Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Hey. (Kailu) por Sou-Tan

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Si pudiera alejarme de ti, 
lo haría.

No quiero amarte más, 
extrañarte es como luchar en un guerra.

Es una batalla que estoy perdiendo, 
y me rendiría si pudiera.

Si pudiera alejarme tan fácilmente como tú.

 

 

 

 

La noche pasada no creí que fuese posible tener un contacto mucho mas cercano que un roce o algún golpe juguetón.

Porque, venga, dime sino; míralo, nadie en su sano juicio podría creer que él iba a ir más allá. Pero he descubierto durante dos años de observación que ir más allá es una de las cosas favoritas de Luhan. Hoy, por fin, la coreo me ha salido perfecta y, aunque estoy cien veces más cansado de lo que parece también estoy tan contento que, como pocas veces- salgo sonriendo y sudando a chorros.

El ambiente fuera de la compañía es frío, tanto que va a través del abrigo el gélido aire choca contra mi espalda. 11:48. Parece bastante tarde y no es hasta ahora que noto que me he perdido la cena y, siendo once personas, no creo que encuentre nada. Miro en mi billetera para asegurarme de que tengo suficiente dinero y me dirijo a la pizzeria más cercana.

Envío el mensaje con una sonrisa mientras espero por mi pedido, a sabiendas de que hay alguien que a esta hora no puede dormir y al que le encanta el doble queso y los champiñones. Sé que sus palabras no tienen otro significado más allá del normal, empero, no puedo dejar de esperanzarme con algo tan ridículo como mantener una relación homosexual con Luhan, mi compañero de banda; porque una vez en la vida ya cumplí un gran sueño y no tengo idea de cómo cumplir este.

La chica me entrega la pizza y agradezco antes de irme, comprando una paleta para matar el tiempo en el camino, BTS resonando animadamente en mi cabeza y mis pies moviéndose inconscientemente al son de War of hormone. No tardo mucho en llegar al departamento. Y, aunque intente abrir sin hacer mucho ruido, la pizza casi se me cae y he activado una alarma sin querer. Logro acallarla sin mucho esfuerzo. Entro encontrando las luces de la sala apagadas, pero la tv está encendida y un bulto envuelto en una manta roja sobre el sofá llama mi atención. 

 

—Ah, llegaste — observa — hay un poco de comida en el microondas, lo que Suho logró quitarle a Sehun antes de que se lo comiera todo.

 

Luhan ni siquierame ha mirado mientras tomo asiento a su lado y abro la caja de pizza, voltea a verme con sus grandes ojos al percibir el olor e inevitablemente me hace reír.

 

—Traje esto. Creí que también tendrías hambre.

 

—Jongin-ah — dice en tono serio — yo siempre tengo hambre.

 

E inevitablemente ríe, no es que Luhan sea una bolita rosa de amor y felicidad, sólo que esa es su forma de expresar un montón de sentimientos sin necesidad de sentirse feliz. Fue la primera cosa que aprendí de él y que, para mi sorpresa, me gustó.

 

-Entonces no te importará comer conmigo.

 

Y por supuesto que no le importa, me agradece y casi de inmediato está devorando un pedazo de pizza conmigo. No nos cuesta nada estar juntos y reírnos de las tonterías del programa en tv, cuando se acaba la pizza Luhan va a por la comida que quedó porque aún tiene hambre y yo, aún terminando mi trozo de pizza, me mancho de salsa la camiseta blanca y la naturalidad con la que Luhan acerca su mano y frota mi pecho con una servilleta me hacer soltar un suspiro, él me mira calmado y yo, incluso sabiendo que no ha notado mi estremecimiento, me siento obligado a fingir un estornudo para que no lo note.

 

—Alguien no se ha abrigado bien esta noche — se burla y, cuando se acerca para tocar mi frente la cobija cae y noto que está; como cuando va a dormir, sin camiseta.

 

Años antes esto nunca causó un estímulo en mi, simplemente podía vivir con Luhan y su maravillosa existencia mirando hacia otro lugar, pero últimamente no soy capaz de apartar la mirada y hacer como que nunca comencé a sentirme así por alguien inalcanzable. Algo que podía ver y tocar, saber que era real, y que nunca sería para mi.

 

—Si, bueno, creo que fue por salir todo sudado al frío — me excuso rascando detrás de mi cabeza.

 

—Entonces deberías ir a cambiarte esa camiseta por un suéter, uno de los gruesos que hay en el armario.

 

Antes de darme cuenta sus manos están encima de mi, tomando el borde de la camiseta e intentando sacarmela, al principio no asimilo la situación y él se ríe por mi torpeza, pero luego subo mis brazos y dejo que haga esto por mi. No importa cuanto tiempo pase, no puedo acostumbrarme a su espontaneidad y confianza para hacer este tipo de cosas. Siendo que me mira expectante, no dudo en obedecer y ponerme un suéter. Me siento estúpido ante la facilidad con la que este hombre puede controlarme. Cuando vuelvo miro la hora en el celular, 01:00am, Luhan se ha puesto mi camiseta manchada al revés y una gorra, además tiene un abrigo puesto y está extendiendo uno hacia mi con una de sus sonrisas ladeadas. Es lindo.

 

—¿Qué te parece salir un rato? — propone, asumiendo de una vez que le diré que sí porque tiene las llaves en la mano y se encamina a abrir la puerta.

 

Me pongo el abrigo y la gorra de vuelta, iría con él hasta el fin del mundo si me lo pidiera; pero no lo sabe y no tengo el valor para acarrear con las consecuencias que trae una confesión de este tipo.

 

—¿A donde vamos? —le pregunto sin mucho animo a pesar de que internamente estoy que araño paredes por tener este preciado momento de soledad con Luhan.

 

Porque no hay un segundo del día que no quiera pasar con él, aunque no lo deje nunca en evidencia.

 

—No lo sé, simplemente vamos. Ya por ahí veremos, quiero relajarme un poco.

 

—¿De putas? — bromeo mirándolo seductoramente y casi al mismo tiempo lo tengo encima de mi golpeándome y poniendo esa fea cara que pone cuando se ríe intensamente.

 

También eso me gusta.

 

—Idiota — escupe y ambos nos quedamos andando en silencio.

Lo que me gusta de Seúl es que de noche es fácil pasar

desapercibido y ya que soy de aquí, me es fácil escabullirme por entre los callejones. Estoy viendo otra faceta de Luhan mucho más animada. Ya que es chino y a veces no tienen idea de qué decir, suele mantenerse al margen, pero ahora no puedo hacer que cierre la boca.

 

—Hyung, ¿acaso hay luna llena hoy? Estas un poco loco.

 

—Cierra la boca Jongin-ah, y bebe conmigo — me pasa el vaso de café que trajo de casa.

 

Al darle el primer sorbo me doy cuenta de que ni en broma esto es café, el sabor del vodka haciendo arder mi garganta. Luhan suelta una estruendosa carcajada que rompe el silencio de la noche al ver mi expresión, y no me queda de otra que aceptar la burla y unirme a él. Seguimos el camino sin mayor sorpresa, entre risas tontas y miradas cómplices. Y la verdad es que no me esperaba hacer nada de esto con Luhan, tal vez con Chanyeol o Sehun, incluso con Taemin; pero no con él. Y el hecho de no haberlo esperado hace que me encante más. No necesito que alguien me de una bofetada y me diga que ponga los pies sobre la tierra, porque ya los tengo bien puestos aquí; en la realidad en la que soy Kai sobre un escenario, Jongin en casa, y un idiota enamorado de Xiao Lu a tiempo completo.

Vuelvo de mi ensoñación al sentir la calidez de una mano sobre la piel de mi nuca y no puedo respirar cuando la frente de Luhan se pega a la mía y sus ojos grandes me miran, traviesos, como siempre, y su voz ingresa a mi sistema como un canto, como un código único capaz de abrir puertas de lugares impensables en mi interior.

 

—A que no me atrapas — susurra y casi puedo sentir el sabor de su voz.

 

Y tres segundos después me encuentro persiguiendo a un-casi- ebrio Luhan por las calles. Se ha metido por un callejón que seguramente no conoce; pero como yo si, tomo un atajo y lo alcanzo rápidamente. No se cómo, pero ahora soy yo el perseguido, con Luhan detrás de mi; su risa y respiración agitada se escuchan no muy lejos. Mi corazón bombea rápido, Luhan detrás de mí como mi sombra, rozando sus manos con mi espalda y yo no me detengo. Por momentos así es que siento todo vale la pena: Callar y observar, evitando un posible rechazo que me ponga de los nervios. Lo único que hago es bailar, imaginando que me ve sólo a mi y eso me obliga a darlo todo. Es la única manera que conozco de depositar estos sentimientos.

 

—Oye, ya basta. Siento que muero — exagero, pero con obvio cansancio.

 

— Podemos pasar el rato ahí, se ve como un buen lugar — dice él acercándose a mi mientras señala hacia un parque, aunque yo lo llamaría más una plaza.

 

No digo nada, sólo asiento y sigo sus pasos, el arete en su oreja brilla con la luz de un farol.

 

Tenemos a nuestra disposición todo el lugar. Bancas, columpios, toboganes, un castillo al que se puede trepar, un pequeño laberinto y algunas mesas de madera que comúnmente se usan para una comida en familia. Pero con todo eso, prefiero tumbarme el césped un poco húmedo por el riego, Luhan decide que es una buena idea tumbarse conmigo, con su cabeza encima de mi pecho; y de pronto la noche ya no parece tan fría.

Siento mi estómago hecho un nudo.

Él no tiene idea de cuántas noches reproduciré este recuerdo en mi mente una y otra vez.

Aprovechándome de mi suerte, me atrevo a meter mis dedos en la cabellera castaña de Luhan, él suspira agradecido por el gesto y sonríe también pero se me hace difícil verlo.

 

—Jongin — me llama.

 

— Dime, Lu — me atrevo a llamarle de esa forma y me siento como quinceañera, sonrío y no tengo idea porqué. Ese es el efecto que tiene en mi.

 

—Tú, ¿cómo piensas que sería si todo fuese diferente? 

 

La pregunta no es tan extraña, pero de todas formas no sé darle una respuesta concreta. Durante un rato silencioso mantengo mi mano entre sus hebras castañas.

 

—Bueno, depende. Cuando pensamos en posibilidades, hay muchas, no sólo una. Que algo cambie no quiere decir que habríamos sido felices quizá sí, quizá no.

 

No creo que se vaya a sentir satisfecho con mi respuesta, pero casi no puedo ver su rostro. No imagino en qué estará pensando.

De un momento a otro, dejo de sentir el peso de su cabeza sobre mi y veo como se levanta. Me pregunto a donde va, pero no por mucho tiempo.

Su mano cubre mis ojos, bajando mis párpados con sutileza. Lo cálido de su piel me hace estremecer; y yo, al sentirme tan vulnerable ante Luhan, no puedo hacer más que abrumarme con la bandada de sentimientos que me abordan. Sobre todo, con ese sabor amargo que tiene la realidad. Los pálpitos de mi corazón amenazan con delatarme o no sé si es demasiado grande mi miedo por ser descubierto.

 

—Imagina que ser idol no te interesa, que eres tú, el mismo de hace diez años...que quiere ser tan común como cualquier otro.

 

Al principio me río, porque no tiene mucho sentido para mi desear otra cosa que ser artista, pero luego me doy cuenta de que él intenta que yo entienda lo que tal vez está sintiendo.

 

—Admito que sería un poco más consolador. A veces siento como si llevara un peso insoportable sobre mi.

 

—Como si hubiesen muchos caminos, pero el que tu quieres es el que está prohibido.

 

—Exactamente de esa forma.

 

Estamos hablando con total normalidad, pero Luhan no aparta su mano de mi rostro; rezo internamente por que se quede así. Su tacto me hace pensar en una nube difusa de excitación e irrealidad; me quita el aliento y creo que es capaz de notarlo porque se queda callado de repente y quita su mano suavemente. Abro los ojos y lo veo mirándome fijamente, sus ojos un poco rojos por la falta de sueño y como rasgo que delata que está bebiendo, y sonríe, como ajeno a lo inusual de la situación. Sonrío igual, encantado con la vista.

Y desearía poder sentirme culpable por sentirme de esta forma; pero no podría aunque quisiera y la culpa sólo es un punto lejano en este mar, donde ahogarse es como tocar el cielo.

 

—Sólo por hoy, no seamos nosotros — dice y se deja caer con la cabeza cerca de mis piernas.

 

—¿Qué seremos sino? — pregunto, y telepáticamente le digo que yo soy suyo y eso me basta; pero creo que el mensaje no llega.

 

Escucho su risa, ahogada tras la manga del suéter.

 

—Lo que sea que queramos.

 

Me gusta la idea, pero no lo digo. Pienso en ello y concluyo que definitivamente soy lo que quiero pero no con quien quiero, sólo logro dar vueltas sobre qué quiere ser él y me digo a mi mismo que yo podría cambiar todo lo que soy para ser lo que necesita.

Esa idea me hace darme cuenta de que he dejado que este amor crezca demasiado.

Y da miedo.

Pero no me importa.

Mientras pienso en ello, la noche sigue y nos vamos a casa tropezando en silencio, riéndonos a carcajadas y e ignorando que esto tal vez podría pasar a más.

 

—Jongin-ah

 

—¿Si?

 

—Sigamos haciendo esto - me dice entre dientes, como una risa reprimida.

 

—Cuando quieras, hyung.

 

Cuando quiera. Cuando sea. Incluso si me pide que cuente cuantas estrellas hay todas las noches, lo haría si puedo saber que, por un momento, sólo es él. Sólo soy yo.

Y no que en realidad: Solo, soy yo. 


Dime cómo puedo no sentir ningún sentimiento.

Notas finales:

Cancion: Henry Lau, I would.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).