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Lágrimas de plata por Zero Shiro Rose

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Notas del capitulo:

Hooolaaaaa chic@s, estoy de vuelta, sí, este finde hay un nuevo capítulo, wiiiiii

Espero que os guste tanto como los otros.

 

“Las 07:10 am, ¿En qué estaba pensando? ¿En qué momento se me ocurrió a mí tamaña estupidez? No, si la culpa es mía por confiar en… ¡Mierda, no llego!”


El acelerado ritmo de las pisadas se detuvo segundos antes de sonar el estallido, las puertas chocaron contra las paredes laterales creando un gran estruendo, la luz procedente del pasillo iluminó la entrada a aquella gran estancia sumida en la penumbra.


-¡¡TÚ!! ¡Despierta! ¡¿Acaso sabes qué hora es?!- preguntó mientras se acercaba al enorme lecho del cuarto- ¡¡Son las 07:10 am, llegas 15 minutos tarde al desayuno, y por si fuera poco Ignis me está culpando a MÍ de TU irresponsabilidad!!- y tras ese estallido lo único que logró fue un silencio absoluto por parte del bulto situado bajo las caras y suaves sábanas.


“Grrrr, este tío se cree que soy gilipollas, hasta un muerto me habría escuchado” pensó enfurecido mientras se acercaba al cabezal por el lado izquierdo.


-¡¡NOCTIS DESPIERTA YA!!- gritó a pleno pulmón sin escatimar energía, pero ni por esas logró que el cuerpo tendido sobre el colchón se moviera ni un ápice.


En el salón del Sol…


-¡¡NOCTIS DESPIERTA YA!!- ese grito resonó por los pasillos, atravesó las paredes y se esparció por todos los rincones del palacio.


-Jujuju- sentado en el cabezal de la mesa, y vestido con un elegante traje gris oscuro y su cabello perfectamente peinado hacia atrás, estaba el Rey de Insomnia, el cual sostenía entre sus manos el periódico de esa misma mañana mientras un mayordomo le servía una taza de té.


-¿Majestad?- preguntó Cor sentado a su derecha, el cual tenía su taza de té a medio camino hasta sus labios, a la vez que le caía una gotita por la sien, sin saber exactamente por qué aquello le resultaba tan divertido al soberano.


-Ahhh Cor, no hay nada como el hogar- se llevó la taza a los labios y bebió un pequeño sorbo cuando se escuchó otro grito, Cor miró al rey preocupado, pero este solo respondió- Con todo lo que ello implica-


De vuelta en el cuarto de Noctis…


Nada. Dicho bulto entre las sábanas seguía sin asomar la cabeza, Zero suspiró frustrado, aquello parecía una misión imposible. Ya harto de perder el tiempo se dio la vuelta para correr las cortinas y que la luz solar entrara en ese oscuro cuarto, pero nada más estar de espaldas a la cama, algo agarró su muñeca derecha tirando de él hacia atrás.


Esa milésima de segundo en que bajó la guardia, sirvió para derrotarlo con tan sencillo movimiento, su espalda rebotó contra algo suave y mullido y un perfume de mar y rosas nocturnas invadió sus sentidos, ya sabía que había ocurrido.


Una suave risa llegó a sus oídos cuando abría los ojos, los cuales no recordaba haber cerrado, y se encontró con cierto príncipe impuntual, con su musculoso torso desnudo y cabellos aún sin peinar, que reía abiertamente ante el acto tan infantil que acababa de cometer; como si notase la mirada enojada del peli plata, Noctis agachó el rostro tras haber calmado su risa, y sin más dilación unió sus labios con los suaves del cazador.


-Es curiosa tu forma de responder a un beso de buenos días, amor.- dijo el azabache al separarse tan solo por unos centímetros- Pero aún si tu fetiche es morderme cada vez que pueda, te dejaré hacerlo, porque yo también deseo morder cada parte de tu cuerpo.- le susurró con una apasionada sonrisa antes de volver a besarlo.


-Tal vez si alguien no fuera un idiota, no tendría que hacer lo qué hago.- dijo con el rostro de lado, había evitado el segundo beso del príncipe, logrando que los labios de este, acabaran en su mejilla.- ¿Qué hora te crees qué es?- preguntó con el ceño fruncido, con lo que Noctis lo soltó y volvió a tirarse sobre el colchón.


-De seguro no lo bastante tarde como para levantarme- miró a Zero, el cual estaba abriendo las cortinas, y cuando la luz entró, los azules ojos del mayor se cerraron molestos, estiró una mano a modo de invitación y dijo- ¿Por qué no te unes a mí? Así podré dormir un poco más-


-Pff ¿Que tienes, 5 años? ¿En serio necesitas de mi presencia para poder tener buenos sueños?- se burló Kiryuu mirándolo con una ceja alzada.


-No, porque cuando estoy despierto ya vivo en el paraíso, y solo porque tu estás conmigo.- contestó Noctis aún tumbado, Zero, por su parte, se sonrojó hasta las orejas- Ese tono rojo te queda muy favorecedor, mi amor.-


-Cierra el pico, maldito chupasangre pervertido y vístete de una vez, tu padre te espera desde hace ya un buen rato.- dijo con los ojos cerrados, aún sonrojado y de brazos cruzados- Aún no he bebido el suficiente café para aguantar tus cursilerías- lo fulminó con la mirada- Y ve a vestirte de una maldita vez-


-Jajajajajajajaja- río mientras se alzaba de la cama y se dirigía hasta el oji amatista, se situó frente a él y lo abrazó por la cintura para apoyar su barbilla en el cuello del menor- Conmigo no te funcionará ese vocabulario despectivo, ya que fue precisamente eso lo que me enamoró de ti, mi indomable neko.-


-Grrrr ¿Quieres hacer el favor de ir a alistarte ya? Las doncellas tienen que limpiar tu cuarto antes de que la matrona llegue a revisarlo, y tu solo las atrasas, así que date prisa.- lo empujó un poco y sin ejercer fuerza para liberarse, ya que en verdad le gustaba estar en esa posición, rodeado por el calor de SU príncipe, porque sí, desde aquella noche, se convirtió en SU novio.


Flash Back


La sensación de un agradable calor fue lo primero que notó al despertar, se sentía seguro, y por primera vez desde que Sors se había marchado, no había tenido ni una sola pesadilla o recuerdo de su vida en la Academia.


Sus ojos parpadearon al abrirse, acostumbrándose poco a poco a la luz del sol qué se filtraba a través de las ventanas descorridas, seguramente la noche anterior se olvidó de cerrarlas, cuando logró obtener una visión nítida de su entorno se topó con un amplio y definido pecho a escasos centímetros ¿O tal vez milímetros? de su rostro, fue entonces que también se percató del peso muerto que rodeaba su cintura, un brazo, sin duda, se sentó poco a poco sobre el colchón y volvió su mirada a la cama, allí, en toda su gloria, se encontraba Noctis profundamente dormido.


“¿Qué pasó?” pensó un tanto desorientado, apenas le llegaban nada más que visiones cortas y borrosas de la noche anterior, miró el cuarto en el que se encontraba y comprobó que se trataba del cuarto del príncipe “Maravilloso, Zero ¿En qué coño te has metido ahora para acabar así?” volvió a mirar al joven, ahora completamente sonrojado y trató de recordar lo ocurrido.


“-Te amo- se cubrió el rostro para que el príncipe no lo viera- Te amo, te amo Noctis, y ya sé que es muy tarde para decirlo, pero realmente te amo, por eso me duele qué estemos tan cerca, sobretodo sabiendo que tu jamás engañarás a la persona que amas, pero yo… tenía que decirlo, sé que ahora te he puesto en un aprieto, pero… de veras que te amo-


- Ese alguien, eres tú, Zero.-


-Te amo, Zero-


-Sí, si, oh dios Noctis, te amo, te amo tanto.- aún estando tumbado lo abrazó, sus brazos rodearon el cuello del azabache y Zero enterró su rostro en su clavícula mientras seguía llorando y susurrando “Te amo” contra su piel.- Si muriera ahora mismo, sería la persona más feliz del mundo.-”


“Por favor, no me digas que realmente dije tales cursilerias” se lamentó al recordar esa confesión nocturna; ocultó su . “¡¿En qué coño estabas pensando, Kiryuu?! ¡Eres un cazador de vampiros no una maldita colegiala hormonada viviendo su primer amor!” Estaba frustrado consigo mismo por tal lamentable comportamiento, por haber permitido que le venciera la debilidad del momento y avergonzado de que Noctis, de entre todas las personas y vampiros, lo hubiera visto en ese momento. “Odio  mi vida” pensó con lástima.


Le llegó un olor profundo a mar y lilas bastante conocidos, apartó las manos de su cara y descubrió el origen de dicho olor, la única prenda que llevaba en ese momento, la camisa blanca de Noctis, la cual le venía algo ancha, pero que le proporcionaba calidez y seguridad, sonrió de forma inconsciente a la vez que volvió a mirar el rostro del durmiente.


Sus facciones relajadas y cabello despeinado le daban un aire inocente; su respiración calmada le indicaba al cazador la plena confianza que tenía el príncipe en su entorno, y el conjunto, se le antojó a Zero como ver a un niño pequeño. No había tensión, ni preocupación, ni siquiera la gran responsabilidad de llevar un reino a una edad tan joven, nada, al verlo dormir solo vio a un hombre joven y sin madurar, alguien incapaz de seguir los pasos de su padre, por mucho que lo intentara.


“Te queda un largo camino por recorrer, Noctis.” pensó con algo de pena “Y por desgracia, no te será fácil llegar hasta el trono. Lo único que espero es poder estar a tu lado para verlo con mis propios ojos.”


Volvió su mirada a la mesita del lado derecho, concretamente al reloj digital, y al ver los dígitos de color índigo, abrió los ojos preocupado.


-Mierda- murmuró antes de intentar levantarse, pero no pudo moverse demasiado debido al férreo control que mantenía el brazo del azabache sobre su cintura, suspiró frustrado y se dio la vuelta- Noctis, Noctis despierta, suéltame- le dijo y como respuesta solo obtuvo un murmullo inentendible y un tirón por parte de dicho apéndice, de vuelta a su posición inicial. -¡Noctis!- gritó.


-Mmm, 5 minutos más…- murmuró dormido, atrayendo aún más a Zero a su lado, para rodearlo, esta vez, con ambos brazos y ocultar su rostro en la clavícula de este.


-Ni 5 ni medio, ¡¿Acaso sabes la hora qué es?! ¡Son las- mhm!- gimió sorprendido ante la sensación de los labios del azabache contra su cuello- Noctis para.- pero de nada sirvió, los labios del mayor repartían besos, cortos y suaves a lo largo del cuello del peli plata, causando un agradable cosquilleo en el menor, el cual sujetaba los hombros de Noctis e intentaba alejarlo.


-Hueles dulce, me gusta- murmuró entre besos- Tu piel es suave y pálida, y cada vez que poso mis labios sobre ella, noto como la sangre sube por tus venas ¿Estas sonrojado?- preguntó con una sonrisa en sus labios mientras alzaba el rostro.-Acerté-


-Tú…- Zero tenía un notable sonrojo sobre sus mejillas, y esa visión le pareció muy tierna al purasangre- Maldita sanguijuela, aléjate de mi-


-No decías eso ayer por la noche.- contrapuso el príncipe, ahora a la misma altura qué el peli plata, el cual se sonrojó aún más y desvió la mirada mientras gruñía.


-Yo no recuerdo nada de eso, a-a-además, estaba drogado, así que no fue váli- no pudo continuar cuando los labios del azabache apresaron los suyos en un suave y cariñoso beso mañanero, el cual no duró porque Zero, sorprendido por tal acción, se apartó de golpe cayendo al suelo- ¡¡¿Pero qué haces?!! ¡No me beses antes de lavarme los dientes!- gritó rojo como un tomate.


-Entonces quiere decir que te ha gustado, jajaja- río de forma sincera al ver el rostro del menor, se inclinó sobre el borde de la cama y alargó su brazo derecho para agarrar el de Zero y acercarlo- No me pongas excusas para no besarte ahora que puedo hacerlo libremente, Zero, de todas formas no me disuarás.- y dicho esto colocó sus manos en sus mejillas y volvió a besarlo.


La lengua de Noctis acarició los herméticos labios del menor, pidiendo permiso a Zero para dejarle entrar, el cual no se hizo de rogar, y a los pocos segundos, ese íntimo y cariñoso contacto se tornó en un fogoso y apasionado beso.


-No me importaría despertar así cada mañana, abrir los ojos y encontrarte a mi lado, ya sea despierto o dormido, y que después nos besáramos apasionadamente para desearnos los buenos días.- confesó Noctis al separarse- Bueno, aunque omitiría la parte en que te apartas de mi primer beso-  


-Cállate- Zero apartó la mirada, de nuevo sonrojado mientras se levantaba del suelo y dejaba a Noctis guiarlo de vuelta a la cama, sentado sobre sus rodillas.- No me puedo creer que no te avergüence decir todas esas cursilerías.-


-Por tí, diría estas y un millón más.- y ni corto ni perezoso volvió a unir sus labios con los de Zero, bajándolo poco a poco hasta recostarlo de nuevo sobre las sábanas blancas.


Sus lenguas luchaban por el dominio del beso, el cual iba ganando Zero poco a poco, para sorpresa de Noctis, que abrió momentáneamente sus ojos y miró al joven debajo suyo con cierto brillo malicioso; llevó una de sus manos al borde inferior de “su” camisa y comenzó a recorrer con suaves caricias su fina piel.


Zero temblaba de emoción y placer en medio del beso por los cuidados del príncipe, y estos se hicieron más notorios cuando Noctis dejó sus labios, ahora rojos e hinchados, para pasarse a su cuello, besando, lamiendo y mordiendo (sin causar sangre) toda la piel que pudiera alcanzar y más.


¡BAM!


-¡NOCTIS ESTO ES TERRIBLE! ¡ZERO NO ESTÁ EN NINGÚN SI-!- ambos vampiros se petrificaron de golpe ante el portazo, Zero se sentó tapandose el cuello con la camisa del príncipe, más rojo qué la sangre recién transferida, Noctis, por su parte, miraba con fastidio y enfado a su “querido y apreciado mejor amigo” por la reciente interrupción.- tio- acabó el rubio en un susurro y con el rostro muy sonrojado.


Ver a tu mejor amigo, medio desnudo y con cierto peli plata en las mismas condiciones y a punto de hacer “eso” no era muy favorecedor, y más si se le añade el hecho de que sabes perfectamente que tú eres el culpable de interrumpir “ese” acto.


-Lo siento- dijo en voz baja antes de cerrar la puerta, ninguno de los dos jóvenes se movió de su posición, y al cabo de unos segundos, la puerta volvió a abrirse revelando la rubia cabeza de Prompto.- Yo gano- y volvió a cerrar la puerta con una sonrisa.


-¿Cómo diablos puede recordar eso y no donde deja su arma?- preguntó Zero para si mismo, con una gotita en la sien. Noctis miraba a su peli plata, sin saber muy bien cómo reaccionar a lo dicho por Prompto, así que, para recordar a Zero su presencia lo envolvió de nuevo entre sus brazos, por la espalda y besó suavemente su cuello.


-¿Te importaría explicarme de qué va todo esto?- Zero gimió frustrado y se dejó caer contra el pecho del azabache.


-En verdad es tu culpa- dijo sin dar más explicaciones hasta qué Noctis le pinchó con el dedo índice en el costado- Hace un tiempo, antes de la fiesta de ayer, los chicos me animaron a confesarme- explicaba sonrojado- y yo les dije que no lo haría hasta que no lo dijeras tu primero porque pensaba que no sentías lo mismo por mí.- chasqueó la lengua- y entonces saltó Prompto y apostó 10 monedas a que tu me correspondías y…-


-¿Y?-


-Y además apostó a que nada más me confesara ante tí, me besarías, aunque no recuerdo si dijo con o sin lengua. Bueno, da igual, ahora debo mandarle el dinero, después de todo acertó- concluyó mientras Noctis reía.


-Es realmente divertido saber lo que hacen mi novio y mejor amigo a mis espaldas.- dijo entre risas antes de besar a Zero en la mejilla, lo soltó y se levantó de la cama para estirarse- Deja que yo le envie el dinero, le añadiré también una nota de agradecimiento.- miró al peli plata y lo volvió a besar en la frente.


-Tienes una afición obsesiva por besarme a cada rato ¿No?-  dijo Zero con el ceño fruncido, a lo que Noctis sonrió.


-Me gusta sentir la suavidad de tu piel en mis labios, es tan suave, tan fina, tan dulce… es como si pudiera saborear tu sangre sin tener qué beberla. Me intoxicas Zero, y a partir de hoy, podré besarte siempre que quiera.- y tras esas palabras volvió a besarlo en los labios.


Fin Flash Back


El sonido de la ducha se escuchaba tras la puerta del baño, Zero recordaba con cariño aquel momento matutino hacía ya una semana, y como ese idiota de Noct le había entregado una nota a Prompto agradeciendole por la apuesta, era increíble lo infantil y estúpido que podía llegar a ser ese príncipe.


“Me pregunto si algún día madurará” lo pensó por un momento y se llevó una mano a la frente “Es Noctis de quién hablo, no lo hará”


-¡Zero-kun!- escuchó una voz a sus espaldas.- Buenos días.-


-Buenos días Alba- La joven doncella le dedicó una amistosa sonrisa antes de ponerse manos a la obra con la cama- ¿Otra vez le cambias las sábanas?- Preguntó curioso.


-Sí, cada día hay que cambiar las sábanas, limpiar los muebles, estanterías, barrer y fregar los suelos, airear las cortinas, pulir la lámpara y los cristales, ordenar el vestidor por colores y temporada, y retornar la ropa limpia y planchada a sus estantes… ¡Ah! Y por supuesto limpiar el baño, encerar los zapatos y retirar la ropa en desuso.- enumeró la joven tranquilamente.


-Eso es… ¿Cuanto tiempo?- la chica lo pensó por un instante y respondió mientras seguía con su faena.


-Normalmente se tarda una mañana entera, pero la Revisora pasa dos horas después de salir el príncipe de la estancia, hoy por desgracia ya he perdido 10 minutos, con lo cual… tengo que darme prisa.-


-¿Quieres que te ayude-


-¡¡NOOO!! ¡No hace falta, es más, no debes! -dijo alterada por tal proposición.- Recuerda la jerarquía, la je-rar-qui-a.- con sus manos formaba una pirámide en el aire simulando un triangulo rectángulo- Si alguien se enterase de que me has ayudado, o siquiera has hablado conmigo, estoy acabada.-


Ambos escucharon como la ducha se cerraba, Zero alzó la mirada en dirección al baño justo cuando la puerta se abría, y al volver a mirar donde estaba Alba, solo se encontró con una cama hecha, y la muda del día para el príncipe colgada de una de las barras del dosel.


-¿Qué tanto miras?- preguntó Noctis mientras se secaba el cabello, Zero lo miró sin verlo, su mente estaba perdida mientras intentaba procesar en qué momento le había perdido la pista a la joven sirvienta, un minuto la tenía frente suyo con la cama a medio hacer, y al siguiente no había ni rastro de ella, pero con una de sus tareas hechas.


-Nada- dijo distraído antes de mirarlo a los ojos y fruncir el ceño- Solo pensaba que eres peor que una chica al arreglarse.-


-¡Oh! Con que era eso, lo único que hacía era ponerme guapo para tí.- contestó burlón, y ante la imagen de un Zero ruborizado y con el ceño fruncido, solo pudo sonreír de forma arrogante al conseguir su objetivo.- Vamos amor, no te enfades, tal vez algún día consigas vencerme en cuanto a palabrería.- rió mientras rodeaba la cama y lo abrazaba- Eres lo más hermoso que he visto en mi vida, mi luna.- dijo antes de besarlo.


-C-Cállate, y vámonos ya, maldito idiota.- dijo el peli plata al apartarse con una mano cubriendo su boca.- ¿Y cuántas veces te he dicho que no me llames así?-


-¿Llamarte cómo, amor?- preguntó con una sonrisa traviesa, y lo único que recibió fue un gruñido por parte del menor, antes de marcharse solo por el pasillo.- Jajajaja, oh mi ángel, no te enfades, jajaja.- y corrió tras él.


En el comedor…


-Me alegra de que al fin hayas decidido bajar un día a desayunar con tu padre, hijo.- comentó Regis con una sonrisa nada más ver a su joven heredero entrar por la puerta principal.


-Sí, se podría decir que he tenido un buen despertar, esta mañana.- contestó Noctis con una sonrisa y lanzándole una sugestiva mirada a Zero, la cual no pasó desapercibida por el rey.


-Me alegra oír eso, y también me complace que el joven Kiryuu no haya decaído en su trabajo tras ‘aquel’ suceso.- y tras esas palabras, bebió un sorbo de su copa de zumo.


-Las emociones deben mantenerse aisladas del trabajo, su majestad.- fue la simple contestación de Zero desde su posición junto a los otros guardias, a lo que el Rey solo asintió.


-Kiryuu, hoy vendrás conmigo a la Academia, Prompto requiere de tu ayuda en cierto “aspecto”.- habló por primera vez Cor, el cual no apartaba la vista de entre Noctis, Zero y Regis.- En cuanto termine el desayuno partirás conmigo, pero ahora ve a buscar a Gladiolus y repórtale tu ausencia.- y tras un pequeño asentimiento, el peli plata se marchó bajo la atenta mirada del príncipe.


“Aún recuerdo cuál fue la primera reacción de padre al saber la noticia.” pensó Noctis mientras volvía a comer su desayuno.


Flash Back


-¡¿Quieres hacer el favor de dejarme en paz?!- gritó Zero enfadado por el comportamiento de Noctis.- Lo único que te estoy diciendo es que me sueltes.-


-No- fue la única contestación del azabache- No pienso soltarte hasta que no tomes algo, al menos bebe algo de mi s-


-¡Que no y punto! ¡Ahora suéltame antes de que te agujeree con-


-¿Con qué? Te recuerdo que en estos momentos estás indefenso, sin ninguna de tus armas.-


-Grrrr, Noctis, suéltame. No soy el mejor cazador de vampiros por nada, incluso sin un arma puedo llegar a hacerte mucho daño.- amenazó- Así que SUÉLTAME-


-Es bueno veros a ambos tan activos por la mañana, ¿O debería decir por la tarde?- se escuchó una profunda voz a sus espaldas.


Ambos chicos se giraron poco a poco, y frente a la puerta, abierta por dos guardias, se encontraba su majestad, el rey Regis con una suave sonrisa en el rostro.


-Buen día padre- contestó Noctis- Estábamos a punto de empezar a almorzar ¿Por qué no te nos unes?-


-Precisamente venía a eso, hijo, pero gracias por invitarme.- dijo tomando asiento en la otra punta de la mesa.- Noctis… ¿No será un poco difícil comer así?- preguntó el rey con una gotita en la sien.


El joven azabache se encontraba sentado en uno de los cabezales de la mesa, y sentado en su regazo estaba Zero, el cual trataba de soltarse del fuerte agarre del príncipe, que solo usaba su brazo derecho para envolver su cintura. El peli plata le dedicó al rey una mirada de súplica, anhelando la ayuda de este para persuadir a su tozudo hijo.


-¿Por qué lo dices padre?- preguntó de vuelta, como si no fuera consciente de la posición en la que se encontraba.


-Creo que deberías dejar ir al joven Kiryuu para disfrutar mejor de la comida, por su rostro, parece que le incomoda dicha posición.- Zero miró al rey con cierto brillo en los ojos antes de mirar a Noctis; este, tenía su mano libre apoyada bajo su mejilla izquierda y ambos ojos cerrados, tranquilo.- Noctis, suelta a Kiryuu-kun.-


-No voy a hacerlo.- contestó de forma brusca nada más abrir sus ojos- No ahora que es MÍO, mi NOVIO.- miró fijamente a su padre, el cual tenía los ojos abiertos como platos ante la noticia.


-¡NOCTIS! ¡¿SE PUEDE SABER POR QUÉ LO HAS DICHO ASÍ?!- le golpeó en la cabeza.- No soy tuyo, yo no soy de nadie, no se te ocurra tratarme como un objeto ¡Suéltame!- gritaba Zero mientras se removía en sus brazos.


-¡Au! ¡Te quieres estar quieto ya! El doctor dijo que no hicieras movimientos bruscos hasta que volviera a revisarte.-


-Me da igual lo que diga ese viejo. ¿Crees que alguna vez le he hecho caso a alguno?- se quejaba el peli plata.


-Pues a partir de ahora tendrás que hacerlo, sino por tí, hazlo por mí.- le dijo de golpe, con lo que Zero se detuvo y lo miró sorprendido, Noctis llevó su mano izquierda a su rostro, a la vez que aflojaba un poco su agarre en la cintura del menor, pero aún así no lo soltaba.- No quiero perderte, Zero.- ambos se miraron a los ojos, leyendo en ellos todas las emociones que pasaban por estos y que ninguno se atrevía a vocalizar aún.


-¿Desde cuando-? -Interrumpió Regis el momento de emoción, cosa que provocó que Zero apartara la mirada de Noctis, sonrojado, y este solo mirara a su padre. Ambos se habían olvidado de que estaba allí- ¿Desde cuando son-?-


-¿Novios?- preguntó Noctis con diversión y orgullos- Desde anoche, cuando Zero se me declaró y yo también me confesé. Eres el primero en saberlo.- dijo con una feliz sonrisa- Bueno, no, el segundo, Prompto nos pilló esta mañana besándonos en la cama.- rectificó sin tapujos.


-No necesita los detalles- dijo Zero más rojo que un semáforo, ya que por cada palabra que decía Noctis con tanta soltura y alegría, a él se le encogía el corazón de felicidad, nunca en su vida, nadie había estado tan orgulloso de estar con él como para decirlo de forma tan directa. “Mucho menos Kuran” pensó aturdido al caer ahora en ese detalle.


-Ya veo- dijo Regis con los ojos fijos en su copa y sin expresar emoción debido a tener su boca oculta tras sus manos. Se alzó de su asiento y dijo mientras caminaba hacia ellos- En ese caso, espero ser el primero cuando os unáis a través del lazo de sangre, y no aceptaré un no por respuesta.- posó una mano sobre el hombro de Zero y le dedicó una sonrisa.- Bienvenido a la família, Zero.-


-G-gracias, majestad.- dijo abochornado, sin saber si podía o no ocultar su rostro, más rojo que las remolachas, en el pecho de Noctis para que el rey no lo viera.


-!Oh vamos! Llámame padre.- dijo con una sonrisa por la tierna imagen del sonrojado peli plata, entonces volvió la mirada a su hijo- No podrías haber escogido mejor hijo, por eso cuídalo.- y emprendió su camino de vuelta a su asiento- Cuando terminemos el desayuno vendrá el doctor a revisar vuestras heridas, Noctis.- anunció su padre.- Según lo que me contó el doctor, te inyectaron una fuerte droga paralizante ¿No?- Zero asintió, aún rojo de la vergüenza.- Pues hasta entonces quédate donde estás y no hagas movimientos bruscos, Zero, así nos aseguraremos de que no se agrave tu estado.- Y Kiryuu notó como el brazo en su cintura se apretó un poco.


“Genial, atrapado en las garras de un vampiro”


-¿Vas a comer o-?- Zero cogió una copa de zumo y se la llevó a los labios, sin dejarle tiempo a Noctis a acabar la frase, el cual solo sonrió satisfecho- Así me gusta- y dicho eso le besó la mejilla con cariño.


Fin Flash Back


Encontró a Gladiolus en el jardín, explicando a varios guardias como funcionaban las defensas mágicas en esa zona de palacio, y tras contarle el motivo de su partida, se encaminó de vuelta a la entrada principal del palacio, donde Cor lo esperaría para partir.


-¡¡Kiryuu!!- el joven apenas se giró cuando unos brazos rodearon su cuello y lo derribaron al suelo- Ayudamee, buaaaa-


-¿Qué pasa Sapphire?- preguntó cansado el peli plata.- ¿Por qué diablos estás llorando?-


-Yo… yo… he hecho algo terrible y me sabe fatal- y se cubrió los ojos con sus brazos antes de volver a llorar desesperado. Zero le dio un coscorrón- ¡¿Por qué me pegas?!-


-Porque no dejas de llorar y ni siquiera sé qué diablos has hecho.- el joven murmuró un “lo siento”, y tras mirar a ambos lados, se acercó hasta la oreja de Zero, donde le confesó su delito.


-Y eso es lo que pasó.- acabó triste- ¿Qué hago? Zeroooo- y antes de que volviera a ponerse a llorar, el joven peli plata le dió otro coscorrón.- ¡¡¿Y AHORA POR QUÉ ME PEGAS?!!- gritó con lágrimas, esta vez de dolor, cayendo por sus mejillas.


-Porque eres un idiota- contestó molesto, tras chasquear la lengua se puso de pie y se cruzó de brazos- Lo único que tienes qué hacer es ir y disculparte.-


-Pero ya te he dicho que no puedo ¿Cómo voy a pedirle perdón.-


-Entonces deja que despidan a esa inocente chica.- se encogió de hombros.- Si tu orgullo de veras te impide confesar deja que la despidan, después de todo, ¿Qué importan unas cuantas galletas a cambio de un sueldo que mantiene a una familia entera?-


-Pero- se quejó- Uggh, juro que nunca más voy a comer galletas, traen más dolores de cabeza que placeres.- y dicho esto corrió por el pasillo en dirección a las cocinas.- Gracias Zero.- gritó antes de doblar la esquina.


“Tonto...”


Al final, el “asunto” del que hablaban Prompto y Cor, era un simple prueba de nivel para los alumnos más veteranos, era un examen que determina el ascenso al curso final o repetir el actual.


Se encontraban en uno de los gimnasios principales de la Academia, el Gimnasio Sider, donde 5 maestros y 5 miembros de las diferentes secciones de la Guardia. El examen constaba de pelear contra cada uno demostrando todo lo que habían aprendido durante su estancia en la Academia.


Con el pasar de las horas, se fue determinando quién estaba preparado para ascender de nivel y quién no, así como también se revelaban los más dotados en los campos de fuerza, ingenio y habilidad con hechizos, los cuales eran bastante básicos, bajo el punto de vista de Zero.


-¡M-Me rindo!- gritó el último joven cayendo de rodillas sobre el ring en el centro de la sala.


-Ni siquiera lo has intentado- contestó Zero asombrado ante esa exclamación.- ¿Por qué?-


-Es inútil intentarlo cuando ya sabes el resultado- respondió el joven cabizbajo.


-Ya veo- dijo Zero con los dientes apretados.- Entonces ya no hace falta que vuelvas, ni mañana ni nunca.-


Dicha sentencia llamó la atención de todos en la sala, los alumnos miraban la escena conmocionados, los maestros sorprendidos por la noticia y autoridad del joven, y los otros adultos invitados a la prueba observaban impasibles el momento. Mientras tanto, el joven frente a Zero se encontraba en shock, ¿Quién era ese sujeto para decirle eso? ¿Iba en serio?


-¿Qué?- murmuró aún en estado de shock.- N-no-


-He dicho que ya no te molestes más en regresar.- repitió Zero con los brazos cruzados.- Ni tú, ni ninguno de tus compañeros.- Y entonces estallaron los gritos de indignación y sorpresa por parte de alumnos y profesores.


-¡Tú no tienes autoridad para dar esa orden! ¡¿Pero quién se cree que es este?! ¡No tienes ni idea de lo duras que son las pruebas para llegar hasta aquí! ¡Eso! ¡Márchate, no te queremos aquí! ¡Fuera!- eran los gritos que más resonaban en el salón.


-Dais pena.- contestó el peli plata sin inmutarse- Que digo pena, dais vergüenza.- los gritos se redujeron a murmullos y Zero continuó.- Si os enfrentais todos a mí en este momento, estáis muertos; cuando salgáis el día de mañana a cualquier división de la Guardia y os encontréis a los Niveles-E, os matarán; cuando peleéis contra algún enemigo o criminal de Nivel-C, os matará.-


-¿De qué estás-?-  empezó uno de los maestros.


-En este mundo no sirve el rendirse cuando no ves la victoria. Debes enfrentarte a la batalla a pesar de saber que vas a perder, nunca lo aceptes, pero enfréntate y encuentra una forma de ganar o reducir el impacto de dicha derrota.- miró al joven frente a él- Aquellos que huyen son unos cobardes, todos vosotros sois unos cobardes al huir de una pelea u otra diciendo un simple “Me rindo”. ¿Creéis qué allá afuera el enemigo se detendrá cuando os oiga decirlo?- rió sin humor- No. Se abalanzará sobre vosotros con la firme intención de mataros, os asesinará de una forma lenta o rápida, pero sin duda dolorosa.- miró a su alrededor- No sois más que un puñado de críos jugando a ser futuros héroes. Madurad, mocosos, y si no os véis capaces, dejadlo, porque solo debilitaréis a vuestro equipo y al cuerpo de la Guardia a la que pertenezcáis.-


-¡Tú tienes nuestra misma edad!- gritó un joven de entre la multitud.- ¿Cómo puedes decirnos eso si tienes nuestra misma edad?-


-Porque yo me he enfrentado y convivido con la muerte desde que tenía 12 años. Yo me he enfrentado a cosas que aterrorizarían vuestros sueños durante años; he visto escenas de todo tipo de horrores, y muchos de esos los he vivido yo en mi propia piel.- contaba sombrío.- Si os digo esto es para evitarles a vuestras familias un mal momento.- suspiró- Os seré sincero. Ahora mismo ninguno de vosotros sobrevivirá cuando salgáis por esas puertas el día de mañana, puede que algunos lleguéis a pasar como mucho, 3 semanas, pero ese es mi tope, así que haceros un favor y buscaros otro trabajo.-


-¿Insinuas que el trabajo del profesorado es insuficiente?-


-Inútil sería la palabra correcta, mediocre y superficial dicho de otra manera, pero sin duda inservible.- afirmó Zero, el cual volvió a suspirar cansado- Ahora mismo tenéis dos caminos a elegir: 1, renunciáis a vuestro sueño y buscáis otro camino que seguir en esta vida.- dijo alzando el dedo índice.


-¿Y el otro?- preguntó alguien.


-O 2, empezar de cero.- dijo tranquilo, desconcertando a los todos los individuos de la sala.- Iniciar un nuevo sistema de entrenamiento, uno de verdad, y desde el primer curso, aumentar horas de gimnasia, ganad potencia, fuerza, agilidad y sigilo. Modificar también el sistema estratégico de batalla, entrenar con distintos individuos y aprended a predecir sus patrones de movimiento, puntos débiles y fuertes; también debéis relacionaros con vuestro entorno, la vida real no se encuentra dentro de estas paredes, vuestras batallas no se vivirán en este ring de entrenamiento, sino allí fuera, en el bosque, en la calle, en el mar, con lluvia, nieve… cualquier lugar es posible, debéis dominar el ambiente en el que peleéis, y una vez tengáis eso integrado, os será más fácil tomar el control de la pelea.- enumeró Zero todas las posibilidades.- Pero si no estáis dispuestos a cambiar eso, no vale la pena que yo esté dando este monólogo.- salió del ring y cogió su chaqueta.- Cuando haya alguien digno de batallar, llamadme, sino, no os molestéis, no puedo perder mi tiempo de forma tan inútil.- y dicho esto se fue dejando a todos en silencio.


Esa misma noche…


“Prompto ya me ha contado tu numerito en la Academia” se escuchó una voz divertida.


-Me alegro de que al menos alguien se haya divertido.- fue la escueta contestación.


“Ya, nuestro querido amigo también me ha contado cómo has dado una increíble clase de entrenamiento en menos de cinco minutos, increíble amor, has motivado a más de 100 alumnos más rápido que todos los maestros juntos en una rueda de presentación.” se escuchó una risa “Dice que nada más salir tú del gimnasio, los chicos se abalanzaron sobre los otros 4 miembros preguntando quién eras, jajajaja, imagínate su cara al saber tu nombre y posición”


-Mhm, muy divertida, seguro.- dijo Zero cansado mientras se masajeaba la frente.


“Zero ¿Estás bien? Se te oye decaído ¿Dónde estás? ¿Voy a buscarte? ¿Necesitas ayuda? ¿Un médico? ¡Dime dónde estás y voy a buscarte ahora mismo!” dijo el azabache de carrerilla y sin dejarle hablar, pero a pesar de ello, a Zero le apareció una sonrisa en los labios al oír el tono preocupado de su pareja.


-Estoy bien, cálmate, estoy en casa, a punto de irme a la cama, la cabeza está por matarme, pero tranquilo- dijo adelantándose a la nueva lluvia de preguntas de cierto azabache.- Me he tomado una pastilla para el dolor de cabeza, con lo cual no tardará en hacer efecto.-


“Entonces ¿No hace falta que coja el coche y vaya para allá?”


-Tranquilo, si la cosa va a más prometo llamarte para que vengas a hacerme compañía, jejeje, aunque puede que luego te aburras, seguramente me quedaré dormido.- dijo divertido.


“Me fascina verte dormir, eres tan hermoso”


-¿Solo cuando duermo? Gracias por eso, Noctis, te la devolveré.- simuló estar ofendido, pero por dentro se moría de la risa al imaginarse la reacción del otro- Además ¿Cómo sabes que soy hermoso mientras duermo si nunca me has visto dormido?-


“No me hace falta, solo con verte despierto sé que eres igual de hermoso dormido” Arreglo por pura suerte ¿O tal vez lo tenía planeado? el error de antes. “De todas formas no olvides lo que acabas de decir.”


-Sí, no te preocupes. Hasta mañana.-


“Hasta mañana, amor, te estaré esperando en mi cama.” y dicho eso colgó.


-¡¡NOCTIS!! Me ha colgado, maldito- dijo antes de tirar el móvil contra la cama y dejarse caer él también sobre este. “Ese idiota… ya me las cobrare mañana” se giró y sobre su mesita vio la caja donde descansaban Bloody Rose y Dark Moon “Es cierto, también debo volver a entrenar con ambas, sobretodo porque ninguna de las dos me ha vuelto a hablar desde aquella noche… O tal vez esa noche estaba tan desesperado por ayuda que me pareció escuchar voces y las asocié a Dark Moon… Sí, de seguro fue eso. Pero… si fue así… ¿En qué momento cogí la pistola? ¿Dónde estaba esta antes de que yo la cogiera?”


Su mirada ahora estaba fija en ambas pistolas descansando sobre la tela de terciopelo, en algún momento inconcreto mientras estaba sumido en sus pensamientos, había cogido la caja colocándola frente a él y la había abierto.


“Tal vez le esté dando demasiadas vueltas…”


Imperio Niflheim, capital Graela…


La monumentalidad de la ciudadela era inmenso, construido en su totalidad a base de  tecnología, integrando grandes e importantes partes de esta a sus cimientos, tornándose una con aquel coloso edificio.


El salón era de colores oscuros y amplias proporciones, sobrio en decoración y frío de ambiente; a pesar de tener las cortinas descorridas y ser noche de luna llena, esta luz era insuficiente para iluminar aquella gigantesca sala. Las blancas bombillas colocadas en las lámparas colgantes, tanto del techo como de las paredes, acrecentaban aquella sensación fría y solitaria; los guardias, con el cuerpo y rostro cubiertos por aquellas pesadas armaduras, se encontraban apostados a lo largo de las paredes y flanqueando las puertas y ventanas, todos y cada uno con una gran arma en sus manos, dispuestos a disparar nada más dada la orden.


Y en el centro del inmenso aposento, alzado sobre un podio de 20 escalones, un trono de hierro negro forjado; sentado en este estaba el nombrado “Emperador de Niflheim”, Ideolas Aldercapt, un anciano alto y ataviado con una larga túnica blanca, la cual llevaba como decoración dos bandas rojas creando un extraño patrón, y en el centro una tramo negro, por el cual transitaba el ingenioso mecanismo de abertura. (Una cremallera XD)


-Me alegra que hayas podido venir a visitarme antes de tu partida, mi querido amigo.- dijo el Emperador en un tono jovial- ¿Qué noticias suceden por Lucis en estos tiempos? ¿El rey Regis sigue gozando de su tan buena salud como siempre?- y ante esta última pregunta sus ojos azules centellearon ansiosos.


-Me temo, que como tantas otras veces tendrá que conformarse con mi silencio, su gracia.- contestó una voz masculina sin denotar emoción alguna.- El tratado-


-Sí, sí, ya lo sé, ese dichoso tratado- le interrumpió el anciano con un indiferente movimiento de muñeca.- Entonces, una vez más, permíteme ofrecerte un lugar en mis filas, mi querido amigo, estoy seguro de que encontrarás muchas compañías agradables si accedes, y por supuesto, seguirás tratando tus asuntos con Lucis de forma libre. ¿Qué me dices, Sors?-


Sorso alzó la vista por primera vez desde el momento en que entró en la sala, los guardias apretaron su agarre en las armas al ver el gesto, pero el emperador los desestimó con otro suave movimiento de muñeca.


-Me temo que debo rechazar, de nuevo, su oferta, su gracia.- Y de pronto, se escuchó una aguda risa del fondo de la sala, ambos hombres miraron en aquella dirección y vieron aparecer una nueva silueta.


-De nuevo os ha rechazado, su gracia.- era una vampiresa de largos cabellos negros recogidos en un intrincado moño, mientras dejaba sueltos dos largos mechones que caían por su fina y atractivo rostro, sus ojos azules miraban la escena con diversión y una llama se encendió al ver al doctor; su curvilíneo cuerpo apenas estaba cubierto por una túnica púrpura y negra,  con un gran escote que mostraba sus anchos pechos; su estrecha cintura estaba rodeada por una especie de obi rojo y atado con un fino cordel negro; y a lo largo de la falda, se abrían dos cortes que permitían ver sus largas y claras piernas.- Aunque yo sé el motivo-


-¡Ofelia! ¡¿Cómo osas entrar sin permiso?!- gritó enfurecido el emperador, pero a pesar de su tono amenazante, la mujer lo ignoró- ¡¿Y a qué motivo te refieres?!- ella sonrió, y cruzándose de brazos bajo sus pechos, adelantó a Sors para encaminarse a la base de las escaleras.


-Nuestro querido doctor, tiene un hijo.- Sors no mostró emoción alguna, pero por su mente pasaban distintas ideas de cómo había conseguido esa información.- Zero, es su nombre, un adolescente Nivel-D que recogió de la calle hace varios meses.-


-Pfff, ¿Ese es tu único inconveniente?- resopló ante la simpleza, según él, sobre el asunto.- Siempre puedes traerlo contigo, ya encontraremos un “trabajo” digno de su “condición”. Después de eso puedes casarte con Ofelia y tener un digno hijo y heredero, de esa forma, también aseguraremos el linaje de la familia Aldercapt.- dijo emocionado mientras Ofelia sonreía de lado, pues la idea no le desagradaba, más bien lo contrario.


-Lo lamento su gracia, pero mantengo mi postura de permanecer en Insomnia, a pesar de todo, agradezco su oferta y el que se haya tomado tantas molestias al pensar en mí.- hizo una reverencia- Si eso es todo me gustaría retirarme, mañana a primera hora parto de vuelta a Lucis y me complacería descansar un par de horas, así que, con su permiso.- y dicho esto se marchó del salón bajo la atenta mirada de ambos Aldercapt.


-¿Desde cuándo se ha visto a un vampiro dormid de noche?- preguntó el emperador frustrado y enojado por la negativa de Aevum.


-Ni idea, pero no te preocupes- dijo Ofelia subiendo por las escaleras.- Yo me encargaré de convencerlo la próxima vez que nos veamos. Sólo confía en mí, padre.-


-Y yo solo espero que no me decepciones, mujer.-


En un hotel de la ciudad…


Trrrrrrrrr… Trrrrrrr… Trrrrrrrr


“¡Sors eres tú! ¡Es la primera vez que llamas desde que te fuiste! ¿Cómo te va por allí? ¿Ya has acabado el trabajo? ¿Cuándo regresas? Me aburro mucho estando aquí solo”


-Jajajajajaja, de seguro que Anna está harta de perseguirte día y noche por revolucionarle la casa a cada hora.- comentó divertido- Yo también me alegro de oírte, Zero, y lamento no haberte llamado antes, pero por culpa del trabajo ha sido imposible.- “Y también por precaución, no quería exponerte a ningún peligro. Aunque sigo sin saber como esa mujer se ha enterado de tu existencia.”


“¡-ors! ¡¡SORS!!” gritó el joven desde la otra línea llamando la atención del mayor.


-¿Qué ocurre?-


“¿Estás bien? Como no contestabas…” momento de silencio “Te preguntaba que cuándo vuelves”


-Mañana a primera hora cojo el vuelo de regreso a Lucis- contestó, unos segundos de silencio, y el alboroto estalló.


“¡¡¿En serio?!! ¡¡Eso es genial!! No sabes las ganas que tengo de verte, o todo lo que tengo que contarte. ¡Ah! Pero eso mañana, ahora ve a la cama y duerme, que dicen que durmiendo el tiempo pasa más rápido” Sors sonrió “Hasta mañana otou-san”


-Hasta mañana, hijo.- y antes de colgar dijo- Y Zero, vete tú también a la cama- y tras un exasperado “Sí, sí” por parte del joven, colgó.


“Sí, definitivamente no pienso cambiar nada, aunque eso signifique no encontrar pareja, mientras esté él, este pequeño que no deja de darle revés a mi vida, no necesito más”


En Lucis…


“Al fin mañana vuelve Sors, nunca había echado de menos tanto a alguien, ni siquiera a mis padres cuando se iban de misión… mi pecho se siente cálido… tal vez el amor no sea un sentimiento tan horrible.” pensó Zero con una sonrisa antes de apagar la lámpara- Buenas noches, Noctis.- grabó en su móvil, y apenas unos segundos más tarde recibió su respuesta.


“Buenas noches, mi ángel de luna”

Notas finales:

Espero que os haya gustado, y si alguno véis algún error o alguna duda, no dudéis en comentar, nos leemos en el próximo cap.

Besos


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