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Lágrimas de plata por Zero Shiro Rose

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Notas del capitulo:

Muchas gracias a todos por vuestros coments. Lo cierto es que si fue un poco triste el cap anterior, pero creo que ahora se entiende más el conflicto entre los dos, y a medida que vaya avanzando la historia, iran apareciendo más flash backs sobre estos dos.

En fin, volvamos con lo nuestro, para los jugadores de Final Fantasy xv, o los que habéis visto la trama os traigo una nueva noticia, el juego está a punto de empezar.

(^+^)

Y para los que no, se avecinan nuevas aventuras, jejejeje

Bueno, con esto dicho solo me queda deciros que... a disfrutar.

El silencio reinaba en la pequeña sala, dos pares de ojos se enfrentaron a las siluetas situadas en la puerta frente a ellos, ambos, vampiro y cazador miraban a los recién llegados con expresiones similares de estupefacción, ya que ninguno de ambos se hubiera imaginado la interrupción.

-¿Disculpa?- preguntó Kaito ante el comentario anterior, pero el joven en la puerta alzó una mano para acallar sus siguientes preguntas.

-Antes de eso, retírate.- dijo mirando en dirección del rubio vampiro- Tu presencia no es necesaria en esta sala.- ordenó, y sin más palabras, Aidou acató dicha orden y salió de allí, pero Kaito pudo ver como antes de salir, el rubio apretó sus puños y mordió su labio inferior a la vez que una llama de enfado prendía fuego en sus ojos

-¿Qué? ¿Qué quieres decir?- preguntó Kaito tras unos minutos de silencio, tiempo que habían aprovechado los recién llegados para instalarse en la sala, uno sentado en el sillón que se encontraba frente al cazador, y el otro situado de pie tras este.

-Que yo puedo ayudarte con ese extraño sello.- volvió a contestar el vampiro sentado frente a él, sin mostrar emoción alguna en su bello rostro.

-¿Y por qué debería creerte? ¿Por qué debería creer que un vampiro quisiera ayudarme?- volvió a preguntar de forma brusca.- Y lo que es más ¿A cambio de qué me ayudarías?- el vampiro sonrió sin emoción.

-Por tu postura puedo ver perfectamente tus ganas de disparar a todos los inquilinos de esta sala, joven cazador.- Kaito estrechó la mirada.- Es fácil suponer que se debe a tu intenso odio por los de nuestra especie ¿Pero por qué? ¿Una experiencia desagradable? ¿Una pérdida importante a manos de los nuestros?- Kaito sacó una de sus pistolas y le apuntó con ella a la cabeza, pero él ni se inmutó.- ¿He acertado?-

-¡¡¿Qué coño quieres maldita sanguijuela?!!- el vampiro no se alteró ante el repentino arrebato del más joven, simplemente se reclinó en el mullido sillón antes de responder.

-Entretenimiento. Eso es lo único que busco.- apoyó los codos sobre las rodillas y cruzó los dedos en un gesto pensativo.- Las cosas se están tornando aburridas, los Kuran son ahora la imagen perfecta de una familia feliz, típica de un cuento de hadas, pero dime, pequeño cazador.- dijo afilando su mirada.- ¿Qué se oculta bajo el dulce y tierno telón del escenario? ¿Por qué no ha esperado Kuran Kaname al nacimiento de su hijo para anunciar su sexo? ¿Qué engranajes se empiezan a mover en el viejo y sombrío reloj de esta historia?- sonrió al ver el brillo en los ojos castaños del más joven.- Sabía que eras inteligente.-

-Kuran Kaname planea algo.- el vampiro lo miró apático, pero con esa fría sonrisa aún en sus labios- Algo muy gordo.- dijo para sí mismo- Pero eso no explica por qué quieres ayudarme.-

-¿Quién es el único qué hasta ahora se ha opuesto a los deseos del mayor de los Kuran? ¿Quién es el único que puede hacerle frente y derrocar sus planes? Kiryuu Zero, solo quiero ver qué movimientos se jugarán en el tablero una vez haya vuelto a la partida.- cerró los ojos-Eres como una pequeña Alicia que corre por el bosque en busca del Conejo Blanco, pero que se ha encontrado con el Sombrerero, el cual sonríe y dice: Calma, mi querida Alicia, si no puedes alcanzar al Conejo Blanco, él será el que venga a tu encuentro.-

“¿De qué diablos me está hablando este mosquito? ¿Qué tiene que ver el libro de Alicia en el País de las Maravillas ahora?” Kaito cada vez estaba más perdido, y justo cuando estaba a punto de preguntar qué quería decir con eso, una tercera voz le contestó.

-Estúpido pupilo, es una metáfora- todos se giraron a la puerta, pero estaba cerrada, se giraron y, recargado sobre el marco de la ventana se encontraba Yagari, vestido con un elegante traje negro, camisa blanca y un lazo azul celeste atado al cuello.- Tú eres Alicia, el Conejo Blanco son las respuestas y ese estúpido sangre pura es el Sombrerero.- miró al susodicho- Quiere decir que el puede darnos esas respuestas en vez de hartarnos a buscarlas solos.-

-Es admirable ver cómo la fama precede a uno, Yagari Touga- dijo el vampiro levantándose de la silla con su diminuta sonrisa frívola e inalterable rostro.

-Y también el ver como los muertos se levantan, Isaya Shoto.- contestó el azabache.- ¿Qué te ha hecho levantarte de tu tumba?-

-Lo mismo que a ti al indagar en un pasado tan antiguo como olvidado.- contestó de vuelta.- Sin embargo, no creo que debamos hablar aquí de estos menesteres, después de todo, no solo las paredes tienen oídos en esta mansión.- dijo mirando sospechosamente a la puerta tras ellos.

-¿Es por eso que has echado a Hanabusa?- preguntó Kaito también de pie, justo al lado de Yagari.

-Hanabusa Aidou… interesante personaje.- se llevó el dedo índice a la barbilla, pensativo- Un fiel perro dispuesto a servir a su amo, a ser apaleado por él cuando es necesario e incluso me atrevería a decir, a traicionar su propio honor y palabra con tal de servirlo.- miró a Kaito- Un lacayo enamorado de su dueño, suerte que no le diste mucha información sobre este tema.- sonrió al ver como el castaño iba a reprochar- Puede que te haya jurado no decir palabra alguna, pero si Kuran se lo pide, soltará la lengua con tal de complacerlo y ganarse un alabo ¿En la Asociación no te han enseñado a no fiarte de la palabra de un vampiro?-

-Entonces tampoco puedo fiarme de tí, de nada de lo que hayas dicho, para el caso.- señaló a su acompañante.- Entonces él también puede traicionarte, después de todo, es solo otro lacayo de Kuran.-

-No lo hará.- aseguró Isaya- Perdería todo lo que ha logrado hasta ahora, y es mucho.- se volvió a Yagari.- Bueno, creo que es hora de ir retornando al salón de baile, sobretodo antes de que nos echen de menos.- les dedicó un pequeño saludo con la cabeza- Reunámonos entre las cinco y las seis para tomar el té, después de todo, el tiempo no pasa en mi preciado jardín.- y tras estas palabras salieron de la sala.

-¿Está loco?- preguntó Kaito, más para sí mismo que para su maestro- ¿Qué diablos es eso del tiempo no pasa? ¿Tal vez por lo de ser inmortal?-

-Es otra referencia a “Alicia en el País de las Maravillas”- contestó Yagari encendiendo un cigarrillo- El Sombrerero y la liebre de Marzo son maldecidos a vivir eternamente en un jardín entre las cinco y las seis, la hora del té inglés.- explicó- Nos ha dado una invitación para ir a su casa.-

-Shishou ¿Tú le crees?- Yagari se encogió de hombros y lanzó por la ventana ese mortal palito blanco.

-Solo te diré que es nuestro billete más cercano a Zero, por ahora.- avanzó a la puerta- Vamos.-

Esa misma noche…

Las puertas fueron abiertas suavemente por los guardias, y se cerraron tras el entrar del joven en la iluminada estancia, los libros amontonados en las librerías y las mesas estaban en su mayoría cerrados y olvidados, pues el centro de atención se encontraba en uno de los rincones de la amplia y lujosa biblioteca, un lugar recogido, donde distintos sillones acolchados de terciopelo azul se reunían alrededor de una pequeña mesa de cristal, y sobre esta, descansaban cuatro tazas de porcelana repletas de café.

-¿Y bien alguna noticia sobre “ella”?- preguntó el profundo vozarrón de Gladiolus.

-Lo lamento, pero según mis fuentes, la familia Adamantem se ha “mudado” fuera de Lucis por cuestiones de “negocios”, según el patriarca.- contestó Ignis antes de subirse las gafas y sentarse en uno de los sillones

-¡Ja! ¡Lo que realmente pasa es que Lilieth se ha dado cuenta de que sabemos que fue ella la mente maestra del incendio y del secuestro del novio del príncipe!- gritó Prompto divertido.- ¿No lo crees así Noct?-

El joven príncipe se encontraba recostado sobre el sillón central, con su brazo derecho en el brazo del sillón y su mano haciendo de almohada en su mejilla, su brazo izquierdo también estaba apoyado sobre su estómago y sus ojos estaban cerrados, dicha imagen le hacía ver dormido, pero todos sus amigos sabían que no era así, si el flujo de su aura era un indicador de ello.

-¿Cuando tomaron la decisión de partir?- preguntó Noctis sin abrir los ojos.

-El mismo día en que anunciaste tu noviazgo con Zero, apenas unas 10 horas después.- contestó Ignis.- La prensa rosa lo interpretó como un “corazón roto”, por parte de la primogénita Adamantem, una derrota de la familia para conseguir un lugar en la familia real.- Noctis abrió un poco los ojos y sonrió de forma oscura ante esa noticia.

-No se han dado por vencidos, solo se han retirado a un segundo plano antes de volver a atacar- rió corto y sin humor- Conociendo a Lilieth, no se dará por vencida tan fácilmente- miró a Ignis- Mantén vigilados sus movimientos.-

-Ya lo había previsto, y según mi informante, se dirigen al imperio, a Gralea.- comentó de nuevo- Tal vez planean un ataque más peligroso en el futuro.-

-Tal vez sea mejor así- comentó Gladiolus llamando la atención de todos- Así también nos dan tiempo a prepararnos para su próximo movimiento.- miró a Noctis- Y también a formalizar vuestra relación a través del vínculo.-

Prompto sonrió ante esas palabras y se inclinó sobre su amigo, el cual miraba fijamente su taza sobre la mesa, antes de darle un codazo para llamar su atención.

-Hablando de Ze-kyun ¿Como van las cosas entre vosotros?- Noctis sonrió y sus ojos brillaron de emoción al oír el nombre de SU peli plata.

-Maravilloso, y más desde el anuncio de nuestra relación, aunque si le preguntas a Zero, probablemente te diga que es un dolor en el culo, o te dispare sin responderte.- contestó con una sonrisa genuina al recordar sus breves momentos de intimidad con él y el gusto que había adquirido por apuntarle con la pistola a sus “joyas” “Tal vez soy masoquista por excitarme cada vez que me apunta con ese frío trozo de metal, pero es que me lo imagino entre las sábanas, con solo esa arma, sin ropa y...”

-¡¡Noctis!!- gritó el rubio trayéndolo a la realidad- Creo que aún es muy pronto en vuestra relación para fantasear con tu novio en medio de tus amigos. Aunque con el cuerpo que tiene el cazadorcito te entiendo, jajajaja- bromeó causando reír a Ignis y Gladio, y ganándose un golpe del azabache.- ¡Au!-

-¿Qué decías Prompto?- preguntó con una extraña y tenebrosa sonrisa en su rostro. Solo a él se le permitía decir y/o pensar tales cosas de Zero, después de todo, por algo era SU novio.

-Preguntaba que cómo fue vuestra primera cita- Noctis parpadeó a su amigo, sin contestar, y los otros tres entendieron perfectamente el gesto-¡¡¡¿NO LO HAS LLEVADO A NINGUNA CITA?!!! ¡¡Eso es INACEPTABLE!!- gritó cruzando sus brazos en forma de X.

-Por una vez estoy de acuerdo con él- dijo Gladio igual de sorprendido- Tío, Noct, la primera cita es lo que determina una relación, el que aún no hayáis tenido ninguna es… bueno, ni siquiera yo he tardado tanto en llevar a mis ex a una primera cita.- Noctis miró a Ignis, y este solo se subió las gafas antes de asentir.

-Según los protocolos sociales, las primeras citas sirven para conocer más sobre la pareja, cosas más profundas que no surgen en una conversación normal, y de esta forma se reafirman sus sentimientos.-

-O se van al cuerno- completó Gladio.

-Haaaaaa- suspiró frustrado Noctis echando la cabeza hacia atrás.- Está bien, entonces ¿Qué debo hacer?- los tres miraron a su amigo, y este frunció el ceño- ¿Qué? Nunca he ido a ninguna cita-

-Pffff ¿Tú?- rió Prompto- Con todas las chicas con las que te has juntado no sabes cómo ir a una cita?-

-Te recuerdo, Prompto, que eran líos de una noche y fuera, ninguna ha llegado a ver el sol del día siguiente tumbada en mi cama.- dijo Noctis- Zero será la primera persona con la que salga.- Prompto sonrió.

-Ya veo, entonces tendremos que hacer que todo salga perfecto.- dijo con una sonrisa- Lo primero que tienes que hacer es pedirle que salga contigo, de una forma romántica o en un momento especial- pensó y asintió para sí- y después tie-

<Toc, toc, toc>

Prompto se quedó en silencio y miró a la puerta, después volvió su vista a Noctis y vio que este tenía la misma expresión de confusión que él, en cambio, Gladio e Ignis se tensaron, y sus sentidos se agudizaron, listos para entrar en pelea si hacía falta.

-Adelante.- demandó Noctis con voz seria, pero sin moverse de su sitio.

La puerta se abrió despacio y sin hacer demasiado ruido, los guardias dejaron entrar a un miembro de palacio, el mayordomo Julius Alchemist, uno de los más veteranos del castillo y miembro de confianza de su padre; era un vampiro Nivel C de 5430 años, siempre al servicio del Rey, con la apariencia de un anciano de 60 años, ojos claros, expresión seria en un rostro con varias arrugas y su uniforme negro tan impecable como siempre.

-Su alteza.- dijo al hacer una profunda reverencia.- Su majestad ha solicitado su presencia en su despacho, según sus órdenes, lo necesita allí ahora mismo para tratar un asunto perentorio.- Noctis suspiró antes de levantarse del sillón.

-Ahora vuelvo, no os lo paséis demasiado bien sin mí.- les dijo con una sonrisa antes de encaminarse a la puerta.- Gracias Julius, puedes retirarte.- y dicho eso, mayordomo y príncipe se retiraron de la estancia.

En el despacho…

-Adelante- respondió la profunda voz del rey tras picar dos veces en la puerta, la cual fue abierta por el propio Noctis, ya que los guardias que vigilaban la entrada se habían apartado varios metros de esta por órdenes del rey.

-¿Me has llamado, padre?- preguntó Noctis al sentarse en una de las sillas que estaban colocadas en la zona izquierda del despacho- ¿Padre? ¿Ocurre algo?- volvió a preguntar el azabache menor ante la mirada entre ausente y preocupada de su padre.

-El Imperio Niflheim quiere firmar la paz con Lucis- dijo mientras alzaba un sobre.

Noctis se levantó del sillón y se apresuró a recoger el sobre, era una carta escrita y firmada por el propio canciller del Imperio, y por si quedaban dudas, había sellado el sobre como antaño, con cera caliente sobre la cual los reyes y/o emperadores colocaban su sello.

-¿Quiere firmar la paz?¨- Regis asintió- Debe tratarse de una broma- bromeó sin humor.

-No es divertido, Noctis.- regañó su padre- Puede ser ventajoso para nosotros el negociar la paz con el Imperio, la barrera se debilita cada día a causa de los constantes ataques del Imperio desde hace milenios. Si no negociamos la paz y la barrera cae, dudo mucho que podamos combatirlos.-

-¿Por qué?- preguntó Noctis enfadado- Tenemos la magia del Cristal, eso nos da poder suficiente para derrotarlos a ellos. Fue por el poder del Cristal y del abuelo que se erigió la barrera sobre Lucis.- golpeó el escritorio de su padre y dejó caer el sobre.

-La magia no lo es todo, Noctis.- lo silenció levantándose de su asiento- El Imperio posee miles sino millones de efectivos en ejército, junto con armamento y tecnología, nos superan militarmente. Lucis ha vivido todos estos años bajo la protección de la barrera, sin tener que preocuparnos por la guerra que se vivía afuera, y eso nos ha hecho débiles.- se sentó- ¿Recuerdas el caso de la Guardia Nocturna?- Noctis miró a su padre, sus ojos azules, carentes de cualquier brillo le respondieron sin tener que alzar la voz.

-¿Fue el Imperio…?- murmuró- ¿Pero cómo-? ¿Cómo lograron pasar la frontera?-

-Hay zonas tan debilitadas que solo con unos cuantos golpes ceden momentáneamente a una intrusión del exterior.- respondió cansado.

-En la carta, el canciller exige que las negociaciones se lleven a cabo en Insomnia- susurró Noctis sorprendido- ¿No hay forma de cambiar el encuentro? Si deciden atacarnos-

-Habrá que correr el riesgo.- Lo interrumpió con una sonrisa sin humor, cosa que enfadó a su hijo.

-¡Pero padre! ¡Eso no es justo!- gritó frustrado, sin ideas de cómo evitar que sus enemigos entrasen en su reino, su hogar.

-Estamos en desventaja, Noctis, el canciller conoce la precaria situación de la barrera, por ello quiere negociar, porque sabe que puede sacar mucho más que al principio, que si no consigue lo que quiere en el tratado, lo tomará por la fuerza a modo de conquista.- Regis sonrió triste al ver los engranajes girar en la mente de su hijo y dijo- El tiempo es el reflejo de la vida, la vida es la enseñanza de la existencia, y la existencia es la razón de nuestro destino.- sonrió, ahora con diversión al ver la confusión en los ojos de su hijo.- Lo entenderás cuando seas rey, hijo mío.- Noctis suspiró tembloroso, cansado y con un ligero dolor de cabeza, que de seguro se convertiría en migraña una vez acabara la noche.

-Según el canciller nos deja una semana para pensarlo.- empezó el príncipe- ¿Cómo vamos a recibirlos? ¿Doblaremos a los guardias o pondremos militares especializados? ¿Lo recibiremos en la entrada principal o en el salón del trono?-

-Tú no estarás para recibirlo, Noctis.- anunció el soberano con calma- No estarás en Lucis hasta después de haber sido firmada la paz. Horas antes de la llegada del canciller irás a Altissia a reunirte con Lunafreya Nox Fleuret, necesitamos afianzar lazos con Tenebrae, sobretodo, después de haber cancelado tu compromiso con ella en vuestra última reunión.-

-¡¿QUÉ?! ¿Y dejarte aquí solo con el canciller y esos chuchos del Imperio? No gracias me quedaré contigo.- rebatió cruzándose de brazos.

-Si el Imperio empieza un ataque, debo asegurarme de que tú estás a salvo.- miró a su hijo desde el escritorio con una expresión seria- Debes entender que si muero, tú serás el último de la familia Caelum, el único capaz de recuperar el trono de Lucis, por ello, no debes morir, Noctis.- sabía que su hijo iba a rebatir, así qué dijo.- No es un consejo ni una propuesta, Noctis, es una orden, así que te marcharás de Lucis hasta que las cosas vuelvan a calmarse y no hay más que hablar.-

-¡¿Por qué siempre tomas las decisiones tú solo?! ¡Soy tu hijo también, así que tengo derecho a decidir a tu lado, no solo como persona, sino también como heredero al trono!- gritó furibundo- ¡No puedes ordenarme! ¡Ya no soy un niño, pero parece que no quieres verlo, si quiero luchar a tu lado lo haré, no huiré como un cobarde! ¡¡No voy a dejarte solo, maldita sea!!- gritó antes de salir corriendo del despacho echo una furia.

-Para mí, tu vida siempre será lo primero Noctis, y con ella estará asegurada la de toda nuestra gente, mi amado hijo.- susurró con pena al anillo de la familia.

Al día siguiente… Casa Aevum… 06:15 am

El sonido del despertador fue lo primero que escuchó aquella mañana, a diferencia de otras donde lograba despertar sin la ayuda del “molesto” aparato, y tras su rutinaria ducha matutina, se vistió con unos jeans negros ajustados, una camisa blanca de botones de manga corta y un chaleco tejano de color negro por encima.

Su cabello, indomable como siempre, cayó en distintas direcciones y tras un suspiro de frustración, se dio por vencido. Antes de salir del cuarto abrió la caja que se encontraba sobre su mesita y recogió sus dos armas, Bloody Rose y Dark Moon, ambas listas para otro día de trabajo, las miró y se lamentó no poder darles la munición que necesitaban, pero aún no había conseguido ninguna información sobre ellas, así que, por ahora deberían aguantarse con la que les podía ofrecer.

Bajó las escaleras haciendo el menor ruido posible, pero al entrar en el comedor detuvo su andar, sorprendido ante la persona sentada frente a él. Su padre se encontraba bebiendo tranquilamente una buena taza de café, mientras que, con su mano derecha, leía entretenido el periódico; llevaba unos pantalones de traje gris oscuro, una camisa negra y una corbata de color azul oscuro con pequeñas líneas rojas perpendiculares cruzándose entre sí.

-¡Sors! ¿Qué haces despierto tan temprano?- preguntó alzando la voz, su esfuerzo por no hacer ruido no valía la pena si el sujeto por el cual lo hacía estaba despierto.

-Trabajo- contestó escueto antes de darle un sorbo a su taza mientras el peli plata se sentaba.

-Ya, puedo verlo- replicó lanzándole una mirada acusatoria al maletín y la americana que descansaban apoyados sobre la silla izquierda- Pero ayer tuviste junta por la noche, y cuando yo me fui a la cama aún no habías vuelto ¿Estarás bien o tendré que ir a buscarte al trabajo cuando te caigas del sueño?- intentó bromear.

-Los vampiros tenemos mucha más resistencia que los humanos con respecto al sueño, aunque siempre es recomendable dormir 8h al día, sobretodo por la mañana para evitar los rayos solares, no nos afecta el pasar unos cuantos días sin dormir, Zero.-

El joven alzó una ceja con aire sarcástico y prefirió beber un sorbo de su zumo antes que soltar una respuesta mordaz.

-¿Y como van las cosas con su alteza?- preguntó de pronto el mayor, cosa que provocó un pequeño conflicto entre el zumo y la garganta del peli plata, el cual se puso a toser en busca de aire.- Espero que al menos uséis protección.- continuó con un tono frío y sombrío, y Zero, más rojo que un tomate maduro y boqueando como un peza fuera del agua sin saber que contestar, casi pudo jurar ver un aura negra alrededor de su padre.

-¡¡O-Otou-san!! ¡No sueltes ese tipo de cosas como si nada!- gritó el menor azorado por el directo comentario del doctor.- !Además esos temas a tí no te incumben!- le gritó alzándose de la mesa y yendo en dirección a la puerta.

-¡Me incumben porque soy tu padre! ¡Y será mejor que uséis protección si no queréis que ocurra un accidente!- gritó empezando a enfadarse, ciertamente no le hacía ninguna gracia imaginarse a su hijo desnudo entre las sábanas del príncipe, y menos le hacía imaginarse a dicho príncipe toqueteándolo. “Maldito seas, Noctis Lucis Caelum, arrebatandome a mi hijo cuando no estoy, eso es juego sucio. Pero al mínimo daño que le causes… ni los Astrales serán capaces de salvarte. Eso lo prometo yo como padre que soy.”

-¡Soy lo bastante mayor como para no necesitar una clase de educación sexual, Sors! ¡Pero para que te quedes tranquilo te adelanto de que aún no hemos hecho nada, y cuando lo hagamos serás el último vampiro en saberlo!- gritó antes de dar un fuerte portazo.

-Eso ya lo veremos- acabó con una diminuta sonrisa en su rostro al saber esa última noticia sobre la pareja.

Fuera de la casa…

Los acelerados pasos resonaban contra la acera a medida que su propietario se alejaba de la casa, por suerte iba bien de tiempo, y podría haberse quedado un rato más en el sofá si no hubiera tenido esa incómoda conversación.

“En qué momento se me ocurrió contarle lo nuestro…” pensó mientras seguía corriendo en dirección a palacio “Si no nos hubiera visto así…”

Flash Back

2 días antes…  05:10 am, casa Aevum…

El sonido titilante de las llaves al chocar una con otra y el ciro mecánico de la puerta principal llenaron el amplio y oscuro recibidor. Una vez abierta la puerta, el sirviente  se apartó a un lado para dejar paso a su señor, y tras entrar, cerró la puerta y subió el equipaje del vampiro a su cuarto.

-¡¿Sors?!- el nombrado alzó la mirada y se encontró con la amatista de su hijo, Zero se encontraba en medio de las escaleras, vestido con unos tejanos negros ajustados y una camiseta con capucha del mismo color que sus ojos, pero apenas pudo observar con más detalle cuando un par de brazos rodearon su cuello con fuerza y lo estamparon contra el cuerpo del menor.-¡¡Estás de vuelta!- gritó emocionado, a lo cual, el oji rojo tuvo que sonreír.

-Te prometí que cogería el primer vuelo.- contestó mientras lo abrazaba de vuelta.- ¿Adonde vas tan temprano?- preguntó tras separarse.

-Ah, a palacio, lo que ocurre es que voy antes, ordenes del príncipe.- contestó con un encogimiento de hombros y una alegre sonrisa que no pasó desapercibida por Sors, el cual entrecerró los ojos con sospecha.- Pero vamos al sofá- dijo agarrandolo del brazo- Oh, a lo mejor estás cansado, así que ve a la cama, luego hablamos.- y ahora lo empujó a las escaleras, aunque no logró moverlo ni un centímetro, para diversión del más alto.

-Lo cierto es que quería darte algo y saber cómo han ido las cosas por aquí- comentó y se dirigió a uno de los sofás de cuero del salón, con Zero siguiéndole los talones.- ¿Y bien?-

-Bueno… ¿Por donde empezar?-

-¿Qué tal por el baile? Cuando me fui no sentías ni un ápice de emoción por ir- Zero se tensó, pero por suerte, esta vez, el mayor no lo notó.- ¿Y bien? ¿Cambiaste de parecer?-

-Bueno… el edificio era impresionante, nunca había visto una arquitectura tan tratada y bien conservada- Sors sonrió- al principio fue un rollo, demasiada gente, ruido, olores… excepto por la comida, eso estuvo bien.-

-No me digas que volviste a ocultarte tras la comida…- Zero se molestó.

-Lo intenté, pero no funcionó, Noctis me descubrió y me sacó a bailar…- y sin darse cuenta le contó todos los eventos sucedidos durante el baile, pero cuando trató evitar el tema del incendio, Sors preguntó por él, dijo que la noticia llegó al Imperio varios días después, pero que no le pudo llamar a causa del trabajo- Bueno, Noctis y los demás creemos que fue por encargo y no por accidente, pero aún no hay pruebas para demostrarlo, pero no pasó gran cosa, los civiles fueron evacuados y tratados y por suerte no hubo heridos mortales.- Sors lo miró expectante- En cuanto a mí… respiré demasiado humo y tuve la garganta fatal los siguientes días, pero todos me ayudaron bastante, no tuve que gritar demasiado esos días, jajaja.- riço nervioso “Lo siento Sors, pero no pienso contarte lo que realmente hizo Lilieth, no si quiero evitar una guerra civil”

-Ya veo…- dijo pensativo.

-¡Ah!- gritó Zero al ver el reloj de la pared- Voy a llegar tarde si no me voy ya, lo siento Sors, seguiremos hablando después.- se despidió y salió corriendo como una bala.

Sors se quedó mirando la puerta  durante unos segundos antes de meter su mano en el maletín y acariciar el papel del paquete que llevaba dentro, reprimió un suspiro y subió a su cuarto a descansar un par de horas antes de ir a ver a su Rey para informarle de la situación.

Horas después… Palacio…

El impacto de los zapatos contra el suelo de mármol creaba un extraño sonido familiar, Noctis iba al frente, vestido con un traje de negocios negro, camisa del mismo color y una corbata gris oscura, su cabello peinado en punta como siempre y sus ojos azules carentes de emoción a causa de la máscara apática que se esperaba de cualquier sangre pura. En su fuero interno deseaba llegar a su cuarto para poder quitarse la dichosa chaqueta y la corbata, como mínimo, y poder abrazar a su peli plata sin que nadie los molestara.

Zero, por su parte, iba unos pasos atrás del azabache, con el rostro imposible de descifrar, pero con un frío brillo en sus ojos amatistas, recordaba como hace apenas una hora entraba Noctis entraba en la reunión para aprobar los presupuestos para la reconstrucción de uno de los palacios de música de la ciudad, como a través del cristal vió a Lilieth coqueteando de forma continua con Noctis, una inocente sonrisa, una intensa mirada, el ligero roce de sus dedos al pasar los papeles, cómo invadía el espacio personal del príncipe…”Y este estúpido sin hacer nada a cambio” pensó con rabia al recordar la total pasividad del azabache. “¿Es qué acaso  tiene el tarro tan grueso como para no darse cuenta de que ella intentaba llamar su atención? ¿Y ella? ¿Aún no se ha dado cuenta de que no tiene posibilidades de conseguir estar a su lado?”

Tan metido estaba en sus pensamientos que no se dió cuenta de que sus pasos se detuvieron, y tampoco de que el príncipe se acercaba a él y lo rodeaba con sus fuertes brazos. Solo cuando ese abrazo lo tiró hacía atrás y chocó contra el pecho del más alto volvió a la realidad.

-¿Qué ocurre Zero?- preguntó suavemente mientras apretaba su agarre en la cintura del menor, pero este no contestó, y tras indagar un poco en su mente creyó encontrar la respuesta- ¿Es por lo de Lilieth?- volvió a preguntar burlón y sin aguantar la risa, y recibió un codazo en sus costillas por parte del peli plata.

-A mí no me hace ninguna gracia, Noctis.- respondió soltándose de su agarre y apartándose de él.

Noctis dejó de reír y frunció el ceño con preocupación ante la negativa de Zero, se acercó a él y le agarró la mano para girarlo, pero este se negó.

-Zero, mírame.- el peli plata lo miró con tristeza y el azabache llevó su mano al rostro del más bajo, acariciándolo con ternura.-¿Qué ocurre?- y como respuesta, el otro se mordió el labio inferior.

“Pasa que me recuerdas a él cada vez que te comportas así” pensó “La misma forma en que él aparentaba desinterés con ella cuando estábamos los tres juntos, ocultando el hecho de que por las noches era ella la que estaba con él en su cuarto” recordó con amargura.- Lo qué ocurre es que no me gusta qué MI NOVIO deje que otra coquetee con él cuando estoy delante.- le golpeó el pecho- Soy del tipo celoso, Noctis, y no me gusta que te dejes llevar por los juegos de “esa”.- cuando terminó bajó la cabeza, aún plagada de imágenes sobre los dos castaños, y con la inseguridad latente en su fuero interno, temeroso de que el azabache lo hiriera.

-Ya veo- oyó decir, y el dedo índice de la mano derecha de Noctis le alzó el rostro. Él tenía una media sonrisa en el rostro y un brillo astuto en sus ojos zafiros, se inclinó sobre su cuello y susurró- Me gusta esa faceta tuya, tan celoso y posesivo, no sabes como me provocas- notó cómo sonreía en su oreja- Pero te aviso que si abres esa veda, yo soy 1000 veces más celoso y posesivo que tú, y te aviso qué, a partir de ahora será mejor que no te apartes de mi lado, porque como te vea con algún otro vampiro... - cogió aire- dudo que pueda contenerme.- y dicho esto mordió suavemente su oreja.

-No te preocupes, Zero, lo de Lilieth no ha sido nada, solo he empleado un consejo que Ignis me dió una vez, hace mucho tiempo- sonrió al ver la expresión sonrojada y sorprendida del peli plata- Y debo decir que tenía razón, es mucho más divertido verla actuar desesperada por mi atención y hacer el ridículo, que no discutir con ella. Pero tranquilo- volvió a abrazarlo por la cintura- la próxima vez que nos veamos, le pararé los pies incluso antes de que haga nada ¿Bien?- Zero frunció el ceño y se recostó de nuevo en el príncipe, apoyó su barbilla en en el pecho de Noctis y lo miró serio.

-Mas te vale que así sea, porque sinó, te aseguro de que antes de acabar el encuentro, habrán 2 sangre pura menos en Eos.- y dicho esto, Noctis estalló en carcajadas, acercó sus rostros hasta casi rozar sus labios y susurró.

-Mi feroz asesino- y dicho esto lo besó profundamente.

-Ejem, ejem.- se escuchó a sus espaldas. Ambos se separaron y se giraron lentamente, Zero abrió los ojos sorprendido a la vez que un profundo calor inundaba todo su rostro, y estaba completamente seguro de que lo tenía más rojo que los ojos de Sors, los cuales brillaban de una forma muy peligrosa, y a su lado, Regis, el cual trataba de ocultar su diversión y risa tras un repentino pero breve ataque de tos.- ¿Alguien podría decirme qué está ocurriendo aquí?-  Zero se apartó del azabache de un empujón, y Noctis solo frunció el ceño por tal acción y por la presencia indeseada, había estado muy a gusto con Zero en sus brazos antes de que su padre y el Dr. Aevum llegaran.

Su mirada carmesí se posó en Noctis, el cual, le devolvía la mirada con su ceja derecha alzada, como si preguntara si la escena recién presenciada no había sido suficiente; se cruzó de brazos y respondió.

-¿No es obvio Dr. Aevum? Nos besabamos.- respondió como si hablara del tiempo, con un tono desinteresado y monótono, pero haciendo énfasis en el nombre del doctor, el cual afiló su mirada.

-¡Noctis!- gritó Zero avergonzado “¿Cómo diablos puede hablar sobre esas cosas de una forma tan natural?” pensó, y luego se volvió a su padre- S-Sors, esto… verás… nosotros-

-Ya veo.- dijo el moreno acercándose lentamente a Noctis, hasta quedar a apenas unos centímetros de espacio entre ellos, ambos retándose con la mirada, el mayor furibundo con su príncipe por encontrarlo con sus manos sobre Zero, sobretodo conociendo la fama de este antes de que su hijo llegara a palacio, y el azabache sin dejarse intimidar por el que sería su “futuro suegro”.- ¿Y debo suponer que es un acuerdo mútuo entre ambos o solo momentos desenfrenados para rebajar la tensión y desahogaros del día a día?- preguntó sin medir sus palabras.

-¡¡ESTAMOS SALIENDO FORMALMENTE DESDE HACE UNOS DÍAS!!- gritó Zero interponiéndose entre su “padre” y Noctis, su mirada amatista brillaba con furia ante la acusación del mayor, y este, al ver el dolor en los ojos del peli plata, se arrepintió de sus palabras- Somos novios, en el palacio lo saben y no les importa. Y lo amo, Sors, por ello… si me tienes un poco de respeto aún… te pido que no nos insultes.- dijo bajando la voz y la cabeza.

El silencio acrecentó la tensión, y Noctis vió como, de forma casi imperceptible, temblaban los hombros de Zero, lo agarró y tras darle una mirada de ayuda a su padre, se fueron de allí.

-Creo que deberíamos hablar en mi despacho, Sors- dijo el rey de forma tranquila.

En el cuarto de Notis…

-No te preocupes, Zero, Sors no lo ha dicho con mala intención.- comentó Noctis tras cerrar la puerta de su cuarto. Kiryuu se encontraba de pie en medio de la estancia, perdido en sus pensamientos y con la mirada en blanco, y de seguida supo lo que le ocurría.- Y tampoco iban dirigidas a tí, esas palabras.-

-¿Qué quieres decir?- preguntó ahora mirándolo.-

-Quiero decir que iban para mí, ha elegido mal las palabras, pero eran una amenaza a mi persona.- contestó Noctis, y al ver como Zero se sentaba en su cama y se cruzaba de brazos suspiró- Antes de que tu vinieras a trabajar a palacio, bueno, mucho antes, empecé a tener relaciones sexuales con muchos vampiros, usando siempre protección, pero…- se rascó la cabeza con una mano, buscando las palabras correctas- Bueno, digamos que me gané una fama de libertino muy merecida.- lo miró y sonrió- pero todo acabó dos años antes de tu llegada, y hasta entonces, solo he estado contigo, eres el primer vampiro que sigue conmigo después de su primera noche, el primero que ha dormido en mi cama de palacio, y más sin hacerlo, y la única persona con la que quiero pasar el resto de is días.-

-Entonces ¿Sors te ha amenazado con matarte si me dejas por otro?- preguntó más animado al saber qué su padre no estaba molesto con su relación, solo actuaba protector.

-Matar al príncipe es muy peligroso, pero en los hospitales siempre ocurren “accidentes”, eso es lo que ha querido decir.- aclaró Caelum que sonrió al ver cómo aparecía una pequeña sonrisa en los labios de su peli plata, una sonrisa que le causó muy mala espina al azabache, y poco después estalló a carcajadas a los pocos segundos.

-Pfff, pues si Sors ha actuado así- se tapó la boca de nuevo- No me puedo imaginar cómo reaccionará Yagari-shishou cuando se entere, sobretodo al ser un cazador de vampiros e ir armado todo el tiempo, jajajaja- Noctis palideció ante la última noticia sobre el shishou de su amor.

-Zero… ¿Es broma no? Lo de que es cazador y eso- Zero lo miró con esa malévola sonrisa, y un escalofrío recorrió el cuerpo entero del mayor, la sonrisa en el peli plata se ensanchó y rodeó con sus brazos el cuello del príncipe.

-¿Cuándo he bromeado yo sobre mi familia, Noct?- susurró en su oído, se apartó un poco y sonrió- No te preocupes, tal vez, si tienes suerte, salgas vivo.- y dicho esto lo besó en los labios antes de volver a estallar en carcajadas.

Fin Flash Back

Zero sonrió al recordar cómo Sors y él se comportaron aquella noche, ninguno sabía qué decir o qué hacer, pero acabaron disculpándose a la vez. Tras ello, las risas y una larga y detallada charla sobre cómo llegaron a ser pareja se dio lugar, y tras calmarlo al doctor de ir a hacerle una visita nocturna a los Adamantem, cenaron una deliciosa pizza y pastel de chocolate que pidió Sors a modo de disculpa para su hijo. Y después de unas largas horas de charla, desde cómo le había ido a Sors en el Imperio hasta amenazas contra la integridad del príncipe, se fueron a la cama.

-Zero, acércate.- interrumpió Noctis sus pensamientos, y fue entonces que el peli plateado recordó que se encontraba en el comedor Norte, esperando a que el azabache terminara su desayuno.

Tras soltar un cansado suspiro, Kiryuu se acercó a la mesa con paso decidido, colocándose al lado derecho de la silla del príncipe, pero antes de que pudiera preguntar lo que el joven deseaba ahora, su mano enguantada agarró su muñeca y lo atrajo hacia él; para cuando se quiso dar cuenta de lo que había ocurrido, ya estaba sentado en el regazo de Noctis, en el salón, con todos los guardias mirando.

El tono carmesí invadió una vez más el rostro de Zero, el cual estaba dispuesto a cantarle las cuarenta al descarado de Noct, pero tan solo fue abrir la boca, y el susodicho le metió un trozo de pera, mientras lo miraba con una sonrisa divertida.

-¿Está bueno?- preguntó a la vez que se acrecentaba su sonrisa y envolvía con su brazo izquierdo la cintura del menor, el cual lo miraba de forma fulminante.

-Uno: suéltame, y dos: ¿Qué quieres Noctis?- preguntó tras tragarse el trozo de fruta.

-Simplemente tenía ganas- contestó con su típica sonrisa arrogante, y sonrió aún más al oír el gruñido enfadado de SU peli plata.

-Vale, ya lo has hecho, ahora suéltame.- puntualizó Zero tratando de soltarse.

-No quiero- y enfatizó su punto al apretar el abrazo de su cintura- Me gusta tenerte en esta posición, seguro entre mis brazos y sentado sobre mis “piernas”.- acabó con una pícara sonrisa, y Zero entendió perfectamente el doble significado de esa frase, sonrojándose al instante.

-Cállate y termina de una vez, tenemos cosas que hacer.- sentenció el pobre cazador sin mirarle a los ojos, y con el rostro aun pintado en un bello carmesí.

-¿Qué pasa ahora?- gruñó al cabo de unos minutos de silencio, sobretodo porque Noctis no había apartado su mirada de él, y empezaba a incomodarlo.

-Mañana. A las 10:00 am. En tu casa. Te recojo yo.- contestó automático y sin emoción alguna, lo soltó y se levantó dejando a Zero en su sitio, el cual lo miraba confuso- Es una cita.- y dicho esto se marchó del salón a grandes zancadas.

“¡¿Que?!” se levantó rápidamente y gritó- ¡No decidas las cosas por mí Caelum!-

Notas finales:

Bueno, y con esto vemos un poco más de la relación tan dispar de esos dos. Que mono Noctis intentando ser romántico, lástima que le falte práctica, pero en fin... ¡¡Una cita!!

Bueno, ya dejo de imaginarme los mil y pico de escenarios que rondan por mi mente ( se limpia la sangre de la nariz)

Besitos a todos, muac, muac


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