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Te amaré, hasta el fin de mis días por MiMiJJ

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Notas del capitulo:

siento la tardanza.

He estado en periodo de examenes y he viajado varias veces desde la ultima vez que actualicé así que no pude actualizar antes.

Gracias por sus comentarios!!!! me han animado muchisimo a seguir escribiendo. espero que les guste este nuevo capitulo. 

-Jaejoong estas seguro de hacer esto? Aún puedes arrepentirte, hijo mío. Puedes quedarte aquí, lo sabes. -la voz rota del padre del menor no paraba de repetir una y otra vez las mismas palabras, con la esperanza que su hijo no se fuera.

Jae sonrió al escuchar nuevamente las mismas palabras provenientes de los labios de su padre y negó, mirando el billete de avión que tenía entre sus manos, junto con el pasaporte y los papeles necesarios para que ni el control de aduanas de corea ni el de estados unidos le pudiesen poder alguna pega.

-Appa, necesito hacer este viaje. Alejarme un poco de todo. -dijo el pelinegro, alzando la mirada después de un segundo y le dedicó una sonrisa cargada de cariño.

-Pero hijo, prométeme que si algo pasa informarás a la tía de yoochun y que nos llamarás si algo te pasa a ti o al bebé-esta vez fue la madre de jae quien atrajo su atención, tomando el rostro de su hijo entre sus manos-yo quería estar a tu lado cuando tu bebé llegara al mundo…y en cambio tú, te vas tan lejos-dijo la madre del muchacho, soltando un triste suspiro, haciendo que el corazón de jae se partiera en mil pedazos.

-Eomma sabes perfectamente que cuando tú nieto llegue a este mundo tienes que estar a mi lado, pero hasta entonces faltan meses-dijo jae entre risas y abrazó a sus padres. -bueno me tengo que ir ya o no me dejaran subir al avión-puso como excusa el pelinegro ya que, si se quedaba mucho más con sus padres, hermanas y amigos, acabaría por renunciar a la loca idea de irse a vivir solo, tan lejos y lo peor de todo, que se podría a llorar como un niño pequeño abrazado a las faldas de su madre.

-Pero no te olvides de nosotros-se quejó Junsu haciendo un tierno puchero, mientras enormes lagrimas resbalaban por sus mejillas, al mismo tiempo que se abrazaba más fuerte a su novio.

Jae al verle así sonrió enternecido y negó con la cabeza, acercándose a sus amigos, abrazándolos con fuerza.

-Saben que no los voy a olvidar. -sentenció el pelinegro alejándose un poco de sus amigos, secando sus propios ojos que comenzaban a desbordarse a causa de las lágrimas.

-Vamos, vamos, que no es para tanto. Lo veremos pronto. ¡Convertido en un padre fantástico y en un abogado aún más fantástico!!-dijo Yunho tratando de quitarle un poco de importancia al asunto.

-Claro!!! ¡Eso lo dices porque tú irás a verlo dentro de unos meses!!! ¡Eso no es justo!!!! Jaejae!!-de pronto las hermanas de jaejoong se tiraron sobre él, llorando cada cual más fuerte.

-Yah!!! Que no me voy al fin del mundo…-dijo el pelinegro tratando de librarse un poco de los abrazos de sus hermanas.

“Ultima llamada para los pasajeros con el viejo DL7859 con destino Washington. Embarquen por la puerta 6”

La voz de una mujer resonó por los altavoces del aeropuerto y jaejoong supo que ese era su vuelo, así que tomó su mochila que era su equipaje de mano y les dio un último abrazo a todos, alejándose de ellos con rapidez, para irse corriendo hacia la puerta de embarque, gritando “los llamaré cuando llegue”, “los quiero”.

La verdad era que no quería quedarse más tiempo con su familia porque estaba a un paso de renunciar a todo y quedarse con sus padres en Seúl.

Antes de darse cuenta, ya estaba sentado en su asiento con el cinturón colocado y una azafata a su lado, indicándole que si necesitaba cualquier cosa que no dudara en llamarla.

Jaejoong estaba notablemente nervioso y lo primero que hizo, tras sentarse en su asiento asignado, al lado de la ventanilla, fue quitarse la gorra de color negro que llevaba.

En aquel momento, sentado en aquel asiento, en aquel avión, con el corazón latiéndole a mil por hora, mientras luchaba contra su miedo a volar, en lo único que podía pensar era en Changmin, en cómo le habría gustado darle la noticia de que sería padre, en el amor que aún tenía por ese hombre.

-Basta jae…-se dijo a si mismo mientras luchaba con las ganas de llorar.

Antes de siquiera darse cuenta, ya estaban en el aire. Tras pasar unas cuantas turbulencias, comenzó su viaje de 14 horas y media.

Después de tomar unas cuantas fotos de la hermosa vista que le proporcionaba el vuelo, acabó durmiéndose la gran parte del vuelo.

Su sueño fue algo agradable y tan real que pensó en que el vuelto era un mal sueño y el sueño era su vida real.

 

SUEÑO

-Cariño vamos despierta. Ya es tarde… ¿no tenías un examen a primera hora de la tarde?  -la voz de Max sonaba tan dulce, tan llena de cariño que jae solo seguía durmiendo simplemente para escucharla un poco más- Jaejae…vamos arriba. Desde hace unos días te has vuelto muy perezoso y eso no es normal en ti. -se quejó Max mientras comenzaba a hacerle cosquillas al pelinegro, sonriendo al notar como su pareja hacía pucheros, luchando por no reír y abrir sus ojos. -Que te dijo el médico? -preguntó de pronto el mayor, recordando que esa mañana su amado había ido a una cita con el doctor del hospital de la universidad.

Jaejoong al escuchar aquella pregunta, sintió como su corazón daba un vuelco de alegría y pánico entrelazados. Al instante abrió los ojos y se sentó con cuidado en mitad de la cama, mirando con una expresión indescifrable para Max.

Changmin al ver aquello sintió que algo no iba bien, que algo estaba ocultándole su pareja y no sabía que podía ser.

-Amor? -la voz de changmin sonó algo titubeante y desesperada por saber lo que ocurría.

-Minnie…bueno el medico…me dijo que…-jae no era capaz de decir 4 palabras seguidas sin tartamudear o titubear, sabía que aquello sacaba de quicio a Changmin en muchas ocasiones, pero aún no sabía cómo decirle la verdad. Tomó aire y llenó sus pulmones, ¡cerró con fuerza sus ojos y simplemente soltó la noticia como una bomba-Me ha dicho que estoy embarazado!!-lo único que se escuchó en la habitación después de aquellas palabras fue el sonido del reloj de pared que seguía su andar sin cesar.

Max se quedó en shock y jae no sabía que decir o hacer. El pelinegro aún mantenía sus ojos muy cerrados, provocando que su rostro tuviese una mueca un tanto tierna.

En su interior estaba rezando para que su pareja no reaccionara mal, pero al sentir unos cálidos brazos rodearle y apretarlo contra un muro cálido sintió un fuerte alivio. Al instante el menor abrazó a su pareja con cariño y algo de fuerza, estrechando su torso entre sus brazos, escondiendo su rostro en el cuello ajeno, respirando algo agitado.

Max por su lado aún estaba en shock. Aquella noticia lo dejó descolocado, pero al ver la tierna expresión de su pareja y el leve temblor por su nerviosismo, se dio cuenta que aquello no era una broma, al contrario, había sido la mejor noticia que le habían dado nunca.

Su primera reacción fue instintiva. Ese instinto de protección afloró y al instante lo abrazó, deseando protegerlo de todo y de todos. Tanto a su Jaejae, como lo solía llamar, como a ese pequeño ser que crecía en el vientre de su pareja.

-Mi vida…es…es…-por primera vez en años Changmin no encontraba las palabras adecuadas para expresarse. Se sentía perdido y la felicidad lo envolvió todo, haciendo que todo a su alrededor brillara y se volviera color de rosa. - Amor. ¡Vamos a ser padres!!-fue la frase más coherente que pasó por su cabeza en aquel momento, haciendo que un jaejoong lleno de nervios y con los ojos llenos de lágrimas riera y asintiera aún aplastado en mitad de su abrazo.

-Vas a ser appa, changmin…-susurró el pelinegro escondiendo mejor su rostro, apoyando su frente en el cuello ajeno-Changmin…vamos a tener un bebé…-murmuró nuevamente jae, sintiendo que sus lágrimas se volvían muy reales y la opresión en su pecho crecía.

FIN SUEÑO

-Changmin…seremos…-al abrir los ojos se dio cuenta realmente de donde estaba. Notó como el señor que tenía al lado lo miraba algo extraño y la cruda realidad le golpeó de lleno, entendiendo que aquella felicidad solo había sido producto de su imaginación.

Instintivamente bajó sus manos y acariciaron su vientre ligeramente abultado, mientras lloraba en silencio y sus negros ojos se dirigían hacia la ventana.

“-Seremos padres Changmin…ese sueño que siempre deseamos…al final se volvió realidad y ese pequeño milagro está aquí conmigo…pero no podremos ser felices juntos como planeamos…perdóname”-ese pensamiento del pelinegro se perdió entre las lágrimas que no paraban de bajar por sus pálidas mejillas.

Tras unos minutos, después de varios intentos por tranquilizarse, finalmente lo logró. Se removió un poco en su asiento y trató de estirarse, pero, aunque deseara levantarse y caminar un poco, no podía. Al lado tenía aquel señor que desde que se despertó no le quitaba la mirada de encima y al lado de este, había una señora que dormía, dando un hermoso concierto de ronquidos, que hicieron reír un poco a jae, olvidando sus penas.

Sabía que aquellos vuelos tan largos, les permitía a sus pasajeros utilizar el portátil y conectarse a la red del avión, así que decidió echar un vistazo a sus redes sociales.

Tras entrar a su Facebook revisó algunas cosas que sus amigos habían colocado en sus muros, pero le extrañó leer un mensaje de changmin en el muro de yoochun.

 

He escuchado que jaejoong se ha ido. ¿Donde? ¿Cuándo? ¿Porque nadie me lo ha dicho? ¿Podemos hablar esta tarde?”

No había respuesta a la serie de preguntas de changmin.

-Lo mejor será que cierre esto. -murmuró el pelinegro y cerró su cuenta en aquella plataforma, al menos temporalmente. -Porque no puedo cerrarla definitivamente? ¿Porque me duele pensar que perderé todo?  -se preguntó a si mismo, soltando un leve suspiro, mientras apagaba el portátil y lo guardaba, sin muchos ánimos de tenerlo encendido. El sueño que había tenido hacia nada más unos minutos atrás, las preguntas de Max hacia yoochun, todo eso en conjunto le hacía tener esperanzas que no debía dejar que crecieran-Max termino conmigo y nada nos un….-se quedó callado un momento, sonriendo levemente mientras su diestra volvía a dejar caricias sobre su vientre-cierto mi pequeño angelito…tú eres algo que me une a tu appa para el resto de mi vida…-susurró-mi pequeño ángel sin alas…no sabes lo mucho que te amo y lo mucho que lucharé para que tu bella sonrisa nunca desaparezca-dijo con sinceridad respirando profundo tratando de calmar su respiración que volvía a agitarse.

 

El resto del viaje fue tranquilo, aunque una y otra vez su mente viajaba a bellos momentos que había vivido con su amado, las noches de pasión, el día que habían hecho una alocada mudanza para vivir solos…. Recuerdos que no se podían borrar porque estaban grabados a fuego en su alma.

 

 

 

Dos meses después

 

El tiempo había pasado extremadamente rápido para el gusto de jaejoong.

A esas alturas ya estaba inscrito en la nueva universidad, instalado en su nueva casa y con todo en regla.

Había hecho su primera visita a un médico especializado en embarazos masculinos y tenía la primera ecografía de su bebé.

“-Jaejoong-si debería dejar de usar esas ropas tan sueltas. Se ve hermoso en estado-esas fueron las palabras de la tía de yoochun una tarde mientras tomaban el té y jae ordenaba la ropita de su pequeño bebé, la cual había comprado en la mañana.”

A partir de ese consejo, el pelinegro había dejado de usar la ropa 4 tallas más grandes y comenzó a utilizar su ropa, solo una talla más.

su cuerpo había cambiado bastante, ahora ya no se veía tan delgado y su abdomen estaba notoriamente más abultado, los ojos de jae brillaban cada vez que se veía al espejo y como Max había dicho meses atrás, el pelinegro tenía un brillo diferente y especial que atraía cientos de miradas.

Todo a su alrededor eran risas. Sus nuevos amigos, la gran mayoría americanos, lo trataban bien y le hacían sentir querido. Al igual que la tía de Yoochun, le hacía sentir como si su padre estuviese a su lado.

Pero toda esa felicidad desaparecía cuando se quedaba solo. Comenzaba a sentir ansiedad y el miedo a todo lo desconocido lo estaba enloqueciendo.

Así fue como una noche de tormenta de finales de julio jae no podía dormir. Sentía un enorme agobio recorrerle e impedir que pudiese respirar. Aquella tarde había vuelto a revisar sus cuentas, encontrando mensajes de Changmin pidiéndole explicaciones, pidiéndole que dejara de ser un crio y que le dijese donde estaba. A parte de una amenaza que lo buscaría y jaejoong sabía que Changmin era capaz de eso y más, pero el miedo más atroz que tenía era que su expareja le quitara al bebé.

Tras muchas vueltas en la cama y sin poder realmente conciliar el sueño, el pelinegro salió al pequeño porche de su ahora casa, dejando que la lluvia lo mojara, mientras poco a poco salía al pequeño jardín.

-odio tener miedo...-se dijo a si mismo, mientras trataba de encontrar nuevamente la fortaleza que necesitaba en aquel momento.

Estaba tan perdido en su propia oscuridad que al sentir un leve movimiento bajo su piel hizo que se asustara primero, pero después se dio cuenta de la realidad.

Su pequeño angelito sin alas estaba dándole la única razón por la que no podía rendirse, él.

La emoción pudo más que el miedo y el amor más que la ansiedad, haciendo que aquel chico de apenas 22 años reaccionara y al instante llevara sus manos a su vientre, susurrándole un “perdóname mi vida. Te amo” a su pequeño bebé que volvía a patear, haciendo que su pequeña manita abultara la piel bajo la palma de la mano izquierda de jaejoong.

-Perdóname mi niño…soy una persona bastante inestable, tendrás que aguantarme un poco. Porque lloro por todo y me deprimo por todo también. Perdóname-se disculpó con su pequeño, mientras volvía a entrar en casa con rapidez, buscando ropa seca y algo dulce para comer ya que fue un antojo momentáneo, mientras hablaba con su pequeño y el bebé seguía pateando. 

Notas finales:

gracias por su apoyo. 


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