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Youth [ HunHan ] por the evil queen

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Notas del capitulo: ¡Disfruten!
—¿Debería invitarla a salir? — se preguntó Chanyeol mirando a una de sus compañeras caminar frente a él.

Sehun miró a la joven sin mucha atención.

—Baekhyun te pateará el culo cuando te vea saliendo con su hermana menor — mencionó riendo. Al escuchar la mención de satanás Chanyeol se volteó con miedo buscando a Byun Baekhyun —. Se graduó hace años Chanyeol, dudo que pueda oírte desde la universidad.

—No lo sé Sehun. No confió en alguien que debió pactar con satanás.

El pelinegro observó la incertidumbre en los ojos de su amigo, y para reírse un poco más comenzó a comentar en cómo Baekhyun cortaría cada uno de sus dedos si tocaba a su hermana. Baekhyun nunca había sido violento, pero Chanyeol cometió el terrible error de molestarle pensando que Baekhyun era de un curso inferior, y el rubio le cerró la boca de un golpe certero en su mandíbula provocando un miedo y desprecio en Chanyeol cada vez que veía a Byun Baekhyun.

—¿Tú no invitarás a nadie?

—¿Yo? No. No lo creo.

—Bueno, una amiga quiere ir al baile contigo — Chanyeol se encogió de hombros —. Es linda ¿la llevarías?

Sehun miró de soslayo a su amigo, negó con la cabeza.

El pelinegro pensó en decirle la verdad a Chanyeol; en varias ocasiones deseaba comentar con alguien sobre Luhan, pedir algún consejo, tener apoyo cuando él y Luhan discutían, tener a alguien cuando Luhan ocultaba lo suyo hiriendo a Sehun, hundiéndolo en mierda que su corazón no podía conllevar más.

Su mejor amigo era ignorante a todo, aunque todo el mundo lo era, incluso el mismo Sehun ignoraba su propio dolor. No había diferencia.

Sehun se preguntaba si su amigo notaba cuando las cosas iban mal en su vida. Los días donde Luhan lo ignoraba y pasaba horas enteras llamando al mayor para saber de él, y en esos días era cuando Chanyeol tocaba su puerta, trayendo consigo un par de videojuegos y bolsas de comida chatarra, siendo un apoyo para Sehun sin siquiera saberlo. Tal vez sabía algo, o posiblemente no. Sehun tenía curiosidad de saber, pero se quedó en silencio mirando a Chanyeol aproximarse a la hermana de Baekhyun. La joven sonrió exactamente como su hermano cuando notó al más alto aproximarse a ella.





Luhan sostuvo su saco dentro del ascensor, también durante todo el recorrido hasta llegar a la parada de buses. Su fina camisa no ayudaba a protegerlo del frío, pero hoy era uno de esos días donde Luhan deseaba tomar una ducha fría mientras bebía una botella del vino más barato del supermercado. Sería ideal tener una tina en su apartamento, aunque seguramente se hubiera ahogado en ella hace mucho tiempo.

—Te vas a resfriar — murmuró alguien detrás de él.

Sehun lo rodeó con sus brazos dejando que su pecho chocara contra la espalda de Luhan. El contraste de temperaturas fue demasiado brusco, tanto que Sehun siseó por el frío, sintiéndolo como un puñal de hielo contra su pecho.

—Ponte tu saco — pidió Sehun.

—No podré hacerlo si no me sueltas — dijo Luhan en un hilo de voz —. Déjame ir Sehun.

—Pienso que saldrás corriendo apenas te deje ir — unió sus manos en el estómago de Luhan —. Te soltaré cuando llegue el bus, ¿te parece bien?

—Podrían vernos Sehun. Suéltame — la voz de Luhan recobró fuerza y trató de separar las manos de Sehun que mantenían unidos a sus cuerpos.

—¿Y?

—No empieces, suéltame Sehun. ¡Deja de ser un niño y suéltame!

Sehun soltó la cintura del mayor al oírlo gritar. Retrocedió un paso y vislumbró el bus acercándose. Luhan arregló su camisa y subió al bus, sin ponerse su saco, se sentó del lado de la ventana. Miró a Sehun con una mueca en sus labios, y el joven puso el rostro en blanco y pasó de largo, sentándose detrás de Luhan.

Al bajar no se despidió de Sehun. Sin mirar atrás, caminó hacia su condominio.

—Ponte tu jodido saco Luhan.

El mayor soltó las llaves reprimiendo su grito, y antes de voltear Sehun ya estaba levantando las llaves y abriendo su puerta.

Sehun empujó la puerta y luego a Luhan dentro. Se quitó su mochila y su saco, aventándolos en el pasillo, aflojando su corbata que tenía bordado el escudo de su instituto, quitándose sus zapatos, pisando el talón de cada uno tratando de disipar su rabia y desquitarse con sus prendas en el proceso. Cualquiera diría que era casa de ambos por las confianzas que Sehun tomó en tan solo medio año.

Luhan blanqueó los ojos y apoyó su hombro derecho en la pared del pasillo, siguiendo a Sehun con sus ojos café claro por toda la sala.

—Tu madre se preocupará — dijo como forma discreta de echar a Sehun —. No quiero problemas.

—Le diré que estuve con Chanyeol — replicó el menor levantando envases de comida chatarra, tirándolos a la basura con una rabia desconocida.

—¿Y qué le dirás a Chanyeol?

Preguntó Luhan cerrando la puerta, también botando su saco por el pasillo y levantando las cosas del menor, para dárselas, y pedirle sin ninguna cortesía alguna que se largara.

—Luhan, lo que yo haga o diga con el resto del mundo no te interesa en los más mínimo. Pero a mí sí me importa, ¿qué te sucedió? ¿Por qué estás así?
El mayor soltó la mochila de Sehun, suspirando.

—Cosas que tú no entenderías Sehun.

—¿Por qué crees que no entendería?

—Deja de insistir Sehun — masculló frustrado. Empezó a caminar, ahora furioso, por toda la sala sintiendo los ojos de Sehun persiguiendo su miserable existencia —. Vete a casa. Solo tengo problemas en el trabajo, están haciendo recortes de personal. A ti no te parecerá algo serio pero cuando estás solo, sí es algo serio.

Sehun observó a su novio en muchos estados de ánimo, siempre sintiéndose culpable por no poder entenderlo. Su falta de experiencia le impedía comprender varios aspectos de la vida y en vez de ser una ayuda se sentía como un estorbo muchas veces, pero eso sí, a pesar de sentirse de esa forma no podía encontrar el camino de regreso, tampoco pensaba en una salida de la tormenta que era Luhan, creía fervientemente que el tiempo le ayudaría sin notar que… él también se estaba guardando su rabia, sus dudas y miedos. De las muchas cosas que Sehun guardaba en su interior, la principal era preguntarle a Luhan de su vida, en cómo alguien tan brillante acabó en Corea con un trabajo mediocre, por qué tenía tanto miedo de perder su trabajo cuando podría estar en una mejor empresa. Luhan no parecía de la clase obrera, era más inteligente que el mismísimo jefe de su compañía. Nada en él parecía tener sentido una vez que entrabas en su vida.

Sehun intentó tomar su brazo y Luhan sacudió ambos brazos con el rostro lleno de furia.

—¡Déjame en paz! — escupió Luhan antes de meterse en su habitación.

El menor cerró los ojos al oír el portazo y decidió esperar sentado en la puerta. Durante una hora, escuchó la tv a través de la puerta y cuando no oyó sonido alguno giró el pomo, ingresando como si fuese un ladrón cerró con cuidado la puerta detrás de él.

Luhan dormía encorvado en su cama usando su ropa de oficinista, sin cubrirse con nada y con las ventanas abiertas. Sehun cerró las ventanas, deslizó las cortinas, sacó un par de sabanas limpias del armario y guardó las que se hallaban en el suelo. No sintió los ojos de Luhan mirándolo hasta que en la oscuridad notó el brillo de sus ojos al poner las sabanas.

—Perdóname, fui un desconsiderado Lu, pero ¿por qué no me lo dijiste? — dijo sin humor, sin tristeza.

—¿Te quedarás a dormir? — preguntó de pronto. La sabana que le puso Sehun cubría su rostro hasta el puente de su nariz.

—Solo si eso es lo que quieres.

Luhan se recorrió un poco hacia la orilla y Sehun se sentó dándole la espalda a Luhan. Estuvo a punto de comentar algo hasta que sintió el abrazo cálido y repentino por parte de Luhan. Las manos de Luhan acariciaban los costados de su cuerpo, su quijada apoyada en su hombro derecho.

—Te amo Sehun — besó el cuello del menor —. Pero hay cosas que entenderás dentro de mucho tiempo.

—¿Y qué debo hacer hasta entenderlas?

—Solo vive.

El mayor sentía su corazón a punto de explotar en su pecho con cada caricia que le daba a Sehun, sus manos parecían quemarle, necesitaba calmar sus ansias. El pelinegro seguía sentado, sin responder y sin saber que el olor a durazno de su cabello mareaba a Luhan.

El mayor no podría seguir rechazando el cariño, los cuidados, el amor del menor durante mucho tiempo. Tarde o temprano cedería y quizá le revelaría más de su vida.

—¿Podría vivir contigo cuando las entienda?

Luhan odiaba las promesas, porque siempre se rompían y los pedazos se incrustaban en su piel.

—Por supuesto.
Notas finales:

Perdón por los capítulos tan cortos pero cuando hago el "copiar y pegar" desde mi archivo en drive desde el celular se desconfiguran los espacios y todo sale como si fuera uno :'D 

De todas formas, yo tengo el fic terminado desde hace un año prácticamente lol entonces nunca faltará una actualización. 

Actualizaré el sábado ¡Adiós! ~


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