La mente de Yuuri estaba en blanco, las palabras de Ancel le sorprendieron de sobremanera, no sabía que decir. Por alguna razón y su mirada se desvió y noto a un Viktor sorprendido por el rabillo del ojo, se mordió los labios y giro el rostro evitando la mirada celeste de Viktor y chocolate de Ancel.
—yo te estimo mucho, eres una persona genial pero por el momento no puedo aceptar eso, no es tu responsabilidad acerté cargo de un pequeño que no es tuyo.
—no me importa que no se..
—ya te dijo que no.
Se metió una tercera, Yuuri se mordió los labios para no soltar una incoherencia en contra de ese metido.
—Jefe...lo siento pero estoy hablando sobre algo privado con Yuuri, por favor no se meta.
—Me meto por que el hijo que espera Yuuri es MIO.
Dijo eso alto para que no sólo el alemán lo escuchara, sino también todas las otras personas que se encontraban ahí. En un impulso tomó la mano del menor para después traerlo hacia el y robarle un besito pequeño pero no se espero lo que pasó después.
Plaf!!
—NO VUELVA A HACER ESO, NO TIENE EL DERECHO SE HACERLO...
—Yuuri...
—YUURI NADA!!!
El japonés volteó a ver a todos que quitaron la mirada al notar la gélida mirada que les daba Yuuri y les daba miedo verlo así ya que siempre fue un ángel.
Se escucho una risa pero la persona que lo hacía terminó con un golpe en la cabeza.
—callate Ancel que tu también tienes la culpa por estar hablando sobre eso aquí!!.
Yuuri se fue dejando a los dos idiotas con dolor tanto físico como sentimental.
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—JAJAJAJAJAJA...
Se reía con ganas y sosteniendo su estómago cierto rubio.
—Gatito deja de reírte.
—JAJAJ N...NO PUEDO JAJAJJAJ VER ESO FUE TAN CÓMICO JAAJAJA ..
—son idiotas, sólo a ellos se les ocurre molestar a Yuuri, el puede ser un pan de Dios pero cuando se enoja es mejor huir.
La risa estruendosa de Yuri siguió hasta que Otabek lo calló de un beso.
—Maldito deja de callarme de esa forma.
—pero te gusta ¿no?
—¡¡¿¿quien dice que me gusta??!!
Dijo encrispo como gato al escuchar lo que había dicho Otabek.
—bueno entonces no lo hago más.
—¿Ah?
—que ya no te voy a besar más por que no te gusta.
Yuri se mordió los labios pero corrió hacia Otabek tirándose encima de este dándole un beso que dejó descolocado al mayor ya que era un beso con lengua.
Se separaron un poco por la falta de aire, se vieron a los ojos notando el sonrojo del contrario.
—y...yo no dije eso...olvida TODO lo que dije ahorita.
—como desees mi gatito.
Se dieron otro beso pero más suave mientras Otabek abrazaba a Yuri que tenía sus piernas enredadas en la cadera y los brazos en su cuello.
Oyeron en un carraspeo lo cual los hizo separarse del beso, vieron hacia la puerta y casi se les sale el corazón al ver ahí a Nicolai Nikiforov.
Otabek estaba sentado en uno de los sillones de su oficina, se veía sereno pero la verdad es que estaba muerto del miedo por ser visto por aquel señor mayor que imponía autoridad.
—Abuelo....
Nicolai alzó una mano callando a su nieto rubio, que igual que el kazajo, estaba muerto del miedo.
El mayor veía a los dos de forma muy seria que aterraba pero después sonrió grande.
—Jajaja me alegro que al fin Yuri haya encontrado a alguien que lo aguante.
—¡¡abuelo!!
Grito abochornado por las palabras de su abuelo pero sonrió como si le hubieran dado algún regalo y se tiró a su abuelo abrazandolo como Koala.
—gracias por aceptarlo abuelo.
—¿Creias que no lo haría? Es el único que te aguanta y se que te ama por la forma que te ve, llena de amor.
Los dos menores parecían tomates mientras el Nikiforov mayor se reía fuertemente y seguía molestandolos.
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Después de un rato de que Nicolai estuviera hablando con los dos menores salió de esa oficina e iba viendo como la empresa evolucionada pero se detuvo y se escondió detrás de una pared para espiar.
Se podía ver a un Yuuri con los brazos cruzados y a un Ancel de rodillas en el suelo, junto con su mirada en el suelo pero tenía sus brazos extendidos con un ramo de tulipanes amarillos y un cartel enorme que decía perdón.
—haaaaa si tan sólo tu hicieras eso Viktor, así podrías enamorar a Yuuri poco a poco.
El mayor sonrió un poco al ver que el japonés le sonrió al chico después de aceptar las rosas y el cartel.