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REINEMOS por maria819

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Notas del capitulo:

Un nuevo capítulo, espero les guste

Izuna se levantó esa mañana con una idea en la mente, debía hablar con Tobirama, pero al salir del baño se encontró con su esposo sentado en la cama mirándolo de arriba debajo de forma suspicaz.

-¿A dónde vas tan temprano y sin decirme? – Pregunto el pelirrojo con el ceño fruncido, Izuna salió de la cama de manera muy silenciosa y eso le daba mala espina.

-Voy a ver a Tobirama – La sola mención del nombre del varón que había engendrado a Sasuke le hizo apretar las manos contra sus brazos, los cuales había tenido cruzados todo el tiempo.

-No iras – Rasa se levantó de la cama y camino hacia su consorte para correrlo de la puerta.

-No puedes prohibirme nada – Izuna le reclamo, no iba a serle infiel o algo así, solo iba a hablar con un varón moribundo.

-Claro que puedo, soy tu esposo y aunque yo tenga la mente abierta puedo hacer uso de mis derechos como varón – Izuna lo miro de forma asombrada por lo dicho por su esposo para pasar a mirarlo con rabia – No me mires así, protegeré a Sasuke incluso de ti.

-No hare nada para dañar a Sasuke – Grito Izuna con rabia, Rasa lo tomo del brazo y jalo hacia el otro lado, la fuerza con la que lo hizo fue demasiada y se arrepintió al mismo tiempo en que Izuna se golpeaba fuerte con la pared.

-Lo siento amor – Rasa se acercó y abrazo a Izuna, este se dejó hacer, era la primera vez que esto pasaba y entendía a su esposo, él también tenía miedo de lo que podría pasar.

-Yo también lo siento, pero ten por seguro que no lastimare a Sasuke – Izuna le dio un beso en los labios que el varón recibió con gusto.

-No quiero que hables con él – Rasa lo abrazo fuerte – Ni que se acerque a Sasuke, nos iremos lo más pronto posible.

-No hablará con Sasuke – Izuna le aseguro – Pero es su padre biológico y es su derecho saberlo antes de morir.

-No estoy de acuerdo – Rasa lo abrazo más fuerte – Pero respetare tu decisión.

-Gracias por eso te amo – Izuna lo volvió a besar en los labios.

-Aún no me agradezcas – Rasa sonrió – Si algo sale mal te culpare de todo y lo pagaras.

-Uyyy que miedo – Ambos rieron para luego besarse, su relación era así de buena y estrecha y jamás permitirían que alguien de fuera cambiara eso.

 

-Sasuke – Gaara lo movió un poco haciéndolo reaccionar, aunque las lágrimas no paraban.

-Yo creí que… - Sasuke no pudo decir nada más, estaban contra la puerta de la habitación de sus padres pero lo que acababan de escuchar era increíble.

 -Lo sé pero debemos irnos antes de que se den cuenta que estamos aquí – Gaara lo tomo de las manos y lo arrastro a su habitación, ellos sabían que no eran hermanos de sangre pero si de corazón y ahora que Sasuke lo necesitaba no lo dejaría solo.

-Por eso no me quieren – Sasuke hablo bajo pero el pelirrojo pudo escucharlo, aunque no se lo dijo a él sino que más lo murmuro para sí mismo.

-¿Cómo? – Pregunto al no entender lo dicho por el pelinegro.

-Los reyes de Konoha lo saben, que soy… bastardo – Sasuke lo miro por fin aún con las lágrimas corriendo por sus mejillas – Por eso no me quieren para Naruto.

-No Sasuke – Gaara lo abrazó aunque debía reconocer que lo que decía Sasuke tenía mucho sentido, ellos lo trataron bien hasta que notaron la atracción de su hijo mayor con él, pero la procedencia de Sasuke no suponía su forma de ser.

-Sí Gaara, ellos lo saben y por eso no me quieren – Sasuke se aferró al abrazo de su hermano del alma - ¿Quién querría a alguien como yo?

-No digas eso Sasuke, nosotros te amamos – Gaara lo abrazo más fuerte llorando también, sintiendo el dolor de su hermano, quisiera que sus padres estuvieran ahí para ayudarlo pero sabía que eso causaría problemas entre ellos y ya tenían suficientes como para aumentar otro.

-Solo ustedes y porque no lo sabían – Sasuke se dejó acostar por Gaara en la cama de su habitación no sabía cuándo habían caminado pero la verdad no le importaba.

-Papá lo sabía y aun asi te ama – Gaara lo reconforto – Naruto igual.

-No pensara lo mismo cuando lo sepa – Sasuke lloro más fuerte al pensar en eso.

-Sí eso fuera cierto sus padres ya se lo hubieran dicho – Gaara trataba de que Sasuke dejara de llorar pero no lo lograba y peor aún que él también lloraba – A Naruto no le importara.

-¿Eso crees? – Pregunto con esperanza.

-Estoy seguro – Le reconforto, ambos lloraron hasta que Sasuke se quedó dormido siendo seguido por Gaara al mundo de los sueños, donde podrían descansar de lo que pasaba en el mundo real.

 

Izuna salió de la habitación con una sonrisa, había hecho el amor con su esposo de forma deliciosa y ahora caminaba rumbo a la casa de Tobirama, Hashirama lo esperaba afuera y es que previamente le había contado lo que planeaba hacer a los duques reales y estos se mostraron asombrados pero lo apoyaron en todo, sobre todo su hermano.

-Izuna – Madara lo beso en la mejilla - ¿Nos vamos?

-Claro y en el camino te cuento algo que paso ayer y fue horrible – Izuna cambio su cara al decirlo, los duques reales lo miraron con curiosidad, normalmente el doncel era risueño y nada lo amedrentaba.

-Cualquier cosa que te moleste lo cambiare – Madara abrazó a su hermanito, este le devolvió el abrazo mientras subían al carruaje que los llevaría a la casa de Tobirama.

-¿Hasta a tu hijo? – Pregunto, para disponerse a contarle a su hermano lo que pasaba, aunque su cuñado pensara más que le estaba dando quejas como cuando era niño, pero si su hijo hizo todo lo que Izuna contaba definitivamente tenían que jalarle las orejas.

 

La casa de Tobirama era tal cual lo recordaba, nada había cambiado y seguían los mismo empleados de siempre, era como si el lugar hubiera quedado detenido en el tiempo. Los empleados lo reconocieron al instante y lo recibieron con alegría y emoción, los atendieron muy y sobre todo a Hashirama que aun trataban como dueño del lugar.

-Venimos a ver a mi hermano, podrías decirle que nos reciba que traigo a un amigo especial – Hashirama le hablo a uno de los empleados del lugar, este le miro nervioso y movió sus manos en una clara señal de nerviosismo.

-El señor Tobirama no puede recibirlos – El empleado no miro a nadie al decirlo, hacía muchos años que el señor de la casa no recibía a nadie, ni siquiera a su hermano mayor ni a los reyes.

-Dile que Izuna vino a verlo – El doncel hablo por primera vez parándose al lado de su cuñado, Madara solo miraba sin decir nada.

-El señor Tobirama no puede recibirlos – Insistió el hombre mirando a los donceles enfrente suyo – Usted sabe que está enfermo y ya no puede levantarse.

-¿Qué? – Preguntaron los tres con asombro ¿Cómo era posible que ni siquiera pueda levantarse?

-Quiero verlo por favor, es muy importante – Izuna se adelantó mientras Hashirama lloraba en el pecho de su esposo, el empleado asintió, él sabía quién era Izuna y lo que había pasado entre su jefe y el doncel así que lo haría, los guio por la casa hasta la habitación principal.

-Tobi – Al entrar Hashirama vio a su hermano y se lanzó a la cama abrazándolo.

-Hashirama ¿Qué haces aquí? – Tobirama vio mal a su empleado que se retiró sin decir más, el pelinegro doncel solo lloraba en brazos de su hermano mientras Madara miraba con resignación a su cuñado que se notaba tan desvalido y moribundo, Izuna mientras estaba en shock.

-Vinimos a visitarte – Madara le hablo y con su mano tomo el brazo de su hermano para acercarlo a la cama, donde el peliblanco pudo verlo por fin.

-Izuna – Los ojos se le llenaron de lágrimas al ver al doncel, estaba tan bello como la última vez que lo vio – Mi amor.

-Tobirama – Izuna también lloraba pero al escuchar esas palabras del varón su mirada se endureció, los otros dos solo salieron para darles algo de espacio.

-Ya no me amas – Aseguro el hombre, el doncel solo asintió a lo dicho por su antiguo amor, hace mucho que no lo amaba, estaba profundamente enamorado de Rasa y con él ha sido tan feliz como sabe nunca lo sería con Tobirama.

-Solo he venido para aclarar unas cosas, la conciencia no me dejara tranquilo si mueres – Izuna se sentó en la cama y Tobirama intento incorporarse pero no lo logro, el doncel lo ayudo a quedar medio sentado en la cama.

-Sigues tan buena gente como siempre – El peliblanco le tomo una mano con cariño – E igual de hermoso.

-No he venido para hablar de nosotros, eso se acabó hace mucho – Izuna retiro su mano aunque un sentimiento de culpa lo invadió al ver la cara del varón.

-Izuna yo – Tobirama empezó a hablar pero un acceso de tos lo obligo a volverse a acostar, Izuna le paso agua que bebió de forma lenta.

-Te perdono Tobirama, te perdono por todo – El peliblanco le sonrió con alegría – Y te pido perdón por todo.

-No me tienes que pedir perdón por nada porque todo fue mi culpa, pero recapacite y no me case con ese doncel – Tobirama volvió a toser un poco pero se recompuso para seguir hablando – Fui a buscarte para que pedirte perdón y que nos casáramos cuando quisiéramos, pero ya no estabas te fuiste sin decirme.

- Te di una oportunidad y como no aceptaste tome mi plan b – Izuna le sonrió – Fue lo mejor que pude haber hecho en mi vida y en la de Sasuke.

-¿Sasuke? – Pregunto Tobirama sin saber quién era esa persona.

-Mi hijo – La cara que le puso fue de total asombro para pasar a la tristeza, no sabía que el doncel tuviera un hijo.

-¿Tienes un hijo? – Pregunto de forma idiota, el doncel le sonrió con amabilidad entendiendo lo mucho que le costaría al varón asimilar todo.

-Sí mi hijo Sasuke, quien es tu hijo – Izuna se rio al ver la cara del peliblanco, nunca se había planteado hacer esto como lo hacía ahora, había pensado en tratarlo mal o con dureza pero nada de eso lo haría sentir bien y lo que quería era que se reconciliaran y perdonaran por todo.

-¿Mi hijo? – Tobirama se sentó por completo aunque esto le causo de nuevo esa tos molesta, aunque Izuna se acercó para ayudarle este no lo dejo.

-Es un doncel hermoso por el cual decidí que debíamos casarnos  formar una familia pero tú tenías otros planes, que no eran como los míos y para hacer lo mejor para Sasuke esa misma noche hui.

“llegue al reino de Suna a las dos semanas, en el transcurso se había dado la noticia que me había casado y me había ido con mi esposo pero a donde quiera que yo llegara diría que mi esposo murió dejándome embarazado, todo gracias a las ideas de mi madre en las cuales mi hermano me apoyo. Ese día me instale en una propiedad de mi familia y me concentre en mi embarazó, las personas fueron muy amables y sobre todo al saber que era viudo, tuve que utilizar ropa negra durante casi todo el embarazo por eso.

Al nacer Sasuke fui muy feliz y todo mi tiempo y energía fue para él, aunque con toda la servidumbre que mi hermano puso no tenía mucho que hacer así que decidí salir y fui a sociedad a ver como estaba todo por ahí, de casualidad supe que el consorte real había muerto en el parto de su segundo hijo, un doncel hermoso que era solo unos meses menor a Sasuke, Sai es un año menor a Naruto y Gaara es igual para que tengas una referencia. Lo importante es que decidí ayudar en la crianza del bebé y me ofrecí como doncel de compañía con la condición de poder llevar a Sasuke. A Rasa, el rey de Suna le fascino la idea y así me volví el doncel de compañía de Gaara quien iba creciendo con Sasuke como si fueran hermanos, ambos siempre me dijeron mamá, incluso Kankuro el varón hijo mayor de Rasa me empezó a decir así y ninguno de los dos hizo nada por detenerlo.

Al mismo tiempo Rasa se portaba excelente conmigo y yo con él, con los años el amor nació y cuando Sasuke y Gaara tuvieron cinco años, nos casamos y aunque intentamos tener más hijos, no se dio y pues nos quedamos con los tres que teníamos. Me convertí en el consorte real, nadie se sorprendió por eso, de hecho ya lo esperaban y me aceptaron de forma rápida y todos estos años he estado con él criando a nuestros hijos”

-Mi hijo – Grito Tobirama todo lo alto que pudo, esa historia le dio ira, él todos estos años sufriendo por su amor perdido y el doncel rehaciendo su vida.

-No Tobirama, tú me rechazaste cuando iba a decírtelo y por eso me fui así y ahora sé que fue la mejor opción – Izuna le tomo la mano y fue esta vez que Tobirama le soltó de forma brusca.

-Me quitaste la oportunidad de ser feliz y de conocer a mi hijo – Tobirama se cruzó de brazos mientras varias lágrimas salían por sus mejillas.

-Ambos lo hicimos y por eso te pido perdón – Izuna le volvió a tomar la mano y esta vez el varón no lo rechazo.

-Te perdono – Tobirama se aferró a su mano –Quiero conocerlo.

-Lo siento no puedo hacerlo – Izuna intento soltar su mano pero el varón no lo permitió – Rasa no quiere que Sasuke lo sepa.

-¿Es más importante su opinión que la mía que soy su padre? – Tobirama le apretó aún más fuerte el agarre de la mano.

-Intentare hacer que cambie de opinión pero debes tener en cuenta que su opinión vale mucho – Izuna le advirtió y el peliblanco solo se mordió la lengua sin decir nada – Él es quien crio a Sasuke como su padre.

-Es mejor que nada ¿cierto? – Pregunto con resignación, la cara del doncel le decía que no podía hacer nada.

-Cierto – La conversación se volvió más informal, a los minutos Madara y Hashirama se le unieron y hablaron de todo un poco, incluyendo lo que había pasado en la fiesta de Jiraiya.

Notas finales:

Gracias por leer


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