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Kyoya-Neko [Ryuga x Kyoya] por Midori-Hikari1312

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Notas del capitulo:

Estrictamente necesario leer las notas finales!!!!

 

—¿Está bien Gingka?— preguntó la castaña. Hacía ya varios días que está a muy raro, más bien desde que habian visto a Kyoya salir corriendo y no verlo más por casi un mes.

—La verdad no lo sabemos Madoka— respondió Kenta viendo también al pelirrojo, el cual estaba viendo su Bey detenidamente cuando la verdad estaba pensado en algo que ni siquiera tenía que ver con el Beyblade.

—¿Tendrá algo que ver con Kyoya?— preguntó de nuevo la chica.

—Bueno, la verdad no lo sé— habló Benkei— Pero según él, vio algo raro en Kyoya antes de irse.

—¿No te dijo que fue?—

—No me lo dije, él sólo espera el momento en el que Kyoya para preguntarle directamente— todos veían raro a Gingka, quien se había levantado y comenzó a caminar alejándose.

—Necesito saber si lo que vi eran realmente... Orejas— murmuró el pelirrojo— Sé que te fuiste por eso, pero...¿Por qué no me lo dijiste?
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—No.— dijo con voz firme. Se quedó recostado en el árbol sin interes alguno en ir por él— Kyoya, dije que no— repitió al ver que nada que le hacía caso y nuevamente éste sólo lo miró y lo ignoró otra vez. Estaba persiguiendo a su aparentemente cosa favorita desde que era gato: una mariposa, jugaba con ella con sus manos y corría despavorido cuando se alejaba demasiado, sin embargo, ahora estaba tratado de comerla, saltaba tan alto como podía con sus cuatro extremidades y trataba de atraparla con su boca cuando aún estaba volando, por lo que Ryuga tuvo que "intervenir" en su "búsqueda de alimento" pero realmente lo tenía ganas de ir por él— ¡KYOYA! ¡TE DIJE QUE NO SE COME!— ante el extruendoso regañó recibido, bajó las orejas intimidado por el grito, aunque también molestó, y dejó de tratar de comerse a la mariposa. Después de un rato, parentemente el chico ya no estaba interesado en comerla, pues comenzó ahora a jugar con una lagartija, trataba de tomarla con sus manos y al tocarla y hacerla correr, saltaba y se alejaba un poco, como si de verdad se asustara cuando se movía hacia él, pero luego de unos segundos de observarlo fijamente volvía a molestarla.

Ryuga alzó la vista hacia el cielo, estaba tornándose de un naranja muy opaco, pues había nubes de lluvia en horizonte. Suspiró con pesadez volviendo a bajar la vista hacia el chico, últimamente estaba en modo terremoto, esté o no en "modo felino", cuidar a Kyoya se había vuelto algo divertido y a la vez cansado, era como si de verdad estuviera a cargo de un animal real, con la excepción de que este podía hablar, caminar en dos piernas, obedecía más rápido y... Podía besarlo.

Otra semana había pasado, ya iban dos desde que comenzó va convivir con Kyoya...

Con respecto a su "relación" realmente no tenían algo completamente definido; ambos se conocían, no era completos desconocidos, pero aún así era raro tratar de llevar un clase extraña de relación, pues Kyoya seguía a veces sin quererlo, Ryuga no era muy comunicador o sentimental, además, con los cambios de personalidad de Kyoya era todo muy confuso, uno no quería y el otro quería de más, era extraño, como estar con dos personas al mismo tiempo, sin embargo era divertido los momentos todo en los que podía ir y robarle un beso a Kyoya cuando estaba desprevenido, pues se ponía tan rojo que era adorable, y aparte salía corriendo y se quedaba lo más alejado por unos minutos para calamarse, sinceramente Ryuga no sabía que Kyoya le gustaba más, si el muy sumiso, Tsudere, bipolar del Kyoya normal, o el atrevimiento y deseo que tenía el Kyoya "felino".

Con el otro tema, nada que ver con el mejoramiento del chico, y ya no sabía que más hacer con él, aunque la verdad nunca tuvieron la menor de las ideas de cómo curarlo o cómo hacer que toda esa extraña situación se vuelva completamente normal, había aprendido a convivir con eso pero a cada instante el chico continuaba y continuaba volviendose más al modo felino, incluso ahora, casi ni le respondió, a veces asentía con la cabeza, negaba o había algún gesto, como si se olvidará el hablar de vez en cuando, además su extraña forma de comportarse lo había hecho pensar bastante, y darse cuenta de que no se comportaba presisamente como él catalogaba, un gato "macho". Es que en serio, se le tiraba encima a cada rato buscando mimos, lo olfateando como si fuera lo mejor del mundo, lo buscaba con desesperación y no quiere tenerlo lejos porque después se ponía insoportable, en definitiva tenía que ser un gato "hembra" en el más extraño de los casos.

Ahora se sentía culpable por no haber investigado o al menos entender algo de lo que estaba sucediendo, buscar alguna clase de ayuda burú o algo por el estilo, cualquierr03; cosa le serviría, pero no, se estuvo distrayendo con él y tratandolo cada vez más como un gato genuino, y pensaba que todo eso era culpa suya.

Se separó del árbol frustrado y caminó hacia Kyoya, tomando en el camino el suéter el chico y su bolso del suelo, en el cual los había tirado cuando le dijor03; que se quedarían a descansar un rato de haber caminado todo el día.

—Kyoya, ven, nosr03; vamos— llamó llendo hasta un saco que se encontraba también en el suelo, el cual tenía dentro un montón de frutas que había recolectado hace un rato, pues desde que vio a Kyoya pencar por su propia cuenta y comer crudo un pescado durante la noche como si nada, comer fruta por unos días no le pareció tan mala idea, en lo absoluto. Al escuchar el llamado, Kyoya corrió hasta Ryuga, y en vez de tomar sus cosas de aferró a él para poder pegarse a su cuello y aspirar con fuerza, el contando con la nariz de Kyoya contra su cuerpo le hizo tener un ligero escalofrío, nuevamente, ya se le estaba haciendo costumbre estarlo oliendo constantemente, sólo por un apricho, y sinceramente ni siquiera sabía que era lo que le atraía de su olor, la verdad lo único que hacía era oler a sudor y tierra, pues lo único que hacian era caminar y ocasionalmente lanzarse en un lago lo catalogaba como limpiarse, no entendía por qué a Kyoya le gustaba tanto—¿Ya terminaste? Hay qué buscar donde dormir, no falta mucho para que comience a llover.

—Bien...— Después de esto Kyoya se alejó haciendo un pequeño puchero por ser detenido en su "recarga de energía". Ni siquiera él entendía que era lo que le atraía del olor de Ryuga, pero no podía evitar hacerlo, era como si su olor lo llamara a gritos y le pidiera tenerlo cerca.

Ambos comenzaron a caminar, Kyoya había tomado su bolso y su suéter, tenía días sin colocarselo pues hacia tiempo que sólo se quejaba del calor, sea de día o de noche, y era algo muy extraño, pero a Ryuga realmente no le molestaba la vista, por lo que simplemente lo dejaba estar. Luego de un par de minutos en completo silencio, Kyoya comenzó marearse un poco de nuevo, pero lo ignoró consiente de que ya era normal que eso le pasará, sólo era un pequeño mareo y de inmediato se le iba como si nada. Se pasó el dorso de su mano por la frente retirando el sudor de ésta, nuevamente tenía un calor sofocante, y no entendía que era lo que le estaba sucediendo. Detuvo su caminar cuando otro mareo se hizo presente, se tomó la cabeza y cerró sus ojos, genial, ahora tenía dolor de cabeza.

—¿Estás bien?— alzó la vista y vio la mirada preocupada de Ryuga.

—Perfectamente, sólo...Otro mareo, es todo, no te preocupes— se enderezó y le sonrió a Ryuga para no preocuparlo, pero éste, nuevamente no muy confiado, se le quedó viendo unos segundos antes de volver a caminar.

—Mira, ¿recuerdas aquella montaña? es la misma en la que estuvimos cuando nos encontramos el primer día, si vamos por este camino llegaremos...— un ruido sordo lo hizo detenerde y detener sus palabras, volteó a ver a Kyoya, encontrandolo en el suelo boca abajo— Oh mierda...— dejó el saco en el suelo y corrió hacia el chico, no se movía en lo absoluto por lo que Ryuga se había asustado bastante, tomándolo en sus brazos y acercándolo a su pecho lo movió un poco— Ahora no por favor... Kyoya. Pimiento. Háblame ¿Estás bien?— no recibió ninguna respuesta coherente, pues lo único que lograba escuchar eran puros balbuceos hasta quedarse completamente quieto, su respiración era fuerte, como si le costara trabajo respirar— Esto no puede estar pasando, estamos aún muy lejos de la cuidad...— alzó a Kyoya sin ninguna dificultad y comenzó a caminar algo rápido sin ponerle quitar la vista de encima, nervioso de que algo malo estuviera pasando. No paso mucho cuando ya estaban dentro de una cueva, ya era casi de noche, se escuchaban los relámpagos de fondo, Ryuga había encendido una fogata con su bey ver que Kyoya comenzaba a temblar, le había tocado y estaba ardiendo, seguro de que era una clase de fiebre se tranquilizó un poco, parece que Kyoya era muy enfermizo y no lo sabía.

Pasaron un par de horas y Kyoya aún no despertaba. Ryuga había estado al pendiente de él, en este momento el peliverde tenía un pañuelo en su frente con algo de agua de lluvia que Ryuga había recolectado, pero este seguía temblando y abrazándose a si mismo, incluso Ryuga trató de levantarlo para hacerlo comer algo, pero este nada que ver.

—Me debes muchas ¿sabías?— bromeó Ryuga con el cuerpo dormido de Kyoya mientras tomaba el pañuelo para volver a empaparlo, extrañamente, el ojiazul se removió ligeramente cuando sus dedos rozaron su frente, Ryuga pensó que despertaría, pero no lo hizo, así que solo colocó nuevamente el pañuelo en su frente-— Espero no sea nada grave...— murmuró. Colocó su mano derecha en la mejilla izquierda y sonrojada de Kyoya, acariciándolo un poco, a lo cual este volvió a estremecerse y soltar un ligero jadeo, haciendo así que Ryuga apartara su mano ¿Ahora que estaba pasando?

Justo después de eso, lentamente Kyoya comenzó a abrir sus ojos, viendo a Ryuga, logrando que este se sorprenda. Pupilas bien dilatadas, rostro rojo, orejas bajas, jadeaba su poco y sudaba a montones.

—Hey ¿estás bien?— preguntó de inmediato al verlo levantarse un poco, Kyoya no respondió, sólo se llevó la mano a la cabeza y la movió un poco un par de veces— ¿Kyoya?

—Me siento...raro— balbuceó viendo al suelo, su cola estaba inquieta al igual que él— Yo...No...Ahh...— volvió a recostarse en el suelo, esta vez tomándose el abdomen mientras Ryuga más confundió no podía estar.

¿Eso había sido un gemido, verdad? ¿Por qué Kyoya gemiria? ¿Qué es lo que se supone que le estaba pasando?
¿Tenía algo que ver con las orejas y la cola? Eso era obvio pero ¿Por qué?

—R-Ryuga...— llamó débilmente el chico, abriendo sus ojos un poco, dejando salir unas ligeras lágrimas.

—Aqui estoy Kyoya ¿Qué tienes?— alzó su mano hasta rozar su hombro sobre el suéter, y ante el contacto Kyoya volvió a gemir muy bajo de forma lastimera—¿Pero qué...?

—Ryuga...Me duele...— lloriqueó el pequeño.

—¿Q-Qué te duele?— preguntó inquieto, quería tocarlo, pero al mismo tiempo no quería hacerlo, pues parecía casi doler el que lo hiciera.

—A...Aquí— apretó la tela del suéter indicando que era su vientre— C-Creo que no debí...Comerse esa mariposa— río lastimero el chico, esperando para el regaño que Ryuga le daría, el cual no tardo nada.

—¿Te comiste qué? Kyoya, te dije que no lo hicieras— regañó entre enojado y preocupado.

— Ya lo sé...Lo sé— volvió a reír ligeramente antes de detenerse. Se veía demasiado débil, algo pálido, su labio inferior temblaba además de todo su cuerpo, Ryuga no sabía que hacer cuando el chico nuevamente comenzó a jadear, y de una forma a la que él no podría llamar adolorida. Kyoya aspiró con fuerza la chaqueta de Ryuga que se encontraba debajo de él, e hizo una expresión enfadada, luego alzó un poco el rostro buscando con su nariz y aspiró con fuerza, suspirando con placer al escontrar el olor—H-Huele a...Ryuga— rió de forma tonta antes de volver a quejarse por el dolor. Ryuga ladeó la cabeza extrañado— Me siento mal...Tengo hambre...Q-Quiero a Ryuga— banbuseaba el chico moviéndose de un lado a otro.

—Ya estas delirando otra vez...— lamento pasándose la mano por la cara— Voy a buscarte algo de agua a ver si se te pasa, a ver si así me haces caso cuando te digo que esas cosas no se comen— regañó dispuesto a levantarse pero Kyoya lo había detenido, había tomando su mano con rapidez y le impidió levantarse rápidamente.

—N-No...— jadeó callendode un poco por lo debil contra el hombro izquierdo de Ryuga y aspirando más fuerte, nuevamente el aliento cálido del chico contra su cuello le hizo estremecerse— Ayudame...Siento que...Me derretiré...— murmuraba cada vez más ido por el olor, ahora era más fuerte, era irresistible, demasiado fuerte para mantenerse cuerdo. En cambio Ryuga estaba algo tranquilo, no parecía ser el Kyoya "felino" como normalmente, tenía pensamientos coherente en cierto modo, y su vocabulario le daba una señal más clara, sin embargo el tenerlo tan cerca le hizo tener un ligero olor que comenzaba a picar si nariz, no estaba seguro que era, pero se había cada vez más fuerte pero seguía siendo tenue, era dulce, como vainilla y menta, no sabía, una combinación extraña, pero le gustaba. Olfateó un poco a Kyoya sólo para sersiorarse de que "lo que aprestaba" era el mismo felino, éste gimió cuando sintió la nariz de Ryuga pegada a su cuello, queriendo buscar también más de ese olor dulce, tal cual Kyoya lo había hecho y lo hacía en ese momento— Ahh ¿Q-Qué es...?— jadeó entre sus brazos del chico al sentir algo extraño dentro de su pantalón, algo que no se sentía del todo bien y estaba empapando su ropa— Ryuga... Por favor...— suplicó. Las manos de Ryuga se sentían más que nunca, estaba sensible, sentía que una simple caricia lo haría venirse de inmediato. Entrando en razón otra vez Ryuga se alejó rápidamente de Kyoya y volvió a recodtsrlo sobre su chaqueta en el duelo, donde esté volvió a encogerse.

—Yo l-lo siento...No sé que... Persona ¿si?—

—Ayuda...me— pidió viéndolo suplicante y ojos llorosos.

—No sé que te sucede, no se que debo hacer— estaba frustrado, demasiado, quería hacer algo pero ahora mismo se sentía inútil.

—Aquí...—con sus manos jaloneó débilmente sus pantalones— Q-Quiero que me los quites...A-Algo...No me gusta, está mojado— seguía jalando débilmente cosas casi sin sentido, Ryuga vió fijamente sus pantalones al no entenderle del todo, notando así, un extraño bulto justo en la entrepierna y se sorprendió al verlo ¿Por qué mierda Kyoya estaría empalmado?

Tragó duró, vio a Kyoya por última vez y desabotonó sus pantalones, y comenzó a bajarlo con cuidado

—No, también lo... De abajo— se quejó el chico completamente sonrojado.

—¿Estás seguro?— no recibió una respuesta concreta, sólo una asentimiento de Kyoya al mismo tiempo que cubría su rostro. Sin más, Ryuga jaloneó la ropa de Kyoya por sus temblorosas piernas hasta dejarlo desnudo de la cintura para abajo. Ryuga vió en sus pantalones una gran mancha oscura y se quedó bantante confundido ¿Kyoya se había hecho en los pantalones acaso?

El suéter era lo suficientemente grande para cubrir un poco sus caderas pero no era lo suficientemente larga para esconder el miembro del chico, que estaba completamente alzado e incluso goteaba un poco, nuevamente se preguntaba por qué demonios estaba tan excitado.

Dejando la preocupación y la imponecia de lado, casi sentía en el paraíso, esa vista era mejor de lo que alguna vez se imaginó, tener a Kyoya de esa forma era simplemente indescriptible y ese olor en el ambiente se volvió más fuerte, y lo estaba volviendo cada vez más loco.

—A-Algo...Es raro, no quiero— barbuseaba incoherentemente el chico, dejando a Ryuga más confundido.

—¿De que hablas—

—Abajo algo...Está saliendo, es raro y no s-se siente nada bien— tratando de ignorar la latente erección que el chico tenía, que parecía ser bantante dolorosa por lo avanzada que estaba, miró entre las piernas del chico con la ayuda de la fogata, y lo que notó fue algo que realmente nunca espero ver.

—¿Qué es esto...?—llevó su mano al interior del muslo del chico, el cual saltó ligeramente y gimió con más fuerza, esto sinceramente le encantó, pero aún estaba preocupado por su estado, ahora entre sus dedos tenía una sustancia pegajosa y caliente, que aparentemente venía de la entrada del chico y bajaba por sus piernas, eso era lo que lo estaba molestando, era abundando y en poco tiempo tenía sus dedos empapado. Escuchaba el pequño lloriqueó de Kyoya que se mezclaba con sus abundandites gemidos, y apenas lo estaba tocando, vio su cara, completamente roja, sudada, sus ojos cristalinos soltaban lágrimas abundantes y temblaba completamente, desde las orejas hasta la punta de la cola.

Perdido en su fantasía Ryuga comenzó a subir sus manos lentamente por el cuerpo de Kyoya subiendo la prenda de ropa, pasando los sus caderas y su cintura hasta llegar a su pecho, Kyoya no hizo nada, sólo se dejó hacer, sin quejas, sólo mantenía sus ojos cerrados y gemía cada vez más fuerte y sin vergüenza.

—¡Hmng!— Una estremecimiento mucho mayor de parte de Kyoya lo sorprendió bastante, arqueando su espalda de repente y encogiendo sus piernas de forma involuntaria. Ryuga bajó su vista inconscientemente hacia la pelvis del chico, viéndola ahora manchada de la escencia del chico.

—Pero apenas te toqué...— murmuró pasando sus dedos por la blanquesina escencia, haciendo así estremecer aún más al chico que ya tenía la respiración agitada y toda la piel de su cuerpo herizada. Ryuga volvía subir la vista, notando los ojos de Kyoya entre abiertos viéndolo deseoso, queríendo más— ¿Esto es...Un celo?— se preguntó al analizar las cosas más con "calma" si se podría llamar así.

—¿T-Tu crees? Me siento raro...Tengo calor—  gimoteó confundido.

— Estoy casi seguro de que es eso pero... ¿Cómo es posible?— murmuraba el chico, no era que supiera mucho del tema, pero se supone que Kyoya era un animal "hembra" en cierta forma, y su comportamiento tan repentino y desesperación hacia un "macho" le daba una respuesta más clara.

—N-no me importa...Ryuga... Por favor— gimoteó necesitado—Más... — está fue la palabra clave para que el chico terminara de perder del control, se abalanzó contra los labios de Kyoya, sentiendo como temblaba cada vez más con cada rose de lengua, verlo tan sensible y delicado le encantaba, no podría negarlo jamás. Sintió las manos del pequeño aferrarse a su camiseta, y sus piernas enrrollarse al rededor de su cintura causando que esa extraña sustancia lo mancharse, importandole muy poco; sintió su cola golpear una de sus piernas hasta enrrollarse también en ella. Adorable.

Bajó por su cuello aún acariciándolo por completo, encajó sus dientes en él como tanto quiso hacer desde hace mucho tiempo recibiendo la mejor de las reacciones. Se entretuvo un poco en el lugar aprovechando así y disfrutando de ese irresistible aroma dulce que el desprendía, no sabía cómo, ni por qué, sólo sabía que le encantaba, y que le provocaba morderlo cada vez más. Se sorprendió gratamente cuando de forma casi desesperada Kyoya buscaba el inicio de sus pantalones, acariciándolo así con sus propias manos la erección que ya comenzaba a crecer dentro de sus prensas, extrañamente t para gustó de Ryuga, esto lo hizo gemir otra vez y el mayor no pudo evitar reír muy bajo. Acarició el rostro del chico, viéndolo fijamente notando sus ojos aguados, deseosos, suplicándole más y más, pero no lo hizo, ahora, justamente en ese momento, estaba dudando de hacer o no.

—Dime que eres tu...— murmuró de repente el albino con la frente pegada al pecho del chico, causando que Kyoya salga de su ensueño y lo miró extrañado— No lo haré si sólo eres un gato— Sentenció. Aún jadeando y perdido en las sensaciones de su cuerpo Kyoya alzó sus manos la cara de Ryuga, la alzó y le dió un ligero beso con sus temblorosos labios, su cola se aferró más fuerte a la pierna del chico, esperando que eso le diera la señal que él quería.

—Por favor... Hazlo—suplicó. Ryuga sonrió tranquilamente y le dió otro beso esta vez menos dulce. Terminó de quitarle el suéter al chico, sudado y algo lleno de esos extraños fluidos de su cuerpo, Kyoya estaba ido, completamente, estaba perdido en las caricias del chico, sus besos, todo. Fue divertido sentir como Kyoya tomaba al camiseta de Ryuga y la jalaba una y otra vez con desespero hasta que el mismo Ryuga se levantó un poco y se quitó la prenda, a lo cual Kyoya no tardó en pegarsele, orfatearlo y rasguñanrle la espalda con gusto, incluso había comenzado a lamerle el cuello y morderlo enterrandole sus colmillos al chico, quien no tuvo más opción que dejarse hacer, por más que doliera, le gustaba, era Kyoya después de todo y no podía sólo apartarlo.

Volvió a tumbarlo en el suelo sobre la chaqueta y bajó sus manos hasta sus caderas, donde metió una de sus manos entre las piernas del chico volviendo a untar sus dedos con esa extraña sustancia, Kyoya estaba completamente pegado a él, con sus brazos alrededor de su cuello y jadeaba contra su oreja, le dió un ligero beso en la nuca antes de adentrar sus dedos dentro del chico, entraron tan fácilmente que lo asustó, por dentro era muy apretado y realmente mojado y húmedo. Al sentir sus dedos dentro de él, Kyoya soltó un chillido agudo de forma adorable y abrió más sus piernas, buscamos más contento entre ambos. Su cola se enredó al rededor del brazo del mayor.

—¿Cómo puedes estar tan mojado allá atrás?— preguntó con tranquilidad contra su oreja haciendo que Kyoya vuelva a removerse.

—¿C-Cómo voy a... S-Sabrerlo?— murmuró con dificultad y saltó encogiendo sus piernas contra el cuerpo de Ryuga cuando éste movió un poco sus dedos. Sinceramente, Ryuga sólo estaba jugando un poco con él, puesto no le veía necesario una preparación con lo rápido que el chico se había acostumbrado a sus dedos gracias al extraño líquido, suposo de inmediato para que era, para ser más rápida y fácil la penetración.

Separándose un poco de Kyoya, el albino llevo su boca al pecho del más pequeño, jugueteando con sus pezones, estaba duros y al pasarles la lengua le daba una sensación agradable, además de que se sentía a gusto con el cántico de gemidos que Kyoya le estaba regalando.

Se apartó de Kyoya y lo hizo voltear de tal forma que éste pudiera dándole la espalda, Kyoya lo ayudo a ponerse en la posición requerida, ninguno de los dos tenía ganas de detenerse a pensar si lo que estaban haciendo estaba bien o mal, o algo, mucho menos Kyoya, él sólo quería saciar su sed de placer y entregarse a Ryuga como su ahora instinto le dictaban. Ryuga terminó por alzarle el trasero a Kyoya para tenerlo más cerca, tenía una buena vista de su entrada, de la cual aún salía el extraño líquido que servía como lubricante, era traslúcido, pegajoso y cálido. Untando sus dedos nuevamente con la extraña sustancia, la llevó a sus labios y la probó, presisamente no tenía el mejor de los sabores, pero en realidad nada de lo que salía del cuerpo humano tenía un sabor "genial". Sin pensar mucho tomó con fuerza las caderas de Kyoya y comenzó a lamer los muslos del chico, quien se sorprendió bantante y rasguño el suelo mientras alzaba más las caderas, su cola terminó enrrollada alrededor de la cabeza de Ryuga mientras sentía la agilidad lengua de este limpiar el líquido con esmero, el simple hecho de tener a Ryuga de esa manera le daban ganas de correrse de nuevo, su miembro boteaba nuevamente ante su imagen mental de Ryuga haciéndolo todas esas cosas. Después de lamer todo el líquido se apartó del lugar, claro, no sin antes morderle con ganas una nalga, dejando sus dientes manchado y un realmente visible chupón.

Kyoya respiró hondo al escucha el zipper del pantalón de Ryuga, jadeó gustoso cuando esté restregó la punta de su miembro completamente duro contra su entrada, templó al sentir la mano libre de este apretar su cadera con firmeza, y rasguño nuevamente el suelo al mismo al mismo tiempo que se le fue el aire al sentirlo entrar. Se deslizó sin dificultad alguna, lento y tortuoso mientras un sinfín de jadeos salía de sus labios. Una sonrisa de completa satisfacción se dibujó en los labios de Kyoya al mismo tiempo jadeaba buscando aire para sus pulmones, se sentía bien, demasiado bien tener a Ryuga dentro de él, cálido, duro, se sentía lleno y quería más. Las embestidas no se hicieron esperar, al principio era suaves y profundas, salía casi por completo y luego entraba hasta lo más profundo, luego fue aumentando, eran rápidas e igualmente era profundas y placenteras, por su propia cuenta Kyoya mantenía las caderas alzadas y las movía de vez en cuando al duro compás de las de Ryuga. La sinfonía de gemidos de su parte era escándalosa y excitante, no se preocupaba por ocultar lo bien que se estaba sintiendo, el sonido de la lluvia hace mucho había pasado a un segundo plano, siendo sólo a ellos dos. Su cola se aferraba inconscientemente al torso de Ryuga y lo apretaba como si no quiera dejarlo alejarse, a Ryuga esto le parecía irresistiblemente dulce y adorable. Veía la espalda de Kyoya arquearse de una forma tal que no sabía porque le gustaba tanto, su pecho estaba contra el suelo y su cola estaba bien alzada, y su espalda se veia tan fina y hermosa era como una semi curva perfecta que no pudo evitar pegar su pecho desnudo a su espalda y comenzar a besar sus hombros, Kyoya sentía el contacto en su espalda, el estar piel con piel con Ryuga lo había prendido aún más, ambos sudano, tener los roncos jadeos de Ryuga contra su oreja tan sensible y sus labios recorrer su nuca lo hizo contraer aún más las paredes de su entrada, al hacerlo un leve gemido escapó de los labios del albino, más audible que los otros, y esto hizo reír al pequeño de forma descarada, siendo visto por Ryuga, pero en vez de esconderse le robó un beso nada inocente, en el cual le mordió el labio inferior, ganándose otro ladeó del mayor que le gustó tanto como el gemido.

—¿Así es como quieres jugar?— preguntó contra su oreja y Kyoya no respondio, sólo siguió gimiendo un con esa sonrisa descarada en su rostro satisfecho con el resultado. No supo como fue que hizo, pero Ryuga terminó por quitarle la sonrisa del rostro de un sólo movimiento, en un momento llegó a un punto clave que hizo vibrar todo el cuerpo del peliverde, mucho más de lo que ya lo hacía— Voy a hacerte llorar...- aseguró en un rincón jadeó embistiendo sobre ese mismo punto una y otra vez. Está vez era él quien sonreía, satisfecho de ver al chico retorcerse sin poder controlar los espasmos de su cuerpo. Continuó golpeando ese punto y sin pudor sostuvo con fuera la cola del chico, y como había dicho, las lágrimas de placer no se hicieron esperar, abundandotes y que hacia aún más angelical ese hermoso rostro sonrojado, simplemente irresistible, demasiado a decir verdad—¿A dónde se fue tu sonrisa, eh? ¿Vas a seguirte burlando?— gruñía contra su oreja, era impresionante escuchar el sonido que emitian sus cuerpos al chocarse, a pesar de tener aún el pantalón puesto, el sonido era bantante audible. No hacía falta nombrar que Kyoya estaba tan perdido el placer que no podía responderle, sentir los dientes de Ryuga encajarse en su oreja derecha volvió a hacerlo apretar su entrada, la saliva se desbordó de sus labios y corría un ligero hilo bajando has tu barbilla — Kyoya...— jadeó pasando su lengua lentamente por toda su oreja derecha— Voy a venirme— avisó embistiendo más fuerte y rápido, sabiendo que mucho más no duraría.

—N-No...No puedes— lloriqueó voltenado a verlo rápidamente, esto le causo gracia al mayor, pues su mirada casi mostraba preocupación.

—Claro que puedo...

—No q-quiero...— se negó, se estaba sintiendo demasiado bien, no queríar03; que se terminara ahora. Sus labios fueron capturados por los del mayor otra vez, un beso húmedo, brusco, dominante, uno que logro acerle olvidar hasta su propio nombre mientras sentía la escencia de Ryuga derramarse dentro de él, sentir una presión más en su cola y llegar a su propio orgasmo mientras gemía con fuerza y volvía a arquear su espalda de una forma dolorosa por los impulsivos movimientos de su cuerpo.

Ambos se quedaron quietos y jadeando con fuerza queriendo recuperarse de su falta de aire. Cuando Ryuga comenzó a besar sus hombros con cariño una y otra vez una ligera risa salió de los labios de Kyoya, su cola se movió feliz y ronroneó al sentir los besos a en su mejilla. Ryuga salió del cuerpo de Kyoya, el cual jadeó disgustado al sentir el extraño vacío, pero la sensación de sentir la esencia cálida de Ryuga bajar por sus piernas lo excitó otra vez, volvió a enroscar su cola en el torso de Ryuga y lo apretó tan fuerte como su cola lo permitía, que básicamente era un pequeño apretón pues no tenía mucha fuerza.

—Otra vez~ — ronroneó el pequeño alzando un poco su rostro para poder depositar un dulce beso en la mejilla de Ryuga— Hagamoslo otra vez...—pidió en tono meloso y una pequeña sonrisa.

—¿Otra vez?— Ryuga rió divertido por su petición abrazándolo de la cintura y igual que el chico besando su mejilla, era extraña esa forma tan dulce de comportarse, tan "Colaborativa" era la palabra que estaba buscandolo. Kyoya aún estaba sudando, jadeando y sonrojado, seguía con ojos dilatados y con restos de lágrimas pegadas a sus pestañas, no parecía que su calentuta pasará en un muy buen rato, además no quería apartarse de él, ese dulce olor seguía desprendiéndose de él y le era simplemente irresistibles —¿No estás cansado?

—Mmhm— negó con la cabeza— ¿Lo hacemos otra vez? ¿Si?— preguntó mordiéndose el labio inferior de foma coqueta y juguetona.

—Lo haremos cuentas veces quieras— se separó y de un solo tirón dejó a Kyoya frente a él para poder volver a capturar sus labios mientras tomaba su cola y la apretaba ligeramente para poder escuchar sus gemidos ahogado en sus labios, aún le sorprendía que básicamente la cola era como un segundo miembro, como su punto eréctil, y era impresionantemente excitante, de alguna extraña forma.
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Notas finales:

Chan, Chan, Chan!!!!! OoO

Okno xD

Hola :B

Sé que me tardé un rabo en actualizar, pero... Cierta personita de quedó sin megas hace una semana y no sabía que ha habíamos llegado a los 5 votos, y después cierta personita tuvo que esperar a tener internet para cargar el cap y poder editarlo y poderseles actualizar, y después cierta personita se tardó mucho en editarlo y se le fue el Wifi de la casa de su abuelita, por lo que tuvo que terminar el cap y esperar aún más a tener una fuente de internet que le permitiera traerles el capítulo....

"Cierta personita" no soy yo, para nada, el que diga eso es una calumnia :v

Ajá :B

Su lemmon~ <3

A poco no estuvo super cute ¿verdad? :'v

Y Kyoya con su colita y su necesitada necesidad de necesitar un macho que lo azote :'v

Es tan beio :'VVVVV

Ajá!! :V a lo que venía.

Como se pudieron dar cuenta,no es el final... 😵😵😵

Como el santo cap se alargó más de lo que yo esperé -y sinceramente la falta de internet/megas no ayudan mucho- éste no será el último capítulo, será el próximo -que por cierto no esta terminado gracias a LA MALDITA INTERNET, YA QUE QUE ESCRIBO DIRECTAMENTE DESDE WATTPAD Y ESTA MIERDA NO SE CARGA SIN INTERNET!!!-

Basta, calma~ respira~ 😳

Si, tendrá otro cap por qué sinceramente está muy mal que sólo termine así, con su Lemmon y que no se sepamos nada de nada de lo que sigue  porque YOLO . _.

Muy mal, gente, muy mal~

Trataré de terminarlo lo antes posible, así lo disfrutamos antes 7u7

A no :v

Esperen, ignoren lo que dije del cap sin terminar :v

El cap que sigue está más que listo, está editado, está releído, tiene su nota final, su PD, todo, sólo espera sus votos :3

Nos vemos >wo

Besos <3

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


PD: Quienes reconocen que el comportamiento de Kyoya es el mismo de un Omega en celo, esto no es un Omegaverse, porque Ryuga no es un alfa y nadie aquí está clasificado como Alfa, Beta u Omega, de así serlo yo lo hubiera especificado desde el principio.

Kyoya se volvió Omega gracias a sus cualidades "gatásticas" y por ello desprende los olores característicos de un Omega en celo y puede detectar el olor de su alfa, pero NO es un Omegaverse. Fin :B

#AmamosAKyoyaNeko.

 


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