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Letter. [Eunhae] por ForeverHunan

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Notas del capitulo:

En mi cuenta de Wattpad se me pidió que hiciera un capítulo donde las cosas fueran distintas. Así que aquí tienen una clase de "universo paralelo". Espero les guste, nos leemos en un rato.

Era 18 de junio y Hyukjae estaba radiante, se sentía tan feliz, por fin cumplía seis años con Donghae. Había llamado a Sora para contarle su plan para ese día y ella le había preguntado más de cuatro veces lo mismo: “¿Seis años? ¿De verdad?”, con su madre no había sido muy diferente, le había dicho lo contenta que estaba de verle así y que ella no se podía creer que ya había pasado ese tiempo.

Con una sonrisa salió a la calle para terminar de organizar todo lo que tenía planeado, miró el reloj que indicaba las diez y quince de la mañana, aunque le costó muchísimo salir de la cama en la cual se encontraba su persona favorita en el mundo durmiendo a pata suelta, había madrugado ya que todo debía estar listo; había quedado de cenar con Donghae esta noche y todo debía ser perfecto, nada podía fallar. Caminó hasta la joyería y buscó entre quizá cincuenta anillos, alguno que cumpliera con sus expectativas, fue difícil, pero al final salió con un anillo de plata y oro, el cual parecía como si dos anillos delgados estuvieran unidos entre sí. Era simple y precioso, le encantaba .

Volvió a mirar la hora y ahora esta indicaba las once y media, se sorprendió de sí mismo, jamás había tardado tanto para elegir algo. Caminó a paso veloz hasta el restaurante en donde iba a cenar con su amado esta noche, había reservado el lugar por completo, solo estarían él y Donghae, nadie más. Cuando llegó el gerente comenzó a hacerle las preguntas de organización, qué quería comer, donde colocaba la mesa e incluso el color de las servilletas, para el rubio fue sumamente agobiante, nunca había hecho nada parecido, pero lo valía. Luego de terminar el reloj marcaba las doce y cincuenta, debía apurarse.

Caminó por la calle mientras hablaba distraídamente por teléfono, estaba dándole indicaciones al violinista de qué quería que tocara y cuando debía marcharse. Mientras marcaba el número del florista se topó con ese rostro que cada vez que llegaba, sólo le podía traer pesar.

—      No me ignores, por favor. — Y ahí estaba ese tono al que Hyukjae no podía decirle que no. — Hablemos, ¿bueno? —

—      No tengo nada que hablar contigo, Katrina. — La muchacha se encontraba agarrando del brazo del rubio con firmeza y ese hizo un gesto para luego liberarse. — Ni mucho menos quiero hacerlo, ¿bueno? — Dijo en tono serio, mientras intentó imitar la voz de la chica en la última palabra, Hyukjae notó el enojo en su mirada. — Ahora, si me disculpas, debo pedir un arreglo para mi novio. —

Y se marchó, sin mirar atrás ni un segundo, porque allí no había absolutamente nada que le importara. Pasaron las horas hasta que su reloj marcó las 19:03, había quedado con Donghae a las 20:30 y aún se encontraba en la calle pensando en todo lo que le quería decir. Se encaminó a casa de Sora, la cual lo esperaba con un traje hecho a la medida de color negro y una corbata color azul marino, zapatos bien lustrados y un baño caliente para que se relajara.

—      ¿Qué tienes planeado? — Preguntó con curiosidad la pelinegra mientras veía a su hermano caminar por el salón.

—      ¿Te importa? — Inquirió sarcásticamente mientras se encaminaba al baño.

—      ¿Cómo no habría de hacerlo? Durante años pensamos que Katrina sería la única persona con la que estarías en toda tu vida, es decir, tenías 19 años cuando te dejó y entraste en esa crisis extraña durante 3 años en donde nada te importaba, ¿qué mierda había hecho esa chica contigo? ¿cómo es ese dolor si quiera posible? — Hyukjae rio por las divagaciones de su hermana, aunque tenía razón, él ni si quiera se lo imaginaba.

—      Luego a mis 22 llegó el ángel de ojos marrones que está ahora conmigo a mis 28. —

—      Eres un cursi, me vas a matar si sigues así. — Comentó la chica mientras hacía un gesto de que vomitaría. —  Bueno, tienes 30 minutos para bañarte, ponerte guapo e ir en busca del ángel ese, así que mueve el culo. — Le dio una nalgada y se dirigió fuera del baño. — La ropa te estará esperando en mi habitación y yo estaré en la entrada lista para sacarte fotos de tu baile de graduación. Ah no espera, ya tienes de esas y te veías horrible. — Sora se mofaba y el pelinegro le lanzó una botella vacía para que se fuera. — Eh, más cuidado, que aquí donde me ves soy arte puro. —

—      ¿Por qué tengo una hermana como tú? —

—      Llámalo “tu suerte”. —

Ambos rieron mientras Sora cerraba la puerta y se alejaba. Se dio un baño no tan largo como hubiera querido, pero de igual forma reconfortante y se dirigió a la habitación de la chica, se vistió, intentó hacer lo que pudo con su pelo gracias al secador de Sora y un cepillo, pero siempre era lo mismo. Cuando bajó al salón se encontró con Sora y una cámara fotográfica, le tomó un par de fotos y lo dejó ir.

Sus manos sudaban horrores mientras afirmaba el volante. Llevaba seis años con este chico, lo conocía al revés y al derecho ¿y se ponía a tan nervioso por esto? Joder, sí que lo amaba.

Cuando llegó a la casa que compartían quedó deslumbrado, su ángel abrió la puerta con un traje azul marino y una corbata negra, justo al revés de cómo iba vestido él. ¿Sora había dicho que era muy cursi? Si ella había diseñado los trajes por sí misma para cada uno.  Sólo pudo sonreír y decir lo precioso que se veía esta noche. Caminaron hasta el auto, pero para mal fortunio de Hyukjae, este se había cerrado mientras tenía las llaves adentro.

—      Mierda. — Pronunció enfadado. — ¿Cómo he podido ser tan imbécil? — Comenzó a darse leves golpes junto al capó del auto y la alarma de este comenzó a sonar, esa sí que no era su noche. Tomó un largo suspiro y decidió que caminar sería lo mejor, era una noche agradable y aunque el clima no se veía muy favorecedor el lugar solo estaba a unas cuadras de donde estaban, tomó a su chico de la mano y comenzaron a caminar.

Donghae que sólo podía reírse de la situación lo siguió, esas eran cosas típicas de él, no de Hyukjae, por lo que se imaginaba lo molesto consigo mismo que debía estar el otro. Apretó la mano del rubio y le dirigió una cálida sonrisa.

—      ¿Cómo está Sora? — Preguntó en un intento de distraerle.

—      Loca como siempre, como puedes imaginar. — Ambos rieron mientras continuaban su charla de “lo cursi que era Sora algunas veces” y una que otra burla a la situación que acababan de pasar.

Pero esa situación no era el único infortunio que iban a encontrar, una llovizna muy leve comenzó a caer sobre sus cabezas.

—      Genial, esta cita no podría ser mejor. — Masculló mientras aceleraba el paso. Donghae simplemente reía y le seguía el paso.

Se cubrieron con todo lo que podían para no mojarse cuando la lluvia se intensificó, ¿de verdad todo iba a estar en contra de Hyukjae en ese momento? Cuando llegaron al restaurante les atendieron de inmediato, cambiando su mesa para que estuviera junto a la chimenea.

Donghae estaba impresionado, no había ninguna mesa exceptuando la de ellos, las luces eran sumamente suaves y lo que más brillaba era la chimenea que los estaba calentando. El mantel era color carmín, mientras que contrastaba con las servilletas y los platos que eran de color blanco puro, cada detalle estaba planeado, planeadísimo, pero cuando miró a su novio sabía que algo andaba mal.

—      ¿Estás bien? — Preguntó con curiosidad luego de que sirvieran la entrada.

—      Sí, sí. No pasa nada. — La pierna de Hyukjae se agitaba bajo la mesa y miraba su reloj cada cinco segundos, no podía “no pasar nada”. Le miró severamente cuando el rubio volvió a dirigir su mirada a él. — Agh, se supone que un chico debería estar a 5 metros de nosotros tocando un violín, pero ¿le ves? — Donghae comenzó a reír, no podía creer esto.

Luego de tranquilizar a Hyukjae la noche fue tranquila, cenaron mientras charlaban acerca de todos sus años de relación.

—      No puedo creer que te haya dicho que sí cuando me pediste ser tu novio. — Dijo Donghae mientras reía.

—      ¿Ah sí? ¿Tan feo era? —

—      ¿Tenías alguna duda? Si te llamaba “mi monito feo” — Ambos rieron al unísono.

—      Eh, pensé que era de cariño. —

—      Un poco de ambas, amor mío. —

—      Tú eras una fiera en ese entonces eh. —

—      Y lo sigo siendo, te enamoraste de esta gata, lo siento mucho. — Volvieron a reír. — Para serte sincero, siempre tuve esa sensación de que si Katrina reaparecía me dejarías, por eso actuaba como gata cada vez que me decías que hablaba con ella. —

—      Estaba y estoy coladísimo por ti, Donghae. Jamás pensé que alguien me iba a querer de la forma en la que tú lo haces, sólo conocía el amor enfermizo y horrible de ella que cuando llegaste tú me costó aceptarlo, siempre fuiste tan lindo conmigo que no creía merecerlo. —

—      Lo mereces, mereces incluso más que esto, créeme. — Le tomó la mano por encima de la mesa y se la acarició. — Yo fui el que no te creyó merecer durante un tiempo y aun así has permanecido aquí durante 6 años. —

—      Siempre he pensado que eres tú el que ha permanecido, incluso cuando lo has tenido todo para irte. — Le besó la mano a su ángel mientras le sonreía. — Por eso, el día de hoy me gustaría hacer una promesa contigo. — Se levantó de su asiento para colocarse a un lado de la silla del castaño, mientras se arrodillaba, el otro hizo un gesto de sorpresa al ver la pequeña caja de terciopelo azul. — Esta misma fecha hace 6 años fue una de las más felices para mí, aceptaste ser mi novio, con todas y cada una de las implicancias que conllevaba eso, que no son menores, he de recalcar. Ahora 6 años después me encantaría poder pedir tu mano en matrimonio, quiero despertar con mi hombro babeado por muchísimos años más. — Donghae rio mientras lágrimas silenciosas corrían por sus mejillas. — Quiero besarte cada día tanto al despertar como al irnos a dormir, escucharte gritar que soy un desorganizado, cuando en realidad son tus cosas que están en el piso y no las mías. Oír tus “te amos” somnolientos cuando llego a casa tarde, hacerte enfadar, reír, todas esas cosas por años y años, mientras estamos casados. Y… —

—      Sí, ahora por favor cállate y bésame, ¿quieres? —

 
Notas finales:

Les quería agradecer todo el apoyo y amor que le han dado a este fanfic. Yo pensé en hacerlo de un simple capítulo y ustedes me animaron a seguir con esto, son las mejores, muchas gracias. ♥

Mucho amor y ¡EL EUNHAE VOLVIÓ!

- M.


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