—Micky…— podía escuchar la voz de su hermana, parecía que venía pisándole los talones.
El italiano se había cambiado tan rápido que realmente había olvidado si quiera como había llegado al hospital, entró apresurado, preguntándose si realmente esa era la realidad.
Llegó a la sala de espera, cuando se encontró con varios de sus compañeros, pudo divisar a lo lejos al que ahora era el entrenador del checo, quiso acercarse, cuando uno de los médicos se acercó, su voz parecía triste, eran malas noticias, o al menos así lo sintieron todos.
—Lo sentimos, hicimos todo lo posible, pero su condición no era buena, sufrió un paro cardiaco mientras nos encontrábamos en cirugía…
Michele sintió como sus piernas fallaron y sus rodillas se estrellaron contra el suelo, había escuchado todo, Emil había muerto en el pabellón, Emil simplemente había dejado de respirar, pero por mucho que lo pensara no le parecía algo real.
—¿Micky? — Sara se colocó a su lado, tratando de que el moreno no llamase de más la atención en ese minuto, pero fue JJ el único que logró hacer al italiano levantase, con mucha fuerza lo acercó a una de las sillas del lugar, mientras le entregaba una botella de agua.
—Hermano, mírame…— el moreno escuchaba las voces a su alrededor, pero nada, simplemente no podía procesar las palabras de los demás, ni mucho menos algo que decir.
Miró al entrenador de Emil, quien lloraba apretando su celular, miró alrededor notando quienes estaban en la sala, su hermana estaba a su lado, mientras JJ lo sostenía, con bastante fuerza, como si el mismo no tuviese control de su cuerpo, miró sus rostros notando las lágrimas que bajaban caudalosas por sus rostros, luego se concentró en sus manos sintiendo que perdía fuerza en ellas, temblaban, por mucho que quisiera evitarlo, no lograba dejarlas quietas, el aire se había vuelto frío y entraba con dificultad a su cuerpo, cerró los ojos tratando de calmar el dolor de cabeza que estaba sintiendo, pero no parecía mejorar, unas extrañas nauseas aparecieron de la nada, quería vomitar, trató de levantarse, pero su cuerpo no quería responderle.
El canadiense se movió rápido, sosteniendo el cuerpo de Michele quien simplemente había perdido el conocimiento.
Michele despertó, mirando el blanco techo de uno de los cuartos del hospital, sabía lo que había pasado, se había desmayado, la cabeza le daba vueltas y el olor a limpio del lugar le generaba un vació en el estómago.
—Hola…— Sara estaba a su lado, lo miraba con ternura, pero con los ojos teñidos de un tono rojo, provocado por el llanto. —te desmayaste. — la morena acaricio el cabello de su hermano. — dicen que fue demasiado impactante la noticia para ti y que simplemente tú cuerpo colapso. —Micky odiaba ver a su hermana triste, detestaba saber que había llorado, pero ese día no tenía fuerzas para consolarla, no tenía fuerzas para luchar por nadie. —Mila me trajo un par de cosas del hotel, JJ está afuera con ella, no quisieron regresar solos, nos esperan, el médico vendrá en unos minutos para tu alta. — la chica no esperó respuestas de su hermano, sabía que él estaría simplemente perdido en sus propio mundo, en su propio dolor.
El moreno deseaba contestar algo, lo que fuera, pero no era capaz de decir nada, el nudo en su garganta se lo impedía.
Salieron en silencio del lugar, un doloroso y triste silencio, en el hotel se despidieron y se separaron en la misma monotonía y a pesar de que Mila y Sara estaban compartiendo habitación, la morena simplemente se fue al cuarto con su hermano.
Micky por su parte seguía envuelto en algo que podía decir era una mezcla de dolor y angustia, ya en el cuarto notó que eran solo las 7, su hermana insistió en que se recostara, que aún se veía pálido, que lo mejor era que descansara, que guardara fuerzas para lo que se venía ahora.
El moreno miró la cama vacía a su lado, recordando la pesadilla de la noche anterior, esa donde había visto el cuerpo del que hasta ahora era su compañero, sin vida, ese maldito sueño que hasta ahora había sido una terrible premonición de lo que estaba viviendo en ese instante.
Sara había encendido la televisión y el simplemente prestó atención, notando el terrible titular, las imágenes del accidente y en como los presentadores anunciaban que tras un fatídico accidente, despedían a uno de los patinadores que se encontraba en el país para la demostración de caridad, Micky se quedó observando como la presentadora simplemente enviaba su pésame a la familia y les enviaba mucha fuerzas a sus compañeros, por el luto que estarían viviendo.
—¿Qué sabe ella?
—¿Micky? —Sara miró preocupada a su hermano, que se había levantado.
—Emil no está muerto, ¿Cómo pueden decir eso?, el entrará por esa puerta en cualquier minuto, el vendrá con nosotros a desayunar e insistirá en que coma algo de fruta y evite el café. — Sara le marcó a sus compañeros, temiendo que su hermano tuviese una crisis y ella no pudiese hacer nada para ayudarlo. — vamos Sara, tu nunca te quedas con lo que dicen en las noticias, mira la estupidez que están diciendo. — los ojos del moreno se llenaban de lágrimas. — están diciendo que Emil está muerto, que tuvo un accidente, que nos dejó…
—Micky, es la verdad, nosotros estuvimos en el hospital, escuchamos cuando lo informaron. — Sara quería acercarse a su hermano, ayudarlo, pero en ese minuto tenía miedo de la reacción que este pudiese tener, la muerte de Emil lo estaba sobrepasando.
—CALLATE. — el moreno le gritó, en su desesperación, el dolor crecía en su pecho, sentía que le quitaba el aire, que algo taladraba en el fondo, el aire no entraba a sus pulmones. — Emil no es débil, el no pudo tener un accidente, es cuidadoso, él tiene un hermano pequeño al que irá a ver a casa y llevará a patinar cuando regrese, una madre con la que beberá cocoa caliente y un padre al que abrazará, ¿Cómo puedes decir que está muerto? Él tenía planes, tenía una vida — tomó su celular, mientras su hermana le daba paso a los otros patinadores; JJ, Pichit , Yuuri y Mila, miraban como Michele, parecía simplemente concentrado en su teléfono. —vamos demonios, vamos. — Sara trató de acercarse, pero un nuevo grito de su hermano la detuvo. — no te acerques, voy a llamarlo, el contestara y nos dirá que está esperando para desayunar, y todos tendrán que aceptar que se equivocaron, vamos Emil, vamos contesta, demonios, para que tienes un maldito celular, vamos…
—Micky, no…
—NO, el responderá, él siempre me responde, vamos Emil, vamos contesta. — las manos del moreno temblaban, mientras sus palabras se llenaban de angustia. — no me hagas esto Emil, no me hagas esto, no puedes Emil, no puedes, vamos, no me dejes, no quiero que me dejes, no quiero…— se llevó el teléfono al pecho y simplemente agregó. — no me dejes, no puedes estar muerto, te lo pido, contesta, vamos Emil, contéstame. —Micky lloraba, rogando para que respondiera su llamada.
Sara lloraba en los brazos de Mila, mientras observaban con el italiano marcaba y marcaba, esperando una respuesta que jamás llegaría.