión que ejercía DM. -Dark Moon, ven a mí- dijo con voz firme.

-¡Vaya, menuda oferta!- gritó aún impactado, pero no por eso menos emocionado ante tal cifra- ¡10.000.000 a la de 1, 2, tre-!-

¡¡¡¡¡BOOOOM!!!!!

Una gran explosión de energía se produjo en el lugar donde se encontraba el joven peli plata, los gritos no se hicieron esperar entre los miembros del público y las estampidas se produjeron casi simultáneamente, el maestre cayó de espaldas y se agarraba la cabeza con fuerza para amortiguar el dolor del golpe que se había llevado.

-Déjame decirte una cosa, vampiro, yo no soy un puto objeto que se venda por una miserable cantidad de dinero- el maestre miró al centro de la humareda, así como muchos otros vampiros que habían en la sala y vieron una brillante luz de color blanco puro surgir desde el suelo, esta formaba un extraño círculo con diversas runas estampadas a su alrededor, y en el centro de este se encontraba Zero, de pie y con la cabeza bien alta miraba a su alrededor con desprecio y asco; los grilletes se encontraban en el suelo hechos un montón de metal semi-líquido; y en la mano derecha del joven desnudo, una pistola negra, de la cual surgían extrañas cintas vaporosas e indefinidas qué rodeaban el brazo del joven hasta el codo.- Y ahora pagaréis muy caro el error de confundirme con un puto esclavo.-

Y dicho esto disparó al pecho de uno de los vampiros que habían transportado su jaula hasta el escenario, este cayó al instante, pero su cuerpo no se desintegró, por un momento pensó que había fallado, pero entonces.

-¡¡Will!!- gritó su compañero- ¡¡Lo has matado hijo de puta!!- Zero esquivó el disparo con una suave inclinación de su cabeza a la vez que hacía su propio tiro impactando entre ceja y ceja de ese otro hombre, pero al igual que el otro, tampoco desapareció en cenizas.

“¿Qué diablos?” miró a Dark Moon desorientado, y en su cabeza escuchó la suave risa de esta “¿Por qué diablos no desaparecen?”

“Ay pequeño cazador, yo no soy Bloody, ella es la encargada de deshacerse de la basura de la forma más rápida y limpia que existe, pero yo no, a mí me gusta el dolor, y mis disparos provocan una muerte lenta y dolorosa, incluso cuando el disparo es certero en un órgano vital y la muerte es inmediata, el camino hasta el más allá está plagado de pesadillas para todos aquellos que mueran por mis balas. Que por cierto, debes comprarme.”dijo con su infantil voz  de forma fría y seria.

“Ya tienes balas, o si no, ¿Con qué diablos crees que estoy disparando?”

“Estas no son mis balas, y si las usas en Bloody no me extraña nada que no se haya dignado a hablar contigo aún, cada pistola es diferente y por ello sus balas también, podemos usar estas con esencia anti-vampiro, pero no tendrán el mismo efecto que nuestras balas destinadas”explicaba mientras Zero disparaba a todo vampiro que se moviese, importándole muy poco si era alguien del público o del personal, solo quería acabar con todos ellos de una vez por todas. “Si vas a hacerte cargo de mí, quiero mis balas, si no me volveré tan muda como Bloody, pero a diferencia suya yo te perseguiré en tus pesadillas cada noche hasta que me las compres.”

“Vale, vale, te las compraré, pero ahora concéntrate en esto, por dios, nos jugamos el pellejo.” replicó el peli plata.

“Exagerado, si esto es como un paseo para tí, estoy viendo ahora mismo en tu memoria como has acabado tú solito con más de un centenar de vampiros Nivel-E sin hacerte ni un rasguño, pero está bien. Por cierto, ese tipo seboso de la fiesta está aquí, en la parte superior de aquella pared, mirándonos desde una ventana tintada de negro, puedo notar su energía sangre pura desde aquí.” respondió con voz grave, al parecer no era de muchas bromas.

“Perfecto, hay una bala que tiene su nombre desde el primer momento en que lo vi, ¿Hay algún otro sangre pura más?” rezó para que no fuera así, y por una vez su suerte fue entregada al oír.

“No, solo está él y el tipo que apostó todo ese dinero por ti, pero se fue en cuanto hbo la explosión, por cierto, ¿En serio pensabas hacer todo lo que ese hombre dijera? Debería haber ofrecido al menos otros 10.000.000 más para un seguro de vida propio.”

“Cállate” contestó con un gruñido un poco molesto pero sin apartar la vista de sus numerosos objetivos, pensaba matarlos a todos esa misma noche.

-¡¿QUIÉN O QUÉ ERES TÚ?!!- preguntó el presentador, aún tirado en el suelo, Zero se giró y lo miró con sus ojos fríos y mortíferos antes de contestar.

-Mi nombre es Kiryuu Zero, cazador de vampiros.- sonrió de lado al ver la palidez del hombre con su título.- Vuestro error ha sido creer que era un simple Nivel-D, pero gracias a eso ahora puedo mataros a todos.[6*] Ignis mortem.- y entre los asientos se produjo una explosión de fuego azul. “Mierda, el mareo aún no se me ha pasado”pensó al notar como su cabeza daba vueltas y su visión se tornaba borrosa.

-¡¡¡ZERO!!!- se oyó un gritó muy familiar para el peli plata, se giró en dirección a la pared del fondo y justo en ese momento el maestre aprovechó su distracción para agarrarlo e inyectarle una jeringa en el cuello.

-¡¿Pero qué haces?!- fue lo único que pudo pronunciar antes de caer desmayado en los brazos del vampiro, y fue justo en ese momento en que el joven acabó en sus brazos, que las puertas se abrieron, y por ellas aparecieron Gladiolus, Ignis, Prompto y Noctis.

Este último se sorprendió al ver la gran cantidad de cuerpos por el suelo y los asientos, pero cuando alzó la mirada al escenario y vio a su peli plata en los brazos de ese vampiro, herido y desnudo, dejó salir un profundo gruñido de sus labios, sus ojos se tornaron rojos con matices negros debido a la gran furia que sentía, sus uñas se convirtieron en garras y sus colmillos se alargaron, listos para atacar y arrancarle el cuello a cualquiera.

Su aura se incrementaba a medida que avanzaba hacia ese escenario, la temperatura descendió drásticamente a la vez que todos los presentes notaban como el aire abandonaba sus pulmones y la sensación de una mano apretaba con fuerza su garganta; subió los escalones poco a poco y estrechó sus ojos al ver como la sangre del cazador caía por su brazo y sien, pero no pudo avanzar más de dos pasos cuando fue apuntado por una pistola negra, la misma que segundos antes sostenía Zero.

-N-n-no s-se m-mue-mueva- dijo con pavor un joven humano que hacía de barrera entre Noctis y los otros dos vampiros.- D-dispararé, lo juro.- Noctis lo miró desafiante y aumentó su aura alrededor del joven, este se llevó una mano al cuello ante la sensación de ahogo, pero no por ello bajó el arma, el azabache dio un paso adelante.- Se lo advertí.- y disparó.

Click, click, click… no funcionaba, el arma tenía balas pero estas no salían, el joven miró atemorizado el arma y luego al vampiro frente a él, Noctis alzó una ceja y siguió andando, pasó al lado del ser humano y con una sencilla mirada directa a sus ojos, lo dejó inconsciente.

-Entregamelo- dijo con voz firme, el maestre temblaba como gelatina por la imponente presencia del vampiro, pero no huyó, sabía qué si se movía un solo milímetro moriría.-Ahora- este alzó sus temblorosos brazos con el cuerpo inerte del peli plata que Noctis se apresuró a recoger y justo cuando lo tuvo asegurado hizo que el otro cayera inconsciente al suelo.

“Ya te tengo, ya te tengo” pensaba una y otra vez mientras lo apretaba contra su pecho, bajó del escenario apresurado y se acercó a los otros que ya tenían controlada la situación, Prompto al ver a su amigo con Zero en brazos asintió y se marcharon de la escena.

-Los miembros de la Guardia Real llegarán en breve.- comentó, pero el príncipe no contestó.- ¿Cómo está?- preguntó sin atreverse a mirar al príncipe.

-Prompto, recoge las cosas de Zero, no puede haber ni una sola pista que delate su estancia aquí, y también esa pistola negra del escenario, tengo la sensación de que ese arma le pertenece a Zero.- chasqueó la lengua y el rubio solo asintió antes de salir corriendo.- Mierda, las llaves.-

-Yo conduzco, alteza.- respondió Ignis a su lado- No hay forma de que os deje conducir en ese estado.- y dicho esto ambos hombres entraron en el coche.

En el palacio… habitación de Noctis… varias horas después...

Zero se encontraba tumbado en el lado derecho de la inmensa cama de Noctis, iba vestido con una camisa blanca de manga larga perteneciente al príncipe y estaba tapado por las suaves sábanas de seda de color negro.

Noctis lo miraba desde un sillón situado en el lado derecho de la cama, contemplaba las vendas del peli plata, según Ignis no despertaría hasta mañana a causa de los somníferos y humo del incendio y su cuerpo está agotado por el uso de hechizos en ese estado, por suerte las heridas apenas son cortes superficiales; sus ojos se van cerrando poco a poco, ahora que su peli plata está a salvo, puede descansar.

Flash Back

Las puertas de los aposentos del príncipe se abrieron tras un contundente golpe, el azabache entró con paso firme y acelerado hasta su cama, donde depositó con sumo cuidado al peli plata, aún inconsciente y apenas cubierto por la chaqueta del ojiazul.

-¿Cómo está?- preguntó preocupado al doctor que había traído Ignis, el cual revisaba minuciosamente a Zero, comprobando su estado de salud y asegurándose de que no tuviera ninguna herida grave.

-No se preocupe, alteza- fue lo primero que contestó- El joven solo está dormido, pero su vida no corre ningún peligro.- se apartó de Zero y miró a Noctis- Su inconsciencia se debe principalmente a la gran inhalación de humo en el incendio, el estrés al que su cuerpo estuvo sometido en aquel lugar y a la droga que le inyectaron no hará mucho.- apuntó varias cosas en sus papeles- En cuanto a las heridas, es raro que no se hayan curado ya, pero no se preocupe, la mayoría son cortes superficiales, el único que me tenía un poco preocupado era el golpe en la cabeza, pero por suerte no ha afectado ninguna parte del cerebro, cuando despierte solo notará un gran dolor de cabeza.-

-¿Y cuándo va a despertar?-

-Si todo va bien, mañana por la mañana debería despertar.- acabó de apuntar y miró serio al príncipe- Alteza, creo que lo mejor sería llevarlo a otra sala, para que usted también pueda descansar, se le ve agotado y-

-¡No! Nadie se lo llevará a otro lugar, yo me ocuparé de él.- dijo mirando al médico con los ojos rojos e incrementando su aura, cosa que hacía temblar al doctor.

-C-como usted ordene, señor, en ese caso, tome.- le tendió un frasco con un líquido ámbar en él- Es la medicina que debe tomar el joven Kiryuu en cuanto despierte, su laringe y tráquea han resultado bastante dañadas por el humo, y si no se trata con cuidado, puede llegar a convertirse en un grave problema respiratorio con el tiempo- carraspeó incómodo- el joven Kiryuu es vampiro creado y eso comporta que sus genes regenerativos no sean tan potentes como los de los vampiros nacidos, por ello es mejor prevenir en temas delicados como sus órganos.- guardó sus cosas y caminó hacia la puerta- Recuerde, una cucharada nada más despertar y cada dos horas después de esta primera, si en tres días ve que las toses no cesan o se vuelven peores, venga a verme, ah, y que el primer día no haga demasiados esfuerzos.- y dicho esto se marchó.

Noctis miró a Zero desnudo y tumbado en la cama, su piel estaba pálida y con diversos moretones esparcidos por su cuerpo, las vendas cubrían las pocas heridas que tenía y fue entonces que notó como sus manos se cerraban fuerte en forma de puños, cogió el bote del medicamento que estaba sobre la cama y lo dejó en su mesita.

Cogió de su armario una camiseta blanca de manga larga y se la colocó a Zero con cuidado, esta le venía grande, su delgada figura apenas rellenaba la tela, sus manos apenas se asomaban por los puños de la camisa y esta le llegaba hasta sus muslos, como un pequeño vestido. Noctis miró sonrojado la imagen, ciertamente siempre imaginó que el joven y feroz cazador se vería como un pequeño ángel inocente al dormir, pero el verlo era algo totalmente distinto y por dentro se debatía entre si hacerle o no una foto para quedársela de recuerdo, como un momento único en la vida.

“No, no sin antes tener su permiso.” pensó al sentarse en un acolchado sillón de cuero negro. “Me alegro de que estés bien, Zero”

Fin Flash Back

-Mmmm-un suave murmullo escapó de sus labios y poco a poco las orbes amatistas de Zero se abrieron, se sentó sobresaltado en la cama y miró a su alrededor de forma precipitada, lo último que recordaba era la voz de Noctis gritando su nombre y el agudo dolor de una aguja clavarse en su cuello; esperaba encontrarse en otro sótano o jaula, pero en su lugar estaba en una habitación amplia y familiar, sus heridas estaban vendadas y no dolían, y cuando giró su mirada vió a Noctis sentado en el sillón.- Noctis…- dijo con voz rasposa.

El mencionado abrió los ojos de golpe y por un momento creyó que la voz de Zero fue un sueño, al menos hasta que lo vio sentado en su cama, se alzó precipitado y le cogió de las manos.

-Zero ¿Estás bien? ¿Cómo te encuentras? ¿Te sientes bien? ¿Quieres que llame a Ignis? ¿A un médico? ¿Quieres hablar de lo ocurrido?- Zero sonrió ante la preocupación del azabache, pero su sonrisa se esfumó al recordar cierta escena en la fiesta de esa noche.

-Noctis- lo frenó el peli plata- ¿No deberías estar con tu prometida?- soltó el bombazo sin anestesia y el príncipe se quedó sin palabras al oír.

-¿Qué? ¿De qué hablas Zero?-

-Vi el anillo en el dedo anular de Lilieth, llevaba esculpido el escudo de la casa Caelum en la joya.- dijo el joven con voz ausente.- No tienes que explicármelo si no quieres, pero por favor, deja de preocuparte por mí y ve con tu futura esposa.- Al ver la sincera confusión en los ojos del príncipe dijo- Tienes dos minutos para explicarme qué coño está pasando, si me mientes, estás muerto y si me ocultas algo, estás muerto.- amenazó con su voz de cazador, pero por dentro sentía sus fuerzas desvanecerse, y mostrar su herido corazón era lo último que quería mostrarle a Noctis, no después de lo de “él”.

-¿De qué anillo hablas Zero?- preguntó confuso- Lo único que hay entre Lilieth y yo es una gran brecha repleta de amenazas.-

-Ella misma me lo mostró- lo miró a los ojos y Noctis se quedó sin palabras al ver esas amatistas tan repletas de emociones e inseguridades por primera vez en su vida- No hace falta que pongas excusas si no quieres contármelo, pero al menos no me mientas, no te preocupes por mi cuando ya tienes a otra persona para tú futuro.- las lágrimas empezaban a acudir a sus ojos, pero Zero se negaba a dejarlas caer, no se mostraría débil ante él, no importa cuanto lo amase.

-¿Zero qué te ocurre? ¿De dónde has sacado esas ideas?- preguntaba el azabache, intentó tocarle el brazo, pero este se retiró de forma brusca.

-¡DIME QUÉ COÑO PASA NOCTIS!- gritó ya enfadado por las evasivas del azabache- ¡Estoy harto de que me mantengas a la sombra de todo lo que está pasando! ¡Te he visto, a tí y los demás susurrar cosas entre vosotros y dirigirme miradas preocupadas o tristes! ¡¿Qué mierda está pasando con todos vosotros?!- Noctis no contestó, nunca pensó que Zero se daría cuenta de sus movimientos ni de los demás.-Je, ya veo, pues si no quieres contarme lo me marcho, estoy harto de jugar a la vida perfecta, su alteza.- dijo con asco y burla.

Se arrastró hasta el borde de la cama, colocó ambos pies en el suelo y se alzó de un impulso, pero no contó con que le fallarían las fuerzas, ya que nada más ponerse en pie sus piernas cayeron y su cabeza dio vueltas, esperó con los ojos cerrados por un fuerte impacto, pero de nuevo, y como muchas veces antes que esta, los fuertes brazos del príncipe rodearon su cintura.

-¡¿Pero se puede saber qué te pasa por la cabeza?! ¡Estás convaleciente, idiota!- gritó.

-¡Lo que me pasa tiene nombre y apellido, y justo ahora me esta tocando! ¡¿Me vas a decir de una puta vez qué pasa o me he de creer las palabras de Lilieth?!- gruñó de nuevo Zero mirando el suelo, avergonzado por ser débil frente a un vampiro, frente a Noctis.

-Zero- dijo Noctis tras un momento de silencio-Zero mirame- este negó y el príncipe suspiró, se sentó a su lado en el suelo, agarró la barbilla de Zero y la alzó con el índice, pero pese a eso, el joven seguía con su vista fija al suelo.- Zero por favor, escúchame, no sé que te ha enseñado Lilieth, pero yo no le he dado nada- suspiró otra vez- es cierto que en la fiesta fui a hablar con ella, pero fue para decirle que te dejara en paz.- esto llamó la atención del más pequeño y Noctis resopló ante la terquedad del más joven.

-Lilieth llegó hace unos días con su madre, y tras un paseo a solas por el jardín me “propuso” un trato, casarme con ella a cambio de todos los aliados de la familia Adamantem, pero a cambio de eso, amenazó con matarte si no me alejaba de ti y como prueba de este alejamiento debía declarar mi propuesta de matrimonio en la fiesta de esta noche.- Zero escuchaba atento, pero su mirada seguía clavada en el suelo de la habitación.- Decidí no aceptar el trato y pararle los pies, por eso fui a hablar con ella, para dejarle claro que no hiciera nada contra tí, no para darle un estúpido anillo.- sonrió al ver como el peli plata se encontraba con sus ojos, a pesar de mirarle con desconfianza.

-O sea, que no me lo has contado por…-

-No quería que estuvieras implicado en este estúpido juego suyo.- Zero frunció el ceño enfadado.

-Vamos que no confiabas en que pudiera defenderme solo- sentenció el peli plata- ¡Eres un maldito imbécil, pretencioso y arrogante! ¡No supongas cosas que no sabes, y menos si me implican a mí, tú y yo no somos nada, no sabes nada de mi! ¡¡Puedo luchar mis batallas yo solo, es más, siempre las he luchado yo solo!! ¡¡No tenías derecho ha-!!-

-¡Tienes razón!- gritó Noctis enfadado- ¡He cometido un grave error al no decirte qué pasaba y lo que ella planeaba! ¡Pero-!- apretó los dientes y colocó sus manos sobre los hombros del menor y lo atrajo hacia su pecho- ¡Pero ahora hay una diferencia y es que no estás solo!- Ante estas palabras el cazador se quedó callado- ¡No estás solo, maldita sea! ¡¿Sabes lo preocupado qué estaba cuando salí de allí y no te encontré?! No tienes ni idea del miedo qué sentí cuando me dijeron que te habías quedado allí adentro para ayudar a Lilieth, podrías haberla dejado morir…- entonces calló y lo soltó antes de llevar uno de sus brazos por debajo de las rodillas de Zero y otro por detrás de sus hombros para alzarlo al estilo nupcial.

-¡¡Oye!! ¡¿Pero se puede saber qué haces?! ¡Suéltame, no soy una chica, maldito vampiro!- gritaba Zero mientras se movía en un intento de que el azabache lo soltara, sin embargo, solo consiguió que Noctis afianzara su agarre hasta depositarlo de nuevo en la cama de forma suave, Zero dejó de pelear y miró al otro, este tenía el rostro apático, pero en sus ojos pudo ver la preocupación y sintió el peso de la culpa, sin saber por qué.-Noctis...- este lo miró y Zero apartó la mirada- Entonces… tú y Lilieth…-

- Yo no la amo y  nunca la amaré.- contestó alegrando al peli plata, a pesar de que no lo demostró.- No cuando ya tengo a otra persona ocupando mi corazón.- Y ante esas últimas palabras, sintió como su anterior optimismo y esperanza se iba por el desagüe. “Él ya ama a alguien...”

-¿A dónde vas?- preguntó el peli plata en voz baja cuando Noctis se levantó de la cama para irse, este lo miró con una pequeña sonrisa y dijo.

-Al baño, ¿No querrás que duerma vestido, no?- Zero se sonrojó, Noctis rió y besó la frente del más bajo de forma inconsciente- Enseguida vuelvo.-

“¿Es esto real?” se preguntó al oír la ducha encenderse “Espera, ¿Acaba de darme un beso en la frente? ¡¿A mí?!” el sonrojo se intensificó aún más y Zero apostaría lo que fuera a que no habría ni una sola zona de su rostro que no estuviera roja. “De seguro que solo ha sido un beso amistoso o fraternal, después de todo, él ya ama a alguien.” pensó deprimido.

-ero… Zero- el nombrado salió de sus pensamientos para encontrarse con Noctis de pie a su lado, iba vestido únicamente con unos pantalones de chándal negros, dejando así su tonificado pecho al aire, se sonrojó y tuvo qué hacer un esfuerzo por no gruñir ante la pequeña sonrisa burlona del otro.- Échate para allá- y sin preguntas hizo lo que le dijo, pero en cuanto vio como Noctis se metía en la cama con él apretó los dientes.

-¿Qué haces?- Noctis alzó una ceja, y tras acomodarse en el lado derecho de la cama contestó.

-Este es mi cuarto, por si no lo has notado, y son las tantas de la mañana, ¿Que otra cosa voy a hacer si no irme a dormir? Ha sido una noche larga y cansada, además, la cama es grande, cabrían tres personas más, además de nosotros.- dijo mientras Zero se alejaba hasta colocarse en la esquina izquierda de esta, a centímetros del borde. -¿Qué haces? Anda, acércate, no muerdo.-

-Prefiero no arriesgarme, después de todo podrías meterme mano debajo de las sábanas, así que mantengo una pequeña distancia de seguridad.- se burló el peli plata intentando picar al príncipe para que este se molestara y lo dejara en paz.

-Si no te acercas por ti mismo, lo haré yo y te aseguro que haré mucho más que meterte mano, puede que te espose en la cama y te haga mío sin tu consentimiento.- amenazó en serio, después de lo de esa noche, no quería tener lejos a Zero.- Tienes tres segundos para ponerte en el centro de la cama, 1… 2...3... - y tras nombrar el número 3, Zero se colocó en el centro- Así me gusta- contestó situándose a su lado, con apenas unos centímetros de distancia entre ambos cuerpos.

“Demasiado cerca, demasiado cerca” pensaba Zero mientras miraba a Noctis, ambos estaban tumbados de lado, mirándose cara a cara; Noctis alzó su brazo derecho y con el dorso de su mano acarició la mejilla del peli plata, el cual cerró los ojos y disfrutó del contacto “Tan cálido…” pensó al sentir el suave calor procedente de la mano del príncipe.

-Me alegro de que estés bien- confesó Noctis haciendo que Zero abriera los ojos para mirarle.- Solo había pasado tanto miedo una vez en mi vida, hace tanto tiempo que ya casi ni me acordaba… y ahora no quiero volver a sentirlo.- Lo abrazó con fuerza, con miedo a que en cualquier momento pudiera desaparecer.- Sentí miedo cuando Ignis descubrió la clase de lugar al que te habían llevado, y ese miedo pasó a ser ira cuando te vi en los brazos de aquel vampiro, cubierto de sangre y con una pistola negra en tu mano derecha. El corazón se me detuvo por un instante al pensar que podrían haberte asesinado.- Zero estaba callado, casi quedándose dormido al sentir la calidez del cuerpo ajeno y su profunda voz.- Cuando llegamos al edificio no dudé en córrer a la sala de actos, dispuesto a matar a todos los espectadores y colaboradores de ese horroroso espectáculo… pero te me adelantaste.-

-¿Acaso pensabas que estaría indefenso?- preguntó algo cansado el más joven- Soy el mejor cazador de mi generación, un puñado de sanguijuelas no son nada para mí.- se separó del abrazo y sonrió de lado, intentando permanecer despierto.

-Ya, y más si vas armado- Noctis alzó sus cejas- Te dije muy claro qué no quería que fueras armado a la fiesta, incluso les dije a Ignis y a los otros que guardaran a Bloody Rose- suspiró y Zero gruñó- Pero supongo que, por esta vez, debo dar gracias a que hayas ignorado mis órdenes, si no, no sé qué hubiera sido de ti.-

-Me hubiera liberado de otra forma, imaginación no me falta- contestó burlón, cosa que no le hizo mucha gracia al príncipe, el cual apretó su abrazo.

-Debo reconocer que te veías condenadamente sexy con esa fría mirada y la pistola en mano.-

-¿Me viste? ¿Cuando?- Preguntó ahora más despierto y Noctis le dedicó una pequeña sonrisa de superioridad.

-En la limusina, mientras volvíamos a palacio Ignis me pasó una tablet con la grabación de las cámaras de seguridad.- Zero se sonrojó.- Lástima que estuvieras desnudo.- dijo con rabia.

-¿Por qué dices eso? ¿Acaso no soy guapo?- preguntó medio en broma, medio en serio, preocupado.

-Eres hermoso y esos vampiros no merecen contemplar tu belleza, ni siquiera una fotografía tuya, sentí ganas de arrancarles los ojos a todos, a pesar de que estuvieran muertos, s- “Solo yo puedo verte así” añadió en su mente, a pesar de que casi se le escapa.

Zero apartó la mirada sonrojado, amaba ese lado oscuro de Noctis tanto como amaba su “yo” liberal e indisciplinado, en realidad amaba por completo al príncipe, todos sus pros y sus contras, a pesar de no conocer mucho sobre él, pero eso era lo mejor, deseaba conocerlo, conocer su pasado, sus miedos, sueños, alegrías e incertidumbres… deseaba saberlo todo del otro, incluso si solo podía conocerlo como amigo.

“Creo que ha llegado la hora de enfrentarse al destino, ya no puedo retrasarlo más…” pensó triste.

-Noctis- este lo salió de sus pensamientos, Zero vio cómo la mirada azul brillante del joven Caelum se suavizó al verlo a los ojos a la vez que una pequeña sonrisa se abría paso en sus labios, su corazón tembló al verlo “Después de esto Noctis ya no me querrá a su lado, después de saber lo que siento por él me…” tragó duro “No ahora que tiene a alguien más… pero aún así…”

-¡Yo-! -agarró los sábanas con fuerza y respiró profundamente- Hace mucho tiempo me juré a mí mismo no volver a sentir nada, pero ahora, por tu culpa, mi corazón bombea con tanta fuerza en mi pecho que siempre pienso que se me va a salir del cuerpo, consigues que me enfade con mucha facilidad y que muestre facetas que nunca antes han llegado a ver nadie, por tu culpa mi vida se ha vuelto del revés, ahora solo puedo pensar en tí, cada vez que no estoy a tu lado me pregunto ¿Qué hará? o ¿Cómo estará? ¡Has invadido mi mente, idiota!- se mordió el labio inferior para retener las lágrimas- Siempre actúas tan cercano, tan bueno conmigo, que por un momento llegué a pensar que tal vez era posible… que tal vez tú sintieras lo mismo, pero ahora- su voz se cortó- pero ahora sé que no es verdad… porque ya tienes a alguien que ocupa tu corazón...-

-Zero, escucha- el joven sin palabras ante esa confesión, quería decir algo pero no sabía qué o cómo, pero el cazador lo detuvo al alzar su rostro con los ojos llenos de lágrimas.

-Te amo- se cubrió el rostro para que el príncipe no lo viera- Te amo, te amo Noctis, y ya sé que es muy tarde para decirlo, pero realmente te amo, por eso me duele qué estemos tan cerca, sobretodo sabiendo que tu jamás engañarás a la persona que amas, pero yo… tenía que decirlo, sé que ahora te he puesto en un aprieto, pero… de veras que te amo-

“Ya está, ya lo sabe” cerró los ojos con fuerza, esperando la negativa reacción del azabache, pero tras unos minutos de no ocurrir nada, abrió los ojos con pequeñas lágrimas cayendo por sus esquinas y dijo.

-Por favor Noctis, di algo, lo que sea, grita lo asqueroso que soy, golpéame si quieres, pero por fa…- no pudo seguir porque unos labios ajenos se posaron sobre los suyos en un suave y cariñoso beso.- ¿Noctis? Pero tú no…-

-Yo amo a otra persona- sonrió al ver el sonrojo en las mejillas de Zero tras ese beso, acunó sus mejillas y le apartó unos mechones de sus ojos.- Una persona cabezota y terca como ella sola, gruñón y con unas ansias de asesinar vampiros demasiado grandes para su pequeño cuerpo.- se inclinó hasta quedar a apenas unos centímetros de los labios de Kiryuu- Una persona que me enamoró con su fuerte e indomable carácter, su insubordinación y mal genio, pero que por debajo de esas capas es alguien suave, cariñoso y amable. Alguien que me enamoró con esos mechones bañados por la luna y más suaves que la seda; con sus brillantes ojos me petrifica y apostaría mi vida a que son más valiosos que las propias amatistas y todo el oro del mundo; y con unos labios suaves y rosados que me provocan unas inmensas ganas de morderlos y tornarlos rojos con mis besos- sonrió cuando sus labios rozaron los de Zero- Ese alguien, eres tú, Zero.-

Acunó el rostro de Zero con sus manos y lo alzó unos milímetros para enredar sus labios en un amoroso y superficial beso que, poco a poco pasó a convertirse en uno más profundo, sus labios bailaban sobre los del otro, y cuando la lengua del azabache lamió el labio inferior de Zero para pedir entrada, el joven no se lo negó, sus lenguas se encontraron y se enzarzaron en una pelea que, desde un principio había sido ganada por Noctis, exploraron cada rincón de la cavidad del otro con amor y ternura, y a regañadientes tuvieron que separarse cuando el aire empezó a faltar en sus pulmones.

Noctis contempló con orgullo y amor el rostro de Zero, el cual tenía el rostro rojo y los ojos cerrados, sus labios ahora con un tinte rosado más oscuro empezaban a hincharse por el beso y de ellos entraban y salían profundas respiraciones en busca de aire; la mano del peli plata estaba sobre la suya y cuando abrió los ojos para mirarlo, le dedicó la sonrisa más brillante y hermosa que el joven Caelum había visto nunca.

-Te amo, Zero- y dicho esto volvieron a unir sus labios en otro fogoso beso pero corto beso.

Zero lloró de alegría al saber que esa persona tan especial para Noctis era él, no podía creerlo, podría morir en ese mismo instante y lo haría con una gran sonrisa de felicidad, sentía su corazón golpear continuamente sus costillas y por momentos pensaba que estallaría.

-¿Estás bien?- preguntó Noctis preocupado y con su mano derecha en la mejilla de Zero, este asentía vigorosamente antes de que su mano se posara sobre la del príncipe, respiró profundamente para calmarse y dijo..

-Sí, si, oh dios Noctis, te amo, te amo tanto.- aún estando tumbado lo abrazó, sus brazos rodearon el cuello del azabache y Zero enterró su rostro en su clavícula mientras seguía llorando y susurrando “Te amo” contra su piel.- Si muriera ahora mismo, sería la persona más feliz del mundo.- Notó los fuertes brazos del príncipe abrazarlo por la cintura y sus labios en su cuello, justo encima de su tatuaje.

-Ni se te ocurra, ahora que te tengo entre mis brazos, no pienso dejarte marchar nunca de mi lado.- susurró posesivo sobre la suave carne del peli plata, cosa que le provocó un agradable cosquilleo.- Ahora eres mío, Zero, solo mío, mi amigo, mi amante, mi prometido y mi futuro marido… mi Zero.- besó justo en el centro del tatuaje con amor antes de buscar de nuevo el rostro de Zero, el cual dejó su escondite en el cuello de Noctis.- Eres mi vida, lo único que me mantiene en este mundo y en todo el universo.- y tras esas palabras volvieron a compartir un amoroso beso, luchando de nuevo con sus lenguas por el dominio, el cual volvió a ganar Noctis.

-Mío, mi Noctis, solo mío.- susurró Zero al acabar el beso, con sus labios separados por centímetros y con sus frentes juntas.- Yo soy tuyo y tú eres mío.-  dijo con los ojos cerrados y una sonrisa en el rostro.

-Solo tuyo- afirmó el príncipe. Iban a besarse de nuevo cuando el peli plata se apartó de golpe y empezó a toser, se sentó en la cama y se tapó la boca con ambas manos, su garganta le ardía con tan solo respirar y por un momento pensó que era la sed de sangre, pero a diferencia de otras veces, esta tos no iba acompañada por el incesante dolor de pecho y por cada respiración sentía que necesitaba más aire, se ahogaba. Noctis se sentó a su lado de golpe y le acarició la espalda de forma suave, tratando de calmarlo.

-Tranquilo, respira profundamente y centrate en tu respiración, inspira, expira, inspira, expira, eso es.- Zero siguió las indicaciones de Noctis hasta que logró volver a respirar con, más o menos, normalidad.- Espero que ahora entiendas mejor los peligros que conlleva quedarse dentro de un edificio en llamas, toma, bébete esto.- dijo tendiendole un pequeño vaso con el líquido ambarino- No lo mires así, no es veneno, sino un medicamento.-

-Eso son sinónimos.- contestó Zero, pero al ver que Noctis no se echaba para atrás lo cogió- ¿Para qué es?-

-La inhalación de humo te ha dejado maltrecha la laringe y la tráquea, y con este medicamento evitaremos que se convierta en un futuro problema respiratorio, Zero no muerde, deja de poner cara de homicidio y bebelo de un trago.- el susodicho frunció el ceño- O lo haces tú o lo hago yo a mi manera.- y tras esas palabras, el joven no tardó en tomárselo de golpe.

-Puaj, está asqueroso ¿Cómo me puedes decir qué no es veneno?- dijo con cara de asco, cosa que provocó la risa del azabache qué se encargó de limpiar el tapón con un pañuelo de papel y cerrar el botecito de la medicina.- Ugh, es la primera y la última vez que me tomo esa cosa.-prometió.

-Ya veremos- contestó Noctis antes de besarlo de nuevo y atraerlo hacia él; Noctis se tumbó de espaldas y colocó a Zero en su pecho, rodeó con su brazo izquierdo la cintura de Zero y con su mano derecha acariciaba sus cabellos.- Me alegro de que a partir de ahora, todas las noches vayan a ser así.-

-¿Ha? ¿Estás loco o es que tienes un deseo de muerte?- comentó Zero con su cabeza apoyada en el pectoral izquierdo del príncipe y con su brazo izquierdo rodeando su cintura-  No sé cómo se lo tomará tu padre, pero te aseguro que Sors no será muy indulgente.-

-Mañana mismo hablaremos con mi padre, y en cuanto llegue Sors le pediré permiso para poder cortejarte correctamente, pienso hacer esto bien, qué todo el mundo se entere de nuestra relación es el segundo paso, Zero, no voy a apresurar las cosas.- sonrió al notar como el peli plata le daba un codazo- el primero era confesarme y que tú me correspondieras, así que ya está hecho.- otro codazo por parte de Zero, y a sus oídos llegó un suave murmullo parecido a “Idiota” qué le hizo sonreír un poco más.

-¿Oya? Y supongo que besarnos como locos y dormir juntos en una misma cama no es apresurar las cosas ¿No?- preguntó divertido y Noctis también sonrió.

-No si la cosa no llega a mayores, y no voy a hacer nada más hasta que tu no me des permiso.- le alzó el rostro- Haría cualquier cosa que me pidieras.- Zero sonrió.

-¿Cualquier cosa? ¿Incluso si te pidiera que le dijeras a mi maestro Yagari sobre nosotros?-

-Lo haré en cuanto lo encontremos y me lo presentes.- Zero resopló divertido.

-Te haría puré antes de poder decir “Por el Cristal”.-

-Me da igual, si es una persona importante para tí quiero su aprobación en nuestra relación, y si no lo aprueba, haré hasta la imposible por hacerle cambiar de parecer.- contestó confiado impresionando a Zero, el cual ocultó su rostro sonrojado en el pecho de Noctis.

-Idiota…- “Pero ahora es mi idiota” pensó con una sonrisa- Eres tan diferente a ‘él’... has podido abrir mi corazón de nuevo, Noctis.- murmuró sin darse cuenta, pero lo suficientemente alto como para que el príncipe lo oyera, la mano de Noctis cepillaba sus hebras lo adormecía y el calor de su cuerpo le calmaba, por primera vez en muchos meses se sintió seguro, una seguridad muy distinta a la que sintió al lado de Kuran, y por primera vez en su vida, decidió aferrarse y envolverse con ella.- Te amo, Noct- fue lo último que susurró antes de regresar al mundo de los sueños.

-Yo también te amo, mi amor.- dijo antes de depositar un suave beso en su suave cabello plateado y recostarse en la almohada listo para unirse a su amado en el sueño. “No sé quién eres, “Él”, pero jamás te perdonaré haberle hecho daño a mi ángel.”

Notas finales:

[*5] (Yo, Kiryuu Zero, juro ante tí portarte como compañera y unir nuestras almas como una sola, por eso, permíteme usar tu poder, Dark Moon)

[*6] (Fuego mortal)

¡¡Al fin conseguimos una reacción por parte de Dark Moon!! ¡¿Habla?! Sí, ¡¿Bloody Rose también habla?! No se sabe, ya veremos...

¡¡¡¡Y tachaaaaannnnn!!!! La tan esperada confesión hizo su aparición.

Jejeje, hasta rima y todo, beno, pues chic@s os amo mucho y nos vemos en el próximo cap

Besitos


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