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El amor no tiene forma por sharedey

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  La mañana se mostraba fría, tal parecía que la lluvia no pararía de caer aquel día. El canadiense se había quedado sumido en sus pensamientos, mientras miraba con detenimiento la habitación vacía. Ya había pasado horas desde que llegó a su hogar y se encontró con la sorpresa de que Yuri había escapado. Desde aquel instante, y después de estallar en ira despidiendo a los incompetentes guarda espaldas, no había vuelto a salir de aquel lugar; tan solo se mantenía viendo un punto fijo en la pared, mientras acariciaba al gato que, al igual que él, había sido abandonado aquella noche.
 
— ¿A dónde fuiste Yuri?...— soltó esa pregunta al aire sin tener una respuesta. No lo entendía, ¿por qué Yuri había hecho algo así? ¿Era tanto el desprecio que sentía por él para abandonarlo no estando muy lejos del día en el que se esposarían? Al final Yuri nunca le dio la oportunidad de demostrarle el gran alpha que podía llegar a ser, alguien gentil y comprensivo. Sin embargo ahora estaba sumido en una ira profunda.
 
Esto era una humillación tanto para él como alpha, como para el apellido Leroy, y sabía que incluso si el decidiera no hacer nada en contra de aquel omega, no estaba seguro de que sus padres se quedaran de brazos cruzados. Un omega que rechaza el compromiso con su alpha, que huye de él, merece un castigo impuesto por la ley, el alpha deshonrado, como siempre, se encarga de elegir dicho castigo, esto con el fin de recuperar su honor y el de su familia. Yuri podría incluso perder su linaje, si el decidiera repudiarlo.
 
  Pero no, eso era algo que no estaba dispuesto a hacer. Él quería al pequeño ruso y podría perdonar esta ofensa y cualquier otra, si tan solo ese omega deja de esquivarlo y lo acepta de una vez. Ya que, no estaba dispuesto a perder frente a él,  no estaba dispuesto a renunciar cuando veía en Yuri la oportunidad de ser feliz nuevamente.
 
  Así que, tomó una decisión; soltó al gato y se puso de pie para dirigirse al teléfono. Buscaría a Yuri y lo encontraría para traerlo de regreso, así tuviera que buscar en cada rincón de Rusia, o el mundo, o incluso si tuviera que bajar al mismo infierno.
 
 
 
Se levanto al sentir la luz del día golpeando directamente su rostro, aun somnoliento miró el reloj que tenía al lado, este marcaba la 10: 30 am era demasiado tarde. Contempló a su alrededor, notando al instante que era un cuarto totalmente desconocido; fue en ese momento que recordó todo lo acontecido aquella madrugada. 
 
Era verdad, Yuuri había perdido el sentido cuando discutían él y aquel tipo de frente amplia, quien al ver al japonés en el suelo no dudo en sostenerlo en sus brazos y acomodarlo en la cama, para luego llamar a los encargados del hotel, quienes llevaron un médico que les dijo que, lo único que debía hacer Yuuri era alimentarse mejor y guardar reposo. Se sorprendió cuando el mayor volvió a alzar al japonés con el argumento de llevarlo a casa, y de que ese no era un lugar apropiado para descansar adecuadamente. Sintió un poco de celos también al ver como Víctor parecía preocuparse de verdad por… su esposo, porque eran eso. Se sintió un poco incomodo de igual modo al percibir que, en aquella habitación era él quien sobraba.
 
  Aun así, siguió al ruso mayor hasta afuera,  tal y como él propuso, y viendo la distracción del mayor en un momento dado, trató de escapar de aquel lugar y desaparecer de la vida de ese par para siempre; pero la voz del ruso platinado, quien se dio cuenta de aquello casi al instante, había estropeado sus planes. 
 
— Vendrás con nosotros, aun tenemos cosas que resolver…— ordenó seriamente, mientras acomodaba a Yuuri en el taxi.
 
— ¿Por qué no me dejan en paz? Este problema lo debes resolver con tu esposo. Yo no sabía que estaba casado, no tengo nada que ver con ustedes. Si se separan o no me da igual…— dio la vuelta e intento alejarse, pero la voz del mayor lo detuvo una vez más.
 
— se que eres Yuri Plisetsky el prometido de Jean Jakes Leroy, si no vienes conmigo por las buenas, te atrapare y te llevare con él a la fuerza si es preciso…— su  voz sonaba sería al decir aquello. 
 
Debía ser una broma. Esa amenaza sí había sonado aterradora, lo que menos quería en el mundo era regresar con el incompetente de JJ. Así que dio media vuelta, y  lanzando una mirada desafiante al mayor, no tuvo otra opción más que seguirlo y subir a aquel taxi junto con ellos. 
 
  
Y ahora estaba ahí, en aquel lugar donde solo tenía enemigos. Se preguntaba ¿Qué planes tendría aquel alpha para con él? No creía que lo llevara a aquella casa por nada, menos por amor a su esposo sabiendo que él era su amante.
 
  
Miró a un costado, se encontraba un porta retratos con la imagen de los tres habitantes de aquel hogar; el aplpha de cabellos platinados, alguien que se parecía a ¿Yuuri?, con lentes, y un perro caniche color café. Los tres parecían estar muy felices. ¿así que esa era la familia de Yuuri? Suspiró y coloco el porta retratos en su lugar. 
 
¿Qué haría a partir de ahora? Lo de huir había sido un impulso, no tenía un plan, ni dinero para ir a ningún lado. Si esa noche no se hubiera encontrado con Yuuri, probablemente habría amanecido dando vueltas por la calle, o tal vez habría ido donde Minami, o en todo caso a donde Mila. Aunque dudaba que ese par quisieran meterse en este problema. Como todo lo que hacía un omega era merecedor de una represalia, esto no era la excepción. 
 
  Sabía que no hizo más que meterse en más problemas, ¿pero qué más daba? Estaba arto de esto, arto de todo. Aun se reprimía el haber sido tan estúpido por dejarse llevar aquella noche en la que se unió a Yuuri, también por creer en las mentiras del japonés cuando este solo jugó con él, “me hare responsable” sí, claro, ¿Cómo podría hacerlo si era la damisela de otro alpha? En aquel momento Yuuri solo se burlaba, solo jugaba con él, y el cayo en esa falsa promesa como un estúpido. En parte se merecía todo lo que le pasaba, por haber sido tan idiota.
 
Se cubrió con el brazo el rostro tratando de contener las lágrimas que amenazaban con salir. Por un momento deseaba que todo esto solo fuera un mal sueño, una pesadilla; y quería, despertar en la época en la que su abuelo aun vivía, en la época que no conocía a sus padres y se sentía libre, en la época en la que desconocía que ser un omega era sinónimo de sufrimiento. <>, se repitió lo mismo que ya le habían repetido una y otra vez; mientras quitó su brazo del rostro y contemplo el techo tratando de mantener su mente en blanco; sentía que se ahogaba, solo quería volver a respirar.  
 
Por un momento al cerrar los ojos, la imagen del japonés apareció en su memoria, y al instante recordó lo tímido que se veía cuando lo enfrentó por primera vez después de su noche juntos, lo honesto que parecía al hacer la promesa de hacerse responsable, y lo tonto que él pensó que era al verlo aparecer cada noche en aquel bar, siempre sentándose en el mismo lugar para obcervarlo. Se negaba a admitirlo pero… se había acostumbrado a su presencia, a verlo ahí siempre brindándole confort a su problema. Y es que en verdad parecía ser tan diferente al resto de alphas que, por un instante el llegó a creer que Yuuri realmente era distinto a los demás. Pero no era así, Yuuri resultó ser el peor patán, un cerdo miserable y mentiroso. 
 
   Y con todo eso, había algo que no entendía; tenía razones de sobra para odiar al japonés, para repudiarlo, para desearle lo peor. Y aun así… no podía hacerlo, ¿por qué? Realmente era un verdadero estúpido, porque a pesar de todo, seguía sintiendo que una parte de él, escondida muy en el fondo, quería volver a confiar en Yuuri, quería creer que no se equivocó con él, y quería que este le explicara todo y lo convenciera de su inocencia.
 
No sabía quién era más patético ahí; si el esposo al que pusieron los cuernos, el cerdo mentiroso que pretende salir inocente con escusas baratas, o él, el omega ingenuo que creyó en las promesas de un alpha. Suspiró, de nada servía pensar más en eso. Ahora lo primero que debía hacer, era encontrar el modo de escapar de aquel lugar.
 

 
 
  Se encontraba en la ducha, mientras las palabras de Víctor aún resonaban en su cabeza “es simple, reclama la total tutela de tu futuro hijo, de ese modo ese niño crecerá como un hijo nuestro y el omega podrá ser libre”. ¿Simple? Aquello no era para nada simple ¿Cómo podría proponerle a Yuri algo así? Y aun si lo hiciera, no creía que Yuri podría aceptar, al menos no fácilmente, pero ¿qué otro camino le quedaba?  
 
El ambiente se sentía pesado, tal vez era la culpa que recaía sobre él. Al menos las cosas con Víctor no parecían ir tan mal, por un momento había creído que mínimamente le pediría el divorcio, pero no fue así, y eso no hacía más que hacerlo sentir incomodo. Se sentía tan ridículo, hace mucho que no experimentaba un sentimiento como aquel sobre su persona. Y es que había sido tan débil en frente de una situación tan crítica. 
 
Yuri en aquel momento necesitaba ser protegido, y el no pudo hacer nada más que desmayarse. Suspiró y apagó el grifo de la regadera para luego apoyar ambas manos sobre la pared. Yuri le entregó su primera vez, esperaba un cachorro suyo. Aunque fue solo por una noche, el ruso fue su omega, y el por primera vez, fue un alpha de verdad; lo mínimo que podía hacer era defenderle, ya que era su responsabilidad, pero… no pudo hacer nada en aquel momento, y no podía hacer mucho ahora mismo, se sentía tan impotente. No culpaba a Yuri si este lo odiaba.
 
  Salió de la ducha, se secó con la toalla y comenzó a vestirse. Necesitaba hablar con el ruso omega, sentía la necesidad de explicarle todo con más calma y encontrar una solución que no perjudicará más al menor. Aun no entendía que es lo que quería realmente, en aquel momento lo único que tenía en claro era que deseaba que Yuri le perdonara el hecho de haberle escondido sobre su relación con Víctor, y que no se alejara. La sola idea de no volverlo a ver le carcomía el alma de una manera inimaginable, y ni siquiera entendía el porqué.
 
  Salió del cuarto de baño, y se dirigió a paso lento hasta llegar la habitación de invitados, cuando por fin estuvo ahí, trago saliva antes de animarse a tocar la puerta. Dio tres golpes no muy fuertes al principio, pero nadie contestó; por lo que volvió a insistir esta vez usando un poco más de fuerza, no obstante el resultado fue el mismo, eso le preocupaba. 
 
— Yuri ¿estás ahí?...— preguntó dando vuelta a la perilla de la puerta, notando de inmediato que no tenía seguro— voy a entrar— advirtió al no recibir ninguna respuesta y entró. Lo primero que vio fue a Yuri echado de espaldas en la cama cubriendo su rostro con ambos brazos. Todavía llevaba puesto el abrigo que le prestó.
 
— ¿Yuri?, ¿estás bien?...— su pregunta era tonta, lo sabía, pero no se le ocurría otra cosa que decir, no encontraba las palabras adecuadas para hacer que el menor quisiera conversar con él— todo ha sido mi culpa, lo lamento mucho— continuó, bajando la mirada y logrando que el menor por fin descubriera su rostro y lo observara, tenía una expresión muy sería. 
 
— Acepto tus disculpas— soltó de golpe, logrando que Yuuri abriera los ojos de la impresión por lo seco y rápido que sonó eso—  ¿puedo irme ya?— continuó el rubio mientras tomaba asiento y lo veía de frente— vaya, así que eres un fraude en todos los sentidos— lo último Yuuri no lo había entendido… en realidad no entendía nada.
 
— ¿a qué te refieres?...— preguntó viéndolo un poco desconcertado por lo repentino de aquello.
 
— A eso…— señaló sus anteojos— en el bar nunca los vi,  admito que te veías mejor sin ellos— dijo simplemente para volver a sumirse en el silencio, mientras Yuuri sujetaba sus anteojos.
 
— Bueno, eso se debe a que me los quito para comer y beber, como en el bar la mayor parte del tiempo estaba consumiendo una bebida, supongo que era normal que no tuvieras la oportunidad de verme con ellos…— simulo una sonrisa intentando hacer el ambiente menos pesado; sin embargo Yuri no quitaba esa expresión sería del rostro, lo que ponía nervioso al mayor— ¿qué haremos ahora?— se animó a preguntar.
 
El omega tan solo frunció el seño en respuesta, ¿a qué se supone que venía esa pregunta?, ¿acaso Yuuri en verdad creía que volvería a creer que este asunto le preocupaba?  El ya sabía que en realidad no era así, o al menos no creía que Yuuri y su esposo tuvieran buenas intenciones con todo esto, y de nada serviría que el japonés intentara engañarlo nuevamente. 
 
— no debes preocuparte por eso, lo que haga a parir de ahora es solamente mi asunto...— respondió para luego ponerse de pie y quitarse el abrigo— aquí tienes— extendió el abrigo en dirección al mayor, el cual se acerco más a él para tomarlo— lo único que quiero es salir de aquí— continuó, para luego pasar por un lado del mayor e intentar dirigirse a la salida. No obstante, fue un intento en vano, ya que Yuuri lo había sujetado del brazo.
 
— se sé que no tengo escusa para haberte escondido mi relación con Víctor, pero ya te lo dije, no te mentí cuando te dije que me haría responsable— soltó el pelinegro nerviosamente mientras bajaba la cabeza en señal de disculpa, al momento que el menor se soltó del agarre de un modo brusco.
 
— Ya basta…— dijo sin levantar la voz, asiendo que Yuuri lo mirara – da igual, no es como que me interese mucho que estés o no casado, es solo que el único modo en el que hubieras logrado enmendar lo que pasó aquella noche, era reclamándome por haberme tomado estando yo comprometido. No es que me gustara la idea, pero entiendo como son las leyes dentro de esta sociedad, ¿lo sabes no?— miró al mayor directamente a los ojos, mientras mantenía su voz sería— no hay modo en que tú puedas responsabilizarte en lo absoluto. Solo mírate, eres un alpha de nivel tres, que aparte de todo está casado… así que deja de seguir burlándote de mí— concluyó, al instante en el que sintió los brazos de Yuuri rodear su cuerpo, en un acto improvisado que había logrado tomarlo con la guardia baja.
 
— Lo sabía…— comenzó a hablar el mayor calmadamente— definitivamente cuando nuestros cuerpos se juntan es cuando logramos entendernos mejor. Sé que en verdad no crees que me burle de ti, eso me tranquiliza, ¿pero cómo puedo hacer para que confíes en mí?— preguntó sin soltar el agarre. La verdad había actuado impulsivamente como otras veces, dejando que su cuerpo actuara por sí solo.
 
Yuri por su parte se había quedado quieto escuchando las palabras que el moreno soltaba en su oído. No lo entendía, una parte de él quería rehusarse a ser tocado nuevamente por ese alpha, quería empujarlo y golpearlo con la mayor fuerza posible, castigarlo por su cinismo. Pero su cuerpo no respondía, y aceptaba gustoso el tacto con Yuuri, al punto de llegar a sentir la necesidad de permanecer en sus brazos y sentirse protegido. 
 
Tal vez su instinto omega se había encendido por el hecho de estar esperando un cachorro suyo, pero… le preocupaba un poco ser consciente de que esta no era la primera vez que sucumbía ante ese tacto.
 
— No hay manera en que lo hagas…— respondió al fin a la pregunta, aun sin apartarlo de él.
 
— Pero tú también me escondiste cosas…— el menor se sintió confundido ante eso.
 
— ¿Qué cosas?...— preguntó simplemente.
 
— no me dijiste que tu paso por aquel bar era temporal, no te imaginas lo mucho que sufrí al ver que ya no te aparecías más por ahí. Estas dos semanas no he dejado de asistir a aquel lugar, tan solo por la esperanza de verte nuevamente…— ante esa respuesta Yuri solo cerró los ojos, recordaba que aquella vez se le había olvidado mencionarlo..
 
— eso fue cien por ciento tu culpa. Si no te hubieras puesto todo eros te lo habría dicho…— apartó al mayor al fin, de un modo calmado. Por alguna razón sentía que ya no estaba tan molesto. Yuuri por su parte se puso a analizar, y recordó la vez en la que casi terminó tomando al omega otra vez, tan solo por sentirlo cerca. Quizá haya sido en aquel momento; eso le sacó una sonrisa nerviosa— ¿y qué es lo que propones que hagamos?— preguntó el rubio, borrando la sonrisa del rostro del mayor. Sería fácil responder si supiera la respuesta.
 
— Yo responderé a eso— se escuchó de pronto la voz de Víctor, lo que los sorprendió a los dos, ¿Cuánto tiempo llevaba ahí? – es simple. Te quedaras con nosotros hasta que nazca el bebé, una vez eso suceda, te daré dinero suficiente para que te vayas muy lejos y empieces de nuevo. Nosotros nos haremos cargo del niño. 
 
El menor se quedó sin palabras, la voz de aquel hombre había sonado tan seria. No podía ser cierto, ¿ese era el plan? El dolor que había desaparecido por un momento volvía a inundar en su pecho, ¿cuán tonto más podía llegar a ser? Por un momento llegó a creer que en verdad podía volver a confiar en Yuuri. 
 
 

Notas finales:

 

Viktor tiene complejo de lince, puede acercarse sin que nadie note su presencia... O tal vez es por el hecho de que ese par olvida e ignora todo a su alrededor cuando están muy juntitos 7u7r no odien a Víctor, el es humano :( 
 
Tarde como siempre TnT pero hoy por fin les traigo un nuevo capítulo de esta historia =D espero haya sido de su agrado :) creo que el capitulo salió algo largo n.nu. En verdad me hubiera gustado traer el capítulo mas pronto, pero estas semanas he tenido muchos problemas emocionales :'( en primera porque querían quitarme a mi perrita, y yo la quiero mucho, la sola idea de perderla me puso muy mal y no tenía ánimos de nada, estaba muy angustiada :( aunque al final todo resultó bien, y dejaron que me quedara con ella :) pero ahí no acabaron los problemas, cuando por fin agarre el ánimo de escribir, terminé por borrar todo el capítulo, y tuve que empezar de cero T0T soy un desastre, lo sé -_- pero al menos logre recordar lo que había escrito :3 
 
Este capítulo tampoco esta corregido, así que una vez mas perdón por las posibles faltas ortográficas :( pero ya es oficial que mi querida amiga Roüx estará de vuelta esta semana, con ella y la ayuda de mi amiga Nana R shirogana, creo que desde la próxima semana, podre volver con la actualización semanal =D  además tengo otra oferta de alguien que ofreció ayudarme en caso de que mis betas no tengan tiempo ╰(*´a078;'*)╯ soy tan afortunada  
Gracias por sus lecturas y comentarios, me ponen contenta =D traeré la continuación lo antes posible :3 nos leemos ^0^/ 
 
 

 


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