La puerta principal de la entrada fue abierta y por ella, Sleepy ash deslizó los pies arrastrándose por todo el suelo, cayó de forma violenta sobre la alfombra y terminó con los brazos extendidos hacia adelante, decidido a descansar un rato más del calor, su cabeza se apoyó en el brazo izquierdo. Sólo por el simple hecho de recordar el abominable sol, los ruidos estridentes y la mirada enojada del rubio, fue suficiente para querer olvidarse de todo y recordar. Cerró los ojos.
—¡No te duermas! —el grito de Lawless hizo estallar sus oídos, abrió un ojo y lo miró.
El susodicho estaba adelante, de brazos cruzados y los labios fruncidos. Era claro la molestia, sobre todo por el constante pisoteo que hacían sus zapatos en el suelo.
—¿Todavía sigues molesto?
Está bien, esa fue una pésima idea. En respuesta, recibió la cartera estrellada en su cara.
—¡Claro que lo estoy! ¿Quién olvida una cita con su novio?
Declaró, indignado.
En Kuro sólo aumentó más el punzante dolor en su cabeza.
—No es para tanto.
Si Kuro pudiera recibir un premio por su apatía, seguramente se lo darían por momentos como estos. Hizo una mueca adolorida al recibir el segundo impacto sin poder cubrirse (Más por pereza que por habilidad propia), otro objeto que Kuro pudo jurar era punzocortante también fue proyectado hacia su vulnerable persona, por suerto lo esquivó. Para poder protegerse, el Servamp de la pereza agarró el mullido cojín, intercalándolo entre él y su muy reprochado novio.
El inmueble no aguantaría, así que tenía que buscar la manera de sosegarlo antes de que siguiera causando más daños al departamento, y de pasada a él. Porqué olvidar una cita no era tan malo, ¿verdad? Al fin terminó yendo, dos horas tardes, pero terminó asistiendo.
¿Por qué Lawless no podía notar esa consideración con su persona?
—Ya pedí disculpa —trató de excusarse, siendo inútil esto. Ya que Lawless sólo pareció más frustrado ante su indiferencia.
El control del videojuego también fue afectado al ser usado de armamento, se cubrió de nuevo y Sleepy ash ya no estaba dispuesto a soportar tanto escándalo. Dejó a un lado la almohada y se aproximó al enojado Hyde.
Su nariz se pegó a la curvatura de su cuello, adhiriéndose la punta fría y moviéndose con lentitud por toda la piel, creando un camino involuntario de silencios y tormentos para el sensible Avaricia, Sleepy Ash aspiró su aroma. Sintiendo el suspiro involuntario que Lawless no quiso expresar e intentó silenciarlo en vano, al fin, se sentía victorioso después de tanta riña.
Entonces, un olor artificial llenó sus fosas nasales, lo suficiente para marearlo y querer hacerlo alejarse de él. Era desagradable, detestaba la idea de Lawless usará ese tipo de lociones porqué para él The one and Only olía bien sin necesidad de colonias baratas. No había necesidad de disfrazarlo con algo tan superficial.
Pero, si decía aquello en alguna conversación casual, seguramente el vanidoso de su amante se sentiría ofendido, por ende, vendrían más peleas innecesarias, así que mejor guardó para sus adentros aquellos sutiles comentarios.
Sin embargo, no era lo mismo para su otro compañero, pasó de ser una detestable tormenta de arena a un oasis afortunado. Para el chico de anteojos, todos los refunfuños y las posibles discusiones murieron con los escalofríos que golpeteaban en su espalda. Las cosquillas que nacían en sus entrañas le hicieron descontrolarse y el sonrojo que era inminente en sus pálidas mejillas fue el culpable de su olvido. Cólera y vergüenza, no sabía por qué sendero dirigirse. Lentamente la premisa de enojo que nació, se iba disipando junto a la acompasada respiración de pereza.
—¿Qué estás haciendo? —intentó sonar enojado, pero no sonó tan convencido.
—Hueles muy bien —masculló, volviendo a embriagarse por aquello —Demasiado bien, ¿estás usando perfume? Llevas oliendo parecido hace unas semanas.
Algo dentro de Lawless se desconectó y culminó durmiéndose. Lo miró con la ceja arqueada, ¿Su hermano se dio cuenta de ese detalle?
—¿Lo notaste?
—Siempre noto ligeros cambios en ti, Lawless — comentó, rebuscando en su memoria si eso era verdad.
No lo era tanto, completa mentira no era.
Hyde lo empujó, dándole una sonrisa alegre y con eso, terminó todo el caos que Pandora había esparcido en ese recinto. Lawless estaba feliz, de saber que era lo suficiente importante para que el apático de su novio notará esos gestos en él y Kuro dio un ligero parpadeó, volviendo a la su posición usual al arrellanarse contra la alfombra. Sin darse todavía el crédito a que su estrategia fue efectiva.
Funcionó.
—¿Lawless?
Pero éste le dio otra sonrisa agradecida. Kuro ya no dijo nada, prefirió guardar el secreto para él mismo, quizá lo usaría en más de una ocasión para callar sus escándalos. Definitivamente era un genio.