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A lo que estaré dispuesto por ti por AsamiYang

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Notas del capitulo:

Aquí está el capítulo!!!!! Gracias por la espera!!!! 

Capítulo 7: Lo siento…

La tarde se avecinaba a Tokyo, y el calor lo decía todo. La gente caminaba con un rumbo fijo, pero era tanta que parecía un hormiguero. El tráfico avanzaba como siempre, como si nada en la vida o por causas del destino pararía algo inusual.

Así lo veía Sakura, que miraba lo que había tomado como equipaje para el viaje. Más otra maleta que contenía lo que más necesitaría para la “semana” de trabajo de vigilancia que tendría mientras Akihito trabajaba en los eventos. Con todo lo que necesitaría miró los sobres con las invitaciones enviadas por los organizadores del evento, ya que no solo serían artistas; también estaban invitados grandes personajes de la alta sociedad, y a pesar de ser joven esta era bastante conocida por sus logros en su empresa.

Por supuesto, Asami Ryuichi había sido invitado. Sin embargo, este se había contactado con quienes lo invitaron para rechazar la oferta gracias al estrés de trabajo y otros negocios que atender.

Eso fue comprendido y no hubo insistencia.

Pero en cuanto a la Asami menor, los organizadores creen y siguen creyendo que seguía en su hogar al otro lado del mundo, sin tener ni idea de que esta se encontraba en Japón por asuntos desconocidos. Según su asistente y mejor hombre, las invitaciones habían llegado hace 15 días a su empresa en Rio de Janeiro, y que con un par de cosas que esta había pedido que enviasen trajeron las cartas que la ayudarían a colarse sin problemas para vigilar al “gatito escurridizo” que su primo mayor tenía como esposo desde hace poco tiempo.

Suspira al encaminarse al espejo y verse completamente arreglada. Con una salopette jean de color negro, con un polo de mangas largas con toques de blanco en líneas y con cuello alto, y unas botas de cuero negras. Tenía un simple maquillaje para el día y tenía una coleta de cabello baja. Fue en busca de sus anillos que demostraban que era la mismísima Asami Sakura, y los escondió con unos guantes de piel negros. Demonios parecía un ladrón que asaltaría una tienda, pero para ella lo veía bastante bien.

Varios toques en la puerta rompieron ese profundo silencio que afrontaba sola, soltando un suspiro profundo antes de hablar.

-Adelante… -Solo dijo mientras acomodaba sus guantes.

-Con permiso… -Dijo uno de sus hombre; Manuel, en un perfecto Español, que ella comprendió al instante. –Todo está listo señorita… El auto está abajo y el señor de Asami termina los preparativos para salir de su casa con su esposo.

-Perfecto… Todo lo que voy a necesitar está empacado…

-Ahora mismo lo bajo a su auto… -Comentó el guardaespaldas de la joven, dirigiéndose hacia un lado de la cama, donde descansaban sus maletas.

-Manuel… -Llamó la joven un poco triste, a lo que su asistente miró con preocupación por el tono de voz.

-La escucho joven…

-Aún no has tomado las vacaciones que te dije… ¿Ya fuiste a ver a tu familia en República Dominicana?

-Pensaba hacerlo la semana próxima mi señorita…

-Quiero que te vayas hoy… Tu mujer y tus hijos estarán locos por verte de nuevo… Han pasado 2 años desde la última vez que fuiste a verlos… Te deben extrañar. –Habló con melancolía la menor, a lo que este la miró con algo de curiosidad.

-Mi señorita… ¿Sucede algo…?

La menor sonrió y le miró al mismo tiempo que negaba con la cabeza.

-Solo pensaba un poco en la vida. Lo difícil que será separarse de tu vida actual y comenzar otra. Sabiendo lo difícil que fue saber lo que déjate atrás… –Dijo mientras cruzaba los brazos, e iba por su bolsa, empacando su celular, cargador y sabrá Dios que más entraría en la bolsa de una mujer.

-Señorita Asami… -Llamó el hombre, mientras ambos se encaminaban a la salida del lugar, estando Sakura delante y Manuel detrás con el resto del equipaje. –Usted misma me dijo cuándo me volví su segunda mano derecha, que hacemos esta difícil etapa de nuestra vida con el objetivo de mejorar nuestra situación y escapar de los fantasmas y malos espíritus que nos siguen. Gracias a esto mi familia vive muy bien. Mis dos hijos van a una buena escuela y ya entrarán a la universidad y, mi mujer ya está completamente recuperada de su cáncer. Y todo gracias a usted, por haberme sacado de la cárcel… Y haberme dado la oportunidad de ganarme este empleo…

La joven solamente sonrió, y con una sonrisa melancólica solamente dejó de mirar el suelo y miraba al frente.

-No me agradezcas nada… Solo me alegra saber que los tres están bien… Pero ve a verlos… Te necesitan…

-¿Y qué pasará con mi trabajo? No puedo dejarle todo esto a Ricardo…

-Tengo para ustedes dos una misión muy particular que te explicaré en el camino. Por ahora, quiero que me lleves a la estación… Y hagas todo lo que te pedí anoche… -Solo pidió. Y las puertas del ascensor se abrieron delante de ellos, para permitirles el paso y bajar hacia la planta baja.

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-Asami!! –Gritaba Akihito intentando escapar de las garras de su cazador, que parecía no tener intención alguna de dejarlo ir, y para colmo, querer una ronda más antes de quedar sin hacerlo por una semana entera.

-Inútil de resistirse Akihito… Lo deseas tanto como yo… -Decía Asami mientras salía del pasillo hacia la sala de estar, en busca de su joven esposo que se escapaba de un “destino”.

-Déjate de bromas que ese amigo tuyo nunca se cansa?!

-Nunca. Ahora ven… -Le dijo mientras caminaba en su dirección, sin embargo el menor rodeaba el sofá, lo que le sería complicado atraparlo.

-No… Ahora vámonos se me hará tarde y Sakura puede estar esperándonos…

-Vamos… Solo una sola ronda… -Insiste Ryuichi mientras rodea el sofá, pero el más joven fue más rápido y ya se encontraba del otro lado del sofá, lejos de Ryuichi.

-Estás loco si crees que voy a hacerlo una vez más… Lo hicimos toda la noche que no tienes suficiente..?!

-Contigo nunca me voy a cansar Akihito….

-Sigo y seguiré diciendo que estás enfermo Asami!! –Suspiró resignado el menor, sin embargo sin la guardia baja, y se encaminó hasta su esposo, que sin esperar mucho, lo tomó de la cintura y lo apegó a él, solamente para besarlo con voracidad, pero mostrando al mismo tiempo con suavidad y un poco de blandura, demostrando así su cariño que siempre sintió por el menor, sabiendo que a este le encantaba esa sensación de amor. Y que por supuesto, Akihito nunca negó a corresponder tal contacto.

No hubo juego de lenguas. Pero fue un beso lento y delicioso para ambos, como si fuera la última vez que podrían tocar y sentir esa sensación.

Daba miedo en Asami…

Se separaron, y esas fuertes miradas llenas de determinación, optimismo, rudeza y cariño chocaron entre sí, ocultando sus miedos e inquietudes, donde solamente eran ellos dos y nadie más, sin molestias, y expresando todo lo que necesitaban decirse solamente con mirarse a los ojos mutuamente.

Claro… Pero Akihito recordó que ya se les hacía tarde.

-Tenemos que irnos…  -Suspiró el rubio, con una voz algo trancada.

Asami lo tonó, y abrazó sin pensarlo dos veces.

El pequeño no reaccionó a tiempo y, quedó postrado y encerrado en ese pecho que le brindaba una seguridad completa, sabiendo que no se escaparía ni loco de ese refugio.

Asami se le acercó al oído, y le susurró:


-Tranquilo… Sakura estará contigo a donde vayas… Y siente que aunque yo no te esté abrazando, ella te brindará la seguridad que me he esforzado en darte… No olvides eso nunca… Yo estaré contigo a donde vayas aunque no esté ahí… No temas y da frente a todo… Verás que en ese evento no puede pasarte nada. –Le dijo.

Akihito, con pequeñas lágrimas traicioneras solamente se limitó a asentir con la cabeza. Mientras que el mayor, lo separó un poco solamente para verlo, y con esas enormes manos, secar esas gotas tibias.

-No va a pasar nada. Cuando llegues me llamarás inmediatamente, no importa si esté en una reunión o resolviendo mis asuntos. Solo quiero saber que están bien.

Akihito volvió a asentir, con un poco más de ánimo. Y Ryuichi sonrió con más calma.

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Estación de trenes: Tokyo. 16:36

-Hasta que llegan… ¿Qué diablos hacen tanto que duran y nunca llegan a tiempo? –Pregunta una molesta Sakura, sentada en un cómodo banco de la sala de espera de la estación, quien leía el periódico en espera de Asami y Akihito.

-Perdona el retraso! –Se excusó el menor, y señaló al culpable.

-No te dejaba salir… -Miró la joven mientras retiraba sus lentes de sol, y entraba en contacto visual hacia la pareja de recién llegados, que parecían agitados. Claro uno más que el otro.

Sakura había llegado hace casi una hora para registrarse primero y así tomar un café y leer el periódico, en espera de esos dos, ya que los conocía y en todo se iban a retrasar.

-Eso no te incumbe mocosa… -Habló el Yakuza con cierto aire de molestia.

-Y aunque me incumba sé de todas formas que fue eso… No hay que adivinar… -Comentó mientras doblaba el periódico. –Ya te registraron Akihito?

-Si… -Dijo el menor. –Ya el equipo me registró y me dijeron que puedo ir a donde sea en el tren…

La mujer solamente asintió, y Asami tomó asiento al lado de su prima, iniciando una de sus conversaciones típicas de negocios.

Y fue así que Akihito entró en un pequeño trance de pensamientos.

No era nada raro verlos juntos, pero no podía evitar sentirse impresionado cuando estaban así. No tenían cara de Yakuza cuando estaban juntos, y hasta sonreían en complicidad o cuando algo les daba gracia; no contaban mucho de su pasado, pero a veces hacían referencia a sucesos que alguno de los dos pasó, y eso le daba placer a escuchar, ya que así los conocía con más profundidad.

Y no es como si no conociese la vida entera de ambos Asami, y mentía, no los conocía mucho y apenas conoció  lo general: madres de origen desconocido (y ni siquiera saben quiénes son y ni les importa) y padres locos que lo hicieron todo para ser los más reconocidos en el bajo mundo, y que ambos murieron. Estudiaron, tuvieron honores en toda actividad educativa, física y en todo lo demás; recuperaron la herencia que los enemigos de sus padres robaron e hicieron de ella algo inmenso donde ambos eran multimillonarios desde muy jóvenes. Empresarios con empresas expandidas por todos los continentes del mundo, con aliados que los ayudan a expandir su imperio. Y sobre todo una gran enemistad con los canadienses. Y punto. Después de eso nada más.

Le entristecía que no supiera tanto de su esposo, contrario a este mismo, que lo conocía  de pies a cabeza; desde su nacimiento hasta su presente, de todo lo que lo rodeaba y lo que hacía. Lo vigilaba hasta de donde este nunca se daría cuenta y lo poseía cuando le daba la gana, y para emporar lo amaba con euforia.

Que injusto.

Verlo sentado ahí junto a su prima le daba envidia, ya que aunque compartiese poco con ella, parecían compartir más cosas con ella misma que con su propio esposo, y eso le daba envidia. Pero no podía odiarlos a ninguno de los dos o sentir alguna otra cosa por ambos, eran familia, y podría pensar que son su ÚNICA familia.

-Hey… Akihito…

Esa fuerte y autoritaria voz que lo derretía lo sacó de sus más profundos pensamientos. Y solamente bajó de su mundo para centrarse en su realidad y mirar a esos dos, quienes lo miraban sonrientes.

La mano de Asami, lo invitaba a sentarse entre los dos, y este sin pensarlo dos veces se sentó entre ellos con una sonrisa; así empezaron una conversación entre tres bastante animada.

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-Pasajeros… El siguiente tren hacia Sapporo saldrá en 10 minutos. Por favor pasajeros. Les invitamos a abordar lo más pronto posible el tren antes de salir.

Era el ante penúltimo llamado, y nuestros protagonistas se encontraban delante del tren, listos para irse, y solo faltaba por despedirse de Asami, quien en ese instante hablaba con ellos.

-Iré a visitar tus clubes en Sapporo y te traeré un reporte financiero por escrito al volver… -Hablaba la joven con una pequeña sonrisa.

-Necesito que también hables con algunos de mis socios de allá, sobre los beneficios de una compraventa de unos locales para futuros negocios… Te daré los detalles de eso por correo…

-Cuenta conmigo para eso… -Prometió mientras levantaba la mano en señal de promesa.

-Una cosa más… -Dijo rápidamente Ryuichi, con un semblante un poco más serio de lo normal, a lo que esta rápidamente entendió y bajó la mano.

Ryuichi miró un poco a Akihito, a lo que este rápidamente comprendió el mensaje y se alejó de estos, llegando hasta Kirishima, con quien se puso a hablar.

Fue un intercambio de pedidos entre ambas conversaciones, donde Kirishima y Sakura solamente asintieron ante los pedidos de Ryuichi y Akihito. Cuando Akihito terminó solo observó a los primos Asami, quienes por primera vez tuvieron contacto físico, siendo este un fuerte abrazo.

Eso sorprendió al menor. Era la primera vez que los veía así tan unidos, darse un abrazo era ya algo extraordinario, ya que Asami Ryuichi jamás tenía ni por muerto contacto físico con otra persona, y bueno ya hubo una primera excepción; pero no se sintió mal, y hasta lo vio tierno. No pudo evitar sonreír ante tal acto que sus ojos avellana apreciaban por primera vez.

Ambos Asami se separaron, y su vista se fijó en Akihito. Curioso, se acercó a Asami cuando este lo llamaba con señas con su dedo, invitándolo a venir; dando el momento para despedirse. Y cuando llegó, Sakura se alejó y con un par de palabras con Kirishima, se despidió y se adentró al tren.

-Veo… Que ya tenemos que separarnos… -Habló Akihito, con una cara sonriente, y al mismo tiempo triste.

-No digas tonterías… Hablas como si sería la última vez que nos viéramos… No hables con tales ánimos mocoso… -Le corrigió el mayor, haciendo reír a su joven esposo, quien después, de improviso lo abrazó.

-No hagas tonterías mientras no esté, aliméntate bien, duerme lo suficiente y repón energías. Llamaré a Kirishima en secreto todos los días y le obligaré a decirme si has obedecido a todo esto. No te expongas tanto al peligro y no andes como un loco matando a diario mientras no esté. Tampoco te excedas en el trabajo y tomate un día libre esta semana y descansa en casa… Ok?

Para Asami, esos pedidos eran la dichosa “Misión imposible”, que nunca cumplía al pie de la letra, y que terminaba con dos noches completas en abstinencia, con dolores de estómago (por comer en exceso a causa del menor) y un Akihito gritándole “IRRESPONSABLE” por dos semanas enteras.

Este solamente rodó los ojos, y le sonrió.

-Haré lo que pueda… Pero no te prometo nada…

-Eso lo dices siempre, y nunca me obedeces. Verás que al volver dejaré por un mes en abstinencia por desobediente. –Reprochó el menor cruzando los brazos.

-Eso ni tú mismo te lo vas a creer Akihito. Verás que no aguantarás ni dos días sin tocarte. –Apostó el Yakuza.

-¡¿Estás retándome?! –Preguntó desafiante, con esa típica sonrisa que tanto ama Asami disfrutarla. Esa mirada de una fiera indomable que aun estando casados, jamás se le iba a borrar, y que tal fiera nunca sería domada ni por él, ni por nadie.

Asami solo sonrió, de tal forma que se les pusieron los pelos de punta al de ojos Avellana, pero que jamás le demostraba debilidad absoluta. Y que solamente Akihito tendría la oportunidad de conocer tal faceta, de animal salvaje y peligroso.

-Eso lo veremos cuando regreses… -Solo dijo. Y se acercaron lentamente para darse un último beso, que significaría la despedida; uno lento y largo, sin importar la mirada de otras personas. Solamente ellos dos.

Después, solo fue un largo abrazo, y con una agitación de manos, el menor se despidió y subió al tren; con tal de instalarse junto a la Asami menor, quien terminaba de meter ese famoso maletín de hierro bajo su asiento junto a su bolsa. Resguardando lo que sea que hubiese en su interior, antes de instalarse y sentarse.

-Lamento mucho la tardanza… -Se disculpó el menor, antes de comenzar a meter su mochila y su equipo de cámaras bajo su asiento por igual.

-Es Ryuichi. No puedo interrumpir ese momento… No lo verás por una larga semana, pero llámalo al menos 3 veces al día y se calmará. –Aconsejó la joven ya sentada, observando atentamente al menor.

-Lo se…

-Atención pasajeros, el tren ha cerrado sus puertas. Por favor, asegúrense de estar instalados correctamente en sus respectivos asientos. Ya vamos a marcharnos.

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Ryuichi se había quedado ahí, hasta que el tren saliera y desapareciera de su campo de vista, sintiendo por dentro una enorme inquietud, que pudo descifrar como miedo, tristeza y algo de frustración. ¿Por qué? Ni el mismo lo sabía, solamente esperando que una vez que el menor llegase a su destino y lo llamase para confirmar.

-Nos marchamos Kirishima… -Dijo Asami mientras tomaba un cigarro y lo encendía, emprendiendo camino hacia la salida, teniendo como respuesta un “Si, Asami-sama” por parte de Kirishima, quien lo siguió al mismo ritmo de sus pasos.

Siento temor por primera vez en mi vida…

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-Sakura-san… -Llamó Akihito, despegando su mirada de su celular, y ahora prestando atención a la joven de al lado pegada a la ventana; quien en respuesta, bajó el periódico para poder mirarlo a él a los ojos.

-¿Sucede algo? –Preguntó.

-¿Dónde están Suoh y los otros 6 hombres que nos acompañarían durante el viaje? Nunca los vi subir al tren.

-Ellos habían subido antes y se instalaron en el vagón de atrás, tiene plazas para más de 5 personas así que quisieron compartir el viaje juntos… -Contestó la joven con una corta sonrisa.

-Entiendo…  -Solo contestó el menor, pero entonces este tomó valor para hacer otra pregunta. –Oye…

-¿Si?

-Quería saber… Cómo era Asami cuando era más joven… -Se atrevió a preguntar.

La pregunta la había despertado la curiosidad de la mayor, quien comenzó a reflexionar sobre tal cosa, hasta que una sonrisa en su rostro se había dibujado.

-Ese amargado nunca va a cambiar en su vida… -Solo digo en un suspiro mientras cerraba el periódico y lo volvía a doblar para concentrarse mejor en su conversación. –Ryuichi desde pequeño ha sido muy frío, fuerte y prepotente; sin importar lo calculador y gran manipulador que es. Era bastante solitario y solamente centraba toda su vida en los estudios. Cada vez que iba creciendo se convertía en alguien ambicioso y codicioso que solamente le importaba su propio futuro sin importar quienes se encontraban alrededor de él. Se fue al extranjero con el fin de terminar sus estudios y graduarse con honores en su rama en finanzas. Recuperó su herencia y de ella expandió las riquezas de la familia Asami por todo el mundo, multiplicándolas. Siendo ahora el hombre más rico de Japón. Después de eso, aun con esa ambición de poder entró al mundo del mercado negro y la mafia. Se convirtió en un Yakuza de renombre y se convirtió en el líder de la mafia japonesa en un par de meses… Desde que obtuvo su título expandió el miedo y el control por el resto de Asia y estableció una enemistad con las mafias China y rusa. Claro hasta que apareciste tú he hiciste el mundo dar vueltas para Ryuichi. –Dijo con una pequeña risa antes de continuar su relato. –Sin embargo Asia no le era suficiente, así que expandió sus negocios por Europa y toda américa… Por eso es uno de los hombres más importantes del mundo…

Todo explicado, pero para Akihito eso había sido muy general, en falta de detalles sobre como hizo todas esas hazañas y cómo se convirtió en tan poco tiempo en el líder de la mafia japonesa. Pero debía comprender a ambos Yakuza; para llegar ahí debieron haber hecho y sacrificado muchas cosas en su vida, incluyendo su juventud y felicidad.

Entonces, Sakura volteó hacia el vidrio, mirando el panorama de los verdes campos, y esas lejanas montañas que le daban un toque hermoso a aquel atardecer en Japón. Y sonrió con algo de melancolía.

-Ryuichi pasó muchas cosas antes que yo para llegar a donde está hoy… Y me protegió tanto para poder ser lo que soy yo… Las cosas en nuestra infancia no fueron las mejores, y podemos decir que nuestra verdadera vida comenzó hace poco…

-… -Akihito captó lo último rápidamente, y se dijo a sí mismo que no podía preguntar más, y que era mejor esperar a que ambos decidieran contarle sus dolorosos pasados cuando fuese el momento indicado. –Gracias… Sakura-san…

La mencionada solamente volteo a verlo. Y le regaló una de esas dulces sonrisas que solía dar rara vez, ya que casi siempre era tan amargada y malhumorada como Asami.

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Ya el anochecer empezaba a asomarse a Japón. El sol se había ocultado y las primeras estrellas comenzaban a brillar en el cielo.

Akihito algo nostálgico y triste miraba las fotos de su boda con su esposo en su ordenador. Mientras que a su lado, Sakura mantenía su cabeza volteada hacia la vitrina, pero con sus ojos dorados cerrados, tratando de descansar la vista al no haber pegado un solo ojo desde la noche anterior, y encima escuchando música a algo volumen con sus auriculares, hecho que no le molestaba a Akihito en lo absoluto, ya que con el tren y su concentración con las fotografías, impedían tener su concentración en lo que sea que le rodeara.

Claro… Hasta que…

-Takaba Akihito-kun…

El haber escuchado su nombre completo lo trajo a su realidad, y por reflejo minimizó la carpeta más la ventana con la cual podía ver sus imágenes. Y ahora sus orbes avellana se concentraron en mirar a una mujer, que vestía formalmente, y al ver ese uniforme, suspiró al ver que era una de las empleadas que plantaban servicio en el tren.

-Buenas noches… -Saludó cortés. – ¿Puedo ayudarla?

-Si… -Dijo con una sonrisa. –Sacando un ramo de flores blancas bien decorado, más específicos rosas blancas y se las pasó a Akihito, quien curioso las tomó y las miró. –Acaba de enviárselas un hombre que se encuentra en el último vagón de atrás.

-Un hombre…? –Aún confundido volvió a preguntar.

-Si… Y si le soy sincera señor… Se parece mucho a usted… -Hizo referencia con una agradable sonrisa, y fue entonces cuando Akihito sintió miedo.

-Le dijo su nombre…?

-No señor… Tan solo me dijo que le diera el ramo… Me dijo quién era usted y como era… Eso es todo señor…

Akihito miró una vez más el ramo, y entró en pánico. Entonces le agradeció a la mujer y esta en seguida se retiró. Después, Akihito miró todo su contenido a fondo, buscando algo que le diga la identificación de aquel sujeto que “se parecía a él”, hasta que encontró una carta bien escondida en el fondo del ramo; y con cuidado la sacó. Dejó el ramo a un lado y procedió a leer su contenido.


Kufufufufufuf.

Takaba Akihito-kun… De seguro te preguntas ¿quién soy?
Pues soy ese quien te quitará tu puesto en esta vida.
No eres más que un estorbo para mis planes
Y Asami Ryuichi es mi principal meta.
Te quiero fuera de esta miserable vida.
Y Asami Caerá en el mismo infierno por todo lo que me hizo,
Ya verás que cumplo con lo que prometo
Y acabaré con él empezando con lo más lindo e importante para el:
Su maldito esposo: ASAMI AKIHITO.
Y cuando llegues a este verso en tu lectura,
Date cuenta que te quedan desde este mismo instante 30 minutos de vida.

Atentamente: El canadiense…



El haber leído el contenido de la carta asustó verdaderamente a Akihito, quien sin pensarlo dos veces, movió fuertemente a Sakura para bajarla del mundo de ensueño a donde imploraba ir en esos momentos; y esta con fastidio lo miró con molestia. Pero ese choque de miradas alertó a la mujer, quien miró la nota y las flores blancas. Sin ningún cuidado le arrebató la hoja al menor y leyó con atención.

Akihito temblaba, y con discreción miraba a las pocas personas que estaban en ese vagón. Sorpresivamente, notó que eran solo 6 pasajeros en ese vagón, lo que lo dejó con los pelos de punta; ahora solamente deseaba salir y volver a brazos de Ryuichi.

-Caímos en su juego… -Dijo la chica de una manera aterradora, mientras miraba los alrededores del vagón, notando que ninguna cámara de seguridad podría apuntarle con claridad y así sacar sus “amigas”.

-Que… ¿Qué haremos? –Preguntó nervioso el rubio, sin saber qué hacer, siendo otra vez la maldita “damisela en apuros” que detestaba ser cuando Asami no estaba cerca, dejándole todo el peligro a cargo a su prima menor, quien ahora estaba cargando sus armas lista para el tiroteo del siglo.

-Iremos a ver quién es nuestro “Canadiense en persona”… Andando… -Dijo la mujer, mientras escondía bien sus armas dentro de la salopette; poniéndose de pie seguida de Akihito, quien fue a paso rápido con la otra hacia el otro vagón.

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-Están…

-Tch… Los envenenó con las bebidas…. Bien jugado… Y solo parecen dormir….  –Concluyó la más baja, mientras le tomaba el pulso con la mano derecha al último de los cadáveres, quienes eran los 6 guardaespaldas de Asami.

Akihito no podía creer lo que estaba sucediendo en ese momento. Cuando llegaron al tercer vagón de atrás, estos encontraron a los 6 hombres que también estaban a cargo de vigilar a Akihito durante su jornada de trabajo, como había prometido. Pero cuando llegó a verlos, esta rápidamente se dio cuenta de algo: Todos “dormían”.

Extraño, y los empezó a llamar, sin recibir respuesta. Y miró el vagón…

Estaban solamente ellos 6…

Se espantó, y le tomó el pulso al primero que tenía más cerca.

No había latido…

Lo habían envenenado con las bebidas en la cena…

Akihito quería llorar.

-Todos murieron con el mismo veneno… La bebida que les dieron acompañada con la cena… -Dijo con una voz dolorosa y triste, mientras dejaba delicadamente la mano del cadáver y miraba a Akihito, quien parecía perdido en su propio miedo, con unas ganas terribles de llorar.

-Sakura… Quiero volver con Asami… -Solo dijo el menor, mientras lágrimas traicioneras escapaban de sus orbes avellanas producto al miedo y a la desesperación. Diablos como siempre Asami siempre tenía la razón, y él siempre vivía en el peligro; y peor aún, es que la vida de Sakura corría mucho riesgo, y sin saber qué diablos se tenía tramado ese canadiense.

Era simplemente el final… Lo sabían….

Y todo se hizo de película, cuando Sakura miró hacia el fondo del vagón, como si supiese que el enemigo estuviese en el último.

Pero las cosas pasaron demasiado rápido: Llegaron al final… Pero. Una silueta, Sakura aterrada; y ella miró a Akihito con una sonrisa, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

-Como desearía volver a casa contigo…

Ryuichi…

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Perdóname… Ryu….

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Crash!!!!!

Fue el sonido que alertó a Ryuichi al entrar a su departamento. Y como alma que se llevaba al diablo corrió al estudio y miró que pasó: El enorme recuadro de su boda con akihito que descansaba detrás de su escritorio se había caído. Entristecido por ello se acercó al desastre en el suelo y miró todo el lugar, buscando la razón lógica por la cual este se había caído al punto de destruirse por completo; sin encontrar alguna respuesta posible.

-Akihito… -Susurró ese nombre con dolor mientras miraba el recuadro roto. Donde la grieta traspasaba el rostro de su intrépido esposo. 

Notas finales:

D: Bye bye a nuestros personajes principales... Qué pasará ahora? Espero con ansias sus Reviews!!!! Nos leemos

Bye Bye!!!


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