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Él no es una mascota por minima

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El príncipe Lotor era prácticamente una leyenda dentro de los galra, pocos lo conocían pero estaban conscientes de su existencia. Era una figura misteriosa con hazañas dignas del propio Zarkon, se decía que fue entrenado desde la cuna por los mejores soldados y la tutela de los druidas, que apenas siendo un niño conquisto su primer planeta con apenas unos cuantos soldados y androides, era un excelente guerrero y estratega, se decía que sabía algo de magia de los druidas pero ese era uno de los rumores menos creíbles ya que nadie lo había visto usarla, aun así le agregaba aun misterio a la leyenda del príncipe Lotor.

Los mismos miembros de la espada de Marmora tenían poca información de él, pero de todas las personas no llegaron a pensar que Haggar lo llamaría inmediatamente después de la derrota de Zarkon. Había otro rumor que corría entre los galra sobre el misterioso príncipe, que Haggar no lo consideraba todavía digno de su título, que a pesar de ser hijo de su amo y de haberse probado como guerrero y conquistador jamás llegaría a superar las expectativas que se tenían de este cualquiera que fueran, y si las superaba aun así ella lo consideraría aun un joven príncipe que le faltaba más de una vida para representar al gran rey Zarkon aun si su sangre corriera por sus venas.

Haggar siempre consideraría al rey Zarkon el único digno de gobernar a los galra y su vasto imperio.

Ahora el príncipe estaba ahí, después de años conquistando planetas en los límites más alejados del imperio ahora en el centro de este, en el momento de más tensión dentro del imperio galra.

Tal vez aun no era tan temido y conocido como su padre, o tan fuerte y potente como este, aun así seguía siendo un individuo muy peligroso.

Cuando le comunicaron la situación actual del imperio no se inmuto o mostro signos de preocupación, ciertamente podía ser tan frio como su padre, aun si la noticia era que su progenitor y rey se encontraba prácticamente entre la vida y la muerte no pareció para nada afectado.

¿Y por qué? ¿Por qué realmente era un ser fríos sin sentimientos o alguien que realmente no sentía aprecio por su progenitor?

Para el rey Zarkon su hijo era más una herramienta más en lugar que su familia, las emociones eran debilidad, y para un rey la debilidad no estaba permitida y menos para alguien que llevaba su sangre en las venas, no le mostro muestras de afecto más allá de una escueta felicitación por el trabajo bien hecho.

¿Y su madre? Pocos recuerdos tenia de esa mujer que lo llevo en su vientre, no era galra, o al menos no completamente, una mestiza con gran belleza, de cabellos plateados y marcas en su mejillas de una raza que se suponía extinta hace mucho y que le había heredado a su hijo. Ella falleció pocos años después de darlo a luz, pero algunos galra decían que fue asesinada. Zarkon no derramo ninguna lagrima por su concubina, pero Lotor recuerda que el sí derramo varias por su madre.

No derramaría ninguna lagrima esta vez por su padre.

La única vez que se inmuto fue cuando le comunicaron quien fue que derroto al poderoso soberano.

VOLTRON.

-En un ataque en conjunto con especias del imperio lograron deshabilitar la nave del rey y atacarnos por sorpresa. El rey decidió utilizar una armadura experimental creada por los druidas pero a pesar que logro enfrentar a Voltron con ella también fue una táctica muy riesgosa- comunico Haggar mientras estaban reunidos en la sala de trono de Zarkon.

A pesar de tener más de 10,000 años Zarkon podía llegar a ser impulsivo y no contemplar las opiniones de sus consejeros, era alguien que creía que podía saberlo todo, y que todo lo que quería podía tomarlo por la fuerza, de alguna manera le había funcionado esa forma de gobernar ya que había estado al poder todo este tiempo hasta ahora.

A veces no estaba tan lejos de ser un simple bárbaro con gran poder en consideración de Lotor, pero en algo por fin podían coincidir su padre y el joven príncipe, odiaban a voltron con todas sus fuerzas.

*+*+*

Este tanque era tan simple y estéril, lo detestaba, era tan diferente al que tenía en la nave, no importa lo espacioso que parecía este, en su tanque podía nadar libremente y su agua siempre era agradable recordándole a su hogar natal, este pedazo mediocre de recipiente con agua era literalmente eso, solo un recipiente con suficiente agua para sumergir el cuerpo pero nada más.

Extrañaba los peces, las plantas y corales cuidadosamente colocados y escogidos, sus pequeños tesoros depositados cerca de su lecho de algas, y el cuarto con los muebles y decoración tan agradable, pero lo que especialmente extrañaba hasta sentir un dolor físico era a él.

¿Cómo estaría? Seguramente muy preocupado y molesto, se había esforzado en la creación de un espacio cómodo y familiar para que pudiera recordar su hogar y no sentirse incomodo al viajar tanto tiempo por el espacio, había sido el mejor regalo que le hubieran hecho en su vida, y esos malditos secuestradores se habían atrevido a dispararle destruyéndolo, realmente esperaba que los peces estuvieran bien y ese disparo realmente no hubiera hecho tanto daño.

Quería regresar a su lado, debía regresar, aun no sabía como pero lo haría.

La puerta de aquella habitación se abrió y otro de esos tipos entro, desde que su comportamiento que dejo más que claro que no estaba feliz ahí aun con su sospechosa actitud demasiado amable y sus palabras hipócritas de que no lo “rescataron” decidieron dejarlo solo para que se “tranquilizara” y “meditara”, aunque aún de vez en cuando alguien entraba para ver como estaba.

-¿Hola? Te traje algo de comer- quien ahora llegaba cerca de su piscina con cara dudosa o incluso temerosa era el tipo con la ropa amarilla.

Era grande y corpulento, pero no tenía un aire intimidante, quizás ahí estaba el truco, parecía alguien agradable y en realidad no lo era.

-No quiero su asquerosa comida, el tipo de bigote ya trato de envenenarme- ya lo habían intentado alimentar anteriormente con una plasta verde, por un momento pensó que era crema de algas pero solo se parecía en aspecto, su sabor había sido realmente horrendo.

-Jejeje comprendo, en lo personal tampoco soy muy fan de la cocina de Koran, pero cocina con las mejores intenciones y realmente no es venenoso lo que hace, al menos no nos hemos muerto aun, pero sí que hemos sufrido por su sabor. Esto lo hice yo, y no es por presumir ni dejar mal a Koran pero yo tengo un mejor sazón- empezó a divagar Hunk como siempre que se encontraba nervioso o emocionado, algunas veces las personas decían que no sabía cuándo pensar antes de abrir la boca.

El de amarillo hablaba mucho. Pero no pareciera que mentía.

Hunk se sentó al lado de la orilla y dejo delante de él una charola con diversos alimentos que el mismo había cocinado con ingredientes recolectados cada vez que había tenido oportunidad, no importaba las veces que Koran dijera que sus alimentos eran los más nutritivos, había un límite en que todos los humanos en la nave podían soportar de ese sabor de sus papillas verdes y bebidas asquerosas. No sabía cómo había sido la cocina hace 10,000 años o si simplemente los Altean tenían papilas gustativas tan diferentes o en realidad carecían de ellas, pero su paladar sufría mucho a la hora de comer esas cosas por lo que una de las tareas que se había auto impuesto Hunk era encontrar cosas comestibles para él y sus compañeros.

La sirena miro con sospecha los diversos alimentos, reconocía algunos pero aun había la posibilidad que estuviera envenenado.

-Si quieres como contigo, comer con compañía hace que los alimentos tengan mejor sabor- dijo el humano agarrando un tenedor extra que había traído y picando una fruta color azul que tenían un sabor similar a las naranjas de la Tierra.

Al ver que el chico de amarillo masticaba tan alegre la comida y la tragaba pensó que quizás realmente no estuviera tratando envenenarlo, tomo un poco y lo llevo a su boca, no sabía para nada mal.

-Está muy bueno-

-Gracias, no estaba seguro que es lo que comen los peces alienígenas o personas mitad pez como tú, por eso traje un poco de variedad. ¿Se llaman a ustedes mismos peces? ¿Sirenas? ¿Sirenos?-

-Sirena no está mal, pero es más común gente de mar o de las aguas en mi planeta natal- tomo otro pedazo de lo que parecía un pan de color naranja esponjoso y suave.

-Gente de mar suena genial-

-Si tú lo dices, y ¿Qué se supone que eres tú?-

-¿Yo?-

-Sí, tú y otros de tus compañeros son diferentes en aspecto a diferentes alienígenas que haya visto-

-Oh, somos humanos o ¿termino correcto en el espacio seria terrícolas? Ya que venimos de un planeta llamado Tierra-

-Que nombre tan original para un planeta- dijo con sarcasmo la sirena.

-Yo no lo invente, ¿Y cuál sería el nombre de tu planeta? ¿Es acaso Mar o Agua?-

-Claro que no, y no te diré más información de mí-

-Espera, espera no estoy tratando de sacarte información. ¿Por qué te pusiste tan a la defensiva?-

La sirena parecía que iba regresar de nuevo al fondo de la piscina por lo que Hunk decidió hablar rápido y convencerle de lo contrario.

-La dichosa princesa disparo contra mi tanque, me secuestraron y ahora estoy aquí donde quiera que estemos, ¿Cómo no quieres que reaccione agresivo o a la defensiva?-

-Ugh, tienes razón que Allura fue algo brusca, pero te puedo decir que fue con las mejores intenciones-

-¿Las mejores intenciones? ¿Acaso así se considera llevar a alguien de su hogar y sus habitaciones?-

-¿Realmente considerabas esa pecera tu hogar? ¿No dijiste que venias de un planeta?-

-Vengo de un planeta pero también puedo decidir dónde vivir-

-Tu… ¿Decidiste vivir en una pecera?-

-¡Deja de llamarlo así! Lo dices como si fuera como este estúpido tanque de agua-

-Eso es una piscina-

-Lo que sea-

-Bueno, tal vez el… ¿tanque? ¿Lo llamaste tanque la otra vez?-

-Si-

-Tal vez decidiste vivir en ese tanque, aun así no era un lugar seguro, después estabas en una nave galra-

-No estoy ciego, yo sabía exactamente estaba chico amarillo-

-Hey, tengo un nombre-

-¿Y cuál es?-

-Hunk, ¿Y el tuyo chico pez?-

-Lance-

-Mucho gusto Lance-

-No puedo decir lo mismo-

-Comprendo, entonces, decidiste vivir en ese tanque ¿aun sabiendo que estabas dentro de una nave galra? ¿No tenías miedo? Yo si lo tendría aun si me pusieran en la más lujosa de las habitaciones de esas naves con toneladas de mi comida favorita. Esos tipos son espeluznantes y malos-

-No todos lo son, ¿Acaso ustedes conocen a todos los galra en el universo?-

-Pues no, pero con la mayoría con los que hemos tratado no son precisamente agradables o de los buenos, excepto Keith, él es alguien que siempre parece estar malhumorado pero es de los nuestros, y es en parte galra, es algo confuso, aunque lo descubrimos hace poco. Y los de la espada de Malmora, que son como una organización secreta de galras que luchan en secreto contra Zarkon, y son algo intimidantes pero se podría decir que también son ¿buenos?, así que tal vez tengas razón y quizás si haya galras buenos-

-No tengo idea de quien rayos es Keith o Malmora, pero si admites que hay galras buenos también debes admitir que me secuestraron y dejar de llamar lo que hicieron “rescate”-

-Pero, pero aun si tu dueño era agradable y te trataba bien aún te mantenía en cautiverio y eso no está bien-

-¿Dueño? ¿Cautiverio? ¡Ya les dije que no soy ninguna mascota!-

-No… ¿lo eras?-

-¡Claro que no! Te lo voy a poner claro, yo vivía en ese tanque porque yo lo decidí, era un regalo muy especial y se atrevieron a destruirlo y llevarme lejos sin mi consentimiento, ¡Eso claramente es un secuestro! Ahora estoy en un lugar desagradable, desconocido, con gente que sigue diciendo tonterías, y no estoy con él-

-¿…l? ¿Te refieres a tu pez enfermera?-

-No, mi pareja- en este punto de frustración y coraje Lance ya estaba con lágrimas en los ojos y la cara roja.

-¿Tu pareja es un pez enfermera?-

-¡Que no! Era el dueño de esa nave-

-Ohhh… ¡AH! Tú ¿acabas de decir? Pero ¿Es en serio?- Hunk quedo blanco, realmente se habían metido en una situación muy inconveniente y ya se daba cuenta que realmente habían secuestrado a alguien.

Y su instinto le decía que esto solo se pondría peor, debía hablar con los demás pronto, pero no debía dejar llorar solo a Lance, le parecía muy descortés dejarlo así después de ser el causante de su estado pero lo único que se le ocurría decir fue un…

-Lo siento viejo, realmente no lo sabíamos-

Pero no importaba si lo sabían o no, el daño ya estaba hecho y las consecuencias ya puestas en marcha.

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