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A lo que estaré dispuesto por ti por AsamiYang

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Notas del capitulo:

Holis holis!!!!!!!!!!!!!
Luego de un jodido bloqueo mental por la uni y por trabajar en Covid como enfermera oficial! Ya he podido actualizar!!! 

No me maten!!!!!!! 

He decidido dividir este cap en dos ya que vi que es muy largo. Y eso que no he terminado la 2da parte y no quiero hacerlas esperar! Sin más he aquí salseo!!

DICLAIMER: Viewfinder y sus personajes, así como los de Katekyo Hitman Reborn y de DC no me pertenecen. 

La sala de fiestas del hotel más lujoso del planeta estaba repleta de personas de toda edad y clase, gozando la vida de la “juventud de ahora”, desde los bailes más descabellados hasta las conversaciones más comunes, con música electrónica a todo volumen, con bellas mujeres voluptuosas y sensuales bailando coreografías desconocidas, solamente dejándose llevar por el ritmo de la música; estaban bañadas en pintura dorada, brillante y reluciente en su totalidad incluyendo sus bellos trajes de baño. La gente saltaba, gozaba, bebía se volvía loca.

-Este sin duda, no es mi ambiente. –Había repetido Asami Ryuichi por novena vez mientras le daba un sorbo a su wiskis y se recostaba un poco del barandal de aquel piso, vigilando todo desde arriba con algo de aburrimiento y desaprobación.

-Tendrá que aguantarse, Asami-sama. –Había hablado Jayden desde abajo producto a un tele comunicador bastante pequeño en la oreja derecha; mirando entretenido a las chicas que bailaban sobre plataformas separadas, rodeadas de gente que se gozaba la música hasta morirse.

-Qué te he dicho de hablarme de usted? Me envejeces más de lo que ya estoy.

-Ahora me lo corrige?

-No he tenido el tiempo, pero lo tengo muy presente.

La bella y melodiosa risa le hizo morderse el labio inferior y sonreír inconscientemente.

-Sonríes hermoso. – Exclamó Jayden.

-Cómo lo sabes?

-Estoy observándole desde mi lugar… Se ve bastante bien.

Asami le buscó con la mirada hasta verle, apartado de todo el mundo en una esquina, a pocos metros de una gran pared en cristal, recostado y con los brazos cruzados; con el aire de chico malo. Uno muy malo el cual ponerle en su lugar a pesar de la tan hermosa ropa que llevaba.

Qué estaba pensando?

-Pareces un chico bastante malo. Por qué no bailas junto al público? De seguro es tu estilo de música.

-Incluso me fascina esa canción! Se llama Drift de Rafael Frost. La escuché por la primera vez en un juego online para celulares…

Ryuichi volvió a reír.

-Estás seguro que eres el segundo líder de los Asami? Pareces cualquier muchachito, menos eso.

-Soy todo lo que usted puede imaginarse.

Y era verdad… Ryuichi podía clasificar al chico en todas cosas: aparte de Yakuza, parecía ser un hombre normal en sus veinte y tantos que le gustaba vivir la vida al máximo sin importarle nada, además de atractivo, no parecía tener el aire de ser mujeriego y sin pareja, viajando, trabajando y cumpliendo sus propósitos y principios. Le atraía enormemente y era consciente de eso… Cómo le haría?

Era como si fuese el Akihito del pasado antes de ser secuestrado por Fei-Long hace muchos años: un chico libre e independiente que no necesita de nadie ni nada para vivir su vida, sin cadenas ni nadie que le impida ser libre…. Una bestia cual domar.

Era demasiado atrayente.

Negó divertido, mientras volvía a mirar al público gozar.

-Esto es una distracción. Se supone que la subasta se hará en otra sala de fiestas. –Comentó el menor mientras recibía una copa de champagne.

-La distracción es bastante buena…. Nada que las autoridades de acá puedan sospechar.

-Aparentemente también piensan vender al hijo doncel del dueño de la compañía aérea Emirates. –Comenta Ryuichi mirando a los guardias de seguridad.

-Con que es por eso que todo acá está tan… alborotado.

-Así es. Es el chico árabe más bello de toda la región medio-oriental, además de ser un chico puro y virgen, corromperlo y hacerle daño es una cosa… Pero quiere que su padre le entregue un 80% del capital de la aerolínea y dejarla en la ruina a cambio de él.

-Para qué?

-Represalias del pasado. Busca venganza porque su mujer se enamoró de él y se casaron. Tienen apenas 3 hijos ya.

-Niñerías?

-La mente humana. – El menor rodó los ojos.

-Bueno. Qué hay de los equipos?

-Tengo un mensaje. Ya aterrizaron y ya se están preparando para la caída de la tarde. También se confirmó que los contendores volvieron a ser separados y que los venderán por separado. Sin embargo hay un comprador particular que está interesado en ellos y que daría un gran capital por ambos, así expandir su imperio en medio oriente y acabar con Giovanny.

-Por qué con él?

-Eso no lo sé y Giovanny tampoco me lo ha dicho, pero parece ser un pequeño problema del pasado el cual él esconde con toda su vida.  

-Sea lo que sea, puede que sea extremadamente importante para que Giovanny no nos lo diga.

-No pienso presionarlo tampoco. Quizá algún día nos lo dirá.

Hubo unos pocos minutos de silencio ya que ambos volvieron a centrarse en observar y “disfrutar” de la fiesta. Quizá esta cuartada era lo suficientemente buena y los verdaderos invitados a ella aún no llegaban, pero era mejor guardar las apariencias. Por ahora era mejor ser precavidos y solamente quedarse a observar hasta que hubiese movimientos en particular.

-Qué tal si vamos al bar?

-Me parece bien.

Sonrientes se movieron de sus sitios, más Jayden que Asami; ya que ese tenía que subir hacia su dirección, ya que el bar VIP se encontraba en el piso superior, a pocos pasos del Yakuza mayor. Una vez juntos fueron a la barra y se sentaron, sonrientes de forma encantadora, y la Bar tender encargada casi mente se resbala y cae derretida ante dos hombres tan elegantes y apuestos.

-Un Wiskis, por favor.

-Yo quisiera el mejor coctel de la carta, sin tanto alcohol, por favor.

-Si… Si. En un momento se los traigo. –Logró apenas decir antes de retirarse y dejar a ambos con algunos aperitivos los cuales no dudaron en tomar y probar.

-Espero que no tengas migraña.

-Creo que es soportable. Nuevamente te agradezco los dispositivos para mi audición.

-Suponía que eras algo… sensible a los fuertes ruidos.

-Por Sakura, no? –Dijo sonriente.

-Así es. No creo que este tipo de ambientes sean el tuyo, aparte de tus clubes que atraen a la juventud. Pero tus oficinas están a prueba de ruido, por lo que no los escuchas.

-Veo que me conoces mucho. –Y apoya uno de sus codos a la barra, atentamente a la risilla encantadora de su compañero.

-Solo lo que he escuchado de parte de mis hombres que te conocen un poco.

-Vaya. Es una verdadera desventaja.

El menor no entendió ahí.

-Por qué la desventaja?

-No sé nada de ti.

Era cierto. Para Ryuichi, el menor era un completo desconocido, sin tener ni la más mínima idea de quién era, de lo que le gusta, de lo que hace en sus tiempos libres, de sus habilidades, de fuerzas y debilidades. De su vida y su historia; aunque esta era demasiado general, y con el poco tiempo que ha tenido en convivencia con él, pudo notar que este muchacho era sumamente interesante y daba curiosidad, queriendo descubrir cada faceta de él, querer saberlo todo. Hasta sus razones de haberse mudado hasta Japón.

Sonrió de tal bella forma que mostró sus radiantes dientes, y ante tan bella manera que Ryuichi se enamoró de ella, y que quisiera verla todos los días.

-Bueno. Tenemos unas buenas 3 horas y media antes de que empiecen a llegar los invitados para la subasta. Tiene un interrogatorio preparado? Seré un libro abierto ante todo lo que usted me pregunte. –Dijo mientras miraba su celular y luego lo guardaba a tal forma de quedar en completa disponibilidad para el mayor.

Se acercaron un poco, y en su interior, el corazón de Jayden latía con mucha fuerza. Tenía que ser precavido con todo lo que preguntaría y saberle responderle bien; además de ser lo más transparente posible para no dejar al mayor ni en la duda ni en la sospecha. Algo que no le sería tan complicado, más si delicado.

-Bien, entonces comenzaremos con un poco sobre tu carrera.

Comenzaron con una conversación muy resumida sobre los estudios de Jayden, contestando que antes de la universidad, era un joven que vivía de lo que podía. Le gustaba mucho la fotografía, más por su fisiología, sus padres lo habían mandado a la calle a sus 15 por tener dos sexos, y que antes de conocer a Sakura, tuvo un empleo de medio-tiempo en california en un café, para pagar sus estudios y mantenerse en un pequeño estudio poco amueblado, pero lo suficientemente cómodo para él. Con Sakura, él dejó su empleo por poco tiempo para centrarse en sus exámenes y diplomarse de la preparatoria y pasó a ser su protegido, más ella le daba la autorización de seguir trabajando luego de ello.

En la universidad, tenía una doble carrera en gestión empresarial y letras; por lo que aprendió muchas lenguas que le servirían de utilidad en el futuro, y tan bien se destacó que se graduó joven de un doctorado. Sakura le dejó en poder una empresa para que lograse administrarla, siempre y cuando ellos estuvieran de acuerdo con todo lo que tenga que ver con fondos monetarios y un extremo monitoreo por parte de la Yakuza.

Ryuichi estaba bastantemente interesado, enseguida le preguntó sobre sus pasatiempos, y además de la fotografía, le gustaba mucho viajar y disfrutar de la cultura y costumbres de cada territorio cual sus pies pisaban, además de leer y también su trabajo. Tener paseos en sus choches y entrenarse activamente con dos de sus más fieros instructores: Reborn y Jason, a manos limpias, a armas blancas o de fuego, las cuales para ellos eran su principal fuerte y Jayden tenía que arreglárselas con sus armas favoritas: katanas.

También descubrió que le gusta mucho la música como la de la fiesta, electrónica pura, y si no lo era, era el tipo “dustep”. Más había muchos géneros más, por lo cual supuso que era muy abierto a otros tipos de gustos, costumbres y culturas. Como también adoraba la danza y el deporte como el voleibol como su prima, la natación y el tenis. Además como Doncel, adoraba tener tiempo para él y hacerse muchos arreglos personales, más él no tenía que lidiar con muchas cosas como el vello en la piel, zona púbica, cara o axilas. 

Ryuichi casi mente conoció toda su vida, y le encantó tanto que su corazón latía por verle sonreír. También descubrió que en muchas cosas se asemejan a Akihito, a tal punto que diría que era más que una simple coincidencia. Su cumpleaños es el 5 de mayo, su signo es Tauro y su grupo sanguíneo es O. Actualmente mide 1.75 y pesa 60 kilos. Le encanta la comida japonesa más jamás ignora darse el gusto de comer “chucherías”, más casi vive en el gimnasio y corre unos buenos kilómetros para no perder la forma, incluso se entrena con sus hombres o mentores para jamás perder la práctica. Cuando viste de doncel, viste de las mejores prendas y su cuerpo las luce como mejor hace. Mayormente de las veces, cuando tiene que parecer alguien “rudo”, siempre tiene que vestir de traje, pero en la mayoría de las veces, lo hacía como su naturaleza lo dictaba, y eso lo hacía enormemente interesante.

Sus piernas cruzadas los tacones resplandecientes: no es como si no ha visto mujeres usarlos, pero cuando recordaba a su prima caminar con ellos cuando apenas estaba aprendiendo, era como una pesadilla, le dolían los pies y caminaba horriblemente mal. Hasta duró meses en perfeccionar su caminar y hacerlo con normalidad, a tal punto de ser una obsesiva con ese tipo de calzado; comprando como una loca compulsiva y teniendo la mitad de su closet lleno de esos “asesinos” como él los nombraba.

El menor le explicaba que duró aproximadamente 3 meses en caminar con ellos y perfeccionar sus pasos con ellos, practicando con tacones bajos y aumentando cada vez los centímetros hasta dominarlos y desplazarse como las modelos en pasarela sin tambalear ni caerse. A veces podía hasta correr.

Era fascinante la vida que llevaba este muchacho.

Así pasaron las tres horas acordadas, con ambos hablando de tantas cosas que hablaban de negocios hasta trivialidades cotidianas que hacían al menor reír y darle de regalo esa mirada tan encantadora que hacían al mayor estremecer y dejar completamente resuelto su duda de:

“Me está gustando este chico”

Cómo podía estar tan claro en tal afirmación?! Ha tenido 9 años de casado con Akihito y no se siente tan bien con este chico. Era algo inexplicable porque sentía que él era como Akihito al principio… alguien fuete e indomable, capaz de desobedecerlo y hacerle lo que le diera su gana; resolviendo los problemas a su manera sin importarle nada.

“Akihito era… así?”

Su mente era un lío en esos momentos, raros recuerdos y pensamientos le estaban envenenando la mente y empezaba a ser poco coherente consigo mismo y eso le molestaba. Así que era mejor no pensar más en eso y dejar que las cosas “fluyeran a su ritmo”.

-Creo que ya es hora. –Dijo el menos con una sonrisa mientras observaba su celular.

-En marcha, entonces.

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-Ahora. Si quieres salvar tu vida, la de tu familia y todos los que te sirven, más te vale comprar a ese doncel si no quieres que todo el medio-oriente sea un maldito getto suicida. –Amenazó el joven doncel mientras le daba el maletín a ese pobre hombre que solamente tenía miedo ante la rígida y potente mirada de Ryuichi quien le amenazaba.

Ahora tenían doble responsabilidad: recuperar sus contenedores y salvar al joven doncel. Obviamente ellos no estaban obligados a eso, más por la insistencia de Jayden en querer liberar a los donceles del narcotráfico y abuso; por ética y por experiencia, quiso salvarlo a su forma.

Habían tomado a un invitado cualquiera y lo amenazaron a muerte (no lo harían en realidad, pero era para causar miedo inminente), y el mismo al conocer a las dos caras más poderosas del mundo no podría negarse: los Asami siempre cumplían con lo que prometían, y si podían ser despiadados, lo serían sin contar quien fuera: amigo o enemigo, rival o compañero.

Ambos Yakuza se quedarían en las sombras mientras observaban a todos esos depravados comprar las cosas más inútiles e idiotas de la vida: desde autos excesivamente caros (que a Jayden no le molestaría en absoluto), hasta cuadros, joyas, propiedades y todas las mierdas. Aunque so solamente sería al principio, ya que luego comenzarían con ventas mucho más importantes que estarían completamente a la atención de ambos hombres: desde armas sumamente potentes que le pertenecían a mafias y clanes de poder, contenedores con sabrá Dios qué contenido, drogas, dinero, mujeres, donceles y para destacar: los dos contenedores con las riquezas que ellos buscaban.

Era como una clase de sala de ópera, estando en lo más abajo, los dos estarían de pie observando detenidamente la venta de cantidades excesivas entre dólares, euros o monedas importantes que tendrían mucho valor.

Ryuichi miró que todo estaba terminando de organizarse y los últimos invitados tomaban asiento. Cómo era privado, no les costó mucho colarse y quedar bien escondidos, usando a su “topo” podrían monitorear la venta y comprarían al chico para entregárselo a su padre, y luego con los contenedores…

-El equipo mío con tus hombres irá contigo al puerto donde se encuentran para que recuperes uno de los contenedores. Te llevas mi auto. –Ryuichi tenía los brazos cruzados y miró al menor algo curioso ante su decisión.

-Qué hay de ti?

-Me encargaré del otro solo con un equipo especial, parece estar del otro lado de la ciudad, por lo que se encuentra un poco más lejos de aquí.

-Por qué?

-Al parecer, el primero está más cerca de este hotel. De seguro para hacer publicidad sobre todas las riquezas que poseía su antiguo dueño y por qué era tan celosamente cuidado de sus enemigos, los cuales saben de la existencia de dichos contenedores y su contenido. –Le explica el menor mientras de su bolsillo sacaba las llaves de su coche y su celular; llaves las cuales le entrega a Ryuichi.

El mismo le miró curioso.

-Sabes conducir un deportivo? –Le sonrió pícaro.

-Te vi manejarlo, no es tan complicado. –Le sonrió cómplice.  

 -Entonces solo te pido que no te estrelles con él… Es uno de mis favoritos. –Y se fue de ahí, dejando a Ryuichi solo.

Él solamente le observó marcharse, y pensó que querría vigilar desde un lugar más cerca al topo que compraría al pequeño doncel. De seguro el mismo lo llevaría de regreso con su familia una vez que haya recuperado el contendor que le correspondía. También recordó sabiamente las instrucciones que Jayden le había dado en la mañana luego de abrir el sobre que le habían dado con las invitaciones y unos cuantos detalles en cuanto a la desaparición de los contenedores. Luego, el mismo dueño del hotel llegó unas cuantas horas antes de la hora de salida y le entregó al menor otro sobre, que hasta ahora no tenía ni idea de lo que habría en su interior, ya que Jayden se fue a su habitación a leerlo a solas y lo escondió allí, ignorando completamente la curiosidad de Asami.

Miró las llaves del Battista del doncel y suspiró algo inquieto, por lo que las guardó en uno de sus bolsillos en el interior de su chaqueta y comprobó que sus fieles armas estaban en su porta armas, preparadas para la acción.

No defraudaría al menor.

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Para cuando el evento comenzó, un discurso de bienvenida por parte del director del gran edificio fue dado, presentando al cuerpo de encargados de la subasta y sobre algunas curiosidades de ella. El público estaba impaciente por malgastar su dinero cual perros ansiosos por un hueso.

El topo estaba nervioso ante la potente mirada del doncel a una esquina a su derecha y más al fondo Ryuichi supervisaba. Había algo de tensión, pero para todo el resto del público, todo parecía de adrenalina.

-2 millones!!!

-7 Millones!!!

-15 millones!!!!

El público estaba loco ante un conjunto de accesorios hechos de oro y perlas: compuesto de un bello collar, brazaletes y argollas que a vista del doncel eran excesivamente pesadas, pero que una bella mujer se daría el gusto de lucir y presumir. Aunque los donceles también podrían portar esas prendas para lucir sus mejores trajes, a él no le llamaban tanto la atención.

-Tenemos quince millones!!! Quién ofrece más?!!

-60 ¡!

-80!!!

-110!!!

Sumas demasiado exageradas para Jayden quien cruzó los brazos indignado y desviaba los ojos en total aburrimiento.

Su celular vibró y curioso lo sacó del bolsillo de su enterizo para ver un mensaje de texto de Asami.

“No querrías portarlas? te quedarían fenomenal”

Desde cuando Asami daba cumplidos? Tal mensaje le hizo reír con dulzura al sentirse flechado. Más le contestó:

“No me gusta portar prendas tan pesadas. Me gustan las cosas simples, y que tengan un significado especial para mí”

Asami no tardó en responder.

“Al menos el collar te daría mucho más esplendor con tu conjunto y resplandecerían tus zapatos”

Se sonrojó, y le rezó a Dios porque Asami no haya notado eso.

“Gracias. Pero en verdad, me gusta lo simple”

“Estás seguro? El coche me dice otra cosa”

“No metas a mi bebé Battista en esto!”

Juró que Asami se había reído, más guardó la compostura.

-135 una vez… 135 dos veces… -Y un martillazo ante el pódium hizo eco en el salón. –Vendido al número 15.

Unos aplausos se escucharon nuevamente en la sala ante la nueva compra. El viejo de 63 años de seguro le daría eso a su hija la cual estaba de cumpleaños al día siguiente luego de una pequeña investigación de Jayden en la mañana.

Así siguieron con la venta de cuadros, mansiones, autos, accesorios, mujeres, donceles (que hacían enfurecer a Jayden pero guardaba la compostura) y demás. Hasta que por fin llegó el hermoso doncel que ambos esperaban, y que ahora miraba súbitamente cruel al topo, regresando su mirada con mucho temor y nerviosismo. El mismo era traído encadenado, empujado y arrastrado a la fuerza, sin importar que lo lastimaran, más el juez de la subasta estaba descontento con tal aparición, ´pero el chico aún con las fuerzas que le quedaban estaba resistiendo como todo un soldado, sin importar que estaba completamente desnudo ante la mirada de todo el público.

Asami miró a Jayden, que parecí rojo en furia.

-He aquí una de nuestras adquisiciones más codiciosas. Este chiquillo de 20 años es el mismísimo Alham Abichou! Hijo prodigio y único del gran presidente de la compañía aérea “Emirates”. Es un hermoso doncel fino, delicioso, codicioso, fuerte y muy inteligente!! Incluso es virgen y nunca ha tenido relaciones!! Es un joven muy estudioso y orgulloso!!! Pero es el más hermoso de los donceles del Medio-oriente y su belleza compite con la del doncel más codicioso de Estados Unidos: Jayden Miller.

Asami juró que el menor iba a sacar una de su armas y le dispararía, más su paciencia era más grande y no se permitiría una bajeza como esa.

-Empezamos con una cantidad de 50 millones!!

Los dos Yakuza miraron a su topo quien alzó la mano.

-70 –Dijo su topo

-80!

-95!

-115!!!!

El pobre doncel miraba con terror a todos esos malditos morbosos que lo miraban con lujuria y ganas de violarlo! Jayden tragó y suspiró fuerte.

-125!!! –Gritó el topo de ambos Yakuza!

-136!

-145!!!

Asami encarnó una de sus cejas y miró a Jayden. Se supone que el límite de cantidad estaba en 170 y el topo era consciente de eso, más Jayden no parecía inquietarse.

-150!!

-158!!!

-Vamos!!! 158!!! Quién ofrece más?!!!

-165!! –Gritó el Topo mientras levantaba la mano, sabiendo que estaba a 5 millones de dólares de la cantidad establecida en el maletín que le entregó el Yakuza menor, y le miró algo asustado, más el mismo estaba serio y al mismo tiempo confiado, como si no le importara nada.

-165!!! Quién da más?!

-169!!!

El viejo tragó seco muy asustado. Era su última jugada la cual ponía en un hilo su tarea en la compra del chico. Pero sabía que no podía perder ya que su vida corría peligro.

-170!!! –Gritó el Topo eufórico por la adrenalina y el nerviosismo que le carcomía el alma. El miedo le daba náuseas y la seria mirada del doncel de rojo era tan profunda que parecía leerle la mente.

La gente empezaba a murmurar sobre el hombre y sobre la cantidad excesiva que había puesto sobre un chico insignificante que solamente era hijo de un pobre hombre podrido en dinero, codicioso y egoísta que no le importaba su familia más que su propio dinero.

Nadie parecía querer aumentar la suma, más el menor que estaba en venta pareció perder la esperanza de luchar, sin saber que sería salvado.

-200….

La voz de un hombre hizo flipar a toda la sala, y Jayden frunció el ceño hasta observar hacia una esquina de la sala no muy lejos de Asami quien al parecer pareció enojarse también por la inesperada interrupción. Los murmullos por la impresión hicieron eco en todo el lugar, llenando de bullicios bajos la sala.

El topo se sintió desfallecer en ese instante, porque la cantidad había subido de 30 millones de dólares de los que el doncel le había dado en el maletín. No tenía más y no podría aportar tanto dinero solamente por un chiquillo que no se sabrá la razón por la cual Jayden Miller estaba tan interesando en él. 

Le observó como si buscaba una salvación, como si al final no pudo lograr lo que pidió, que no podría conseguir al chico. Lo que le sorprendió aún más fue haber visto al chico serio, algo molesto más no furioso ni asustado. Parecía completamente tranquilo, sereno y para casi “nada sorprendido”. Sus brazos estaban cruzados, recostado de perfil de un pilar siendo los brazos el soporte y en una de sus manos tenía su celular vibrando ante el reciente mensaje de Ryuichi quien en cambio parecía algo perplejo por la reacción del doncel.

Obviamente esos 170 millones no eran más que un “par de dólares” para su fortuna común y en un par de días de trabajo en calma podrían recuperar tal cantidad excesiva de dinero.

El menor suspiró y le habló en un lenguaje labial “sube la cantidad”.

Ryuichi lo leyó y lo miró como si estuviera loco.

“Estás loco?! No cargamos con esa cantidad” –Le envió un mensaje que el chico leyó junto a los anteriores enviados por Asami, y solamente sonrió con algo de sorna.

“Como si no estaba preparado…”

“Y de donde vas a sacar más? Si solamente tenías un maletín?”

“Qué te asegura que solamente traía un solo maletín?”

Ryuichi solamente se desencajó. Tenía más?

El topo miró algo confundido y volvió a leer los labios del doncel: “sube la maldita cantidad, ahora”

Una orden que no tardó mucho en obedecer.

-206! –Gritó el topo, y todos volvieron a sorprenderse, murmurando sorprendidos el como aquel viejo hombre daba tanto dinero por un chico.

-206.5 –Al parecer su contrincante no podía excederse tampoco, por lo que limitaba y solamente subía medio millón, lo que hizo sonreír satisfecho al chico.

Asami le volvió a textear “Cuanto dinero tenías en realidad”

“280 millones para el chico”.

Lo de los contendores sería un asalto organizado dividido en dos, por algo la participación de los equipos.

Asami sonrió cómplice, como si ese muchacho tenía todo previsto para todo.

Qué más tendría escondido ese doncel debajo de los tacones que usaba?

-208 –Volvió a incrementar el topo algo nervioso porque no sabía hasta qué cantidad estaría establecida, pero al parecer, por la sonrisa de satisfacción del doncel, esto parecía no ser para la cantidad que podría poner.

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Jayden se había retirado de la sala, y a Ryuichi le dio curiosidad. Un mensaje de “El primer contenedor es tuyo, así que vigila bien a su comprador y dirígete a la dirección que te mandaré. Cópiala y pégala en tu GPS y conéctalo al coche.”

Trataba a Ryuichi como a un subordinado, pero parecía ser un maldito esclavo porque solamente obedeció a sus órdenes y esperó a la venta del contenedor. Costó en la subasta unos 250 millones, pero al parecer tenía que irse ahora y no podría tener noticias del chico, porque ni le contestó los mensajes que le envió.

Asami siguió silenciosamente a su comprador, bajando al subterráneo donde los coches se guardaban; el tipo no estaba solo y parecía tener su buena organización protegiendo su pellejo. Agradeció haber reconocido el Battista en blanco y negro de Jayden al instante, así ir escondido hacia él, y sin ser visto adentrarse al vehículo.

De verdad que el punto de vista del conductor era cuatro veces más distinta que la del copiloto y pareció un poco perdido. Al menos logró reaccionar y poder acomodarse o suficiente, ajustar retrovisores, volante, asiento para tener mejor control de los mandos. Encendió el vehículo más no el motor e instaló el GPS con las coordenadas. Lo que le sorprendió fue que había ocho puntos brillando en el GPS.

Qué mierda había hecho?

Recibió una llamada que sin dudar respondió.

-Espero que te tomes un par de selfies con mi bebé! Es el único con esos colores!

-Por qué hay ocho puntos distintos en diferentes partes de la ciudad? Qué no era un simple GPS?

-Ah! Eso. –Jayden pareció reír un poco. –El ordenador del Battista solamente ha integrado tu teléfono al sistema de vigilancia de uno de los equipos. Los ocho puntos que están encendidos son nuestros vehículos, dos camiones con nuestros cargamentos, nuestros equipos divididos en dos, siendo un auto en particular vigilado; y por último nuestros compradores.

-Cuándo instalaste rastreadores en estos tipos?

-Acaso no escuchaste lo que conversamos anoche sobre el plan en marcha?

Asami lo pensó, al parecer no le prestó tanta atención al estar cautivado por su belleza.

-Perdona, al parecer la migraña no me dejó muy centrado en el plan.

Un suspiro se escuchó desde la otra parte del teléfono. –Por el momento, al menos sé que entendiste el plan. Síguelos y reúnete en el muelle con el equipo para que consigas el otro camión. Sigue a esos idiotas y recupera nuestro motín. A lo Robin Hood! Qué se yo? Pero recuperemos esto.

-Bien. –Dijo Asami convencido a medias. Pero no tardó mucho en preguntar. – Jayden…

-Dime?

-De dónde sacaste el otro coche? –Asami miró el GPS, y notó que el otro auto que quizá era el de Jayden se encontraba cerca, más no podía distinguir cual era.

-De por ahí. –Dijo bromista. –Ahora. Ten cuidado.

Ryuichi esperó a que todos arrancaran, y luego de unos segundo, él también se puso en marcha, algo incómodo al principio por el manejo del vehículo, más ya acostumbrado. Así aceleró y salió del hotel.

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Los maravillosos tacones habían sido reemplazados por botas estilo militar, y la parte baja del enterizo había sido rota a mano, completamente abierta para facilitar movimiento. En cada pierna sobre un porta armas había un arma de fuego completamente cargada al igual que un arma blanca por si las dudas. En su bolsa llevaba recargas y llaves del otro coche que había mandado a buscar gracias a sus hombres. Había sido la mejor idea del mundo haber mandado a Ryuichi primero, ya que él quería hacer por él mismo sus propias investigaciones y querer saber por qué querían esos contenedores. Por intuición, sabía que había algo que no cuadraba en toda esta historia y quería saber de qué se trataba.

El segundo contenedor fue vendido por 280. Quizá en el segundo contenedor habían cosas más importantes; porque en verdad él no tenía ni idea de lo que había dentro. Era un secreto que Giovanny estaba obligado a callar por promesas del pasado.

En verdad él sentía que él de una manera u otra, se sentía vinculado, incluso Ryuichi lo estaba de alguna manera, más no podría molestar a Giovanny con eso, solamente si él mismo por propia voluntad querría decirlo.

Este estaba siguiendo a los compradores, los cuales solamente habrían su gran bocota.

-Y por qué querríamos solamente armas y dinero?!

-Se dice que esos asquerosos contenedores se esconde un secreto que el maldito francés se ha guardado con toda su alma. Uno que el “líder” se ha esmerado tanto en querer.

“líder?” Pensaba Jayden confundido,  concluyendo que ese hombre no había comprado ese contenedor para él sino para alguien más que sabía de esos contenedores y sobre lo que ocultaban.

-El líder cree que podría acabar con Giovanny y todos sus malditos aliados si tiene el secreto de ese francés. Se dice que entre esos contenedores hay un arma nuclear que puede acabar con una ciudad entera!

El chico no sabía eso.  

Giovanny de seguro sabría si ese rumor de arma nuclear era cierta o no, pero Giovanny es un hombre que ha tenido que guardar secretos en contra de su propia voluntad, y él sabía que parte de esos grandes secretos, los Asami de una forma u otra estaban involucrados. No tenía ni en la más remota idea de en qué sentido ellos estaban involucrados, pero lo descubriría muy pronto.

Pero estos hombres habían comprado el contenedor para otra persona en la cual no tenía ni el más mínimo conocimiento por de quién se trataba. Debería preocuparse?

Algo en su interior le decía que si, y que tendría que investigar para quién trabajaban estos hombres, que a simple vista se veían que eran una organización misma y que él que había comprado el contenedor estaba al poder, pero era completamente erróneo.

Giovanny tendría que responderle a sus dudas.

Pero tendría que seguir a estos malditos primeros.

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-Descubriste algo? Les sigues?

Ryuichi le preguntó a Jayden desde la llamada, mirando los autos de delante a una distancia prudente. Era muy común ver en Dubái autos de lujo, autos deportivos, autos de colección y hasta clásicos que costaban una fortuna, por lo que el Battista de Jayden no pasaba desapercibido delante de los costosos de adelante.

- Estoy saliendo justamente del hotel tras ellos. No han dicho nada, pero parecen estar muy serios. Qué hay de ti?

Jayden no le quiso decir la verdad sobre las conversaciones que escuchó de ellos, y preferiría no decírselo.

- Les sigo con prudencia. Mi equipo ya se está instalando en el punto para hacer el Asalto. 

- Imagino que estás preparado.

Una mano de Ryuichi se separó del volante y fue a su pecho, tocando en los costados su traje, asegurándose que su porta armas y sus bellezas estén ahí listas para usarse. Obviamente estaba más que preparado. 

- Veo que me conoces bien.

- No lo creo… Pero, me será un gusto conocer más de usted, Asami-sama.

Ryuichi no era loco, la voz de Jayden ahí era seductora, atrayente, atractiva. Moriría por compartir mucho más tiempo con él para descubrirlo completamente en todas sus facetas, saber todos sus hábitos, sus gustos, sus deseos… Todo de él.

Accelerando el Battista este iría a la acción.



 

Notas finales:

Les advierto que tienen que tomar en cuenta cuando Aki no le dijo a Asami sobre sobre lo que escuchó sobre "el líder". Esto será muy importante para entender muchos misterios!!!

Sin más, nos leeeremos ssuuuuuuuuper pronto lo prometo. Bye Bye 


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