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Forbidden heart por hannastony

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Steve llegando al camarote azotó la puerta, sin poder evitar recargase en ella, respirando agitadamente.

Llevó su palma derecha hacia su pecho, notando cómo su corazón parecía querer salirse de lo fuerte y rápido que estaba latiendo.

Por su mente pasaba una y otra vez aquel delicioso beso que había tenido con nada más y nada menos que el capitán de toda la tripulación.

¿Qué es lo que estaba pasando? ¿En qué rayos pensaba? ¿Por qué? ¿Cómo fue que llegó a hacerlo?, Steve se encontraba verdaderamente confundido con todos sus sentimientos, más aun al poder experimentar aquel roce con el castaño, ya que ese beso especial, en vez de aclararle sus dudas, lo hacía revolverse aún más por el simple hecho de que le había gustado; le había gustado demasiado, nunca en toda su vida un beso le había parecido tan exquisito y grandioso. Y para complicar más las cosas, sentía las enormes ganas de querer repetirlo una vez más.

Trató de pensar en Sharon, en el primer beso que tuvo con esta, ese dulce y pacifico beso, pero aquello solo empeoró las cosas, porque con esto se dio cuenta que con la rubia no había sentido casi nada, mientras que con Tony, sentía mil y un cosas indescriptibles.

— ¿Qué me estás haciendo, Tony Stark? —se dijo tapándose el rostro con una palma.

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A la mañana siguiente se formó una convocatoria con todos los oficiales implicados en el caso del atraco que sufrió la capital por parte de los Vengadores. Obadiah iba a testificar frente a todos, la información que él les podía proporcionar. Lady Sharon y su padre Lord Carter, también estarían presentes.

Unos momentos antes, los Carter habían ya firmado y creado los documentos que le darían completa impunidad al pirata y Obadiah también firmó gustoso, sintiéndose más que seguro con aquellos pergaminos.

Entre las presentes, se encontraba un artista que podía hacer retratos hablados para una mejor representación de las descripciones que el testigo haría a continuación. De igual modo, un secretario estaba presente, encargado de plasmar en papel toda la información con una máquina de escribir.

Bucky también se hallaba ahí, pero él sencillamente se limitaría a escuchar y hacer sus propias conjeturas, para luego poder expresar sus ideas a sus superiores. 

Fue así como todos se encontraban reunidos en la sala principal, sin embargo, no se realizó la documentación como una reunión oficial, ya que Sharon quería evitar que surgieran problemas. Sería un verdadero fastidio tener que justificar a aquel hombre más de lo que ya lo estaba haciendo.

—Damos inicio a le testificación del señor Obadiah. ¿Podría iniciar dando los nombres completos de los ladrones y una descripción física, por favor? —comenzó el jefe de oficiales haciendo que todos los demás guardaran silencio, ya que él en toda la reunión sería el único que tenía la autorización para hablar y hacer las preguntas.

Éste sabía que no debía hacer ni una sola pregunta con respecto a la identidad del testigo, ni nada que tuviera que ver con el hecho de cómo tenía toda esa información, eran órdenes del mismísimo Harrison Carter, por lo que debía de limitarse a obedecer.

—Anthony Edward Stark, primogénito de la familia Stark y capitán de la tripulación. Piel levemente morena, ojos castaños, grandes, con peculiares pestañas inferiores largas, nariz fina, barba recortada en forma de candado, estatura baja, cabello largo, castaño, normalmente amarrado en una coleta —comenzó a describir Obadiah viendo cómo el retratista y el secretario rápidamente se ponían a trabajar.

Bucky al escuchar aquellas palabras no pudo evitar fruncir el ceño con confusión, ya que el hombre estaba describiendo a Tony, el Tony que fue su amigo y gran amigo de Steve. Eso comenzó a hacer que muchas dudas surgieran en la mente de Lord Barnes, pero no fue capaz de crear ninguna hipótesis, ya que inmediatamente el testigo continuó hablando.

—Natasha Romanoff, navegante de la tripulación, una mujer muy guapa, blanca, de ojos verdes, nariz respingada, pelirroja, con el cabello hasta los hombros, delgada, cintura pequeña y buena proporción de glúteos y busto

Al escucharlo, Bucky cayó en un completo shock, luciendo una mirada perdida sin poderse creer lo que oía. Aquello no podía ser posible, debía de ser una mentira, eso estaba muy lejos de ser la verdad.

Desconcertado y aturdido se levantó de su asiento, llamando la atención de todos los presentes.

—Es mentira, ¡eso es mentira! —gritó Bucky al otro hombre mirándolo más que enojado.

—Oficial Barnes, le pido de la manera más atenta que se limite a escuchar y analizar la información, no tiene permitido dar su opinión. Vuelva a tomar asiento —le llamó la atención su jefe, mientras miraba de forma severa al castaño ojiazul.

Obadiah volteó a mirar a Bucky y sin reprimirse le mandó una sonrisa llena de cinismo y burla. Él sabía la relación que tenía Natasha. Lamentablemente era un pobre iluso más que se había enamorado de la prostituta esa.

—Con todo respeto señor, ¿Qué seguridad tenemos de que todo lo que nos diga este testigo sea verdad? ¿Cómo podemos confiar en lo que nos dice? ¿Qué garantía tenemos para creerle? —cuestionó Bucky fuera de sus casillas.

—Yo tengo la garantía y seguridad de que todo lo que dice este hombre es verdad —habló Sharon uniéndose a la discusión y mirando rígidamente a Bucky

—P-pe…ero Lady Sharon…

— ¿Se atreve a cuestionar mi juicio, oficial Barnes? —preguntó seriamente la rubia cruzándose de brazos.

—No mi lady —y dicho esto Bucky agachó la cabeza, sabiendo que si discutía más era posible que le quitaran su título y su mando como oficial.

—Bien, continuemos —incitó a proseguir el jefe de oficiales.

—Thor Odison, encargado de manejar los trabajos pesados en la tripulación, ojos azules, cabello rubio…

Pero a pesar de que continuaban las descripciones, Bucky ya no escuchaba nada más, las voces se distorsionaban, y su mente solo se encargaba en tratar de procesar la información recientemente adquirida.

Sin importarle que luego lo reprendieran, salió rápidamente de la sala sin dar explicación alguna y ya estando una vez afuera se dejó caer en uno de los sillones que se encontraban por ahí.

—No, no, no, no puede ser posible —susurró apoyando sus codos en las rodillas para apoyar su frente en la palma de sus manos.

Natasha no podía ser parte de aquella atrocidad, su chica no podía ser la responsable de que su mejor amigo se encontrara perdido. La Nat que él conocía era una mujer que siempre buscaba el honor y la justicia, no una ladrona cualquiera.

Pero, pensándolo mejor, ¿realmente la conocía? Sólo estuvo con ella como por dos semanas ¿y así podía asegurar que ella no era parte de los Vengadores? Por supuesto que no, cualquiera lo tacharía de loco y estúpido.

Además, nunca conoció a los padres de ella, nunca la visito en el lugar en el que estaba hospedada, nunca le dio un verdadero motivo de su repentina despedida, simplemente se fue sin dejar rastro alguno ni un lugar al cual pudiera contactarla y un día después de su partida fue el gran atraco.

Juntando las piezas del rompecabezas, el que Natasha fuera una pirata cobraba sentido, mucho sentido.

Aun así Bucky no lo podía aceptar, porque eso significaba que también tendría que aceptar que todo al amor que vivieron juntos no fue más que una simple farsa para sonsacarle información. Que todos los besos, las caricias, los gestos, habían sido solo reales de su parte, cuando la pelirroja seguramente se burlaba de su ingenuidad a sus espaldas.

¡Joder! Hasta le había pedido que se casara con él. Ahora comprendía a la perfección porqué Natasha se había negado a aquella idea.

Le dolía, le dolía el tener que reconocer que fue el único que se había enamorado como un completo idiota, el único que consideró su encuentro como lo más hermoso del mundo, el único que entregó por completo su corazón y amor.

Sentía cómo se le quemaba el alma y el corazón con sufrimiento. Sin poder aguantarlo más, dejó correr gruesas y abundantes lágrimas por sus mejillas. Recordó el día que se despidió de ella, ése día también había llorado sin poder evitarlo, y fue ahí que sintió cómo esa mujer le había quitado parte de su ser.

Le iba a costar mucho asumir la idea y más aún superarlo, pero recordó claramente su objetivo principal: hacer pagar a los criminales y recuperar a su amigo Steve.

“No me tentaré el corazón, así como ella no se lo tentó al jugar conmigo” fue lo siguiente que pasó por la mente de Bucky mientras levantó la mirada llena de lágrimas pero también, de determinación.

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En toda la noche Steve no pudo pegar ojo, ya que no podía dejar de pensar en el beso que se había dado con el pirata, dándole miles de vueltas sin saber cómo actuar luego en su presencia.

Es por ello que se encontraba sentado en la cama, desvelado, abrumado y con la mente a punto de explotar cuando escuchó cómo la puerta del camarote era abierta.

Levantó la mirada y vio al mismísimo causante de su insomnio ahí parado, mirándolo con los brazos cruzados.

—Al parecer alguien tampoco pudo dormir —dijo Tony comenzando a acercase, sentándose al lado de Steve.

El rubio no lo miraba, le daba demasiada vergüenza el verlo después de lo ocurrido, sin contar que sus nervios habían aumentado al doble con la presencia del capitán. Sintió al otro sentarse a su lado, sin embargo, ninguno de los dos dijo nada.

Se instaló un silencio verdaderamente incómodo y Steve sabía que si no tocaba el tema, así sería siempre en presencia del castaño y lo que menos quería era tener que sentirse de aquella forma tan embarazosa, más aún porque compartía camarote con Tony y no es como si después de cada situación él pudiera salir corriendo, como lo había estado haciendo últimamente.

—Tony, sobre lo de anoche… quiero pedirte una disculpa por mi comportamiento, no sé qué me pasó…

—Oh vamos Steve, no fuiste el único, yo también te bese —interrumpió el pirata mientras se dejaba caer en el colchón, posando su vista en el techo de madera—, aunque es una verdadera lástima que no te haya gustado… —dijo Tony con astucia mirando inmediatamente la reacción que él quería.

— ¡No! no es que no me haya gustado, es solo que no sé... —aclaró con apuro el caballero girándose para mirar al de ojos castaños—. No sé qué me está pasando, nunca antes había tenido los deseos de besar a un hombre y…

—Está bien Steve, es normal sentirse confundido —dijo Tony levantándose y tomando a Steve de la mano apretándola en signo de confortación, regresándole la mirada—. Escucha, yo no quiero que te sientas presionado o incómodo con mi presencia, es por eso mismo que decidí venir a hablar contigo directamente. Podemos fingir que nada pasó y olvidar lo de anoche  —propuso el castaño un poco decepcionado, notando cómo la mirada azulada también se volvía un tanto afligida— O podemos simplemente dejar que las cosas fluyan y hacer lo que nosotros queramos. Ser libres de escoger sin pensar en lo que pueda pasar.

Finalizó observando cómo ahora, los ojos azules parecían brillar con intensada y emoción. Por supuesto que aquella última opción era lo que quería, lo que ambos querían: dejarse llevar.

—Pues ahora mismo siento que quiero volver a besarte… —dijo Steve sin pensar mirando los labios del pirata. Cada vez que Steve estaba con Tony su cerebro se apagaba, dejándole el camino libre a sus deseos.

A Tony su corazón pareció fallarle con lo dicho y podía asegurar que se encontraba levemente abochornado. Sin nada más que decir o pensar, se comenzó a acercar suavemente a los labios contrarios y justo cuando estaba a punto de besarlos escuchó la puerta del camarote ser abierta estrepitosamente.

Ambos por inercia dieron un brinco y se alejaron debido al susto.

— ¡Capitán! Natasha solicita información para saber cuál es nuestro próximo destino —llegó exclamando Peter con una sonrisa, pero al acabar de hablar se dio cuenta del  ambiente, por lo que pasó de estar alegre y tranquilo a estar completamente sonrojado—, Oh rayos, interrumpí algo ¿cierto?, lo siento mucho Capitán, caballero Rogers —se disculpó formalmente haciendo una reverencia sin saber cómo actuar.

Tony se rio con diversión por eso, contrario a Steve que también comenzó a sonrojarse por verse descubierto por el pequeño adolecente, sin embargo, algo que le pareció demasiado agradable fue que Peter se comportara normal al respecto, de haber sido cualquier otra persona de la nobleza probablemente sería juzgado como el peor de los actos.

—No pasa nada Peter, ven. ¿Qué decías de Natasha? —lo invitó Tony a acercarse viendo al joven castaño relajarse.

—La señorita Natasha solicita saber cuál será nuestro próximo destino, ya que nos gustaría parar en el próximo puerto. Tenemos una idea —informó Peter.

— ¿Ah sí? ¿Cuál idea? —preguntó curioso Tony, extrañándose mucho al notar cómo Peter le echaba miradas nada discretas a Steve y luego a él.

—M-mejor luego lo hablamos capitán…

Aquello fue demasiado obvio para todos, Tony no sabía que se traían entre manos, no obstante decidió no indagar más en el tema. Steve por su parte no se sintió ofendido o excluido, sabía que la tripulación a veces trataba asuntos privados y no pensaba meterse en ellos.

 —Bueno, vamos con aquella chica a ver que se trae —dijo Tony parándose y rodeando por los hombros a Peter con su brazo—. Steve si quieres puedes salir y tomar algo de desayuno, o aprovechar para dormir —Dijo por ultimo Tony antes de salir por la puerta junto con Peter.

El rubio suspiró largamente. Al parecer ya no tenía que abrumarse tanto en pensar qué estaba pasando, simplemente podía dejarse llevar. Aquello le parecía una buena opción, probablemente no era la más inteligente, pero de igual forma su futuro estaba verdaderamente intangible ahora que ya no estaba con su familia ni con su vida pasada.

Lo único que parecía importarle y que en realidad le alegraba, es que podría seguir con Tony, a su lado,  y eso parecía ser ya de las cosas más importantes para el de cabellos rubios. 


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