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El amor no tiene forma por sharedey

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Notas del capitulo:

 

Hoooola =D 

Fyuuuuuuuuu ha pasado tiempo verdad? :D si, y otra vez me volví a retrasar :( lo siento T0T pero no fue mi culpa, me han pasado tantas cosas :( si alguien tiene la culpa ese es el tiempo que no me alcanza, se va sin mas y no me permite realizar todo lo que tengo planeado en un día T0T lo lamento mucho :( pido una enorme disculpa por la tardanza :( 

Pero hoy por fin, traigo el nuevo capitulo de esta historia =D espero sea de su agrado :3

sin mas, les dejo leer =D 

Caminaba apresuradamente guiado tan sólo por sus pies, mientras sostenía al gato con fuerza entre sus brazos. Aun no lograba entender cómo es que fue tan estúpido para dejarse engañar por aquel alpha.
 
<<Me hare responsable>>, recordó su voz, en aquel momento sonó tan sincero y sin embargo sus ojos no podían engañarlo como lo hicieron sus oídos, él sabía lo que vio, Yuuri se besó con otra persona y, esta persona era otro alpha, ¿qué significaba eso? 
 
De pronto el chillido de una fuerte bocina llamó su atención, fue entonces que se dio cuenta que por poco cruzaba la calle de forma muy imprudente.
 
— ¡Ten cuidado idiota! —escuchó decir al conductor de aquel vehículo, el cual pasó sin más. En otras circunstancias lo habría retado, pero en ese momento no tenía ánimos de nada, sentía un peso oprimiéndole el pecho, un peso que no lograba calmar.
 
— ¡Yuri! —. Esta vez escuchó la voz de Minami, cuando volteó vio que efectivamente, se trataba de él, ¿qué hacía aquí?— Te seguí en cuanto te fuiste, caminas muy rápido, apenas pude alcanzarte —dijo una vez que llegó hasta él, se notaba el cansancio en el tono de su voz—, tienes que volver con JJ—. Continuó.
 
El menor por su parte permaneció un momento en silencio; él no quería regresar al bar, no por ahora y probablemente nunca más pero... tampoco quería volver a la casa de JJ, a ese lugar menos que a cualquier otro; la casa de sus padres sería una opción, pero dudaba que lo aceptaran de regreso cuando ya lo habían comprometido y, no tenía otro lugar al cual acudir.
 
—No pienso regresar... —respondió dando la vuelta dispuesto a continuar su camino, cuando la voz del más bajo volvió a detenerlo.
 
—No es como que tengas opción, ¿o sí?
 
Era verdad. 
 
Odiaba a quien puso la regla de que un alpha y un omega debían convivir por un tiempo antes del matrimonio, eso por supuesto era sólo por el beneficio del alpha, para que este estuviera seguro de que tomar a ese omega sería una buena decisión; a causa de ello, ahora y, por dos meses antes de la boda, no podía vivir en otro lugar que no fuera cerca de su prometido; claro que intentó aprovechar esto y demostrarle a JJ que, definitivamente tomarlo no era una buena decisión, pero JJ había resultado ser más terco que él.
 
<<Maldición>>, se dijo mientras apretó un poco al gato contra su pecho, el cual intentaba escapar sin obtener éxito.
 
— ¿Por qué no me acompañas a mi casa? —ofreció de pronto el chico de mechón rojo, lo que hizo que volteara a verlo nuevamente—. Podrías relajarte un poco allí, al menos hasta que se te pase el mal humor— continuó.
 
Esa oferta le parecía un poco noble, pero no estaba seguro de querer aceptarla. En aquel momento lo único que quería era estar solo, pero el animal entre sus brazos parecía haberse aburrido de estar en sus brazos y temía que en un descuido se le escapara y se perdiera, así que aceptó, tal vez incluso un poco de compañía le vendría bien ahora, tenía que pensar en muchas cosas y sobre todo en su futuro y en lo que haría ahora que ya no contaba con el supuesto apoyo de Yuuri. Bajó la mirada tras el último pensamiento y asintió, mientras Minami sonreía victorioso, y sin decir más, ambos se dirigieron a aquel lugar.
 
Se separó de los labios de su esposo, hace mucho tiempo que el mayor no realizaba un acto como aquel, o al menos no de ese modo. Robarle un beso en plena vía pública era algo que hacían cuando eran más jóvenes, había pasado mucho tiempo desde la última vez y sin embargo, aquel acto no había pasado de la sorpresa de no preverlo; en su mente y por un momento, vino la imagen de Yuri en cuanto Víctor lo besó, eso lo asustaba; por instinto buscó al menor por los alrededores, estaban cerca del bar y temía que el rubio haya podido verlos; sin embargo y para su alivio no había nadie cerca.
 
—Quiero recuperarte… —oyó decir a Víctor de pronto, lo que hizo que Yuuri lo viera sorprendido, ¿a qué se refería?—… quiero que seamos los mismos de antes y que a partir de hoy nuestra relación mejore— su voz sonaba sería, algo no muy típico en él.
 
Yuuri no lograba entender la expresión de melancolía en los ojos del más alto, pero intuía algo. Recordaba que esa noche el mayor no había llegado a dormir, lo que lo preocupó mucho y lo mantuvo despierto hasta el amanecer, pero en la mañana muy temprano, apareció con un enorme ramo de flores dulces y una botella de champagne, recordándole en seguida que aquel día era su aniversario. 
 
Lo había olvidado por completo, era la primera vez que le pasaba algo así y eso sólo aumentaba su sentimiento de culpa, por lo que estaba viviendo últimamente, por tener tan pendiente la presencia de Yuri en su vida y porque esa presencia comenzaba a hacerse cada día más fuerte, más grande, más necesaria, al punto de olvidar por completo un acontecimiento que, hasta ese día, era tan importante.
 
Ahora mismo estaba tan confundido, no creía que mereciera las atenciones ni el afecto de quien estaba frente a él, no cuando sentía que no lo estaba correspondiendo; sus palabras no lo hacían feliz, ese día el saber que era su aniversario, no le traía otra cosa que no fuera frustración, algo que sin duda no estaba bien.
 
— ¿De qué hablas Víctor? —dijo, respondiendo por fin con aquella pregunta,  tratando de parecer natural, algo que le era muy difícil dado al nerviosismo que mostraba; siempre se le había dado mal disimular. Él sabía de qué hablaba, era obvio, pero enfrentarse a esa situación directamente no era algo que se sintiera capaz de hacer, al menos no por ahora.
 
—A que este último tiempo hemos estado muy distanciados, sobre todo después de mi descabellada petición por el asunto del heredero. Entiendo que eso te haya ofendido, en aquel momento no pensé en que eso podía interpretarse como  una traición hacía nosotros y a nuestra relación, ya te lo dije; quiero que en verdad me perdones por haberme dejado llevar por la insistencia de mi abuelo, lo que menos quiero en esta vida es perderte Yuuri…—. Tras lo último lo abrazó dulcemente, transmitiéndole con aquel acto que todo lo que decía era en serio.
 
No, no era Víctor el que debía disculparse, porque no era Víctor el que traicionó su relación, no era Víctor el que llegaba con olor a cigarro a altas horas de la noche mientras su pareja esperaba pacientemente y sin pedir ninguna explicación y no, no era Víctor el que se perdía por el olor irresistible de un omega joven, a quien tomó por primera vez y que, muy probablemente ahora mismo esperaba un cachorro suyo. 
 
Pero, ¿qué podía hacer? Últimamente se había convertido en un mentiroso, porque mentir no era sólo decir cosas falsas, también lo era no decir nada y él había callado mucho. No le dijo a Víctor nada sobre Yuri, aun cuando intuía que quizá el otro ya sospechaba algo por su naturaleza alpha y, tampoco le dijo nada a Yuri, quien sin duda sería el más perjudicado con toda esa situación. Le prometió tomar la responsabilidad de su acto pero ¿cómo hacerlo si tenía un compromiso que lo ataba?, él ya estaba casado, su vida le pertenecía a alguien más.
 
—Hice una reservación para ir a cenar esta noche, espero tengas tiempo libre —habló Víctor nuevamente, soltándole el abrazo y mirándolo sonriente, ignorando el hecho de que Yuuri no respondió, lo que preocupó un poco al nombrado, ¿cenar fuera esa noche?, no podía, no quería; porque esa noche, como las noches anteriores, tendría que visitar aquel bar y observar a ese rubio omega, tenía que hacerlo sin falta, fallar en eso no era una opción, pero tampoco podía rechazar la invitación de su pareja, ¿y ahora qué haría?
 
—Puedes tomar asiento, no es un cuarto grande pero al menos es cómodo para alguien que vive solo con un niño… —ofreció el omega japonés al chico rubio una vez que ambos llegaron a un edificio no muy grande y en una zona nada conocida por el menor. Nunca había ido por esos lugares y sin embargo, aquel sitio de baja categoría no era lo que más llamaba su atención, sino más bien lo que dijo su compañero, nombró la palabra “niño”, ¿de qué niño hablaba?
 
— ¡Mapi! ¡Llegaste temprano! —. Apareció de pronto un pequeño de tez bronceada y cabello negro, corría alegremente a los brazos de Minami, el cual lo recibía gustoso y feliz. No lograba entender que estaba sucediendo. ¿Mapi? ¿Acaso ese niño era...?
 
—Sí, él es mi hijo... —respondió Minami a la pregunta muda del rubio, lo que lo sorprendió—, ve a ver  tus dibujos, ¿sí?, tengo visita y necesito hablar sobre cosas de adultos, ¿está bien? —recomendó esta vez al niño, el cual asintió y se fue en dirección a un pequeño cuarto, el mismo de donde salió ante la atenta mirada desconcertada del joven ruso, quién no se animaba a preguntar nada directamente.
 
¿Un hijo de ese chico? No recordaba haber oído que Minami estuviera casado.
 
—Su nombre es Ashu Kenjiro, es un alpha, pero por ser un hijo bastardo no está categorizado por algún nivel, no pertenece ni siquiera al tres que es el más bajo —. Comenzó a hablar nuevamente el japonés, mostraba un poco de tristeza al pronunciar aquello. Era entendible, tan sólo con escuchar la palabra "bastardo"; un bastardo no era dueño de ningún derecho, de ningún lujo, en esta sociedad ser un bastardo prácticamente significaba no ser nadie, no tenías derecho a nada. Por alguna razón eso lo ponía triste también, lo que le era extraño, no recordaba tener aquel lado sentimental.
 
— ¿Y su padre? —preguntó casi por instinto.
 
—No lo sé, fue cosa de una noche; me pasó casi lo mismo que a ti, con la diferencia que conmigo no hubieron promesas. Fui yo quien buscó a aquel alpha pero al encontrarlo supe de inmediato que no se haría responsable pues era un alpha casado, como era de suponer mi familia me dio la espalda cuando lo supo y me echó a la calle, afortunadamente no estaba comprometido, ni siquiera tenía la edad, era más joven que tú cuando me pasó aquello, tenía 16 años solamente y me hallaba solo en el mundo esperando la llegada de un niño —. Tomó asiento al decir lo último y ofreció al menor hacer lo mismo, el cual acepto mientras no paraba de observarlo.
 
No tenía idea de que ese chico llevara una carga así; en el tiempo que tenía de conocerlo nunca le había llamado la atención saber algo sobre él, es más, ni siquiera le hablaba, fue sólo estos últimos días que pudieron cruzar palabras y ahora entendía un poco el por qué lo ayudaba. ¿Sería lo mismo con él?, en el caso de que en verdad estuviera esperando un hijo, ¿tendría que criarlo él solo?, en el mejor de los casos seguramente sí, todo dependía de la reacción de sus padres y de lo que dijera y decidiera JJ; si tan sólo lo echaran y pudiera tener al niño, ¿cuál sería su futuro?, al menos el hijo de Minami era un alpha, podrá defenderse solo cuando sea mayor, pero ¿y si el suyo es un omega?, negó rápidamente, se negaba a la idea de en verdad estar a la espera de un bebé, no de ese modo, no en esas circunstancias. 
 
<<Maldito Yuuri>>, se dijo, mientras apretaba la tela de su pantalón; <<farsante, mentiroso>>; tras pensar esas palabras, un dolor punzante se hacía presente en su pecho; le era difícil aceptar que en verdad Yuuri había jugado con él, una parte de él quería creer que todo esto sólo era un mal entendido. Tal vez Yuuri no lo engañó realmente, tal vez vio mal, tal vez aquel alpha era un amigo, tal vez lo besó a modo de juego, o, tal vez era un compromiso que planeaba romper en cuanto supiera si lo que hizo con él tuvo consecuencias. Era tonto siquiera pensarlo, pero quería creer que así era.
 
— ¿Qué hiciste luego de saberlo? Sobre tu embarazo…— se animó a preguntar, estaba tan consternado por verse reflejado así en un futuro, estando en la misma situación que el omega japonés; ni siquiera podía ordenar bien las palabras.
 
—Nada, estuve solo por casi todo mi embarazo, hasta aquel día afortunado en el que conocí al señor JJ y la señorita Isabella, fueron ellos quienes me trajeron a Rusia, me dieron un lugar donde vivir y también me dieron trabajo, gracias a eso puedo sostenerme a mí y a mi hijo, tengo mucho que agradecerles —respondió notablemente feliz, lo que sorprendió al menor.
 
— ¿JJ te ayudó? —preguntó incrédulo, por lo que el otro asintió.
 
—Tú no lo sabes o no lo entiendes, pero en realidad JJ es una buena persona —concluyó, el chico en verdad parecía estar agradecido con el canadiense.
 
Tal vez era verdad y JJ tenía un lado noble, pero no podía verlo porque a él no se lo mostraba. Desde que conoció a Jean, se le hizo un alpha pesado, engreído, egocéntrico, caprichoso e irritante, le era tan desagradable, no veía virtudes en él, sólo defectos; para él, JJ fue su perdición, por la simple razón que para sus padres, ese joven alpha era una bendición. JJ era multimillonario, su dinero podía sacarlos de la crisis económica en la que se encontraban, claro, todo a cambio de un precio, venderlo a él; típico cliché de tantas novelas que tuvo la oportunidad de ver, aquellas que se le hacían tan ridículas. Hasta que le tocó vivirlo, no creyó que en verdad esas cosas pasaran y fueran tan comunes en el mundo real, o al menos en esta sociedad.
 
Ahora mismo no podía ver a JJ como un ser con sentimientos, porque era un alpha y desde que vino a esta ciudad entendió un poco cómo funcionaba esta sociedad; supo que el mundo era de ellos en realidad, los alphas están encima de todos, los omegas por debajo de todo; la voz de un alpha es tan fuerte como el rugido de un león, todos la escuchan y por el contrario, la voz de un omega es tan débil como el maullido de un pequeño gato moribundo, casi inaudible, nadie puede escucharla y cuando alguien lo hace, simplemente la ignora.
 
Siempre creyó que un alpha sólo ve sus propios intereses, su abuelo siempre le aconsejó no confiar en ninguno y no permitir que su condición de omega le impidiera alcanzar las metas que quisiera plantearse. Los alphas son bestias hambrientas, para ellos los omegas no son más que carne fresca, eso fue lo que le dijo.
 
Antes de que su abuelo falleciera, él pudo marcarse un sueño, uno muy grande que fue destruido en cuanto conoció a sus padres y JJ, y al conocer la realidad de este mundo y de lo que en verdad significaba ser un omega. Supo que su abuelo tenía razón y que debía ser fuerte para afrontarlo todo siendo más astuto que esas bestias… pero conoció a Yuuri, el alpha torpe que pudo despertar sus instintos primarios y quien sin querer le complicó la vida.
 
Yuuri se mostró diferente al resto, al menos él notaba que no era un alpha como los demás; no, Yuuri era dulce, tierno, comprensivo, noble y no una bestia hambrienta, más bien parecía un indefenso animal herido al que el gustoso dio de comer. Le fue imposible no fijarse en él y ahora mismo le era imposible no confiar en él, aun con lo que vio esa mañana. 
 
Quizá eran sólo sus instintos, pero no podía simplemente desaparecer y cargar con todo él solo, después de todo, Yuuri le dijo que se haría responsable, pero no le dijo el modo en que lo haría o planeaba hacerlo, no había un compromiso que los atara de verdad y viéndolo por ese lado, incluso si el japonés tenía un compromiso, no había ninguna traición de por medio.
 
Estaba decidido, hablaría esa noche con él, tenía que hacerlo.
 
El reloj siguió su curso hasta que el sol se escondió, la noche comenzaba. El bar se hallaba lleno como era de esperarse, JJ se encontraba ahora atendiendo las bebidas, mientras Mila y Minami pedían las ordenes en cada mesa. Él se hallaba esperando al joven japonés en el mismo lugar donde el mayor acostumbraba a observarlo; llevaba puesto un disfraz que constaba de una peluca negra y gafas oscuras que cubrían la mitad de su rostro, traía ropa casual para no llamar la atención, había comprado todo ese día luego de salir de la casa de Minami sin despedirse, el plan era que JJ no pudiera reconocerlo. 
 
El show comenzó y con ello la música empezó a sonar, JJ no lucía feliz como normalmente solía estar, probablemente porque no lo vio regresar en todo el día y quizás estaba preocupado; trató de ignorarlo y buscó a Yuuri en la entrada, el japonés aún no llegaba, le extrañó un poco pues normalmente a esa hora ya estaba ahí, pero decidió esperar pacientemente.
 
Pidió algo de beber para matar el tiempo mientras las horas seguían pasando sin más. En su mente pudo visualizar todo lo que pasó, desde el instante en que conoció a aquel alpha, no fue lo más lindo del mundo pero aunque en ese momento no lo disfrutó, ahora entendía que fue una experiencia algo graciosa, la cual nunca olvidaría; ver bailar un alpha desnudo era algo que jamás imaginó poder presenciar.
 
A partir de ese momento todo empezó, pero aún había cosas que no entendía, ¿por qué cayó tan fácilmente al olor y tacto de ese alpha?, ¿por qué lo ponía triste el haber presenciado que Yuuri besara a alguien más? ¿Acaso lo que pasaba es que... Yuuri le gustaba? Negó rápidamente, era tonto pensar eso cuando apenas y se conocían y cuando el único lazo que los unía era la posible espera de un nuevo ser, algo que sin duda los uniría para siempre, aunque no estuvieran juntos si llegase a suceder. Dio un sorbo a su taza y decidió no pensar más.
 
El tiempo seguía pasando, la espera cada vez se hacía más inquietante, ¿por qué no llegaba?, ¿ya no planeaba volver?, las preguntas, dudas y confusiones se aglomeraban en su mente, ¿y si en verdad Yuuri sólo estaba jugando con él? La noche anterior por poco habían terminado anudándose otra vez, ¿y si su intención sólo había sido llevarlo de nuevo a la cama y al no conseguirlo tan sólo se fue? No, dudaba que fuera así, no quería creer en eso.
 
Observó el reloj, marcaba más de la media noche, se dispuso a esperar un momento más, mientras la pasaba bebiendo un poco y reflexionando, cuando se dio cuenta, ya era la hora de cerrar.
 
Yuuri nunca llegó 
 
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Wiiiiiiiiiiiii hasta aquí =D espero el capitulo haya sido de su agrado :) 
 
¿Qué? Si, lo sé, me retrase con traer la continuación muchísimo más que las veces anteriores lo siento T0T pero se los juro, no fue mi culpa, si alguien es responsable es el tiempo que se va sin mas y no te permite hacer todo lo que tienes planeado en un día 😢 me ha pasado de todo y no he podido escribir perdón 😭 espero que no vuelva a pasar, pondré de mi parte, se los juro :( 
 
Bueno, algunas anotaciones, curiosidades o como quieran verlo jaja 
 
"Mapi" es como decir "mami o papi" la verdad a veces se me da por inventar palabras jeje, y esta es una de esas. Como Minami u otro omega es la "madre de su hijo" (daaaa :v) no me parece correcto o no sé que su hijo lo llame papi siendo la mami, o en el caso de ser pareja que llame a los dos "papi" (mamá y papá) y que los llamen Mami siendo hombres (los omegas) tampoco me parece correcto, se me hace un poco raro, así que pensé ¿porque un omega hombre no puede tener un propio distintivo al tener un hijo? Después de todo "mamá" es de la mujer, papá del hombre, un omega esta entre los dos, así que fusión! Salio la palabra "mapi" para referirse a (mapama) que seria mamá y papá =D mi cerebro actúa de forma misteriosa 😅 jaja 
 
Créditos de corrección a mi querida beta reader: Roüx Liz Cam =D 
 
Espero la historia este siendo de su agrado :D ya saben, cualquier duda, sugerencia, critica o comentario es bien venido =D traeré la continuación lo antes posible n.n, cuidence mucho, nos leemos la próxima ^0^/ 
 

 


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