Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El amor no tiene forma por sharedey

[Reviews - 55]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 
La habitación quedó en 
silencio por un breve momento. El rubio aún no podía procesar la pregunta que había soltado el mayor tan imprevistamente. ¿Marcarlo?, ¿acaso había enloquecido? Quería gritarle a Yuuri un par de cosas, golpearlo por sugerir tal cosa, empujarlo para que cayera, pero... extrañamente en ese momento no podía. 
 
 
Sentía los brazos del nipón rodear su cuerpo con fuerza, mientras su respiración calentaba la parte derecha de su cuello. Pronto el olor de aquel alpha inundó sus sentidos; se sentía tan bien, tan vulnerable y a la vez tan protegido que, no quería dejar de sentir esa agradable sensación, aún cuando todavía era consciente de que aquello no era más que solo un espejismo. 
 
 
—Debo marcarte para excluir cualquier peligro para el bebé, no sé qué otra cosa podría hacer para que esté completamente a salvo...— lo escuchó continuar, y fue suficiente para romper aquella magia.  
 
—Con que era eso, Minami logró lavarte el cerebro ¿no?— apartó al mayor de el al momento de decir aquello, mientras Yuuri analizaba lo que había dicho. No supo expresarse bien.
 
—Quiero decir, a los dos, a ti y al bebé...— trató de explicar, pero Yuri no se lo permitió.
 
—Eres muy amable por "preocuparte"— hizo énfasis en esa palabra— también por mí, pero el bebé y yo estamos bien, ¿o es que acaso creíste el cuento ese de los destinados? — río con burla, mientras el japonés continuaba mirándolo. 
 
— ¿cómo fue?... — preguntó, confundiendo un poco al ruso— ¿porque te entregaste a mi aquella noche, acaso intentaste impedir que aquello pasara?, ¿cómo fue que pasó? 
 
 
Y ante eso el menor guardo silencio ¿Qué podría responder? El recordaba perfectamente aquel encuentro, cada palabra, cada pensamiento que pasó por su mente ¿Qué si trató de evitarlo? Claro que sí, pero no pudo, aunque realmente lo quería se le hizo imposible en aquel momento, fue algo que... era difícil de explicar. 
 
 
—Estaba en celo...— fue lo único que pudo decir. 
 
 
—Atendías un bar ¿estando en celo? — cuestionó dudoso. La verdad de ser cierto sería una locura. 
 
 
—No, entre en celo en el momento que tú comenzaste a insinuarte a mí. Era algo natural, tú eras un alpha desnudo al que vi bailar en medio del salón, no soy de piedra, es normal que mis instintos como omega salieran a flote, como los tuyos no pudieron resistirse a pesar de que eres casado ¿no? pero eso no significa nada. No es que tú me gustes o te guste y menos que seamos destinados es absurdo— argumentó notando como Yuuri quedaba pensativo. Comenzaba a arrepentirse de haber pedido a Minami que viniera, aquel chico era tan anticuado, solo había logrado enredar más las cosas. 
 
 
—Yuri...— escuchó al mayor nombrarlo, por lo que lo miró de frente tratando de no mostrarse nervioso. Lo cierto era que lo estaba— tu si me gustas— aquello lo tomó de sorpresa; esa declaración era muy repentina, bastante— me gustas pero no sé si lo que siento por ti es solo eso. Este último tiempo he estado tan confundido, no hago más que preguntarme una y otra vez quien eres, que eres para mí, que es lo que siento por ti; pero luego pienso en Víctor y todo se complica. Solo sé que no me eres indiferente— concluyó sonando sincero. 
 
 
El menor lo miraba en silencio, ¿qué significaba exactamente eso? Su corazón latía rápidamente tan solo por las palabras “me gustas”, mientras su cerebro no lograba captar bien el resto de la información, por lo mismo no sabía que decir ¿qué cara se suponía que debía poner? Era complicado.
 
 
—solo estas confundido…— soltó lo primero que se le vino a la mente, haciendo que Yuuri lo mirara atento, lo que lo ponía más incomodo aún. Solo esperaba que las palabras no se le enredaran y mostraran su nerviosismo— tu amas a tu esposo estuviste conmigo solo por el calor de una noche es normal que te sientas atraído por una persona si conociste su cuerpo en la intimidad pero no tienes que confundir atracción física con lo otro porque no es lo mismo— quería ahorcarse así mismo tan solo por escucharse decir aquello de tal forma, y es que lo dijo todo de un modo muy rápido, mostrando claramente que estaba avergonzado, era patético. 
 
 
Quién diría que llegaría el día en que tendría que hablar de un asunto como aquel con alguien como quien tenía en frente; amor, atracción y destino, tres cosas que podían juntarse, pero que a la vez eran muy distintas la una de las otras; el no estaba capacitado para tratar las “formas del amor” y saber distinguir sentimientos. Además, ¿Qué no se suponía que aquel hombre era mayor y más experimentado?, ¿qué hacía buscando un consejo en él? Si es que era eso lo que ese tipo buscaba.
 
 
—sé que estoy confundido— habló nuevamente Yuuri, de modo serio, algo raro en él— pero no se cual es exactamente mi confusión. Además no creo que sea tan simple— continuó mientras notaba cómo el chico rubio trataba de evitar verlo directamente a la cara. Lo entendía, ya que en aquel momento era consciente de que estaba teniendo un ataque de sinceridad con él; y es que con lo acontecido últimamente sentía que ya no podía ignorar más las cosas. No cuando sabía que lo que Yuri le hacía sentir era algo muy diferente a lo que pudo sentir alguna vez por Víctor, y no cuando por causa de sus confusiones podría poner en peligro la vida de su futuro hijo y del chico poseedor de aquellos ojos verdes que, desde que vio por primera vez no podía olvidar. Yuri en verdad le gustaba, y no era solo el gusto físico, sentía que había algo más, algo mucho más grande.
 
 
Él menor permaneció en silencio, ¿ahora qué? Al ver a Yuuri en aquel estado ya se le había quitado el enojo y rencor que hasta la fecha estaba sintiendo. Yuuri lo confundió, le mintió al no decirle su compromiso con Víctor, le dio falsas promesas y, prácticamente era el culpable de casi todas sus desgracias. Por su causa deshonró a su familia, corría peligro de ser repudiado por su “prometido” de ser azotado o condenado en el peor de los casos y, perdería a su bebé en cuanto este naciera. Aun así, ya no podía verlo como el malo de la historia, se sentía tonto por eso, y quería golpearse así mismo por no golpear ahora mismo al nipón y sacarlo de su habitación de una patada para acabar al fin con todo esto pero… no podía hacer caso omiso a lo que sus ojos veían... Quizá después de todo, si era un omega débil.
 
 
—  ¿Qué te parece intentar esto?— soltó de pronto rompiendo el silencio, y logrando que el mayor lo mirara, acción que hizo que Yuri desviará la mirada para que sus ojos no se encontraran— tratemos de mantener las cosas en paz, sin compromisos y sin rencores; si no nos disgustamos el uno del otro creo que no habrá peligro para el bebé, independientemente de si seamos “destinados” o no— concluyó no muy seguro y sacando una sonrisa en el rostro del moreno.
 
 
— ¿entonces dejaras de permanecer encerrado en acá todo el tiempo?— preguntó algo dudoso. Intentar comenzar de nuevo era una propuesta que lo hacía feliz, más sin embargo, no estaba seguro de si eso sería suficiente para alejar cualquier peligro, pero era algo.
 
 
— lo intentaré... — no era una promesa, pero en verdad lo haría, intentaría mantener una vida estable el tiempo que le quedara en aquella casa. Sería una estadía larga y era consciente de que esto apenas comenzaba.
 
 
—sobre lo de marcarte, quiero que sepas que…— comenzó de nueva cuenta el nipón, siendo callado inmediatamente por el golpe de una almohada que el rubio había arrojado. 
 
 
—mendigo cerdo ¿sigues con eso?...— preguntó molesto, avergonzando al nipón. 
 
 
—No, solo quería disculparme…— sus mejillas se habían tornado rojas. Ciertamente era consciente de que proponer tal cosa había sido algo estúpido y desconsiderado. 
 
 
— ¡Olvídalo!...— respondió el rubio arrojando otra almohada en el rostro del moreno; para luego recostarse pesadamente y ver en dirección a la ventana. La noche comenzaba a caer, se preguntaba dónde estaría aquel tipo molesto; Víctor.
 
 
  No importaba, sin duda las cosas eran mejores sin él— oye katsudon, ¿te parece si hoy preparo la comida? Estoy harto del tazón de cerdo— habló nuevamente el rubio por lo que yuuri asintió contento.
 
 
—claro.
 
 
...........
 
 
 
 El coche se detuvo frente a una gran mansión, todo el trayecto había sido silencioso. Luego de que su abuelo escuchara lo que hablaba con Chris, le había pedido esperar en su oficina a que terminará de arreglar unos asuntos de negocios, para luego ir juntos a lo que era su antiguo hogar y hablar sobre aquel asunto, supuestamente importante, con calma. Típico del señor Alexei, poner siempre primero el trabajo antes que la familia, aunque en ese momento agradecía aquello, ya que le dio un poco más de tiempo para procesar bien su situación.
 
 
 Se encontraba realmente nervioso, pues no tenía un plan específico. Definitivamente no estaba listo para enfrentar a su familia, y menos cuando quizás tendría que tejer una mentira para salir librado de todo esto. Maldecía su mala suerte. 
 
 
— Por favor señor, baje del auto...— la voz de un mayordomo lo sacó de sus cavilaciones, por lo que resignado bajó del motorizado.  
 
 
Recorrió el lugar con nostalgia en la mirada, ya habían pasado más de cinco años desde que no visitaba aquel lugar, exactamente desde el día en que su madre le gritó que si se casaba con aquel mediocre alpha de nivel tres no volviera jamás, y es que esas fueron exactamente sus palabras; por lo que el las había obedecido. A pesar de ello, no perdió contacto con su familia, ya que por ser el único heredero Nikiforov su presencia era importante en las empresas; pero si se había creado una distancia que fue creciendo a medida de que ellos reclamaban la inexistencia de un heredero, sobretodo por parte de su abuelo, quien fue el único en aprobar su compromiso por la promesa que el le hizo. 
 
 
— bien, ¿es verdad lo que escuché?...— tan pronto entraron en la sala principal, su abuelo comenzó con el interrogatorio. 
 
 
— ¿En verdad era necesario venir hasta acá para hablar de este asunto? Sabes bien que no me siento cómodo aquí, no me siento cómodo en ningún lugar donde Yuuri no sea bien venido...— tomó asiento pesadamente y se cruzó de brazos, mientras el mayor sonreía de lado. 
 
 
— Nunca cambias ¿he? Sabes que el rechazo de la familia por ese chico no es por su posición social, si no por su condición de alpha. Pero todo podría cambiar hoy si lo que escuché es lo que creo— Víctor guardo silencio. Ahí estaba el dilema, era cierto y no lo era, Yuuri le daría un hijo, pero ese hijo no llevaría la sangre Nikiforov en sus venas. 
 
 
— tendré un hijo con Yuuri, es la única verdad— no mentía, querría a ese niño o niña, alpha, beta u omega, como a un hijo, aún cuando genéricamente no tuviera nada de él. 
 
     
— ¡Eso cambia todo! Aún cuando parecía absurdamente imposible, cumpliste tu promesa y lograste crear un sangre pura. No es algo que se vea todos los días— la felicidad de su abuelo era notoria, lo que era poco común de ver, pues el señor Alexei era conocido por ser bastante serio. Aquello hacía que Víctor sintiera un poco de culpa.
 
 
— Yuuri no es quien espera a nuestro hijo— eso confundió al mayor, que no tardó en interrogarlo con la mirada— es un omega— continuó, aumentando más dudas en lugar de aclararlas.  
 
 
— ¿tendrás un hijo bastardo? 
 
 
— lo reconoceré como propio de mi matrimonio, el omega nos entregará el bebé en cuanto nazca— el rostro de su abuelo se tornó serio, lo que lo ponía nervioso; pero a estás alturas ya no podía dar marcha atrás. 
 
 
— ¿y porque en lugar de eso no desechas a ese alpha y te casas con ese omega? Sería lo más sensato y lógico, tu esposo no es más que un estorbo en tú vida, desde que apareció no a hecho más que ser una carga inútil— y ahí estaba de nuevo, siempre era lo mismo, su abuelo y toda su familia no hacían más que menospreciar a Yuuri ¿Que pasaría si supieran que es Yuuri quien tendría el hijo con él omega? Yuuri era un alpha fértil, no como él. 
 
 
— Yuuri es mi pareja le pese a quien le pese, y no lo dejaré por nada y por nadie creí que eso ya había quedado claro— estaba molesto y no podía evitarlo.
 
 
— Yuuri, Yuuri, Yuuri ¿Qué tiene de especial ese chico? Te cambió por completo, te apartó de todo lo que una vez fue importante para ti, no hace más que crear brechas en tu camino ¿qué no lo notas?  Te traje aquí para que la llegada de tu futuro hijo nos uniera como familia otra vez, para que puedas reconciliarte con tus padres y conmigo, pero otra vez es Yuuri quien impide eso, otra vez es Yuuri quien te aparta de nosotros 
 
 
— ¿Una familia otra vez?— interrumpió sarcástico, callando al mayor — ¿exactamente cuándo lo fuimos?— la voz de Víctor se tornaba más sería a medida que hablaba, mientras su abuelo tan solo fruncía el ceño— te equívocas— continuó— no es Yuuri quien me aparta de ustedes, lo hacen ustedes mismos— tras decir eso, se puso de pie y se dirigió a la salida; al abrir la puerta se encontró cara cara con su madre. Por el rostro que la mujer tenía podía suponer que había escuchado todo o gran parte de aquella pequeña charla.
 
 
— Yuuri siempre es la manzana de la discordia ¿Cuándo abrirás los ojos? ...— comentó la mujer con empatía, por lo que Víctor pasó por su lado sin responder nada, ya bastante había tenido por un día. 
 
 
 
Salió de la mansión y pidió un radio taxi. No esperaba gran apoyo por parte de su familia, pero al menos pensó que si les daba el heredero que tanto querían, dejarían de mostrar tanta antipatía por quien el eligió como pareja, pero se equivocó. Aún cuando vio que su abuelo si se puso feliz por la llegada de quien sería su futuro nieto, también vio que su despreció por Yuuri era mucho más grande que cualquier deseo, y eso no hacía más que frustrarlo. 
 
 
¿Por qué tenía que ser todo así? Siempre fue lo mismo, pareciera que su familia estaba en contra de cualquier cosa que lo hiciera feliz; estuvo solo la mayor parte de su infancia, siempre rodeado de solo servidumbre; sin padre, sin madre, sin abuelo que lo guiara. Y de hecho, su deseo de anhelar un hijo nació por el deseo de querer una familia de verdad. 
 
 
Yuuri fue el único que lo supo comprender desde el inicio, quien le abrió las puertas a un mundo que hasta aquel momento desconocía, quien arrebató la soledad de su vida ¿Cómo podría rechazarlo?, ¿cómo podría no elegirlo siempre a él? Se rehusaba a dejarlo ir, a perderlo. No, eso nunca, jamás lo permitiría; no importaba a quien o que tendría que enfrentarse; si era a su familia, la sociedad, o quien fuera. 
 
 
  Llegó a su hogar, el lugar donde había decidido formar una familia con Yuuri. Era en momentos como aquel cuando mas deseaba verlo, estrecharlo entre sus brazos, sentirlo suyo para saber que no necesitaba nada más. Si Yuuri estaba a su lado, el mundo salía sobrando.
 
 
  Entró a la casa despacio y sin hacer mucho ruido, cuando de pronto escuchó la voz contenta del nipón quien al parecer estaba acompañado. El ruido venía de la cocina, así que decidió acercarse a ese lugar; y ahí estaba, su esposo y el chico omega, preparando lo que aparentemente era la cena.
 
 
—No sabía que sabías cocinar…— era la voz de Yuuri, alegre y tranquila, como no había estado hace mucho tiempo.
 
 
— ¿tan inútil me veo?...— esta vez era la voz de aquel chico rubio, y al perecer las cosas estaban mejor entre ellos. Eso lo molestaba.
 
 
—No quise decir eso…— Yuuri se veía un poco avergonzado, mientras el rubio le extendía algo de lo que preparó.
 
 
—Prueba…— dijo simplemente, por lo que el azabache obedeció.
 
 
—esta delicioso…— esbozó una sonrisa. Una cálida sonrisa.
 
 
—mi abuelo me enseñó a cocinar, el me enseñó muchas cosas…—  el rostro del omega se veía apacible, y Yuuri lo veía de manera tierna. Lo que hacía que Víctor apretara los puños.
 
 
—debe ser un gran hombre.
 
 
—Está muerto…— interrumpió, avergonzando al japonés por no suponerlo.
 
 
—Lo siento…— trató de disculparse.
 
 
—no te preocupes, ya pasó mucho tiempo desde que se fue, pero sus enseñanzas siguen. El siempre me decía que si dejaba que la tristeza me consumiera nunca lograría la felicidad, me dijo que era mejor pensar en las cosas que a uno lo hacen feliz antes de pensar en las que te vuelven desdichado. Si exageras tus alegrías, entonces tus penas no son tan grandes, el siempre decía eso…— puso la bandeja que sostenía sobre la mesa al terminar de decir la frase, mientras Yuuri por impulso lo abrasó por detrás, sorprendiendo al rubio, y también a Víctor, quien no soportaba ver más aquello. Ese omega, ese maldito omega no lograría arrebatarle a Yuuri. 
 
 
—Yuri, sobre nuestro hijo yo…— el japonés no pudo terminar de decir lo que quería, ya que sintió como su cuerpo fue jalado y sus labios atrapados por los de su esposo. Víctor había llegado, y él no se dio cuenta de cuando lo hizo.   
 
 
El mayor se separo de los labios del moreno y lanzo una mirada desafiante al chico omega que estaba tan sorprendido como él nipón. Era la primera vez que Yuri veía la mirada penetrante de un alpha, aquella que era tan conocida por ser capaz de doblegar la voluntad de un omega.  
 
 
 

 

Notas finales:

 


Wiiiiiiii, nop, no es un fallo de wattpad, esta historia a sido actualizada con amor para quien continua leyéndola ???? Se qué siempre digo esto, pero lo sientoooooo, he dejado tirada la historia por casi un mes o algo más de un mes y no merezco perdón, pero les juro que se me había hecho imposible actualizar. Fuera de mis problemas de salud que ya de por si son muy graves, se me arruinó el celular, y cómo bien dije antes es el único aparato en el que guardo mis escritos, también es mi herramienta para actualizar, si no tengo mi celular, no tengo nada TnT pero vamos, que al menos ya estoy de regreso con un nuevo capítulo que espero haya sido de su agrado =D y oficialmente salimos del hiatus o como se escriba :D 
 
Referente al capítulo ¿qué tal quedó? No sé si estoy oxidada, pero al menos espero que hayan disfrutado leyendo :) y ya saben, cualquier sugerencia, duda, crítica o comentario es bien venido :) gracias por los comentarios y lecturas =D hasta la próxima ^0^/ 

 


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).