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El amor no tiene forma por sharedey

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Notas del capitulo:

Hola =D 

Siento el retraso :( estuve delicada de salud y no pude escribir T.T 

Pero hoy por fin traigo un nuevo capitulo :D 

Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Kubo y Sayo

La historia es de mi autoria, también disponible en Wattpad, me encuentran como "anidavila23" 

Creditos de correccion a: Roüx Liz Cam :D 

Sin mas, l@s dejo con el capitulo n.n 

 

 
Sus piernas temblaban mientras sentía la boca contraria indagar en la suya, su lengua se abría paso entre sus labios y su voluntad iba cayendo. Esto no podía estar pasando, su cuerpo no reaccionaba, caía lentamente a los encantos de aquel joven alpha; tal y como pasó aquella vez.
 
El mayor puso una mano sobre su cintura y lo atrajo hacia a él, logrando que ambos cuerpos quedaran muy juntos; el rubio por su parte apenas podía razonar, el calor del momento había nublado su juicio y no era capaz de oponerse a nada. Sentía sus impulsos primitivos despertar, su etapa de celo aparecía de imprevisto, una vez más. ¿Por qué? ¿Qué tenía aquél alpha para despertar esos impulsos en él? Le gustaba su calor, su olor, su cercanía; todo en él era embriagante, atrayente, seductor. No lo entendía.
 
Yuuri  continuaba con aquél acto, mientras poco a poco lo iba recostando sobre el suelo. En este punto era casi imposible evitar que ocurriera todo nuevamente; era como si aquél cuerpo fuese justamente lo que había anhelado por tanto tiempo, como una persona sedienta que encuentra un hermoso manantial donde calmar su sed; tenerlo cerca lo hipnotizaba. 
 
El aire comenzaba a faltar entre ellos, pero el calor del momento podía más que sus instintos de supervivencia, por lo que no se detuvieron a respirar una vez que sus bocas quedaron separadas, al contrario, el japonés degustaba cada centímetro de su piel, besando cada parte de esta; hambriento, inquieto, desesperado; mientras el menor gemía por instinto a cada acto provocado, comenzaba a sentir que la ropa empezaba a estorbar, el calor se estaba haciendo insoportable.
 
— Tu aroma, está más dulce…— escuchó decir de pronto a Yuuri, eso fue suficiente para matar el momento.
 
— ¿Qué quieres decir?— lo empujó de golpe, quitándoselo de encima al tiempo que se sentaba. Ambos fueron conscientes en ese momento de lo que estuvieron a punto de hacer, de repetir, los avergonzaba un poco, pero no había tiempo para pensar mucho en ello.
 
—Sentí que tu aroma es muy dulce—. Respondió a su pregunta, tratando de calmar la inquietud del otro; sabía de la preocupación que plantó en él al mencionar aquello en pleno acto, la verdad, fue casi en un impulso. No recordaba mucho de su encuentro anterior, no estaba seguro de si en verdad olía distinto.
 
—No, mencionaste la palabra “más”, dijiste que olía más dulce. ¿Eso es verdad? porque si es así, es muy probable de que esté esperando un cachorro tuyo— el rubio habló nuevamente, sonando asustado, mientras Yuuri lo miraba; su rostro reflejaba preocupación, pero también estaba sonrojado, era entendible; ahora mismo el olor que desprendía ese omega era irresistible para él, realmente no podía pensar mucho en la situación, pues se encontraba muy excitado para eso; en verdad era una tortura tener que resistirse a los impulsos de su cuerpo por continuar lo que estaban haciendo y podía notar que para Yuri no era diferente.
 
— ¿Por qué no esperamos?— respondió el moreno luego de un momento, atrayendo la atención del contrario —Nada es seguro ahora mismo, incluso si te dijera que si hueles distinto no sería algo cien por ciento fiable, sólo una prueba clínica puede decirnos la verdad, pero es muy pronto para hacerla, lo mejor es esperar así que esperemos, ¿sí?— continuó mientras bajaba la mirada, esperando que el otro lo entendiera, la verdad, necesitaba salir de ese cuarto pronto o terminaría por perder el poco juicio que le quedaba.
 
El rubio analizó por un momento; era verdad, de nada servía buscar una respuesta apresurada si esta no era confiable, la duda lo dejaría como en un principio, sin saber nada en realidad porque nada sería seguro.
 
—Supongo que no hay opción— dijo al fin, suspirando pesadamente y tratando de calmarse; realmente esta situación era pesada, su preocupación estaba siendo aminorada por los instintos de su cuerpo; anhelaba a aquél alpha, quería tenerlo dentro suyo y era desastroso sentir eso, se sentía como un animal —, creo que es mejor que te vayas—. Pidió tratando de no perder el juicio otra vez. 
 
Esto era malo, ¿esto era un omega?, no le gustaba, odiaba sentirse así, tan necesitado del calor de otro.
 
—Sí—. Respondió Yuuri de inmediato dispuesto a marcharse, pero en cuanto intentó ponerse de pie, sintió cómo el menor lo detuvo, volteó la mirada y lo observó, el chico estaba sonrojado y no decía nada, pero su silencio le confirmaba que deseaba lo mismo que él, era casi imposible resistirse.
 
Así que dejó a sus impulsos actuar una vez más; acercó su rostro al del otro y volvió a unir sus labios en otro fogoso beso; sus lenguas danzaban mientras la pasión volvía a reinar, sus cuerpos no se habían dormido, anhelaban ansiosos el calor del otro, si esto continuaba así…
 
— ¡No!— Exclamó el menor, separándose un poco, tratando de resistirse a sus instintos —No es correcto, no podemos hacer esto. ¡Lárgate! ¡Sal de aquí!— Ordenó empujándolo, por lo que Yuuri lo observó; lo entendía, así que sin objetar nada, obedeció aquella petición que casi sonaba a suplica y abandonó aquél lugar casi corriendo. 
 
Bajó las escaleras lo más rápido que pudo; afortunadamente la música ya sonaba fuerte en el local, por lo que pocas personas le prestaban atención a su estado, a la pinta que llevaba, estando con la ropa toda desarreglada. En cuanto llegó a la puerta de salida se dispuso a cruzar por ella, pero su distracción no lo persuadió de ser precavido y a causa de su descuido terminó por chocar con otra persona. 
 
—Lo siento…— intentó disculparse, entonces lo vio: un joven alpha de tez morena, cabello negro y ojos azules; lo veía detenidamente, mostrando una seriedad casi intimidante.
 
El rubio cayó rendido; ya habían pasado algunos minutos desde que el alpha japonés se marchó, y desde entonces, no había logrado reponerse. Necesitaba hacer algo para calmar la lujuria de su cuerpo, unos supresores serían de gran ayuda en aquel momento, pero desafortunadamente no contaba con ellos, ¿quizá agua fría? Se puso de pie y se dirigió a la ducha, dejó que el agua recorriera su cuerpo, sin lograr ningún resultado. 
 
— ¡Maldición!— se dijo así mismo. Tenía que bajar al local, pero en ese estado se le haría imposible; no entendía por qué tenía que pasarle esto, era el peor celo que le había tocado vivir, esa sensación era insoportable.
 
De pronto vio entrar a aquel chico de mechón rojo al cuarto de lavado donde él estaba, le sorprendió que tuviera la osadía de entrar sin siquiera tocar la puerta para hacerlo. Le avergonzaba que lo viera en ese estado, pero lo que Minami traía en sus manos hacía que lo disculpara.
 
—Traje supresores, imaginé que los necesitarías con urgencia…— dijo el chico al tiempo que le daba las pastillas y una vaso con agua para que pudiera ingerirlas, Yuri lo hizo de inmediato.
 
—Gracias—. Fue lo único que pudo decir, mientras esperaba que aquellos supresores hicieran efecto  
 
Ahí estaba de nuevo ese chico salvando la situación, cuando hace apenas un día atrás ni siquiera le dirigía la palabra. ¿Por qué había empezado a ayudarle tan de repente? No lo entendía, pero tampoco quería preguntarle.
 
—Al parecer eres muy íntimo con ese alpha—. Dijo el más bajo, mientras cerraba la ducha y lo cubría con una toalla, lo que provocaba molestias en el menor. ¿A qué venía eso?
 
—Es natural, ¿no?, es la reacción de un omega, cuando esta con un alpha…— era la única explicación que pudo darle a lo ocurrido, no podía ser algo más, al menos eso creía.
 
—Te equivocas, pero si te explicara en este momento sólo aumentaría tus preocupaciones y ahora mismo es lo que menos necesitas, ¿verdad?— En verdad no lograba entender a ese chico, nada de lo que decía tenía sentido alguno —Supongo que quedaron en mantenerse en contacto, mi consejo es que trates de no acercarte mucho a él— continuó. Yuri fue apenas consciente en ese momento de que se le había olvidado un gran detalle, pues no le dijo a aquel alpha que desde mañana ya no estaría ahí, <<maldición>>, se dijo internamente ¿ahora qué haría? — ¡Ah!, lo olvidaba, el señor JJ está abajo y preguntó por ti—. Soltó el otro de golpe, trayéndolo de nuevo en sí.
 
— ¿Qué? ¿No llegaba mañana?
 
—Su regreso se adelantó, por lo visto. Por cierto, chocó con el japonés mientras este huía del local—. Genial, lo que faltaba. ¿Cuántos problemas más tendrían que adjuntarse a su vida para que los dioses estuvieran felices? Lo que menos quería en ese momento era ver al estúpido de JJ, y peor aún, estando en aquel estado —Será mejor que te vistas, los supresores ya hicieron efecto— finalizó ese chico, para luego disponerse a salir, pero la voz contraria lo detuvo.
 
—Ya dime, ¿qué esperas que haga por ti? ¿Por qué me ayudas así, de repente?— se animó a preguntar al fin. Mientras Minami sonreía.
 
—Ya te lo dije, es algo personal—. Y con eso último se fue, dejando más dudas en la mente del otro; esa no era una respuesta coherente, ni convincente, pero suponía que para el caso daba igual. Lo primero que tendría que hacer era enfrentar a JJ, odiaba admitir que había perdido la apuesta.
 
No, aún no estaba preparado para eso, no bajaría a recibir a su prometido, definitivamente no lo haría.
 
Iba caminando muy aprisa, apenas salió del local tomó un taxi para regresar a su hogar, necesitaba darse un baño pronto. Se preguntaba quién era el tipo con el que chocó al salir del bar; no podía olvidar su mirada desafiante y egocéntrica. 
 
— ¿Cómo es que permiten que personas como tu entren a mi local? No cabe duda que gatito es un novato en esto—. Recordó las palabras que había dicho; le llamó la atención la palabra “gatito”. ¿Se refería a Yuri? 
 
—En verdad lo siento, disculpe…— se limitó a responder, haciendo caso omiso a las ofensas del otro, y sin esperar más, se puso de pie en seguida y se fue del lugar.
 
Y ahora estaba allí, en la puerta de su casa. Le avergonzaba entrar, no se atrevía a ver a Víctor, sobre todo porque en ese momento era otro cuerpo el que deseaba con impaciencia, era otra mirada la que se hacía presente en su memoria, era otro nombre el que quería pronunciar; eso sólo aumentaba su culpa, aún más sabiendo que mientras tenía a aquel omega entre sus brazos, ni por un segundo había recordado al mayor.
 
Eso lo asustaba, no lograba comprender. ¿Se estaba dejando llevar por la lujuria?, ¿por la sensación de virilidad que el omega despertaba en él? Se sentía tan sucio, tan miserable, Victor no merecía eso.
 
Tomando valor, entró a su hogar percatándose enseguida de que el ruso no estaba; había una nota sobre la mesa que únicamente decía “llegaré tarde”, agradecía al menos salir librado de esto, pues al menos el mayor no lo vería en ese estado; de inmediato se dirigió a su habitación, encendió la ducha y calmó él mismo aquél deseo que no desapareció desde que tuvo a Yuri cerca.
 
La mañana iba llegando mientras la oscuridad desaparecía de a poco. El canadiense se había levantado temprano y en compañía de Mila y Minami se encontraba ahora frente a la habitación que el rubio se había rehusado a dejar en toda la noche.
 
—Vamos gatito, abre la puerta, ¿no ves que traigo un regalo?— decía mientras sostenía una enorme caja.
 
— ¡¿Cómo crees que puedo ver algo estando con la puerta cerrada?! ¡No seas idiota!— respondió por su parte el menor, logrando que aminorara la poca paciencia que tenía el mayor, el cual trataba de restarle importancia, mientras un tic se formaba en su ojo. Sabía cómo hacer que Yuri accediera a abrir.
 
—El regalo es un gato Himalaya…— como lo supuso, el rubio no tardó en aparecer.
 
— ¿Un gato?— la felicidad era notoria en el brillo de sus ojos 
 
—Exacto—. Respondió el mayor al tiempo que entró a la habitación con sus dos acompañantes. El menor no entendía por qué Mila y Minami estaban allí con él; pero no importaba, él quería al gato. 
 
— ¿Dónde está?— preguntó impaciente, a lo que JJ sacó al animal del cajón; supuso que eso pondría feliz a su prometido y no se equivocó, pues Yuri realmente se mostraba contento acariciándolo, parecía un niño, era tierno. 
 
—Quien fuera ese gato…— comentó sonriente —… ¿Y bien? ¿Cómo resulto todo?— preguntó, logrando que Yuri cambiara un poco su expresión.
 
—No alcance al monto, pero me acerqué bastante—. Respondió, mientras Mila le entregaba el cuaderno de notas.
 
—Es verdad, además la clientela subió en gran número—. Argumentó la chica mientras el mayor miraba la cifra marcada.
 
Era sorprendente, realmente había logrado acercarse mucho al monto requerido, era casi irreal. ¿Cómo lo había logrado?
 
—A pesar de duplicar el precio a las bebidas y de que la clientela aumentara, no logramos alcanzar ese monto, es raro, ¿no? Dime JJ, ¿acaso hiciste trampa y me diste una información falsa?— volvió a hablar el rubio, sacando en el canadiense una risa de medio lado; no era de sorprender que Yuri lo haya notado, hablaba de JJ después de todo.
 
— ¿Y qué importa ya?— respondió simplemente. 
 
—Sí importa…— dijo el menor, mientras veía un poco sorprendido al moreno que se hincaba frente a él; en sus manos tenía una caja pequeña, la cual abrió y se la extendió, en el interior se hallaba un anillo.
 
—Yuri, frente a estos dos testigos, quiero pedírtelo formalmente, ¿te casarías conmigo?— le propuso ante la mirada atenta de los allí presentes, sin embargo, la respuesta de Yuri fue fría y directa.
 
—No—. Lo había dicho sin siquiera cambiar de expresión.
 
— ¡Qué malo!
 
—Tú eres el malo aquí; yo me tome muy en serio esto, me esforcé incluso sabiendo que quizá no lo lograría cuando tú sólo estabas jugando; ni siquiera por un momento tomaste esta apuesta en serio, porque sabías que ibas a ganar sin hacer esfuerzo alguno. Eres odioso, mentiroso, tramposo; nunca jamás aceptaré casarme contigo, prefiero la muerte antes de ser para ti…— y tras decir esto, salió de la habitación y del local corriendo.
 
Realmente odiaba todo esto, JJ siempre lograba sacar lo peor de él, se sentía estúpido, idiota, un verdadero imbécil. ¿Cómo pudo confiar en él?, JJ era un alpha, todos los alphas son iguales, era obvio que tomaría su desafío como una burla; los omegas siempre eran tratados así.
 
De pronto vino a su mente la imagen del joven japonés, eso hizo que se detuviera, ¿él era un alpha distinto? La primera impresión que se llevó de él no fue buena, pero el hecho de que no lo dejara le daba puntos a su favor. Yuuri se mostraba amable, compasivo, honesto, y de algún modo sumiso; le atraía un poco… Ciertamente, él si era un alpha distinto. Apretó al gato contra su pecho instintivamente antes de ser consciente de lo que acababa de pensar, ¿qué demonios le pasaba? Parecía colegiala enamorada, se daba asco asimismo.
 
En un descuido, el gato saltó de sus brazos sin que pudiera detenerlo y empezó a correr con rumbo desconocido; temeroso de que se perdiera el rubio lo siguió, hasta que pudo atraparlo por fin en un parque no muy lejos del bar.
 
—No vuelvas a hacer eso, el mundo está repleto de personas malas…— recomendaba al animal. Cuando sin pensarlo, escuchó la voz del joven japonés. Sin saber por qué, eso hizo que su corazón latiera apresuradamente, no lo entendía, lo único que sabía era que era la oportunidad perfecta para hablar con él, y estaba dispuesto a hacerlo, pero que el otro estuviera acompañado lo detuvo. 
 
Yuuri se hallaba con un hombre de cabello platinado, otro alpha, ¿algún amigo? Se acercaban en dirección a él, por lo que decidió esconderse detrás de un poste esperando alguna oportunidad para acercarse al pelinegro, sin embargo, ni por un momento se imaginó presenciar aquello.
 
Ese alpha platinado se detuvo de pronto, sujeto el mentón del joven japonés y depositó un dulce beso en sus labios, al cual el otro correspondió. ¿Qué estaba pasando? Una vez más no lograba entender; lo único de lo que era consciente, era de que esa escena le dolía, le dolía mucho.
 
Reiteraba. Todos, todos los alphas son iguales, unos mentirosos.
 
 
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Wiiiiiii siento el retraso con la continuación :( me disculpo, pero mi tiempo se a reducido y estaba un poco delicada de salud, no había podido escribir estando en ese estado, lo siento T.T aun así, espero que la espera lo valiera y el capitulo haya sido de su agrado :D la continuación estará lo antes posible ^^ 
 
Créditos de corrección a: Roüx Liz Cam =D 
 
Apartado: aquí un pequeño extra n.n 
 
Este es un pequeño resumen para aclarar como funciona el omgaverso en esta historia, no el omegaverse en general, aclaro n.n 
 
Parte 1
 
Como saben, este universo esta dividido en tres especies humanas: alphas, betas y omegas, donde los alphas se encuentran en cúspide y los omegas están en lo mas bajo, los betas se encuentran en el medio :)
 
Sin embargo aquí emplearé sub categorías, dividiendo cada una de las especies en niveles, según su estatus social y la valides del prestigio familiar. Tanto alphas, betas y omegas, están divididos en categorías 1, 2 y 3 respectivamente :) 
 
En la clase uno se encuentran los de alto estatus social, y son los que ejercen grandes cargos, tanto políticos como empresariales.
 
La clase dos, es para la clase media y baja, su posición depende de las influencias que tengan, en esta categoría pueden estar ricos o pobres, dependiendo de algunos factores que se irán explicando. 
 
Y por último la categoría tres: no muchos están en esta categoría por pertenecer a la mas baja. De igual modo que la categoría dos, cualquiera puede entrar en esta categoría, depende de las circunstancias. Por ejemplo Yuuri, que se encuentra aquí tan solo por ser un hijo bastardo, en otros ejemplos serían por banca rota, por delitos gubernamentales; o en el caso de algunos omegas, por expulsión y castigo por deshonrar a su apellido (si descubren a Yuri podría entrar aquí en el mejor de los casos). Las desventajas: no tienen los mismos derechos que los demás, siendo más vulnerables a las injusticias, no pueden asumir grandes cargos, con suerte podrían formar parte de la clase obrera, y por defecto a los omegas les va peor, pues en esta categoría suelen acabar trabajando únicamente en casas de citas.
 
Demás esta decir, que un alpha nivel tres no puede esposarse con un omega nivel uno, la ley no lo permite. 
 
Se ira aclarando mas curiosidades en los siguientes apartados =D 
 
 
Cualquier duda, sugerencia, crítica o comentario es bien recibida. Cuidence, nos leemos la próxima ^0^/ 
 

 


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