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Hasta que pi se quede sin decimales por Princesa de los Saiyajin

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Notas del capitulo:

Sin excusas (son las mismas de siempre, así que no las pondré). Sé que fue un año, lo siento. En serio lo siento mucho.

Un vector es algo que contiene magnitud y dirección, se representa con una flecha indicando con su punta hacia dónde va la fuerza.

El vector resultante es aquel que se obtiene después de sumar dos o más vectores…

Saludos especiales a alexayaoi23, Anónimo, y a MARYCIELO. Además de todos quienes leen esta historia.

3

Vector resultante

 

El menor se sonrojó completamente al escuchar esas palabras, su cuerpo nuevamente se estremeció por el nerviosismo. Desvió la mirada al lado contrario, le era imposible mantenerla fija en el pelinegro que lo veía con mucha seriedad.

     —¿Por qué quieres saber eso?—preguntó nervioso.

     —Sólo responde—insistió sin cambiar su semblante—. Con la verdad—añadió.

     —Veg…—formó figuras en el sofá con su dedo, completamente nervioso por la situación, era evidente por la sangre acumulada en sus mejillas enrojecidas.

     —Kakarotto…—insistió. El menor se cubrió el rostro con ambas manos.

     —Sí, sí lo soy…—respondió completamente apenado.

      —Entiendo… ya lo sabía.

     —¡Aigh!—cayó al suelo con los brazos completamente extendidos—. ¿Entonces por qué me haces decir cosas vergonzosas?—se quejó con un puchero.

     —Kakarotto, por favor, es un asunto delicado y no quiero que lo tomes de ese modo—el de abellera alborotada asintió y se sentó en el suelo para verlo—. Supongo que estás consciente de todo lo que implica en tu cuerpo.

     —Sí…—susurró. Soltó un suspiro y decidió dejar la pena a un lado—. Cuando era más pequeño visitaba a un médico y él me explicó todo…

     —De acuerdo—cruzó sus brazos y cerró los ojos—. Lo que te diré a continuación es un tema delicado y espero lo tomes con calma. Es importante que no te alteres y me escuches hasta el final.

     —Sí, te escucho, Vegeta.

     —Todos los maestros de planta reciben una copia del expediente médico de sus alumnos, por si existe alguna emergencia. Eso quiere decir que nuestro maestro, el profesor Nappa, sabe todo de ti—abrió los ojos y miró al techo—. Cuando Raditz era su alumno, por lo que tengo entendido, el odio era mutuo. A tal punto que el profesor le guardó gran rencor a pesar de que ya pasó mucho desde que salió de la secundaria.

     —Es eso lo que me explicaste hace rato, ¿no?—recordó.

     —Sí… —volteó a verlo—. Kakarotto, cuando tú llegaste el maestro se emocionó al tener con quien desquitar su odio hacia Raditz porque, ¿quién mejor que con su hermanito menor?—soltó con ironía—. El problema reside en que esa obsesión por venganza se convirtió en una obsesión carnal.

     —¡¿Qué?!—muy apenas escapó de sus labios esa palabra.

     —Kakarotto, te dije que te cuidaré porque… el maestro Nappa está “enamorado” de ti.

 

***

 

—Jaja—reía frenéticamente, el oxígeno le hacía falta y un dolor abdominal se hizo presente, pero la situación era tan divertida que le era imposible dejar de reír.

     —¿Qué es tan divertido, Yamcha?—salió de su trance y encaró a su amigo, que estaba sentado a su lado en la banca.

     —De tu cara—lo señaló con su dedo índice—. “Kakarotto, Vegeta viene a estudiar, no a otra cosa”, “Kakarotto, no pienses mal”, “Vegeta es buena gente y no intentará nada”—imitó su tono de voz—. ¡Ni tú te lo crees!

     —Vegeta es buen tipo—suspiró hondo—. Su pasado es el que todavía no me convence.

     —…—dejó de reír—. Raditz, si Vegeta tuvo la confianza de decírtelo significa que ha cambiado y que realmente está de acuerdo en que lo que hizo estuvo mal, ¿no crees?

     —Sí… quiero pensar eso…

 

***

 

—No puede ser—se negó—. Es imposible—susurró con algo de asco e incluso miedo.

     —No te regañó porque estuvieras distraído en su clase—suspiró—. Estaba celoso de que me miraras tanto.

     —¿Entonces por qué te puso como mi tutor? No tiene sentido lo que dices.

     —Cuando él me dijo hace un mes que le diera asesorías a un chico de grado inferior, me negué y le dije que yo jamás me rebajaría a intentar hacer el trabajo que le correspondía a él como maestro—comenzó a acariciar la cabellera del menor, quien se sonrojó ante ese dulce tacto.

     —Y supuso que tú harías lo mismo conmigo…—dedujo apoyando su cabeza sobre la pierna del mayor, el de cabellera en forma de flama no hizo nada para impedirlo, al contrario, seguía paseando su mano derecha en su cabello.

     —Sí—soltó una risita algo ronca—. Lo que él no sabe es que tú eres mi acosador favorito.

     —¿Eh?—sus mejillas se encendieron más.

     —Kakarotto, fueron varios meses—siguió acariciando la cabellera del más alto—. Al principio pensé que sólo eran coincidencias y que estaba imaginándolo… Pero conforme pasaron las semanas fue demasiado obvio.

     —Perdón—susurró cerrando los ojos.

     —Investigué de ti cuando descarté las casualidades y abrí paso al acoso.

     —Hmph—su rostro cada vez estaba más enrojecido.

     —Me llevé una agradable sorpresa al saber quién eras—notó que se tensó un poco—. ¿Por qué no te acercaste a hablarme?

     —No lo sé… Me daba mucha vergüenza…—confesó sintiéndose repentinamente estúpido.

     —Bueno, ahora que ya estás más tranquilo y sabes que sé mucho de ti y que no te demandaré por invasión a la privacidad…

     —¡Tú fuiste el que investigó de mí!—le recalcó al escuchar eso.

     —Pero fue después de tu acoso, por tanto era únicamente por si era necesario incluir a la ley y crear una orden de restricción. Ya sabes, por si eras una persona con un pasado lleno de denuncias por acosar a las personas.

      —Pff—cerró sus ojos nuevamente.

     —Como iba diciendo… Ahora que estamos hablando un poco mejor… Permíteme presentarme, soy Vegeta Saiyan, tengo quince años y nací en esta ciudad…

     —Y yo soy Kakarotto, el resto ya lo sabes—el mayor rio al escucharlo.

     —Son Kakarotto Goku…—susurró.

     —Vegeta, ¿quieres ser mi amigo?—pidió.

     —Por tus acciones parecía que querías que fuera tu novio—Goku se alteró con eso.

     —¡No presiones!—Vegeta volvió a reír.

     —Sí, somos amigos, Kakarotto.

     Pasaron los minutos, donde el más bajo acariciaba la cabellera del menor, envolviendo sus dedos entre la sedosidad de ésta.

     —Es hora de que me vaya—comentó.

     —¿Eh?—levantó la mirada—. ¿No quieres quedarte a comer?

     —Gracias, pero no. Debo llegar a casa a arreglar un asunto—explicó. El menor asintió y se hizo a un lado para que se pusiera de pie y tomara sus cosas.

     —Te doy gracias por todo, Vegeta—el aludido asintió y le dedico una sonrisa.

     —Nos vemos el lunes, Kakarotto…

     Cuando el mayor se fue, el más alto decidió ir a hacer su tarea y ayudar con los deberes de la casa, todavía seguía algo confundido por lo que dijo acerca de su maestro, y además de que Vegeta sí estaba consciente de sus miradas hacia donde él estaba durante todo ese tiempo.

     Sonrió al recordar las caricias del pelinegro sobre su cabellera, la manera tan dulce de tocarlo y hacerle sentir. Todo eso sumado dio como resultado que creciera algo muy fuerte en su corazón.

 

***

 

—Buen provecho—dijo la mujer después de terminar de servir la cena, su familia comenzó a comer así que ella se sentó e hizo lo mismo—. Y dime, Goku, ¿por qué no le pediste que se quedara a cenar a tu novio Vegeta?

     El menor escupió el agua al escuchar esas palabras, su rostro se enrojeció.

     —No es mi novio mamá—respondió con pena, picando un guisante con su tenedor.

     —Ay, Goku…—soltó una risita, ignorando la mirada molesta de su marido que delataba su incomodidad y falta de gracia (para él) de la situación—. Es un buen muchacho, pídele que se quede a cenar un día de estos.

     —Sí, mamá.

      El de cabellera alborotada bajó la cabeza lo suficiente para que no notaran su sonrisita traviesa y llena de ilusión al notar que, aparentemente, Vegeta estaba aceptado y que si las cosas funcionaban bien podrían ser novios sin problema.

      —Sí, claro… como si esas cosas pasaran…—pensó luego de meditarlo, borrando su sonrisa y dejando paso a su falta de seguridad, porque ¿por qué alguien como Vegeta se interesaría en alguien como él?

 

***

 

—Buenos días, Vegeta—saludó con pena todavía al de cabellera en punta cuando llegó a su salón de clases. Aún no podía creer que estaba hablando con quien creía era el amor de su vida.

     —Buenos días, Kakarotto—devolvió el saludo. Quitó su mochila del banco que estaba al lado—. Guardé este lugar para ti, es mejor que te sientes hasta adelante.

    —¿Eh? Gracias…—se sentó y empezó a jugar nerviosamente con sus dedos, sin saber muy bien cómo continuar la conversación, o si debía hacerlo.

     —Anoche hablaba con Raditz—comentó con calma, el menor le prestó atención—. Al parecer ya estoy aprobado por tu mamá para ser su yerno, pero ¿cómo le decimos que ni siquiera somos novios todavía?

     —¡¿Qué?!—se sonrojó—. Aigh, lo voy a matar cuando regrese a casa—apoyó sus brazos cruzados sobre la paleta del banco y colocó su cabeza sobre ellos, para posteriormente cerrar sus ojos, conservaba ese tierno rubor en sus mejillas.

     —¿Y mi suegra qué cuenta?

     —No te burles—sonrió—. Pero ella quiere que vayas a cenar algún día con nosotros.

     —Interesante… Tal vez algún día acepte la invitación, agradécele de todos modos de mi parte.

     —Señor Son… Veo que ahora es amigo del joven Saiyan—comentó el hombre calvo. Ambos chicos miraron con el ceño levemente fruncido al adulto que recién llegaba—. Pero le recuerdo que usted no es bienvenido a mis clases.

     —Esta es la clase de la profesora Arele—respondió. Desvió la mirada, el saber ahora las intenciones de ese hombre lo ponía sumamente tenso.

     —Pero ¿qué cree, señor Son? Ella está incapacitada y yo la supliré el resto del año escolar… Por tanto mi regla sigue en pie y quiero que usted salga de este salón de clases ahora mismo—exigió.

     —Pero…—miró de reojo al de cabellera en forma de flama y después miró al hombre—. Bien, me iré.

     Tomó su mochila y sin mirar atrás salió del aula de clases, después de todo su tutor podría ayudarlo en una tarde si fuera necesario. Vegeta lo vio alejarse, sonrió de medio lado al notar su caminar: pasos a velocidad media, 45 cm de separación. Un sonrojo se divisó en las mejillas del Saiyan.

     El adulto se iba a sentar frente al escritorio, pero notó que el de cabellera en punta se ponía de pie y tomaba sus cosas.

    —Saiyan, ¿a dónde crees que vas?—preguntó frunciendo el ceño.

    —A donde Kakarotto—le guiñó un ojo y sonrió con orgullo y un toque de malicia.

    Sin esperar otra pregunta, salió y, sin necesitar pensarlo mucho, giró a la derecha y atravesó el pasillo. Ahí pudo ver a su izquierda caminando a Kakarotto, quien estaba por entrar a la biblioteca.

    

    Goku quería estudiar un poco, aunque sea para compensar las clases perdidas. Sin embargo, al colocar la mano en la perilla de la puerta, una mano se posicionó sobre la suya. Volteó y miró al de cabellera en forma de flama.

    —Vegeta…—susurró sonrojado por sentir el tacto en su mano.

    —Vine a hacerte compañía—el más alto asintió y se adentró al lugar seguido por el más bajo.

    —Vegeta… quiero preguntarte una cosa—el mayor asintió y, cuando ambos estuvieron sentados en el fondo, quiso proseguir—. ¿Es cierto lo que dicen?

    —Especifica qué cosa, Kakarotto—el menor tomó aire.

    —Que te gustan los chicos.

     —Eso es simple de responder. Sí—el más alto empezó a jugar con sus dedos y miró hacia abajo.

     —¿Tienes novio?—el mayor se permitió soltar una risita al oír sus palabras.

     —No. No tengo pareja, Kakarotto—respondió tranquilamente, aunque ya sabía a dónde se dirigía la conversación, mas no estaba interesado en redireccionarla.

     —¿Por qué?—el mayor sólo calló con una sonrisa durante varios segundos—. Vegeta, eres muy guapo y muy agradable, ¿por qué no has aceptado a nadie? Podrías tener a cualquiera contigo.

     —Puede ser. Pero yo no quiero a cualquiera—soltó aire—. Nunca antes en mi vida había encontrado una persona con quien me sintiera bien, o que el simple hecho de mirarla me hiciera caer en la ensoñación y me hiciera sentir una gran cantidad de dopamina en mi cabeza…

    —Entiendo—sacó un libro y se puso a leer un poco para estudiar, pero era evidente que no se concentraba, seguía pensando en las palabras dichas por el de cabello en punta—. Un momento, dijiste “nunca antes había”, y esa conjugación…

    —Se refiere a algo que tenía continuidad en el pasado pero, paulatinamente, se acabó en algún momento y no actúa en el presente—interrumpió, sabiendo que eso sería lo que diría.

     —Entonces… ¿ya te interesa alguien?—el mayor asintió lentamente—. ¿Quién?

     —Depende, ¿por qué quieres saberlo?—sonrió con cierta altanería y malicia, acorralándolo poco a poco con sus simples palabras.

     —¿Eh? Sólo curiosidad—comenzó a reír nerviosamente.

     —¿Por qué?, ¿acaso quieres comprobar si se trata de ti?—lo vio a los ojos. El menor soltó un suspiro y miró hacia abajo.

     —Realmente sólo es curiosidad, Vegeta. Yo dudo mucho ser esa persona, sólo… sólo piénsalo, tú eres un genio y yo soy un cabeza hueca—lo vio con una media sonrisa y se giró hacia él sin mover la silla de lugar, únicamente su cuerpo—. Sólo me interesa saber qué clase de gustos tienes, Veg, mera curiosidad—explicó sinceramente.

     El pelinegro lo observó unos segundos, imitó su gesto de sentarse de frente sin mover su silla. Sus ojos negros y brillantes, cual azabaches, denotaban que hablaba con total honestidad. Se le quedó viendo y volvió a hablar.

     —Dime, ¿por qué te gusto?

     —Pues… no sé cómo explicarlo. Tu simple presencia me atrajo demasiado, no me refiero a tu físico, sino a tu esencia—se sonrojó—. Es estúpido que me haya enamorado de ti sin conocerte ni nada, pero… así fue… Me gustas Vegeta, más de lo que piensas.

     —Interesante respuesta…—sonrió de medio lado—. No sabes de mí, ¿cierto?

     —¿Eh? Más allá de lo que los maestros comentan y que tú me has dicho, no.

     La sonrisa de Vegeta se amplió. Curiosamente Goku hablaba con total sinceridad, eso significaba que no sabía sobre cosas que podrían parecer importantes para alguien “interesado”, sólo confirmó sus sospechas de que el enamoramiento de Kakarotto era directamente a su persona y no a algo más.

     Por un momento en toda su vida, se sintió extrañamente satisfecho por eso.

      —Kakarotto, te seré sincero—esa sonrisita se amplió otro poco, aunque a final de cuentas sólo levantaba las comisuras de sus labios—. Me interesé en mi acosador… Me gustas tú, Kakarotto.

     El menor se sonrojó completamente al escuchar esas palabras, inmediatamente quiso retroceder, asustado tal vez, por aquello que le parecía demasiado irreal. El pelinegro más bajo hizo un cálculo mental muy rápido y tomó de una esquina el respaldo de la silla de Goku y la estiró hacia sí con suficiente fuerza, luego lo detuvo manteniéndolo fuertemente sostenido.

     De este modo el cuerpo de Goku se inclinó hacia adelante, que cuando pudo reaccionar ya estaba su rostro a la par del de Vegeta, a la misma altura y sin suficiente distancia, sus respiraciones se combinaban y volvían una sola. Al tenerlo ya a escasos centímetros de su rostro, el de cabellera en forma de flama decidió repetir:

     —Me gustas tú, Kakarotto…

Notas finales:

Bueno, para los que se preguntaban cómo era posible que Vegeta se diera cuenta de que Goku lo veía mucho, ya tienen la respuesta: era muy obvio y lo hizo durante meses, pero… ¿quién no lo ha hecho cuando le gusta alguien y no tiene el valor de hablarle? Recuerden que Vegeta es un genio, así que fue simple para él descubrirlo

     Cada título tiene relación con el capítulo, ¿alguien se imagina que quiere decir Vector resultante con respecto a lo leído?

     Veggie está interesado en Goku (sí, qué sorpresa ¬¬) Pero, ¿cuál creen que sea la reacción de Goku? Sin embargo: ¿por qué Vegeta se preocupaba en que supiera su pasado?, ¿qué es eso de lo que hablaron Yamcha y Raditz?

     ¡Adiós!

(Publicado 06/07/2018   11:28 p.m.)


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