CAPITULO II
Estaban reunidos en una parada Naruto y varios amigos, entre ellos por supuesto el dúo dinámico y Sasuke. Esperaban el autobús pues irían a una cafetería cercana. Todo marcharía tal como cualquier otro día, sin embargo de un momento a otro el ojinegro comenzó a hacer ciertos comentarios que llamaron de inmediato la atención de los presentes.
-Tienes un cabello muy hermoso, brilla como el más puro oro –Mencionó con galanura al momento que acariciaba los dorados mechones – ¿Me regalarías una hebra? La atesoraría por siempre –
Naruto enrojeció profundamente, tan o más sorprendido que el resto por las palabras que le dirigiera Sasuke sobre su rubia cabellera. Rio nerviosamente y dijo lo primero que se le vino a la cabeza como solía hacer siempre – Es hermoso ¿cierto? Lo saqué de mi padre, deberías verlo, el suyo es más brillante que el mío incluso –Afirmó con orgullo y la hiperactividad que lo caracterizaba.
-Veo difícil concebir algo más precioso –Replicó sin dejar su mueca lisonjera –Pero vamos, regálame una hebra –Insistió llevando la mano hacia el rubio cabello e intentando quedarse con uno de los dichosos hilos.
-¡No! –Naruto chilló juguetonamente, tratando de escapar de los dedos ajenos que no pararon hasta lograr su cometido. Se tapó la boca con las manos mientras sus ojos se abrieron con desmesura, mirando la hebra brillar como oro entre los dígitos del chico quien lo veía triunfante. Volteó hacia sus demás amigos para preguntarles mudamente si podían creer que el ojinegro realmente le había arrancado la hebra, y se encontró con caras mostrando diferentes emociones.
-¿Y qué se supone que vas a hacer con eso? –Inquirió uno de los presentes con una ceja levantada y mirando al de cabello moreno de refilón. Gaara estaba apoyado sobre este chico, eran algo cercanos.
-Lo que he dicho –Contestó tranquilamente al momento que sacaba su billetera del bolsillo trasero de su pantalón –Lo guardaré por siempre y tendrá un lugar en mi corazón, yo a Gaaara le di todo de mi pero él lo desechó como si fuera nada ¿No es así Gaara? –Miró al chico con un sonrisa irónica.
Naruto, quien estaba en ese momento justo al lado del pelirrojo, se sintió sumamente incómodo y desvió su atención hacia otra dirección tras ver que el taheño se limitaba a guardar silencio como si el ojinegro le estuviera diciendo cualquier cosa.
Los otros chicos mantenían una actitud bromista respecto a todo la escena pero el rubio sintiéndose tenso con lo último que había dicho Sasuke, queriendo quitar la atención puesta sobre su persona y éste, hizo un comentario referente a lo caluroso del clima de ese día pero Neji lo interrumpió algo cortante señalando que allí venía el bus. Naruto miró algo sorprendido al de ojos perlados pero este le sonreía igual de amable como siempre e inclusive le guardó un asiento en el transporte público, siendo que se subió primero y eran muchos los que estaban en la parada esperando el bus.
-¡Aquí, Naruto! –Neji le hizo señas al blondo una vez este logró subir al bus. Gaara estaba sentado a su lado –Te guardé un puesto pero tu elijes, este o junto a Sasuke que está allá atrás él solo –Indicó con una sonrisa pícara y refiriéndose primero al asiento que tenía enfrente, que apartó con su propio bolso para que nadie más lo tomara, y apuntando luego al de atrás donde estaba el ojinegro.
Naruto enrojeció y enseguida ocupó el asiento frente a sus dos amigos, agradeciéndoles el gesto de guardarle un puesto. Ni loco se iría a sentar junto a Sasuke luego de lo que acababa de ocurrir. Finalmente llegaron a la cafetería y el día de allí en adelante transcurrió con mayor normalidad a su juicio. Sin embargo, los siguientes días que se encontraba con Sasuke este no paraba de hacer comentarios insinuantes para con él y relacionados al amor y otros disparates más como la vez que Gaara decidió quedarse en la universidad para ayudar a su hermana Temari con unos asuntos relacionados con su cargo de líder estudiantil.
Ese día Neji y Naruto caminaron juntos a la parada para esperar el bus que los llevaría a casa y de repente llegó Sasuke acompañado por otro chico que sostenía un reproductor de música activado a volumen moderado. Tras saludarse, Sasuke comenzó a pasarle el dedo a Naruto por la mejilla en una caricia, el rubio para no ser grosero apartaba el rostro y le sonreía aunque tensamente, no quería que Sasuke se hiciera ideas y pensara que ya lo tenía conquistado y mucho menos quería involucrarse con el mismo chico que le llegó a gustar a uno de sus más cercanos amigos, si no es que aun a Gaara le atraía el ojinegro, hacer eso no le parecía adecuado. Neji se limitaba a sonreírles a ambos pícaramente a lo que Naruto decidió decirle tajantemente a Sasuke que detuviera el jueguito de las caricias. El chico obedeció aunque reía como niño atrapado haciendo una travesura y no paró con el acoso al blondo.
Sasuke le pidió al chico que lo acompañaba que colocara una tonada romántica para que se la dedicara a Naruto quien enrojeció al oír aquello. El ojinegro le preguntó si le gustaba la canción a lo que el rubio negó de inmediato sin detenerse a pensarlo y mintiendo un poco pues la verdad no le disgustaba del todo. Sasuke rio algo sorprendido y solo le dijo que eso era una lástima entonces pues a él sí que le encantaba.
Por fin el bus arribó y todos lo abordaron. Sentado junto a Neji, Naruto hizo el recorrido en silencio, sumido en sus pensamientos e intentando averiguar cómo es que había terminado envuelto en el extraño drama existente entre Sasuke y Gaara. Todo aquello solo le hacía sentir deprimido.