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Anónimo: Nuestra historia juntos - En edición - por PinkuBurakku

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Notas del capitulo:

Hola a los que estan por aqui despues de tantos años, por fin algo de actualización. Si, es parte del capitulo que quizas ya han leido pero creanme, casi que lo hice de nuevo - edite tres dias seguido gracias a ello-, esta seria la segunda parte del capitulo piloto del fic; como ya habia dicho antes, habia cosas absurdas, sin sentido si quiera. La profundización de los personajes era nula, creo mejorar un poco mejor en ello. No es solo un drama con Harry, Draco y Cedric, es la situación detras. Espero que ahora si se entienda mejor. Bienvenidos a los que leen por primera vez. 

Los personajes aquí descritos no me pertenecen son propiedad de Jk Rowling, yo los uso solo para entretenimiento y sin ningún animo de lucro. Perdonen si encuentran algun error de ortografia o en la redacción.

PK. 

 

     En el profundo mundo onírico, unos gritos terminaron la ensoñación. Me removí incómodo con el tono de las palabras a la lejanía penetrando la cabeza espesa, impulsando a despertar aunque no lo quisiera. Acerqué el cuerpo tibio entre los brazos un poco más, hasta casi asfixiarlo; este siguió durmiendo como si nada, me dispuse a seguir su ejemplo e internarme nuevamente en el sueño, no sabía qué jodida hora era, pero quería seguir durmiendo. Sin embargo, el jodido ser humano que está detrás de la puerta montando tal algarabía, no estaba dispuesto a cumplirme el capricho, el volumen de los gritos aumentaron mientras la puerta era aporreada esta vez. Lo intente una vez más cerrando con fuerza los ojos, dispuesto a ignorar el ruido en vano; la vocecita chillona detrás de la puerta aumentaba su tono al verse ignorada.

Cansado de la situación, me removí con un bufido irritado; el cuerpo a mí lado también se removió desperezándose con cierta clase, estirándose al igual que un gato; aún en esta situación y con algo tan banal, Draco seguía siendo tan estúpidamente elegante; tenía cierto aire aristocrático que no se iba ni al despertar despeinado y desnudo. Aparte el rubio de mi cuerpo, levantándome de la tibia cama, maldiciendo cuando los pies tocaron el frío piso de piedra haciéndome temblar ahora privado de las calientes cobijas. No me moleste en abrir la puerta, sabiendo a la perfección quién era y lo que haría si veía a la bruja, no era el mejor Gryffindor al despertar, ni siquiera el mejor ser humano; mucho menos cuando despertaba a los gritos. Deje la puerta al rubio, buscando la ropa para cambiarme antes de salir, sabía que no podía estar en la habitación cuando se abriera la puerta, reglas de Draco; algo sobre guardar apariencias.

- Sabes que solo está preocupada por mí- Escuche la voz desde la cama, el despeinado rubio se levantaba perezoso sin importarle en lo más mínimo su desnudez o la frialdad del piso; maldita serpiente. Encontrando primero los pantalones, me decidí por este resignado con la ropa interior. Draco avanzó hasta la puerta, le dedicó una mirada burlona, ni él mismo se creería tal consigna, ambos sabíamos que era mucho más qué sana preocupación.

-Si lo que digas, Dragón ...- Le reste importancia terminando de acomodar los pantalones; la tela fría erizo la piel, maldije buscando la varita para echar un hechizo calefactor sobre estos. Los gritos en la puerta, empezaban a cabrearme - … Cómo es que nadie calla a esa mujer; te juro que algún día cruciare a esa bruja y aceptaré con orgullo la condena en Azkaban ... - Sólo fue un fugaz movimiento, los reflejos de buscador quizás, pero con certeza vi a Draco con la mano sobre el picaporte de la puerta - … ¡Hey! ¿que haces? ... - Pregunté sorprendido pero sin moverme del lugar, con los pantalones a medio poner sobre la cadera. Draco me ignoró girando el picaporte. Iba en serio - …¡Por lo menos ponte algo! ¡Por Merlín qué aún sigo aquí! - Protesté dejando de lado mi ropa buscando la del mago, maldiciendo al no encontrarla; jurando no usar hechizos para desvestirnos, este siempre tiraba la ropa por todo el jodido lugar.

-Creo que ya es hora que Pansy, se entere de algunas cosas- Pronunció abriendo la ropa, los gritos se detuvieron un segundo, para seguir al siguiente. El regaño sería monumental, agarré la primera prenda que encontré sobre el piso, pero sin moverme a la puerta; esperando. Se suponía que esto era un secreto.

- ¡¿Dónde estabas Draco?! …- Empezó la chica y no tuve que ver al rubio para saber que había entrecerrado los ojos pidiendo paciencia a Merlín. Sonreí ante el pequeño gesto, a pesar de su desnudez, algo decía que mi ánimo iba a mejorar considerablemente, me crucé de brazos esperando tal hazaña -... No sabes la noche que pase Malfoy, encontraron a Chang en un pasillo desmayada, pensé que algo te había pasado también …- Bueno, técnicamente eso había sido culpa de Draco; en ese orden de ideas, era su culpa la bruja gritona en su puerta interrumpiendo nuestro sueño - … Estaba tan preocup-p …- La bruja por fin hizo silencio al reparar que Draco iba sin ropa, enmudeció de golpe centrándose primero en los ojos del dragón y luego en su vespertina erección; mierda; joder con la maldita bruja.

Era mí hora de entrar, no es que fuese celoso en demasía pero algo era seguro, la bruja encabezaba mi lista negra, eso sin contar que no quería compartir la vista de la bonita polla de Draco erecta y lista para la acción; eso definitivamente era sólo para mí. La mejilla de la chica se enrojecieron de golpe, pero ni aún así despegaba la vista de la entrepierna de Draco, el cabrón sólo se estremecía aguantando la risa al callarla por fin; para mí mala suerte, mi novio no tenía nada de qué avergonzarse en su perfecto cuerpo y este lo sabía, no era un exhibicionista, pero bueno, aca estamos. Mordi los labios con algo de irritación, las palabras de Draco la noche anterior no sólo eran para torturarlo debido a los celos, eran una verdad fehaciente. La serpiente era mia, mejor sí la bruja se enteraba de una vez. Con mi túnica en mano, me acerque a la parejita, posando la prenda sobre los hombros de Draco, esta cayó por su espalda y brazos, cubriendo apenas su cuerpo.

- Parkinson necesitará un balde con tanta baba - Murmuré bajito sobre su cuello besando el mismo al terminar de hablar, agarrando su trasero con morbo sobre la túnica; siempre con la vista sobre la bruja dejando en claro desde ya un punto. Sus malditos ojos no eran bienvenidos.

-¿Qué hace San Potter aquí?- La bruja por fin reparó en mi presencia; cómo odiaba ese apodo, todo culpa de Draco por supuesto. La chica había salido de su embrujo con la erección matutina del rubio al comenzar este a cubrirse; la chica se detuvo con asombro en cada una de las marcas del cuerpo apenas cubierto, al menos ya no se le veía la polla.

Para diversión de todos, Pansy tuvo la magnífica idea de apuntarme con la varita, reí con sorna sobre el cuello de Draco, dejando un último beso antes de encarar a la bruja; aún sin varita podía desarmarla, pero sabía que había algo que le dolería más. El rubio lo había dicho, era hora de que la bruja se enterase de algunas cosas; tome las solapas de mi propia túnica, medio girando al rubio por su costado, envolviendo su cuerpo hasta juntarlo con el propio, enrollando los dedos en la piel desnuda debajo de la tela, acariciando con el pulgar sus torneados músculos; el rubio sabía qué pretendía más no me aparto, de hecho incitó el contacto acercándose hasta juntar él mismo nuestro labios.

Un poco de su maldad serpentina se me había pegado a los huesos, porque disfruté de sus labios moviéndose al compás con los míos a pesar del jadeo ahogado de la bruja a mí lado. Sus manos conectaron con mi cuello y cuando su lengua escurridiza quiso hacer ahínco en más profundidad, termine el beso; no era tan cabrón, aún era un león. El rubio rio sobre los labios, leyendo sin palabras lo que pensaba. Solté su cuerpo y me giré buscando mi ropa. Estaba satisfecho, pero mantenía un ojo y un oído sobre la parejita de serpientes, esperando la reacción muy posiblemente dramática de la bruja.

- Cómo ves querida amiga, no debes preocuparte …- Hice un gesto de dolor sin sentirlo en realidad, pero era obvio que si por algún desconocido motivo Pansy no había entendido el mensaje Draco dejaba en claro que sólo eran amigos, el pecho vibró enaltecido - … Estuve con Harry, mi pareja - El color en el rostro de la chica se perdía a la vez que yo encajaba los gemelos de la camisa. Pansy, cómo la buena serpiente que era, viro la varita, me apunto nuevamente con ella; esta mujer no entendía. El rubio se interpuso entre ambos; era innecesario pero agradecí el gesto. También levanté la varita.

- ¿Qué le hiciste a Draco maldito San Potter? …- Preguntó furiosa y yo mordí la lengua para no responder la extensa lista de lo que le había hecho a Draco la noche anterior, me limite a regalarle una sonrisa burlona, la varita de la bruja tembló en los dedos - … Contesta Potter… Draco jamás estaría contigo, sin que lo hubieran hechizado - Rodee los ojos dejando la diversión de lado; bueno, la bruja era bastante ciega si no se daba cuenta de las escapadas nocturnas de Draco o cómo parecía caminar diferente algunos días. Hacía mucho tiempo que andábamos juntos.

-Él no me ha hechizado, Pansy …- La guerra de miradas entre la bruja y yo, fue interrumpida por la voz grave de Draco; a pesar de la situación no aceptaba no ser el centro de atención. La bruja dirigió su mirada hacia el rubio, sin poder creer en sus palabras -... Simplemente, preferí llevar nuestras peleas a la alcoba y no a los pasillos - Me reí sin poder evitarlo, Draco era una auténtica serpiente; ambos pares de ojos se centraron en el rubio, sólo con ese comentario, se había llevado cualquier vestigio de mal humor mañanero.

- ¡Draco esto está mal! …- Rugió la chica bajando la varita, entrando en completa negación volcando toda su desazón sobre el rubio. Siempre era imperdible una pataleta de las rectas y educadas serpientes. Draco abrió la boca para contestar algo ingenioso, pero la chica siguió con su verborrea sin sentido -... ¡Es Potter! …- Comunico cómo sí eso por sí sólo fuera el fin del mundo mágico, el rubio ni se inmuto. Al verse perdida, esta vez dirigió su mirada nuevamente a mí -... Él no te ama, maldito cuatro ojos; sólo es sexo y sus malas decisiones actuando, cuando se canse de esto te dejará- La chica totalmente herida, atacaba como la serpiente que era, no pasó desapercibido para ninguno la manera tan despectiva que nombro mi relación con Draco; avance decidiendo qué eso, había sido el limite.

-Oyeme bien bruja escandalosa y demente …- Empecé con la vena slytherin sobre la sien; bajando la varita para evitar hechizarla por accidente, encarándola de frente. No obstante, no pude hacer más que eso. Draco se interpuso entre ambos nuevamente, esta vez colocando una mano en mi pecho desnudo; dándole la espalda a la bruja, pidiendo calma con la gris mirada de sus bonitos ojos, deslizó la mano hacia abajo, prendiéndose de las caderas, besando la clavícula. Domando al león sólo con eso. Bien, dejaría que él se encargue de esto.

-Parkinson, que me rebajes a un adolescente burdo y hormonal, ya dice mucho de lo poco que me conoces …- La chica me asesinaba con la mirada, absorbiendo las palabras del rubio; sin dejar de maldecirme -... Si fuera tan accesible, me hubiera acostado contigo y eso como ves, es imposible …- Le sonreí a la chica cuando las mejillas se tornaron furiosas no sólo de la rabia, sino de la vergüenza; eso se ganaba por tal espectáculo, recordarle la insignificancia de su ser respecto al rubio. Tome su cintura en uno de los brazos, pegando aún más su cuerpo, reafirmando en silencio sus palabras -... Así que Pansy, te agradeceria que respetes mis decisiones; en las cuales por cierto, ni siquiera Lucius Malfoy tiene cabida - la guinda del pastel llegó cuando el rubio en un arrebato, besa mi cuello mirando de soslayo a la chica aturdida, con la amenaza implícita en cada una de sus palabras; un escalofrío me recorre el cuerpo y no sólo por el beso, las serpientes resultaban ser letales entre ellas mismas.

-Draco, por favor te pido que razones y detengas esta locura …- La chica aún dolida y humillada, intentaba su último recurso sabiendo que con los gritos no conseguiría nada, tomando una actitud mucho más educada; recordando de pronto que tenía modales; lo adjudicaba a los ojos cristalizado a punto de derramarse. Draco no podía ver nada de eso, centrado en remarcar con besos húmedos todas las marcas de su boca el día anterior -... Él está prohibido, lo sabes… No te merece - Fruncí el ceño ante tal consigna; la chica no se daba por vencida, aunque estaba apenas de pie, destruida totalmente.

-Pansy ya he tomado mi decisión - Con su tono seco Draco destruía a la chica, encontrando en mi piel el mejor pasatiempo; encajando los dientes con más fuerza, remarcando lo obvio, no me dejaría; la chica sin poder soportar más, por fin dejó salir libres las lágrimas. Me removí un poco recordando las palabras de Sirius; nunca había sido bueno viendo llorar personas.

- Dragón, te va a lastimar - Fueron las últimas palabras de la chica, ni siquiera me molesto su afirmación. Me limité a verla alejarse con la varita en mano y el corazón roto. Me sentí mal por unos pocos segundos, quería a Draco reconociendo lo nuestro pero eso había sido bastante cruel.

El rubio debió sentir la tensión en los músculos, porque aumentó la intensidad de sus besos mordiendo con más ahínco incluso en las partes dónde no había marca alguna; la piel irritada y roja me sacó del hueco de pena dónde había ingresado. Draco subió su boca hasta chocar contra mis labios, por puro instinto seguí el encuentro, cerrando los ojos y olvidándome de la llorosa Pansy. Afiance los brazos detrás de la cintura de Draco bebiendo de sus labios con gula; era una buena forma de olvidar la desastrosa declaración y llevarse la culpa, no podía sentirme mal con esos adictivos labios cerca. Avance de espaldas separando a Draco de la puerta, trastabillando hacia la cama, dispuesto a llegar tarde al desayuno sí podía tener al rubio una vez más.

No obstante, el rubio tenía otros planes para ambos y al sentir la punta de mis dedos curvarse a la forma de su trasero, manoseando el bien formado culo; se separó con una sonrisa, dejando un último beso en el aire antes de girarse y buscar su ropa desparramada sobre el suelo. Me quede estático, con una gran erección tirando de la tela de los pantalones, viéndolo mover las caderas incitándome; maldita serpiente, ahogue un gruñido de satisfacción a pesar de la dolorosa erección al ver el rubio inclinarse por su ropa dejando el pomposo trasero al aire cubierto apenas por la túnica. Bien, era un juego que podíamos jugar ambos. Me acerqué con rapidez, acortando en un par de zancadas la distancia mínima que nos separaba. A pesar de la incómoda posición para el rubio, tome su trasero hasta pegarlo por completo con la erección que él mismo había creado, Draco aturdido apenas alcanza a sostener el piso abriendo las piernas para buscar un soporte, desde el suelo me dedica una peligrosa mirada.

- Potter…- Siseó amenazante por la vergonzosa posición, me limité a darle una sonrisa triunfante; abrí su trasero para mí y aún sobre la tela frote la erección dura contra el interior de estas humedeciendo mi propia túnica, sacando un par de maldiciones de Draco, sólo era juego sin llegar a mucho; Draco alzó la varita y agradecí los buenos reflejos para esquivar el hechizo, antes de separarme y darle una sonora nalgada. Corriendo lejos del mago totalmente erguido. En medio de la faena, le robé un beso aprovechando el puño que se dirigía a mí rostro, mordí sus labios siguiendo con la carrera.

- Draco…- La voz de un atónito Zabini distrajo lo suficiente al rubio para evitar mi posible tortura, aproveche cómo Goyle dejaba caer su postre al suelo por la impresión y la mirada atónita de Nott; con un pase varita atraje el resto de mis cosas, sí me quedaba tenía por seguro que Draco me mataría. Le lancé un beso al aire recitando un meloso Te amo antes de desaparecer, escuchando cómo maldecía hasta mis ancestros.

Al llegar a mi habitación compartida y sabiendo que estaba sólo a esta hora del desayuno, estalle en risas estruendosas e infantiles recordando lo anteriormente vivido; la mano aún picaba un poco por la gran nalgada, muchos minutos fueron necesarios para lograr calmarme, las pequeñas lágrimas se acumularon en las esquinas de los ojos; había sido una noche increíble y una mañana de locos. Aproveché la soledad que me embriagaba para desnudarme por completo, desapareciendo en el baúl la ropa sucia, tome la primera toalla y me dirigí al baño; necesitaba uno. Unos largos minutos fueron necesarios para dejar la piel lo suficientemente limpia, aunque el perfume de Draco se diluyera entre el agua y el jabón.

No me moleste en cubrir las marcas que la serpiente dejó sobre mí, orgulloso las exhibía para mi propia vista y morbo, recordando una y otra vez la noche anterior atascada en mi cabeza; até una toalla a la cadera y aún chorreando un poco de agua del indomable cabello salí a vestirme con el estómago protestando por comida. Di unos tentativos pasos hacia mi cama, sin embargo la puerta fue más rápido que yo; un vendaval cruzó el umbral y antes de ser consciente de lo que pasaba, tenía un cuerpo encima, apenas alcance a tomar la varita totalmente tenso. No obstante, mordí la lengua para evitar lanzar un hechizo y al contrario, baje la mano hasta la mitad de la espalda de la criatura dando un par de palmadas como abrazo; no estaba acostumbrado a tanta efusividad, mucho menos por parte de Hermione, esta afianzó el agarre sobre mi cuerpo. Esperaba unos minutos para que finalizara el abrazo, pero Hermione en vez de retirarse, empezó a sollozar sobre mi hombro inconsolable.

-¿Que pasa herm?- Pregunté preocupado, la chica era de las que no lloraba a menos que algo la supere por completo. Levanté su rostro poniendo un poco de distancia para ver su rostro enjuagado en lágrimas; los ojos rojos e hinchados me dijeron enseguida que no había sido una buena noche para la chica. Mi cabeza comenzó a hacer conjeturas de que podría pasar, sin llegar a nada realmente.

- Es ron no lo encuentro por ningún lado …- En pausas ahogadas aún con las lágrimas corriendo por la esquina de sus ojos, la chica intentaba explicarme la situación -... Ni siquiera llegó a dormir anoche …- Murmuró casi histérica intentando disminuir las lágrimas para poder calmarse, avanzando hasta la cama de Ronald, efectivamente la cama estaba tendida, cosa sumamente rara en el pelirojo; sí los elfos no tendían la cama, está siempre estaba desordenada, fruncí el ceño; la situación era extraña -... No sé dónde más buscarlo, he recorrido el castillo por completo - Con pesadez la chica dirigí sus acuosos ojos llenos de ojeras y rojizos a mi. Mordi los labios pensando una posible respuesta al paradero de mi mejor amigo, pero nada encajaba; Ron no era de dormir afuera, es más, nunca lo había hecho.

-Vamos a buscarlo - Propuse, pero primero indique la toalla arrugada contra mi cadera que apenas cubría lo obvio; Hermione se dio cuenta por primera vez que iba sin ropa, sus ojos no fueron los únicos en tornarse rojos; la chica se levanto apenada asintiendo en silencio esperándome afuera en el pasillo. No demore mucho, vistiendo con rapidez, embutiendo la camisa a los pantalones y colocando sobre estos, toda la parafernalia del uniforme. Al final, estaba un poco desordenado, pero poco importaba.

Al salir, Hermione me miraba mucho más calmada y sin rastro de lágrimas; con un asentimiento más de cabeza ambos nos dirigimos hacia el castillo obviando el gran comedor que a esta hora debería estar lleno de estudiantes. Aprovechando la soledad del castillo vagamos por todo el terreno recorriendo bastante trayecto en pocas horas. Lo buscamos en los pasillos, la cabaña de Hagrid, la lechucería, cerca del lago oscuro; los jardines, las salas internas del castillo e incluso en varios salones abandonados, pero Ron no apareció. Ya iba a despuntar el medio día; agotados y hambrientos decidimos dar por terminada la búsqueda.

- Hermione, quizas esta en la sala común o el comedor para esta hora - Propuse con el sudor aglomerado sobre la nuca y casi sin aliento. La caminata me había agotado después de horas y sin haber comido nada. Al subir por el puente de madera que conectaba con el castillo, me sostuve de la baranda para tomar algo de aire antes de seguir.

- Podrías tener razón, o simplemente se ha escondido de mi toda la mañana - Comunicó con pesar; el humor de Hermione había disminuido mediante las horas avanzaban, preferí no preguntar, no era muy bueno con los sentimientos después de todo, lo adjudique a cosas de chicas, ahora, tenía la certeza que se trataba de un problema con Ronald. Quizás habían tenido una de sus estúpidas peleas.

- No creo que sea el caso Herm, seguramente terminó la noche bebiendo demasiado ponche, durmió en otra cama y llegó tarde al desayuno - Propuse intentando retomar la sensatez poco habitual en mí, pero que la castaña había perdido. Hermione pareció pensárselo, componiendo una mueca aún más seria, negando con fervor. Abrí la boca, queriendo despejar la bruma pesada entre ambos, Hermione se adelantó dejando el barandal de lado, empezando a caminar por el largo puente.

-Dejando trivialidades sin sentido del paradero de Ronald… ¿Ya resolviste el misterio del huevo? - Preguntó cambiando radicalmente de tema; entendí la indirecta, no quería hablar del pelirrojo. Bufé ante su radicalidad, las chicas siempre serán complicadas, ignorando el tema por completo, negué ante su pregunta aunque la chica no me veía.

- No, aún no resuelvo el misterio del huevo; esta esquiva la respuesta. Además de chillidos inentendibles, no tengo mucho más- Aclare en voz alta con cierto pesar y frustración; tenía que encontrar la respuesta dentro de pronto pero la maldita cosa me estaba costando; no tenía ni pies ni cabeza. Hermione se detuvo a mitad del puente mirando en silencio con ojos llenos de desaprobación, una expresión similar a cuando no hacía algún deber.

-Harry, la prueba es en pocos días - Recordó la castaña y asentí con pesar, tenía eso más que claro; también estaba frustrado con el asunto, pero tenía algo más importante que hacer que participar de un torneo del que ni siquiera quería participar; Draco por ejemplo, la pelea con el rubio me había tenido absorto los últimos días. Hermione debió entender el silencio incómodo bailando entre ambos, porque se giró al verme con sus grandes ojos y el ceño fruncido. Vi el exacto minuto en que un nuevo regaño escalaba por su garganta, preferí invertir antes de que este escapase.

-Me imagino que krum ya lo descifro- Solté intentando cambiar la conversación del regaño que seguro me esperaba, avanzando los pasos que nos separaban en el gran puente; colocándome a su lado para caminar a la par y evitar su mirada.

-No hablamos de eso ...- Comunicó con una rara sonrisa en el rostro, apenas acepte el movimiento por el rabillo del ojo, pero sin duda había un brillo extraño en su mirar, cómo sí el asunto de Ronald hubiese quedado en el olvido. La chica debió sentir la intensa mirada burlona porque aclaró la garganta mostrando la primera sonrisa en todo el día -... En realidad no hablamos de nada, a Víctor le interesa más el físico …- Murmuró sin duda recordando algo, de lo que poco me interesa saber por su gran sonrisa; el mundo de posibilidades se abrieron ante mí, fruncí el ceño; Hermione era como mi hermana pequeña -... Me refiero a que le gusta verme estudiar, para ser honestos es tedioso - La castaña me encaró casi al final del puente, con la astuta mirada que le caracterizaba, limpiando las escenas poco aptas que habían cruzado mi mente en cuestión de segundos. Su sonrisa se torno seria -... Harry dime que lo estás intentando - Rogó aunque era más una especie de amenaza silenciosa. Fruncí nuevamente el ceño.

-¿Qué quieres decir con eso? - Pregunté un poco irritado, aunque los últimos días había estado disperso; antes de eso me había entregado en cuerpo y alma a resolver el misterio, incluso Draco me había ayudado; insinuar que no le había dedicado tiempo a la prueba me irritaba, había sido mucho más que tiempo y esfuerzo. Antes de que Hermione respondiera sin duda una disculpa al ver mi expresión, fuimos interrumpidos.

- Hola Potter - Saludó un sonriente Diggory, al filo del puente interrumpiendo la tensa conversación; lo que faltaba -... Necesito hablar contigo …- Pronunció descolando tanto a Hermione como a mí, pocas eran las conversaciones o palabras completas que había cruzado con el tejón; asentí ante el Hufflepuff indicando con un gesto vago que continuará -... A solas - Murmuró sin pena, viendo directamente a la castaña; la chica se removió un poco incómoda. Hermione se irguió carraspeando la garganta maltratada después de tanto llanto y regaño.

- Creo que tienes razón, seguramente Ronald ya está atragantándose en el gran comedor con el almuerzo - Comunicó cómo única intromisión, dedicándome una mirada apreciativa antes de desaparecer por el final del puente; el silencio reinó entre el tejón y yo. Incómodo cambie el peso de un pie a otro esperando su intervención que rompiera el tenso ambiente.

-¿Qué querías decirme Cedric?- Pregunte todo lo amable posible, intentando que no se notase la incomodidad cruzando el cuerpo; sólo era un compañero del torneo y el colegio, no había razón para tal incomodidad. Me crucé de brazos al ver la radiante sonrisa del tejón antes de abrir la boca

-¿Ya descifraste tu huevo?- Preguntó directo, moviendo los labios con una extraña sonrisa; cruzándose de brazos pero en una postura mucho más cómoda.

-No Diggory …- Pronuncie con cierto pesar, así que eso era. El chico no pasó desapercibido la irritación en la voz; en verdad el asunto estaba poniendo los pelos de punta. No obstante, de brazos cruzados Diggory no parecía afectado con la noticia, una pequeña sospecha se instaló en el fondo del estómago -... ¿Por qué? ¿Sabes alguna idea de cómo hacerlo?- La pregunta suspicaz se fermenta en la mente; vagando por la psique llena del tormentoso torneo y la manera de encontrar una respuesta que me guiara hacia delante.

- De hecho, sí … El tejón sonrió con mucho más esplendor, fruncí el ceño con un mal presentimiento instalado en el estómago; nadie era capaz de sonreír con tanto ahínco cerca de mí, sin tramar algo; incluso Draco entraba en esa sospecha -... Pero no te dire, no aquí …- Cedric fijó sus pupilas risueñas, por primera vez en toda la charla me fije en estos; dos pozos claros y calmos que contrastaba con la gran sonrisa coqueta -... ¿Conoces el baño de prefectos del quinto piso? …- Aún prendado de sus ojos, apenas asentí en reconocimiento del lugar, sin entender a dónde quería llegar -... Al caer la tarde, lleva tu huevo ahí … Te esperaré - Las esmeraldas chocaron de nueva cuenta con sus claras pupilas, unos largos minutos sólo nos mirábamos en silencio. Intentaba averiguar el mensaje oculto detrás de sus palabras; porque sabía que había uno. El tejón noto el escrutinio, guiño un ojo al conectar estos con los propios ¿Que carajos?.

La confusión se acrecentó al ver el brillo malicioso en sus pupilas, acompañado de la sonrisa totalmente coqueta que tiraba de la comisura de sus labios, era incluso burlona. El campeón satisfecho con el manojo tenso que quedó de mí, se dio la vuelta y salió del puente de madera. Quedé afianzado en mi lugar casi sin respirar, totalmente absorto en la extraña conversación; sobre todo en los gestos del mayor. No era estúpido, sabía cuando alguien me coqueteaba, pero esto era demasiado extraño; se suponía que sólo éramos compañeros de torneo. Avance cuando los pies recordaron cómo hacerlo, siguiendo el mismo camino tomado antes por el tejón, aún con la sensación de extrañeza afianzada en el estómago junto al hambre, decidí que había sido demasiado por el día; debía ir a comer algo y replantearme qué jodido acaba de pasar.

La siguiente hora, mientras engullía parte del almuerzo con Hermione en silencio y Ronald ya en su lugar; los pro y contras de la extraña cita bailaban de una neurona a otra. La situación había escalado un nivel de extraña a bizarra; simplemente no hallaba sentido a la proposición de Cedric, quizás sólo era camaradería, un favor por otro; le había dicho lo de los dragones después de todo, no obstante, mi instinto me decía que había lago más y sobretodo, que no quería conocer que había. Al final, con la caída de la tarde sobre el castillo de piedra y muchas más preguntas que respuestas, decidí ir; la mitad de la motivación para asistir era neta curiosidad y la otra mitad, saberme con el misterio del huevo resultó; así tachaba un problema menos a mi caótico año escolar.

Anduve por los pasillos colindante al quinto piso por media hora, armando todo el valor que me caracterizaba como león; cinco minutos después había tenido suficiente del asunto, era simplemente estúpido tanta teatralidad, tomando una gran bocanada de aire y con el huevo encogido en la túnica eche un vistazo a todos los lados antes de abrir la puerta que para mi poca sorpresa, estaba abierta. El baño me recibió en una imperturbable calma, totalmente abandonado; calcule la hora en mi cabeza, no había llegado tarde, me plantee la idea de que la charla fuese una broma; sin embargo la idea se diluyó tan rápido llegó; la puerta se cerró magicamente a mi espalda perturbando el denso silencio, seguí el hilo del hechizo. En la punta de la bañera/alberca aún con el cuerpo fuera de este y semidesnudo, el tejón de ojos calmos me esperaba con la varita en alto, misma que dejó rodar de su mano hacia un lado enfocando su vista por completo sobre mí. Me removí un poco incómodo ante tanta intensidad.

-Cedric ...- Murmuré atónito al ver el bien formado torso que alguna vez vi a causa del torneo. La piel blanca brillaba bajo la tenue luz del baño apenas iluminado y las gotas de agua sobre los pálidos músculos; estos se veían más exagerados gracias a las sombras. Mierda, esto no era un mal presentimiento, era una fehaciente verdad, esto eran más que problemas.

Me removió incómodo nuevamente sin poder apartar la vista de tal atractivo, no sería mezquino; me atraían los hombres después de todo. Pocas veces en la vida podía presumir de ver cuerpos tan atractivos en primer plano; no hablaba de los músculos en sí o la piel pálida, ni siquiera del cabello castaño goteando agua o los ajustados pantalones húmedos trepando por las firmes piernas; no, nada de eso. Era el poder que tenía Cedric de condensar todo ese atractivo y formarlo en una peligrosa seducción, con la sonrisa coqueta y los ojos brillosos. Pase saliva ruidosamente; había visto muchos cuerpos masculinos últimamente; Ron, Seamus, Dean, Neville… Draco, pero no había comparación alguna; quizás era por la diferencia de edad, poco lo entendía pero algo tenía seguro, el hombre frente a mí, podría poner dura cualquier polla en cuestión de segundos.

Sacudí la cabeza como un perro lleno de agua, debía salir del baño antes de que mi polla se revelara; había aprendido en mi corta vida, que algo tan atractivo y bonito sólo significaba problemas; muchos problemas y yo lastimosamente era propenso a estos, no me arriesgaria. Me gire, dispuesto a dar por terminado el encuentro, murmure un Alohomora esperando paciente la apertura de la puerta, pero nada sucedió; probé entonces con un Finite incantatem, el mismo resultado. Respire profundo, maldiciendo por no prestar toda mi atención en la clase de encantamientos. Cedric por otro lado al sentir mi frustración, se limitó a reír; maldito cabrón, había caído en su trampa mucho antes de saberme en ella.

-Cedric, por favor abre la puerta … Necesito irme- Murmuró despacio, aún sin girarme encararlo. Me abanique contra la túnica, hacía calor; suponía que por los vapores del baño. Un silencio nos consumió a ambos, mientras el caldeado ambiente se tornaba más tibio, el sudor empezaba a aflorar bajo la túnica, pegando los cabellos a la nuca.

- Harry, aún no hemos charlado … Sólo estás allí de pie, recorriéndome con la mirada y tornando tus mejillas rojizas …- Un nuevo latigazo de calor y quería arrancarme la túnica, las mejillas se turbaron otro poco, el mago era consciente de cosas, que prefería ignorar. No quería responder, sentía la boca demasiado seca y la garganta dolorosamente cerrada, cerré los ojos concentrando en respirar; ignorando por completo cómo sus pasos resonaban en los adoquines del baño -... Se cómo resolver el misterio - Comunicó seguro ante mi mutismo, su voz estaba cerca; muy cerca. Me reprendí mentalmente, no se suponía que esto sería así; de hecho, no se suponía que nada de esto estuviese pasando, no era tan jodidamente hormonal; había follado la noche anterior, estaba bastante satisfecho. Deduje que la habitación estaba encantada, incluso sin ver a Cedric, tenía la polla a medio erguir.

-Cedric olvídalo, ya no la necesito - Afirme seguro, intentando concentrarme en bajar la semi erección y no ceder ante el calor abrasador del vapor en la habitación; sofocante y tibio, casi morboso. Carraspeó la garganta ante un leve temblor, la garganta cerrada apenas me permitía hablar.

-Harry, Harry … Harry, sólo te estoy invitando a un baño …- Murmuro con la voz pausada, no me tocaba pero podía sentir el calor desprendiéndose de su cuerpo pegado a la espalda, erizando la piel sudada y erizada bajo la túnica; ya ni estar de espaldas me estaba funcionando -... La prueba es en dos días, te estoy dando la respuesta; sólo me debes acompañar al agua …- Me remuevo incómodo ante el abrazador calor, mermando las fuerza de mi cuerpo, los músculos tensos y contraídos apenas se movían. Cedric tampoco ayudaba a calmar mi cuerpo, pronunciando sus palabras cerca de mi cuello -... Somos dos hombres Harry, sólo es un baño - Me plantee sus palabras en la nebulosa nada de mi cabeza, intentando ignorar sin resultados la sensibilidad aparente del cuerpo, la que adjudique gracias a todo el sexo de la noche anterior con Draco; tenía muchas marcas dolorosamente sensibles.

- Esta bien; tienes razón, sólo es un baño - Entre respiraciones largas y mediáticas, decidí acceder, no confiaba en sus palabras, no cuando el hambre y el desdeñoso deseo pululaban en cada una de sus palabras; no cuando el asfixiante calor se movía como una serpiente por todas entrañas, sin embargo, entre más rápido terminara el asunto del huevo, más rápido saldría de la bizarra situación. Me giré despacio, encarando al mayor; esmeralda contra avellana.

Avance con el estómago tenso, separando mi cuerpo de su jaula de brazos y sonrisas socarronas; pase a su lado de camino a la alberca llena de agua perfumada. Con cada paso, la perspectiva que esto decantaría en algo mucho más peligroso sólo se alimentaba como un boggart esperando en la oscuridad. Aún con la ropa puesta acomode el trasero a la orilla de la alberga, encogiendo los pies sobre los azulejos para evitar tocar el agua, como si este fuese a desintegrar mi cordura con sólo tocarla. Los pies desnudos del tejón resonaron por escasos minutos, deteniéndose justo tras mi espalda; escuché el cierre del pantalón húmedo y luego la fricción de la tela húmeda deslizándose hasta volverse una masa arrugada en el suelo. Mordí el interior de la mejilla sin atreverme a cerrar los ojos; ignorando el grito de mi conciencia que lo hacía por puro morbo; me pregunté si acaso no valía la pena cuando el culo pálido de Cedric cruzó mi vista justo antes que su polla quedará a la vista, antes de sumergirse bajo el agua. Por Merlín, mi propia polla se ajustó a los pantalones llenos de sudor.

- ¿Qué debo hacer Cedric? - Pregunté tajante sin saber cómo tomarme que los músculos se relajaran pero la polla se endureciera, estaba teniendo un poco más de control en el cuerpo y no sabía si eso era bueno o malo. El mago me miró con su espléndida sonrisa; el jodido podía trabajar en un comercial de dentífrico mágico con su altanera sonrisa.

- No estás tomando un baño Harry, sólo estás allí cómo un asustadizo cachorro …- Su mirada se había tornado un poco oscura, la pupila dilatada mirando con fijeza el uniforme me hacía una idea de lo que quería; quería mandarlo a la mierda y descubrir el secreto por mi cuenta, pero era estúpido creer que lo podía hallar a tiempo. El hombre frente a mí era la única salida, la única jodida manera de poder seguir en el torneo y no morir en el intento.

Asentí en silencio, sí el tejón me quería ver desnudo; le concedería la indulgencia, con la conciencia sobre los músculos, decidí que si el tipo quería jugar, yo también era un hábil oponente. Me erguí de un salto tambaleante, suspirando pesado con conciencia de lo que haría; saque el huevo de la túnica. dejándolo de lado. Saque la varita y aunque quería hechizar al mago al frente y joderle su sonrisa de dentífrico, me aguante y convoque el hechizo para desnudarme; la ropa voló por todos lados mientras quedaba completamente desnudo frente a un mago que me devoraba con la mirada; uno que no era Draco, empuje el recuerdo del rubio al fondo de mi cabeza. No podía pensar en él ahora. Una vez desnudo, me sumergí en el agua a pesar del miedo irracional de peligro que esta representaba; frente a frente el castaño estuvo por fin feliz.

- Qué otro precio debo pagar por la información Diggory; con las actuales circunstancias no creo que el secreto sea gratis - De brazos cruzados, el tejón pareció pensárselo falsamente, aunque en realidad podía ver el morbo trepar por sus pupilas. Sabía que no me gustaría lo que saldría de su boca, pero creía fervientemente que nada podía ser peor que tener a un alumno de cuarto desnudo, con la polla dura y la cabeza enrollada en incoherencias y calor.

-Tengamos sexo, entregame tu cuerpo por todo un día …- Juro que boqueé sin aire; no había nada peor excepto esto, el mago había perdido la cabeza. La propuesta era escandalosa por el simple hecho de lo que pedía. Me imaginaba algo sexual pero esto era el límite -...Te dire todo lo que quieres saber, Harry Potter; sólo se mio - Cedric, se acercaba peligrosamente, acotando la distancia entre ambos hasta que estaba apenas a unos pocos centímetros; no se atrevió a tocarme, pero no hacía falta, podía sentir su cuerpo a plenitud por la falta de distancia. Incluso la polla completamente dura contra mi estómago.

- ¿Entonces siempre haces esto, traes a alumnos de cuarto aquí y les propones follar? …- Pregunté sin contestar directamente aún procesando la información. Si fuese una máquina, ya hubiese fundido mis circuitos. Era simplemente irreal, el gran Cedric Diggory, el ejemplar tejón de Hogwarts envolviendo en trampas a hombres para follar; era para no creer -... Traes a chicos más jóvenes que tú y te los tiras ¿ acaso te van pubertos? - Sin duda algo que había quedado instaurado en mis huesos al estar con Draco era el poder de las palabras y la malicia impregnada en ellas; Cedric se removió pero no se apartó. De hecho adentro una mano en mi espacio personal, apoyado al lado de mí cadera, encogiendo mi cuerpo bajo su imponente temple.

- No, no me van menores …- Aclaro con cierto tinte de molestia en su modular; al menos tenía el descaro de irritarse -... Pero tú Harry, eres muy diferente; tan diferente que eres al primero que le propongo follar, aunque admítelo es un trato justo. Un poco de diversión por información para el elegido - La maldita palabra corroe todo el interior, hasta que la polla erguida se desinfla con facilidad para mi suerte; al menos ahora creía entender porqué lo hacía el castaño; la imagen de Cho en su impecable traje de gala blanco apareció en mi memoria, eran tal para cual.

- Así que por eso lo haces, para tirarte al elegido cómo también lo quiere hacer tu jodida novia …- Solté bastante irritado, pero dicha cosa no pareció tocar al mayor; la situación me estaba superando -... Porque no le propones follar a tu novia y me dejan en paz ambos, seguro que si se lo proponen a algún otro, acepta de inmediato; más de la mitad del castillo ya conoce a tu novia. No será difícil - Solté mordazmente pero al contrario de lo que creía, cedric sonrió.

- No la quiero a ella o a cualquier otro, sólo a ti … Además recuerda la información, es un trato redondo. Tu me das lo que quiero, yo te doy lo que necesitas - Su pose de galán de corazón de bruja; de sonrisa perfecta y el deseo pintado en sus ojos me exaspero aún más. Acaso no le dolían las jodidas mejillas de tanto sonreír.

- No menciones la información otra vez o te juro que te la meteré en un lugar bastante escabroso …- Furioso, hirviendo en calor; con dolor de cabeza y la frustración pululando en el interior, lo que menos necesitaba era un estímulo más para romper los ventanales del baño con magia -... No soy una puta Cedric - Intente, esperando que esto le refresque la cabeza de con quién diablos hablaba. Al contrario, el tejón se acercó mucho más hasta dejar sus labios a escasos centímetros de los propios.

- Se perfectamente quien eres Harry; eres un misterio inexplicable, tan diferente a todo lo conocido. Una tentación andante - Su aliento fresco chocó contra los labios levemente abiertos; tenía que reconocer que para ser un cabrón, sabía cómo utilizar las palabras. Lástima para él, que recibo esta clase de cumplidos al menos una vez a la semana, todo producto de ser el elegido, no sabía si estos eran tan falsos como aquellos; pero algo era transparente, le atraía a Cedric.

-¿Tengo que sentirme halagado ahora?...- Pregunté con sarcasmo tratando de no mirarlo, mi cabeza era un revoltillo de ideas y pensamientos raros; si era verdad que necesitaba la información pero llegar a ese punto ¿qué diría Draco si se enteraba de esto?. Seguramente me castraría sin pensarlo -... Tengo novio, Cedric- Jugué mi última carta en un intento por alejarlo, el cabrón se encogió de hombros, tomando mi cintura; la humedad caliente y morbosa volvió al ataque al sentir los dígitos contra la piel sensible. El deseo hacia una algarabía a nuestro alrededor.

- Eso ya lo se… Harry, tienes tantas dudas puedes negarte. No soy un violador …- Acercó peligrosamente sus labios a los míos, haciendo que por un momento me faltara el aire cuando rozo estos; petrificado sentí el contacto, el estómago se revolvió sin saber muy bien el porqué. No le seguí el casto contacto, pero eso no lo desanimó, dejando aún más besos sin profundizar, apenas un tormentoso toque -... Un corrompedor de menores - Murmuró entre beso y beso, lamiendo despacio, me contuve por no soltar un jadeo. Jamás me había pasado tal mierda antes, supuse que eran hormonas o sabrá Merlín qué cosa me tenía anclado al agua, con la cabeza demasiado revuelta y el castaño sirviéndose de los labios tensos. Información o follar. Era tan complicado como eso.

-Está bien Cedric, haré lo que me pides - Me mentalicé la situación, sólo era sexo, menos que eso una transacción de valores. Tenía una demanda y Cedric la oferta, eso era todo. No había porque pensarlo mucho, luego golpeaba al tejón y asunto arreglado. Incluso, utilizando un poco de malicia instaurada en mi gracias a la vena slytherin, podía simplemente tomar la información y luego, olvidar el asunto. Ambos jugábamos.

Lo que en verdad no esperé fue la espléndida risa de Cedric, totalmente eufórico, dejó un nuevo beso sobre los labios apenas abiertos, lamiendo con sensual descaro convocando con un Accio su varita. Apenas está presente en todo el teatro sin saber cómo responder, qué hacer o que seguía una vez acordado el trato ¿que se debía hacer en estas situaciones? ¿Rendirse manso para que todo pase rápido? definitivamente eso no, la pasividad no era lo mío. Cedric fue el encargado de romper los pensamientos sin sentidos al tomar mi brazo, sosteniendo desde el codo, los ojos escalaron rápidamente desde la unión hasta su ojos; nunca había hecho tal hechizo, pero sabía de qué iba, era magia muy avanzada. El juramento inquebrantable se formó entre ambos mientras Cedric murmuraba el encantamiento. Bufé comprendiendo a cabalidad su trampa, nuevamente caía en ella. El tejón era más listo de lo que parecía a simple vista con su rostro bonito, la perfecta sonrisa y la risa cálida.

-¿No necesitas otra persona para hacer ese hechizo?- Pregunte arrogante, recordando que se necesitaba un testigo; el mago solo sonrió apuntando donde se veía el fantasma de una chica dando tumbos feliz, más extasiada que el propio castaño. Jodido carajo, lo tenía todo planeado; me sentía un mocoso al lado del tejón a pesar de todo lo que había pasado y hecho a lo largo de la vida.

- Mi hermoso pelinegro; soy más listo que tú Cariño … Deberías recordarlo - Las palabras quedaron en el aire al robarme otro beso, esta vez más desesperado, caliente y húmedo, pero siempre conservando cierta delicadeza; no era precisamente tranquilidad pero sin duda eran mucho más calmado que los besos que recibía a diario de cierto rubio; incluso podía jurar que parecían ser castos, era simplemente irónico.

Al aparecer la lengua, no sabía sí empujar al mago, se suponía que de eso iba nuestro trato; follar a cambio de información, pero esto se sentía diferente; muy diferente de lo que creí en primer momento. La punta de la lengua era húmeda y resbaladiza, deslizándose con parsimonia por los labios que apenas cooperan, un escalofrío recorrió toda la espina dorsal al sentir los dientes cerrarse levemente sobre la carne; una simple caricia atrevida que logró un fuerte jadeo en mí, las mejillas se tornaron rosadas. Cedric se dio cuenta de la vergonzosa razón, en cambio de opinar algo como hacía en el tiempo juntos; dejo otro beso superficial sin emitir palabra alguna, sus mejillas también estaban rojizas al separarse levemente de mi cuerpo. Ignore cómo su cuerpo seguía muy despierto y el mío empezaba a acompañarlo.

El mago se separó lo suficiente para nadar al otro extremo de la gran alberca, su espalda chocó contra la orilla, sumergiendo más de la mitad de su torno, cruzándose de brazos en una actitud relajada. Sin emitir una sola palabra meneo la cabeza hasta el huevo y hacia su regazo consecutivamente; bien, empezaba el trato. Tome la maldita cosa, nadando con ella cómo se me había indicado, no era muy bueno con las reglas, pero suponía que estas las debía seguir; al menos por ahora, luego de obtener la información, podría jugar un poco con el tejón, devolverle un poco de su arrolladora actitud de rey del mundo, ya tenía experiencia tratando con egocéntricos como el castaño, Draco era uno de primera clase.

Una vez cerca, me detuve en medio de sus piernas abiertas con soltura, el castaño me guiño nuevamente uno de sus risueños ojos, antes de tirar de mí y ubicarme por completo sobre su regazo. No me moví mucho, apenas acomodandome en la bochornosa posición, podía sentir su polla despierta chocando con mi trasero expuesto. No me dio tiempo para centrarme en mucho más que eso, sus labios atacaron nuevamente, esta vez con una locura abrasadora no mostrada anteriormente; Cedric había perdió la razón. Tenía plagado el cuerpo de la marcas de succiones violáceas que los labios de Draco se había encargado de dejar, Cedric beso cada una antes de succionar sobre las viejas heridas, creando una más frescas con sus labios y dientes en juego, tiraba de manera exquisita de la piel sensible, me removí sintiendo la polla dura. El tipo, sabía lo que hacía.

Los besos subieron por mi cuello, besando esta parte sin hacer mucha presión; sin dejar ninguna marca astutamente. Las manos no se quedaron quietas, tomando el trasero a dos manos, estrujando los músculos a su antojo, abriendo mi agujero tan poco utilizado para estos menesteres, se sentía extraño el tirar de los músculos de mi entrada; tensionando y relajándose al antojo del castaño. Eche la cabeza hacia atrás, se sentía mejor de lo que creía; una y otra vez fue necesario mentalizarse que sólo era una transacción, no había repulsión o asco. Sólo dos pieles uniéndose, nunca había sentido algo igual. Cedric recorrió la clavícula, los hombros y el esternón, dejando besos húmedos y un rastro de saliva gracias a su lengua. La piel se erizaba con cada paso de esa jodida lengua, sin embargo cuando tomó uno de los pezones en la boca, supe que estaba perdido. Araño despacio con los dientes, recorriendo el pezón con movimientos circulares, sin succionar, sólo admirar cómo la pequeña porción de carne se endurecía tanto o más que mi polla tensa contra su abdomen. Hice un esfuerzo sobrehumano para no sucumbir.

-Cedric, la información del huevo - Recordé a medio gemido, con el tamborileo de las caderas de Cedric ocasionando apenas fricción gracias al agua, pero la intención estaba allí; tan morbosa como placentera. Me separe lo justo para que su polla ya no golpeara el interior prohibido de mis nalgas y mi polla no le tocara la piel; apenas fueron unos centímetros con los dedos de Cedric clavados en el culo, pero fueron los necesarios para sacar un gruñido de protesta del castaño impaciente.

- Sumerge el huevo debajo del agua, verás cómo cambia la melodía …- Jadeo al aire, totalmente afectando, mucho más que yo sin duda; su gusto por mi piel era tan transparente que me preguntaba cómo no lo había visto antes, parecía un vampiro succionando de esta -... Te lo haré fácil, son sirenas; la clave es el lago negro …- El impaciente tejón, acercó nuevamente mi cuerpo al suyo hasta que el contacto se intensifico, senti los labios de Cedric murmurar contra mi piel alguna cosa inentendible; el calor aumento considerablemente, gemi al sentir la punta de un dedo furtivo acariciar con lascivia el contorno de la entrada cerrada. Eso se sentía jodidamente bien como mal, me removí evitando llevar las manos a la polla para calmar el calambre de dolor en ella -... Déjame disfrutar de mi premio que tan bien merecido gane …- Reprendió ante la duda de mi piel, me tense de pies a cabeza con su consigna. Nunca me habían tratado cómo un objeto; no en la cama al menos, no sabía porque se sentía tan excitantemente mal, la piel ardía con sólo repetir el tono inquisitivo de Cedric, con el leve dolor de sus manos haciéndose dueño de mi piel -... Harry - Pronunció grave, con la voz que sólo la madurez de la a un adulto. Sólo allí recordé que Cedric era mayor; acaso así cogian los mayores.

- No soy un objeto, Cedric - Las palabras salieron a retazos con las furiosas bocanadas de aire que daba para calmar el tren de sensaciones inentendibles que me azotaban la piel candente. Ni quiera pensar en Draco servía para bajar la polla erguida. De hecho, era peor; estaba malditamente mal de la cabeza. Estaba tan ansioso cómo la primera vez que folle con el rubio. Totalmente desbordado, caliente y deseoso. Eso no presagiaba nada bueno.

- No he dicho eso, para mi jamás serás una cosa, cariño …- Su dedo se convirtió en dos dígitos acariciando superficialmente la entrada llena de espasmos, afiance el agarre de mis muslos sobre su cadera -... Pero eres el premio mayor, la snitch dorada; justo en mi mano - Dejó libre por fin mi nalga maltratada, pero no fue mejor; tomó la polla en un jodido vaivén que se ganó el mejor de los gemidos. Deje caer el huevo que aún conservaba en la mano.

Sólo podía ver estrellas entregándome a las sensaciones, que aunque no quería y no entendía del todo, pero eran muy placenteras; tampoco lo quise pensar mucho, sólo sería sexo de una vez, sólo cómo lo acordaba el trato y el juramento inquebrantable. Una mísera vez. La lengua volvió a los pezones, adorandolos antes de engullirlos con calma, tomándose el tiempo de turbarme aún más la cabeza; nunca en mi jodida vida me habían tocado así. El compás era exquisitamente tortuoso, con una sincronía que estaba doblegando todos los sentidos, las piernas temblaban y apenas podía sostenerme del mago sintiendo las entrañas retorcerse furiosas, queriendo terminar.

Me rendí ante el sentimiento, aún quedando como un patético niño hormonal, me corrí en su mano con un devastador orgasmo cuando los dedos en mi entrada, ingresaron hasta la mitad; una sinfonía de estrellas estalló tras los ojos, toda la maldita galaxia. Maldito Godric, mordí mi labio inferior para no gemir; soltando sólo un jadeo ahogado más parecido a un suspiro profundo. Cedric me sostuvo cuando todos los músculos se relajaron en el acto después de tal orgasmo, sacando con delicadeza los dedos de la apretada entrada para sostenerme con ambos brazos, el mago también estaba agitado. Jadeaba sobre su cuello mientras aún podía sentir la polla dura del mago contra las nalgas; cerré los ojos importando un carajo.

- Anda, ve a ver el huevo - Murmuró Cedric después de unos escasos minutos, donde apenas había recuperado la respiración; me sentía pesado, monumentalmente cansado sólo con un orgasmo. Cedric al verse ignorado, me incito nuevamente, esta vez palmeando el culo con su mano, el chapoteo contra el agua, fue morboso. A pesar de la pesadez, preferí hacerle caso; me separe del mago y esperando no ahogarme, me sumergí de rodillas dentro del agua.

 

Donde nuestras voces suenan 
ven a buscarnos, 
Que sobre la Tierra no se oyen nuestros cantos. 
Y estas palabras medita mientras tanto 
pues son importantes, no sabes cuánto. 
Nos hemos llevado lo que más valoras 
Y para encontrarlo tienes una hora. 
Pasado este tiempo, negras perspectivas 
Demasiado tarde, ya no habrá salida.

 

Salí del agua después de que la melodía se repite dos veces, tosiendo gracias a la falta del aire a la vez que repetía la estrofa en mi cabeza, no entendía un carajo menos con un orgasmo encima; uno tan reciente y tan fuerte. Mire a Cedric buscando respuesta, el mago ya no estaba en la alberca, los ojos vagaron por todo el baño hasta encontrarlo junto a la puerta hechizada.

- El lago negro Harry, recuérdalo cuando no estes en medio de un post orgasmo …- Lo mire más perdido con la estrofa sonando débilmente en mi cabeza; el mago estaba perfectamente seco y cambiado con el uniforme -... Eres inteligente cariño, se que lo descubriras por ti mismo - Arquee una ceja; su actitud relajada no concordaba con el hombre que se preparaba para coger, ni siquiera debería estar vestido. Mucho menos deshechizado la puerta.

- ¿Y el trato?- Pregunte sabiendo que un hechizo inquebrantable no se podía romper, habíamos acordado algo; debíamos cumplir. Ambos estábamos en esto ahora, nuestra magia sufriría si no se completaba el trato. No quería más consecuencias por un tiempo, con follar con el tejón, era suficiente.

- Eso …- Con una sonrisa, el cínico lo nombraba como su no fuese la gran cosa cuando había insistido por ello con verdadera obsesión; no me permito relajarme, algo había en su coqueta sonrisa que me decía que esto no acababa hasta que él lo dijera. El poder sobre el mago era completo, tan morboso que podía sentir el refulgir del calor contra las entrañas nuevamente, fruncí el ceño sin entender mi propio cuerpo -... Tuve suficiente por hoy; nuestro trato deberá ser consumado en otro momento -... El mago pomposo abrió la puerta ante mi asombro ante su osadía, la cabeza me dio un tumbo; mierda, el mago pretendía extender esto, disfrutar de mi hasta enloquecerme; este cabrón debía estar en la casa de las serpientes sin duda alguna -... Un consejo Cariño, abrete un poco para mí la próxima vez; estás tan estrecho que podía correrme con sólo ponerlo dentro … Y no queremos eso - Un último vestigio de sonrisa y las palabras murieron en mi boca mientras el bordo se hacía dueño de mí rostro; antes de poner conectar una neurona con otra para responder, el tejón había cerrado la puerta perdiéndose tras esta.

Al salir el mago, el ambiente caldeado de antes se fue con él; una tormentosa helada cubrió cada piedra de la pared. Estático aún en el agua, con el huevo a los pies y la mirada fija en la puerta la conciencia cayó como balde de agua fría sobre mi fragil mente aún espesa por toda la situación. No sabía qué carajos había hecho, bueno sí lo sabía; casi me había acostado con otro ser mago que no era rubio; mi rubio. No sólo eso, la perspectiva del furtivo encuentro todavía estaba vigente, la culpabilidad carcome toda mi psique mientras la palabra engaño se materializaba.

Estaba jodidamente muerto sí Draco se enteraba, no sólo eso, podía perderlo. Eso era mil veces peor, el miedo consumió el resto de orgasmo aún pululando en el aire. Había sido un completo idiota. Esperaba aunque fuera egoísta que Draco nunca se enterara de esto; obtener su perdón sin saber el pecado. Me había metido en un lío y no sabía cómo salir de esto y sobretodo, si saldría entero de toda la situación. Suficiente tenía con los sueños de Voldemort, el torneo y ahora esto; no podía tener un maldito año normal. Olvidándome de asuntos escabrosos, tome aire para ingresar nuevamente en el agua de la alberca, necesitaba descifrar ese huevo.

Notas finales:

Gracias por leerme hasta aqui, si es primera vez en esta historia. Los capitulos se iran editando; por si algunas cosas no llegan a tener algo de coherencia. Muchas gracias por leerme. 

PK. 


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