—el trabajo de garzón no es tan complicado como parece, además creo que para ti es perfecto pues puedes trabajar en la noche y descansar en el día. En el futuro y cuando tu hijo nazca será de mucha ayuda— Isabella era la dueña del bar que ahora es propiedad de JJ, ella dedicaba su vida a cuidar de ese establecimiento, pues me contó que era la herencia de su abuela, a quien ella quería mucho.
— ¿tú atiendes este lugar sola?
— así es, desde el día que la abuela falleció.
— ¿y él señor JJ?
—JJ está muy ocupado con sus negocios y siempre esta diciéndome que mantener este lugar en pie es un esfuerzo innecesario, pero yo no lo veo así. Fue en este lugar donde lo conocí a él, en este lugar me di cuenta de lo que sentía, en este lugar le confesé mis sentimientos por primera vez y, en este lugar acepté de una buena vez que JJ formaba parte de mi destino. Puede sonar tonto, pero la verdad pienso que este es un sitio mágico.
Isabella era alguien que se mostraba un poco fría ante los demás, pero cuando llegabas a conocerla, te dabas cuenta que en realidad era muy noble, mostraba mucha inocencia en muchos aspectos y era cálida si sabías tratar con ella. No me sorprendía que JJ la amara tanto, su historia de amor era digna de envidiar, no es muy común ver parejas destinadas estar juntas, pero ellos tenían la suerte de estarlo.
— ¡Mila, Minami! ¡Tengo una sorpresa para JJ!...— el día que supuse sería el más feliz de sus vidas, ella se veía realmente contenta.
— ¿de qué se trata? Por tu expresión de felicidad puedo suponer que es algo muy bueno, ¿quizá por fin encontraste el vestido perfecto para tu boda?...— Mila y yo bromeamos, también estábamos felices por ella.
— no, bueno, si la boda no se apresura creo que ya no podré usar ningún vestido jaja
— ¿pero qué dices? No será que...— Mila no estaba más sorprendida que yo.
—así es, sé que aún no estamos casados y que para evitar los malos ojos de la sociedad JJ aún no me ha marcado, pero... es que estamos tan seguros de lo que sentimos que, nuestros instintos de alpha y omega respectivamente no pudieron esperar.
—Entonces, ¿estás diciendo que...?— la afirmación de ella con la cabeza no los confirmó.
Ese día JJ quedó de citarse con Isabella en el bar, ya que por el negocio en el que trabajaba en ese momento no tenía más tiempo que por la noche, y lo que Isabella debía decir no podía esperar. El bar estaba lleno por la función especial de esa tarde, una cantante muy reconocida estaba como invitada especial.
La gente bebía celebrando el 9 de mayo, "el día de la victoria", fecha especial aquí en Rusia. Todo parecía ir sin mayores problemas, hasta que un hombre vestido de militar se indispuso y se puso a hacer arcadas, dando claras señales de que iba a vomitar.
— Por favor señor acompáñeme al baño— Isabella quiso guiarlo hasta el sanitario, esperando que el hombre pudiera reponerse ahí; más este estando ebrio la abrazó sin que ella lo esperara, al parecer la confundió con alguien. JJ llegó en ese momento, y tan pronto como entró, y al ver aquella escena; golpeo a aquel tipo iniciando un escándalo que terminó en una pelea. Isabella intentó frenar a JJ porque estaba fuera de si, pero lo que ocurrió después era algo que nunca hubiera creído de no ser porque lo presencié.
— ¡Así que está es la razón por la que quieres mantener este lugar en pie! ¡Es porque aquí te citas con tus amantes!— que sea JJ quien soltara aquello nos tomó desprevenidos, era difícil dar credibilidad a eso, hasta ese día nunca lo habíamos visto molesto.
— ¿Qué estás diciendo?...— Isabella se veía realmente afligida, no era para menos.
—Debí suponerlo, ¿está es la manera en la que te vengas de mí por haberte obligado a aceptar nuestro compromiso? Me lo dijeron, me lo advirtieron justo hoy, tú no eres más que una promiscua— en aquel momento el señor JJ estaba ebrio, de otro modo se que nunca abría actuado así, ni hubiera dicho nada de aquello. Mila sujeto a Isabella que parecía haberse indispuesto, mientras yo intentaba tranquilizar a Jean para que no cometiera una locura, sus celos lo estaban cegando.
— ¿Eso piensas? ¿Nunca creíste en nada de lo que te dije, ni en los sentimientos que te expresé? ¿Eres tan débil?, ¿tu amor es tan frágil? No sé qué esperas que te diga, no voy a disculparme ni a explicar nada, no voy a preguntarte que ocurrió hoy y porque estas tan molesto, no te sacaré de tu error si tu quieres estar cegado a lo que alguien ajeno a mi diga. Pero piensa bien en lo que vas a decir, en como actuaras, todavía no es tarde JJ— su vos se quebraba a medida que hablaba, mientras sus palabras expresaban las heridas que Jean estaban provocando en su interior.
— lo haré, haré lo que tanto pediste desde el día en que nos comprometieron. Rompo contigo, te rechazo como futura esposa y te rechazo como omega, ¡no quiero saber de ti nunca más!— las cosas habían pasado tan rápidas que no supe ni cómo fue que todo terminó así. Desde ese día JJ se apartó de Isabella definitivamente, y a pesar de que su compromiso estaba roto por palabras de él, la familia de este no permitió que aquello saliera a la luz, no querían que la prensa hiciera mella de la situación, porque Isabella estaba embarazada.
—El pescado es bueno para quien esta en gestación…— yo intente por todos los medios que ella volviera a sonreír, pero a medida que pasaba el tiempo, mas se hundía en la depresión, y su salud comenzaba a deteriorarse, cada día, en cada instante. No había explicación para ello, los médicos decían que todo en su organismo iba bien.
— ¿esa creencia viene de Japón verdad? en Canadá es distinto, en allá no es aconsejable comer pescado, desconozco como sea aquí en Rusia…— su vos se había apagado, ya no era la chica que solía ser antes.
— ¿has pensado en decirle a JJ sobre el embarazo? Sus padres no lo han hecho porque…
—porque no creen que JJ sea el padre ¿no? JJ pensaría lo mismo, no tiene caso, el pasado siempre me perseguirá. Fue un error mío intentar olvidar lo que soy y tratar de ser alguien más, esta vida no está hecha para mí, como JJ lo dijo, yo solo soy una promiscua— en aquel momento no entendí porque ella misma se ofendía, pero no hubo necesidad de preguntar, ella misma me lo explicó
— ¿sabes? Yo no siempre pertenecí a la distinguida clase uno, mis padres verdaderos fallecieron cuando era una niña y tuve que afrontarme a lo que deben enfrentarse los niños que se quedan solos. Hice lo que debía para sobrevivir, pero nunca de forma deshonrada. Este bar antes era un cabaret, y yo trabaje aquí como bailarina hasta que la abuela falleció y me lo heredó; encontré a mi distinguida familia tiempo después, y fueron ellos los que me ayudaron a convertir esto en el sitio prestigioso que es ahora. Claro, borrando completamente cualquier rasgo que indicara mi “vergonzoso pasado” o lo que esto era antes; obviamente obviaron ese detalle cuando me comprometieron con JJ, y supongo que es eso lo que JJ descubrió ahora y por eso fue tan cruel conmigo.
Hasta ese momento yo desconocía todo eso, y me sorprendió saberlo, pues la familia de Isabella era tan rica como lo es la de Leroy. También en ese momento entendí porque el señor JJ había actuado como actuó, tal vez ya venía molesto antes de ver lo del abrazó. Como sabes, entre la clase uno las cosas no son simples, existe la perfección y lo imperfecto, no hay sitio para lo casi perfecto, estas marcado o no lo estas. Entre alphas las cosas son mucho peores, y la pareja de un alpha es su carta de presentación, si esta no es perfecta, el alpha es un alpha deshonrado. Lo ocurrido con JJ e Isabella, no es culpa de JJ en realidad, es culpa de la jerarquía, y culpa de cómo ve el mundo “la sociedad”.
Las semanas pasaron sin muchos cambios, el tipo del bar vino más de una vez a disculparse, Isabella lo otorgó su disculpa y le dijo que no tenía de que preocuparse, con el tiempo se hicieron cercanos; ella en verdad intentó seguir adelante, y lo estaba consiguiendo. Hubo días en que JJ venía al bar, pero no se dignaba a hablar con ella, solo la observaba en silencio, Isabella tampoco quería que su orgullo flaqueara, aún cuando sufría por tener que llevar el embarazo ella sola, y porque JJ no se animaba a preguntar siendo que este ya era un poco notorio. Ninguno quiso hablar para aclarar nada.
—Es un niño hermoso— llegamos del hospital, mi hijo había nacido.
—El tuyo también lo será— ella se veía más decaída de lo que era habitual, aún así con mi hijo en brazos me miró y sonrió— ¿porque no hablas con el señor JJ? Estoy seguro que te escucharía si intentaras explicarle, el te quiere mucho— intenté persuadirla.
—si en verdad fuera así no dudaría de mi por un simple abrazo, no le importaría mi pasado y estaría feliz por la llegada de nuestro hijo. Sin embargo JJ demostró que las opiniones ajenas son mucho más importantes para él, y no muestra el más mínimo interés por la criatura que llevo dentro.
—El señor Jean no sabe hacer las cosas bien, es orgulloso y a veces actúa sin pensar. El ha visitado el bar todo este tiempo, estoy seguro que solo está esperando que tú des el primer paso para solucionar todo esto; no dejes que el orgullo te aparte de la persona que quieres.
Isabella pensó mucho en que hacer por algún tiempo, en lo que era mejor para ella y para su hijo, hasta que se decidió al fin a aclararlo todo con JJ, ella tenía la esperanza de que todo pudiera solucionarse, Mila y yo lo creíamos también, pensamos que todo aquello solo era algo pasajero. Sin embargo el día que se citó con JJ, algo ocurrió, hasta hora no se que fue exactamente. Ella llegó devastada afirmando que nunca en la vida quería volver a ver y a saber nada de Jean, no pudimos entender nada, lo único que nos dijo Isabella, fue que JJ no estaba dispuesto a reconocer a su hijo.
Esa misma noche ella tuvo los dolores de parto, a pesar de que apenas tenía dos meses de gestación. Quisimos llevarla al hospital, pero por la sangre que estaba perdiendo fue necesario llamar una ambulancia, JJ llego antes que los paramédicos, estaba realmente afligido y arrepentido, aparentemente dispuesto a pedir disculpas por el error que cometió; pero cuando vio a Isabella en aquel estado, no supo cómo reaccionar, se quedo paralizado.
Los médicos no tardaron mucho en llegar, tardaron solo unos segundos más que JJ, y se llevaron a Isabella para atenderla. Mila los acompañó, mientras yo me quede para ayudar a JJ que no salía de aquel trance.
—estoy seguro que la señorita Isabella se pondrá bien…— le di un vaso con agua y un poco de limón para que pudiera reaccionar, pero el simplemente parecía no escuchar nada y estar ajeno a su entorno. Pienso que él creía que aquella escena solo era una pesadilla— cuando se recupere ¿Por qué no habla con ella? Estoy seguro que si usted muestra arrepentimiento, ella podrá perdonarlo— trataba de no mostrarme afligido, pero la verdad estaba muy preocupado, rezando internamente porque todo estuviera bien. No quería estar más tiempo en aquella habitación, moría de ganas por salir corriendo en dirección al hospital; pero no podía dejar al señor JJ en aquel estado.
—si ella muere, nunca me lo perdonaré— cuando por fin habló, supe de inmediato lo destrozado que Jean estaba por dentro, intente darle consuelo, pero no me dio tiempo, pues salió corriendo sin importarle nada, fue directo al hospital, yo lo seguí. Pero cuando llegamos ya era muy tarde, Isabella había muerto.
El dolor que sentí en aquel momento sin duda no se comparaba al que JJ seguramente estaba sintiendo, estaba completamente devastado, completamente destrozado; no le importó mantener su imagen, lloró y gritó de pura impotencia. Cuando preguntamos al médico por las causas de su deceso, nos dijo que no había un motivo aparente, tal vez fue por el estrés, era lo único que pudo decir. Fue una enfermera quien nos explicó lo que ella creía que pasó.
—la naturaleza a veces es cruel he impredecible— nos dijo que, cuando un alpha y omega destinados se encuentran, deben estar juntos, y más si su unión dio un fruto; de lo contrario si se pretende romper esa unión lo más probable es que el feto lo recienta y el cuerpo de la madre quiera expulsarlo por puro instinto. Es algo parecido a lo que ocurre cuando un alpha marca a un omega y luego quiere romper el vínculo que se formó; el omega lo reciente siempre, y es quien más sufre durante ese tiempo, hasta que la marca desaparezca. En el caso de JJ e Isabella, ellos eran destinados, pero nunca formaron un vínculo como tal, y al no hacerlo, el cuerpo de Isabella no pudo resistir al feto que se rehusaba a formarse en su interior, al resentir el rechazo mutuo de sus padres, y fue eso lo que terminó por acabar con la vida de ambos.
Yuuri terminó de escuchar aquel relato, mientras intentaba procesar lo último de aquella información. Ya había escuchado de lo que ocurría si un alpha quería romper el vínculo con su omega, el omega se hundía en una depresión tan profunda que, era difícil de soportar; además del dolor que experimentaba a medida que la marca iba desapareciendo. Había escuchado de casos en que los omegas ni siquiera podían resistirlo, e incluso morían en el proceso. Suponía que para un feto formado de una pareja destinada sin ningún vinculo de por medio, las cosas eran iguales, o peores. Ahora también entendía la preocupación de aquel chico.
—JJ ¿creyó que fue su culpa?...— preguntó un poco preocupado, e intentando llegar a lo que él realmente quería saber.
—creo que aun lo hace. El nunca ha podido superar la muerte de Isabella, fue cuando ella murió que comenzó a hacerse cargo del bar y a cambiar un poco su forma de ver el mundo. Antes era muy perfeccionista, además de pecar de egocéntrico; aún es orgulloso, pero… al menos ahora tiene la mente un poco más abierta— miró al mayor un poco serio antes de continuar, acto que no pasó desapercibido para Yuuri, quien se asombró un poco—Yuri no lo sabe, pero estoy seguro que JJ lo aceptaría incluso en su actual estado; él no para de decir que no cometería los mismos errores del pasado, el sería capaz de perdonar cualquier cosa que haga Yuri por muy criticable que esta sea, ya que siente que solo él puede perdonar lo que hizo con Isabella. En cierto sentido, creo que está algo obsesionado con esa idea— concluyó.
El moreno no entendía la razón, pero aquello le había producido cierto temor. Si JJ en verdad estaba dispuesto a todo con tal de conseguir la aceptación de Yuri, entonces significaba que el menor en realidad no necesitaba nada de esto, Yuri podría ser libre cuando él lo quisiera.
— ¿crees que Yuri aceptaría irse si sabe que JJ no tomaría represalias en contra de él?...— volvió a preguntar, un poco temeroso. Mientras Minami negaba.
—Yuri lo detesta, y JJ no es su único problema también están sus padres; además, JJ no puede hacer nada para ayudarlo ahora mismo, el único que puede eres tú…— miró al mayor seriamente, mientras Yuuri captaba el mensaje.
—Entiendo lo que intentas decir, pero ya te lo dije, Yuri y yo no somos destinados…— volteo la mirada un poco entristecido, una parte de él se negaba a aceptar esas palabras como verdaderas— yo sé que cuando dos destinados se encuentran, existe una atracción muy fuerte, como la de dos imanes compatibles. y el impulso no se va hasta que el vinculo se forma. Lo nuestro no fue así, después de la primera noche, no hubo esa atracción tan fuerte que…
— ¿Estás seguro?...— interrumpió el menor, haciendo que Yuuri rememorara lo ocurrido la segunda vez que casi no pudo controlar a sus instintos, cuando besó a Yuri por segunda vez y en esta ocasión estando sobrio. Instintivamente se agarró la cabeza y la sacudió levemente— tal vez lo del impulso magnético no se dio en seguida por tu relación con tu pareja, estas casado ¿no?— continuó, captando la atención de Yuuri nuevamente— Pero al final tu instinto fue más fuerte, de otro modo nunca hubiera ocurrido lo que pasó.
Era verdad, más que la bebida, había algo más fuerte que le impidió parar lo que hizo, pensar con claridad ¿acaso en verdad él y Yuri eran destinados? Si era el caso ¿Qué debería hacer ahora? no quería que Yuri terminara como Isabella, pero ¿y Víctor? Su cabeza era un mar de confusiones en ese momento— debo irme ya, es muy tarde. Pero piensa en lo que vas a hacer, en lo que es mejor para ti, para Yuri, y para tu hijo. Esta en tus manos evitar otra tragedia— y tras lo último, el menor tan solo abandonó la habitación, dejando al mayor solo.
Yuuri permaneció en su habitación el resto de la tarde, pensando en las palabras de aquel joven. Estaba muy contrariado, no sabía en qué creer. “Tal vez el amor y lo que llaman destino, son cosas distintas”, a su mente venían esas palabras una y otra vez, ¿y si era verdad?, ¿y si eran cosas diferentes? Entonces Yuri era su destinado, pero ¿era a Víctor a quien amaba? Llevaban cinco años de casados, y solo ahora dudaba de lo que sentía.
Yuri esperaba un hijo suyo, no quería permitir que nada malo le ocurriera, no se lo perdonaría nunca, no soportaría cargar con la culpa el resto de su vida, pero… ¿y Víctor?. Sin pensarlo mucho y siguiendo sus instintos, se puso de pie, caminó hasta cruzar la puerta, y luego apresuro el paso hasta la habitación de Yuri, entrando en ella sin tocar. El menor se veía sorprendido cuando vio al japonés entrar de golpe, mientras él estaba echado en la cama leyendo algo en su celular, había investigado unas cosas en internet.
— ¿Pero qué es lo que te…?— Yuuri no le dio tiempo de preguntar, pues se había abalanzado a él, levantándolo para estrecharlo entre sus brazos, ante la mirada un poco desconcertada del ruso.
—Yuri, ¿puedo marcarte?— preguntó de pronto, descolocando completamente al rubio.
— ¿Ha?— ¿acaso había escuchado bien?