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Una chica de cabellos anaranjados, rizados acomodaba su vestido blanco con detalles rosas llegando hasta los muslos, medias de rayas blancas y negras. Era una auténtica imitación a una muñeca de porcelana, sus pestañas negras se enchinaban en dirección al Sol, mejillas polveadas con tonos rojizos, labios brillantes. Esa bella imitación se acomodó en la diván en las posiciones que la fotógrafa indicaba, hacia gesto dulces, en otros instantes sensuales y hasta eróticos. “La modelo” dejó escapar un suspiro cuando la directora de la sesión indicaba que era el final. HimChan odiaba vestirse como mujer, un poco de su dignidad era pisoteada.
—Creo que hemos terminado.—Indico la chica caminando hacia su hermano para pellizcar las mejillas.—Si quieres puedes ir al baño. —La artista indicó la dirección del baño al fondo del pasillo.—Debo hacer una llamada y ahorita regreso para que seleccionemos las mejores fotos.
—Te amo demasiado.—EL hombre contestó besando la frente de su hermana.— Anda ve hacer tu llamada.
La chica salió al pasillo mientras su hermano se alzaba el vestido para correr rapidamente en direccion al baño, tenía horas apretando su vejiga, deseaba terminar lo más pronto posible.
JongUp caminaba tranquilamente por los pasillos de la Universidad, buscaba la sala de dibujo que su amiga le indico iba a estar. Llegó al cuarto de estudio indicado, tocó la puerta pero no recibió respuesta ingresó a la cuatro descubriendo todo un set para una sesión fotográfica montado, en uno de los sillones miro varios vestidos, eran los que su heroína usaba en el manhwa, llamó a la artista pero no obtuvo respuesta, deambulo por ese enorme taller.
HimChan acomodaba las mallas que apretaban su entrepierna, era una odisea bajarse esas prendas para ir al baño, esperaba no haber manchado la ropa de “agua de riñón” observó que su hermana no estaba, quizá se fue al jardín a conversar, mantenía muy en secreto su nuevo romance. Ingreso al cuarto cuando descubrió una desconocida figura, su voz escapó por las rendijas de la ventana al toparse de frente con ese chico. Ese debía ser el peor día de su vida, frente a él estaba JongUp con una brillante mirada y esa eterna sonrisa que lo caracterizaba.
—Hola.—Habló tímidamente el chico de cabellos rubios estirando su mano.— Busco a Mary ¿tú eres?.— Coquetamente el menor tocó la suave mano de la chica.— Eres hermosa.
El Director se quedó de piedra, ¿No lo había reconocido? dio un paso atràs para escapar pero el astuto jovencito había atrapado su mano y no le permitía huir. Dirigió su mirada a todos los puntos de la sala rogando para que apareciera su hermana. No era capaz de lidiar con una mentira.
—Soy Hana.—Imitó un tono agudo y femenino, deseaba morir en ese preciso segundo.— Lo siento pero no debes estar aquí.
“La jovencita” se deshizo del agarre para tratar de huir de la habitación, pero JongUp no dejaría escapar al “amor de su vida” por lo que bloqueo su ruta de escape, se sorprendió al percatarse que era más alto que él, no le importaba el físico, esos ojos, esa mirada fueron los protagonistas esenciales en sus sueños nocturnos. El estudiante sujeto a la “chica” por la cadera, la acercó a su rostro, sus amigos le dieron tips de seducción. HimChan trato de alejarse de ese acosador, nunca pensó que su amigo fuera tan encimoso.
El Director quiso sentirse orgulloso debido a que el menor seguía a pie de la letra las indicaciones que le dio, tomaba una actitud agresiva que lo hacía sentir maravillado, si no fuera él el acosado.
DaeHyun le daba la décima vuelta a la sala, si continuaba con ese misma secuencia crearía una zanja alrededor de los muebles, quería conversar con YoungJae, después de la plática matutina lo había esquivado, en su mente no concibe que su amigo fuera de “cascos ligeros”. Dio un zapatazo para animarse a salir de su departamento y dirigirse al del trío, ingreso por la puerta sin tocar.
YoungJae se giró para mirar al personaje extraviado que ingresaba sin avisarse, sabía que el chico lo evadía desde su “plática” del sábado en la mañana, no le sorprendió su reacción en el pasado algunos “amigos” simplemente lo abandonaron por su forma de actuar frente a la relaciones. Se puso de pie para enfrentarlo, levantó la ceja para retarlo, él no huía, él aprendió a enfrentarse contra las personas que pensaban distinto a él.
—¿Qué sucede?.— Le cuestionó, sospechaba que su nuevo amigo no aceptaba su forma de relacionarse con sus parejas sexuales.— Vienes a darme un sermón de cómo debo actuar.
—No, claro que no.—Se excuso el mayor con palabras atropelladas.— Solo que no entiendo ¿Porqué?.— Caminó hacia el pelinegro para tomarlo por los hombros.— Eres hermoso para ser un …
Se mordió el labio inferior, para el Chef un hombre que busca sexo de solo una noche por medio de aplicaciones, es sinónimo de “zorra, golfa, cualquiera”. DaeHyun era coqueto y llegó a besarse con esa “clase” de chicas pero nunca andaría con una de ellas. Eran para pasar el momento y no para mantener una relación seria, ante los ojos del mayor YoungJae era similar. Un encantador chico que no debía andar acostándose con desconocidos o con cualquier chica sino debía guardar su pureza para un verdadero amor.
—Mi vida sexual la disfruto como me dé la gana.—le enfrentó, levantó la barbilla ¿porque debía ser etiquetado como un “cualquiera”?¿Era un pecado mortal disfrutar su naturaleza sin compromisos sentimentales?.— Tú me subiste sobre un pedestal y me creíste perfecto.—Se acercó al mayor, sus miradas se cruzaron.— Soy un humano también cargado de defectos.
DaeHyun movió la cabeza, le era imposible imaginar que tan hermoso ángel se acostara con personas que contactara por línea. Su manos rodearon por la cadera al menor, Jae pegó su frente en ese pecho. YoungJae no tenía la autoestima para entablar relaciones amorosas, tenía miedo de entregar el corazón y que no fuera correspondido, por ello pagaba su líbido con encuentros casuales de vez en cuando. No tenía confianza en sí mismo, el terror de ser despreciado, de no ser lo suficientemente fuerte lo congelaban impidiéndole crear una vida amorosa.
—Eres demasiado perfecto. —DaeHyun cayó en un hechizo al verse reflejado en esos orbes cafés.—Mereces tener a quien te ame por tiempo completo y no solo minutos cargados de pasión.— Acercó los labios a la frente para depositar un beso.— Te ayudaré a buscar el amor.
YoungJae deseo oponerse a la promesa del chef, pero quizá era momento de enamorarse por primera vez, sentir algo por otro ser humano, dejar de tener miedo a ser lastimado, esos brazos lo reconfortaba llenándolo de fuerza para enfrentarse al mundo entero. El Chef se aferró a ese cuerpo aunque acababa de evocar un compromiso no se creía listo de alcanzarlo con éxito, egoístamente deseaba en su interior que el menor dejará de conectarse con extraños, nadie más debía tocarlo por ello le ofrecía una falsa esperanza.
JunHong se dirigía al departamento del administrador, iba a averiguar cómo le fue en la reunión Familiar que tendría esa mañana, llevaba puestos los audífonos, escuchaba el último álbum de Kendrick Lamar, el artista fue recomendación especial de su “novio”. Le encanto las letras escritas para esas melodías, sin duda el administrador era un estuche de monerias, se detuvo al ver una figura de pie frente a la puerta del departamento.
Una mujer de cabellos negros llegando hasta la espalda, piel morena, labios carnosos, golpeaba levemente la madera, llamaba por el nombre de pila del administrador, al detectar la presencia del estudiante se giró para saludar, una mediana sonrisa se formó, era sin duda una candente y hermosa mujer.
—Buenos días ¿Sabe si se encuentra el administrador?—la mujer cuestionó con una hechizante voz, JunHong alcanzó a reaccionar.— ¿Disculpa?
El universitario salió de su shock para recordar que el administrador le comentó sobre unos nuevos inquilinos, que visitaron uno de los departamentos en renta. Una sonrisa se dibujó en sus facciones, caminó hacia la chica para saludarle, él sería el guía de la nueva inquilina, en eso apoya a su “pareja” además él fue quien lo animó asistir a la reunión familiar.
—El administrador no se encuentra pero puedo mostrarle el departamento.—El chico ingresar la contraseña de la cerradura.— Por favor pase.— El estudiante paso hacia el interior del departamento al sitio para buscar la libreta donde el administrador anotaba las claves de cada una de las puertas.—¿Gusta algo de tomar?
La mujer ingresó al departamento asombrada por el diseño del interior, se giró hacia el chico que buscaba algo en la cocina, le impactó la familiaridad con la que se desplazaba en ese lugar. “YongGuk no es tan confiado con otras personas” . JunHong buscaba la agenda de Bang cuando de pronto se giró para volver a mirar el rostro de la extraña, lo reconocía, en algún momento en el pasado ya se había topado con esos orbes de tonalidades miel.
—Usted no es la nueva inquilina.—El hombre dibujó las palabras.— ¿Verdad?.— La mujer negó con un movimiento de cabeza, entonces los ojos de Jun se dirigieron al dibujo de una mujer semi desnuda sobre un diván pegado en la pared al fondo.—¿Quién es?
—Soy la esposa de YongGuk.—La morena confesó con voz firme, un suspiro escapó de sus labios para corregir su error.—Su ex esposa.
JunHong nunca cuestionó al administrador sobre su pasado, creía que con el tiempo le confiaria los secretos guardados en esos dibujos, un día abriría la caja de pandora para percibir los monstruos escapando. El universitario imagino mil uno escenarios del pasado del hombre pero no creía en ninguno, esa mujer delante de él era un tangible fragmento del ayer de un desconocido.