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Forbidden heart por hannastony

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Desde altas horas de la mañana fue que el capitán Anthony se encontraba preparando sus ropajes de Lord para salir a lo que sería seguramente el hogar de los Rogers, como ya lo venía estado haciendo todos los días pasados a este. Natasha prácticamente se encontraba en la misma situación, la diferencia en la rutina de la pelirroja era que en esta ocasión no se estaba preparando para ir hacia el hogar de los Barnes, sino que acompañaría a su capitán al aposento de Steve Rogers.

—¿Tan pronto ya te vas a volver a largar? Tony, ¿eres consciente de que pasado mañana es el saqueo? —preguntó Obadiah con una voz disgustada mientras veía como el castaño se veía por milésima vez en el espejo.

—Vamos Obi, ya tenemos todo preparado, no seas un amargado —respondió el capitán sin prestar demasiada atención al viejo, concentrándose en poder verse del todo perfecto y atractivo hacia los ojos del joven Rogers.

—Exactamente, ya tenemos todo preparado, ya no necesitan seguir con la farsa de “mejores amigos”, ese rubio idiota ya dio todo lo que podía dar —contraatacó levantado la voz el de barba blanca

—No podemos desaparecer de la vida de ellos sin más, además, Steve ya nos había invitado desde antes.

Tony no escuchó respuesta alguna a su comentario, lo único que pudo llegar a escuchar fue la puerta cerrándose estrepitosamente, siendo azotada, y la ausencia de Obadiah en el lugar, saliendo a quien sabe dónde, como lo había estado haciendo últimamente.

El capitán decidió restarle importancia a ello, acabando de arreglarse y yendo a por Natasha para ya salir desde temprano hacia el hogar del rubio caballero. Al parecer también estaría Bucky presente en aquella pequeña reunión, ya que el rubio entusiasmado había invitado a las personas más cercanas a él a su hogar para poder tomar un buen alimento y pasar el rato, probablemente cabalgando. Steve no le había comentado nada a Tony al respecto, pero lo más seguro es que también estuviera presente su hostigosa prometida, dejándole un mal sabor de boca al capitán pero no por ello desanimándose por la visita que haría al extremadamente apuesto caballero.

Estando ya Natasha lista, viéndose hermosa con un vestido color verde esmeralda, fue que ambos salieron rumbo a su destino con los apuestos caballeros. Habían decidido solamente tomar los caballos, dejando la carroza que en días utilizaban, por lo que Clint y Peter no tenían trabajo de llevarlos y traerlos como lo hacían en ocasiones.

Sin embargo, Clint no se libró del trabajo de cochero precisamente, ya que Thor y Loki también tenían planes para ese día, pero estos eran con unas amigas de los Carter, las cuales era señoritas recatadas que pertenecían a las otras familias a las cuales los vengadores también se habían dispuesto a atacar para asalto monetario, pertenecientes de muy buenas familias, pero también con dinero sucio de por medio. Fue así como Clint acompañó a los hermanos de Asgard hacia sus convenientes compromisos.

Al principio Thor había sido el primero en tener contacto con aquellas familias que serían sus futuras víctimas, pero Loki, al estar tan reacio a que su hermano tuviera que coquetear quien sabe con cuanta mujerzuela para poder hacer su trabajo, fue que también se incluyó en aquellas relaciones para así poder vigilar y tener a su querido hermano más de cerca y de paso también congeniar y sacar provecho de la muy buena seducción que tenía con las simples hembras ilusas.

Peter solo por aquel día no haría de lacayo, quedándose junto con Bruce en el pequeñito comedor con el que contaba el lugar en el cual se estaban hospedando para poder aprender más de los conocimientos del doctor y sobre todo poder ayudarle en los proyectos en los cuales él se quedaría trabajando.

Era algo que a penas los de la tripulación estaban descubriendo, y eso era que Peter contaba con una mente realmente brillante y apasionada por la ciencia, al igual que el doctor Bruce Banner y el capitán Anthony, por lo que este aprovechaba todo el conocimiento que pudiera adquirir de sus mayores para así poder progresar en su entendimiento por los misterios de la sabiduría.

Pasaron las horas, y para los dos genios el tiempo pasó a una velocidad de la cual ni siquiera se percataron, por lo que poco a poco la capital se fue sumiendo en la ajena oscuridad y en menos de lo que se pudieron dar cuenta, ya era de noche.

Nadie había vuelto de sus misiones o compromisos, como quisieran llamarles, pero no era algo de extrañar ya que a veces se quedaban más tiempo del normal, socializando y conviviendo con sus relaciones creadas ahí mismo en la capital.

—Como puedes ver Peter, el principal metabolito del cloroformo es el dióxido de carbono, aunque también se pueden formar otros metabolitos por reacciones de oxidación, como por ejemplo, el fosgeno —explicaba el doctor Banner al más joven mientras se encontraban trabajando con la sustancia para sus bombas de gas adormecedor.

—Pero este puede llegar a ser un cloruro de ácido muy reactivo ¿no? —preguntó el joven Peter mientras veía curioso como el doctor Banner apuntaba algunos datos en su libreta.

—Así es, el fosgeno es extremadamente tóxico porque reacciona con muchas biomoléculas, por lo que hay que tener cuidado con ello. El cloroformo que estamos usando también tiene sus riesgos, pero por ahora lo único que buscamos es que sea depresor del sistema nervioso central y genere de suaves a severas alucinaciones psicodélicas para dejar a los guardias fuera de batalla —comentó el doctor con tranquilidad, tranquilidad que fue cambiada por una mueca de rotundo fastidio—. Mierda —exclamó mientras dejaba escapar un largo suspiro.

—¿Qué sucede?  —preguntó Peter un tanto extrañado por su cambio de actitud.

—Olvidé ir por unos materiales necesarios para crear los pequeños explosivos que Tony me encargó, me concentré demasiado en estas increíbles bombas de gas —dijo Bruce mientras se apretaba el puente de la nariz por debajo de sus anteojos—. Y aún falta ir por los suministros de alimentos.

—¡Yo puedo ir por ellos! —exclamó Peter al haber encontrado la solución perfecta.

—Ya es de noche y las calles son peligrosas, además de que los materiales están muy lejos de donde podremos recoger los suministros de alimentos que ya habíamos encargado.

—Pues entonces tu puedes ir por los materiales mientras yo voy por la comida, se dónde es el local, además no está muy lejos de aquí, ya he acompañado al capitán antes, incluso llegaré antes que tú —comentó Peter con ojos expectantes esperando la aprobación del mayor.

Bruce se encontraba teniendo un debate mental al no saber si sería la mejor decisión dejar al joven ir solo por las calles a esa hora.

—Vamos Bruce, no es como si yo no hubiera andado solo por las calles prácticamente toda mi vida —argumentó el pequeño castaño dando un punto a su favor, al saberse independiente desde muy joven y sabiéndose cuidar.

Banner solo pudo dar un suspiro resignado al saber que Peter tenía la razón. Además, no es como si pudieran esperar mucho para seguirse preparando, tenían el tiempo encima y para el día de mañana ya debían de tener prácticamente todo listo. El esperarse a que los demás llegarán también sería una pérdida de tiempo al no saber con certeza siquiera si iban a llegar a dormir.

—Está bien —dio la aprobación el de lentes mientras se levantaba de su asiento y tomaba las llaves para entregárselas al joven—. Ten, tu llegaras antes así que tendrás que necesitar con que abrir.

Peter asintió contento por la confianza que uno de su tripulación le confiaba, poco a poco había estado aprendiendo a ganarse la entera confianza no solo del capitán Anthony, sino de todos los demás piratas que conformaban a Los Vengadores y eso no podía poner más dichoso al chico.

Con esto dicho fue que ambos salieron a las calles, cada uno yéndose por un camino diferente para cumplir a traer los encargos previstos y necesitados.

El local en el cual Peter tenía que ir por las cajas de comida no se encontraba muy lejano al lugar en donde se estaban hospedando, por lo que llegó con bastante rapidez al ya conocer el camino.

La señora del lugar era una mujer de avanzada edad, con ropajes humildes y sonrisa amable. Ella ya conocía a Peter por haberlo visto algunos días por ahí con el mismo propósito de recoger sus cajas de comida, por lo que al recibir la vistita del joven fue que a la mujer le dio una agradable sorpresa mientras lo saludaba con gusto y sacaba las 2 cajas que contenían suministros y se las entregaba al castaño.  Las cajas no eran muy grandes ni pesadas, por lo que no fue un problema para el adolecente.

Peter con mucha educación fue que pagó por ellas y agradeció la atención. La señora del negocio no perdió la oportunidad de preguntarle al más joven por los hermanos Thor y Loki, al ser ellos también clientes frecuentes que en ratos iban hacia allá por la comida, después de todo, la mujer los consideraba increíblemente apuestos y le gustaba el verlos por los alrededores.

Peter contestó con algo de gracia que ellos se encontraban bien, solo que no habían podido ir a recoger la comida en ese momento, por lo que con un último “gracias” y una amable sonrisa fue que Peter se fue alejando de ahí, viendo como la señora se despedía de él moviendo la mano de un lado para otro.

Las calles de pronto parecieron más oscuras y Peter comenzó a sentir un mal presentimiento al respecto. A estas se les sumó un inesperado silencio, no se encontraban personas fuera de sus hogares haciendo alboroto y muy poca era la luz que alumbraba el camino hacia su destino, no sabe si fue por ello, que comenzó a sentir que no sabía por dónde se encontraba, desconociendo las calles por las cuales estaba caminando y viendo como estaba confundiéndolas al estar sumidas estas en una obscuridad más profunda de la normal.

Cuando menos se dio cuenta ya se encontraba en un lugar completamente desconocido para él, no sabía por cual camino se había ido o cual cuadra había sido la que lo había confundido e hizo que se fuera por otro lugar, pero ahora se encontraba rodeado por caminos los cuales su mente no lograba relacionar.

El nerviosismo y miedo se comenzaron a hacer presente en el pequeño pirata, sintiendo como su corazón comenzaba a latir más rápido de lo normal y a esto se le sumaban gotas de sudor comenzando a resbalar por su suave piel. Empezó a voltear su mirada hacia todos lados, tratando de encontrar siquiera una pista que lo pudiera guiar hacia cual camino seguir, él sabía que era peligroso quedarse ahí parado y más por aquellos rumbos, por lo cual debía de comenzar a caminar y rápido.

La ansiedad en su cuerpo se hizo cada vez más presente y sin poder pensar con claridad fue que comenzó a caminar por entre las cortas y escondidas calles que conformaban los hogares.

Paso a paso sentía como sus músculos se contraían, su respiración se aceleraba y latidos aumentaban. La secreción de adrenalina se hacía presente en su organismo y sus sistemas de alerta se activaron aún más cuando escuchó un grito de súplica saliendo de uno de los callejones por los cuales él estaba a punto de pasar.

—Por favor, se lo suplico… le juro que no tengo nada más que ofrecer —se escuchó la voz de un hombre desesperado y en medio del llanto.

Peter sin poder evitarlo había permanecido completamente paralizado ante imploración tan más desesperada.

—P-piedad —dijo el hombre con voz entrecortada por las lágrimas que derramaba.

Peter por fin pudo reaccionar a lo que estaba pasando, él no era ningún héroe, él no era alguien fuerte que pudiera enfrentarse a golpes con un fortachón, pero debía de hacer algo para salvar a ese hombre, si en sus manos estaba el poder salvarle la vida a aquel sujeto, no dudaría en hacer lo que fuera necesario.

Lentamente se fue acercando con pasos sigilosos al callejón del cual provenía la voz, pero lamentablemente al momento en el cual pudo echar un vistazo para poder analizar la situación fue que escuchó como el gatillo era jalando dejando oír un fuerte sonido de descarga mientras veía como un cuerpo caía del todo inconsciente al haber recibido la bala disparada.

El asesino se encontraba aun de pie y con el arma aun apuntando al cuerpo ya muerto de la podre víctima. Las sombras y oscuridad sumado a su cabeza gacha eran lo que ocultaba su rostro haciéndole ver aún más terrorífico y petrificante para los ojos castaños del joven Peter, pero solo bastó que el homicida levantar un poco el rostro para que la muy poca luz que se encontraba a los alrededores delataran por completo su identidad.

Peter abrió completamente los ojos con horror al notar de quien se trataba. No podía creerlo, pero al haberlo visto con sus propios ojos no podía negar lo que se había revelado frente a sus narices. Instantáneamente sintió una ola de pavor y pánico hacia la persona que se mostraba frente a él.

Se trataba nada más y nada menos que de Obadiah, Obadiah Stane, el teniente de la tripulación, la mano derecha de su capitán…

Obadiah no tardó mucho en notar una presencia extra en aquel callejón, peor justo cuando volteó hacia la dirección en la cual Peter se había encontrado mirando fue que este mismo salió a pasos muy rápidos y sigilosos de ahí, tratando de hacer el menor ruido posible y escabulléndose entre muchas de las calles, comenzando a correr muy velozmente cuando ya estuvo solo un poco alejado de aquel oscuro callejón.

Activándose su reacción de lucha o huida gracias a la liberación de adrenalina fue que corrió como nunca imagino y dio vueltas por varias calles, evitando así que el viejo le siguiera el rastro.

Afortunadamente no sintió que este lo estuviera siguiendo y por misma coincidencia fue que en su intento por huir de ahí lo había conducido de nuevo al camino el cual tenía que seguir para llegar al lugar en donde se estaba hospedado junto con los de su tripulación.

Moviéndose casi inconscientemente fue que el joven castaño salió disparado hacia la dirección, llegando en pocos minutos al lugar rentado y abriendo la puerta con un exceso de dificultad, sintiendo como las manos le temblaban con miedo haciendo muy difícil la tarea de meter las llaves en la cerradura para poder abrir.

Hasta ese momento fue que Peter se dio cuenta que había aferrado sus uñas muy fuertemente en las cajas que contenían los suministros, en un mero reflejo por sacar todos los impulsos nerviosos contenidos debido al terror e impacto y fue hasta que finalmente pudo abrir la puerta y meterse dentro que pudo percatarse verdaderamente de su situación.

Se encontraba jadeando como nuca y sintiendo su cuerpo un tanto húmedo debido al sudor. Nunca creyó haber corrido tan velozmente como lo acababa de hacer, impresionándose a sí mismo por las increíbles reacciones de su cuerpo.

Con un poco más de conciencia fue que bajó las cajas hacia el suelo y puso la palma de su mano sobre su pecho, sintiendo como su corazón se encontraba latiendo como loco debido al ejercicio y al pánico estimulado hace pocos minutos que a Peter le parecieron segundos.

Tuvo que esperar un poco a sentir como sus latidos comenzaban a normalizarse y su respiración se empezaba a acompasar para poder revisar el lugar y notar como Bruce aun no llegaba de sus encargos.

Tomó una silla y ahí dejó caer su peso, sentado mientras comenzaba a analizar todo lo que sus ojos habían alcanzado  ver.

Era Obadiah, estaba seguro que era él, después de todo lo veía todos los días y su silueta y rostro eran los mismos, pero la escena apreciada no daba crédito de la realidad. Había matado, matado a un hombre, por la razón que fuese, aquella era una de las reglas inquebrantables para el capitán Anthony. El asesinato y la violación al menos en su tripulación eran algo realmente imperdonables, el capitán tenía muy clara y bien definida la raya de los crímenes que ellos podían llegar a cometer y aquellos que no.

A Peter aquello le parecía lo correcto, y sinceramente no le agradaba para nada la simple idea de compartir barco con un asesino. Si Obadiah era capaz de quitar vidas sin sentir ni un solo remordimiento al respecto, quien sabe de qué más sería capaz… por lo que Peter no pensó mucho al tomar la decisión de decirle a todos los de la tripulación lo que había visto en cuanto llegaran.

No pasó mucho tiempo para que Peter escuchara los toques en la puerta de madera de la entrada, por lo que con un suspiro y sonrisa aliviada fue que se paró a abrir esperando ver a Bruce al otro lado. Lamentablemente la visión que obtuvo fue la menos grata para su ser, dejándolo petrificado una vez más.

—Hey chiquillo, ¿te encuentras solo? —dijo Obadiah con tono casual, como si nada, al otro lado viendo como Peter no se movía y lo veía con sorpresa y algo de miedo.

Sin esperar respuesta fue que el viejo hizo a un lado al joven y  se introdujo al lugar, cerrando la puerta detrás de él.

—S-sí, pero Bruce y los demás no tardan en llegar —pudo responder Peter luego de haber salido de su shock tratando de lucir como si él no hubiera visto absolutamente nada.

Obadiah no respondió, de hecho se quedó de espalada hacia Peter, como haciendo una pausa, para después comenzar a voltearse lentamente, habiendo cambiado por completo sus facciones, remplazando al viejo en el cual tanto confiaba el capitán, por un entero psicópata, quitándose así, su máscara que llevaba ya tantos años puesta y mostrándole su verdadera faceta al más nuevo de la tripulación, haciendo que este sintiera como se le dificultaba bastante pasar saliva.

Era aterrador.

—¿Sabes Peter? Cuando Tony decidió recogerte de aquel porquerío en el cual te encontrabas sumido yo no podía soportar el disgusto que ello me causaba. Siempre supe que tu serias un estorbo, una molestia, un fastidio, peor debo de admitir que superaste mis expectativas, —dijo el calvo mientras caminaba muy lentamente en dirección hacia Peter, acorralándolo entre una de las paredes como si fuera un feroz carnívoro asechando a su presa—. Nunca creí que te convertirías en verdaderamente un problema…

Peter nunca había sentido tanto miedo como lo estaba sintiendo en esos momentos. Ni siquiera cuando la seguridad de su pueblo natal atacó y acabo con toda la familia con la cual él contaba. Era algo muy difícil de describir, aquel hombre Obadiah parecía contener una ira y maldad de verdad inmensurables, algo que él jamás había visto en ninguna otra persona.

Pero él debía de ser fuerte, debía de ser valiente, no podía sin más sentirse como una indefensa víctima, cosa que claramente Obadiah estaba tratando de lograr al momento de comenzar a acorralarlo.

Junto toda la valentía y voluntad que pudo y finalmente subió su mentón, haciéndole frente al monstro que se presentaba muy cerca de él.

—No te tengo miedo —dijo el joven con un tono de seguridad que hasta a él mismo impresionó—. Se acabaron tus juegos. Le contaré al capitán Anthony todo y él se encargara de que no vuelvas a pisar un barco con nosotros. —sentenció seguro al respecto. Sin embargo, la respuesta de Obadiah fue realmente inesperada para el chico.

El de barba blanca comenzó a carcajearse como si le hubieran contado el mejor chiste del mundo, no pudiendo controlar su risa y dejando oír audiblemente su macabro regocijo por toda la habitación.

Peter se encontraba con una mueca bastante consternada y confundida, no entendía cuál era el chiste en todo aquello ni mucho menos, lo divertido del asunto.

—Jajajaja de verdad que eres gracioso niño —habló finalmente Obadiah una vez pudiendo controlar su risa—, ¿en serio crees que el “capitán” Anthony creerá siquiera una palabra de lo que digas? Por supuesto que no. ¿Quién eres tú?... así es, no eres nadie. ¿A quién crees que le creería más el ingenuo de Tony? ¿A un chico que a penas y hace poco conoce o a el hombre el cual ha estado ahí para él como un padre? ¡Vamos! ¡Dímelo! ¿A quién crees que le creería más? porque te lo recuerdo maldito niñato, es tu palabra contra la mía —terminó de escupir el calvo viendo con demasiada satisfacción como las facciones de Peter se descomponían.

Tenía razón, Obadiah tenía toda la razón y a penas y Peter lo estaba analizando. El capitán apreciaba demasiado a ese viejo, a pesar de que todos los demás de la tripulación no lo quisieran, la única razón por la cual él seguía con todos ellos era porque él era alguien importante para el capitán y todos los de la tripulación le tenían el entero respeto como para aceptar sus decisiones. ¿Y él? no tenía mucho de haberse incluido a la familia, a penas y se podría decir, estaba a prueba ¿Cómo rayos iba a conseguir que le creyeran? Más aun al blasfemar en contra de alguien tan importante para su capitán. Peter se encontraba metido en un verdadero lio y por primera vez después de mucho tiempo, se sintió perdido.

—¡ASÍ QUE NO ACABES CON MI PACIENCIA MALDITO MOCOSO! —gritó Obadiah furioso, acercándose lo suficiente a meter como para aprovechar la distracción de este y comenzar a estrangularlo al haberlo tomado con una mano de la garganta y pegarlo contra la pared—. Si viste como termino aquel hombre que acabo con mi paciencia, ¿verdad? Así trabajo yo, así es como conseguí toda la información para el capitán, así son mis reglas y ni tú ni nadie van a detenerme.

Peter comenzó a retorcijarse al sentir la presión tan fuerte contra su cuello, dificultándole la respiración y haciéndolo sumir en una desesperación. Trató como pudo de zafarse de aquel agarre, comenzando a patalear y poner fuerza en ambas manos para retirar aquella ajena que le estaba presionando la garganta, pero todo fue en vano. Lamentablemente Obadiah contaba con una gran diferencia de fuerza a comparación del pequeño Peter y eso no hacía más que dejarlo en una desventaja.

—Ahora que lo pienso, tendrás que recompensarme por el maldito disgusto que me acabas de ocasionar —dijo el viejo para después en un movimiento rápido soltar el agarre que tenía de la garganta del joven y con ambas manos sujetar las muñecas de los brazos que hace nada se encontraban golpeándolo para tratar de escaparse, pegándolas contra la pared y dejando nuevamente a Peter completamente inmovilizado.

Peter comenzó a toser al sentir como nuevamente podía respirar con facilidad, pero esto no hizo mas que alarmarlo, ya que a pesar de que ya no sentía que lo estaban asfixiando, se encontraba con sus brazos completamente inmovilizados, pegados a la pared, cada una a lado de su rostro.

—N-no… no te saldrás con la tuya —dijo Peter mirándolo a los ojos en un último intento de mostrarse valiente ante la situación en la cual estaba metido.

—Eso ya lo veremos —gruñó Obadiah mientras lo miraba con diversión, como burlándose de él.

Después de esto dicho fue que se acercó a Peter y comenzó a berilo en el cuello de forma repulsiva y asquerosa.

Peter no podía seguir pataleando ya que el viejo se había encargado de inmovilizar sus piernas con la fuerza de las suyas. Al llegar a sentir la inmunda lengua del contrario pasearse por su piel fue que no pudo retener más las muy ligeras lagrimas que comenzaban a salir de sus ojos mientras apretaba ambos parpados con impotencia y aflicción.

—¿Te cuento un secreto? Jamás lo he hecho con un hombre y menos tan joven como tú. Sí, he violado a algunas mujeres pero me pregunto que se sentirá violar a un hombre —confesó Obadiah como si fuera lo más normal del mundo separándose del cuello del castaño y viendo con excitación como este le devolvía una mirada llena de temor. Aquel hombre no era un monstruo, era un verdadero demonio.

Peter sabía lo que aquellas palabras significaban, sabía lo que seguía para él y no podía hacer nada al respecto al sentir como todas sus fuerzas lo abandonaban a pesar de que él quería seguir luchando hasta el último momento. Pero no veía salida, no veía escape, no veía esperanza…

—¿¡Qué es lo que está sucediendo aquí!? —se dejó escuchar fuertemente por primera vez una tercera voz en el lugar, haciendo que tanto Peter como Obadiah voltearan al ver al portador de aquella grave y poderosa voz. Resultando una aliviación para el joven Peter y una abrumación para el viejo Obadiah.

Anthony Edward Stark, o como la gente solía llamarle, el hombre de hierro, se mostraba al par de ojos con una cara bastante confundida, enfurecida pero sobre todo, demandante.

Notas finales:

Les agradezco inmensamente el apoyo que me proporcionan y sus lindas palabras, me encanta leer sus comentarios, nos seguimos leyendo


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