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Opherion: El Torneo por Mg Ca

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Aulert hizo que los chicos entrenaran hasta tarde, habían pasado por lo menos 4 horas desde que habían comenzado a jugar y ellos seguían sin saber jugar decentemente. Una pantalla emergente surgió desde una de las esquinas.

“Creo que ha sido suficiente por hoy.”

“¿Qué? Ni siquiera pueden usar correctamente las habilidades, no digamos de las estrategias.”

“Mientras más los presionemos obtendremos peores resultados, además, sólo es el primer día, no es como si fuéramos a competir mañana.”

Aulert no quería detenerse, esos dos tenían muchas cosas que aprender aún pero también sabía que Steven tenía razón.

—Terminamos por hoy.

Los dos chicos dieron un sonoro suspiró, Steven por su parte estaba complacido ya que su amigo no acostumbraba escuchar a otras personas.

—No canten victoria aún, mañana volveremos a entrenar.

Aulert escuchó sus quejas a través de sus auriculares aunque por supuesto no era que le importan mucho. Tan pronto como acabó de decir eso se desconectó, llevaba horas jugando y si bien ya estaba acostumbrado era necesario que comiera algo. Se levantó y ordenó comida a domicilio, no era que le disgustara cocinar sino que no sabía hacerlo, era demasiado torpe como para no hacerse daño en el intento además de que no le gustaba tener heridas en las manos, era incómodo cuando estaba jugando ya que la mayoría de las veces sentía un ligero escozor en las mismas.

La pantalla de su celular se iluminó indicando que tenía un nuevo mensaje. Sostuvo su celular entre sus manos con la intención de leer el mensaje pero tan pronto como vio el destinatario borró el mensaje aún sin leerlo, si había algo que odiara era que lo contactaran o que al menos lo intentarán cuando estaba enojado con esa persona, cerró los puños enojado mientras cerraba los ojos e intentaba tranquilizarse, respiró profundamente y después soltó el aire poco a poco, eso a veces ayudaba.

Buscó su cartera contó el dinero que le tenía que entregar al repartidor además de su propina, no le gustaba hacer esperar a las personas y mucho menos que lo hicieran esperar aunque por supuesto no siempre se podía evitar.
 


 
Elyx se había sentido un tanto molesto después de que Aulert se había ido sin siquiera dirigirle una segunda mirada y, al mismo tiempo, lo emocionaba ese hecho hasta cierto punto, ciertamente no se había equivocado al pensar que ese chico sería muy divertido. Tomó su celular y marcó un número que parecía saberse de memoria, tan pronto como escucho el tono de llamada interrumpirse comenzó a hablar.

—Hey, necesito que investigues a alguien.

—¿Otro de tus malditos pasatiempos? Estoy cansado ¿sabes? No solo me terminaste cruelmente sino que también me restriegas en la cara tus nuevas aventuras ¿Cómo se supone que debo tomarlo?

Elyx escuchó molesto, mientras más seguía hablando más se enojaba, cuando llegó su turno de hablar lo hizo con la mayor frialdad de la que era capaz.

—Bueno, tampoco es como si fueras el único que pudiera darme esa información, sino quieres hacerlo está bien, no es como si fueras especial.

Terminó la llamada sin esperar una respuesta y a continuación llamó a su representante.

—¿Sabes de alguien que pueda conseguirme información?

—¿Un detective privado? Sí, tengo algunos números pero ¿Para qué lo quieres?

—Hay alguien que me interesa.

—Ya veo, bueno, mientras no causes problemas está bien, te enviaré la información de contacto en un rato.

—Gracias, estaré esperando.

Terminó la llamada, colocó su celular en una mesita cerca del sofá y salió al balcón, sacó un cigarrillo y lo encendió. Pronto sabría más de ese chico, había herido su ego y le había interesado en partes iguales. El sonido de llamada proveniente de su celular lo hizo salir un rato de sus pensamientos, miró su celular un momento mientras la pantalla se apagaba y volvía a encenderse después de unos momentos. Suspiró y lo tomó.

—¿Qué?

—Lo haré.

—Una lástima, ya contacté a alguien más.

Terminó la llamada y volvió a tomar el cigarrillo entre sus labios mientras revisaba la información de contacto que su representante le había mandado, sonrió mientras pulsaba la pantalla del teléfono y se lo llevaba al oído.

—¿Si?

—Detective Ivanovic, necesito sus servicios para investigar a cierta persona.
Escuchó atentamente los términos del detective mientras su cigarrillo se consumía entre sus dedos.
 
 
 
Aulert despertó, sorprendido de hacerlo a tiempo para asistir a clases, generalmente despertaba después de la hora y llegaba una o dos horas después de lo que se debía o bien lo hacía a tiempo pero iba a la enfermería a dormir hasta la hora del almuerzo. Se levantó con pereza y comenzó a prepararse para salir.

Al llegar a la escuela pudo ver ser nuevo todo ese alboroto en la entrada, no le dio importancia y siguió caminando aunque no llegó muy lejos antes de que Elyx lo detuviera. Aulert volteó lentamente para ver quien lo había detenido, encontrándose de nuevo con ese rostro hermoso y esos ojos dorados que parecían abrazarlo. Levantó una ceja de manera involuntaria, preguntándose por qué lo habría detenido.

—¿Puedo ayudarte en algo?

Aulert intentó poner un tono neutral a su voz, este chico tenía el uniforme masculino de la escuela igual que él y no sólo eso sino que al parecer quería hablar de algo con él ¿Qué sería?

—Si tienes tiempo me gustaría hablar algo contigo cuando las clases terminen.
Aulert sonrió burlonamente.

—¿Piensas confesarte o algo?

—Bueno, supongo que podrías decir que sí.

Aulert borró la sonrisa de su rostro para mirarlo seriamente mientras giraba su cuerpo completamente sin quitar la mano de Elyx de su muñeca.

—¿Es en serio?

—Muy en serio, aunque sólo lo sabrás todo si aceptas reunirte conmigo después.

—Dame tu celular.

Aulert extendió la mano derecha, esperando que Elyx le diera su celular, Elyx por su parte buscó en el bolsillo delantero del uniforme para dárselo.

—Vaya, no tienes una contraseña ¿Por qué?

Aulert desvió su atención del celular para mirarlo.

—Porque simplemente no dejó que nadie toque mis cosas, es molesto.

—Bueno, en ese caso ya somos dos.

Volvió a dirigir su atención al dispositivo y comenzó a teclear su número.

—Ten.

Elyx revisó curioso encontrándose con un nuevo contacto que curiosamente tenía como nombre “Tu novio”, comenzó a reírse ante tan ocurrente nombre.

—¿Por qué ese nombre?

Aulert se encogió de hombros para después soltarse del agarre de Elyx y comenzar a caminar hacia su clase.

—No me gustan mucho las llamadas así que mejor envía mensajes.

Elyx lo miró desaparecer dentro del edificio mientras sonreía, las chicas que lo acompañaban se veían molestas por la falta de atención, aunque no llegaron a escuchar nada de la conversación que los dos habían tenido.


 
Aulert entró a su clase, se sentó en su lugar y comenzó a prepararse para la primera clase, no había muchos de sus compañeros aún pero irían llegando conforme pasaran los minutos. Chris llegó antes que Steven algo que sorprendió a Aulert, aunque no lo demostró.

—¿Por qué tan temprano Chris?

Chris lo miró durante unos segundos, acto seguido pasó los dedos sobre sus ojos para volver a verlo una vez más.

—Eso es lo que yo debería preguntar ¿te sientes mal o algo?

Aulert rodó los ojos.

—Es obvio que no, de ser así ni siquiera me hubiera levantado de la cama.

—Bueno, eso es cierto. ¿Entonces por qué estás aquí tan temprano?

—Simplemente desperté antes y es aburrido estar en mi casa sin hacer nada. Antes de que preguntes, no me quedé a jugar porque si siquiera encendía la consola no habría venido a la escuela hoy.

—Ya veo. ¡Ah, es cierto!

—¿Qué pasa?

Aulert levantó una ceja mientras Chris se sentaba en el asiento que estaba al lado del suyo.

—Mi “entrenamiento” con Niel fue de lo peor, ese imbécil tiene una boca muy grande.

—Lo sé, no entiendo eso del “entrenamiento” mientras estés conmigo en el juego no hay problema, nos entendemos.

—Eso mismo le dije pero él dijo que durante el torneo el servidor podría escoger otro papel para mi, así que de nada serviría estar juntos si eso pasaba.

—Bueno, en eso tiene razón, de igual manera ahora mismo no podemos perder el tiempo intentando que cambie de opinión. Sólo soportarlo hasta el torneo.

Chris se cruzó de brazos enojado mientras esperaba a Steven para que pudiera quejarse a gusto. Mientras tanto, Aulert sacó su celular para entretenerse un rato mientras empezaba la clase, fue en ese momento cuando recordó el número de ese chico.

“Cierto, aún no sé su nombre"

Con paciencia comenzó a escribirle un mensaje:

“Oye, olvidé preguntar tu nombre”

Pulsó enviar y esperó, sorprendiéndose gratamente cuando en seguida apareció la marca de visto y a continuación escribiendo.

 

“Elyx Heldring. Novio mío.”

 

Aulert soltó una pequeña risa.

“Aulert Astel. Por cierto, se me acaba de ocurrir pero cuando nos veamos después de la escuela necesito que me prestes tu celular unos momentos.”

“¡Okay!”

Aulert frunció el ceño ¿No había dicho que no le gustaba que tocaran sus pertenencias?
“Pensé que no te gustaba que tocaran tu celular"

De nuevo la respuesta fue inmediata.

“Lo odio. Pero tu mismo te has puesto el título de mi novio, si es mi novio no tengo ningún problema en que toque todo lo que quiera.”

Aulert casi podía sentir la sonrisa que seguramente estaría plasmada en el rostro de Elyx. Otra cosa que le gustaba es que no parecía utilizar las caritas que tanto usaban las demás personas, lo cierto es que lo sacaban de quicio.

“Bueno, supongo que debo sentirme halagado por tal confianza. Y ya que eres mi novio supongo que no te molestará pagar mi almuerzo hoy, de hecho podríamos adelantar tu confesión a la hora del almuerzo para hacer oficial nuestro compromiso.”

Al terminar de escribir soltó una sonora carcajada que causó que sus amigos voltearan a verlo.

—¿Qué es tan divertido?

Aulert volteó a ver a Steven mientras este intentaba ver lo que fuera que estuviera viendo en su celular para causarle tanta gracia, al notar esto Aulert apartó el celular fuera de su vista.

—Vaya, no había notado que ya estabas aquí.

—Bueno, quería saludarte pero este imbécil empezó a contarme cosas sobre que mal la había pasado y que eso era esclavismo y cosas así.

Steven señaló a Chris a su espalda y este último lo miro acusadoramente.
—Pensé que éramos amigos.

Steven giró la cabeza para verlo mientras abría la boca para contestar aunque no llegó a hacerlo.

—Por supuesto que somos amigos Chris, aunque estoy seguro que aquí Steven quiere algo un poco más… profundo contigo.

Chris miró a Steven entusiasmado y a su vez Steven miró a Aulert con reproche.

—Y ya que Steven quiere tanto profundizar su relación… ¿Por qué no almuerzan juntos? Yo veré a mi novio así que no se preocupen por mi.

Steven abrió los ojos como platos mientras Chris balbuceaba algo sobre estrechar lazos.

—¿Novio?

Chris se calló abruptamente cuando Steven habló, dándose cuenta hasta ese momento de lo que había dicho Aulert.

—¡¿QUÉ?!

Chris se levantó de su asiento bruscamente sólo para ser devuelto a el por el profesor que en ese momento acababa de entrar en el aula.

—Nos contarás todo después.

 

—No lo creo, ya les había dicho que pasaré el almuerzo con mi novio, si después tenemos una clase libre les contaré.

Steven no del todo convencido asintió y se sentó en el asiento que quedaba frente a Aulert. Cuando este último iba a guardar su celular notó el mensaje nuevo de Elyx.

“Me parece una idea fantástica ¿Cuál lugar te parece mejor para declararme? No me importaría hacerlo en el comedor frente a todos.”

Aulert levantó una ceja mientras se mordía el labio, conteniendo mal las expectativas.

“El comedor me parece un buen lugar, veamos si eres capaz de hacer lo que dices.”

Aulert guardó su celular mientras una sensación de impaciencia lo invadía, no podía esperar a la hora del almuerzo.
 


—Aulert.

Steven lo llamó mientras guardaba sus cosas para poder ir a almorzar, o en su caso desayunar.

—¿Qué pasa? ¿Es sobre mi novio?

—No sé quién sea tu novio pero ¿recuerdas que estábamos hablando ayer sobre ese modelo famoso que se transfirió a nuestra escuela?

Aulert asintió.

—Bueno, tenía curiosidad así que investigué un poco, es bisexual y es estúpidamente rico, no sé por qué se inscribió a nuestra escuela si puede ir a una en el extranjero pero bueno, su padre es el dueño de la compañía que compro a la compañía a la que pertenece Opherion. Al parecer es experto en comprar compañías que están por quebrar y de repente hacerlas un gran éxito, supongo es algo muy bien remunerado.

Aulert levantó una ceja incrédulo (bueno, eso explicaba por qué siempre estaba rodeado no sólo de chicas). ¿El heredero de una gran compañía decía que se le iba a declarar? Por supuesto, el no creía que realmente lo fuera a hacer pero entonces ¿Qué quería con él? Abrió la boca para hablar cuando Chris repentinamente tomó el brazo de Steven para llevarlo a tomar el almuerzo.

—¡Vamos a profundizar nuestra relación Steven!

Probablemente ese idiota no sabía de lo que estaba hablando, lo que hizo que Aulert soltara un leve risa.

—Los veo después, buena suerte Steven.

Steven lo miró preocupado mientras era arrastrado fuera del aula.


 
Mientras más se acercaba al comedor podía notar más gente alrededor, siempre era así, después de todo no muchos estudiantes traían su almuerzo, el único cambio era que al entrar las personas no se aglutinaban en una fila para poder tomar su comida sino que lo hacían alrededor de una mesa justo en el centro y era claro quien estaba en esa mesa.

Aulert, sin perder tiempo se dirigió a esa mesa, le había dicho a Elyx que le comprara el almuerzo así que él ya debería de tenerlo, tampoco pasaba nada si no lo tenía, simplemente compraría uno él mismo, aprovechando que no había nadie haciendo fila gracias a Elyx. Empezó a moverse entre las personas que estaban rodeando la mesa.

—¡¿Eh?!

—Sí, hoy planeo confesarme.

—¿A quién?

—Ya lo verán, no debería de tardar mucho en llegar.

Justo en ese momento Aulert movió a la última persona que se interponía entre él y Elyx.

—Estoy aquí.

Elyx desvió la mirada de la chica que tenía a un lado para clavarla en Aulert, la chica en cuestión era rubia, tenía los ojos azules y grandes pechos, aunque era evidente que no poseía algún tipo de inteligencia remarcable y sobre todo tenía una mano sobre el hombro de Elyx, Aulert desvió su mirada de los Elyx para mirar a la chica, después su mano en el hombro de Elyx, frunciendo el ceño cuando vio esto último.

—¿Cómo debería tomarme esto, Elyx? Soy una persona muy celosa ¿sabes?

Oh, claro que lo era, aunque esta vez realmente no tenía celos, después de todo casi no conocía a ese extraño, lo único que sabía de él era lo que Steven le había dicho y su nombre, que él mismo le había dado. Elyx sonrió.

—No hay nada de que preocuparse — apartó rápidamente la mano de la chica, con evidente asco reflejado en su rostro y cabe decir que incluso usó su pañuelo bordado con sus iniciales para no tener que tocar a la chica en cuestión— ¿mejor?

Durante este acontecimiento Elyx ni siquiera se dignó a ver a la chica como antes lo había hecho sino que tuvo todo el tiempo su mirada en Aulert. Aulert a su vez estaba gratamente sorprendido, por supuesto todo esa demostración podría ser simplemente una farsa pero eso no quitaba que una ligera sensación de saciedad se instalara en él, siempre había soñado con una persona que no sólo no tuviera problemas con recibir órdenes y ejecutarlas sino con alguien que además lo disfrutará y al parecer este era el caso de Elyx, al menos de momento. Aulert siempre desconfiaba y gracias a ese mal hábito se había evitado muchas experiencias desagradables.

—Eso podría decirse.

Elyx soltó una pequeña risa mientras empujaba una charola con comida hacia él. Aulert levantó una ceja, eso era demasiado.

—Has comprado demasiado ¿Cómo se supone que voy a comer todo esto?

En la charola había de todo, desde una ensalada hasta una rebanada de pastel que no era nada pequeña, pasando por una hamburguesa, papas a la francesa e incluso helado. Elyx sonrió ampliamente mientras con un gesto lo invitaba a sentarse.

—No sabía que podría gustarte, nunca me dijiste que querías comer así que compré un poco de todo, come.

—Bueno, está bien, tienes razón, fue mi culpa por no especificar lo que quería. — Aulert puso dos dedos en su frente y suspiró, no podría acabárselo pero aún quedaba algo divertido por hacer— Lo que me recuerda, habías hablado de una confesión.

Aulert despegó sus dedos de su frente para mostrar una amplia sonrisa de victoria, incluso si no se confesaba su punto quedaría comprobado, Elyx mentía. Realmente a Aulert no podría importarle menos estar en una relación, ya lo había estado antes después de todo, tanto con hombres como con mujeres y por supuesto no era virgen pero tampoco era un ninfómano, lo único que realmente le importaba eran los juegos y ahora mismo este era uno muy divertido, cierto era que a veces Aulert se inventaba juegos él mismo en donde incluso si no eras consiente de ello podrías participar, tales juegos eran como este, descubrir por qué tal persona miente, lo que esconden o bien simplemente descubrir sus secretos, todo esto y más era lo que mantenía a Aulert ocupado, los videojuegos eran geniales sí y podían entretenernos un tiempo pero no siempre, llegaba un momento en el que no eran tan divertidos y entonces a él le gustaba jugar con las personas, ver cuanto tardaban en quebrarse, le gustaba humillar a sus rivales, tanto en los videojuegos como en la vida real sin embargo le hacía hervir la sangre cuando alguien lo humillaba, quería ordenar pero no quería que le ordenaran, quería poseer pero no que lo poseyeran pero sobretodo quería jugar.

—Es cierto.—Elyx le devolvió la sonrisa, después se puso de pie y rodeó la mesa para estar frente a Aulert, acto seguido se arrodilló— Me he enamorado de ti desde el primer segundo en que te vi, se mi novio, por favor.

La sonrisa de Aulert se congeló, no lo creía capaz, sin embargo aquí estaba, arrodillado frente a él confesando su “amor” y no sólo eso sino que le pedía ser su novio.

—Normalmente tendrías que pedirle a mi padre permiso para salir conmigo.

—Oh, eso ya está arreglado.

Aulert abrió ampliamente los ojos, ¿arreglado? Elyx sonrió.

—Sí, aunque no es lo mejor, hable por teléfono con él hace media hora, me dio su aprobación.

—Ya veo, entonces acepto.

Si lo había sorprendido decidió no mostrarlo, tendría que llamar a su padre más tarde para comprobarlo. Elyx sonrió aún más y se levantó para después tomar a Aulert por la cintura, pasar una mano detrás de su nuca y besarlo profundamente, Aulert se sorprendió al principio pero decidió seguirle la corriente así que le devolvió el beso metiendo su lengua dentro de la boca de Elyx, él aceptó encantado e incluso rodeó su lengua con la propia y la succionó, Aulert se estremeció y esperó a que Elyx terminara el beso. Este era un juego que no le estaba gustando para nada, sentía que estaba perdiendo y eso lo enfurecía.
 


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