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Héroe del tiempo: La Maldición de la Luna Roja por Heartshaoi

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Notas del capitulo:

- saliendo de mi ataud anti tomates y huevos podridos-

Hola!

Siento que ha pasado una eternidad en estos días sin actualizar... bueno quería explicarles que esto irá lento, y eso significa... muy lento...

Tal ves por que - cofcof - el shota - cofcof- tiene que desarrollarse hasta que sea magestuosamente perfecto...

¡Algo más!

Este capitulo se dividirá en dos partes, tomenlo en cuenta ;)

Capitulo 4: Un día de Luna Carmesí (parte 1)
 
“Estuve vagando entre mi vida y la tuya, estuve esperando conocerte entre tu destino y mi destino, y a pesar de tenerte cerca no puedo mantenerte  en mi camino” 
 
-Heart
 
...
 
El color de aquella túnica con la cual se cubría el cuerpo  se parecía al de una flor de flamboyán, era hermoso, delicado, la forma en que caía sobre sus rodillas dejaba una notoria marca entre la pretina que tenía en la cintura…
 
Ahí estaba el príncipe, esperando a su invitado que nunca llegó… eran más de las 2 y habían quedado encontrarse al medio día para tener un almuerzo con el Rey… pero Link no aparecía y eso generó muchas preguntas al niño que no paraba de aferrarse a la puerta principal, sujeto, atado a una sensación de asfixia por cada minuto que pasara, él necesitaba hablar con Link y no tenía mucho tiempo para detenerse en su espera. 
 
El día anterior lo había visto e irreversiblemente se llenó de una seguridad sublime y que al parecer ahora necesitaba más que nunca… Estaba frágil ante su visita, había logrado tener por primera vez razón en todo lo que creía, le había demostrado a su padre que era capaz de ayudar al elegido y que no sería una carga porque puede predecir el futuro… 
 
Pero Link no llegaba y eso lo mantenía ansioso…preocupado como si estuviese a punto de perder todo su avance, como si haberlo encontrado haya sido un acto heroico, porque sí, el haber podido distinguirlo de entre el montón, era algo magnifico que lo llenaba de felicidad, y el no tenerlo otra vez era un lamento, una perdida, algo insensato pensando en el poco tiempo que tenían para planificar su futuro…
 
Así que sin más remedio llegó el atardecer y con ello un berrinche de Zelda que no permitía que lo separaran  de la entrada y ni siquiera dejaba que lo tocaran, tenía ya poca fuerza… no había comido, ni bebido, ni sentado… Sabía que Impa se había marchado y según su conocimiento Link tendría que quedarse a su lado, al menos por esa noche…
 
- Link… No demores… Hoy habrá Luna carmesí…
 
...
 
Había amanecido con el cuerpo adolorido, recién en ese momento recibía la factura de todo el tiempo que pasó a la deriva en las afueras de la pradera, tal ves tenía cierta resistencia, pero eso no importaba ahora, la deshidratación, el sol, el poco balance que tenía como niño Hyliano, todo había debilitado su cuerpo y ya eran las 10 cuando aún seguía en cama, rogando que Fanadi no lo despertara y lo votara sin más.
 
- ¡Hey escúchame! ¡Levántate! – dijo Navi.
 
El niño solo volteó intentando ignorarla, soportando el dolor en sus pies que parecían estar aplastados, soportando los retorcijones que cada calambre le daba… No quería levantarse, no quería y no podía, si algo conocía perfectamente bien era que jamás debía llevar su cuerpo al limite, si no, las consecuencias serian peores. 
 
Navi insistió volando por su alrededor, ella no entendía el sufrimiento humano, desconocía las enfermedades pero era una experta en lo mágico, era insensible ante su expresión de dolor, a pesar de saber que el dolor era horrible en toda su expresión, nunca podría siquiera imaginar que tan mal se sentía el niño… de todas formas solo era un hada, y no sabía porque tuvo que nacer así, con las limitaciones humanas…
 
Link se quedó en cama más tiempo de lo esperado, cuando llegó el medio día y supo que debía ir para completar su encargo, una fiebre que poco faltaba para que llegará a ser un lupus le agarró antes de salir del bar. Había caído tendido en la entrada y Fanadi que estaba buscando material para la casa de intercambio lo logró auxiliar. 
 
Por el momento…
 
Era un niño, y el árbol Deku lo sabía, lo ancianos, los magos… Todos sabían que su carga era pesada y cada vez que intentara si quiera hacer algo bueno, todo le saldría mal para que no pueda cumplir con su objetivo… era el equilibrio, el circulo infinito que no descansa, cumpliendo su papel de  dar y recibir..
 
Y Link recibía poder a cambio de un dolor insoportable…
 
Su cuerpo maduraba con cada día – y físicamente -  su crecimiento en comparación con el resto de Hylians siempre fue por bajo del promedio. No era de genética grande, era normal, y no necesitaba saber el futuro para entender que no crecería mucho… 
 
El cambio de vida le había traído no solo problemas, si no, una constante maleabilidad en cuestión de su salud, ¿Cómo podía pelear si ni siquiera podía levantarse? No entendía porque Impa le había dejado algo tan importante, ¿Por que todos le dejaban algo a él? Quería saberlo… -se preguntaba: ¿Y si yo muero?  
 
Decían que era vital para la salvación de todo el mundo, pero…
 
¿Quién lo salvaba a él?
 

 
- ¡Link! – Navi volaba otra vez a su alrededor, esta vez con un intento victorioso ya que el niño logró removerse de las mantas.
 
- Ya es tarde… debemos ir al castillo, desobedecer una orden del Rey podría ponerte en su contra.
 
- Tengo hambre… - murmuró a penas y sobándose los ojos,  la medicina que le había dado Fanadi resultó ser buena, pero no duraría mucho…
 
- No es momento para eso. Ve rápido al castillo, siento una gran fuerza provenir  de esa dirección…
 
Link la miró, aún le dolía la cabeza pero ya podía ponerse de pie, le dijo que buscaría comida y al cabo de una hora estuvo listo.
 
- Tu espíritu ha decaído…- el niño no la observó para evitar perder la concentración bajo sus pies, si no miraba por donde andaba estaba casi seguro de chocarse.
 
- ¿Por qué lo dices?
 
- Puedo sentir tu tristeza, aunque estoy lejos de saber como se siente, puedo comprender que esto es difícil para ti.  
 
- Recién lo dices Navi… Gracias.
 
- ¿Por qué me das las gracias? – dijo el hada con intriga, quería saber más de su compañero, quería ayudarlo, quería y debía ser su guía aunque eso significara llevarlo al borde la muerte insistiéndole que no se rinda, ya que ese era su trabajo
 
El hada también tenía su propía lucha en esa vía...
 
- Me haces sentir en compañía… - dijo dándole una ligera sonrisa, remarcando las líneas infantiles en su mueca, haciendo un ligero intento por parecer alegre.
 
Hubo un silencio largo después de eso, eran ya las 4  cuando seguían andando por el mercado, las luces de los mecheros comenzaban a prenderse iluminando las calles que ya tenían la sombra del atardecer. Las personas seguían andando, joviales, alegres y llenas de vida como si nada pasara a su alrededor, Link las observaba con detalle, sabía que cada persona tenía a alguien a su lado, usualmente veía parejas o amigos jugando, y se moría de ganas de juntarse con los demás, mas no podía, una fuerza de voluntad más grande que él lo jalaba a cumplir su obligación.
 
Y exactamente eso era lo que rechazaba: fracasar. El compromiso de la dependencia lo hacía dudar, la constante de estar entre el ganar y perder era  - para su ser – una maldición. 
 
En unos cuantos días había sido obligado a hacer algo que no quería, si el peso que llevaba fuese en kilos ya le dolería el atlas de llevarlo en la cabeza. Lo que deseaba era navegar, conocer el mundo, descubrir todo lo que en sueños ha visto, ha imaginado tantas veces que hasta cuando cae en los brazos de Morfeo lo ve, cada sensación de sus pies tocando el agua artificial, la brisa caliente de las montañas, el frío  barro de las catacumbas… quería ir a todos esos lados que sabía que existían, lo había leído en el libro del anciano de su pueblo; pero en vez de eso, estaba ahí… 
 
Entregándole la vida al mundo, muriendo un poco más en ese turbulento camino…
 
- Cuando te conocí eras diferente, ahora veo en ti a alguien más fuerte…- dijo Navi mientras se metía en su ropa – Ya te dije que poco a poco te haces más fuerte ¿Por qué dudas tanto Link?
 
- Navi  - le dijo muy bajo. Días antes solía estar callado con ella y ahora le hacía la conversación fluidamente, se había acostumbrado ya a su presencia y eso ponía contenta al hada - Si yo pierdo contra Ganondorf y muero ¿Se acabaría todo?
 
No puedes morir”
 
Navi comenzó a temblar, siempre lo hacía cuando diría algo importante.
 
- Aunque cayeras de grandes alturas, tus pies no se romperán, aun si caes en lava tu cuerpo no se quemará, y si quedas atrapado en las profundidades del agua jamás te ahogarás. El elegido trae vida y paz al mundo, la muerte no tiene su nombre en la  lista de infortunados por que la vida lo ha bendecido con su luz. 
 
Cuando el hada terminó de hablar el niño se quedó asombrado de lo que aquello le hizo imaginar.
 
- ¿Entiendes? Esto Link, es una parte de los escritos ancestrales que están guardados en cada santuario ¿Recuerdas lo  que dijo Impa? – el niño asintió con la  cabeza – Pues ella ha ido a buscar las partituras de este canto de alabanza, es prácticamente un rezo de suplica a los dioses y que, si son mal usados pueden servir para dar maldiciones en tu nombre o a ti.
 
Link torció la cara.
 
- Creo que hable de más.
 
- No le temo a  la  muerte, solo siento que algo me falta, no se que es… 
 
- Seguro necesitas un motivo para luchar… ¿verdad?
 
Silencio. El niño no contestó, estaba en un momento de reflexión, recién se detenía a asimilar las cosas ya que todo había sido muy rápido y aun tenía ideas poco claras de su futuro.
 
- ¿No es suficiente saber que tu lucha traerá la paz a todos? Cada una de las sonrisas que vez ahora viven bajo tu protección y la del príncipe. Nadie viviría tranquilo sabiendo que en pocos años la vida sobre la tierra terminará cubierta por las sombras. Pero la paz se mantiene por el príncipe ahora… él carga todo esto también.
 
- Fui egoísta. Lo siento – dijo bastante apenado de su pesimismo ya que había omitido en sus pensamientos el sufrir ajeno.
 
- No te preocupes, solo necesitas encontrar en ti la fuerza necesaria para seguir adelante, no lo olvides, cada día es un proceso necesario, pero cuando llegue tu hora comprenderás que los problemas del presente son solo cosas insignificantes.
 
Link respiró hondo con eso ultimo, necesitaba escuchar una voz, una ayuda, un peso en quien recostarse, y el hada al ser confidente de sus pensamientos entendía su pesar, los dos sabían lo mismo, eran compañeros en esa aventura… y aquello ultimo había sido suficiente para dejar un poco más claro el panorama del niño, seguía estando ensimismado, pero ahora quería cumplir una meta, quería salvar a las personas y que nadie pase por lo mismo que él – realmente tenía un corazón muy grande y noble – entonces podía sentirse útil, capaz, Navi lo ayudaba y en poco tiempo se había vuelto indispensable…
 
- Gracias Navi…
 
El afecto que recibía, era lo único que lo mantenía de pie en ese momento, al no haber tenido familia no conocía el amor fraternal, y su hada era la única – a pesar de ser molesta muchas veces – que se encargaba de ayudarlo y de comprenderlo. Si tan solo no hubiera tenido ese pasado de soledad, no se sentiría así, era injusto que un corazón tan bueno como el suyo haya tenido que vivir sin el conocimiento durante esos años, pero, poco a poco se acostumbraba a su aventura...
 
Y eso era bueno para el corazón de Link…
 

 
Llegó a la  entrada del castillo, los guardias a penas lo vieron tocaron la sonata de bienvenida para segundos después presentar a su capitán...
 
- Capitán Evan, el niño ha vuelto.
 
Link reconoció al joven de cabello platinado ¡Era el mismo del día anterior! Y sí, si tenía un buen puesto… lo miró y se quedó pegado a su cabello que parecía de nieve, largo y laceo que se perdía en una coleta hasta la cintura adornada con un lazo rojo.
 
- La próxima vez que llegues tarde, te haré saber porque soy el capitán – dijo dándole una señal para que pasara.
 
La noche llegó cuando cruzó el umbral de flores que llevaban a los aposentos del príncipe, estaba siendo guiado por el capitán de infantería que no se molestó en decir palabra alguna…  Para Link era irremediable su curiosidad, y aquel hombre le llamaba la atención, era todo lo que quería ser él: fuerte, grande, y con poder. 
 
- No confío en él… - le dijo Navi al ver su admiración.
 
Pasaba por los pasillos contemplando con más tiempo las columnas de mármol adornadas con flores trepadoras, veía el jardín, las ventanas dejaban en claro que todo estaba cubierto por el manto azul de la noche y el cielo estaba nublado ¡Hasta creyó que llovería! Pero no fue así…
 
No supo por qué se quedó mirando el cielo en un punto rojo que poco a poco se hacía más grande. Y no se dio cuenta que se había despejado hasta que la Luna Roja se posó en su vista, cubriendo sus lindos ojos con un tono ardiente como el infierno.
 
-¡El príncipe! – gritó y corrió adelantándose a su acompañante.
 

 
Llegó al jardín donde estaba Zelda sentado en posición fetal, justo en el piso con ropas muy sueltas y transparentes, el guardia se había quedado afuera, eran ordenes de Impa, que estaba encargada de controlar quien podía o no estar cerca de ese contacto entre las dimensiones.
 
Y los guardianes, al ser simples mortales, no podían acercarse al príncipe en ese momento, ni si quiera el Rey podía hacerlo, si no morirían.
 
Pero Link no, y estaba ahí acercándose a su príncipe intentado ayudarlo en algo que no entendía del todo. Cuando lo llamó por su nombre no obtuvo respuesta y supo que el niño estaba en trance esperando a que la luna lo poseyera otra noche más…
 
Otra cruel noche más...
 

 
Ese cuerpo levitando y emanando una  luz dorada cegaba a Link, el viento a su alrededor se había vuelto ligeramente más fuerte y le zumbaba los oídos al pasar. El cielo, era un espectáculo nunca visto desde ese punto, no sabía si los demás lo podían ver de esa forma pero descubrió una línea que unía al príncipe con el gigante encima de él. 
 
 Y eso fue el principio…
 
Cuando Zelda comenzó a quejarse el niño del hada se desesperó, no sabía que hacer, Impa no le había dicho nada, todo era un maldito acertijo… 
 
El príncipe se retorcía a medida que pasaba los minutos, y su pecho se volvía de rojo fuego, como si tuviera lava por dentro. - ¡Link! – logró gritar en su trance, a lo que el otro respondió de inmediato gritando también, solo que no tenía respuesta, estaba incapacitado si quiera de tocarlo, y saltaba en un intento fracasado por alcanzarlo. 
 
Se sentía extraño, como las demás noches de Luna roja, solo que en especial esta vez todo era más fuerte, se sentía como un animal con sus sentidos a flor de piel, salvaje, lleno de instinto…
 
- ¡Link!! ¡Impa! – gritó el niño una  vez más antes de caer en el piso sin ningún cuidado, creando un estruendoso ruido.
 
Una ligera náusea se asomo a su boca, se sentía nervioso, culpable, no podía hacer nada al verlo sufriendo, retorciéndose en un intento desesperado por calmar su estado. Link lo cargó y se quemó las manos al tocar su cuerpo, dejó de lado la amarga sensación para protegerlo de la Luna  como si pudiese volver a atacarlo. 
 
Dazel se quejaba, su respiración estaba al máximo, tenía el pecho rojo, y podía verse las venas que recorrían sus blandos músculos infantiles. Link lo llevó a su cuarto y lo envolvió en su cama, quería pedir ayuda, pero no había nadie, estaba muerto el lugar como si fuese un espacio fantasma y eso le hizo rabiar, se dio cuenta que el príncipe también la pasaba solo en esos momentos y eso le entristeció.
 
- Link… quédate a mi lado… - había abierto los ojos y con unas ligeras lagrimas de suplica le rogó que no se fuera.
 
- No me iré… - le contestó calmándose, sintiéndose aliviado de verlo vivo, no quería ver morir a otro ser otra vez, no como al Gran árbol Deku...
 
- T-Tócame… tócame la Nana… 
 
“¡Qué!”
 

 
Miró a todos lados, cada segundo le  pareció infinito, escuchar los gritos del príncipe era una tortura, una cuenta regresiva… Zelda comenzó a retorcerse en su cama, pidiendo a gritos la Nana que no sonaba, las melodías que desconocía Link - ¡Ayúdame!- gritaba, una y otra vez, dando brincos en su mismo sitio, intentando con sus débiles manitas arrancarse la ropa de encima.
 
Link al comprender aquella acción le ayudó sin poder evitar el terror de romperlo más, no quería dañarlo, así que tragando saliva comenzó a desvestirlo, ya por la transparencia de la tela podía ver el cuerpo rojo del niño y como poco a poco aquella lava subía por ese delicado cuello remarcándole las venas. 
 
Se asustó a la primera vez, al primer contacto sutil con sus dedos encima de la ya calcinada piel. – Lo siento – murmuró con un hilo de voz que se perdió entre los gritos del otro. 
 
- ¡Atrás! – escuchó desde la entrada la voz fémina de aquel ser que ya conocía bastante bien -  ¡Link! ¡Ayúdame! – gritó Impa.

No supo si fue una orden o una petición, solo quería hacer algo de una vez y como si fuese lo ultimo de su vida puso todo su valor ante la acción.

 
- ¡Link!… no te vayas – fueron las palabras finales del príncipe antes de desmayarse.
 
Todo se hizo borroso y el niño del bosque entró en colapso mental, lo único que lo mantenía de pie era el deseo de salvar una vida, la bondad de su corazón era su motor, pero no era suficiente para mantenerse lucido.
 
 
- No me iré… 
 
Dijo por segunda vez dándole una emotiva mirada al príncipe antes de caer de espaldas al suelo.
 
El niño del hada tampoco resistió la maldición de la Luna roja…
Nadie lo haría esa noche…
 
 
 

 

Notas finales:

Parte 2: Sábado 8.

- se oculta en el ataud hasta la proxima actualización - 

- Heart

 


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