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Pigmalión por ritsuka10

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Un incómodo silencio reino la habitación, el joven de cabellos castaños se liberó del agarre para saltar fuera de la cama y ponerse de pie, estiró la mano de su amigo, invitándolo a salir pero el pelinegro se hizo un ovillo negándose.  YoungJae usaba unos jeans deslavados con varias cortes, una camisa negra que delineaba su dorso, comenzó a subir el borde de la parte inferior dejando ver su abdomen, una malévola sonrisa se dibujó en su rostro, cuando notó que los ojos del mayor seguían sus movimientos, se desabrocho el cinturón al igual que el botón de los pantalones de mezclilla.

 

—Tú me trajiste a tu habitación.— Le susurró en tono sensual, mordió su labio inferior y guiño el ojo coquetamente.— ¿No quieres probar?

 

DaeHyun trago en seco sin saber si su amigo hablaba en serio o solo estaba gastando una broma más, aunque siendo honesto esa pose ya saltaba fuera del marco de lo “gracioso”. El menor lucía sumamente sensual en esa posición, la camisa negra tenía cuello V, por lo tanto era capaz de ver sus clavículas, el lunar, era tentador punto negro capaz de hechizar al mas inocente ser. Se encontraba excitado  desconocía el porqué debido a que su amigo era un hombre . La prenda negra fue subiendo poco a poco hasta llevar a la parte baja del pecho, los pantalones bajaban hasta quedar el resorte de la ropa interior a la vista. El corazón del castaño se detuvo.

 

—¿Es como hacerlo con una chica. —El tono que usaba YoungJae no era bromista sino seductor, nuevamente esa faceta extraña del menor hacia acto de presencia, entonces el mayor recordó el sueño, ese que tuvo en su cama.—  ¿Quieres intentarlo?

 

Esa pose, esa cálida  voz, esos gestos no concordaban con la visión que tenía de su YoungJae, ese tímido chico de Instituto que usa lentes, se esconde en la biblioteca para no ser molestado. Durante sus años de colegio su cuerpo tenía un poco de más grase, sus regordetes cachetes y esa pancita que salía a la luz debajo de su camisa. Era claro que ese YoungJae delante de sus ojos, acostado sobre la cama era alguien nuevo. Una versión renovada que luchó arduamente para adelgazar y mantenerse en su peso ideal, cuido sus buenas facciones usando cremas, fue estricto con sus alimentos, simplemente tuvo un poco de más de disciplina.

 

—¿Estas hablando en serio? .—Cuestionó tartamudeando, el mayor estaba seguro que la insinuación no era parte de un juego o broma,. YoungJae se zafo los tenis para llevar su pie al muslo del mayor.— ¿estas jugando?

 

El pelinegro negro llevó  la punta de su pie, envuelto en un calcetín, a los muslos casi rozar la parte íntima del moreno, quien en lugar de retroceder se quedaba en su sitio mirando fijamente los movimientos de su acosador. ¡Era capaz de tener relaciones con un hombre? ¿Se sentía excitado por esa situación? ¿Le atraía YoungJae? las respuesta era la misma para las 3 cuestionamientos, sí, claro que su entrepierna se despertaba por la imagen.  El menor mordiendo su labio inferior, mostrando su abdomen. DaeHyun sin lograr detener sus acciones,  se recostó sobre el pelinegro, restregó su pelvis, no era el único excitado por la situación.

 

—Llegaré hasta al final si así lo quieres.—Le susurró de forma erótica llevando las manos alrededor del cuello.— DaeHyunnie eres muy sexi.—Ese tono agudo, chillón, inocente erizo cada vello del mencionado, ese no era su amigo pero no le importaba mucho su cabeza estaba perdida en el calor del deseo, el cuerpo del menor se movía sensualmente. —Mmm,

 

Una carcajada resonó por toda la habitación, el  menor no soportó notar la cara roja del mayor quien apenado se llevó las manos a su entrepierna, sinceramente no creyó que DaeHyun tuviera tan poca resistencia, con unos pocos movimientos y gemidos logró mojar la ropa. El estudiante a chef se hizo un ovilla a lado de su compañero, protegía su entrepierna, estaba en shock al percatarse que se había corrido con algo tan simple como un gemido.

 

—Lo siento mucho, nunca pensé que .—El pelinegro se acerco a su compañero tratando de sostener la risa pero el sonrojado  sujeto se negó a ser tocado.— Lo siento.

 

—No quiero ver tu rostro.— Le dijo en un puchero escondiendo el rostro entre sus manos haciéndose un ovillo.— Están vergonzoso.



 




Un auto negro se encontraba estacionado en un callejón, dentro de una colonia familiar, el conductor intercalaba la mirada entre la calle y su copiloto. .Ni siquiera había  pasado  dos horas de que ambos personajes compartían el mismo espacio, JongUp rápidamente llamó a su, hasta ahora, cómplice de amores HimChan. Le rogó que se vieran esa tarde ya que tenía que conversar sobre su repentina cita con la chica de sus sueños. El CEO le fue imposible negarse por ello llevaba más de una hora escuchando maravillas de esa “cita”, lo amable, atenta, hermosa e increíble que era la extraña mujer, en un par de ocasiones deseo corregirlo pero al ver esos ojos brillar los remordimientos lo atacaban.

 

—Entiendo que te guste pero ella tiene una pareja.—Intervino el mayor, trataba de disuadir al menor para abandonar la idea de seguir con su ataque de conquista.— Debes respetar su relación.

 

—Yo sé que ella siente algo por mi.—Atacó en tono molesto, a JongUp no le agradaba el tono usado por su amigo, en lugar de animarlo le bajaba la autoestima, era muy diferente a los previos dias.— Ella me contestó, no fue un beso simple sino cargado de pasión.— Se giró con una sonrisa de tonto enamorado.—No le soy indiferente.

 

HimChan se quedo embobado por esas últimas palabras, no le agradaba el tono de seguridad usado. Era mentira, él no poseía sentimientos románticos hacia su nuevo amigo. Él estaba apunto de casarse, tener una familia con su novia era imposible sentir algo por un completo extraño. Eran pocos los  meses de conocer a ese chico mientras a su prometida llevaba conociéndola casi toda la vida. Se golpeaba mentalmente por haber contestado a la caricia, porque era verdad, ese beso cambio, o mejor dicho sacudió algo en su interior, averiguar el significado le aterraba.

 

—No JongUp.—Grito exaltado golpeando el volante.—No puedes llegar a la vida de una pareja para separarla, deja de ser tan malditamente egoísta.—Araño la superficie de cuero para volver la mirada al frente. —Ella no siente nada por ti, tú la acosaste, la besaste sin su permiso, la obligaste a ir a un sitio desconocido usando ropa incómoda. —Se giró para enfrentar al chico.— No puedes esperar que ella sienta algo por un completo desconocido.



El mencionado chasqueo la lengua, no entendía el cambio de humor tan radical. La situación afectaba el estado anímico de su compañero de viaje, estiró su brazo para calmarlo, sus exclamaciones en lugar de animarlo lo perturbaron. Le molestaba no recibir apoyo pero esas palabras eran ciertas. Él cruzó una línea con Hana, la acosó, ese era un  acto desagradable e invasivo. Las palabras y la actitud del mayor tuvo sentido. Posó su palma abierta sobre la espalda para darle una palmada, no le agradaba verlo en ese estado.  Quizá en el pasado pasó por la misma situación, ahora que lo pensaba no sabía mucho de la vida romántica de su confesor, se sintió culpable por no ser el mismo.

 

—La voy a contactar para ofrecerle disculpas y hablar claramente.— JongUp era un personaje terco que no quitaría  el dedo del renglón hasta que Hana le dijera de frente sus sentimientos.—Me parece atractiva y adoro su forma de ser, me he enamorado de ella .—Posó su mano sobre la de HimChan para mirarlo fijamente.—Yo creo en el amor a primera vista y sé que ella también.

 

El mayor se quedó pasmado, mirando los labios del menor, la imagen del beso retorno con más fuerza, el sabor, el calor extendiéndose por cada célula de su piel,  deseaba volver a besarlo, hundirse en esos mojados labios. El pensamiento lo aterro. Su estómago dolía, era imposible que él tuviera sentimientos por el chico. Alejo al chico de violentamente, lo odiaba por ser un personaje tan idealista, tan romántico. Comenzaba sentirse enfermo por esas mariposas revoloteando su piel. Era una treta sucia si dejaba a su prometida en el altar por un chico de universidad que apenas descubrió.






El calor en aquella sala aumentó considerablemente varios grados centígrados, la voces se ahogan en lamentos eróticos. El chico sentado en regazo del mayor no llevaba camisa, minutos antes fue dejada en el piso, su desnudo torso era acariciado por las suaves manos de un hombre mayor, que sin pudor pellizcaba y masajea los músculos.

El administrador tenía la camisa desabotonada, dejando ver sus trazos negros, unos labios rosas y suaves se posaron en los tatuajes, una lengua comenzó a recorrer la tinta, dientes  dejaron un camino de  marcas rojas. El universitario sentía una terrible atracción hacia los trazos negros, ambicionaba con fundirse con esa piel, volverse uno para compartir un solo espacio físico.

 

Un gemido escapó de los suaves labios de universitario, al percibir dos manos aferrarse a su firme trasero, su espalda baja, dientes clavándose en sus hombros. En ese momento se cuestionó si el mayor antes había estado con un hombre, lo dudaba. Otro suspiro cargado de erotismo se desplazó entre sus dientes, ahoro los labios torturaban sus pezones. Bajo el rostro para encontrarse con la imagen de un hombre cegado por su líbido, chupaba con saña los botones rozas, clavaba los dientes cuando parecía aburrido por succionar.  

 

La mente de JunHong quedó ahogada en el calor de las carica proporcionadas por el mayor, nunca logró tener esa hambre. Quería ser tocado, besado por cada rincón de su cuerpo por aquellos sensuales labios. Llevo sus manos al rostro para obligarlo a mirarlo a los ojos, nuevamente atacó esa boca. Era adictivo ese elixir, no le importaba quedarse sin aliento.

 

Necesitaba más por ello al finalizar el beso se puso de pie, antes de continuar con sus acciones necesitar dejar en clara la situación, él nunca antes tuvo relaciones sin estar enamorado de por medio. Solo había tenido una pareja sexual hasta ese momento, su ex novio. No tenía claro sus sentimientos pero no buscaba terminar con el encuentro.  El acto se detuvo el pecho sudoroso del rubio bajaba y subía de forma intermitente.

 

—Deseo esto pero..—El rubio aún perdido en su lujuria era consciente que el acto fue iniciado a causa de una confesión.—Estoy confundido y no tengo una respuesta.

 

—No te la pido ahora.— El mayor estiró la mano para atrapar la blanca, beso el dorso, con tono suave.—Te deseo y quiero llevar esto al final.—Saco la lengua para lamer los dedos.—Quedarte conmigo esta noche no es garantía de nada.—Un gemido escapó de la garganta de Jun al percibir esa juguetona lengua enrollarse en sus dedos. —No  voy malinterpretar tus acciones.

 

Acercó sus labios al vientre donde un tatuaje sobresalía, beso la piel, sus manos fueron quitando el cinturón, seguido de desabrochar los pantalones que bajaron hasta llegar al piso. Una perversa sonrisa se dibujó en los labios del mayor, al notar la sexi prenda intima que esa tarde usaba el universitario. Clavó los labios en el resorte de ese boxer de tela transparente.

 

—Te queda hermoso el negro con transparencias.— Su tono fue coqueteo y sexi, hundio los dientes en los muslos desnudos para dejar una visible marca.—Prometo que no te vas arrepentir.

 

YongGuk giro al rubio para obligarlo a poner las manos sobre la mesa dándole la espalda y dejando el trasero bajo una tela transparente frente a sus ojos. Sin tiempo de actuar Jun percibió como una lengua humedece la prenda en esa zona tan erógena. Ni una vez en sus tantas noches con su ex novio, este logro besarlo en esa parte donde el administrador luchaba entrar con la punta de la lengua. Sus muslos eran acariciados por las firmas manos. Su abdomen se contrae, en su anterior relación él fue el activo el 90 por ciento de la veces. Cerró los ojos dejándose llevar por la locura, esa primera vez con el ex capitán de la marina él sería el pasivo. La idea en lugar de desgarrarle parecía excitar.

 

—Me gustaría conocer toda tu sensual ropa interior que cayó el primer día que nos conocemos.—Susurró golpeando con el aliento esa erizada piel.—Aquella tanga masculina roja.—La manos deslizaron la prenda negra mojada sobre los muslos mordidos para dejar al descubierto los glúteos.—Quiero que me bailes envuelto en esa tanga de cuero.

 

JunHong clavó los dientes en su labio interior al percatarse que su hombría ahora era masajeada, nuevamente unos dientes se clavaron en su piel. Yong disfrutaba de marcar su territorio, era un gesto egoísta pero que enerva al rubio. KiBum odiaba que le dejarán marcas o hacerlas, eran “primitivas y vulgares”.

 

—Deseo dibujarte en las posiciones más perversas posibles.—La grave voz aflojó  las piernas del rubio.—Grabar cada uno de tus gemidos para toda la noche escucharlos y mastubarme con tu voz.

 

Sin previo aviso aquella mojada lengua ingresó por su entrada. La espalda del universitario se contrajo ante la invasión pero sus caderas comenzaron moverse de forma sensual, uñas se clavaron en la vieja madera de esa mesa. YongGuk se encontraba fascinado porque no exista vello en la parte inferior de su amado, era tan suave como la cubierta de algún durazno. Anteriormente tenía la firme idea de que la depilación en un hombre era extraña pero en ese momento creía era una idea fascinante. Sus dedos vagaron por los muslos, la entrepierna para masrtubar el miembro erecto. Los gemidos escapan de la boca del menor era magia endulzando su oído.

Detuvo sus acciones para ponerse de pie, se quitó el cinturón al igual que los pantalones quedando simplemente con un varonil bóxer. Su erección provocaba un bulto, la prenda ya estaba mojada, restregó su entrepierna en ese firme trasero para hacerle saber al rubio como se encontraba.

 

JunHong se puso de pie para girarse y lanzar al mayor al sofá, nuevamente. YongGuk separó las piernas, se quitó la camisa para lanzarla al piso. El rubio se arrodillo para acercar el rostro a la entrepierna, beso el borde de la ropa interior para deslizarse tranquilamente por los muslos, con ambas manos atrapó la erección que goteaba,  sacó la lengua y comenzó a lamer la punta, enrollo hasta tratar de rodear el  pedazo de carne. Sin duda el capitán Bang contaba con un mejor armamento que KiBum, la comparación era necesaria y por un gran margen el moreno llevaba la delantera. Jun degustó aquel sabor amargo, chupón con fuerza la punta mientras sus dedos acariciaban las bolsas debajo. El chico levantó la mirada encontrándose con al seductora sonrisa del hombre quien acercó una empaque.

 

—Usa tu boca para ponermelo.—Le indicó el capitán con un tono de voz autoritario.— Me encanta que obedezcas.

 

El rubio dibujó una mediana hueca, detestaba recibir órdenes pero la grave voz del mayor le enloquecía por ello aceptaba llevar a cabo sus órdenes. Saco del empaque aquel plastico para ponerlo en su boca y dirigirla a la erección, la cubrió con calma la idea de tener todo ese miembro dentro de su boca era perverso. Al terminar su tarea el chico se puso de pie nuevamente para darle la espalda al mayor. Separó los muslos y algo mojado fue vertido en su trasero, el lubricante posee un aroma a rosas, dedos lo esparcieron por su entrada entonces se dispuso a sentarse en el regazo del administrador. Percibió como su entrada era invadida, sus paredes se contraen gracias al lubricante el miembro ingresaba sin dolor, su respiración toma un errático vaivén. Echó la cabeza hacia atrás para que su espalda golpea con el pecho tatuado, su cadera comenzó a moverse sensualmente ante las embestidas. Ser penetrado con tanta fuerza y a la vez tan delicadamente lo llevaba a la locura. Las manos del moreno también hicieron acto de presencia para apoderarse de los pezones, los labios marcaban el negro cuello.

 

Ambos personajes se sumergen embriagados de lujuria, para JunHong era la primera vez teniendo relaciones con alguien fuera de Kibum mientras para YongGuk era tener relaciones con un hombre. Ninguno de los dos parecía estar decepcionado del instante, sus caderas se movían al mismo ritmo, en un solo compás.

 

Notas finales:

Espero les guste y gracias por sus reviews, muchas gracias por todo. Pronto tendremos el comeback de BAP por favor esperenlo con ansia. 


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