Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El amor no tiene forma por sharedey

[Reviews - 55]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hoooola =D 

Hoy domingo traigo el segundo capitulo de esta historia :D espero sea de su agrado :3 

Los personajes son propiedad de Sayo Yamamoto y Kubo sensei, usados aquí sin animos de lucro :D 

Creditos de corrección y colaboración a Roüx Liz Cam =D 

Sin mas por el momento, a leer :D 

El café humeaba caliente en su taza, mientras el canadiense bebía gustoso. Ciertamente tener una semana de descanso era lo mejor que le pudo pasar; desde hace tiempo que se sentía estresado por la rutina de su local que no le permitía descansar adecuadamente, por lo que agradecía haber tenido aquel viaje, aun cuando este se tratara de negocios. 
 
A sus cortos 22 años ya era el principal responsable de mantener en pie las grandes empresas de su familia, de mantener en alto el prestigioso apellido Leroy, pero incluso cuando se sentía honrado y orgulloso de tener tal responsabilidad y honor sobre sus hombros, no negaba que en ocasiones deseaba renunciar a todo y sólo enfocarse en su lujoso, pero pequeño local; lugar que sus padres consideraban un sitio de mala muerte e innecesario de mantener, pero que para él era muy importante, ya que en aquél lugar preservaba un hermoso recuerdo.
 
  
 
Puso la taza sobre la mesa para ponerse en pie y acercarse a la ventana, suspirando recordó las palabras de su prometido, aquel huraño al que él cariñosamente llamaba gatito.
 
— ¡No me quiero casar contigo! — Había sido tan sincero y directo como sólo él podía. — ¡Te ordeno que rompas el compromiso! 
 
—Cálmate, cálmate, es lo que nuestros padres desean, ¿acaso no quieres complacer a tus padres? — trataba de ignorar el hecho de que el pequeño omega lo estaba enfrentando y elevando la voz, algo que normalmente no permitiría, pero que extrañamente le era atrayente en ese rubio.
 
Yuri era un diamante en bruto, algo poco usual de encontrar, un omega como ningún otro. Era terco, maleducado, huraño, una fierecilla que él con gusto domaría. Le gustaban los retos difíciles, y Yuri sin duda era uno.
 
— ¡No me interesa lo que quieran nuestros padres! ¡Yo no te conozco, tú no me conoces y en el poco tiempo que llevamos juntos he descubierto que me caes mal! — continuaba el menor mientras él simplemente reía calmadamente. Le encantaba lo infantil de su futura pareja.
 
—No seas tan pedante…— respondió simple mientras prendía un cigarrillo.
 
—Soy mejor que tú en todos los aspectos, incluso mi apellido tiene más valor que el tuyo, no es justo que no tenga voz ni voto en este asunto cuando se trata de mi vida, pero no puedo hacer más que aceptar mi naturaleza y pedírtelo a ti. Mi opinión no cuenta si soy yo el que se rehúsa a esta unión, pero si tú desistes tu palabra valdrá y ambos seremos libres…— su voz esta vez sonaba calmada, algo inusual; lo que hacía que el mayor entendiera que esto no era un capricho de su prometido, él realmente no lo quería como esposo.
 
— ¿Puedes probar ser mejor que yo?
 
El menor lo vio sorprendido ante aquella pregunta, pero no tardó en responder.
 
—Por supuesto— dijo sin más.
 
—Encuentra un modo de hacerlo…— y esa había sido la oportunidad que el rubio aprovechó.
 
—Tu bar…
 
— ¿Qué? — Preguntó curioso.
 
—Atenderé tu bar por una semana, si logro tener más ganancias que tú en ese lapso de tiempo, debes prometer que desistirás de mí y romperás este compromiso.
 
Aquello lo había sorprendido un poco, la determinación de ese pequeño omega y la confianza que reflejaba en sus ojos era un poema; realmente el menor no se daba cuenta, pero cada aspecto suyo lograba que el canadiense se interesara más y más en él. Si se hubiera comportado como un chico sumiso y gentil cuando lo conoció seguramente él ya habría desistido de aquel compromiso desde hace mucho; antes de conocer a Yuri Plisetsky, él no tenía intención de enamorarse… no de nuevo. 
 
—Trato hecho…—  y con aquello habían pactado la apuesta, apuesta que él ya tenía ganada, pues la información que le dio sobre las ganancias del lugar eran muy elevadas; le puso el monto de lo que ganaba en un mes, en lugar de lo que ganaba en una semana. Lo sabía, hizo trampa y se aprovechó de la inexperiencia del muchacho, pero no estaba dispuesto a romper su compromiso.
 
Suspiró pesadamente, mientras observó su celular, marcaba las 11 de la noche, probablemente en Rusia ya estaría amaneciendo. ¿Qué estaría haciendo ahora su gatito?
 
Al despertar se percató de que se encontraba solo en aquella habitación, no recordaba exactamente en qué momento se había quedado dormido, pero recordaba claramente qué era lo que había pasado la noche anterior; algo que deseaba fuese sólo una pesadilla. Trató de levantarse pero en seguida un dolor punzante vino en su parte baja confirmándole que todo era real; no podía ser cierto, el horror volvía a recorrer su cuerpo y la angustia se apoderaba de él una vez más. Se había entregado a un ebrio que ni siquiera conocía, un desconocido que se encontraba durmiendo en la otra habitación. 
 
Si sus padres, JJ y todos llegasen a enterarse de esto… no quería ni siquiera imaginar lo que pasaría con él, era desastroso. ¿Cómo es que permitió que pasara algo como eso? Su cuerpo actuó sin dejar que su mente tomara el control de la situación, cayó preso de sus instintos y probablemente lo que hizo tendría terribles consecuencias.
 
Era un error, su más grande e irreparable error; pero estaba hecho.
 
Se quitó la ropa y se metió a la ducha esperando que el agua se llevara las impurezas de su piel; sin embargo la culpa no desaparecía y los recuerdos lo atormentaban otra vez. Aquel japonés sobre su cuerpo y el dulce aroma que desprendía, su tacto suave y su boca sabor menta hacían que el calor aumentara en cada parte de su ser, otra vez.
 
Sacudió la cabeza. ¿En qué demonios estaba pensando?, no era natural en él actuar de aquel modo. Recordó que cuando el calor del momento pasó y la culpa lo invadió, después de que su amante cayera dormido y el nudo se deshiciera, él rápidamente se vistió y salió de la habitación, encontrándose cara a cara con Mila; al verla lo único que pudo hacer fue preguntarse dos cosas, ¿lo habría escuchado?, ¿cuánto tiempo llevaba ella allí afuera?
 
—Yuri, como tardabas mucho vine a ver si todo estaba en orden. Estás algo rojo, ¿te encuentras bien? — preguntó un poco preocupada, al parecer no estaba enterada de nada, eso le daba un poco de tranquilidad, mientras que por su parte sólo desviaba la mirada. En aquel momento agradecía que su amiga fuera una beta, gracias a eso ella no podía percibir el olor que desprendía.
 
—No, necesito descansar, tú y Minami encárguense de todo.
 
—Pero…— no se permitió escuchar la queja de la joven, pues rápidamente se encerró en la habitación que estaba al lado. Era verdad, en ese momento también había tomado una ducha, y sin embargo, por más que el agua pasara una y otra vez por su cuerpo aquella sensación y culpa no desaparecían.
 
Se puso la toalla y salió de la ducha, rápidamente buscó y se vistió con lo primero que encontró. Algo que notablemente le quedaba grande, pues en aquel lugar la única ropa que había era la de JJ; no le importó y fue a la habitación continua.
 
Estaba decidido, aquél cerdo idiota debía responsabilizarse; aun no entendía cómo esperaba que hiciera aquello, pero quería que lo hiciera. Así que, sin esperar más se dispuso a enfrentarlo. Abrió la puerta de un golpe para encontrarse con la sorpresa de que el tipo ya se había marchado, la habitación estaba vacía… de pronto un nudo se formó en su pecho, no le agradaba aquella sensación.
 
Caminaba sin rumbo y totalmente desorientado, los vestigios del alcohol iban desapareciendo mientras vagos recuerdos venían a su mente. Aquella voz gimiendo en su oído, el tacto de su piel desnuda y aquel aroma embriagante, ¿qué era lo que había pasado?, ¿acaso refugiado en el alcohol, cometió la cosa que jamás imaginó que haría?, ¿le fue infiel a Víctor?
 
Paró en seco y se cubrió la cara, no podía ser posible, quizás estaba malinterpretando lo que pasó y en realidad no hizo nada; pero el haber despertado en aquella cama, sólo con una bata y sin pantalones… no era señal de algo bueno. ¿Cómo enfrentaría a Víctor cuando lo viera?, y más importante aún, ¿con quién es que estuvo esa noche? Si fue con un hombre, la cosa no era tan mala, ¿no? Pero… ¿y si fue con un omega o una mujer?  
 
— ¡Yuuri! — Escuchó de pronto la voz de su pareja, alzó la mirada y lo vio acercarse corriendo hacia él para abrazarlo fuertemente; al parecer lo había estado buscando por mucho tiempo, conociendo a Víctor, quizá toda la noche — ¿Dónde te metiste? Me preocupe mucho por ti. Lamento si lo que dije sonó mal, pero mis padres en verdad se pusieron un tanto pesados con el asunto del heredero que se me ocurrió proponerte aquello casi sin pensarlo, lo lamento mucho.
 
Al decir aquello, apretó aún más fuerte al japonés contra su pecho, mientras este guardaba silencio. No podía aceptar las disculpas de Víctor, ahora mismo no sentía que el ruso fuera el que debiera disculparse, no después de lo que él hizo. Le fue infiel, ¿por qué tendría que estar molesto entonces? Si al final a la primera oportunidad cumplió con lo que su pareja propuso. 
 
—Vayamos a casa Víctor, ahora lo único que quiero es estar en casa…— respondió al fin, por lo que el mayor acepto de inmediato.
 
Una vez en el lugar, y después de que Víctor le ofreciera un baño y comida, Yuuri se recostó e intentó dormir. Y aun con la culpa, permitió que su arrepentida pareja lo mimara aquel día, incluso si eso sólo aumentaba su remordimiento.
 
Daba vueltas en la cama, tratando de encontrar una posición cómoda, pero no la hallaba; no podía dejar de pensar en lo que él imaginaba que sucedió, ¿quién era esa persona? Cerró los ojos esperando recordar algo más  y en seguida vino a su memoria unos ojos verdes mentolados, una mirada que lo veía desafiante, ¿quién era?
 
Se sentó de golpe. No podía seguir así; sabía que aun cuando intentara olvidar lo ocurrido aquella noche, no lo lograría si no salía de la duda y confirmaba que en verdad había pasado lo que él creía que pasó. De inmediato se puso de pie y alistó un cambio de ropa, volvería a ese bar, tenía que hacerlo. 
 
La pelirroja lo miraba un tanto extrañada. No hallaba la necesidad de lavar las sabanas y hacer una limpieza profunda en aquella habitación, y le sorprendía más el hecho de que fuera Yuri el que lo estuviera haciendo personalmente, pues, él no era precisamente alguien muy arraigado a la limpieza y el orden.
 
No podía evitar pensar en que a su amigo le pasaba algo, lo notó desde la noche anterior, desde el encuentro con aquel joven japonés. De cierto modo era un poco preocupante.
 
—Yuri, ¿pasa algo? — se animó a preguntar directamente, esperando que el menor respondiera honestamente.
 
— ¿Por qué lo preguntas? — dijo sin prestar mucha atención a la joven, y sin dejar de sacar brillo al pisó de la habitación.
 
—Has estado todo el día limpiando este cuarto, JJ no llegará hoy y no tiene porqué enterarse de que alguien durmió en su habitación favorita; así que no veo la necesidad de hacer esto. Además, falta poco para abrir el local y te verás cansado si no descansas al menos una hora…— decía tratando de persuadir al rubio; no obstante, este no parecía mostrar cambio alguno.
 
—No quiero que quede rastro de que ese tipo estuvo aquí, déjame hacer esto y ve preparando todo para abrir el local esta noche…— su tono de voz era serio, pero… no se sentía como si fuera el Yuri de siempre ¿Qué ocurría? No podía evitar preocuparse por él; pero, sin objetar nada más, decidió dejar al chico solo y hacer lo que le pidió. Luego se encargaría de descubrir lo que realmente le pasaba. De cierto modo ella tenía una sospecha que esperaba no fuera real; por primera vez en la vida quería estar equivocada.
 
La clientela comenzaba a llegar y él rubio ya estaba listo. Lo había decidido, no dejaría que lo ocurrido esa noche cambiara su vida, ahora más que nunca deseaba romper su compromiso con JJ. Luego de cometer aquel error era lo mejor que le podía pasar, ya que si su prometido descubría que se entregó a otro alfa antes que a él, lo tomaría como una gran deshonra y ofensa en su contra. Según las leyes, su prometido podría imponerle el castigo que mejor le pareciera; uno de ellos era el exilio, el peor era la muerte.
 
Suspiró y se puso a preparar las bebidas, tratando de verse calmado comenzó a atender a los clientes que, a pesar del espectáculo del día anterior, habían aumentado su número; eso lo hacía feliz. Una por una fue atendiendo las mesas y tomando los pedidos, mientras la música empezaba a sonar. La mayor atracción del lugar era que todas las canciones las cantaban en vivo.
 
Por fin había llegado a aquel sitió, jamás había entrado a aquel lugar hasta la noche anterior, y ahora deseaba nunca haberlo hecho. Era consciente de que el día anterior había bebido demasiado y que probablemente armó todo un espectáculo, quizá ahora le prohibirían la entrada, pero no podía no intentar encontrar a la persona de sus pensamientos. Aún cuando su recuerdo era tenue, sabía, o al menos intuía, que cuando lo viera de nuevo lo reconocería inmediatamente.
 
Así que armándose de valor entró, y para su sorpresa el tipo de la puerta no era el mismo que el del día anterior por lo que no tuvo dificultad para hacerlo. No perdió el tiempo y en seguida buscó algún rostro familiar; aun no tenía un plan específico, pero improvisaría. En aquel momento lo único que quería era encontrar a esa persona, lo cual no tardó en suceder.
 
— ¿Piensa servirse algo? — su voz se apagó tan pronto terminó de hacer aquella pregunta. Él por su parte, también se había quedado mudo.
 
El menor no podía creer lo que veía; estaba intentando olvidar lo que había sucedido, pero no había podido hacerlo porque tenía la certeza de que, si volvía a ver al japonés de la noche anterior, haría que tomara responsabilidad de sus actos; aunque sabía bien que por ser un alpha, podría simplemente irse y decir que él había sido quien se le había insinuado, y que por su naturaleza y su borrachera no pudo negarse. Era su oportunidad, debía actuar antes de que ese tipo se largara. 
 
Yuuri por su parte, no pensaba, apenas respiraba… Inmediatamente recordó esa mirada dura y determinada, no sabía qué hacer, su improvisación se había esfumado así que trató y se forzó a decir algo. 
 
—Eres tú. — ¡Qué estúpido, es obvio que era él!, sabía que no fue lo más inteligente, pero fue lo único que pudo decir para romper el “hielo” ante esa situación — ¿me recuerdas? 
 
Esperaba una respuesta, pero sólo vio cómo el rubio enrojecía sin decir nada, eso le preocupó.
 
—Cerdo — respondió unos minutos después, su voz era despreciativa. — Ven conmigo
 
Lo tomó de la mano y lo arrastró con él. Yuuri no entendía lo que ocurría pero no hizo pregunta alguna y sólo lo siguió; de alguna manera, la actitud de ese chico le daba un poco de miedo, y hacía bien en sentirse así, no tenía ni idea de lo que le esperaba.
 
 
Notas finales:

Bien :D hasta aquí por hoy n.n espero el capitulo haya sido de su agrado :D traere la continuación lo antes posible :3 

Cualquier duda, sugerencia, critica o comentario es bien venida =D 

Gracias por leer, cuidence mucho por favor. Hasta pronto ^o^/ 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).