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Lágrimas de plata por Zero Shiro Rose

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Notas del capitulo:

Bueno, ya vamos llegando a un punto interesante... jejeje

Disfrutad de la lectura

El tiempo en carretera pasó en absoluto silencio por parte de ambos, Cindy escuchaba música en su casco mientras Zero aprovechaba para observar el paisaje por el que transitaban. los animales eran completamente diferentes de los que había visto en Japón.

 

Llegaron a una pequeña población con una gran cantidad de actividad comercial, en las calles los niños corrían riendo mientras los adultos hacían sus compras o charlaban entre ellos. Zero observó que era un ambiente similar a la pequeña ciudadela cercana a la Academia, pero a la vez veía las diferencias con esta; el ambiente era relajado en comparación con las prisas que siempre llevaban los ciudadanos de allí y como no, la presencia constante de vampiros por las calles, podía distinguirlos perfectamente, algunos hablaban con los vendedores u otros vecinos humanos, otros caminaban ocupados atendiendo el teléfono móvil y los más pequeños jugaban por la calle y en los parques con los otros niños.

 

Estaba tan impactado por ver la convivencia entre ambas especies, que no se dio cuenta de que Cindy frenaba la moto frente a una estación de tren.

 

-Bien, ya hemos llegado.- anunció bajándose de la moto, con Kiryuu tras ella, le devolvió el casco y ella lo dejó sobre los asientos del vehículo- Bien, este tren te llevará hasta la capital del reino Lucis, una vez allí haz lo que quieras, pero aprendete rápido las leyes y no te metas en líos.- le golpeó el hombro derecho y volvió a colocarse el casco, se subió a la moto y antes de irse le dijo- Recuerda la última parte del trato, cuando te acostumbres a vivir aquí, debes venir a verme o al menos invitarme a una cerveza por haberte traído. Nos vemos bombón.-

 

Zero miró como se alejaba la moto hasta perderse por una esquina, suspiró. “Esa chica es más hiperactiva que Yuu-... mierda, ya estoy pensando en ella de nuevo” miró a la estación y suspiró “Bueno, supongo que mejor me pongo en marcha” y dicho esto entro en la estación.

 

No había sido difícil de saber que billete escoger, lo único que había pulsado era el nombre de la capital y listo, el tren en sí estaba bastante vacío, por lo que no le importó sentarse justo al lado de la ventana para poder observar el paisaje, algunos lugares eran hermosos, miró hacía el panel donde se mostraban las todas las paradas que haría el tren y vio que aún faltaban bastantes, por lo que no evitó dormirse arrullado por el suave traqueteo del tren y la cálida luz del sol que pasaba a través de la ventana.

 

Despertó justo cuando anunciaban la última parada, cosa que lo alivió, sinceramente, no quería que nadie viniera a despertarlo, sobretodo si podía ser una sanguijuela, cuando entraron en la estación de la capital se levantó de su asiento y tras recoger sus pocas pertenencias (Que constaba de un gran macuto de deporte negro y una pequeña mochila), se dirigió a la puerta del vagón y esperó a que se detuviera.

 

Nada más salir del tren se sintió impactado por la hermosa plaza a la que daba la estación, esta era enorme, una gran rotonda donde se alzaba una impresionante fuente decorada con esculturas de mármol, en forma de grandes e imponentes leones, se alzaba en el centro de la plaza y a rodeándola había una carretera con diversos coches circulando; a los alrededores de la carretera (en la acera donde estaba la entrada de la estación y Zero) se combinaban árboles en flor con otros verdes y frondosos y detrás de estos un parque que daba frente a varios edificios hechos de piedra que combinaban con la calzada.

 

Decir que estaba impresionado sería quedarse corto, ni siquiera al “otro lado de la barrera”, como había dicho Cindy antes, encontró ni visitó nunca un lugar tan espectacular como aquel, era muy hermoso. Pero tampoco podía quedarse todo el día mirando ese mismo lugar, por lo que con una lista en mente sobre sus prioridades, siendo la primera encontrar un lugar donde alojarse, se metió por una de las calles que conectaban Plaza Solis (luz de sol).

 

Tres meses después…

 

Zero se encontraba recostado contra una pared, llevaba unos tejanos completados por unas bambas blancas y una sudadera de manga corta lila clarita que combinaba con sus ojos, sus brazos cruzados sobre el pecho mostraban en la mano izquierda un reloj negro y en su mano derecha una pulsera ancha (simulando una muñequera de baloncesto) de color negra y  con varias cadenas de plata envolviendola como decoración, en su cuello se podía ver perfectamente el sello descubierto, sus cabellos estaban como siempre desordenados cayendo por su rostro y la mirada molesta era señal de mal augurio, pero a pesar de eso, el conjunto que era el peli plateado no dejaba de llamar la atención sobre todas las personas que pasaban por la calle que, tarde o temprano acababan mirándole.

 

-¿Dónde diablos está? se suponía que debía estar aquí hace media hora… grrr- gruñó enfadado- Todavía no sé porqué estoy con él-

 

(Flash Back)

 

Apenas había pasado una semana desde que llegó a la ciudad, y desde entonces no había hecho nada más que pasearse y buscar trabajo, sin mucho éxito, por suerte había encontrado un pequeño apartamento en la periferia de la zona central de la ciudad, el alquiler no era muy elevado y el encargado que lo había atendido era bastante amable, y joven, más o menos de su edad.

 

Por ahora lo único que había conseguido era una temporada de prueba a medio tiempo en una cafetería donde se dedicaba a servir café y atender a los clientes en las mesas y en el mostrador, pero quería buscar algo más seguro, por si acaso al terminar el período de prueba decidían echarlo.

 

Eran las 20:09pm y acababa de salir de la tienda 24h que había cerca de los apartamentos donde residía, cuando de pronto escuchó un grito proveniente de un callejón cercano, corrió directamente hacia allí y nada más entrar en el callejón se encontró con la desagradable imagen de un nivel-e devorando la sangre de una chica de unos 20-25 años.

 

Zero sacó la Bloody Rose de su pantalón y con un pequeño silbido llamó la atención de esa cosa antes de dispararle entre ceja y ceja, se acercó a la joven mientras las cenizas se asentaban en el suelo, tocó su cuello buscando el pulso, pero no encontró nada, estaba muerta.

 

-¡¿Quién va?!- gritó a la oscuridad del callejón tras escuchar un sonido de pisadas, y de este salieron cuatro niveles-e con toda la intención de morderlo- Hm, y yo que pensaba que este era un barrio tranquilo…- y con cuatro disparos acabó con esos seres sin sudar ni una gota.

 

-¡¿Quién eres?! gritó una voz grave desde la entrada del callejón, Zero se giró a ver quien era cuando encendieron los potentes focos de dos coches patrullas, y delante de estos se posicionaron varios hombres con las armas apuntándole a él.- ¡¡Deja el arma en el suelo y coloca las manos donde pueda verlas!!- volvió a gritar ese hombre, pero ahora Zero se había dado cuenta de que este era un vampiro, un noble, en eso.

 

-¿Y porqué tendría que hacerlo? vampiro- respondió Zero con indiferencia mientras le apuntaba con la Bloody.

 

-¿Quién se cree que es?- susurró uno de los hombre que acompañaba al vampiro.

 

-Es solo un nivel D, no sé cómo se atreve a tratarnos así- susurró otro, esta vez un nivel C.

 

-Hm, ¿Crees que puedes contra mí?- preguntó divertido el policía que le había gritado en un primer momento.

 

Se acercó a él y Zero pudo ver que era un hombre muy alto y fornido, iba vestido con unos pantalones negros y una camisa sobre la cual había un chaleco antibalas del mismo color negro, era un hombre de unos 40-45 años, con el cabello corto pelirrojo y con un gran mostacho del mismo color que su pelo y sus pequeños ojos negros parecían como si le estuvieran quemando el alma.

 

-¿Tú, un pobre nivel-e?- y tras ese comentario empezó a reír seguido de los otros hombres que lo acompañaban.

 

Zero apretó los dientes y su agarre sobre el arma se incrementó, pero no se dejaría intimidar por los comentarios de ese tipo, es más si quería pelea, la tendría, por lo que con una sonrisa de medio lado dijo.

 

-Hm, un noble ¿eh?- miró la pistola y luego al hombre- pues que pena, creo que entonces me voy a aburrir, después de todo, los nobles son muy débiles.-

 

-Estás muy seguro de tus palabras, chico.- dijo ahora completamente serio antes de abalanzarse contra Zero.

 

Y fue así como comenzaron una fuerte pelea donde uno esquivaba los ataques del otro y viceversa, ambos buscando un patrón de movimientos sobre el otro, o al menos algún punto débil por el que poder conseguir una ventaja sobre el otro. Y lo encontró.

 

El policía golpeó la rodilla derecha de Zero provocando que este cayera al suelo, el pelirrojo aprovechó esa oportunidad para golpearlo en la cabeza, pero Kiryuu lo esquivó girando como croqueta para levantarse y apuntar con la pistola al hombre.

 

El ambiente era tenso, y lo único que se oía eran las pesadas respiraciones de ambos, eso, hasta que el hombre empezó a reír asombrado.

 

-Jajajajajaja, eres muy bueno, debo reconocerlo, incluso mejor que muchos de mis hombres- dijo levantándose- pero se acabó el juego- fue entonces que Zero vió que estaba rodeado por los otros agentes.-Llegó tu hora, escoria-y con una enorme pistola le apuntó en la cabeza.

 

-Rogelius-sama espere- se oyó el grito de una persona joven llamando la atención de todos.

 

Fue entonces que de entre la multitud de policas que había reunidos alrededor de esos dos, salió un joven de cabellera verde azulada recogida en una pequeña coleta, brillantes ojos marrones, de 1’80m y vestido con el mismo uniforme que los otros.

 

-¿Qué ocurre?- dijo con voz de mando, y enfadado por su interrupción.

 

-Bueno, verá… le puedo asegurar que no es peligroso- se apresuró a decir- Lleva viviendo desde hace una semana en uno de los apartamentos que dirijo y no ha actuado de ninguna forma sospechosa.-

 

-Que no se comporte como un criminal, no significa que no lo sea, cadete.-regañó Rogelius.- Mira su físico, podría ser perfectamente-

 

-Sí, sí podría ser un espía del reino Nehifilim o como se llame- interrumpió Zero con voz aburrida. -Sabes, si quieres darme una lección adelante, pero no te la voy a poner fácil, gigantón.- y tras decir esto volvió a apuntar su pistola a la cabeza del pelirrojo.

 

“Este tipo tiene un deseo de muerte, mira que hablarle así a Rogelius-sama”fue el pensamiento general entre los soldados y algunos murmullos sobre la poca capacidad de autoconservación del peli plateado.

 

-¡¡Silencio!!- gritó el tipo grante, miró a Zero enfadado y lo señaló con el dedo índice.- Tú, dime tu nombre-

 

-¿Porqué tendría que decírtelo?- preguntó enfadado. Los espectadores a esta escena temblaban de miedo al ver el temperamento de su jefe, pero Zero no estaba para nada intimidado, Yagari-sensei daba mil veces más miedo, y tras haber vivido con él la mayor parte de su vida, pocas cosas le daban miedo.

 

-Muy bien, ¡¡Agente Kuroba!!- el chico de antes se puso tenso y apenas respondió con un suave “-sí, señor-” el grandullón señaló a Zero- Quiero su informe completo en mi mesa mañana a primera hora, me da igual como lo hagas, pero lo quiero allí, ¿Entendido?- y tras un asentimiento por parte de este se marcharon dejando solo a ambos jóvenes.

 

-Ajajajajaja, bueno, parece que a partir de ahora nos haremos más unidos- dijo con una gran sonrisa- empecemos de nuevo. Hola, soy Kuroba Takao, espero tengamos una linda amistad por delante- extendió una mano hacia adelante.

 

Zero miró la mano antes de mirar al chico sonriente delante suyo, volvió a mirar esa mano extendida y tras un suspiro derrotado se la apretó.

 

-Kiryuu Zero-

 

(Fin Flash Back)

 

Así que sí, desde ese día en adelante, Takao, como había insistido el joven en que lo llamara, habían estado compartiendo momentos juntos.

 

El Grandullón (apodo propiedad de Zero) por su parte, invitó “amablemente” al plateado a unirse a la Guardia Nocturna, claro, si amablemente podía considerarse como una amenaza de cazarlo si no lo hacía, pero estuvo bien, ahora tenía la oportunidad de sacarle nuevas canas a su jefe muy frecuentemente.

 

Takao se encargaba de entrenarlo, o más bien Zero a él, pero para ello habían tenido que combinar sus horarios, puesto que Zero había sido oficialmente contratado en la cafetería en horario de mañana y por las noches trabajaba en la GN (Guardia Nocturna) mientras que Takao trabajaba en la oficina de policía hasta la tarde y por la noche, como Zero, estaba en la GN.

 

-¡¡Zeeerooo!!- se oyó un grito a lo lejos, y el nombrado levantó la mirada para encontrarse con su sonriente ¿guardián? corriendo hacia él para darle un abrazo.

 

Iba vestido con unos tejanos rasgados por las rodillas y una camisa verde oscura con el dibujo de unos cascos de color negro, y su cabello suelto llegandole por los hombros. Zero se apartó justo a tiempo para esquivar a su “querido” amigo, dejando que este se estrellara contra la pared sobre la que había estado apoyado Zero.

 

-Jooo Zero, eres malo.- se quejó una vez de pie y sobándose la cabeza- Eso no se le hace a un amigo-

 

-Ya, un amigo no dejaría a su amigo esperando por más de media hora sin tener una noticia del porqué el otro llega tarde.- contestó mirándolo con una ceja arqueada.

 

-Por eso te digo, era un abrazo de perdón- respondió.

 

-Pues no lo quiero. Y ya vámonos, aún no he comido- dijo alejándose de él.

 

-Mooo Zero, espérameeee.- gritó corriendo tras él.


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