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Requiem por Pandora09

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MUERTE Y VIDA

 

Despertó por la vibración de su celular bajo la cabeza, no sabía qué hora era ni cuánto tiempo había estado durmiendo, pero la cabeza se le sacudía y le palpitaban las sienes.

Dejó el celular en el velador y se dirigió al baño. Desde el espejo, sus ojos se veían hinchados y rojos. No recordaba haber llorado mucho después del funeral, pero sí recordaba haber dormido todo el día y toda la noche. Había terminado emocionalmente exhausto.

Al salir, se encontró con su madre que lo iba a buscar para tomar desayuno. La siguió hasta la cocina y se sentó a su lado.

- ¿Cómo estuvo el funeral? –su madre no pudo ir debido al trabajo, pero se aseguró de dejarle dinero para las flores y un mensaje para la señora Bang, ambas habían sido buenas amigas en el pasado y el cariño debía seguir presente.

Bonito –quiso decir, siempre encontró algo fascinante en los funerales, no sabía si era la libertad con que todos podían sentirse tristes o la naturaleza del dolor, pero le gustaba estar entre tanta gente sufriendo.

- La prima de YongNam cantó una canción y la señora Bang se desmayó y fue horrible la forma en que la gente comenzó a llorar después de eso –se encogió de hombros y su madre negó con la cabeza.

- No es para menos, no puedo imaginar lo que es perder a un hijo de esa manera –vio sus ojos humedecerse, probablemente estaba recordando el pasado.

- Lo bueno, dentro de todo, es que no fue ninguno de nosotros –sabía que era un pensamiento egoísta, pero no podía pensar en algo menos egoísta que YongNam tomando su propia vida.

- Cariño –su madre le acarició le mejilla luego de darle el último sorbo a su té-, te amo, ¿lo sabes?

JunHong se levantó y rodeó la mesa para abrazarla cómodamente. La mujer se recargó en él y permanecieron así largos segundos.

- También te amo, mamá.

No era muy común para ellos hablar de sus sentimientos, pero ambos se habían sensibilizado con lo que estaba viviendo la familia Bang. Y JunHong tampoco podía imaginarse estar en el lugar de los hermanos Bang, no podía siguiera imaginar perdiendo a JunSeo de esa manera.

Si algo aprendió en el funeral de Bang YongNam, fue que debía vivir cada día como si fuera el último. Y disfrutar a su familia mientras estos permanecieran a su lado.

- ¿Irás a clases hoy? –su madre se soltó del abrazo y se alejó secándose las lágrimas.

JunHong se aclaró la garganta y asintió.

- Sí, creo que me hará bien despejarme un poco.

No tenía muchas ganas de ir a la universidad, tampoco era que ahí fuera a tener mucha interacción con otras personas, pero sí podría dejar de sentirse como un alma en pena.

Volvió a su habitación y tomó su celular para enviarle un mensaje a JunSeo, ignorando los que no había leído de KiBum. Su hermano le respondió rápidamente y siguió conversando con él mientras terminaba de arreglarse para salir.

 

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- Entonces, ¿fuiste al funeral?

De lo único que se hablaba en el lugar era de la muerte de Bang YongNam, JunHong no escuchaba otra cosa.

Suspiró y lanzó una mirada hastiada a su mejor amigo, asintiendo.

- No podía no ir, JunSeo hyung me habría matado.

Moon JongUp enarcó una ceja y sonrió con sarcasmo.

- ¿Y él no vino? Pensé que estaría bailando sobre la tumba de YongNam.

JunHong negó con la cabeza y se concentró en su cuaderno, copiando los apuntes de JongUp del día anterior.

- Debe estar celebrando, ¿no?

Probablemente todos quienes conocieran la historia del gemelo mayor y su hermano, estaban pensando lo mismo, creyendo que JunSeo le guardaba un rencor u odio eterno a YongNam. Pero él conocía la verdad, sabía que JunSeo estaba llorando la muerte de YongNam al otro lado del pacífico.

- Quizás.

- ¡Zelo! –soltó un suspiro cuando KiBum se acercó y se sentó metiéndose entre sus cuerpos para abrazarlo por la espalda-. ¿Por qué no has respondido mis mensajes?

- Nos vemos, Zelo –JongUp guardó sus cosas y tomó los libros que debía devolver a los estantes antes de alejarse sin mirar a nadie en particular.

Así como JunHong se relacionaba indirectamente con la familia Bang, JongUp se relacionaba con los Kim, aunque su amigo no se sentía tan cómodo con eso.

- Estaba ocupado.

- ¿Con qué, acaso fuiste al funeral del suicida?

La noticia de la muerte de Bang YongNam era de dominio público, después de todo, los gemelos habían sido los líderes de una conocida pandilla. Las cosas no acabaron del todo bien para todos, así que los recuerdos pasados seguían hiriendo a algunos. Y Zelo comenzaba a aprender que la gente no perdona.

No respondió, simplemente siguió copiando los apuntes de JongUp.

- ¿Por eso no respondiste mis mensajes?

- Estuve durmiendo todo el día –no era una completa mentira, pero tampoco quería decirle que lo había ignorado porque él lo había hecho primero.

- ¿Qué harás esta noche? Mi primo hará una fiesta –JunHong enarcó una ceja, molesto-, para conmemorar a YongNam, así que será algo tranquilo.

- No lo creo, aún estoy cansado –cerró el cuaderno y guardó sus cosas, esperando a que KiBum captara la indirecta y decidiera marcharse.

- Oye –KiBum lo detuvo tomándolo de la muñeca cuando quiso alejarse-, no puedes llorar eternamente a tu ex cuñado –dijo remarcando con sarcasmo la sílaba ex-, ese es trabajo de su familia –esta vez, saboreó la frase su familia.

- No es por eso, mi madre está un poco enferma y debo cuidarla –la verdad era que tenía la estúpida esperanza de que este le insistiera un poco o apareciera más tarde en su casa, rogándole. En cambio, KiBum jaló con más fuerza su mano y le plantó un beso violento en la boca. JunHong respondió sin muchas ganas.

- Nos vemos, cariño.

 

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Su madre le envió un mensaje a media tarde, avisándole que llegaría tarde debido a que tenía una cena con sus compañeros de trabajo. No se sorprendió mucho, su madre era una mujer muy sociable que siempre era consideraba en ese tipo de actividades. Pensaba que necesitaba distraerse un poco y olvidar de momento todo lo que había ocurrido con Bang YongNam.

Recalentó la comida que le había dejado en el horno y se acomodó frente al televisor a ver algún programa de variedades. Su celular vibró un par de veces pero lo ignoró creyendo que era KiBum. No era que le molestaran las llamadas de su novio, pero las cosas no estaban funcionando como él quería y KiBum no parecía muy decidido a mejorarlas. Esperaba que después de unos días ignorándolo, KiBum volviera solo a él.

Pero no era él quien llamaba, era JongUp.

- ¿Qué quieres? –preguntó con la boca llena y sin molestarse en saludar siquiera.

- ¿Qué es esa forma de responderle a tu mejor amigo?

JunHong soltó un suspiro y JongUp, una risa molesta.

- Hola, JongUppie hyung, ¿cómo estás? –fingió una voz infantil y volvió a llenarse la boca de comida.

- Bien, bien, bien. Bien como la mierda –muy pocas veces JongUp le había hablado de esa manera, como si estuviera roto, por lo que dejó la comida de lado y silenció la televisión para prestarle toda tu atención.

- ¿Qué pasó?

- Me llamó HimChan, él… Él discutió con YongGuk y, y quiere que nos veamos, ¡mierda! –escuchó unos golpes y el cierre de algo, la respiración agitada de su amigo le molestó, por lo que alejó el aparato de su oreja-. ¿Crees que sea buena idea?

- No lo sé –los pensó más seriamente luego de escuchar un resoplido al otro lado de la línea y fijó la mirada en las figuras deformes de la televisión, repentinamente recordaba la última vez que había visto televisión con JunSeo. Extrañaba a su hermano-. No lo creo. No es que no me agrade, pero ¿no habían terminado?

JongUp volvió a resoplar y JunHong resopló de vuelta.

- Terminamos por acuerdo mutuo, se supone que podemos ser amigos.

- ¿Se supone?

Aunque JongUp no podía verlo, enarcó una ceja. ¿Terminaron por acuerdo mutuo? Aún podía escuchar los patéticos lloriqueos de su amigo luego de que HimChan le dijera que no estaba seguro de hacia dónde iba su relación, como si las personas necesitaran saber el final de todo. HimChan le pidió una semana, luego un mes hasta que JongUp se cansó y “en conjunto” decidieron que no podían alargar una decisión que parecía demasiado evidente. HimChan no había querido luchar y JongUp se dio por vencido, en eso sí estuvieron de acuerdo.

- Hemos estado hablando este tiempo –JunHong lo había imaginado, pero no podía creer que su amigo fuera tan idiota como para seguir aferrándose a un caso perdido-. O sea, seguimos hablando después de todo. Somos amigos, o algo así.

- ¿O algo así? –había creído que HimChan lo volvía idiota, pero no podía imaginar que JongUp permitiera esa mierda de ser amigos con ventaja después de todo lo que había soportado-. ¿Por qué mierda me preguntas si es buena idea o no si ya son amigos con ventajas?

- Porque esta vez es diferente.

- ¿Diferente cómo? ¿Porque está triste o porque por fin comprendió lo valiosa que es la vida junto a ti? Eso es algo que debió comprender antes –le resultaba impresionante que fuera él quien veía todo lo que estaba mal de aquella situación y no el mismo JongUp.

- Porque él está buscando apoyo en mí, tal vez…

- Creo que es buena idea, tal vez esto de estar tan sensible hace que se aclare un poco –no quería ser cruel con su amigo, pero de alguna forma debía hacerlo ver lo que, obviamente, no estaba viendo-. Tal vez podría decirte si te quiere o no para algo más que un paño de lágrimas.

- Sabía que debía llamarte a ti, eres tan agradable.

Soltó un suspiro y, a regañadientes, le deseó suerte.

Moon JongUp y Kim HimChan habían sido la pareja perfecta de una película norteamericana. HimChan, al igual que todos los miembros de su pandilla, había sido rudo y rebelde. JongUp había sido el chico de familia bien constituida que lo había llevado por el camino del bien y le mostró otra dirección en la que llevar su vida.

Se vieron felices durante unos cuantos meses, JongUp era la envidia del instituto y HimChan había encontrado su causa, pero muy pronto se aburrió de la vida tranquila que le habían ofrecido y, más pronto de lo que todos esperaron, JongUp se unió al club de los miserables con corazones rotos por alguno de los tan famosos B.A.P.

No podía creer que alguien fuera tan imbécil como para enamorarse de uno de ellos. Los gemelos Bang habían sido los peores, después de pasar seis meses cada uno en la correccional, poco aprendieron sobre cuidar su libertad. Al menos habían dejado de traficar. HimChan no se quedaba atrás. El único que se había salvado había sido DaeHyun, solo porque dejó esa vida atrás luego de mudarse a Busan. Sleepy se había retirado después de ser padre, aunque seguía siendo el mentor de los nuevos reclutas. Y JunSeo, su hyung, había sido muy inteligente protegiéndolo de ese mundo, aunque no tuvo ese éxito consigo mismo.

No queriendo pensar en su hermano, que había sido siempre demasiado correcto como para evitarse ese sufrimiento, decidió que era hora de dormir. A pesar de ser día viernes, se sentía demasiado cansado como para hacer cualquier otra cosa.

Hacía frío, pero le gustaba sentir las corrientes heladas colarse hasta su cama y acunarlo, así que dejó abierta la ventana de su habitación antes de acostarse, viendo perfectamente el ondear del visillo blanco.

Cuando era pequeño y sufría de terrores nocturnos, JunSeo dormía con él y le contaba historias que lo ayudaban a dormir. A veces, cuando las temperaturas lo permitían, salían al patio a columpiarse en el neumático que su padre había amarrado al viejo olmo de su abuelo. Las cadenas –porque su padre creyó que un cordel cualquiera no soportaría su peso- crujían con el movimiento, por lo que su madre siempre acababa saliendo a buscarlos. Después de que JunSeo se fue a Canadá, Bang YongNam era la única persona que ocupaba ese columpio, cuando estaba demasiado triste o drogado.

El viento nunca había sido lo suficientemente fuerte como para mover el columpio, por lo que tintineo de las cadenas no le pareció natural.

Descalzo, se bajó de la cama y caminó en silencio hasta la ventana, solo para encontrarse a Bang YongNam temblando en la oscuridad.


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