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Mi alfa. Mi pequeño omega. (Delic x Izaya) por Nira Tao

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Notas del capitulo:

 

Shinjuku, Mansión Orihara. Año 2135, Mayo 4.

Ese día era para celebrar a lo grande, el primogénito, Orihara Izaya cumplía sus quince años, los Orihara mayores querían hacer un gran evento, pero Izaya de nuevo negó ante el escándalo de estas, dijo que solo quería pasarla bien con la familia y sus amigos, nada grande ni ostentoso. Dijo que no quería agotarse de más, pasaba largos ratos trabajando arduamente en la oficina para ser tan bueno como su abuelo y padre, estudiaba apenas tenía tiempo libre para poder estar listo para el examen que sería dentro de un mes y quería tener la mejor nota entre todos.

Torakichi casi llora conmovido por la madurez y determinación de su nieto, y era por lo mismo que lo apoyaba en todo, en cuanto a Natsu intentaba razonar con Izaya diciéndole que no tenía que esforzarse tanto y que disfrutara de su niñez, pero Izaya siempre le sonreía y daba un abrazo para pedirle que cuide mientras de sus hermanas, y que él se haría completamente a cargo más adelante.

Al final la fiesta se hizo esa misma tarde, una gran banquete sería servido, el omega había decidido en probar algo de comida Argentina, así que la temática sería de esa índole, sirviendo los platillos típicos; si fuera por él no servirían pastel, pero por insistencia de las gemelas se serviría un gran pastel Red Velved con relleno de mantequilla dulce y con cubierta de chocolate.

Los primeros invitados en llegar fueron la familia de Izaya, vio a su tía la cual lo estrechó en sus brazos y le dijo que ella lo apoyaría en todo, el omega se sintió agradecido y saludó al resto de los adultos, hasta llegar a sus primos los cuales se vieron con una sonrisa maliciosa.

-Alfas diabólicos~- Izaya sonrió al ver a sus primos. Gemelos idénticos, de cabellos blancos y ojos rojos como los suyos.

-Omega rebelde- dijeron al unisón.

-Oh, ya se enteraron- Izaya acomodó su cabello con una pose de diva para hacerlos reír, al instante ambos lo abrazaron del cuello- Taiga, Takuma~

-Izaya, no queremos que crezcas más. Es imposible para nosotros cuidarte cuando vivimos tan lejos-Dijo Taiga, un chico de casi quince años, de cabellos blancos como la nieve y ojos rojos como rubíes. El joven alfa vestía una camisa blanca de manga larga con los primeros dos botones abiertos, un chaleco negro, pantalones del mismo color y mocasines negros, llevaba una cadena de oro con un dije con la letra "T", su cabello lo tenía peinado hacia la derecha ocasionando que su flequillo le cubriera el ojos.

-Es verdad, es una lástima que prefirieras quedarte con la empresa cuando nuestra madre podía hacerse cargo. Nosotros hubiéramos preferido que fueras nuestro acompañante en el modelaje- Takuma se relamió los labios seductoramente. Takuma era idéntico a su hermano, lo que lo diferenciaba era que su cabello no cubría del todo su rostro como su gemelo mayor, él usaba una camisa roja de manga corta, un chaleco de cuero color vino, pantalones de mezclilla oscura y mocasines rojos.

-¿Y dejar que mis primero me devoraran? Como si fuera a cometer incesto- Rió con malicia. Izaya vestía un elegante traje para omegas. Una camisa de manga larga color vino de cuello alto, en el cuello una corbata de moño de color negro con franjas horizontales del mismo color que la camisa, un chaleco negro que acentuaba su fina cintura, pantalones cortos negros la cual tenía una cola en la parte de atrás con vuelos con líneas verticales negras y grises, y con el fondo de color vino, a los costados tenía un par de pequeño moños rojos en el lado derecho, botas de tacón bajo negros a media pantorrilla y medias que le llegaban un poco arriba de las rodillas de color vino con delgadas líneas verticales negras. Y para terminar su cabello era decorado con un pequeño sombrero de copa negro con un par de rosas rojas y un listón negro en el lado derecho de su cabeza.

-No harías tal cosa con nuestro inocente primo- Ambos rieron mientras abrazaban a Izaya y le daban un feliz cumpleaños.

Izaya le gustaba jugar pesado con sus primos ambos eran un par de adonis y lo sabían, por lo mismo que usaban su belleza para modelar en la línea alfa de una famosa diseñadora, los omegas babeaban por ellos. Después de saludarlos vio llegar a Shinra y a Dotachin con sus respectivas familias, el primero en lanzarse encima fue el futuro médico.

-¡Izaya-chan! - Shinra se colgó del cuello de Izaya, quien recibió gustoso el abrazo de su amigo- Te vez tan hermoso que se podría considerar un crimen. Amo a tu abuela por vestirte, pareces una muñequita...- La última sílaba la a largó al recibir un fuerte puñetazo en la boca de su estómago.

-Tú te lo ganaste Shinra- Kadota rió suavemente al ver a su amigo retorcerse en el sueño. Se acercó a Izaya para darle un leve abrazo- Feliz cumpleaños Izaya.

-Gracias Dotachin- Izaya se dejó envolver en el cálido abrazo de su amigo alfa.

Izaya tomó de la mano a sus amigos y se fueron a sentar en una mesa algo alejada en el gran salón, conversaban animadamente de lo que habían hecho los últimos días que no pudieron verse, primero porque Izaya pasó un fin de semana en la residencia Heiwajima, la cual ya consideraba su familia, Shinra había pasado un tiempo de prácticas en el hospital de Ikebukuro y Kadota tuvo un duro entrenamiento para entrar a la academia de policía. Todos siguieron con su amena plática hasta que Izaya se detuvo a media frase al sentir un aroma que conocía muy bien, fresas y chocolate, volteó el rostro tan rápido que sus amigos pensaron que se rompería el cuello.

-¿Izaya?- Kadota fue el primero en hablar, al ver que su amigo tenía la vista perdida entre los adultos, que a pesar de ser solo familia y amigos cercanos, eran bastantes.

-¡Psyche!- Shinra y Kadota vieron a las gemelas huir de los brazos de sus primos albinos hasta correr y abrazar a un pequeño niño omega que vestía un curioso abrigo blanco con capucha de conejo, pantalones blancos y zapatos rosados.

-Se parece a Izaya...- Dijo Shinra viendo como Izaya se ponía de pie y seguía a sus hermanas.

Tanto Kadota como Shinra se vieron extrañados, su amigo parecía con la mirada pérdida y con una sonrisa bastante peculiar, no sabrían decir si era felicidad o malicia, pues sus ojos tenía un brillo que igual no lograron identificar. Kadota notó que el aroma de Izaya tuvo un leve cambio, era ligeramente más fuerte y distinto al que siempre tenía. "Ya no es un cachorro" Fue lo primero que pasó en la mente del alfa moreno. Ambos se quedaron sentados en la mesa esperando a que su amigo regresara, posiblemente iría a saludar a los invitados.

-Son los Heiwajima- Le dijo Shinra al notal las cabelleras negras y rubias.

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Izaya estaba feliz de estar de nuevo con sus amigos, pero todo eso pareció ir a segundo plano cuando sintió aquel aroma. No debía de sorprenderse de que él estuviera en ese lugar, él mismo había invitado a toda la familia, pero lo que vio cuando estuvo cerca de ellos lo dejó ligeramente en shock. Toda la familia iba bien vestida, Sakuraya con sus hermosos kimonos, esa tarde llevaba uno negro con un hermoso estampado floral plateado, dorado y rosado; Shizuo llevaba una camisa blanca de manga larga, chaleco negro, pantalones del mismo color, corbata de moño roja y zapatos negros; Psyche había estrenado ese día el abrigo que sus hermanas le regalaron; Tsugaru llevaba una camisa azul claro con las mangas tres cuartos, chaleco negro, pantalones azul marino casi negro y zapatos negros.

Pero lo que hizo que sintiera su rostro subir un par de tonos fue ver a Delic, llevaba una camisa negra de manga larga, corbata rosada, saco, pantalones y zapatos blancos. Uno pensaría que no era mucho, pero para Izaya en ese momento fue demasiado, no sabía que sentir, quería llorar y salir corriendo por la confusión que surgía en su interior, pero él no era un co

barde, actuaría como si nada.

-Shizuo-san, Sakuraya-san. Bienvenido y gracias por venir- Izaya sonrió dulcemente a los adultos, los cuales le dieron un abrazo.

-Estar precioso Izaya- Sakuraya no lo quería soltar de sus brazos- Te hice algo especial, espero te quede, sino puedes ir a casa para que le hagas arreglos- Izaya tomó una caja de madera mediana barnizada y con una Sakura roja en el centro.

-Gracias, lo revisaré más tarde- El omega mayor lo liberó y apenas Izaya se vio libre de unos brazos, otros lo rodearon.

-Izaya, feliz cumpleaños. Hice esto para ti- Tsugaru le dio una pequeña tarjeta de memoria.

-No...- A Izaya le brillaron los ojos- ¡¿Es tu primer juego?!- Tsugaru sonrió y asintió con la cabeza, sintiendo como Izaya se frotaba contra su mejilla, no podía devolverle el abrazo por la caja de madera- ¡Tenemos que probarlo! Ven te presentaré a mis amigos- Y como pudo Izaya jaló al joven alfa hasta su mesa.

-Delic, cariño ¿Estás bien?- Sakuraya se acercó a su hijo mayor, sintió como sus feromonas empezaban a alterarse y tenía el seño fruncido. Estaba tan emocionado por las muestras de afecto entre su pequeño alfa e Izaya que no se percató de que Delic empezaba a alterarse.

-Estoy bien madre. Saldré a fumar- Shizuo le dio un pequeño encendedor y con un movimiento de la mano se alejó de sus padre.

-¿Crees que Delic?- Sakuraya vio preocupado a su esposo, el cual lo abrazó por la cintura.

-Esperemos que no. Izaya parece haber elegido a Tsugaru como su alfa, además no sería correcto para Delic fijarse en alguien tan joven como Izaya- Le contestó en un susurro.

-No creo que Tsu-chan e Izaya sean destinados- Su esposo lo vio confundido- Un día cuando Tsu-chan regresó a casa olía a otro omega, me preocupé porque peleara con Izaya que lo esperaba en la sala de juegos...

-¿Tsugaru está con dos omegas a la vez?- Dijo entre dientes, no quería molestarse con su hijo, confiaba que él no era como Delic de "Pica flor". Pero vio a su dulce omega negar con la cabeza.

-Tal parece que Izaya ha estado ayudando a Tsu-chan a cortejar a un omega... Izaya no ve con esos ojos a Tsu-chan- Ambos vieron como su hijo era presentado a los otros amigos de Izaya para luego los cuatro irse a hurtadillas de la fiesta entre risas- Realmente son amigos, me atrevería a decir que hasta se mira como hermanos- Sonrió dulcemente.

-Tal vez- Shizuo no siguió con la conversación al ver como los Orihara mayores se acercaba a saludarlos y presentarles al resto de su familia. Lo peculiar era que apesar de que la familia de Kyouko no era Orihara, eran tratados como si lo fuera; para ellos no eran dos familias, eran una sola.

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Delic realmente no quería ir a esa fiesta, aunque no fueran muchas personas más que lo allegados del joven omega, sabía que su hermano estaría como lapa sobre del moreno y era algo que realmente no deseaba ver. Ah, pero se le escapaba que ahí estarían también los "amiguitos" de Izaya. Al entrar al salón donde todos estaban reunidos sintió el sutil aroma, casi imperceptible, de Izaya que de un momento a otro aumentó, haciendo que llegara de golpe a sus fosas nasales, era tan dulce y exquisito.

Al verlo acercarse con ese lento y sensual caminar, demasiado a su gusto para ser aun tan joven. Parecía que nadie más se dio cuenta, pero él notó que la mirada de Izaya estaba fija a él, afilada, retándolo y posiblemente provocándolo, haciendo que su alfa interior rugiera y le costara controlarlo. Vio como saludó a sus padres, y a su hermano ser saludado como siempre, pero lo que le hizo que casi se les fuera encima fue ver como Izaya frotaba su mejilla con la de Tsugaru, y ese brillo en los ojos. Dios, esa emoción no debía de dársela su hermano. Sentía su alfa realmente tomaría el control de su cuerpo, pero Izaya se fue con Tsugaru antes de que hiciera algo. La suave voz de su madre, y las tranquilizadoras feromonas que empezó a despedir lo hicieron regresar a la realidad, necesitaba aire.

Mientras se dirigía a la puerta que daba al patio trasero vio a Izaya correr con sus amigos. Realmente se veía hermoso con ese traje, era casi un crimen que él anduviera por todos lados mostrando sus atributos de joven omega. Tronó la boca fastidiado.

"Así que Shinra es el beta" Delic vio como un par de niños corrían a su lado siguiendo a Izaya a quien sabe donde, por sus aromas y los nombres que gritaba el omega lo supo. "Y ese es el famoso "Dotachin"" Delic sintió el aroma de ese alfa, lo reconocía Izaya solía llegar a la oficina con ese aroma.

Cuando salió al patio encendió su cigarrillo, viendo a lo lejos en una gran área de juegos a su hermanito y las gemelas jugando con un par de alfas que era foto copia si no fuera por sus diferentes atuendos. "¿Acaso todos se pusieron de acuerdo en usar chaleco hoy?"

Su hermano olía a macha dulce, de cachorro de gustaba, pero ahora que estaba volviéndose un alfa maduro le molestaba, más cuando su escancia se combinaba con la de Izaya. "Dotachin" despedía un aroma de canela, bastante interesante pues parecía tener una mejor resonancia con la de su querido omega, y eso le hacía la sangre hervir.

¿Qué aroma tendría Izaya después de su primer celo? Normalmente los alfas no cambian sus aromas, solo se vuelven más fuertes; en cambio los omegas solía oler a leche y escancias dulces antes de su primer celo, pero cuando lo tenían estos solía cambiar de manera muy peculiar.

Pasó el rato fumando media cajetilla de cigarrillos, ese mal hábito lo había heredado de su padre. Cada vez que se sentía frustrado, molesto o estresado se ponía a fumar, o al menos eso le dijo su madre antes de que formaran su lazo. Vio pasar a su lado a ese par de alfas cargando a los cachorros dentro del salón, parecía que el baile iba a empezar.

No importaba si eran reuniones pequeñas o grandes, los jóvenes omegas y alfas que cumplían los quince años y de ahí en adelante en cada cumpleaños debían de bailar con un alfa u omega para "buscarles" pareja, una vieja y aburrida tradición a su parecer. Vio a través del ventanal como Izaya era empujado por el chico de lentes al centro del salón, la música empezó a sonar y el primero en bailar con el omega fue su abuelo.

Ambos parecían darse una sonrisa triste, el primer baile de los omegas debía de ser con su padre. Los siguientes fueron sus tíos, Shizuo y después siguieron los jóvenes alfas. Delic tiró su cigarrillo al suelo y lo apagó de un pisotón al ver como uno de los gemelos albinos, el que vestía de blanco y negro besaba la mejilla de Izaya mientras daban vuelas.

-Bien, esto no puede empeorar- Estaba por encender otro cigarrillo cuando vio al otro albino besar la mejilla contraria de Izaya cuando iniciaron su baile- ¡Oh vamos!

Y como si el destino quisiera verlo perder el control o destruir todo a su paso, vio como Izaya muy feliz bailaba con ese tal Dotachin. Pensando de nuevo que las cosas no podían llegar a ser un infierno, pasó; cuando fue el turno de su hermano, el omega pasó sus brazos por su cuello y el alfa lo sujetaba de la cintura. El baile de ellos empezó lento para volverse un verdadero baile ensayando entre los dos, moviéndose con gracia para terminar con las frentes unidas.

-Bien, esto se acabó- Sonrió con malicia viendo como todos volvía a lo suyo.

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-¡Eso fue impresionante!- Shinra se acercó Izaya y Tsugaru que parecían algo acalorados por el baile.

-¿Son destinados?- Dijo Kadota con una pequeña sonrisa, haciendo que se sonrojaran.

-¡No!- Dijeron a la vez.

-Solo lo habíamos practicado antes- Empezó Izaya caminando hacia las bebidas- Tsu-chan no sabía bailar, y hay un omega que a él le gusta. Le dije que debía de aprender que con eso lo conquistaría seguro.

-¿Ustedes no están saliendo?- Shinra los vio confundido.

-¿Qué te hizo pensar eso?- Tsugaru le dio un vaso con ponche de frutas al omega.

-Parecen pareja...- Dijeron Kadota y Shinra.

-En parte ese es el plan- Izaya tomó un sorbo haciendo que Tsugaru casi se atragantara- No quiero a nadie sobre de mi cuando estoy en las oficinas, así que por mientras me pongo meloso con Tsu-chan para quitármelos de encima.

-Izaya, eso no está bien- Empezó Kadota a regañarlo- Él está cortejando a un omega, eso es descortés, y podrían terminar enamorándose.

-No cometeríamos incesto- Dijeron ambos con asco.

-Además este es demasiado tímido para acercarse de más al pobre omega- Soltó un dramático suspiro Izaya- Siento tanta pena por él...

-Deja de molestar Ii-kun- Tsugaru empezó a pellizcar sus mejillas.

Kadota sonrió al ver como Izaya se divertía, decidieron volver a jugar antes de que se sirviera la cena. Shinra conversaba muy entretenido con Tsugaru e Izaya le contaba sobre sus avances en sus estudios cuando sintió el aroma amenazante de un alfa, discretamente se puso a buscar entre los pasillos de dónde provenía, pero Izaya lo jaló antes de que pudiera siquiera ver como alguien los observaba.

El alfa moreno no dijo nada al respecto al omega y a Shinra, se sentó a lado de Tsugaru y le dijo lo que había pasado, le dijo que él también lo había sentido pero que no era un aroma desconocido para él, le comentó que ese era el aroma de su hermano mayor. Empezaron a hacer suposiciones que aquel alfa se estaba por enfrentar a otro o por alguna razón desconocida se alteró. Kadota le preguntó a Tsugaru si era porque ellos estaban cerca de Izaya, pues sabía que el omega robaba miradas a donde fuera, antes de que el rubio pudiera decir algo Izaya les saltó encima diciendo que ahora jugarían un simulador de baile.

Izaya terminó molido después de más de cinco rondas seguidas contra los alfas y tomar tanto ponche le había hecho huir al baño antes de poder seguir con la siguiente ronda. Le dijo a sus amigos que volvía pronto y aunque sus amigos alfas quisieron acompañarlo este se negó y les cerró la puerta en la cara antes de irse.

Después de terminar con su parada técnica, de camino al cuarto de juegos Izaya se detuvo al ver la puerta de la terraza del segundo piso abierto, caminó hacia ese lugar asomando su cabeza, una ligera brisa le hizo sentir ese aroma a chocolate amargo, fresas y tabaco.

-Izaya...- Delic se acercó al omega que no se había movido del umbral de la puerta. Tomó su mano para que saliera y con la mano libre cerró la puertecilla.

-¿Qué haces?- Izaya pareció despertar de una especie de transe que su parte omega lo había sometido. Retiró su mano de un tirón y vio fríamente a alfa rubio.

-Todos tuvieron el honor de bailar contigo, falté yo- Se inclinó levemente para que sus rostros estuvieran bastante cerca.

-¿Celos?- Izaya se cruzó de brazos y sonrió con malicia.

-Quién no estaría celoso de que un hermoso omega acepte bailar con todo los alfas, menos al que tiene en frente...- Izaya frunció el seño, para luego ver sorprendido a Delic.

El alfa se inclinó con una rodilla en el suelo, bajando la mirada, con la mano izquierda en el pecho y con la derecha tomó la mano de Izaya para luego depositar un beso en el dorso.

-Concédeme esta pieza.

-No... No hay música- Izaya se estremeció ante aquello. "¡¿Qué diablos haces?! Eso solo lo hacen los alfas que... No... Oh, no..." Estaba empezando a entrar en pánico, Delic no podía estar cortejándolo, se llevaban muchos años, él era técnicamente un adulto.

-Entonces creemos música con nuestros cuerpos- Delic se puso de pie jalando el pequeño cuerpo de Izaya, o al menos para él que le llevaba fácil un poco más de treinta centímetros. Juntó sus cuerpos rodeado con un brazo su delgada cintura y con la mano libre tomó su mano para entrelazar sus dedos y empezar con un lento vaivén.

Izaya se dejó guiar en aquel improvisado baile, sus movimientos eran suaves y lentos, el aroma de Delic lo hacía sentirse relajado y protegido, le gustaba esa sensación a su omega pero su orgullo le decía que lo pateara como la primera vez que lo conoció y correr hasta sus amigos, pero su cuerpo no parecía hacerle caso a su cerebro, seguía dejándose llevar por esa melodía que parecía sonar en la cabeza del alfa rubio.

Dieron vueltas, Delic lo cargó en algunos momentos, recorrieron toda la terraza dejando que la suave brisa jugara con sus cabellos. Al final de aquella pieza, Delic sentó a Izaya en el barandal de concreto blanco, las manos de Izaya estaba sobre sus hombros y él lo sostenía de la cintura, a las espaldas del omega se veía como apenas se ocultaba el sol, y justo en el momento en que el rey astro daba su último esplendor, se vio la silueta de dos cuerpos compartiendo un beso.

Delic tenía frente a él a su amado omega, cuando lo sentó y vio el sol marcharse no se resistió, debía de darle a entender a Izaya que él le pertenecía, que haría lo que fuera por que entendiera que solo él lo protegería, por lo que sin darle tiempo a Izaya de siquiera decir o hacer algo, se acercó lentamente a sus labios, liberando sus feromonas.

Un pequeño rose, fue lo que bastó para que Delic sintiera el dulce aroma de Izaya envolverlos correspondiendo a sus feromonas. Repartió pequeños besos sobre los labios del omega, hasta que con un suspiro pasó su lengua sobre su boca pidiendo permiso para poder adentrarse en su pequeña cavidad. Izaya soltó un suspiro dándole paso a la lengua de Delic, el beso fue subiendo de tono, el omega se aferró al cuello del mayor mientras su cintura era abrazada por los brazos del alfa, que estaba de pie entre sus piernas.

Mordían y lamía sus labios, sus lenguas peleaban por encontrarse y explorar las bocas del contrario. Delic lo besaba demandante, disfrutando del sabor de la boca del omega, por sus movimientos torpes al inicio supo que ese era su primer beso, su pecho se infló con orgullo, él se encargaría de ser todas las primeras veces de Izaya. Sentía que su omega empezaba a desvanecerse a falta de oxígeno, se separó un par de milímetros de él, observando como un pequeño hijo de saliva los unía, el sonrojo en las mejillas blancas y aquellos ojos borgoñas cristalizados, viendo por primera vez ese destello de placer en ellos. Dejó que Izaya respirara un poco, pero su boca no se quería detener, repartió pequeños besos húmedos en sus ojos, mejillas, barbilla, descendiendo por su cuello. Deshizo la corbata de Izaya dejando que el cuello de la camisa le diera más acceso, y cuando posó su lengua en la base del cuello seguido de un beso, sintió a Izaya estremecerse y soltar un quedo gemido.

Izaya se dio cuenta de eso, con todas sus fuerzas empujó el relajado cuerpo de Delic, se bajó de un salto sujetando el lazo de su corbata y el cuello de su camisa para cubrirse, pero antes de tocar el pomo de la puerta, sintió su muñeca siendo sujetada. Con el seño fruncido y un gruñido vio a Delic, relamerse los labios y verlo de manera seductora.

-No dejes que nade más de toque Izaya- Aquella voz lo hizo estremecer, y cerró con fuerza los ojos cuando sintió como Delic le besó la mejilla- No te preocupes, esperaré a cuando quieras llegar más lejos. Te protegeré... Porque eres mío.

Izaya abrió los ojos sorprendido, chocando con aquellos ojos color rosa brillante, en un momento de pánico, sacó la navaja que estaba en el bolsillo de su pantalón corto con toda la intención de cortarle el rostro, pero Delic se hizo a un lado antes de que la navaja lo tocara, sonrió ladino al ver como Izaya lo veía amenazante y sin bajar la navaja abrió la puerta y corrió al interior.

Delic sabía que pudo haberlo asustado, pero no era así. Su sentido alfa y omega se llamaban, por eso Izaya le correspondió aquel beso llevándolo a uno bastante subido de tono. La actitud del omega solo le hizo confirmar en que aun tenía miedo de descubrir lo que era realmente ser un omega, el pánico le atormentaría cuando llegara su primer celo, y él como buen alfa estaría ahí para cuidarlo.

-Feliz cumpleaños My little omega -Se relamió las labios satisfecho.

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Izaya estaba molesto consigo mismo, se dejó llevar por sus instintos, sintió pánico al sentir la boca de Delic en su cuello, el temor de ser marcado lo hizo despertar de aquel sopor. Corrió por los pasillos, pero se detuvo a medio camino, si iba a la sala de juegos sus amigos alfas notarían las feromonas de otro alfa, en especial Tsugaru que reconocía las de su hermano, no podían enterarse se sentía avergonzado consigo mismo.

Escuchó unos pasos aproximarse, terminó que fuera algún otro alfa, pero al notar que no había aroma alguno supuso que sería algún beta, corrió al encuentro de esta persona y para su alivio era Shinra.

-Izaya, al fin te encuentro- Shinra corrió hacia su amigo- Te demoraste mucho y esos dos empezaron a preocuparse, nos dividimos para... ¿Qué te paso?- Preguntó asustado al ver las mejillas de su amigo ligeramente sonrojadas y notando como con una mano aferraba el agarre en el cuello de su camisa mal hecho y con la otra mano tenía su navaja.

-Van conmigo, ayúdame- Izaya dijo en un susurro, guardó su navaja y corrió de la mano con Shinra hasta llegar a su habitación- Shinra, dime que no he entrado en celo- Aquello asustó a su amigo.

-Tranquilo, deja te reviso.

-No me voy a desnudar- Gruñó al ver como Shinra se acercó de más a él.

-No lo haré. Izaya, calma- Tomó los hombros del moreno y lo sentó en su cama- Ahora, se honesto. ¿Tienes mucho calor, casi sofocándote?- Vio que este negó con la cabeza, y colocó una mano sobre la frente de Izaya, estaba algo rojo más no caliente- Bien, sientes húmeda tu entrada- Izaya enrojeció.

-Solo... un poco...

-Tus feromonas no están saliendo- Shinra se acomodó sus lentes- Si fuera tu celo, incluso yo sentiría tu aroma. ¿Qué paso?- Dijo serio.

-Me... me besé con un alfa...

-¿Te besaste o te besaron?- Shinra vio fijamente a Izaya, dependiendo de la respuesta decidiría si ir con sus amigos alfas.

-Nos... Yo... Shinra esto es malo, no sé qué me paso, fue... Extraño.

-¿Sentiste que estuvo mal?- Izaya negó con la cabeza- Tranquilo, no las cosas no llegaron a más todo está bien- Soltó un suspiro- Solo no te acerques a ese alfa por el momento.

-Sí... Ayúdame a cambiarme, no quiero que sienta el aroma de él- Izaya empezó a quitarse algunas prendas con ayuda de Shinra, una vez que estuvo en camisa y pantalones se metió al baño de su habitación a tomar un baño.

Shinra fue al armario de Izaya a buscar algo para ponerse, sacó una camisa manga tres cuartos de color gris y unos pantalones cortos negros como los que tenía puestos, solo que estos tenían líneas verticales azules en los vuelo y un largo moño azul en el lado izquierdo, de dejó aquellas dos prendas a Izaya en el picaporte. Cuando Izaya terminó el beta le ayudó a vestirse rápido con el chaleco negro, los botines azules y medias negras hasta la rodilla; Izaya no quiso poner ya nada en su cabello, y en el camino de regreso con los demás planearon una pequeña mentirilla.

-Izaya, Shinra- Kadota estaba junto a Tsugaru quien al verlo se lanzó a sus brazos- ¿Dónde estaban?

-Izaya tuvo un pequeño incidente en el baño, lo estaba ayudando.

-¿Incidente?- Repitió Tsugaru, asustado vio a Izaya- No será...

-Tranquilo, no fue eso. Solo que mis hermanas de nuevo hicieron de las suyas, hicieron que el dispensador de jabón me explotara, por eso tuve que bañarme y cambiarme- Aclaró calmando a los alfas.

Los cuatro caminaban hacia el comedor, donde todos empezaban a reunirse para la cena. Izaya prefirió no dirigirle la mirada a Delic, se quedó enfrascado en un debate contra Tsugaru sobre qué tipo de mago era más poderoso para acabar con un demonio elemental nivel cuatro. En cuanto al alfa estaba un poco más tranquilo, había dejado en claro a Izaya que él estaría para él, pero lo que su alfa interno le molestó fue que hizo que sus feromonas con las cuales lo había marcado las eliminó de su cuerpo.

El resto de la noche pasó tranquila, a excepción de la pequeña guerra de pastel que iniciaron Mairu y Psyche, en la cual terminaron uniéndose Shinra, Izaya, Tsugaru, Takuma y Taiga. Kururi prefirió mantenerse al margen y libre de merengue en los brazos de Kadota que igual dejó que ellos demás destrozaran el pastel. Sakuraya rió suavemente al ver la triste expresión de su esposo al ver que no pudo probar el postre.

Al final Psyche terminó por quedarse a dormir con las gemelas, Tsugaru se fue con sus padres, pues no tenía ropa de repuesto y quería un buen baño. Izaya despidió a todos sus invitados con la ropa llena de manchas de chocolate, al final recibió un par de besos de despedida de parte de Shizuo y Sakuraya, en cuanto a Delic simplemente se vieron antes de que fuera sin siquiera decir nada.

Izaya aprovechó que nadie lo veía, lanzó rápidamente su navaja haciendo que rozara la mejilla del alfa, en respuesta este lo volteó a ver sin expresión alguna. Izaya le sonrió con malicia, afiló los ojos y pasó su pulgar por su cuello. Delic sonrió de lado y le guiñó un ojo, aceptando su mudo desafío.

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Shinjuku, Corporación "O". Año 2135, Mayo 16.

 

-¡Estoy harto!- Izaya lanzó el modelo de un pequeño robot en forma de conejito que había construido hace dos días- Malditos viejos verdes, se atreven a coquetearme apenas se larga mi abuelo- Gruñó y lazó ahora una pobre maceta con pequeñas flores blancas- El siguiente que intente acercarse a mí lo castro- Y los que tiene más huevos alardean de su hijos alfas para comprometerme...

Casi dos semanas después de su cumpleaños algunos alfas que no estaba enlazados y eran relativamente jóvenes, es decir, no pasaban de los treinta, lo perseguían como abejas a la miel y liberaban sus feromonas para llamar su atención, ganándose únicamente una mirada de desprecio y sed de sangre. Pero claro, como él aun era joven lo veían "adorable".

-Y adorable fue lo último que dijo el asqueroso perro- Sonrió con sadismo al recordar a uno de los alfas.

Amane, un alfa de veintidós años que apenas estaba en entrenamiento, acompañaba a su padre a hablar sobre los contratos a algunas líneas de comunicación, y claro el niño mimado, pensó que al verlo a él, un dulce y joven omega que no solo era hermoso y un genio, uno de la más alta clase social y virgen... Como empezaba  a odiar esa palabra. El muy listo se quedó junto a Izaya en la oficina donde su abuelo y el padre de Amane hacían tratos, ambos hombres iban a salir a ver algunas cosas en las oficinas inferiores, el alfa tenía que acompañarlos pero dijo que mejor le hacía compañía al omega para que no estuviera solo y que sería bueno que como futuros aliados y líderes se conocieran un poco mejor. Izaya no era idiota, ya sabía que tenía planeado.

-Se mi omega, Orihara-kun. Aunque tu abuelo te de él título de "Cabeza de familia" sigues siendo un omega~- Izaya estaba de lo más normal sentado en su silla, Amane lo había girado para quedar frente a frente y no separados por un escritorio, sus rostros estaban cerca e Izaya solo tenía los brazos cruzados y la mirada seria- Eres hermoso, nuestro cachorros serían una belleza... Eres adorable- Pasó el dorso de su mano en su mejilla.

Una sonrisa sádica y una tétrica risa hicieron que el alfa viera confundido al omega. El grito del alfa al ser cortado en el brazo y el rostro lo hizo correr y gritar por ayuda. Izaya limpió su navaja con una toallita húmeda y sonrió triunfante, sabía que Amane no hablaría sobre lo que le hicieron, sería una deshonra para un alfa que un omega lo dejara en semejante condición e igual se metería en problemas si su padre descubría que estuvo a punto de atacar al omega, futuro líder, y heredero de la corporación Orihara.

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Izaya vio la oficina semi destruida, llamó a un empleado de limpieza para que arreglara su desorden. Tomó su saco y se dispuso a dar una vuelta por el lugar. Era fin de semana, un sábado, Shinra, Kadota y Tsugaru no estaba en la ciudad, los tres estaban en prácticas o con algún proyecto de la escuela, por lo que su "descanso" se prolongaría, no se quedaría a aburrirse en casa así que prefirió ser productivo y seguir trabajando. Su abuelo notaba grandes avances en Izaya por lo que la mayoría del tiempo lo dejaba solo en la oficina principal, mientras él veía asuntos más delicados con alfas mayores a quien tratar.

El joven omega vestía una camisa blanca de cuello alto, con una corbata tipo moño de color negro, su saco era de color negro de cola larga con vuelos que le llegaba por arriba de las rodillas, sus pantalones cortos negros y botines del mismo color con el tacón y la suela blanca. No entendía que mosca le había picado a su abuela por quererlo vestir de esa manera, y no pensaba romperle el corazón a su dulce abuela negándose, porque cada vez que salía vestido con los trajes que le mandaba a hacer veía ese brillo en sus ojos.

-Me enamoré del estilo victoriano. Lo encontré en viejos archivos, pero hice que los adaptaran para omegas hombres y claro, con más estilo de nuestra época- Le había comentado.

"Abuela, siento que me ofreces en bandeja de plata con esto" Pensaba Izaya, extrañaba sus pantalones y camisas sencillas, que a pesar de ser para omegas eran más reservadas y menos vistosas.

Siguió su camino por las oficinas viendo a través de las salas que tenían paredes de cristal como todos hacían su trabajo, y si atrapaba a uno flojeando solo se acercaba a ellos y le sonreía con una extraña sonrisa que ponía a varios nerviosos. En esas dos semanas se había corrido el rumor de que él, Orihara Izaya el joven omega, había herido a dos alfas con sus propias manos, y que había alguien que amenazaba a los alfas que se cercaban a él, claro que las amenazas no las hacía Izaya, pero las llegó a escuchar, se podía hacer una idea de quien se trataba pero decidió no meterse en eso.

"Creo que iré por un café" Izaya entró al elevador para llegar a la planta baja y de ahí ir a su cafetería favorita...

A medio camino un grupo de tres omegas, dos mujeres y un hombre, empezaron a cuchichear que el joven alfa Heiwajima era un verdadero prospecto a pareja, pues no solo era joven, apuesto, talentoso, adinerado, de buena familia, sino que se corría el rumor de que era un dios en la cama. Izaya casi se atraganta por semejantes revelaciones. Aclaró su garganta para que notaran su presencia.

-O... Orihara-kun, lo sentimos- Dijo una de las omegas, viendo a sus acompañantes- Eh... Disculpe el atrevimiento, pero ¿podría preguntarle algo?

-Ya lo estás haciendo- dijo seriamente, suspiró al ver la cara consternada de los omegas- Adelante.

-¿Heiwajima Delic está soltero?- Vio a los tres omegas verlo expectante.

Izaya estaba por decirles que sí o que no lo sabía, cuando un escalofrío le recorrió la espalda, un aroma extremadamente dulce empezaba a invadir el pequeño elevador, arrugó la nariz con desagrado y su omega interno empezó a sentase amenazado. Aquellos omegas empezaban a soltar sus feromonas, pero de los tres una apestaba a omega necesitado. Empezaba a marearse y tener nauseas, cuando vio que llegó al primer piso casi corrió al ver las puertas abiertas.

-¿Orihara-kun?- Izaya volteó a ver a la omega rubia que apestaba.

-No lo sé- Vio como esta frunció el seño, y con una sonrisa se le ocurrió algo. Puso su dedo índice sobre su labio aun curvado en una sonrisa- Pero parece que está interesado ya en un omega de aquí~

Y con esas palabras caminó a paso rápido por la recepción alejándose lo más pronto posible de aquel abrumador aroma, pero antes de llegar a las puertas automáticas su mano fue sujetada con fuerza, se dio la vuelta molesto hasta que vio a Delic. Se sorprendió, no lo había detectado, sus fosas nasales aun estaba inundados de las feromonas de los omegas.

-¿Izaya a dónde vas?- Le dijo serio.

-Eso no te importa- Se soltó del alfa de un tirón y puso sus manos en su cintura.

-Apestas a omega necesitado...- Delic se acercó a Izaya olfateando por sobre su cabeza, el omega no se movió.

-Por ellos- Hizo un movimiento con la cabeza señalando al grupo de tres omegas, notando como la rubia veía fijamente al alfa- Por tu culpa apesto a omega necesitado. Aun no entiendo como a los alfas les gusta ese olor, es horriblemente empalagoso.

-Bueno, depende del gusto de cada quien- Delic sonrió y se inclinó hasta colocarse a lado del oído de Izaya- Por ejemplo, a mi me gusta el tuyo~- Dio un paso atrás con gracia antes de que Izaya le metiera un puñetazo en la boca del estómago- No te enojes Izaya-chan. Ven, asumiré la culpa que quieras y te invitaré lo que gustes.

-No gracias, prefiero ir solo- Caminó hasta la calle, pero igual era seguido por Delic- Déjame solo.

-No puedo, mi padre me pidió que te cuidara- Cuando llegaron a la cafetería que le gusta a Izaya, Delic le abrió la puerta y lo siguió hasta la caja.

-Dame un café descafeinado, leche entera, café "BlackJocke", con dos de azúcar moscabada y un poco de canela en polvo-Dijo sin problemas Izaya, el pobre empleado aunque anotó todo en a la maquina vio al alfa que lo acompañaba, como buscando aprobación, Delic asintió con la cabeza.

-¿Tamaño?- El beta sonrió.

-Mediano y un panqué de arándanos- Izaya sacó su tarjeta para pagar, pero Delic se puso a su lado y lo sujetó de la cintura.

-Yo pago cariño~- Izaya lo mató con la mirada, le dio un pisotón  seguido de un gruñido y se fue al otro extremo de la barra a esperar su pedido- Es... Muy rebelde...

-¿Desea algo más?- El pobre beta sitió pena por el alfa, quien tenía la frente contra la meseta, hasta a él le dolió ver cómo le pisaban la punta de los dedos con el tacón de las botas del omega.

-Un Frapucchino moka, y todo lo demás como el primer pedido- Delic intentó mantenerse como si nada y pagó. Le dolía a horrores caminar.

Cuando ambos recibieron su pedido Delic guió a Izaya a una pequeña banca que estaba fuera del edificio y bajo la sombra de un árbol se sentaron a disfrutar de su bebida y la brisa fresca. El alfa veía curioso al moreno, este tomaba el café lentamente y cuando daba sus pequeños tragos, suspiraba y sonreía mientras tenía los ojos cerrados, una vez satisfecho empezó a comer el pequeño panqué viendo a la nada.

-¿Podrías al menos dejarme solo? Estoy aquí afuera, nada me va a pasar- Dijo molesto.

-¿Qué te tiene tan susceptible? ¿Extrañas a mi hermano?- Intentó sonar gracioso, pero lo último lo dijo casi gruñendo.

-Solo no estoy de humor para estar en compañía de un alfa, así que largo- Le dio un sorbo a su café.

-¿Te siguen molestando?- Dijo serio.

-¿Qué te importa?- Izaya lo desafió con la mirada con una sonrisa maliciosa- Puedo cuidarme solo~

-Me importa, y mucho Izaya- Delic se acercó a Izaya, pasando un brazo por su cintura, se atrevió a acariciar la mejilla del moreno con su nariz y susurrarle al oído- Recuerda que tú eres mío- Dijo con una voz suave, grave y con un toque sensual que hizo que Izaya se erizara.

-Yo no le pertenezco a ningún alfa- Izaya discretamente amenazó al rubio con su navaja en el costado de su torso, habló firme y serio, o al menos lo intentó ya que sentía sus mejillas enrojecer, y no de ira, y su respiración alterarse un poco.

-¿Terminaste tu almuerzo?- Delic se hizo a un lado y sonrió como si nada, recibiendo un gruñido de parte del moreno- Vamos, necesito que revises unas cosas- Izaya lo vio desconfiado como se ponía de pie y tiraba las envolturas de los panques- En serio, son dos programas que mandaste para los sintetizadores.

-Ah, recuerdo eso- Se puso de pie de un salto y caminó hacia el edificio, seguido de Delic a sus espaldas- ¿Dónde esta pa... Shizuo-san?- Izaya estaba empezando a tomar la costumbre de llamar "Padres" a los Heiwajima cuando esta con Tsugaru o en sus momentos de total sumisión en los brazos de ellos.

-Debe de estar almorzando con mi madre- Vio el reloj de su celular.

Ya había recorrido un largo tramo, solo tenían que pasar el largo pasillo para llegar a la oficina del rubio, pero a medio camino se toparon con uno de los socios de la familia, los Hashimoto. Izaya saludó respetuosamente al hombre mayor y presentó a Delic como la futura cabeza de los Heiwajima, el viejo alfa igual presentó al joven de dieciocho años que estaba a su lado, lo presentó como su nieto, un alfa de cabello y ojos negros, diciendo que empezaba a interesarle el negocio de la familia.

-Es un placer conocerlo, Orihara Izaya-kun- El alfa tomó la mano de Izaya con delicadeza y le besó el dorso de la mano. Con ese simple gesto el ambiente empezó a ponerse pesado, el aroma amenazante empezó a circular en el aire.

-Eh... Ito-kun... -El alfa mayor vio nervioso al rubio, no quería suponer algo erróneo, pero sabía que la familia Heiwajima velaba por los cachorros Orihara como si fueras suyos, por lo que el rubio alfa no le gustaba que se acercaran de más a su "hermano" omega provisional.

Pero el joven alfa parecía aceptar el desafío del rubio, se irguió y se plantó frente a Delic que a pesar que era un poco más bajo no se intimidó por la feroz mirada del alfa mayor. El aroma de ambos alfas retándose era abrumador, el viejo Hashimoto quería intervenir y detenerlos, lo que menos quería era crear un conflicto entre familias, aunque igual si daba un movimiento en falso esos dos realmente terminarían saltando a la yugular del otro hasta destrozarse.

-Delic...- Izaya tenía los brazos cruzados analizando aquella situación, era la primera vez que veía ese choque de hormonas, era intimidante pero de alguna manera le gustaba el aroma que despedía el alfa rubio. Quiso ver que sucedía, pero el aroma del viejo alfa sintiéndose nervioso y dudando si usar sus feromonas para imponerse a los más jóvenes lo aburrió, así que un suspiro llamó al rubio.

Delic estaba a segundos de saltarle encima, aunque sus feromonas fueran más fuertes que las del moreno, lo vio posicionarse para lanzar el primer golpe, su cuerpo se tensó listo para responder, pero la dulce voz de Izaya lo hizo volver a la realidad. Desvió la mirada a los ojos rojos que lo veían divertido, le hizo una seña con el dedo indicándolo que se acercara a él y así lo hizo.

-Vamos, tenemos trabajo que hacer- Izaya tomó la mano de Delic y lo jaló hasta quedar frente a la puerta de la oficina- Nos vemos después Hashimoto-san, mi abuelo se pondrá feliz en tomar una copa con usted, le diré que se comunique apenas se des ocupe.

-Eh... Sí, gracias y nos vemos Orihara-kun- El viejo alfa, empujó a su nieto que se veía frustrado y molesto, tenía que sacarlo de ese lugar estaban llamando la atención de varios alfas que se notaban molestos y algunos omegas nerviosos.

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Izaya entró a la oficina con Delic y se sentó en uno de los sillones esperando a que el alfa se tranquilizara. ¿Y cómo lo hacía? Uno supondría que dando vueltas por la habitación como si fuera un león enjaulado o destruyendo todo a su paso, como él había hecho hace una hora atrás, pero no, el muy desgraciado se había acostado en el mismo sillón donde estaba sentado y acurrucó su cabeza en su regazo, inhalando y exhalando de manera pausada. Aunque el ambiente poco a poco empezaba a ser menos hostil y volverse uno más cómodo, Izaya no bajó la guardia, todo el lugar olía a Delic y su omega interno parecía contento por eso, estuvo tentado a apuñalarse él mismo por semejante pensamiento.

-¿Ya te puedes quitar?- Dijo serio.

-Solo un poco más- Se acurrucó aun más contra el regazo del omega, ocultando su rostro en el vientre de Izaya y abrazándolo por la cintura. "Café Moka" Ese aroma cálido, dulce y amargo del café provenientes de un solo lugar.

Izaya soltó un suspiro y se puso a acariciar los cabellos rubios del alfa, parecía que dentro de poco se quedaría dormido. Aunque no sabía por qué lo hacía dejó que sus dedos peinaran y pasaran por aquella hebras doradas, eran suaves y cada vez que las movía el aroma a chocolate amargo y fresas inundaban sus fosas nasales, no le agradaba las cosas dulces, pero ese de alguna manera de agradaba y lo hacía sentirse bien.

Delic sentía las caricias de Izaya, se sentía tan tranquilo y pleno que empezó a ronronear, sintiendo los pequeños espasmos del pequeño cuerpo de Izaya, lo más probable era que estuviera riéndose de él, pero se lo dejó pasar. Cuando sintió que ya no había peligro rondando y que Izaya estuviera envuelto en sus feromonas se incorporó, aun con la mano de Izaya en sus cabellos y a escasos centímetros del rostro del otro, se vieron fijamente y al igual que hacía dos semanas sus labios se juntaros.

Con cuidado recostó a Izaya en el sofá, acomodándose entre sus piernas y sin soltar su pequeña cintura se dejaron llevar por el cálido y embriagante sabor de sus labios. Acariciaban sus labios lentamente, conociéndose, se separaron un poco para verse a los ojos y seguir con un beso más profundo.

Delic adentró su lengua en la boquita de Izaya, jugando con su lengua, humedeciendo los labios rosados del menor, sintiendo como su pequeños brazos rodeaban su cuello y sus manos acariciaban sus cabello; él no se quedó igualmente quiero acariciaba las piernas y la cintura de su omega, era tan suave y tierno cuando se estremecía y suspiraba por su beso. Tan demandante, fogoso que en algún punto Izaya pensó que se desvanecía de nuevo, pero Delic de nuevo se detuvo, repartiendo besos en sus mejillas, nariz, ojos descendiendo hasta su cuello, y cuando sintió Izaya que el alfa tenía las intenciones de deshacerse de su corbata de moño, lo amenazó con su navaja en el cuello.

-Es suficiente- Dijo serio, pero aun con las mejillas encendidas y los labios rojos e hinchados.

-De acuerdo- Delic rió entre dientes, alejando la navaja de Izaya y robándole un último beso antes de dejarlo libre. Al instante Izaya se puso de pie, guardó su navaja y se arregló la ropa- Podemos seguir cuando quieras~

-Ya quisieras- Izaya se cruzó de brazos, sonrió con malicia y afiló los ojos, causando que el alfa se estremeciera- Toma esto como agradecimiento... Ahora a trabajar.

-¿Agradecimiento?- siguió al moreno hasta el escritorio para encender los planos holográficos de la mesa.

-Eres tú quien ahuyenta a esos molestos alfas cuando mi abuelo y Shizuo-san no están- Le afirmó con una sonrisa triunfante, viendo los planos, movía sus dedos entre las luces azules y blancas para ver de cerca cada cosa, quitar y poner lo que no le servía.

-Eres muy listo My little omega- Izaya lo vio de reojo sonreírle.

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Shinjuku, Universidad Especializada en Informática. Año 2135, Agosto 11.

 

Izaya había estado estudiando hasta quemarse las pestañas, presentó el examen de admisión a la universidad, ganándose la mirada de muchos al ver a alguien tan joven y siendo un omega, importándole poco realizó el dichoso examen y pasó las pruebas, todo él una agotadora semana, al final Izaya estaba en el primer lugar en todas las evaluaciones, ganándose la admiración de los pocos omegas, algunos betas, y lo más peligroso, el interés de los alfas al ver su apellido. No fue una sorpresa para él que el mismo rector y director de la universidad lo mandaran a llamar para decirle personalmente a él junto a su familia que era más que bienvenido, y por las notas tan altas tendría un horario especial alternando clases básicas que no había tocado antes y, clases avanzadas en programación y administración de empresas. Sus abuelos no podían estar más que orgullosos.

Durante los casi cuatro meses Izaya había estado siendo acosado por algunos nietos e hijos de los socios de su familia, pensando que podría alejarlos al igual que el primer alfa contra el que lo retó sería suficiente, pero estos parecían estar al tanto de su agresividad y su actitud reacia a convivir con aquellos alfas, por lo que solían acorralarlo entre dos o bien era un alfa demasiado grande incluso para él, pero por fortuna Delic siempre se las ingeniaba para llegar hasta donde él estaba o bien, interceptándolo a media carrera huyendo de esa manada de locos. Sintiéndose a salvo y superior a aquellos alfas teniendo a Delic a su lado que con un gruñido y la liberación de sus feromonas bastaba para ahuyentar a la mayoría.

Pero las cosas no fueron fáciles, igual los que se pasaban de listos se agarraban a golpes con Delic dejándolo a él victorioso, algunos terminaban en el hospital y a otros los dejaba noqueados en los pasillos o habitaciones donde se enfrentaban y siempre les rugía. "Él es mío" Una sonrisa malévola surcaba sus labios cada vez que Delic peleaba contra otro alfa, y cada vez que eso sucedía, Izaya lo arrastraba a la oficina del rubio y pocas veces a la suya para comerse a besos.

Más nunca pasaron más allá de esos fogosos y hambrientos besos, en donde Delic siempre le gruñía diciéndole que le pertenecía, haciendo que Izaya riera entre dientes. Las caricias igual estaban permitidas para el alfa, podía tocar las piernas del moreno, su cintura y contadas veces su trasero por sobre la ropa, aunque ese último solo lo había hecho tres veces para luego terminar con el rostro arañado y el labio roto por la fiera mordida del omega.

La semana pasada Izaya tuvo un curioso encuentro con la omega rubia que estaba interesado en Delic, aun lo recordaba como si hubiera pasado el día anterior. Él estaba de lo más tranquilo había logrado terminar todo, y solo tenía que llevar el nuevo programa para que los oficinistas de Relaciones Exteriores lo mandaran a unos socios de Rusia, Izaya estaba enterado que la encargada de ese país era la rubia, pero como si nada le encargó el trabajo.

-Esto tiene que llegar hoy, está terminado y listo para usarse. Igual verifica que el presidente esté satisfecho con nuestro trabajo- Izaya le entregó una pequeña tarjeta de memoria y firmó en una pantalla táctil que la rubia le dio- Si surge algún problema no dudes en llamarme directamente, ¿entendiste Varona?

-Sí- Dijo seria, viendo al "niños" que estaba de pie a su lado.

Izaya se dio cuenta que mientras firmaba ella lo veía con desdén y odio, una mirada bastante peculiar. Se podría decir que se sentía amenazada por su presencia, sonrió mentalmente preguntándose por la razón, pues él no era más que un omega rebelde que se quería hacer pasar por alfa, o al menos así lo llamaban los omegas que lo envidiaban.

-¿Sucede algo?- sonrió al ver como la rubia se ponía de pie frente a él, dejando salir sus feromonas en señal de desafío. Él nunca se había enfrentado a un omega antes y ni que decir que no había pasado su primer celo para hacerle frente como se debía, pero el aroma dulzón con un toque picante empezaba a molestarle la nariz y hacía que los vellos de su cuello se erizaran.

-Aléjate de él- Le gruñó varona viendo hacia abajo al menor, su apacible rostro y esa sonrisa burlona empezaba a irritarle aun más, haciendo que sus más bajos instintos quisieran salir a flote.

-No sé de qué hablas, pero tengo mucho trabajo- Izaya alzó los hombros restándole importancia y le dio la espalda caminando de un manera bastante graciosa, cotoneando las caderas, dando paso firmes como si  contara sus pasos y evitando pisar las líneas que dividían las lozas del suelo, y sus manos las movía a un de manera exagerada hacia adelante y atrás- Pero deberías usas suspensores o ir con algún alfa, porque tu celo parece estar cerca... - Se detuvo en el umbral de la puerta y le sonrió con malicia- Apestas a omega necesitado...- Se fue riendo estridentemente.

-¡Maldito mocoso!- Varona sintió sus ojos grises volverse rojos de la ira, importándole poco que estuviera en su área de trabajo, corrió hacia donde el omega la había "insultado" con aquella actitud arrogante. Su vestido blanco se levantaba levemente, dejando ver el ras de sus muslos mientras corría, escuchándose igual el traqueteo de sus costosos tacones de correa plateados con incrustaciones de cristales rosados.

Pero la rubia no encontró al joven omega en el pasillo, corrió por el lugar siguiendo su dulce aroma a cachorro combinado con chocolate amargo, ese aroma característico del alfa en disputa. Vio que unos de los elevadores estaba subiendo, esperó "pacientemente" a ver a qué piso llegaba, y luego seguirlo y romperle

Shinjuku, Mansión Orihara. Año 2135, Mayo 4.

Ese día era para celebrar a lo grande, el primogénito, Orihara Izaya cumplía sus quince años, los Orihara mayores querían hacer un gran evento, pero Izaya de nuevo negó ante el escándalo de estas, dijo que solo quería pasarla bien con la familia y sus amigos, nada grande ni ostentoso. Dijo que no quería agotarse de más, pasaba largos ratos trabajando arduamente en la oficina para ser tan bueno como su abuelo y padre, estudiaba apenas tenía tiempo libre para poder estar listo para el examen que sería dentro de un mes y quería tener la mejor nota entre todos.

Torakichi casi llora conmovido por la madurez y determinación de su nieto, y era por lo mismo que lo apoyaba en todo, en cuanto a Natsu intentaba razonar con Izaya diciéndole que no tenía que esforzarse tanto y que disfrutara de su niñez, pero Izaya siempre le sonreía y daba un abrazo para pedirle que cuide mientras de sus hermanas, y que él se haría completamente a cargo más adelante.

Al final la fiesta se hizo esa misma tarde, una gran banquete sería servido, el omega había decidido en probar algo de comida Argentina, así que la temática sería de esa índole, sirviendo los platillos típicos; si fuera por él no servirían pastel, pero por insistencia de las gemelas se serviría un gran pastel Red Velved con relleno de mantequilla dulce y con cubierta de chocolate.

Los primeros invitados en llegar fueron la familia de Izaya, vio a su tía la cual lo estrechó en sus brazos y le dijo que ella lo apoyaría en todo, el omega se sintió agradecido y saludó al resto de los adultos, hasta llegar a sus primos los cuales se vieron con una sonrisa maliciosa.

-Alfas diabólicos~- Izaya sonrió al ver a sus primos. Gemelos idénticos, de cabellos blancos y ojos rojos como los suyos.

-Omega rebelde- dijeron al unisón.

-Oh, ya se enteraron- Izaya acomodó su cabello con una pose de diva para hacerlos reír, al instante ambos lo abrazaron del cuello- Taiga, Takuma~

-Izaya, no queremos que crezcas más. Es imposible para nosotros cuidarte cuando vivimos tan lejos-Dijo Taiga, un chico de casi quince años, de cabellos blancos como la nieve y ojos rojos como rubíes. El joven alfa vestía una camisa blanca de manga larga con los primeros dos botones abiertos, un chaleco negro, pantalones del mismo color y mocasines negros, llevaba una cadena de oro con un dije con la letra "T", su cabello lo tenía peinado hacia la derecha ocasionando que su flequillo le cubriera el ojos.

-Es verdad, es una lástima que prefirieras quedarte con la empresa cuando nuestra madre podía hacerse cargo. Nosotros hubiéramos preferido que fueras nuestro acompañante en el modelaje- Takuma se relamió los labios seductoramente. Takuma era idéntico a su hermano, lo que lo diferenciaba era que su cabello no cubría del todo su rostro como su gemelo mayor, él usaba una camisa roja de manga corta, un chaleco de cuero color vino, pantalones de mezclilla oscura y mocasines rojos.

-¿Y dejar que mis primero me devoraran? Como si fuera a cometer incesto- Rió con malicia. Izaya vestía un elegante traje para omegas. Una camisa de manga larga color vino de cuello alto, en el cuello una corbata de moño de color negro con franjas horizontales del mismo color que la camisa, un chaleco negro que acentuaba su fina cintura, pantalones cortos negros la cual tenía una cola en la parte de atrás con vuelos con líneas verticales negras y grises, y con el fondo de color vino, a los costados tenía un par de pequeño moños rojos en el lado derecho, botas de tacón bajo negros a media pantorrilla y medias que le llegaban un poco arriba de las rodillas de color vino con delgadas líneas verticales negras. Y para terminar su cabello era decorado con un pequeño sombrero de copa negro con un par de rosas rojas y un listón negro en el lado derecho de su cabeza.

-No harías tal cosa con nuestro inocente primo- Ambos rieron mientras abrazaban a Izaya y le daban un feliz cumpleaños.

Izaya le gustaba jugar pesado con sus primos ambos eran un par de adonis y lo sabían, por lo mismo que usaban su belleza para modelar en la línea alfa de una famosa diseñadora, los omegas babeaban por ellos. Después de saludarlos vio llegar a Shinra y a Dotachin con sus respectivas familias, el primero en lanzarse encima fue el futuro médico.

-¡Izaya-chan! - Shinra se colgó del cuello de Izaya, quien recibió gustoso el abrazo de su amigo- Te vez tan hermoso que se podría considerar un crimen. Amo a tu abuela por vestirte, pareces una muñequita...- La última sílaba la a largó al recibir un fuerte puñetazo en la boca de su estómago.

-Tú te lo ganaste Shinra- Kadota rió suavemente al ver a su amigo retorcerse en el sueño. Se acercó a Izaya para darle un leve abrazo- Feliz cumpleaños Izaya.

-Gracias Dotachin- Izaya se dejó envolver en el cálido abrazo de su amigo alfa.

Izaya tomó de la mano a sus amigos y se fueron a sentar en una mesa algo alejada en el gran salón, conversaban animadamente de lo que habían hecho los últimos días que no pudieron verse, primero porque Izaya pasó un fin de semana en la residencia Heiwajima, la cual ya consideraba su familia, Shinra había pasado un tiempo de prácticas en el hospital de Ikebukuro y Kadota tuvo un duro entrenamiento para entrar a la academia de policía. Todos siguieron con su amena plática hasta que Izaya se detuvo a media frase al sentir un aroma que conocía muy bien, fresas y chocolate, volteó el rostro tan rápido que sus amigos pensaron que se rompería el cuello.

-¿Izaya?- Kadota fue el primero en hablar, al ver que su amigo tenía la vista perdida entre los adultos, que a pesar de ser solo familia y amigos cercanos, eran bastantes.

-¡Psyche!- Shinra y Kadota vieron a las gemelas huir de los brazos de sus primos albinos hasta correr y abrazar a un pequeño niño omega que vestía un curioso abrigo blanco con capucha de conejo, pantalones blancos y zapatos rosados.

-Se parece a Izaya...- Dijo Shinra viendo como Izaya se ponía de pie y seguía a sus hermanas.

Tanto Kadota como Shinra se vieron extrañados, su amigo parecía con la mirada pérdida y con una sonrisa bastante peculiar, no sabrían decir si era felicidad o malicia, pues sus ojos tenía un brillo que igual no lograron identificar. Kadota notó que el aroma de Izaya tuvo un leve cambio, era ligeramente más fuerte y distinto al que siempre tenía. "Ya no es un cachorro" Fue lo primero que pasó en la mente del alfa moreno. Ambos se quedaron sentados en la mesa esperando a que su amigo regresara, posiblemente iría a saludar a los invitados.

-Son los Heiwajima- Le dijo Shinra al notal las cabelleras negras y rubias.

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Izaya estaba feliz de estar de nuevo con sus amigos, pero todo eso pareció ir a segundo plano cuando sintió aquel aroma. No debía de sorprenderse de que él estuviera en ese lugar, él mismo había invitado a toda la familia, pero lo que vio cuando estuvo cerca de ellos lo dejó ligeramente en shock. Toda la familia iba bien vestida, Sakuraya con sus hermosos kimonos, esa tarde llevaba uno negro con un hermoso estampado floral plateado, dorado y rosado; Shizuo llevaba una camisa blanca de manga larga, chaleco negro, pantalones del mismo color, corbata de moño roja y zapatos negros; Psyche había estrenado ese día el abrigo que sus hermanas le regalaron; Tsugaru llevaba una camisa azul claro con las mangas tres cuartos, chaleco negro, pantalones azul marino casi negro y zapatos negros.

Pero lo que hizo que sintiera su rostro subir un par de tonos fue ver a Delic, llevaba una camisa negra de manga larga, corbata rosada, saco, pantalones y zapatos blancos. Uno pensaría que no era mucho, pero para Izaya en ese momento fue demasiado, no sabía que sentir, quería llorar y salir corriendo por la confusión que surgía en su interior, pero él no era un co

barde, actuaría como si nada.

-Shizuo-san, Sakuraya-san. Bienvenido y gracias por venir- Izaya sonrió dulcemente a los adultos, los cuales le dieron un abrazo.

-Estar precioso Izaya- Sakuraya no lo quería soltar de sus brazos- Te hice algo especial, espero te quede, sino puedes ir a casa para que le hagas arreglos- Izaya tomó una caja de madera mediana barnizada y con una Sakura roja en el centro.

-Gracias, lo revisaré más tarde- El omega mayor lo liberó y apenas Izaya se vio libre de unos brazos, otros lo rodearon.

-Izaya, feliz cumpleaños. Hice esto para ti- Tsugaru le dio una pequeña tarjeta de memoria.

-No...- A Izaya le brillaron los ojos- ¡¿Es tu primer juego?!- Tsugaru sonrió y asintió con la cabeza, sintiendo como Izaya se frotaba contra su mejilla, no podía devolverle el abrazo por la caja de madera- ¡Tenemos que probarlo! Ven te presentaré a mis amigos- Y como pudo Izaya jaló al joven alfa hasta su mesa.

-Delic, cariño ¿Estás bien?- Sakuraya se acercó a su hijo mayor, sintió como sus feromonas empezaban a alterarse y tenía el seño fruncido. Estaba tan emocionado por las muestras de afecto entre su pequeño alfa e Izaya que no se percató de que Delic empezaba a alterarse.

-Estoy bien madre. Saldré a fumar- Shizuo le dio un pequeño encendedor y con un movimiento de la mano se alejó de sus padre.

-¿Crees que Delic?- Sakuraya vio preocupado a su esposo, el cual lo abrazó por la cintura.

-Esperemos que no. Izaya parece haber elegido a Tsugaru como su alfa, además no sería correcto para Delic fijarse en alguien tan joven como Izaya- Le contestó en un susurro.

-No creo que Tsu-chan e Izaya sean destinados- Su esposo lo vio confundido- Un día cuando Tsu-chan regresó a casa olía a otro omega, me preocupé porque peleara con Izaya que lo esperaba en la sala de juegos...

-¿Tsugaru está con dos omegas a la vez?- Dijo entre dientes, no quería molestarse con su hijo, confiaba que él no era como Delic de "Pica flor". Pero vio a su dulce omega negar con la cabeza.

-Tal parece que Izaya ha estado ayudando a Tsu-chan a cortejar a un omega... Izaya no ve con esos ojos a Tsu-chan- Ambos vieron como su hijo era presentado a los otros amigos de Izaya para luego los cuatro irse a hurtadillas de la fiesta entre risas- Realmente son amigos, me atrevería a decir que hasta se mira como hermanos- Sonrió dulcemente.

-Tal vez- Shizuo no siguió con la conversación al ver como los Orihara mayores se acercaba a saludarlos y presentarles al resto de su familia. Lo peculiar era que apesar de que la familia de Kyouko no era Orihara, eran tratados como si lo fuera; para ellos no eran dos familias, eran una sola.

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Delic realmente no quería ir a esa fiesta, aunque no fueran muchas personas más que lo allegados del joven omega, sabía que su hermano estaría como lapa sobre del moreno y era algo que realmente no deseaba ver. Ah, pero se le escapaba que ahí estarían también los "amiguitos" de Izaya. Al entrar al salón donde todos estaban reunidos sintió el sutil aroma, casi imperceptible, de Izaya que de un momento a otro aumentó, haciendo que llegara de golpe a sus fosas nasales, era tan dulce y exquisito.

Al verlo acercarse con ese lento y sensual caminar, demasiado a su gusto para ser aun tan joven. Parecía que nadie más se dio cuenta, pero él notó que la mirada de Izaya estaba fija a él, afilada, retándolo y posiblemente provocándolo, haciendo que su alfa interior rugiera y le costara controlarlo. Vio como saludó a sus padres, y a su hermano ser saludado como siempre, pero lo que le hizo que casi se les fuera encima fue ver como Izaya frotaba su mejilla con la de Tsugaru, y ese brillo en los ojos. Dios, esa emoción no debía de dársela su hermano. Sentía su alfa realmente tomaría el control de su cuerpo, pero Izaya se fue con Tsugaru antes de que hiciera algo. La suave voz de su madre, y las tranquilizadoras feromonas que empezó a despedir lo hicieron regresar a la realidad, necesitaba aire.

Mientras se dirigía a la puerta que daba al patio trasero vio a Izaya correr con sus amigos. Realmente se veía hermoso con ese traje, era casi un crimen que él anduviera por todos lados mostrando sus atributos de joven omega. Tronó la boca fastidiado.

"Así que Shinra es el beta" Delic vio como un par de niños corrían a su lado siguiendo a Izaya a quien sabe donde, por sus aromas y los nombres que gritaba el omega lo supo. "Y ese es el famoso "Dotachin"" Delic sintió el aroma de ese alfa, lo reconocía Izaya solía llegar a la oficina con ese aroma.

Cuando salió al patio encendió su cigarrillo, viendo a lo lejos en una gran área de juegos a su hermanito y las gemelas jugando con un par de alfas que era foto copia si no fuera por sus diferentes atuendos. "¿Acaso todos se pusieron de acuerdo en usar chaleco hoy?"

Su hermano olía a macha dulce, de cachorro de gustaba, pero ahora que estaba volviéndose un alfa maduro le molestaba, más cuando su escancia se combinaba con la de Izaya. "Dotachin" despedía un aroma de canela, bastante interesante pues parecía tener una mejor resonancia con la de su querido omega, y eso le hacía la sangre hervir.

¿Qué aroma tendría Izaya después de su primer celo? Normalmente los alfas no cambian sus aromas, solo se vuelven más fuertes; en cambio los omegas solía oler a leche y escancias dulces antes de su primer celo, pero cuando lo tenían estos solía cambiar de manera muy peculiar.

Pasó el rato fumando media cajetilla de cigarrillos, ese mal hábito lo había heredado de su padre. Cada vez que se sentía frustrado, molesto o estresado se ponía a fumar, o al menos eso le dijo su madre antes de que formaran su lazo. Vio pasar a su lado a ese par de alfas cargando a los cachorros dentro del salón, parecía que el baile iba a empezar.

No importaba si eran reuniones pequeñas o grandes, los jóvenes omegas y alfas que cumplían los quince años y de ahí en adelante en cada cumpleaños debían de bailar con un alfa u omega para "buscarles" pareja, una vieja y aburrida tradición a su parecer. Vio a través del ventanal como Izaya era empujado por el chico de lentes al centro del salón, la música empezó a sonar y el primero en bailar con el omega fue su abuelo.

Ambos parecían darse una sonrisa triste, el primer baile de los omegas debía de ser con su padre. Los siguientes fueron sus tíos, Shizuo y después siguieron los jóvenes alfas. Delic tiró su cigarrillo al suelo y lo apagó de un pisotón al ver como uno de los gemelos albinos, el que vestía de blanco y negro besaba la mejilla de Izaya mientras daban vuelas.

-Bien, esto no puede empeorar- Estaba por encender otro cigarrillo cuando vio al otro albino besar la mejilla contraria de Izaya cuando iniciaron su baile- ¡Oh vamos!

Y como si el destino quisiera verlo perder el control o destruir todo a su paso, vio como Izaya muy feliz bailaba con ese tal Dotachin. Pensando de nuevo que las cosas no podían llegar a ser un infierno, pasó; cuando fue el turno de su hermano, el omega pasó sus brazos por su cuello y el alfa lo sujetaba de la cintura. El baile de ellos empezó lento para volverse un verdadero baile ensayando entre los dos, moviéndose con gracia para terminar con las frentes unidas.

-Bien, esto se acabó- Sonrió con malicia viendo como todos volvía a lo suyo.

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-¡Eso fue impresionante!- Shinra se acercó Izaya y Tsugaru que parecían algo acalorados por el baile.

-¿Son destinados?- Dijo Kadota con una pequeña sonrisa, haciendo que se sonrojaran.

-¡No!- Dijeron a la vez.

-Solo lo habíamos practicado antes- Empezó Izaya caminando hacia las bebidas- Tsu-chan no sabía bailar, y hay un omega que a él le gusta. Le dije que debía de aprender que con eso lo conquistaría seguro.

-¿Ustedes no están saliendo?- Shinra los vio confundido.

-¿Qué te hizo pensar eso?- Tsugaru le dio un vaso con ponche de frutas al omega.

-Parecen pareja...- Dijeron Kadota y Shinra.

-En parte ese es el plan- Izaya tomó un sorbo haciendo que Tsugaru casi se atragantara- No quiero a nadie sobre de mi cuando estoy en las oficinas, así que por mientras me pongo meloso con Tsu-chan para quitármelos de encima.

-Izaya, eso no está bien- Empezó Kadota a regañarlo- Él está cortejando a un omega, eso es descortés, y podrían terminar enamorándose.

-No cometeríamos incesto- Dijeron ambos con asco.

-Además este es demasiado tímido para acercarse de más al pobre omega- Soltó un dramático suspiro Izaya- Siento tanta pena por él...

-Deja de molestar Ii-kun- Tsugaru empezó a pellizcar sus mejillas.

Kadota sonrió al ver como Izaya se divertía, decidieron volver a jugar antes de que se sirviera la cena. Shinra conversaba muy entretenido con Tsugaru e Izaya le contaba sobre sus avances en sus estudios cuando sintió el aroma amenazante de un alfa, discretamente se puso a buscar entre los pasillos de dónde provenía, pero Izaya lo jaló antes de que pudiera siquiera ver como alguien los observaba.

El alfa moreno no dijo nada al respecto al omega y a Shinra, se sentó a lado de Tsugaru y le dijo lo que había pasado, le dijo que él también lo había sentido pero que no era un aroma desconocido para él, le comentó que ese era el aroma de su hermano mayor. Empezaron a hacer suposiciones que aquel alfa se estaba por enfrentar a otro o por alguna razón desconocida se alteró. Kadota le preguntó a Tsugaru si era porque ellos estaban cerca de Izaya, pues sabía que el omega robaba miradas a donde fuera, antes de que el rubio pudiera decir algo Izaya les saltó encima diciendo que ahora jugarían un simulador de baile.

Izaya terminó molido después de más de cinco rondas seguidas contra los alfas y tomar tanto ponche le había hecho huir al baño antes de poder seguir con la siguiente ronda. Le dijo a sus amigos que volvía pronto y aunque sus amigos alfas quisieron acompañarlo este se negó y les cerró la puerta en la cara antes de irse.

Después de terminar con su parada técnica, de camino al cuarto de juegos Izaya se detuvo al ver la puerta de la terraza del segundo piso abierto, caminó hacia ese lugar asomando su cabeza, una ligera brisa le hizo sentir ese aroma a chocolate amargo, fresas y tabaco.

-Izaya...- Delic se acercó al omega que no se había movido del umbral de la puerta. Tomó su mano para que saliera y con la mano libre cerró la puertecilla.

-¿Qué haces?- Izaya pareció despertar de una especie de transe que su parte omega lo había sometido. Retiró su mano de un tirón y vio fríamente a alfa rubio.

-Todos tuvieron el honor de bailar contigo, falté yo- Se inclinó levemente para que sus rostros estuvieran bastante cerca.

-¿Celos?- Izaya se cruzó de brazos y sonrió con malicia.

-Quién no estaría celoso de que un hermoso omega acepte bailar con todo los alfas, menos al que tiene en frente...- Izaya frunció el seño, para luego ver sorprendido a Delic.

El alfa se inclinó con una rodilla en el suelo, bajando la mirada, con la mano izquierda en el pecho y con la derecha tomó la mano de Izaya para luego depositar un beso en el dorso.

-Concédeme esta pieza.

-No... No hay música- Izaya se estremeció ante aquello. "¡¿Qué diablos haces?! Eso solo lo hacen los alfas que... No... Oh, no..." Estaba empezando a entrar en pánico, Delic no podía estar cortejándolo, se llevaban muchos años, él era técnicamente un adulto.

-Entonces creemos música con nuestros cuerpos- Delic se puso de pie jalando el pequeño cuerpo de Izaya, o al menos para él que le llevaba fácil un poco más de treinta centímetros. Juntó sus cuerpos rodeado con un brazo su delgada cintura y con la mano libre tomó su mano para entrelazar sus dedos y empezar con un lento vaivén.

Izaya se dejó guiar en aquel improvisado baile, sus movimientos eran suaves y lentos, el aroma de Delic lo hacía sentirse relajado y protegido, le gustaba esa sensación a su omega pero su orgullo le decía que lo pateara como la primera vez que lo conoció y correr hasta sus amigos, pero su cuerpo no parecía hacerle caso a su cerebro, seguía dejándose llevar por esa melodía que parecía sonar en la cabeza del alfa rubio.

Dieron vueltas, Delic lo cargó en algunos momentos, recorrieron toda la terraza dejando que la suave brisa jugara con sus cabellos. Al final de aquella pieza, Delic sentó a Izaya en el barandal de concreto blanco, las manos de Izaya estaba sobre sus hombros y él lo sostenía de la cintura, a las espaldas del omega se veía como apenas se ocultaba el sol, y justo en el momento en que el rey astro daba su último esplendor, se vio la silueta de dos cuerpos compartiendo un beso.

Delic tenía frente a él a su amado omega, cuando lo sentó y vio el sol marcharse no se resistió, debía de darle a entender a Izaya que él le pertenecía, que haría lo que fuera por que entendiera que solo él lo protegería, por lo que sin darle tiempo a Izaya de siquiera decir o hacer algo, se acercó lentamente a sus labios, liberando sus feromonas.

Un pequeño rose, fue lo que bastó para que Delic sintiera el dulce aroma de Izaya envolverlos correspondiendo a sus feromonas. Repartió pequeños besos sobre los labios del omega, hasta que con un suspiro pasó su lengua sobre su boca pidiendo permiso para poder adentrarse en su pequeña cavidad. Izaya soltó un suspiro dándole paso a la lengua de Delic, el beso fue subiendo de tono, el omega se aferró al cuello del mayor mientras su cintura era abrazada por los brazos del alfa, que estaba de pie entre sus piernas.

Mordían y lamía sus labios, sus lenguas peleaban por encontrarse y explorar las bocas del contrario. Delic lo besaba demandante, disfrutando del sabor de la boca del omega, por sus movimientos torpes al inicio supo que ese era su primer beso, su pecho se infló con orgullo, él se encargaría de ser todas las primeras veces de Izaya. Sentía que su omega empezaba a desvanecerse a falta de oxígeno, se separó un par de milímetros de él, observando como un pequeño hijo de saliva los unía, el sonrojo en las mejillas blancas y aquellos ojos borgoñas cristalizados, viendo por primera vez ese destello de placer en ellos. Dejó que Izaya respirara un poco, pero su boca no se quería detener, repartió pequeños besos húmedos en sus ojos, mejillas, barbilla, descendiendo por su cuello. Deshizo la corbata de Izaya dejando que el cuello de la camisa le diera más acceso, y cuando posó su lengua en la base del cuello seguido de un beso, sintió a Izaya estremecerse y soltar un quedo gemido.

Izaya se dio cuenta de eso, con todas sus fuerzas empujó el relajado cuerpo de Delic, se bajó de un salto sujetando el lazo de su corbata y el cuello de su camisa para cubrirse, pero antes de tocar el pomo de la puerta, sintió su muñeca siendo sujetada. Con el seño fruncido y un gruñido vio a Delic, relamerse los labios y verlo de manera seductora.

-No dejes que nade más de toque Izaya- Aquella voz lo hizo estremecer, y cerró con fuerza los ojos cuando sintió como Delic le besó la mejilla- No te preocupes, esperaré a cuando quieras llegar más lejos. Te protegeré... Porque eres mío.

Izaya abrió los ojos sorprendido, chocando con aquellos ojos color rosa brillante, en un momento de pánico, sacó la navaja que estaba en el bolsillo de su pantalón corto con toda la intención de cortarle el rostro, pero Delic se hizo a un lado antes de que la navaja lo tocara, sonrió ladino al ver como Izaya lo veía amenazante y sin bajar la navaja abrió la puerta y corrió al interior.

Delic sabía que pudo haberlo asustado, pero no era así. Su sentido alfa y omega se llamaban, por eso Izaya le correspondió aquel beso llevándolo a uno bastante subido de tono. La actitud del omega solo le hizo confirmar en que aun tenía miedo de descubrir lo que era realmente ser un omega, el pánico le atormentaría cuando llegara su primer celo, y él como buen alfa estaría ahí para cuidarlo.

-Feliz cumpleaños My little omega -Se relamió las labios satisfecho.

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Izaya estaba molesto consigo mismo, se dejó llevar por sus instintos, sintió pánico al sentir la boca de Delic en su cuello, el temor de ser marcado lo hizo despertar de aquel sopor. Corrió por los pasillos, pero se detuvo a medio camino, si iba a la sala de juegos sus amigos alfas notarían las feromonas de otro alfa, en especial Tsugaru que reconocía las de su hermano, no podían enterarse se sentía avergonzado consigo mismo.

Escuchó unos pasos aproximarse, terminó que fuera algún otro alfa, pero al notar que no había aroma alguno supuso que sería algún beta, corrió al encuentro de esta persona y para su alivio era Shinra.

-Izaya, al fin te encuentro- Shinra corrió hacia su amigo- Te demoraste mucho y esos dos empezaron a preocuparse, nos dividimos para... ¿Qué te paso?- Preguntó asustado al ver las mejillas de su amigo ligeramente sonrojadas y notando como con una mano aferraba el agarre en el cuello de su camisa mal hecho y con la otra mano tenía su navaja.

-Van conmigo, ayúdame- Izaya dijo en un susurro, guardó su navaja y corrió de la mano con Shinra hasta llegar a su habitación- Shinra, dime que no he entrado en celo- Aquello asustó a su amigo.

-Tranquilo, deja te reviso.

-No me voy a desnudar- Gruñó al ver como Shinra se acercó de más a él.

-No lo haré. Izaya, calma- Tomó los hombros del moreno y lo sentó en su cama- Ahora, se honesto. ¿Tienes mucho calor, casi sofocándote?- Vio que este negó con la cabeza, y colocó una mano sobre la frente de Izaya, estaba algo rojo más no caliente- Bien, sientes húmeda tu entrada- Izaya enrojeció.

-Solo... un poco...

-Tus feromonas no están saliendo- Shinra se acomodó sus lentes- Si fuera tu celo, incluso yo sentiría tu aroma. ¿Qué paso?- Dijo serio.

-Me... me besé con un alfa...

-¿Te besaste o te besaron?- Shinra vio fijamente a Izaya, dependiendo de la respuesta decidiría si ir con sus amigos alfas.

-Nos... Yo... Shinra esto es malo, no sé qué me paso, fue... Extraño.

-¿Sentiste que estuvo mal?- Izaya negó con la cabeza- Tranquilo, no las cosas no llegaron a más todo está bien- Soltó un suspiro- Solo no te acerques a ese alfa por el momento.

-Sí... Ayúdame a cambiarme, no quiero que sienta el aroma de él- Izaya empezó a quitarse algunas prendas con ayuda de Shinra, una vez que estuvo en camisa y pantalones se metió al baño de su habitación a tomar un baño.

Shinra fue al armario de Izaya a buscar algo para ponerse, sacó una camisa manga tres cuartos de color gris y unos pantalones cortos negros como los que tenía puestos, solo que estos tenían líneas verticales azules en los vuelo y un largo moño azul en el lado izquierdo, de dejó aquellas dos prendas a Izaya en el picaporte. Cuando Izaya terminó el beta le ayudó a vestirse rápido con el chaleco negro, los botines azules y medias negras hasta la rodilla; Izaya no quiso poner ya nada en su cabello, y en el camino de regreso con los demás planearon una pequeña mentirilla.

-Izaya, Shinra- Kadota estaba junto a Tsugaru quien al verlo se lanzó a sus brazos- ¿Dónde estaban?

-Izaya tuvo un pequeño incidente en el baño, lo estaba ayudando.

-¿Incidente?- Repitió Tsugaru, asustado vio a Izaya- No será...

-Tranquilo, no fue eso. Solo que mis hermanas de nuevo hicieron de las suyas, hicieron que el dispensador de jabón me explotara, por eso tuve que bañarme y cambiarme- Aclaró calmando a los alfas.

Los cuatro caminaban hacia el comedor, donde todos empezaban a reunirse para la cena. Izaya prefirió no dirigirle la mirada a Delic, se quedó enfrascado en un debate contra Tsugaru sobre qué tipo de mago era más poderoso para acabar con un demonio elemental nivel cuatro. En cuanto al alfa estaba un poco más tranquilo, había dejado en claro a Izaya que él estaría para él, pero lo que su alfa interno le molestó fue que hizo que sus feromonas con las cuales lo había marcado las eliminó de su cuerpo.

El resto de la noche pasó tranquila, a excepción de la pequeña guerra de pastel que iniciaron Mairu y Psyche, en la cual terminaron uniéndose Shinra, Izaya, Tsugaru, Takuma y Taiga. Kururi prefirió mantenerse al margen y libre de merengue en los brazos de Kadota que igual dejó que ellos demás destrozaran el pastel. Sakuraya rió suavemente al ver la triste expresión de su esposo al ver que no pudo probar el postre.

Al final Psyche terminó por quedarse a dormir con las gemelas, Tsugaru se fue con sus padres, pues no tenía ropa de repuesto y quería un buen baño. Izaya despidió a todos sus invitados con la ropa llena de manchas de chocolate, al final recibió un par de besos de despedida de parte de Shizuo y Sakuraya, en cuanto a Delic simplemente se vieron antes de que fuera sin siquiera decir nada.

Izaya aprovechó que nadie lo veía, lanzó rápidamente su navaja haciendo que rozara la mejilla del alfa, en respuesta este lo volteó a ver sin expresión alguna. Izaya le sonrió con malicia, afiló los ojos y pasó su pulgar por su cuello. Delic sonrió de lado y le guiñó un ojo, aceptando su mudo desafío.

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Shinjuku, Corporación "O". Año 2135, Mayo 16.

 

-¡Estoy harto!- Izaya lanzó el modelo de un pequeño robot en forma de conejito que había construido hace dos días- Malditos viejos verdes, se atreven a coquetearme apenas se larga mi abuelo- Gruñó y lazó ahora una pobre maceta con pequeñas flores blancas- El siguiente que intente acercarse a mí lo castro- Y los que tiene más huevos alardean de su hijos alfas para comprometerme...

Casi dos semanas después de su cumpleaños algunos alfas que no estaba enlazados y eran relativamente jóvenes, es decir, no pasaban de los treinta, lo perseguían como abejas a la miel y liberaban sus feromonas para llamar su atención, ganándose únicamente una mirada de desprecio y sed de sangre. Pero claro, como él aun era joven lo veían "adorable".

-Y adorable fue lo último que dijo el asqueroso perro- Sonrió con sadismo al recordar a uno de los alfas.

Amane, un alfa de veintidós años que apenas estaba en entrenamiento, acompañaba a su padre a hablar sobre los contratos a algunas líneas de comunicación, y claro el niño mimado, pensó que al verlo a él, un dulce y joven omega que no solo era hermoso y un genio, uno de la más alta clase social y virgen... Como empezaba  a odiar esa palabra. El muy listo se quedó junto a Izaya en la oficina donde su abuelo y el padre de Amane hacían tratos, ambos hombres iban a salir a ver algunas cosas en las oficinas inferiores, el alfa tenía que acompañarlos pero dijo que mejor le hacía compañía al omega para que no estuviera solo y que sería bueno que como futuros aliados y líderes se conocieran un poco mejor. Izaya no era idiota, ya sabía que tenía planeado.

-Se mi omega, Orihara-kun. Aunque tu abuelo te de él título de "Cabeza de familia" sigues siendo un omega~- Izaya estaba de lo más normal sentado en su silla, Amane lo había girado para quedar frente a frente y no separados por un escritorio, sus rostros estaban cerca e Izaya solo tenía los brazos cruzados y la mirada seria- Eres hermoso, nuestro cachorros serían una belleza... Eres adorable- Pasó el dorso de su mano en su mejilla.

Una sonrisa sádica y una tétrica risa hicieron que el alfa viera confundido al omega. El grito del alfa al ser cortado en el brazo y el rostro lo hizo correr y gritar por ayuda. Izaya limpió su navaja con una toallita húmeda y sonrió triunfante, sabía que Amane no hablaría sobre lo que le hicieron, sería una deshonra para un alfa que un omega lo dejara en semejante condición e igual se metería en problemas si su padre descubría que estuvo a punto de atacar al omega, futuro líder, y heredero de la corporación Orihara.

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Izaya vio la oficina semi destruida, llamó a un empleado de limpieza para que arreglara su desorden. Tomó su saco y se dispuso a dar una vuelta por el lugar. Era fin de semana, un sábado, Shinra, Kadota y Tsugaru no estaba en la ciudad, los tres estaban en prácticas o con algún proyecto de la escuela, por lo que su "descanso" se prolongaría, no se quedaría a aburrirse en casa así que prefirió ser productivo y seguir trabajando. Su abuelo notaba grandes avances en Izaya por lo que la mayoría del tiempo lo dejaba solo en la oficina principal, mientras él veía asuntos más delicados con alfas mayores a quien tratar.

El joven omega vestía una camisa blanca de cuello alto, con una corbata tipo moño de color negro, su saco era de color negro de cola larga con vuelos que le llegaba por arriba de las rodillas, sus pantalones cortos negros y botines del mismo color con el tacón y la suela blanca. No entendía que mosca le había picado a su abuela por quererlo vestir de esa manera, y no pensaba romperle el corazón a su dulce abuela negándose, porque cada vez que salía vestido con los trajes que le mandaba a hacer veía ese brillo en sus ojos.

-Me enamoré del estilo victoriano. Lo encontré en viejos archivos, pero hice que los adaptaran para omegas hombres y claro, con más estilo de nuestra época- Le había comentado.

"Abuela, siento que me ofreces en bandeja de plata con esto" Pensaba Izaya, extrañaba sus pantalones y camisas sencillas, que a pesar de ser para omegas eran más reservadas y menos vistosas.

Siguió su camino por las oficinas viendo a través de las salas que tenían paredes de cristal como todos hacían su trabajo, y si atrapaba a uno flojeando solo se acercaba a ellos y le sonreía con una extraña sonrisa que ponía a varios nerviosos. En esas dos semanas se había corrido el rumor de que él, Orihara Izaya el joven omega, había herido a dos alfas con sus propias manos, y que había alguien que amenazaba a los alfas que se cercaban a él, claro que las amenazas no las hacía Izaya, pero las llegó a escuchar, se podía hacer una idea de quien se trataba pero decidió no meterse en eso.

"Creo que iré por un café" Izaya entró al elevador para llegar a la planta baja y de ahí ir a su cafetería favorita...

A medio camino un grupo de tres omegas, dos mujeres y un hombre, empezaron a cuchichear que el joven alfa Heiwajima era un verdadero prospecto a pareja, pues no solo era joven, apuesto, talentoso, adinerado, de buena familia, sino que se corría el rumor de que era un dios en la cama. Izaya casi se atraganta por semejantes revelaciones. Aclaró su garganta para que notaran su presencia.

-O... Orihara-kun, lo sentimos- Dijo una de las omegas, viendo a sus acompañantes- Eh... Disculpe el atrevimiento, pero ¿podría preguntarle algo?

-Ya lo estás haciendo- dijo seriamente, suspiró al ver la cara consternada de los omegas- Adelante.

-¿Heiwajima Delic está soltero?- Vio a los tres omegas verlo expectante.

Izaya estaba por decirles que sí o que no lo sabía, cuando un escalofrío le recorrió la espalda, un aroma extremadamente dulce empezaba a invadir el pequeño elevador, arrugó la nariz con desagrado y su omega interno empezó a sentase amenazado. Aquellos omegas empezaban a soltar sus feromonas, pero de los tres una apestaba a omega necesitado. Empezaba a marearse y tener nauseas, cuando vio que llegó al primer piso casi corrió al ver las puertas abiertas.

-¿Orihara-kun?- Izaya volteó a ver a la omega rubia que apestaba.

-No lo sé- Vio como esta frunció el seño, y con una sonrisa se le ocurrió algo. Puso su dedo índice sobre su labio aun curvado en una sonrisa- Pero parece que está interesado ya en un omega de aquí~

Y con esas palabras caminó a paso rápido por la recepción alejándose lo más pronto posible de aquel abrumador aroma, pero antes de llegar a las puertas automáticas su mano fue sujetada con fuerza, se dio la vuelta molesto hasta que vio a Delic. Se sorprendió, no lo había detectado, sus fosas nasales aun estaba inundados de las feromonas de los omegas.

-¿Izaya a dónde vas?- Le dijo serio.

-Eso no te importa- Se soltó del alfa de un tirón y puso sus manos en su cintura.

-Apestas a omega necesitado...- Delic se acercó a Izaya olfateando por sobre su cabeza, el omega no se movió.

-Por ellos- Hizo un movimiento con la cabeza señalando al grupo de tres omegas, notando como la rubia veía fijamente al alfa- Por tu culpa apesto a omega necesitado. Aun no entiendo como a los alfas les gusta ese olor, es horriblemente empalagoso.

-Bueno, depende del gusto de cada quien- Delic sonrió y se inclinó hasta colocarse a lado del oído de Izaya- Por ejemplo, a mi me gusta el tuyo~- Dio un paso atrás con gracia antes de que Izaya le metiera un puñetazo en la boca del estómago- No te enojes Izaya-chan. Ven, asumiré la culpa que quieras y te invitaré lo que gustes.

-No gracias, prefiero ir solo- Caminó hasta la calle, pero igual era seguido por Delic- Déjame solo.

-No puedo, mi padre me pidió que te cuidara- Cuando llegaron a la cafetería que le gusta a Izaya, Delic le abrió la puerta y lo siguió hasta la caja.

-Dame un café descafeinado, leche entera, café "BlackJocke", con dos de azúcar moscabada y un poco de canela en polvo-Dijo sin problemas Izaya, el pobre empleado aunque anotó todo en a la maquina vio al alfa que lo acompañaba, como buscando aprobación, Delic asintió con la cabeza.

-¿Tamaño?- El beta sonrió.

-Mediano y un panqué de arándanos- Izaya sacó su tarjeta para pagar, pero Delic se puso a su lado y lo sujetó de la cintura.

-Yo pago cariño~- Izaya lo mató con la mirada, le dio un pisotón  seguido de un gruñido y se fue al otro extremo de la barra a esperar su pedido- Es... Muy rebelde...

-¿Desea algo más?- El pobre beta sitió pena por el alfa, quien tenía la frente contra la meseta, hasta a él le dolió ver cómo le pisaban la punta de los dedos con el tacón de las botas del omega.

-Un Frapucchino moka, y todo lo demás como el primer pedido- Delic intentó mantenerse como si nada y pagó. Le dolía a horrores caminar.

Cuando ambos recibieron su pedido Delic guió a Izaya a una pequeña banca que estaba fuera del edificio y bajo la sombra de un árbol se sentaron a disfrutar de su bebida y la brisa fresca. El alfa veía curioso al moreno, este tomaba el café lentamente y cuando daba sus pequeños tragos, suspiraba y sonreía mientras tenía los ojos cerrados, una vez satisfecho empezó a comer el pequeño panqué viendo a la nada.

-¿Podrías al menos dejarme solo? Estoy aquí afuera, nada me va a pasar- Dijo molesto.

-¿Qué te tiene tan susceptible? ¿Extrañas a mi hermano?- Intentó sonar gracioso, pero lo último lo dijo casi gruñendo.

-Solo no estoy de humor para estar en compañía de un alfa, así que largo- Le dio un sorbo a su café.

-¿Te siguen molestando?- Dijo serio.

-¿Qué te importa?- Izaya lo desafió con la mirada con una sonrisa maliciosa- Puedo cuidarme solo~

-Me importa, y mucho Izaya- Delic se acercó a Izaya, pasando un brazo por su cintura, se atrevió a acariciar la mejilla del moreno con su nariz y susurrarle al oído- Recuerda que tú eres mío- Dijo con una voz suave, grave y con un toque sensual que hizo que Izaya se erizara.

-Yo no le pertenezco a ningún alfa- Izaya discretamente amenazó al rubio con su navaja en el costado de su torso, habló firme y serio, o al menos lo intentó ya que sentía sus mejillas enrojecer, y no de ira, y su respiración alterarse un poco.

-¿Terminaste tu almuerzo?- Delic se hizo a un lado y sonrió como si nada, recibiendo un gruñido de parte del moreno- Vamos, necesito que revises unas cosas- Izaya lo vio desconfiado como se ponía de pie y tiraba las envolturas de los panques- En serio, son dos programas que mandaste para los sintetizadores.

-Ah, recuerdo eso- Se puso de pie de un salto y caminó hacia el edificio, seguido de Delic a sus espaldas- ¿Dónde esta pa... Shizuo-san?- Izaya estaba empezando a tomar la costumbre de llamar "Padres" a los Heiwajima cuando esta con Tsugaru o en sus momentos de total sumisión en los brazos de ellos.

-Debe de estar almorzando con mi madre- Vio el reloj de su celular.

Ya había recorrido un largo tramo, solo tenían que pasar el largo pasillo para llegar a la oficina del rubio, pero a medio camino se toparon con uno de los socios de la familia, los Hashimoto. Izaya saludó respetuosamente al hombre mayor y presentó a Delic como la futura cabeza de los Heiwajima, el viejo alfa igual presentó al joven de dieciocho años que estaba a su lado, lo presentó como su nieto, un alfa de cabello y ojos negros, diciendo que empezaba a interesarle el negocio de la familia.

-Es un placer conocerlo, Orihara Izaya-kun- El alfa tomó la mano de Izaya con delicadeza y le besó el dorso de la mano. Con ese simple gesto el ambiente empezó a ponerse pesado, el aroma amenazante empezó a circular en el aire.

-Eh... Ito-kun... -El alfa mayor vio nervioso al rubio, no quería suponer algo erróneo, pero sabía que la familia Heiwajima velaba por los cachorros Orihara como si fueras suyos, por lo que el rubio alfa no le gustaba que se acercaran de más a su "hermano" omega provisional.

Pero el joven alfa parecía aceptar el desafío del rubio, se irguió y se plantó frente a Delic que a pesar que era un poco más bajo no se intimidó por la feroz mirada del alfa mayor. El aroma de ambos alfas retándose era abrumador, el viejo Hashimoto quería intervenir y detenerlos, lo que menos quería era crear un conflicto entre familias, aunque igual si daba un movimiento en falso esos dos realmente terminarían saltando a la yugular del otro hasta destrozarse.

-Delic...- Izaya tenía los brazos cruzados analizando aquella situación, era la primera vez que veía ese choque de hormonas, era intimidante pero de alguna manera le gustaba el aroma que despedía el alfa rubio. Quiso ver que sucedía, pero el aroma del viejo alfa sintiéndose nervioso y dudando si usar sus feromonas para imponerse a los más jóvenes lo aburrió, así que un suspiro llamó al rubio.

Delic estaba a segundos de saltarle encima, aunque sus feromonas fueran más fuertes que las del moreno, lo vio posicionarse para lanzar el primer golpe, su cuerpo se tensó listo para responder, pero la dulce voz de Izaya lo hizo volver a la realidad. Desvió la mirada a los ojos rojos que lo veían divertido, le hizo una seña con el dedo indicándolo que se acercara a él y así lo hizo.

-Vamos, tenemos trabajo que hacer- Izaya tomó la mano de Delic y lo jaló hasta quedar frente a la puerta de la oficina- Nos vemos después Hashimoto-san, mi abuelo se pondrá feliz en tomar una copa con usted, le diré que se comunique apenas se des ocupe.

-Eh... Sí, gracias y nos vemos Orihara-kun- El viejo alfa, empujó a su nieto que se veía frustrado y molesto, tenía que sacarlo de ese lugar estaban llamando la atención de varios alfas que se notaban molestos y algunos omegas nerviosos.

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Izaya entró a la oficina con Delic y se sentó en uno de los sillones esperando a que el alfa se tranquilizara. ¿Y cómo lo hacía? Uno supondría que dando vueltas por la habitación como si fuera un león enjaulado o destruyendo todo a su paso, como él había hecho hace una hora atrás, pero no, el muy desgraciado se había acostado en el mismo sillón donde estaba sentado y acurrucó su cabeza en su regazo, inhalando y exhalando de manera pausada. Aunque el ambiente poco a poco empezaba a ser menos hostil y volverse uno más cómodo, Izaya no bajó la guardia, todo el lugar olía a Delic y su omega interno parecía contento por eso, estuvo tentado a apuñalarse él mismo por semejante pensamiento.

-¿Ya te puedes quitar?- Dijo serio.

-Solo un poco más- Se acurrucó aun más contra el regazo del omega, ocultando su rostro en el vientre de Izaya y abrazándolo por la cintura. "Café Moka" Ese aroma cálido, dulce y amargo del café provenientes de un solo lugar.

Izaya soltó un suspiro y se puso a acariciar los cabellos rubios del alfa, parecía que dentro de poco se quedaría dormido. Aunque no sabía por qué lo hacía dejó que sus dedos peinaran y pasaran por aquella hebras doradas, eran suaves y cada vez que las movía el aroma a chocolate amargo y fresas inundaban sus fosas nasales, no le agradaba las cosas dulces, pero ese de alguna manera de agradaba y lo hacía sentirse bien.

Delic sentía las caricias de Izaya, se sentía tan tranquilo y pleno que empezó a ronronear, sintiendo los pequeños espasmos del pequeño cuerpo de Izaya, lo más probable era que estuviera riéndose de él, pero se lo dejó pasar. Cuando sintió que ya no había peligro rondando y que Izaya estuviera envuelto en sus feromonas se incorporó, aun con la mano de Izaya en sus cabellos y a escasos centímetros del rostro del otro, se vieron fijamente y al igual que hacía dos semanas sus labios se juntaros.

Con cuidado recostó a Izaya en el sofá, acomodándose entre sus piernas y sin soltar su pequeña cintura se dejaron llevar por el cálido y embriagante sabor de sus labios. Acariciaban sus labios lentamente, conociéndose, se separaron un poco para verse a los ojos y seguir con un beso más profundo.

Delic adentró su lengua en la boquita de Izaya, jugando con su lengua, humedeciendo los labios rosados del menor, sintiendo como su pequeños brazos rodeaban su cuello y sus manos acariciaban sus cabello; él no se quedó igualmente quiero acariciaba las piernas y la cintura de su omega, era tan suave y tierno cuando se estremecía y suspiraba por su beso. Tan demandante, fogoso que en algún punto Izaya pensó que se desvanecía de nuevo, pero Delic de nuevo se detuvo, repartiendo besos en sus mejillas, nariz, ojos descendiendo hasta su cuello, y cuando sintió Izaya que el alfa tenía las intenciones de deshacerse de su corbata de moño, lo amenazó con su navaja en el cuello.

-Es suficiente- Dijo serio, pero aun con las mejillas encendidas y los labios rojos e hinchados.

-De acuerdo- Delic rió entre dientes, alejando la navaja de Izaya y robándole un último beso antes de dejarlo libre. Al instante Izaya se puso de pie, guardó su navaja y se arregló la ropa- Podemos seguir cuando quieras~

-Ya quisieras- Izaya se cruzó de brazos, sonrió con malicia y afiló los ojos, causando que el alfa se estremeciera- Toma esto como agradecimiento... Ahora a trabajar.

-¿Agradecimiento?- siguió al moreno hasta el escritorio para encender los planos holográficos de la mesa.

-Eres tú quien ahuyenta a esos molestos alfas cuando mi abuelo y Shizuo-san no están- Le afirmó con una sonrisa triunfante, viendo los planos, movía sus dedos entre las luces azules y blancas para ver de cerca cada cosa, quitar y poner lo que no le servía.

-Eres muy listo My little omega- Izaya lo vio de reojo sonreírle.

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Shinjuku, Universidad Especializada en Informática. Año 2135, Agosto 11.

 

Izaya había estado estudiando hasta quemarse las pestañas, presentó el examen de admisión a la universidad, ganándose la mirada de muchos al ver a alguien tan joven y siendo un omega, importándole poco realizó el dichoso examen y pasó las pruebas, todo él una agotadora semana, al final Izaya estaba en el primer lugar en todas las evaluaciones, ganándose la admiración de los pocos omegas, algunos betas, y lo más peligroso, el interés de los alfas al ver su apellido. No fue una sorpresa para él que el mismo rector y director de la universidad lo mandaran a llamar para decirle personalmente a él junto a su familia que era más que bienvenido, y por las notas tan altas tendría un horario especial alternando clases básicas que no había tocado antes y, clases avanzadas en programación y administración de empresas. Sus abuelos no podían estar más que orgullosos.

Durante los casi cuatro meses Izaya había estado siendo acosado por algunos nietos e hijos de los socios de su familia, pensando que podría alejarlos al igual que el primer alfa contra el que lo retó sería suficiente, pero estos parecían estar al tanto de su agresividad y su actitud reacia a convivir con aquellos alfas, por lo que solían acorralarlo entre dos o bien era un alfa demasiado grande incluso para él, pero por fortuna Delic siempre se las ingeniaba para llegar hasta donde él estaba o bien, interceptándolo a media carrera huyendo de esa manada de locos. Sintiéndose a salvo y superior a aquellos alfas teniendo a Delic a su lado que con un gruñido y la liberación de sus feromonas bastaba para ahuyentar a la mayoría.

Pero las cosas no fueron fáciles, igual los que se pasaban de listos se agarraban a golpes con Delic dejándolo a él victorioso, algunos terminaban en el hospital y a otros los dejaba noqueados en los pasillos o habitaciones donde se enfrentaban y siempre les rugía. "Él es mío" Una sonrisa malévola surcaba sus labios cada vez que Delic peleaba contra otro alfa, y cada vez que eso sucedía, Izaya lo arrastraba a la oficina del rubio y pocas veces a la suya para comerse a besos.

Más nunca pasaron más allá de esos fogosos y hambrientos besos, en donde Delic siempre le gruñía diciéndole que le pertenecía, haciendo que Izaya riera entre dientes. Las caricias igual estaban permitidas para el alfa, podía tocar las piernas del moreno, su cintura y contadas veces su trasero por sobre la ropa, aunque ese último solo lo había hecho tres veces para luego terminar con el rostro arañado y el labio roto por la fiera mordida del omega.

La semana pasada Izaya tuvo un curioso encuentro con la omega rubia que estaba interesado en Delic, aun lo recordaba como si hubiera pasado el día anterior. Él estaba de lo más tranquilo había logrado terminar todo, y solo tenía que llevar el nuevo programa para que los oficinistas de Relaciones Exteriores lo mandaran a unos socios de Rusia, Izaya estaba enterado que la encargada de ese país era la rubia, pero como si nada le encargó el trabajo.

-Esto tiene que llegar hoy, está terminado y listo para usarse. Igual verifica que el presidente esté satisfecho con nuestro trabajo- Izaya le entregó una pequeña tarjeta de memoria y firmó en una pantalla táctil que la rubia le dio- Si surge algún problema no dudes en llamarme directamente, ¿entendiste Varona?

-Sí- Dijo seria, viendo al "niños" que estaba de pie a su lado.

Izaya se dio cuenta que mientras firmaba ella lo veía con desdén y odio, una mirada bastante peculiar. Se podría decir que se sentía amenazada por su presencia, sonrió mentalmente preguntándose por la razón, pues él no era más que un omega rebelde que se quería hacer pasar por alfa, o al menos así lo llamaban los omegas que lo envidiaban.

-¿Sucede algo?- sonrió al ver como la rubia se ponía de pie frente a él, dejando salir sus feromonas en señal de desafío. Él nunca se había enfrentado a un omega antes y ni que decir que no había pasado su primer celo para hacerle frente como se debía, pero el aroma dulzón con un toque picante empezaba a molestarle la nariz y hacía que los vellos de su cuello se erizaran.

-Aléjate de él- Le gruñó varona viendo hacia abajo al menor, su apacible rostro y esa sonrisa burlona empezaba a irritarle aun más, haciendo que sus más bajos instintos quisieran salir a flote.

-No sé de qué hablas, pero tengo mucho trabajo- Izaya alzó los hombros restándole importancia y le dio la espalda caminando de un manera bastante graciosa, cotoneando las caderas, dando paso firmes como si  contara sus pasos y evitando pisar las líneas que dividían las lozas del suelo, y sus manos las movía a un de manera exagerada hacia adelante y atrás- Pero deberías usas suspensores o ir con algún alfa, porque tu celo parece estar cerca... - Se detuvo en el umbral de la puerta y le sonrió con malicia- Apestas a omega necesitado...- Se fue riendo estridentemente.

-¡Maldito mocoso!- Varona sintió sus ojos grises volverse rojos de la ira, importándole poco que estuviera en su área de trabajo, corrió hacia donde el omega la había "insultado" con aquella actitud arrogante. Su vestido blanco se levantaba levemente, dejando ver el ras de sus muslos mientras corría, escuchándose igual el traqueteo de sus costosos tacones de correa plateados con incrustaciones de cristales rosados.

Pero la rubia no encontró al joven omega en el pasillo, corrió por el lugar siguiendo su dulce aroma a cachorro combinado con chocolate amargo, ese aroma característico del alfa en disputa. Vio que unos de los elevadores estaba subiendo, esperó "pacientemente" a ver a qué piso llegaba, y luego seguirlo y romperle todos los huesos, porque nadie se enfrentaba a Varona sin minino un dedo roto, y menos si se interponían en su conquista.

Izaya había salido contoneados y riéndose a carcajada limpia hasta el elevador y durante todo el trayecto. No había esperado que esa simple omega estuviera "retándolo" por la atención de Delic, claro, no negaba que el rubio fuera apuesto y un buen partido para cualquier otro omega, pero tal parecía que el rubio tenía cierto interés en él, y como buen omega, al estilo Izaya cabe aclarar, "le seguía el juego". Se lo había comentado a Shinra el día anterior y este le advirtió que tuviera cuidado y no terminara cayendo en su propio juego, pues literalmente su trasero estaba en juego.

Cuando salió del elevador notó que el elevador de alado estaba subiendo a su piso, revisó su celular, no tenía ningún mensaje de su abuelo o de Shizuo, pues ellos siempre le avisaban que iban en camino, ya sea para llevarlo a comer o dejarlo en su casa, por lo que supo que era la omega que no pensaba rendirse, y estaba cien por ciento seguro que planeaba darle una paliza, se rió ante la idea.

-¿Izaya?- El mencionado salió de su ensoñación al notar como Delic salía de su oficina con una pequeña tablilla holográfica- ¿Terminaste con lo que tenías que hacer? Ya tengo listo las modificaciones de...

Izaya lo no dejó continuar, lo tomó de su corbata negra y lo llevó hasta su oficina. Delic se sintió confundido en el momento, pero el ver como Izaya le sonreía con malicia entendió lo que quería su pequeño omega. El moreno se recargó en su escritorio y subió sus manos a los hombros del mayor, quien ni lento ni perezoso tomó a Izaya de la cintura para subirlo fácilmente al mueble, sentándolo y acomodando su cuerpo entre sus piernas. Izaya enredó sus brazos alrededor del cuello de Delic al igual que sus piernas a sus caderas, aquello tomó por sorpresa al alfa, pero igual se acercó gustoso.

-¿Entraste en celo mi lindo Iza-chan?- Preguntó hundiendo su nariz en el cuello del menor, notando que este no había cambiado. De reojo vio como lo veía con malicia.

-Digamos que es una recompensa por terminar todo a tiempo y evitar que trabaje de más- Izaya tomó con fuerza los cabellos de Delic para guiarlo a sus labios.

Se besaron, o mejor dicho, devoraron sus bocas. Las lenguas peleaban por mantener el dominio, humedeciendo y mordiendo sus labios, entre abriendo sus ojos por momentos para verse con deseo, Izaya succionaba el labio inferior de Delic y pasaba su lengua por sobre sus colmillos, haciendo que se estremeciera el rubio y dejara liberar sus feromonas, haciendo que el omega interior de Izaya se regocijara, soltó un leve gemido cuando Delic apretó un poco su pequeño trasero, ocasionando que rompieran el beso.

La ropa victoria que su abuela lo hacía usar, frustraba a Delic, cosa que le causaba diversión al moreno. Casi arrancando la corbata del omega dejó expuesto del cuello delgado y blanco de Izaya para empezar a repartir besos y lamidas, disfrutando que el cuerpo de Izaya reaccionara a sus caricias, temblando y liberando el dulce aroma a vainilla que amenazaba con cambiar.

Izaya soltaba jadeos contra el oído del rubio para luego lamer el lóbulo y morderlo suavemente. Él había sentido el aroma amenazante de la omega, y claro que Delic no lo notaría si estaba distraído con él, por lo que no se dio cuenta que Varona corría por el pasillo y abría suavemente la puerta de su oficina, encontrándose con aquella escena.

El omega menor sonrió con malicia mientras lamía con descaro el cuello del alfa, haciendo que este gruñera y dejara sus feromonas salir para marcarlo como suyo. Afiló la mirada y con aquella sonrisa superior vio fijamente a la rubia, quien simplemente soltaba sus feromonas para llamar la atención del alfa, pero era como si ella no existiera de ese momento, enfurecida se fue dejando la puerta abierta.

-Delic...- Izaya no pudo continuar su intento de detenerlo, pero fue interrumpido por el demandante beso del alfa que correspondió gustoso, hasta que sintió como lo recostaba en su escritorio y juntaba sus pelvis notando la dureza del mayor. Mordió con fuerza su lengua para que lo soltara, al menos la boca- Basta Delic, si te comportas te recompensaré.

-Bien...- Delic con un brillo en los ojos se detuvo y dejó libre a Izaya, dejando que se arreglara su traje y se bajara de un salto del escritorio- ¿Qué paso? - Sacó un cigarrillo de sus bolsillos, cada vez que terminaba esos fogosos besos, se veía en la necesidad de fumar para relajarse- Es raro que me "llamaras" de esa manera.

-Nada importante- Caminó hasta la puerta y la cerró.

-¿La dejamos abierta?- Dijo con el seño fruncido y ligeramente preocupado.

-No, solo quería quitarme de encima a un estorbo- Regresó a sentarse a su escritorio- Bueno, ahora sí, veamos lo que tienes. Si me complaces, te daré algo que te gustará.

-Me pregunto qué será.

Revisaron los programas para las disqueras y los robots que se usarían en los conciertos de las estrellas holográficas, Izaya estaba feliz por lo que tenía entre sus manos, Delic realmente trabajo duro para terminar los complejos programas para que fueran ligeros y compactos. Una vez que terminaron Izaya le dijo en qué consistía su recompensa por ayudarlo con el estorbo, por su trabajo bien realizado y por no violarlo sobre su escritorio.

Dentro de un mes Tsugaru tendría oficialmente su primera cita con su omega. Delic estaba enterado, por lo que ya casi no tenía esas ganas de degollar a su propio hermano, solo cuando Izaya se ponía a provocarlo lanzándose sobre el oji azul. Pero Tsugaru era algo tímido para esas cosas y no sabía realmente qué hacer, por lo que la primera cita sería una doble, donde Izaya lo acompañaría con alguien, al inicio tenía pensado llevar a Kadota, pero dada la situación con Varona prefirió elegir a Delic, solo para hacerla estallar de ira. Delic, aceptó, pues una cita con su pequeño omega ya era mucho pedir, y le enseñaría a su hermano a como imponerse como alfa y proteger a su omega de cualquier idiota.

A media conversación, Izaya recibió el mensaje de Shizuo, diciendo que irían por ellos en ese instante para terminar el día. Delic empezó a ponerse nervioso, su padre lo mataría si entraba a la oficina de Izaya marcado con sus feromonas, no quería ser castrado antes de devorarse a su omega.

-Tranquilo...

-¡¿Cómo quieres que me calme?! Mi padre me hará pedazos, no... Me va a castrar

-¿Y eso sería malo?- Delic lo mató con la mirada, haciendo que riera- Calma, ¿quién de los dos es el genio? Ya tengo como cubrirte- Se bajó de su silla y se acercó a Delic que estaba recostado boca arriba en el sillón y con el brazo cubriéndole los ojos, lamentándose y rezando a los dioses porque su miembro viviera un año más, como minino.

Izaya se subió a horcadas sobre el torso del rubio y le dio un pequeño beso, viendo como el alfa lo veía fijamente serio, al notar como Izaya solo lo veía divertido.

-No me provoques Izaya, no es momento para jugar- Suspiró- No quiero que mi padre nos encuentre así...

-Ya cálmate o no te ayudo.

-¿Por qué me ayudarías?- Se vieron fijamente a los ojos, Izaya sonrió poniendo un dedo sobre sus pequeños labios.

-Porque eres divertido...

Delic suspiro esperando otro tipo de respuestas, pero le bastaba esa por el momento. Cuando Shizuo llegó encontró a su hijo mayor sentado en el gran sillón sosteniendo la mochila de Izaya mientras este daba vueltas por el lugar poniendo orden a algunas piezas que había usado para armas a un pequeño robot. Shizuo gruñó a su hijo al notar su aroma en la habitación, imponiendo territorio, pero antes de que el alfa mayor saltara sobre su hijo, Izaya lo abrazó "buscando protección", y con la mejor cara de cordero a punto de ser degollado, le contó que una omega lo había desafiado sin razón alguna y que algunos alfas igual lo molestaban y que Delic solo había marcado el lugar para que nadie se le acercara, que solo lo estaba cuidado.

Shizuo abrazó protectoramente a Izaya, era como su cachorro y estaba aliviado que al menos su hijo hiciera un buen trabajo en proteger a la familia. Izaya quería reír por su gran actuación, merecía un Oscar por eso; en cuanto a Delic solo se limitaba a asentir ante las preguntas de su padre, daba algo de miedo que su omega  mintiera de esa manera, haciendo que todo estuviera a su favor. Eso daba miedo... Y le encantaba, Izaya no era como el resto de los omegas cuando los cortejas, este no se hacía todo dulce y sumiso ante sus alfas, él se imponía como si fuera uno, retaba y mandaba; le gustaba ser desafiado por Izaya.

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Regresando al presente Izaya estaba de lo más feliz de la vida en su primer día de clases, podía pasearse por la universidad presumiendo que era el mejor del campus siendo un joven omega. Hola ego. Aunque no solo por eso llamaba la atención sino por su ropa, de nuevo su abuela escogió su vestimenta de ese día, y era el atuendo vitoriano monocromático con encaje por todos lados o el rosa pálido con  negro con demasiado volumen y encaje. Prefirió "el más cómodo"

Una camisa de manga larga blanca, con encaje e las muñecas y en el cuello alto el cual bajaba hasta la mitad de su pecho, un saco en "V"  de color negro con dos botones en el centro de plata con el emblema de su familia, resaltando su cintura. Un pantalón negro corto con cola que le llegaba debajo de las rodillas con líneas horizontales blancas y negras creando un efecto óptico en el cual se veía gris, tenía tres divisiones las cuales tenían encaje negro. Una cadena de plata la cual tenía un reloj en su bolsillo izquierdo, medias altas negras, dejando apenas ver un poco de su piel entre las medias y el pantalón, y sus botas de tacón alto (eran como tres o cuatro centímetros) negros de charol. Su mochila era de un gatito negro con un ojo rojo y el otro era una cruz.

"Demasiado para una universidad" Pensó, al llegar a su primera, todos los vieron sin disimulo alguno, pero se limitó a prestar atención a sus clases, porque para eso fue. Para tener un título lo antes posibles y volverse el líder de la familia Orihara.

Al termino de su clase, siguió a la siguiente y así sucesivamente durante las siguientes tres horas, le faltaba una clase más y podría irse a almorzar, porque empezaba a hartarse de las miradas curiosas de los betas, las de odio y repulsión de los omegas y el deseo de los alfas. Estaba decidido, huiría de casa vestido con su ropa habitual antes de que su abuela lo empezara a vestir, porque parecía no tener fin si fiebre por la moda victoriana, las gemelas la pasaban igual o peor con tantos vestidos, los cuales más de la mitad Mairu terminaba rompiendo.

Tomó siento en la fila media alta del aula de clases, estas estaba diseñadas con largos escritorios divididos en tres secciones, y acomodados de forma ascendente en escalera, muy al estilo americano. Para esa hora del día ya debía de ser la habladuría de todos, y lo supo al sentir el fuerte aroma de un alfa que se sentó a su lado.

-Hola cachorrito- Le dijo el alfa castaño de ojos claros, recargando un brazo en el escritorio y acunando su rostro en su mano, veía a Izaya completamente interesado, hasta le brillaron los ojos al notar los botones con el emblema de los Orihara. "Un omega de élite"- Si no entiendes algo, puedo darte clases...

-Creo que sería más creíble que yo te las diera a ti, ¿no lo crees?- Habló con una sonrisa sínica mientras apuntaba su navaja al estómago del castaño que empezaba a acercarse peligrosamente a su rostro.

-Oh~ Eres un gatito arisco- Susurró al notar como un par de betas entraban al aula y se sentaba lo más alejado de ellos- Pero sabes, me gusta domar omegas rebeldes- Tomó con fuerza la mano de Izaya desviando la navaja, Izaya frunció el seño, le empezaba a doler la mano por la presión.

Izaya gruñó ante la sonrisa ladina del alfa, iba a sacar su otra navaja cuando sintió un aroma que le sorprendió e hizo que aflojara el agarre, el alfa tomó ese momento para robarle un beso al moreno, pero antes de que sus labios fueran tocados, sintió un aroma amenazante, se alejó de Izaya y vio la mirada de un alfa de ojos rosa brillante que lo desafiaba. Ambos gruñeron, el rubio se acercó a paso lento y el castaño no se movió de su lugar dejando a Izaya a sus espaldas.

-Es mío- Gruñó el rubio.

-Yo no veo ninguna marca- Una sonrisa socarrona asomó por sus labios. Ambos estaban por empezar el encuentro de manera física, cuando Izaya se puso de pie molesto, caminó firme haciendo que sus tacones se escucharan con fuerza- Oye...

-Delic, ¿qué haces aquí?- Izaya ignoró al otro alfa y se acercó al rubio, quien al instante lo tomó de la cintura y lo guió a dos escalones arriba para sentarse.

-Esta es mi clase de programación. ¿Te molesta?- Lo vio serio.

-Por primera vez, no- Vio de reojo al alfa que los veía serios, Izaya sonrió malicioso besando la barbilla de Delic y sacándole la lengua al castaño- No son unos cobardes como los de la oficina.

-Aquí no. Los alfas están acostumbrados a pelear por su territorio, así que ten cuidado y trata de no alejarte de mí... O correrá sangre en el campus- Chocó su frente con la de Izaya correspondiendo la sonrisa maliciosa de su omega.

-Oh~ Eso podría ser interesante- Rió entre dientes.

Izaya notó como la sala fue llenándose, y muchas omegas parecía tener interés en Delic. "Tenía que ser aquí también" Y antes de que entrara el profesor Izaya lamió los labios del rubio para invitarlo a besarlo, y así fue. Un corto beso, pero lo suficientemente demandante para advertirle a los alfas de la habitación que el omega moreno era de él, e Izaya inconscientemente hizo lo mismo, dando a entender que el alfa era su juguete y que no pensaba compartirlo.

 

 


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