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Lágrimas de plata por Zero Shiro Rose

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Notas del capitulo:

Hola chic@s, lamento mucho haber tardado tanto en publicar, pero lo que pasó es que este capitulo, una vez terminado, se me olvidó de colgar, no ha sido hasta hoy, que una amiga me ha abierto y me ha dicho:
RSM: ¿Y el capítulo cuándo piensas colgarlo?

Yo: Ya está colgado.

RSM: No, no lo está

Yo: Sí, si lo está

RSM: No, miralo, pero no está

Yo: (Lo miro, compruebo y remiro) ... Pues no está (^-^U)

RSm: Te lo dije. Ya tardas.

En fin, cosas que pasan, este capítulo es más corto, como veréis, tuve muchos problemas para escribirlo porque no quise liaros más, el cap, en un principio ocupaba mucho más, pero con lo del último capitulo y el pequeño lío preferí aclarar esto, con lo cual si lo encontráis con poca chicha o acción, es normal, tranquilos, el próximo es una traca de petardos, acción tras acción, revelaciones y muchas más cosas que no digo porque se me va la lengua.

P.D.: Espero lo disfrutéis y sí, de nuevo mi cerebro falla, vacaciones.

La tensión era abrumadora, el silencio lo envolvía todo, solo se escuchaban los pequeños grillos del jardín a través de la ventana abierta, o el segundero reloj del salón, un suave tic tac que ahora parecía una metralladora en el campo de batalla. La sala estaba iluminada por la lámpara de araña que colgaba inocente del techo, dos inquilinos ocupaban el espacio, uno sentado en un sillón de cuero blanco, y el otro, recargado en la pared cercana a la ventana, contemplando el gran jardín que rodeaba la casa.

El hombre sentado, tenía las piernas cruzadas mientras que, en su mano derecha removía un vaso de cristal repleto de algún licor ¿Brandy o Whiskie? No importaba, su camisa blanca estaba desabotonada, su corbata colgaba sin gracia cual serpiente por sus hombros, y mechones de su cabello castaño oscuro, despeinado y carente de gomina, caían libres por su rostro; su aspecto desgarbado demostraba el mal rato que estaba pasando en aquel momento, a pesar de mantener su rostro en una mueca de inexpresividad similar a la de las estátuas.

-Deberías estar en la cama.- rompió el silencio con su voz de barítono, pero a su comentario solo le recibió el silencio. Sus ojos entrecerrados se dirigieron a la figura situada en la ventana, vestido con una camisa y pantalón de manga larga blancos, un pijama sencillo y suave que evitaba el roce con las vendas y no le dificultaba moverse, su cabello plateado caía liso y rebelde enmarcando su rostro y sus ojos amatistas se mantenían fijos en el paisaje nocturno. -Zero-

-¿Lo tenías planeado desde el principio?- escuchó la amortiguada voz del joven, áspera y algo afónica, pero dura y firme.- ¿Lo sabías?- Esta vez se enderezó y miró al sangre pura con los ojos furiosos, avanzó unos pasos temblorosos a causa de los restos del veneno.- ¡¿Sabías que algo como eso iba a pasar y no hiciste nada?! ¡¡¿No avisaste?!!-

Estaba furioso, furioso con Sors por haberlo sacado de Insomnia, con Regis por haber dejado que Sors lo sacara de allí cuando era su obligación, como guardia, pelear en palacio contra los invasores; enfadado con Noctis por haberse ido en un momento como ese y no haber ayudado a derrotar a los invasores, pero sobre todo, estaba enfadado consigo mismo, rabioso de haber falado en su misión como guardia, enfadado por haber dejado que otra vez, como aquella noche con Takao, sucediera una gran desgracia; furioso por no ser lo suficientemente fuerte para proteger aquellos a los que quería; frustrado por no poder proteger su nuevo hogar, aquel que había formado con esfuerzo en Insmonia; y dolido por echar las culpas a los demás cuando realmente entendía muchas de las acciones que llevaron a cabo.

Una mano furete y cálida ahuecó su mejilla, y con el pulgar barrió las lágrimas que se derramaban sin su permiso, quería alejar esa mano, quería alejar a ese estúpido vampiro que tenía como padre, gritarle y culparlo por lo sucedido, comportarse como un niño pequeño que culpa a los demás por sus fallos, pero pese a todo, lo único que hizo fue quedarse quieto mientras temblaba de rabia, mientras esas tricioneras lágrimas caían de sus ojos y Sors avanzaba unos pasos más abrazandolo con fuerza.

-¡¿Por qué?!- volvió a preguntar a duras penas, sofocando los sollozos que amenazaban con salir nada más abrir la boca. -¡¿Por qué no hiciste nada?!- alzó su rostro y vio como los ojos rojizos de Sors brillaban con dolor y ¿culpabilidad? Pero no le importó, apretó sus manos en puños y golpeó repetidamente el pecho del anciano, golpes sin fuerza que sabía no le hacían ningún daño pero, inconscientemente, le hacían sentir mejor, le hacían creer que estaba castigando a Sors de alguna forma por su estúpida pasividad.- ¡Eres un sangre pura! ¡Podrías haber hecho algo más que solo sacaarme de allí, podrías haber peleado y!-

No respondió, a pesar de que dejó su frase abierta esperando cualquier cosa, un regaño, una frase sardónica o repleta del sarcasmo del mayor, una falsa esperanza de que sí, tal vez, si el hubiera entrado en la pelea, hubieran tenido una oportunidad.

Pero nadie acabó esa frase, y fue esa sensación de perdición que le hizo darse cuenta de que el conflicto que inició en Insmonia, nada ni nadie pudo haberlo evitado, y fue ese silencio que acabó con la última de sus defesas, odiaba sentirse débil, pero en ese momento, la cascada se abrió y el llanto que había estado reteniendo desde el instante en que despertó se abrió paso. Los puños que antes golpeaban el pecho del mayor ahora se agarraban desesperados a la camisa desabotonada mientras enterraba su rostro en el pecho de su padre y lloraba, lloraba como no lo había hecho en mucho, mucho tiempo.

Sors solo podía ver impotente cómo el joven que era su hijo se deshacía en una maraña de llanto y sollozos en sus brazos, pasaron los minutos, tal vez más de media hora o una hora entera hasta que notó como el peli plata quedaba flojo en su agarre, lo miró un momento y sí, se había quedado dormido, lo cargó en brazos y lo colocó en la cama, abrigándolo antes de salir por la puerta.

-¿Te das cuenta de que no tengo ningún miedo, cazador?- preguntó exasperado, nada más salir del cuarto, el suave click de un arma se escuchó en el pasillo, miró a su derecha y allí estaba, ese cazador de cabello azabache y con un ojo azo lo pauntaba, de nuevo, con su arma.- ¿Cuántas veces más vas a apuntarme con tu arma?-

-Tantas como sean necesarias.- respondió suavemente- No me fio de ti, vampiro, y menos después de la reacción de Zero esta mañana.- ambos recordaron esos momentos.

Flash Back

Yagari caminaba por el pasillo, recién había vuelto de su última misión cuando lo escuchó, era más bien un murmullo, pero eso fue todo lo que necesitó para que sus piernas corrieran en esa dirección, y nada más girar la esquina del pasillo, lo vio, tambaleante, apoyado contra la pared y con su pupilo mayor tratando de hacerse servir como apoyo, con las vendas casi envolviéndolo por completo y el pijama desaliñado, sus ojos un poco aturdidos pero brillando con determinación.

-Zero...- dijo en un susurro, ya que después de la forma en que lo encontraron, verlo despierto era casi un milagro, su joven pupilo miró en su dirección, y vio con placer cómo los ojos amatstas se agrandaban sorprendidos y esperanzados.

-Shishou- y antes de que el menor pudiera decir algo más, sus brazos lo rodearon en un abrazo apretado. Uno que no iba a durar poco rato, pasados unos minutos, Yagari notó como los brazos de su hijo más joven le devolvían el abrazo, o hacían el intento agarrando su chaqueta de cuero con fuerza.

Tras unos minutos de silencio, Yagari se apartó del menor ya que había perdido gran parte de la fuerza en su agarre y comprobó, que se había quedado dormido. Tras compartir una mirada con Kaito cogió al menor en brazos, y volvieron al cuarto de Zero donde  lo colocaron en la cama.

Para cuando Zero volvió a despertar, Kaito estaba a su lado, sentado en una de las sillas acolchadas de color crema, repartidas por la habitación, fue entonces que el peli plata se fijó detenidamente en su autoproclamado “hermano mayor”, el joven castaño estaba dormidoencorvado sobre si mismo, su barbilla topaba con su pecho y sus brazos y piernas cruzadas debían de llevar así un buen rato, iba vestido con unos pantalones de mezclilla de color negro y una camisa de manga larga verde sucio, sus cabellos estaban despeinados y en su muñeca había una pulsera de tela hilada de color verde, azul, lila y blanco, un objeto que llevaba sin ver desde hacía mucho tiempo.

Justo cuando iba a despertarlo, la puerta se abrió, y sus ojos se tornaron rojos de ira al ver quién ingresaba al cuarto, enfurecido y abrumado por la creciente adrenalina, se levantó de golpe antes de atacarlo.

-¡TÚ!- y se abalanzó sobre él. El ruido despertó de golpe a Kaito, que logró agarrar a su compañero cazador por la cintura antes de que cometiera una locura o algo de lo que pudiera arrepentirse.

-¡Zero cálmate!-

-¡Sueltame Kaito, por su culpa, por su culpa Insomnia ha caído! ¡Porque fue un cobarde que en vez de luchar huyó con el rabo entre las piernas! ¡Los abandonaste! ¡Traidor! ¡Los abandonaste y ahora seguro que están muertos! ¡¡¿Qué tienes que decir a eso Sors?!! ¡¡RESPONDE!!-

Kaito entrecerró los ojos mientras apretaba su agarre enZero, el cual había simuado darse por vencido y esperar a que el castaño bajara la guardia, pero Takamiya lo conocía mejor, y no lo soltaría, por mucho que también deseara acabar con el vampiro frente a él solo por alterar tanto al peli plata.

-Dejános solos, cazador.- fue lo único que contestó el mayor de los tres con una voz plana pero con sus ojos afilados al oji amatista. Kaito quería protestar, pero la presencia intimidate de Sors sobrecargaba el aire, así que, simplemente, lo apuntó con una pistola.

-¿Por qué debería dejar a solas a mi hermano contigo, sanguijuela? Está perfectamente claro que no te quiere cerca.-

-Escucha, cazador, este es un asunto entre mi HIJO y yo, será mejor que no tientes tu suerte.- dijo mostrando sus brillantes ojos rojos. Kaito simplemente arqueó una ceja, pero bajó la mirada al adolescente en sus brazos cuando este le tocó.- No Zero.-

-Kait, por favor, quiero saber qué tiene que decir en su defensa.- dijo sin apartar la vista del sange pura. Kaito, al ver la determinación en los ojos de su hermano de todo menos sangre, suspiró, y poco después dejó el cuarto, no sin antes dedicarle una furibunda mirada al vampiro mayor.

Zero se sentó en el alféizar de la ventana, calmando sus pensamientos y emociones, respirando profundamente varias veces para no darse la vuelta y golpear al vampiro que ahora era su padre. Esperó lo que parecieron varios minutos, pero cuando miró de reojo al reloj se dio cuenta de que habían pasado 20 minutos en absoluto silencio, aunque, no es como si le importara demasiado.

-Zero…- empezó Sors “Ahí va.” Fue lo que pensó Zero, sin ni siquiera girarse a verlo, queriendo castigarlo por lo que había hecho.- Zero, esto es absurdo, mírame, hablemos las cosas y solucionemos esto. Actuar como un niño pequeño no cambiará lo que ya está hecho.- pero aún así no obtuvo ninguna respuesta.- Si esta es tu forma de castigarme, adelante, tengo toda una eternidad para que te dignes a hablarme de nuevo.- El menor murmuró algo- ¿Repite eso?-

-Déjame solo-

-No pienso hacerlo, ahora mismo estás sufriendo el shock post-traumatico de una escena que fue demasiado impactante para tu frágil subconsciente, no hablas con claridad, no quieres afrontar la realidad y no quieres seguir adelante, efectos secundarios que se disuelven con el tiempo, cuando la lógica y la razó vuelven a funcionar.-

-Eres increíble, ni siquiera vas a disculparte por lo que hiciste. Ni siquiera admites que los abandonaste, ni siquiera- pero calló, Sors, que había estado sentado sobre la cama del emnor, se levantó y acercó hasta él.

-Eso no es cierto, no tengo por qué disculparme ante nada porque no siento lo que hice, pero sí, abandoné Insomnia, dejé que el reino cayera a manos del Imperio Nilfheim tal y como me lo ordenaron y abandoné a la casa real a su suerte-

Zero no dijo nada, simplemente escuchaba anonado, con la vista fija en el suelo, cómo el hombre en quien había llegado a confiar casi tanto como su Shishou, le reconocía uno tras otro lo que a él le parecían los crímenes más impensables del universo.

-Pero todo eso lo hice por ti. El rey Regis sabía que el tratado era una trampa, que el Imperio tomaría la ciudad y a él como rehén. Por eso obligó a Noctis a partir a Altissia con la falsa excusa de que en aquellas tierras aún creían que Noctis y Lunafreya estaban comprometidos, lo envió para deshacer esos supuestos rumores.- miró a su hijo- Él jugó sus cartas para proteger a su hijo por encima del reino, y yo no iba a permitir que tú fueras el sacrificio de nadie, quisieras o no- se arrodilló- Eres mi hijo, Zero, y quemaré naciones por ti, asesinaré reyes por ti y no me importaría destruir el mundo si con ello consigo que estés a salvo.- y ante esa declaración, solo el silencio lo siguió, el sangre pura enganchó su dedo índice derecho debajo de la barbilla del peli plata y levantó poco a poco su rostro, solo para encontrárselo con las mejillas y nariz rojas, ojos hinchados y enormes amatistas repletas de lágrimas, una visión del joven frente a él tan vulnerable, una que jamás había visto y que lo único que le inspiraba era protección, rodearlo entre sus brazos, tal vez, encerrarlo en una jaula y mantenerlo en un lugar seguro.

-¿Noct?- Sors funció el ceño antes de suspirar.

-Si es listo vivirá. Si vuelve a Isomnia, solo le esperará la muerte.- apoyó su manoderecha en el hombro del joven y se levantó- Sé que te gustaba, Zero, que tuvisteis una relación, pero eso poco importa ahora. Estoy seguro de que en un futuro encontrarás a alguien que te haga incluso más feliz que Noctis.- dijo con una pequeña sonrisa intentando animar a su joven.

-No, no ¡No lo entiendes!-

-El amor de los más jóvenes es algo fuerte y fogoso, como una llama en una cerilla, pero cuando seas mayor, verás que el amor debe ser-

-¡¡NOCTIS Y YO TENEMOS UN VINVULO DE SANGRE!!- gritó harto de que Sors no lo entendiera.

-¿Qué?- fue lo único que dijo después de estar en silencio por varios minutos, y fue justo en ese momento que la puerta de la habitación se abrió de par en par.

-¡PUTA SANGUIJUELA PEDERASTA!- gritó Yagari con la escopeta en mano sorprendiendo al menor de todos.

Fin Flash Back

-Es como si viviera un dejavú constante- reconoció el sangre pura recordando la misma conversación que habían tenido el día de antes después de que el joven Takamiya se fuera, idéntica y con repuestas similares pero menos emocionales que antes.

-He, y esperáte a una tercera.- comentó Yagari con un cigarro en la boca.- Y al silencio obstinado de Zero, el desprecio de mis alumnos y por supuesto a varias balas anti-vampiros que tengo preparadas para ti.-

-¿Cómo estás tan calmado cuando tu hijo o tal vez, aprendiz, está en este estado?- Yagari se encogió de hombros.

-Zero es un adulto, conoce las consecuencias de sus actos y debe afrontarlas solo, además, mi hijo es fuerte, vampiro, no se romperá por esto, simplemente necesita tiempo y que tú no estés por aquí, así que ya tardas en marcharte.- dijo indicando la puerta abierta.- Pero espero que sepas, que tarde o temprano, volverá a solucionar el lío en el que estaba metido allí en…  ¿Insomnius? Como sea, no importa lo que digas, hagas o intentes impedirle, volverá.-

-¿Y eso no te preocupa? El lugar de donde venimos está en guerra, y cuando vuelva, es muy probable que siga así, puede que ya no esté aquello que busca ¿De verdad le dejarás ir?- Yagari suspiró ante la amenazante y acusadora mirada de “mal padre” que le dedicaba el vampiro.

-Zero es mayor para tomar sus decisiones.- se encogió de hombros- ¿Me gustará? No ¿Querré que vaya? Tampoco, pero no podré evitarlo, así que solo me quedará acompañarlo y evitarle más daño del que pueda soportar, en eso consiste ser padre, enseñar, y una vez enseñados, acompañarlos.- se apartó de la pared y salió por la puerta- Baja a comer algo, asqueroso vampiro, no quiero que Zero me acuse de haberte matado de hambre antes de patearte el culo.- y al ver que el otro no se movía añadió- No se va a mover, y si se despierta, bajará a donde haya ruido.-

Tras esas palabras, y dedicarle una última mirada a su hijo, si Zero lo oyera y no estuviera enfadado con él ya lo habría acribillado con la mirada, salió de la habitación siguiendo al irritante cazador de pelo negro.

-Por cierto, cuando Zero despierte puedes preguntarle a quién considera su padre, sanguijuela.- comentó Yagari en un recuerdo tardío.

Horas más tarde…

Tal y como predijo Yagari, el joven peli plata se dirigió a la planta baja nada más despertar, no porque hubiera ruido, ya que la casa, hasta ddonde podía oír con su buen sentido del oído, estaba en completo silencio, tampoco notó ninguna presencia cercana, pero bajó porque fue en esa dirección cuando Kaito lo encontró la primera vez que salió de la cama. Su cuerpo se notaba más ligero, flexible y más fuerte de lo que recordaba, su fiebre había bajado, o eso creía, ya que el sofocante calor que lo había acompañado día y noche en esa cama ahora casi había desaparecido.

“Solo espero que Sors no esté en casa” Ahora que no estaba con el juicio nublado por los sentimientos y la fiebre, se avergonzaba de su comportamiento con su padre, no solo había mantenido la misma conversación con el sangre pur DOS veces, sinó que había hecho las mismas preguntas DOS veces y había acabado de la misma forma DOS veces, llorando hasta desmayarse. Se apoyó en la pared y sopesó la idea de golpearse contra esta “Un comportamiento lamentable y vergonzoso” pensó con el rostro sonrojado y la andíbula tensa, ni siquiera soportaba la idea de mirar al hombre a los ojos, o estar en la misma sala, ya puestos.

Tras muchos minutos de debate entre volver a su cuarto y encerrarse o enfrentar a quien quiera que entrara en el salón, acabó escogiendo la segunda opción, después de todo no era un cobarde. Abrió las puertas de madera y se encontró con una amplia sala iluminada por las lámparas colocadas en las distintas esquinas y la luz central proveniente de la lámpara de araña que colgaba del techo, las paredes estaban pintadas de color arena, y sobre ellas estaterías repletas de libros y otros objetos como vasijas o pequeños cactus ocupaban dos de las cuatro paredes, en el centro, sobre dos grandes alfombras de color negro, estaban el sofá, un mueble largo, casi cabían 8 personas, y varios sillones de 2 y 1 plaza repartidos por el resto del espacio. Estaba tan concentrado observando su alrededor que casi pasa por alto el sonido de la puerta al abrirse, pero gracias a sus sentidos de cazador, se dio la vuelta justo cuando la puerta se abría.

-Vaya, la princesa se ha levantado de su sueño de belleza.- comentó el recién llegado.

-Shishou- contestó Zeto con el ceño fruncido.

-Menuda alegría te da verme, mocoso.- se cruzó de brazos mientras dejaba la escopeta contra la puerta.- Pero para tu desgracia, no soy la estúpida sanguijuela que te trajo, así que por mucho que me dediques todos tus malos deseos, no me sentiré ni un poco intimidado.- Iba vestido como la última vez que Zero lo había visto, con sus tejanos, botas y chaqueta de cuero marrón, y como no, su inconfundible sombrero vaquero, cerró la puerta detrás de él- Bueno, creo que es hora de que tengamos una charla tu y yo ¿No crees, estúpido y desagradecido pupilo?-

“Mierda” fue lo único que pudo pensar el peli plata al ver el brillo siniestro en el único ojo de su maestro antes de asentir. Se sentaron cada uno en un sillón, hasta que Yagari se hartó del silencio y se levantó, abrió la ventana y encendió un cigarrillo.

-Tus batallas de silencio no funcionan conmigo como lo hacen con tu estúpida sanguijuela, a mi no me darás pena porque no me hables, así que ya estás cantando.- ordenó Yagari antes de darle una calada al cegarrillo, pero al ver que su alumno no se disponía a hablar dijo.- Creí haberte educado para enfrentar tus acciones y decisiones, por muy malas que fueran, no para actuar como un cobarde que llora por las esquinas y grita que el mundo es injusto, Zero.- lo miró- Deja de comportarte como un mocoso malcriado y si crees que has hecho algo mal enfréntalo y soluciónalo.- y para demostrar que hablaba en serio le lanzó al regazo la carta que había usado para huír de la Academia.

Tras unos minutos de tenso silencio, al final se rompió, y el peli plata derramó todo, o casi todo lo que había pasado esos meses, desde cómo escapó, cómo cayó por el acantilado hacía ya tanto tiempo, sus primeros meses en Insomnia, su entrada a la Guardia Nocturna, la rara relación con Takao, la muerte de este y la destrucción de la Guardia, su encuentro con Noctis, cómo conoció a Sors y acabó viviendo con él, la extraña forma en que acabó formando parte de la guardia real y la amistad poco sana con el príncipe y sus amigos, las peleas con los Adamantem, Dark Moon, y finalmente, la última noche que pasó en Insomnia, el día de la caída.

-¿Y el guión de la película lo sacaste de Hollywood?- preguntó sarcástico su maestro, Zero frunció el ceño- No es por mal meter, pero todo eso parece más bien el argumento de un romance que una vivencia aterradora.- cuando su alumno no respondió solo pudo suspirar.- ¿Y eso te tiene tan enfadado con el mosquito?-

-Sors era uno de los miembros más cercanos al rey, era el médico real y en vez de ayudar cuando pudo, simplemente los abandonó a su suerte.- dijo apretando los puños sobre sus pantalones.- Traicionó su confianza.-

-A mi me parece haber escuchado otra versión distinta.- dijo Yagari ruzandose de brazos.- Una donde el rey tenía planes de salvar a su hijo en caso de que eso ocurriera, y donde Sors tomó también sus decisiones para proteger a su hijo de un destino que seguramente ha atrapado a muchos otros.-

-Eso no es exusa. Yo podía defenderme.-

-¿En serio, herido de muerte y con un veneno recorriéndote las venas?- entrecerró los ojos- Incluso un cazador sabe cuando retirarse de la batalla para no ser un peso muerto. Y en ese momento solo eras un estorbo.- Zero apartó la mirada de su maestro antes de volver a mirarlo.- ¿Cuánto hubieras durado de pie? 1 hora, 2 como mucho, después de eso valías tanto como uno de los cádaveres que viste por los pasillos, nada. Creo que Aevum hizo lo correcto al sacarte de allí.-

-¿Desde cuándo está a favor de los vampiros?- Yagari se encogió de hombros.

-Nunca he estado de acuerdo con un vampiro, pero si la acción de ese vampiro te salva la vida, su tiempo lejos de mi mirilla se alarga. Solo te diré esto Zero, recuerda la promesa que me hiciste ese día, y cumplela. Y si luego quieres volver a ese sitio, adelante, ve y mata tanto vampiro como quieras, véngate de los que mataron si quieres, acaba con esa ciudad si eso te alegra, pero nunca olvides lo que me prometiste a -recalcó la última pakabra sin apartar la vista de esos ojos violetas.

Zero iba a preguntar a que se refería, pero entonces recordó. “Prométeme Zero… prométemelo sin importar lo que pase de ahora en adelante…” y tras ese breve recuerdo asintió a su maestro, luego frunció el ceño y añadió.

-Esto no quita que siga enfadado con Sors.- Yagari sonrió de lado.

-Siempre y cuando no vuelvas a acabar llorando cuando lo veas, te ayudaré encantado a desplumarlo.- Zero palideció y se dejó caer en el sillón.

-No me digas que viste eso, Shishou.- esa frase lastimera procedente de Zero, con el rostro oculto tras un cojín hizo que Yagari carcajeara sin control por unos buenos 10 minutos, y Zero solo acabó más rojo que un semáforo. “Ahroa no solo Sors, sino Yagasi-shishou también”

-Si te consuela, ninguno de ellos te ha visto llorar.- comentó con una sonrisa Yagari, Zero apartó el cojín de su cara lo suficiente como para dejar ver su ojo derecho.

-¿Ellos?- fue lo único que pudo preguntar antes que unos golpes y una nueva voz se oyera desde detrás de la puerta.

-Yagari-sensei ¿Podemos pasar ya?- Zero se sentó de golpe, esa voz tan conocida para él, miró a Yagari expectante, el cual tenía una arrogante sonrisa torcida en el rostro y un brillo de diversión en su ojo.

-Pasa.- y con eso, la puerta volvió a abrirse revelando a una nueva figura, los ojos de Zero se abrieron al verla, y cuando sus ojos se encontraron, se abrieron de par en par.

-Zero-

-Yori- La joven iba vestida con una falda larga que le llegaba por debajo de las rodillas de color blanco y una camisa de manga corta rosada, su cabello, antes por debajo de las orejas, le llegaba ahora por los hombros, y su rostro era igual a la última vez que se habían visto, sus ojos castaños brillaron con cariño cuando vio a Zero, y no falto ni dos segundos para que corriera a abrazarlo, el cual devolvió casi al instante.

-Oh Zero, estaba tan preocupada por ti, desapareciste y… y- le tiró del pelo apartándolo sorprendido mientras le dedicaba una mirada mortal- Y no me escribiste ni una sola carta ¡¿Sabes lo preocupada que me tuviste?!- dijo tirándole de la oreja derecha.

-¡¿Cómo iba a escribirte si ni yo sabía dónde estaba?!-

-¡Eso es problema tuyo!- replicó- snif, creí… creí que habías muerto, estúpido.-

-¡¿Haa?! ¿Cómo iba a morir? ¿Eres estúpida?- Yori se enfadó y se cruzó de brazos alejándose de él.

-¡¿Y qué querías que pensara?! ¡Pasé meses sin saber nada, ABSOLUTAMENTE NADA, de ti, y encima el director Cross sospechando que yo sabía dónde te habías ido! ¡Eres un insensible, estúpido, idiota!- gritó tan fuerte cómo pudo antes de que algunas lágrimas cayeran por su rostro.- Después de Yuuki estuve sola contigo, y cuando te fuiste me sentí aún más sola, los “amigos” de la Academia eran desconocidos, y la única persona en la que podía confíar, había desaparecido por completo ¿Cómo crees que me sentí?- Zero calló al ver a Yori en semejante situación, estar solo no era una sensación desconocida para él, ser sospechoso tampoco, y no poder confiar en nadie lo vivía casi a diario, todo eso en Yori, alguien que no estaba costumbrada a ser todo eso, suspuso que fue muy duro para ella. Alzó su mano y la colocó sobre la cabeza de la más baja, esta dejó de llorar y lo miró.

-Siento… siento haberte preocupado, Yori.- apartó la mirada sonrojado. “¿Por qué tengo que hacer estas cosas? Ni que fuera un psicólogo.” Pensó molesto, ya que este tipo de situaciones no se le daban bien.

-Te perdono- Dijo ella con una sonrisa llorosa. Yagari sonrió al ver a sus dos alumnos resolver sus cosas, pero eso se fue cuando el peli plata preguntó.

- Por cierto, ¿Qué haces aquí?- Yori sonrió y abrió los ojos a modo de explicació.

-Pues verás-

-A la cama- ordenó Yagari- Mañana habláis del tema, ahora a la cama.- ambos adolescentes le fruncieron el ceño.

-Pero Shishou.-

-Pero Yagari-sansei-

-A dormir. Ahora.- dijo como últimatum dedicándoles una fría y escalofriante mirada, cosa que provocó cierto estremecimiento en ambos adolescentes, Yori por malas experiencias y Zero por falta de costumbre, asintieron y se fueron.- Zero- este se paró en la puerta, se giró y vio a Yagari con una suave sonrisa- Me alegro de que haya svuelo, hijo.- el menor sonrió de lado igual.

-Yo también, tou-san- y dicho esto caminó de nuevo a su cuarto, o más bien, Yori lo llevó hasta él.

-Sabes Zero, me alegro de que hayas vuelto.- comentó ella- Espero que a partir de ahora podamos trabajar más veces juntos.- sonrió- Hasta mañana-

-Buenas noches.- contestó antes de entrar de nuevo en su cuarto. Abrió la ventada para que corriera el aire freco, se tumbó sobre la cama aún desecha y nada más apoyar la cabeza en la almohada se quedó dormido.

Sueño

La calle le resulta familiar, el sujeto frente a él también… Mikeyl, el bramido de un motor a sus espaldas le hizo girarse levemente, sus ojos se abrieron al ver de quié se trataba, pero solo cuando el azabache salió del coche, con sus ojos azules brillando con miedo recordó, volvía a recordar ese día que cambió sus vidas para siempre.

-¡¡ZERO!!-gritó Noctis mientras bajaba del auto, y al ver la escena frente a él, sus ojos se volvieron rojos y sus garras y colmillos se afilaron.- ¡ALEJATE DE ÉL!- bramó antes de salir corriendo en su dirección.

Pero solo con dar un paso hacia delante, una fuerte explosión se oyó a unos pocos metros de allí, seguido de una potente llamarada que consumió toda la carretera que daba a la zona Norte del parque, envolviendo al azabache en su interior.

-¡¡¡NOCTIISS!!- gritó Zero mientras corría en dirección a las llamas sin pensar en las consecuencias de sus acciones, ni los gritos a sus espaldas para que se detuviera.

-¡¡ZEROO!!-

Notas finales:

Bueno, espero que os haya gustado, cortito, lo sé, pero si colgaba el primero que había hecho me pasaba de las 12.000 palabras y con demasiados altibajos, cosa que solo os liaría más o perderíais el hilo.

¡¡Yagari ha vuelto a escena, Zero está enfadado con Sors y Kaito y Yori están con ellos!! ¿Qué hace Yori con Yagari? ¿Qué pasa con ese sueño/recuerdo de Zero? ¿Y Noctis, está bien? ¿Se acabará la guerra entre Sors y Zero? ¿Yagari matará a Sors? Demasiadas preguntas que se contestarán, junto a muchas otras... En el próximo capítulo.

P.D.: Este arco está a punto de terminar, como mucho en 2 o 3 capítulos más, después la historia se divide en otros 2 arcos, ¿De qué irán? Ni yo lo sé, jejeje (broma)

Besitos


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