No ha podido estar más que estresado con su trabajo. Estaba hambriento, más el trabajo le hacía perder la concentración, y así su apetito. No podía seguir así joder!!!!
Liu Fei-Long estaba pasando por un estrés de mierda en su oficina. Sus propios asuntos lo estaban volviendo loco, y los de Asami por igual. Era tanta la carga en cuanto a los asuntos del Yakuza japonés, que le suplicó a su pareja de darle algunos asuntos a él. Si, su pareja actual era Mickhail Avartov, el líder y jefe de la mafia rusa, quien con él y Asami, formaban el trío del momento en Asia, formando una alianza que compartían intereses.
Más las cosas en este momento eran más que críticas: Takaba Akihito y Asami Sakura (la prima de Ryuichi), habían muerto en una explosión en tren gracias a un ataque organizado por la mafia canadiense, hace ya 2 meses. Todo fue una organización perfecta: Akihito fue engañado para ser el fotógrafo principal en un evento que se organizaría en Sapporo (Hokkaido), y fue convencido por su jefe que tenía que transportarse hasta allá, solamente y ÚNICAMENTE en el tren en bala, que salía el 22 de agosto a las 17:25, por lo que llegaría sin retraso alguno entre las 2 y tres de la madrugada del día siguiente.
Más no fue así.
Según la policía y el encargado de esta investigación; Shinji Kudora, el tren había explotado entre las 22:00 horas, por lo que la noticia llegó a oídos de Asami a las 3 de la madrugada, cuando estaba dispuesto a ir en busca de su esposo y prima, ya que él tuvo un horrible presentimiento… Siendo esa la razón.
Desde ese entonces, Asami ha entrado a un fuerte estado crítico de depresión desde ese día tan trágico. El estado era tan fuerte que el 60% de sus negocios pasaron a control de Fei-Long, ya que Kirishima no había logrado hacer todo el trabajo él solo sin la presencia del Yakuza Japonés, y sin el control de él, todo era un caos en el bajo mundo. Pero ese 60% era tan fuerte, que los propios mafiosos aliados: chino y ruso, estaban tan agobiados y en un fuerte estrés, que casi ni dormían bien.
Todos alabaron a la difunta Sakura por haber dejado a alguien que supiera manejar con maestría sus propios negocios, porque el trabajo dejado por Asami estando vivo y encerrado en casa.
Las cosas iban en picada estando el mayor en depresión, y la investigación seguía inconclusa. Kudora estaba que tenía el culo roto sentado en su escritorio tratando de hacer encajar piezas que no tenían sentido: Desde los ataques, el homicidio en el tren y ahora… El periódico en donde trabajaba Akihito, había sido también la víctima de toda la locura. Según muchas fuentes, explosivos con la misma potencia en el tren fueron colocados, explotando a primeras horas de la mañana antes de la llegada del jefe del edificio de prensa, por lo que más de 200 personas murieron por las llamas, la potencia de la explosión y caída de escombros. Y todo se centraba en un muerto: Takaba Akihito.
((Nota: Recuerden que no todo el mundo sabe que Aki se apellida Asami))
Nada encajaba para Sinji, incluso él trabaja de ayudar a Kirishima para sacar al “estúpido” depresivo de Asami de su hogar, quien se la pasaba postrado en su habitación o sala, bebiendo y sumido en los recuerdos que vivió con su fallecido esposo con aire deprimente. Kirishima no sabía qué hacer para poder sacar a Asami de su habitación, y Kudora no sabía cómo sacar aquel delicado tema a flote con él…
¿Cómo iba a decirle que los cuerpos de su esposo y prima no estaban en el tren?
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Hong Kong 22/10/2009 – 00:20
-Lui Fei-Long?
-Si. Soy yo. –Respondió lo más serio, y profesional y activo posible, porque ni el té más fuerte del mundo lo ayudaba a mantenerse por lo menos un 50% activo. – ¿Con quién tengo el placer de hablar?
-Lamento mil veces esta interrupción a tales horas, sabiendo que usted debe estar ocupado con todos sus asuntos pendientes y problemas extra. –Se excusó el otro hombre tras la línea telefónica, su voz por igual sonaba igual de apagada como la de Fei-Long. –Soy el fiscal y mejor amigo de Ryuichi, Shinji Kudora. El asistente de Asami, Kirishima-san me ha dado su número de celular porque tenía algo de urgencia en hablar con usted. –Se presentó.
-Claro, ya le conozco. Un placer poder hablar con usted. ¿En qué puedo servirle? –Pregunta el chino esta vez siendo él mismo, con una voz llena de fatiga al poder sentirse en confianza con el fiscal, quien no se molestó al entender el cambio de voz del Yakuza líder de la mafia china. Tenía que comprenderle, estaba más que fatigado.
-Antes de hablar del asunto delicado. Le he pedido amablemente a Kirishima-san de mantenerme un poco al tanto de su relación con Ryuichi, por lo que estoy enterado de algunas cosas, antes de querer entrar en detalle de algunos temas delicados. Pero dadas las graves circunstancias, quisiera poder mantener una relación de confianza con usted, ya que le considerado alguien mucho más cercano a Ryuichi para contarle mis investigaciones.
Fei-Long miró confuso su celular, despegándoselo del oído por varios segundos antes de volver a ponérselo y seguir escuchando la voz de Sinji.
-¿Y por qué no se lo cuenta a Kirishima o Ryuichi mismo? Así lo sacaría de su depresión. –Sugirió curioso, queriendo saber sea lo que sea, que aquel hombre le dirá a continuación.
-Dadas algunas cosas, no puedo decirles a ellos dos por el momento, por lo que creo que usted sí deberá saberlo. Más no será por teléfono. Le voy a suplicar que venga a Japón, acompañado de Mickhail Avartov para una reunión en privado…
-…
-Por favor, señor Fei-Long. Esto es algo que usted tiene que saberlo lo más pronto posible…
-Bien. Estaremos allá lo más pronto posible.
-Se lo agradezco infinitamente señor Fei Long. Pase una feliz noche.
-Muchas gracias, Fiscal Kudora. Le deseo lo mismo para usted también.
-Gracias.
Y así el chino colgó, soltando un suspiro pesado antes de dejar su IPhone sobre el escritorio y al mismo tiempo recostarse de su cómodo asiento de cuero negro, así mismo de llevarse las manos hacia la punta de su nariz, y al fin, soltar un fuerte suspiro. ¿Cómo podía desplazare a Japón en estos momentos con tanta mierda de trabajo dejado por Asami? Tenía que partirse en 10 para al menos respirar en paz.
Se llevó una mano a su vientre que hasta el momento, estaba un poco abultado por su 3er mes de embarazo.
Sin duda el trabajo no le estaba haciendo bien ni a él, ni a su futuro bebé. Tenía que encontrar una solución a esto.
Por el momento, ir a Japón y acumular más mierda era lo mejor que podía hacer. Así que se puso de pie y rodeo su cómodo asiento, mientras que sus manos se ocupaban de marcar un número familiar, y que con sus estupideces podía sonreír en estos meses de duro trabajo.
Una, dos, tres, cuatro sonadas hasta oír la voz que tanto deseó escuchar:
-Hola mi amor. Por favor… Dime que me llamas para decirme que el cabrón de Asami recapacitó en sus pantalones y que pide que le demos toda su mierda… Muero por verte ya.
-Lamentablemente idiota, ese lamentablemente no es el caso. –Responde Fei cansado mientras mira su activa ciudad nocturna, y su propio reflejo de él y el resto de su oficina a través del vidrio. Estaba ojeroso…. Qué asco.
Tampoco es como si esperara un: Hola mi amor por parte del ruso. Él tenía que comprenderle por igual, ya que Mickhail poseía en guardia un 35% del 60% de los asuntos de Asami, dejando menos trabajo para su doncel en plena gestación… Pero quien se estaba matando arduamente sin descanso era él… Su amante y amado.
-Mierda… Me voy a morir así.
En eso, Fei Long soltó una pequeña risa, alegrando así al líder de la mafia rusa.
-No me puedes dejar viudo, con un bebé en plena gestación y después el 60% de las mamadas de Asami.
-Hago lo que puedo para sobrevivir e ir a verles. ¿Cómo están?
-Estamos muy estresados aquí. ¿Has logrado dormir?
-No. Incluso han sido 2 días que he comido poco. El trabajo es tanto que apenas pruebo algo. Estoy muy estresado.
-Lo entiendo. –Suspira el chino, antes de voltearse al ver la puerta abrirse, con un adolescente Tao, con una bandeja con su té favorito. Le sonrió y le pidió en señas de dejarle su majar entre el papeleo. –He logrado al menos resolver una gran pila de papeleos en toda esta semana. Más no te he llamado para saber cómo estás, o si haz avanzado con el trabajo.
-¿Sucede algo?
-Sí. El fiscal Kudora, el amigo de Ryuichi me ha llamado personalmente a mi celular.
-Ya sé quién es. –Responde el rubio con un poco más de curiosidad. – ¿Y qué quería?
-Quiere que tú y yo viajemos a Japón lo más pronto posible. Dice que tiene cosas bastante importantes que decir, y que solamente tú y yo estamos aptos para escuchar lo que él tiene que decirnos.
-¿Él te dijo de qué se trata?
-No. Dice que el tema no puede ser discutido por teléfono. Así que tenemos que ir los dos a Tokyo.
-… … Bien. Mañana mismo estaré tomando el jet a Tokyo.
-Llegaré antes que tu. Así te espero.
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A la mañana siguiente….
Aeropuerto internacional de Tokyo. 10:33
Liu Fei-Long había bajado de su Jet privado, llevando uno de sus más bellos trajes típicos de China, siendo sensual, magnífico y obviamente, escondiendo su vientre de 3 meses de todos. No se daría el lujo de que alguien viene su vientre.
Apenas esperaba con calma de pie, el otro avión privado que conocía de lejos ya había tocado tierra y ya se acercaba hasta ellos, donde luego de detenerse a una distancia prudente del chino, un cansado Mickhail Avartov salía con su cuarta taza de café cargado de esa mañana, vestido a su manera, quien al ver a su amado, abrazó por detrás, recibiendo el cariño de su amado luego de 1 mes en Rusia.
-Hola bebé…
-¿Nos vamos? El fiscal Kudora ya nos está esperando en el hotel…
-Andando entonces…
Dios lo que se les venía….
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Dos semanas después….
Luego de dos semanas llenas de puro trabajo duro para sacar a Asami Ryuichi de su casa, porque tenían que entenderle: él había perdido a su única familia en esta vida. No era fácil superar el hecho de haber perdido a tu esposo y a tu prima por un descuido, y que el asesino siguiese saltando de felicidad por ahí.
Eso ellos lo sabían. Asami parecía ser fuerte, más no lo era. Y todo eso se demostró con solo saber aquella trágica noticia. Se resguardó en su hogar y ni pidió los cuerpos de sus familiares… No quería verlos así, quemados y desmembrados por la intensidad de homicidio. Más se la pasaba ahogado en sus recuerdos, y culpándose a sí mismo al haber perdido a los que amaba.
Pero solamente bastó con un par de balazos a la puerta y a un hormonal embarazado para sacarlo a patadas de su pieza, y que hoy, estuviese en su oficina, sin ganas de hacer nada. Entretenido con unos papeles dados por la pareja en cuanto sus asuntos en Sion.
-Quiero irme a casa… Dónde está Sinji?
Era la octava vez que lo preguntaban, y los dos mafioso estaban ya inquietos porque el susodicho no había llegado desde hace 2 horas de la hora acordada. Ryuichi estaba cansado al igual que ellos, y aún no se veía a dispuesto a retomar la cabeza de sus negocios. Claro, todo fue hasta que el alma le regresó al cuerpo cuando Kirishima abrió la puerta, y Kudora pasó con alguien en los brazos.
-Aki…Akihito…?
Si. Un Akihito lleno de vendas, heridas tratadas y unos ojos llorosos, corrió hacia el mayor, a quien abrazó fuertemente una vez estando así de cerca de él. Vestía con unos pantalones deportivos y una polera bastante abrigadora.
Akihito había vuelto….
Más los dos mafiosos y Sinji se miraron unos a los otros…
Ese no era Akihito….