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Bug love por minima

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Notas del capitulo:

Vamos a ver que es lo que paso con Flik, cosas que pasan en la colonia, gracias por sus comentarios.

Los invito a ver fanarts en mi pagina de Youtube de nombre Iranea Barrera 

2

El clima era seco y caliente, muy diferente a la colonia, no sabía cómo algunos insectos podían sobrevivir a este ambiente, aunque estaba consiente que algunas hormigas creaban colonias en medio de lugares como este él no era ese tipo de hormiga, ya creía que no dudaría mucho tiempo en este lugar.

No estaba muerto, al menos no aun.

Hopper lo llevo en un largo viaje sin decir nada y Flik estaba tan asustado volando por primera vez en su vida tan alto y tan rápido que ninguna palabra logro salir de su boca, antes de que se diera cuenta el verde del pasto y de las plantas poco a poco fue haciéndose más escaso bajo sus ojos desde las alturas hasta que estaban en lo que algunos llamaban desierto.

Estaba más lejos de lo que alguna vez en su vida estuvo de la colonia.

Al aterrizar el suelo era tan caliente y el sol se sentía con mucho más fuerza que en los prados verdes alrededor de la colonia que se mareo un poco.

-De ahora en adelante serás mi sirviente personal, harás lo que yo diga y solo hablaras cuando te lo indique-

¿Entonces no lo mataría de una vez? Existiría como esclavo de Hopper hasta que este se cansara entonces.

-¿Entendiste? Habla cabeza hueca-

-S… sí-

-¿Si qué?-

-Si señor-

-Muy bien, ahora sígueme enano-

La hormiga no se había dado cuenta pero no lejos de ahí había una gran construcción hecha de paja apoyada en una planta de lo más extraña para él, parecía un árbol pero el tallo era verde, y en lugar de grandes ramas el tronco estaba cubierto por cientos de pequeñas ramitas puntiagudas, más adelante aprendería que ese era un cactus, y la construcción un sombrero que servía de refugio para los saltamontes en el desierto.

Al entrar vio al resto de la banda de Hopper y otros insectos dispersos en diversas áreas, al parecer este lugar era una especie de bar o cantina, con insectos tocando música o atendiendo la barra donde un enorme contenedor de alimentos se apoyaba, en su interior eran cientos de semillas.

-Ve y tráeme algo de comida-

Recibió la orden y una ligera patada a la espalda para que se moviera, no había opción de negarse ni de retrasarse en lo que se le daban la orden, su vida dependía de que cumpliera lo que le dijera Hopper o moriría.

¿Pero realmente seguía valiendo la pena seguir viviendo?

No era el único con esas dudas en esos momentos.

-¿Realmente lo mantendrás como mascota jefe?- se atrevió a preguntar uno de los saltamontes, él como muchos otros había imaginado que aplastaría la cabeza de la hormiga frente a la colonia o algo peor para servir como ejemplo, no mantenerlo como esclavo.

-¿Estas tratando de decirme como hacer las cosas?-

-¡No! ¡Claro que no señor! Es solo… creímos que pondría a la hormiga como ejemplo, demostrando su fuerza sobre esas patéticas y ese tipo de cosas-

-Hay otras formas de intimidar a esas patéticas hormigas, ciertamente pude aplastar está enfrente de sus demás compañeros y les hubiera causado mucho miedo y recordado permanentemente quien manda, pero llevarme a este y crear la incertidumbre de que pude hacerle creara un miedo mucho mayor. El miedo causado por su propia imaginación y no saber lo que paso será docena de veces peor-

-Oh eso es muy listo señor- elogio su secuaz, aunque la verdad entendió la mitad de lo que dijo Hopper.

Hopper tenía razón, al no saber exactamente el destino de Flik las hormigas pensarían por ellas mismas los peores escenarios desde uno en que el saltamontes había arrojado a la hormiga a un nido de pájaros donde se lo comerían vivo o lo dejara soltar desde gran altura mientras volaban y terminara como una mancha en el suelo. Cada imagen mental o especulación en el nido de las hormigas era peor que la anterior aumentando aún más el miedo que ya se le tenía a la banda de Hopper y sus saltamontes, y por lo tanto poniendo en sus mentes que era mejor obedecerles antes que sufrir la misma desafortunada suerte que la hormiga individualista del nido.

Pero ¿Por qué mantenerlo vivo aun?

Simple aburrimiento del líder de los saltamontes, podría deshacerse de la hormiga cuando quisiera o como fuera, pero por el momento la novedad de tener nuevo esclavo lo entretendría. Al menos es lo que decía, pero también estaba esa parte que tenía curiosidad por esta hormiga tan diferente, en años ninguna otra se le había enfrentado como esta, ¿Qué había de diferente en ella? ¿Sería contagioso aquel espíritu rebelde?

-Aquí tiene… señor- la hormiga volvió con una charola con granos y un envase con agua.

Al menos podía decir que era un buen sirviente por el momento.

*+*+*

Dentro de la colonia las hormigas seguían con su vida y rutina, pero más conscientes de lo cruel que podían ser los saltamontes. Al menos no se habían llevado a alguien indispensable como la reina o las princesas y solo se habían llevado a una hormiga de extrañas costumbres, o eso era lo que se decían, como también se decían que si la próxima vez alguien se atrevía a enfadar a sus opresores correrían con la misma suerte o peor.

El miedo con el constantemente habían vivido aumento, todas concordaron que preferían trabajar el doble a tener una dolorosa muerte como la que sufrió Flik.

Quizás en otro tiempo y con otra clase de motivación hubieran transformado ese miedo en motivación, quizás con alguien que aún tenía algo de valor las hormigas encontrarían su propio coraje, alguien que siempre seria fiel a la colonia sin importar nada, irónicamente la única persona que pudo hacer eso ya se había ido.

-¿Alguien ha visto a Dot?- pregunto Atta a uno de sus consejeros.

-No princesa, tal vez este en ya sabe-

-Entiendo-

Desde la decisión de la princesa Atta su hermana menor se había mostrado muy descontenta, de todos en la colonia la menor de la familia real era la más aficionada a la hormiga inventora, algunos incluso había quienes bromeaban que la joven hormiga tenía una especie de flechazo por la hormiga mayor, pero en realidad era que consideraba a la hormiga como su amigo y un poco más que eso, un hermano mayor.

Un hermano mayor que hubiera preferido a una hermana siempre nerviosa, temerosa y que daba su brazo a torcer tan fácilmente a los abusivos saltamontes.

Un hermano mayor que había perdido y ahora lo único que le quedaba de él eran sus inventos y algunos planos suyos.

Hubo algunos que sugirieron deshacerse de la “basura” de Flik, pero antes de que alguien se hubiera atrevido a tocar las creaciones de la hormiga expulsada de la colonia la pequeña princesa se había adueñado de ellas, ahora eran sus tesoros.

Se pasaba horas con sus tesoros y con los recuerdos que le traían estos, Flik había sido un inventor muy productivo pero la mayoría de sus inventos jamás fue del agrado de sus demás compañeros, en cambio a Dot le parecían fascinantes, quizás fue por eso que se llegaron a llevar tan bien como que también apreciara a la princesa por ser como era y no solo por su título.

-No es sano que se interese por ese tipo de cosas-

-Una hormiga joven y menos una princesa debería estar cerca de esos artefactos-

-Debería hablar usted con su hermana princesa Atta, hacerle comprender que esas cosas son simple basura-

-Yo… yo creo que no debería aferrarse tanto al recuerdo de Flik. No le hará bien, pero tampoco quiero arrebatarle más cosas-

La princesa y sus concejales estaban discutiendo el reciente comportamiento de la princesa menor, y como era de esperarse la voz de Atta siempre era la más débil e insegura de todas. Aun así la demás hormigas la escuchaban y le hacían caso por ser la princesa, si fuera cualquier otra hormiga ese no sería el caso.

Ya muchos deseaban que empezara a ganar confianza y a mostrar los dotes de líder que debería tener y no esa inseguridad indigna de una princesa.

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