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Youth [ HunHan ] por the evil queen

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Notas del capitulo:

Solo diré que publicar un fanfic desde el celular es estresante :'D 

¡Disfruten!

Esa mañana había bebido un total de tres tazas de café. Apenas notaba el pasar de las horas en su oficina, y para la hora del almuerzo tenía el estómago lleno de café destilado y un ligero olor a farmacéuticos a su alrededor, el cabello desordenado combinando con la corbata desecha colgando de su cuello. Era alguien desmejorado, desgastado hasta el punto de poder confundirlo con algún alcohólico sin que hubiese bebido gota alguna.

Durante el almuerzo Luhan solía quedarse a dormir en alguna parte de la oficina, tal vez algún colega le traería algo de comer, o alguna chica amable que estaba enamorada de él le traería unas donas y Luhan, como agradecimiento, o necesidad, la llevaría a un escondite para matar el tiempo libre que le quedase. Esa era una descripción perfecta de Luhan en sus días buenos. Pero desde hace cuatro meses Luhan caminaba tres cuadras hacía un pequeño restaurante tradicional en medio de dos enormes rascacielos.

Nunca haría esfuerzo alguno por moverse de su lugar de trabajo, ni siquiera por él mismo, pero Sehun tomaba el autobús y caminaba tres cuadras para llegar en hora. Sin mencionar sus escapes del instituto en la hora del almuerzo, casi cada día, sin falta, Sehun llegaba a esa mesa junto a la ventana y esperaba tan ansioso como el primer día. Al principio Luhan optó por dejar plantado a Sehun hasta hacerle desistir, pero la mirada de este cuando se sentaban juntos en el autobús volteó la conciencia —algo increíble— de Luhan logrando que moviese su trasero cada día.

—Llegaste antes — mencionó sentándose frente a Sehun.

El estudiante llevaba su uniforme azul marino, pulcro y planchado. Su flequillo negro casi rozaba sus ojos rasgados, lucía demasiado joven, también lo era, pero eso a Luhan le había dejado de importar hace tiempo.

—Siempre llego antes, incluso cuando yo estoy a kilómetros y tú a metros — le recordó con un tono de ironía que Luhan tomó a broma.

—Fue tu idea. No la mía — replicó apoyándose en el espaldar, mirando la calle a través de la vitrina.

Sehun torció los labios mirando a Luhan. Hace meses que salían y era evidente que Sehun seguía esperando algún tipo de cambio en Luhan, sabía que existía alguien mucho más hermoso detrás del serio y monótono Luhan de siempre, o quizá no había nada, pero Sehun estaba dispuesto a escavar en la mente de Luhan, sin miedo a tropezar o caer en un abismo.

—Tú nunca almorzabas, solo tenías sueño y luego te andabas desmayando por todos lados — recordó Sehun mirando el perfil de Luhan —. Mejoraste Lu. Aunque tu adicción a las pastillas de nicotina sea incurable.

El mayor arrugó la nariz en respuesta mientras la camarera les ponía un plato de fideos gruesos con salsa negra y espesa, jajangmyeon se llamaba, en frente. Luhan comió en silencio y dejó a Sehun hablar, preguntándole pequeñas cosas de rato en rato, mostrando un ligero interés en el joven.
La vida de Sehun no poseía algo interesante u atrayente. Solo era un joven corriente, lleno de típicos problemas juveniles, incluso Luhan tuvo que ayudarle con su tarea de matemáticas en repetidas ocasiones, o firmar las papeletas de Sehun para justificar sus faltas al instituto cuando a este le daba flojera ir a sus clases. En conclusión. No había nada en Sehun que lo hiciera especial para el mundo; Luhan pensó diferente el día en el que le abrió su mundo a Sehun.

—¿Cómo escapaste esta vez? — preguntó llevando los fideos envueltos en los palillos a su boca. Luhan no disfrutaba comer después de haber masticado nicotina prácticamente toda la mañana.

—Chanyeol — mencionó a su amigo a quien Luhan solo pudo conocer a través fotografías — y un par de amigos más.

—Buenas personas supongo — dijo mirando su plato. Aun había muchos fideos.

Luhan no quería decirlo en voz alta, pero estaba aburrido, solo masticar le desesperaba, y la camarera llevaba quince minutos mirando su mesa, sonriendo innecesariamente porque Luhan jamás le devolvería los coqueteos, menos frente a Sehun. Masticó los fideos sintiendo la salsa, acción que solo llevó a darle más náuseas. Su boca, ya desde las once de la mañana, tenía una mezcla de café puro y nicotina, que ahora se mezclaban con fideos y salsa; su estómago no aceptaba con gratitud esa mezcla. De un momento a otro empezó a parpadear lenta y pesadamente, sus labios estaban secos y rotos por el frío. Levantó su mirada del plato, observando a Sehun y en como este le sonreía al hablarle, provocando otro dolor en Luhan, algo que solo le dolía en pecho.

—Quiero que los conozcas Lu, especialmente a Chanyeol. Es un buen sujeto, me ayudó en—

—Sabes que eso no ocurrirá Sehun. Él pensará que soy tu primo lejano, — pronunció por lo bajo, mirando a la camarera — o el hermano mayor de una novia que deberías tener.

—¿Y tú y yo qué somos entonces? — masculló Sehun con las cejas fruncidas —. No debería ser algo raro, somos humanos Lu.

—Tú no entiendes — miró directo al menor — hablaremos de esto otro día. Debo regresar al trabajo.

Sehun notó el plato de Luhan cuando este se levantó y salió sin decir adiós. La comida apenas fue tocada, dejando a Sehun más preocupado por su novio.

La camarera, Sooyou, se acercó y se llevó el plato de Luhan después de verlo salir. Sonrió coqueta al joven en la mesa, le pasó la factura mirando las facciones del joven, quien seguramente sería mucho más apuesto en unos años.

—Tu hermano se fue sin comer nuevamente — comentó mientras Sehun terminaba de masticar —. Cuando tenga novia seguro esta le hará comer, no te preocupes por él.

Sehun frunció las cejas y miró a la camarera con menos simpatía de la que solía mostrarle.

—Él no es mi hermano — replicó levantándose de su asiento.

—¿No? ¿Entonces? — Sooyou sentía la rabia de Sehun, pero no le había dado la importancia suficiente, asumió que ambos pelearon un poco y por ello Sehun andaba de mal humor.

—No es tu problema.

Pagó la suma de siempre, y salió aún más enojado que Luhan.

Si dependiera de Sehun, le hubiera dicho a la camarera que su “hermano” era en realidad su novio, y lo diría con todo el orgullo que sentía. Solo lo mantenía en secreto porque Luhan no se lo había pedido, le había exigido explícitamente que si serían novios, sería un secreto. No solo la edad les era un impedimento, también el estatus social de ambos y sobre todo su homosexualidad. Luhan le había dicho que podría perder su trabajo, también ser enviado a la cárcel o quizás podrían quitarle su visa y enviarlo a China, por ello y por muchas otras razones que Luhan le planteó, Sehun guardaba silencio. Un silencio que empezaba a carcomer su cabeza.

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Después de saltar la verja para entrar a su instituto corrió por los pasillos entre los estudiantes, y entró a su aula sin problemas. Chanyeol le guardó un asiento, y también tenía sus libros y su chaqueta que llevaba el escudo la institución.

—Llegaste antes — le lanzó la chaqueta. Sehun la tomó y se la puso — ¿no crees que escaparte solo porque odias la comida de la cafetería es demasiado extremo?

—Tal vez me gusta vivir la vida como una película — comentó sentándose al lado del castaño.

—Si es una película ¿dónde está el drama?





A medianoche Sehun abrió la puerta de su habitación con cuidado, con su mochila colgando en sus hombros, bajó las escaleras, fue a su nevera y metió algunos bocadillos. Vivi, su adorada mascota, lo observaba sentado desde el sillón. Vivi era él único que sabía de las huidas nocturnas de su amo y solo podía juzgarlo severamente con la mirada, mientras Sehun salía por la puerta principal, dejando un pequeño bocadillo a Vivi como agradecimiento por su silencio.

—Volveré a la misma hora Vivi — susurró a su poodle, que solo le miró despectivo y procedió a devorar el chantaje.

Luhan vivía a 254 pasos de Sehun. Luhan decía que eran menos, pero Sehun se había encargado de contarlos. Tres cuadras hacia el este, dos hacia el norte y llegaba al condominio de su novio. Para ese clandestino recorrido casi siempre se colocaba un abrigo largo sobre su pijama y unas zapatillas blancas. Siempre apresurando el paso para poder pasar tiempo con Luhan.

Al entrar usó la llave que Luhan le dio en caso de que se durmiera y no pudiese abrirle, o eso decía Sehun, ya que Luhan nunca le había concedido su llave, sino que Sehun se la había robado hace unas semanas, sacándole una copia para usarla porque Luhan tenía la costumbre de dejarlo afuera casi la mitad del tiempo. Pero desde que obtuvo la copia, no volvió a quedarse en la calle.

—¿No tienes tarea o sueño? — preguntó Luhan sentado frente al portátil.

—¿Tú no tienes trabajo? — cuestionó el pelinegro sacándose su abrigo y abriendo su mochila.

—Ya casi acabo — respondió tallándose el ojo izquierdo a medida que bostezaba.

—Te traje sopa instantánea Lu. Lo dejaré en la alacena — dijo Sehun olisqueando el aroma a café que parecía haberse impregnado para siempre en las paredes de la sala.

—Como gustes — respondió tecleando rápidamente para acabar un análisis del mercado asiático.

Después de arrinconar un poco la sala, que había estado llena de envolturas y papeles, Sehun se echó en el sillón de tres piezas, tarareando y silbando de vez en cuando, después de unos minutos escuchó a Luhan guardar sus cosas. El mayor guardó y preparó sus cosas para la siguiente jornada y finalmente jaló la mano de Sehun para llevarlo a su habitación.
El menor se dejó hacer, como aprendió al principio de su relación, solo se dejaba llevar por las manos de Luhan hacía una cama desordenada y unas cortinas abiertas, que dejaban ver la ciudad y sus luces amarillas y blancas por la ventana. Sehun se echó tratando de acomodar las sabanas un poco, y Luhan se echó a su lado, abrazando su cintura y ocultando su rostro en el pecho del menor. Apoyó su mejilla derecha en el pectoral de Sehun, respirando, tranquilo y feliz. Unas de las pocas veces del día donde Luhan sonreía, incluso cuando fuera en medio de la oscuridad.

—Te gusta la noche — dijo Sehun, acariciando la espalda de Luhan —. No es una pregunta.

—En realidad la odio, pero — dijo envolviendo sus pies con los de Sehun — me gusta esta clase de oscuridad — susurró juguetón, como si la noche ayudara a que la diferencia de edad no se notara.

Quedaron conversando un poco más de lo usual, Sehun no tenía clases y Luhan no tenía trabajo hasta el mediodía y esa noche las palabras parecían fluir con más facilidad. Ninguno de los dos mencionó la pelea que tuvieron en el restaurante. Siempre dejaban que los conflictos y deferencias murieran por la falta de atención que les daban. Solo reían un poco, compartían un par de secretos. Cosas que Luhan jamás le revelaría a otro ser pensante, se las revelaba a Sehun; él siempre esperaba la respuesta del menor, intentaba adivinar sus respuestas, pero Sehun siempre lo sorprendía. Y esa noche no fue la excepción.

—Luhan, ¿te gustaría besarme? — preguntó después de meditarlo.

Sentía el cuerpo de Luhan tensarse entre sus brazos, y luego relajarse para acercarse a su rostro y besar sus labios. Sehun rio entre dientes cuando Luhan se alejó de su rostro.

—Solo me das besos inocentes Lu.

—Eres inocente Sehun, nunca te tocaría de esa manera.

—Ya lo hiciste, hace dos meses — dijo orgulloso, cruzando sus brazos debajo su cabeza, arqueando su ceja derecha con una sonrisa demasiado aprehensiva.

—Estaba ebrio y algo necesitado de mi novio — dijo sin ánimos de burlarse —. Se paciente Sehun, ahora me siento muy cansado. Tampoco tenemos condones.

—No los necesitamos — objetó Sehun; Luhan bufó.

—Cuando tengas otras relaciones sexuales, siempre debes usar condón Sehun.

—¿Otras relaciones? — el menor achicó los ojos, frunciendo las cejas sin entender lo que oía.

—No lo saques de contexto. Sabes a lo que me refiero. No vamos a estar juntos para siempre, entonces creo que no hago mal en aconsejarte.

—Suena como si no tuvieras fe en lo nuestro — puntualizó Sehun, carraspeando la garganta para disimular su sorpresa; el mayor no contestó —. Ten más fe Luhan.

El mayor no respondió y cerró los ojos, abrazando a su novio con más fuerza, ignorando nuevamente las grietas de su relación, así como Sehun lo hacía todos los días.

Notas finales:

Como habrán notado no es el gran plot de la vida. Este fic se centra más en las emociones y tormentos de los protagonistas y dejó de lado mucho de lo que estoy acostumbrada a escribir. Si lo disfrutaron o no pueden hacérmelo saber en la caja de comentarios~ 

Actualizaré el jueves por la mañana ¡Gracias por leer!


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