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Dos vidas diferentes, un mismo camino por Asato Hikaru

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Notas del capitulo:

Rayos! no se que pase con la pagina pero no me permite editar... no se si este capitulo ya lo haya puesto pero por si las dudas... pero si ya lo hice disculpen... pero ya no es cosa mia -_-

                              

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Capitulo 9

Indignación y Decisión. 

La situación se había tornado complicada para el joven Seiichirou Tatsumi pues a pesar de tener ciertos conocimientos de medicina, no contaba con los elementos suficientes para continuar atendiendo al pequeño que yacía sobre su sofá inconsciente y muy mal herido pero la actitud de su joven amiguito le hizo sospechar.

 

- Soka-chan? –le llamó el ojiazul incitándolo a darle respuesta alguna.

 

- Pequeño dinos ¿por qué no quieres que llevemos a tu amigo con el doctor… por que el niño es tu amigo no es así? –intervino Watari quien se mantenía a la altura del ojiesmeralda sosteniéndolo de los hombros.

 

- Soka, si en verdad quieres ayudarlo es mejor que nos digas lo que sabes –el castaño volvió a acomodar a Asato sobre el sofá- Confía en nosotros.

 

- Bueno yo… él no es mi amigo lo conocí esta mañana cuando Muraki sensei fue a revisarme –comenzó a decir.

 

- Estas enfermo? –se sorprendió Tatsumi.

 

- Iie… eso es lo que mis padres dicen y hacen creer a los demás pero yo no estoy enfermo es solo que… -se detuvo pues sentía la rabia invadirlo en indignación.

 

- Si? –inquirieron inconscientemente a la par ambos hombres.

 

- Ellos… los que se hacen llamar mis padres me odian –Hisoka apretó los puños.

 

- Nanda!!!? –exclamaron al unísono sorprendidos.

 

- Dicen que soy un monstruo –lágrimas de rencor y dolor comenzaron a resbalar por sus mejillas- solo porque… porque yo… puedo… puedo leer los pensamientos y percibir emociones  –soltó en confesión su secreto.

 

- Pero que padres tan inconscientes! –Watari se indignó- pequeño el que tengas el don de la empatía no quiere decir que seas un monstruo, no te aflijas por ello mírame a mi todo mundo dice que soy un científico loco y frustrado –soltó una risotada.

 

- Lo de científico loco lo eres –le dijo un Tatsumi burlesco.

 

- Sei eres malo –le reprochó con un puchero.

 

- Pero así me amas no? –le preguntó robándole un beso en desafío.

 

- Se… Seiichirou el… el niño! –se incorporó el rubio señalando escandalizado a un sorprendido Hisoka.

 

- Y eso que… -lo abraza por la espalda apoyando su cabeza sobre el hombro del rubio- no le veo nada de malo que sepa de lo nuestro.

- “No pensé que Tatsumi-san tuviera esos gustos” –pensó el niño de orbes esmeraldas con una gotita de sudor resbalando por su nuca.

 

- Seiichirou! –volvió a reprocharle el ojiambar.

 

- Esta bien, esta bien ya no te molesto –lo suelta del abrazo- pero eso no quiere decir que niegue nuestra relación. Bueno Hisoka, ahora entiendo tu razón para no querer regresar a casa, pero aun hay más ¿no es así?

 

- Hai –respondió ya sin dudar.

 

- Tiene que ver con que no quieras que llevemos al niño con Muraki ¿cierto?

 

- Hai.

 

- Quieres hablar de ello? –le incitó tranquilo.

 

- Tatsumi-san… no estoy seguro demo… creo que Muraki sensei fue quien le hizo daño a Tsuzuki-chan –soltó finalmente.

 

- Nanda!... dime pequeño qué te hace pensar eso? –inquirió sorprendido Watari.

 

- Porque… ese hombre… Muraki… nos amenazó.

 

- Que hizo qué… pero por qué, que motivos tuvo para hacerlo? –el rubio se sorprendía cada vez más.

 

- El… el intentó hacerme daño pero Tsuzuki se lo impidió y me protegió, Muraki lo había capturado e iba a pegarle cuando mi madre llegó y entonces nos amenazó diciendo que si hablábamos la pagaríamos –narró recordando las frías palabras del peliplateado.

 

- Kjj… que indignante –se quejó el rubio- y yo que creí que era buen médico.

 

- El si es un monstruo –agregó Hisoka.

 

- Soka-chan… es todo? –le preguntó Tatsumi por curiosidad, tenía que estar seguro ante todo de que el galeno fuera quien dañó al niño.

 

- Bu… bueno… desde que vi a Tsuzuki supe que algo no andaba bien… -Hisoka rememoraba el momento en el que por vez primera vio al niño de orbes violetas- noté en su mirada el terror que le causaba el doctor con solo mirarlo o escucharlo… además…pude leer algunos de sus pensamientos... eran de autocompasión…

 

- Y creo saber muy bien por que –Tatsumi hizo conjeturas después de escuchar toda la información, luego miró a Watari para darle a entender que no podía estar ahi- Yu-san onegai  lleva a Soka-chan a descansar a la habitación.

 

- Hai –acató el rubio entendiendo la indirecta del ojiazul- ven acompáñame Soka-kun.

 

- Iie… onegai quiero quedarme aquí, soy el único al que Tsuzuki conoce y puede asustarse si se despierta y lo ve –le pidió acongojado.

 

- Está bien, pero antes tienes que comer algo estoy seguro de que no has probado bocado alguno y si gustas también puedes tomarte un baño no puedes quedarte con la ropa así de manchada y no te preocupes por ropa limpia, por ahí tengo guardada ropa de mi sobrino –le ofreció el ojiazul con una sonrisa amable.

 

- Domo arigato –Hisoka agradeció haciendo una reverencia.

 

- Bueno Soka-kun ven conmigo, te buscaré la ropa y después prepararé la cena mientras te das un baño ¿te parece? –le sugirió un sonriente Watari.

 

- Hai –asintió agradecido el ojiesmeralda.

 

- No tienes de que… eres bienvenido – le dijo Tatsumi, una vez se quedara solo con Tsuzuki procedió a continuar con su labor de curación, le preocupaba lo que estaba por descubrir… con sumo cuidado lo fue despojando de su desgarrada polera, vaya sorpresa que se llevó al sentir laceradas marcas de látigo en su espalda inmediatamente sintió las lágrimas agolparse en sus orbes azules, sus manos comenzaron a temblar al ir despojándolo de su pantalón y ropa interior. Lo que descubrió le impactó en demasía, sus sospechas eran ciertas- Kami-sama –de la impresión el ojiazul sintió las lágrimas correr por sus mejillas - Maldito seas Muraki por haberte atrevido a dañar a una inocente criatura –masculló entre dientes conteniendo su ira mientras buscaba una sabana para cubrir al niño.

 

- Sei? –Watari se asomó preocupado a la sala desde la cocina.

 

- Watari –respondió serio sin siquiera voltear a mirarlo.

 

- Watari? –se extrañó el que le llamara por su apellido- Esto no puede estar bien, él solo me llama así cuando esta muy molesto o en su defecto cuando el asunto es muy grave y serio –murmuró para si- Si, se te ofrece algo? –preguntó temeroso.

 

- Onegai desu dime si sabes donde es que vive ese desgraciado doctor –su voz sonaba ronca y grave.

 

- Eh? Con seguridad no lo sé… -le respondió nervioso- pero puedo averiguarlo.

 

- Te lo agradecería –agregó invariable en su actitud.

 

- Oe qué es lo que pasa… -preocupado aun más por esa actitud fría Watari decide acercarse a él y al posar sus manos sobre los hombros de su pareja siente la tensión que hay en ellos así que decide masajearlos- estás muy tenso.

 

- Yutaka todas mis sospechan resultaron ser ciertas –dijo ahora con un triste semblante.

 

- ¿Qué quieres decir con eso? –Watari temió a la respuesta.

 

- Que a Tsuzuki-chan lo han violado –sentenció apesadumbrado.

- Masaka! –Watari retrocedió un paso en sorpresa pues tenía la esperanza de que eso no fuera verdad.

 

- Iie… eso no puede ser verdad –murmuró incrédulo el niño de orbes esmeraldas quien estando oculto había escuchado toda la conversación.

 

- Por desgracia es verdad y al parecer no es la primera vez, las heridas en su cuerpo y la de la violenta penetración son graves –agregó fatídico.

 

- Iie… Tsuzuki-chan!!! –Hisoka no aguanto más el dolor de saber la verdad y corrió al lado de Asato hecho un mar de lágrimas- no es verdad, no es verdad no te puedes morir, no puedes! –gritaba negándose a la realidad.

 

- Hisoka! –Tatsumi se sorprendió por la repentina aparición del pequeño- tranquilo pequeño –se arrodilló frente a él tomándolo de los hombros- no te alteres que lo puedes asustar… lo que le hicieron es algo imperdonable y sus heridas son de gravedad pero confía en mí, haré todo lo que esté en mis manos para curarlo, no permitiré que muera.

 

- Tatsumi-san... –lo miraba con ojos llorosos.

 

- No llores –el ojiazul le seca las lágrimas con las yemas de sus dedos- el va a estar bien te lo aseguro.

 

- Hai! Aunque Seiichirou no tenga un titulo en medicina es muy eficiente –le aludió su pareja con orgullo.

 

- Tu nunca puedes estar serio ni un momento cierto? –le miro en desaprobación.

 

- Qué, pero si solo es la verdad! –se defendió con semblante ofendido.

 

- Gomen ne… demo… ustedes se quieren ¿verdad? –soltó Hisoka no aguantando la curiosidad que lo corroía al ver sus formas de actuar.

 

- Je… jejeje… je –Watari rió con un tic nervioso.

 

- Para qué negarlo si ya nos has visto –respondió tranquilo como si nada- dicen por ahí que en el corazón no se manda y que cuando se enamora de verdad y si es correspondido no le importa quien sea entiendes eso ¿verdad pequeño?

 

- Hai –respondió inteligente.

 

- Bueno no es que me haga el tonto y me olvide de la situación pero… ¿no creen que ya es hora de cenar? –resolvió un nervioso Watari por su comentario.

 

- Cenen ustedes dos yo no tengo hambre –respondió el ojiazul devolviendo su triste mirada hacia el pequeño que yacía inconsciente sobre el sofá.

 

- Tatsumi Seiichirou de ninguna manera, se de sobremanera que te preocupas y que cuidaras del niño toda la noche, por lo tanto necesitas de alimento para mantener fuerzas y no me digas que no porque aun así te obligaré a hacerlo  –le reprendió el rubio en un gesto de enfado.

 

Un par de gotitas resbalaron por la cabeza del aludido y del pequeño ojiesmeralda.

 

- Esta bien comeré, pero no te enojes –el ojiazul le regala una tierna sonrisa que luego torno en un semblante serio- bueno iré por ropas limpias y vendajes, ah! Yutaka ve preparando la tina del baño con agua y hielo al parecer la fiebre se niega a ceder.

 

- Hai! –acató el rubio.

 

- Soka-chan onegai vigílale mientras voy por las cosas –pidió Tatsumi.

 

- Hai… daijoubu desu lo cuidare –aceptó condescendiente. Caminó hacia el sofá sentándose cuidadosamente al lado del niño de cabellos castaños, cuyos hermosos ojos color violeta que ahora permanecían ocultos tras sus parpados y unas abundantes pestañas negras, su ceño lucia fruncido y el rostro compungido en dolor- Tsuzuki-chan, como fue que caíste en manos de ese doctor? –le acaricia el rostro provocando que el niño suavizara su rostro y esbozara una pequeña sonrisa ante el delicado contacto.

 

- Obaa-chan –balbuceó el niño en muda voz después de sentir la caricia.

 

- Y yo que pensé que mi vida era miserable –sonrió tristemente al saberse rechazado por sus propios progenitores- Tsuzuki-chan recupérate pronto –depositó un suave beso sobre la mejilla del niño.

 

- Ten por seguro que se recuperará –le afirmó el hombre de cabellos castaños y mirada azulada habiendo regresado con las cosas- “Tal vez físicamente lo hará pero emocionalmente quedará traumatizado, pero esto no se quedará así si es obra de ese maldito galeno tendrá, que pagar por su pecado” –pensó con severidad.

 

- Seiichirou ya está lista el agua –anunció el rubio de ambarina mirada.

 

Tatsumi tomó en brazos a Asato, cubriéndolo con la sabana y procedió a llevarlo hacia el baño para introducir el ardiente cuerpo dentro de la tina repleta de agua fría. El niño tiritó al primer contacto dejando escapar gemidos de dolor por el escozor que el agua provocaba al limpiar las heridas. Considerando que ya había sido suficiente Tatsumi sacó al niño del agua, lo secó, le hizo las últimas curaciones necesarias en su desgarrada entrada, lo vendó, vistió y lo recostó sobre la mullida cama en la habitación que servia para los huéspedes.

  

Continuará…

 


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