Con los nervios y la sorpresa a flor de piel, Yoom Bum le dirigía una mirada aterrada y confusa. Y es que, en realidad... Como uno pasaba de estar de la soledad de su habitación batallando entre la vida y la inconsciencia eterna a estar atado a la cama pulcra bajo la mirada amenazante de un hombre fornido y extrañamente conocido?
Bum tenía muchas más dudas que ésas, quería preguntarle sobre que le había ocurrido mientras se mantuvo inconsciente, sobre qué había pasado con su tío, con su anterior trabajo, con el charco de sangre que habría dejado en el antiguo y sucio tapete de su habitación , sobre la tétrica decoración del "hospital" donde habría dado a parar; e interrogarle con carácter de más urgencia... ¿Por lucía irremediablemente conocido si nunca en su vida le había hablado como para que le sonriera con tal familiaridad?.
Fue entonces, como si se tratara de una pequeña película proyectándose en su dañada y retorcida mente, que la iluminación del conocimiento llegó en forma de recuerdos punzantes. En ellos pudo deducir que, el mismo color de cabello que poseía su salvador del tren era exactamente igual al sujeto arriba de él. Pero, había un contraste gigante entre él y éste tipo llamado "Sangwoo": el sujeto del tren estaba vestido elegantemente con saco y pantalones de vestir, además de tener la nuca bien alisada; en cambio, el hombre en frente de él, daba la impresión de que había estado encerrado durante años sin que recibiera ninguna pizca de bondad por parte del exterior, ya que su aspecto algo pordiosero y levemente maltratado era la perfecta definición de un psicópata o loco encerrado.
Le hubiera gustado describir más al hombre, le hubiera encantado seguir divagando en retratar las varoniles facciones de aquél sujeto, los músculos que parecían demostrar varios años de entrenamiento físico, el aura de salvajismo y muerte que emitía abrumadoramente ; en serio le hubiera encantado seguir detallándolo con la mirada pero, al percatarse del avance de un dolor agudo recorrer desde su antebrazo izquierdo hasta el inicio de su hombro fue donde lanzó al demonio cualquier estupefacción para dar paso al terror, las lágrimas y al pánico.
- ¿Qué rayos? ¿ Qué me haces?.- Ojalá Yoom Bum hubiera mantenido la compostura para no ladrar tales palabras, ya que las consecuencias que éstas acarrearían tomarían la forma de dos sordos golpes en el tobillo en cada pierna de Bum para que luego no pudiera caminar adecuadamente. Apenas dando el impulso para gritar por el dolor del gran golpe recibido, su cavidad bucal se vio cubierta por la mano del sujeto que estaba manchada con la fresca sangre de su brazo cortado.
-¿Que qué hago? Pues jugando con mi nuevo compañero... o debería decir ¿marioneta?... Es que estabas tan callado y eras tan flacucho que pensé que estabas muerto, por lo que pensé que, si te cortaba un poco, podría ver si de verdad aún seguía vivo o eras un cadáver... Menos mal que estás vivo, sino no sería divertido cortar a un muerto que no grita.- Bum se quedó de piedra, en serio empezaba por tener miedo por la continuidad de su vida y de la estabilidad mental del otro. Analizando las circunstancias en donde se encontraba definitivamente decidió comportarse de acuerdo a la situación, por lo que, optó por adaptarse manteniendo una actitud sumisa y permisiva.
- ¿Tu nueva marioneta? Me podrías decir ¿Por qué el hospital decidió darle ésta decoración tan tétrica a ésta habitación? En serio no parece muy agradable... .- Pensaba que preguntándole sumisamente le respondería, pero a cambio recibió un jalón de cabello hacia la cabezera de la cama tan fuerte que sintió algunos de sus cabellos desprenderse de su cabeza.
- Odio cuando preguntan muchas cosas al mismo tiempo, y lo que más detesto aún es que insulten mi preciado hogar!!!.- Sintió que sus muñecas estaban siendo afirmado con más fuerza a los lados de la cama, ya no tan pulcra debido al chorro de sangre de su brazo.
- Mira, no sé por qué demonios piensas que éste lugar tiene una "terrorífica" decoración de hospital cuando sabes que estás en un manicomio de alta seguridad. En serio que estás muy grave mentalmente, mejor te hubiera dejado en tu verdadera habitación.- Ello fue un balde de hielo sobre su ser, incluso por un momento no sintió más el dolor físico, su mundo se sumió en algo llamada "inconsciencia despierta" donde no salió hasta que más lágrimas de dolor brotaran a borbotones por sus oscuros y ojerosos orbes . En serio no podía creer que su tío de verdad había sido capaz de deshacerse de él tan deliberadamente... Definitivamente le dolía que a nadie le importara su vida, su seguridad e integridad; incluso hubiera preferido haber muerto en aquella inmunda habitación a que el único pariente más cercano que tenía le hubiera dado la espalda como todos los demás alrededor suyo.
- Qué aburrido eres en serio, guarda las lágrimas para cuando de corte la yugular o el abdomen... Realmente que desperdicias energía para que luego grites por ayuda.- El pánico y decepción no le dejaba pensar claramente, pero dedujo que conversar un poco más podría alargar unos minutos más de la malherida vida que aún quería conservar.
- Disculpa pero, ¿ésta no es mi habitación?.- Aquella parte de su respuesta le había atraído la atención. Si realmente tenía una habitación asignada solo para él, entonces no tendría que ver nuevamente a Sangwoo.
- Quizás no, te secuestré de la sección de cuidados intensivos donde estabas desperdiciando la sangre que luego tendrías que derramar para mí cuando cortara tu cuerpo delgaducho. La razón por la cual te traje hasta aquí debe permanecer desconocida para ti durante un tiempo, luego te lo mencionaré... Claro si sobrevives para ese momento.- Bum pudo apreciar que lentamente las facciones, que hasta ahora habían sido meramente hostiles, ahora se levemente asomaban rasgos característicos de la lujuria.
- Pero, eso ya no será así....viendo tu miserable existencia y tus ojos pidiendo piedad y auxilio, en serio que me asquea y me excita mucho, hace tanto tiempo que no disfrutaba ver los rostros horrorizados de mis víctimas desde la vez que me encerraron aquí hace semanas en estas cuatros paredes....- A pesar de que antes temía que sus sospechas de que ambos hombres coincidieran en ser uno mismo ahora se sentía aliviado de que su hipótesis se viera descartada. Ese hombre no podría parecerse en nada a su ángel. Agradecía por lo menos que, antes de fuera torturado hasta la muerte, había habido alguien que se hubiera preocupado por su bienestar sinceramente.
- Pero mi conejillo lisiado, no me motiva verte tan serio... Y si le hago unos arreglos a tu rostro?, quizás si corto un poco más los bordes de tu pequeña boca puede que sonrías más seguido.- Sangwoo amenazaba con subirse a horcadas sobre el atado cuerpo de Bum con la sucia cama. Cumpliendo tal acción, sacaba un fino cuchillo para empezar tal inoportuna cirugía y bordear con el filo los delgados mofletes del pelinegro. Bum sabía que si gritaba o si la mera intención de mover la boca, su boca se convertiría en un mero contenedor de basura que no tuviera tapa para cerrar. Saboreaba la sangre que brotaba de la comisura bucal derecha, la cual se le antojó salado debido a la constantes lágrimas. Soñaba que tal sabor podría disminuir el asco que aumentaba a medida que el pelinegro seguía mencionando las diferentes torturas que podría aplicarle mientras aún durmiera en su habitación.
- Suficiente paciente 034, no me importa que le agrade tanto el novato como para violarlo y descuartizarlo, pero ello no es justificación para que golpee a dos enfermeros de la sección de cuidados intensivos y lo confine sin su consentimiento a tu celda.- La rasposa y grave voz fue lo único que se oyó en la celda de aspecto de prisión medieval aparte de las caídas de gotas de sangre al piso del establecimiento. Fijando la vista en la esquina superior derecha de lugar, pudo apreciar un altavoz instalado allí del cual no se había percatado al despertar. Esperaba ver a su captor aterrorizado, pero el resultado fue algo que no se le pasó bajo ninguna circunstancia: Sangwoo tenía dibujada en su rostro la misma expresión que un niño mantiene al verse deleitado al saborear un dulce. Enseñando un poco los dientes, Sangwoo sonreía como si hubiera sido liberado de su confinamiento.
Sangwoo ignoró tal llamada de atención y decidió en finalizar su misión. Bum se sentía defraudado.. ya no quería creer en ningún salvador más, y menos aún en milagros, solo le quedaba esperar su temida suerte: quedar como el hoyo del árbol donde Alicia entraba al País de las Maravillas; así de grande iba a quedar su cavidad bucal.
Escuchando el estruendo de la puerta gracias a las bisagras oxidadas que la abrían, sintió que todo se detenía.
Quien sea que haya sido tal sujeto agradecía infinitamente que hubiera hecho acto de presencia, porque en lo sucesivo a ello ingresaron dos sujetos vestidos de camisas y pantalones blancos con chalecos antibalas e insignias bordadas alrededor de sus chalecos, ambos sostenían pistolas pequeñas y de aspecto infantil, pero cuando las apuntaron a ambos ya no sintió alivio, sino sorpresa y pánico.
¿No que habían venido para salvarlo? Entonces, ¿por qué le apuntaban también a él?¿Acaso valía tan poca cosa como su captor?¿No lo consideraban un ser humano? ¿O también querían deshacerse de él al igual que lo hizo su tío?.- No tuvo mucho tiempo para auto - compadecerse cuando escuchó dos estruendos dados al mismo tiempo que se confundían con uno y percatarse que la oscuridad hermana de la muerte llegaba a absorberlo en su eterna inconsciencia obligándolo a cerrar sus ojos lentamente.
Quiso ver por última vez a Sangwoo, dándose cuenta que lentamente se alejaba de la cama dando pasos débiles y se sentaba a una silla de hierro continua al mueble donde había perecido hace unos momentos. Esperando ver sangre brotar de alguna parte de su anatomía, recorrió su cuerpo ejercitado y dándose cuenta, para su mala suerte, que éste psicópata sí que parecía hecho por escultores griegos. Eso explicaba la gran magnitud de fuerza que aplicó en golpes logrando romper un poco sus tobillos. Sino había sangre, entonces solo le habrían disparado tranquilizantes... Unos poderosos a decir verdad para que pudieran someter a tal titán en tan pocos segundos.
Él también empezaba a cerrar tales orbes color cacao.
Sintió que lo desataban de la cama y lo alejaban del cuerpo de su captor. Lo posicionaban sobre la espalda de uno de los enfermeros y se lo llevaban como un costal de papas sin importar en examinar sus heridas.
Estaba por sucumbir ante el sueño cuando el miedo hizo un último esfuerzo por mantenerlo despierto unos segundos más...
Escuchó y observó dos cosas que le hicieron temer:
Una fue lo que había mencionado el enfermero que lo sostenía:
- En serio que el jefe del manicomio Yang Seung Bae se va a molestar mucho con Sangwoo...Mira que hacernos detener a tal asesino sin más refuerzos y con tranquilizantes tan fuertes que serían capaces de hacer dormir un toro en pocos minutos... El jefe en serio que es astuto, incluso supo donde había sido atrapado el novato! Ni a mí se me hubiera ocurrido...
Y la segunda cosa más terrorífica con la cual, definitivamente, no podría descansar fue al ver su mirada extasiada junto al movimiento de sus labios haciendo un juramento mudo que, con el seguir de su estadía en tal manicomio, se vería irremediablemente cumplida...
No soportó más el esperar la llamada de su usual compañera la inconsciencia y simplemente se dejó hacer por los enfermeros.