En una silla se encontraba sentada tranquilamente una chica de piel un bronceada, con un cabello rubio y ojos color café claro, se notaba que tenía buena figura, y más por su 1.69 de altura pero no era de rostro muy agraciado.
Se empezó a escuchar el sonido característico de un teléfono avisando una nueva llamada así que la chica se puso de pie haciendo una mueca.
-¿si?
-Holaaaa Mandyyyyyy!!!
Se escuchó del otro lado de la línea en un grito por lo que la recién nombrada se tuvo que separar un poco del teléfono.
-Me vas a dejar sorda con tus chillidos...Brittany..
Brittany era el nombre de una chica de cabello castaño claro, ojos grandes de color miel, piel blanca, 1.66 y su cuerpo no tan definido, sin muchas curvas.
-¿Qué sucede? te escucho muy feliz
-Ah solo te llamaba para contarte que hoy hicieron reducción de personal.
-¿y eso por que?
-Bueno se hizo uno de las bellas actividades "molesten el puta doncel" pero el jefecito llegó en un mal momento y despidió a algunas secretarias
-pero si tu siempre lo molestas ¿como es que no te han despedido?
-jeje yo hoy no he hecho nada, me salve
-¿tu crees?.... no lo se, es muy sospechoso que a ti no te haya hecho nada siendo la que encabeza el acoso.
-tu tranquila, solo revisaron hoy, además de que no hay problema ya que cierto castaño ya se encargó de robar los videos de seguridad de días atrás.
-de algo sirvió que estuviera ahi jajajaj y bueno ¿como harás ahora para hacerle la vida de cuadritos al doncelucho?
-Ya no me toca a mi, ahora le toca a "él", pasaremos a la fase dos de la venganza
-Eso hay que verlo
Hablaron un poco más hasta que a Britanny la llamaron para que siguiera con su trabajo.
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Ambos donceles se veían fijamente hasta que se escuchó un grito y el rubio se vio apresado por los brazos del japonés.
-Felicidades!!!
El menor le devolvió el abrazo y escondía su rostro en el pecho contrario mientras el mayor le acariciaba el cabello.
-y dime ¿ya se lo dijiste a Ota?
se separó un poco para poder ver al de ojos verdes pero este seguía con su rostro escondido en el pecho pero negaba con su cabeza
-t..tengo miedo.
-¿miedo? Yuri mirame
Colocó sus manos en las mejillas del ruso y lo hizo verlo a los ojos
-No tengas miedo, Otabek te ama y se que sera el hombre más feliz de esta tierra cuando le digas que estas en cinta.
Le sonrio dandole valor, por parte del ruso este tambien sonrio y asintio mientras enredaba sus brazos en el cuello del japones
-Gracias...
El pelinegro iba a seguir hablando pero se escucharon pasos apresurados, para segundos después la puerta ser abierta dando un fuerte portazo
-YUUURII!! ESCUCHAMOS UN GRITO ¿¿QUE PASO?? ¿¿ESTAS BIEN??
Viktor fue el que había entrado acelerado, detrás de él estaba Nikolai, los dos se veían angustiados. Ambos donceles se vieron y después veían a los dos invasores, así estuvieron un par de veces para hasta soltar estruendosas carcajadas dejando a los otros dos confundidos.
-E...estoy bien Viktor jajaja
Dijo entre risas mientras se ponía de pie e iba a caminar hacia el peligris pero la mano de Yuri lo detuvo para luego este lanzarle una almohada al rostro a su hermano.
-Maldito viejo rompiste mi puerta!!!
Los cuatro vieron la puerta y efectivamente, Viktor al haber entrado estrepitosamente y haber dado ese portazo hizo que las bisagras de la puerta se rompieran.
El rubio iba a decirle unas cuantas bellas palabras más a su hermano pero sonrio malevolamente y se giró hacia el ojicafe
-Oye cerdito...
Le llamo la atencion pero no solo la del nombrado obtuvo, sino también la de su hermano y abuelo/padre que estaban de chismosos.
-¿que pasa Yuri?
-¿puedo dormir contigo?
-QUEEEEEE?????
Un grito por parte del de ojos celeste se escuchó pero fue ignorado mientras los donceles seguían hablando
-claro....mmm ¿te puedo decir gatito? esque te pareces a uno
Respondió ya que en esos momentos le estaba acariciando los rubios cabellos y el menor movía la cabeza como si buscara más contacto
-e....esta ...b..bien
Fue lo único que logro decir para después volver a abrazar al cerdito que le seguía dando mimos; Nikolai sonrió al ver a su nieto menor asi y suspiro al ver al mayor en una esquina con un aura decaída.
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Pasaron algunos días, ese día harían una cena los seis, Nikolai, Viktor, Yuuri, Yuri, Yakov y Otabek.
Los cuatro varones se encontraban en la oficina del mayor de todos hablando quien sabe que, ya que los donceles no tenían permitido acercarse por alguna razón pero eso no les importaba ya que estos estaban concentrados más en otra cosa.
-entonces ¿hoy le dirás?
-si....ya deje muchos días que pasarán, tomare tu consejo y se lo diré.
El mayor sonrió maternalmente y le dio un abrazo y después dejo un besito en la frente del menor, ya eran tan cercanos que esas acciones los hacían ver como si fueran madre e hijo.
Decidieron que ya era hora de ir abajo, llegaron a la sala y no había nadie así que fueron a la oficina de Nicolai pero se toparon con los hombres de camino.
Otabek sonrió al ver que Yuri tenía trenzas en su cabello y una sonrisa en el rostro que lo hacía verse angelical.
Viktor sonrió al ver a Yuuri y se acercó a el acariciandole el cabello y la otra mano en la pequeña curvatura que se notaba un poco.
—te has sentido bien?
—si, de alguna forma no he tenido vómitos ni nada de eso.
— que bien!
Sonrió el peliplata con su sonrisa acorazonada que le sacó una sonrisa dulce al japonés.
—pero si ya tenido mareos
Agregó el rubio mientras se deleitaba viendo como el rostro de su hermano pasó de estar feliz a angustiado.
—eh? Estas bien? Te golpeaste? Quieres sentarte? Te llevo al hospital?
Empezó en modo papá gallina, Yuuri por el contrario mató con la mirada a Yuri para después colocar sus manos en las mejillas del ruso mayor.
—estoy bien Viktor, sólo fue un pequeño mareo, es normal
Un suspiro salió de ambos labios al ver que ya estaban tranquilos y después rieron.
Pasaron una cena armoniosa, con burlas del rubio hacia su hermano y este halagando la comida ya que Yuuri fue el que la hizo.
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Estaban en la sala después de la cena, el japonés se acercó al de ojos verdes y le sonrió mientras le daba el gato Siames.
—muy bien mi querido Misho, ahora toca tu parte.
Bajo a su gato y le colocó una bolsita de color café claro amarrada en el collas junto con unas prendas en su interior.
—ve a donde Beka.
El gatito siguió las órdenes de su duelo, camino con toda la tranquilidad del mundo hasta llegar a las piernas del Kazajo, en donde se restregaba y ronroneaba.
Otabek al ver lo que tenía el gato en el collar, lo alzó para tomar la bolsa. Dejo al gato en el sillón de al lado para sacar el contenido, alzó una ceja al ver las prendas.
Un gorrito con la carita de un gatito junto con una bufanda que en las esquinas tenía la marca de patitas de gato, ambas prendas de color gris.
Entrecerro los ojos ya que había algo escrito en la bufanda.
—Mini gatito en camino?
Volteó a ver a Misho con la ceja alzada.
—Eres un gato así que tu no puedes tenerlos...
Abrió los ojos sorprendido para darse vuelta rápidamente, abrió la boca sin poder decir nada ya que veía como SU gatito frotaba una mano en el vientre.
Todos, excepto Yuuri, tenían los ojos abiertos por lo que veían.
Otabek no espero más y corrió hacia su amado, lo abrazo por la cintura para así darle vuelta.
—Te amo, te amo, te amo.
Lo daba besos por todo el rostro mientras una de su mano acariciaba con suavidad el vientre.
—Otabek, espero que te hagas responsable y...
—lo haré, yo cuidaré a mi gatito con mi vida además de que quiero casarme con el.
El rubio vio a los ojos de Otabek mientras se sonrojaba.
—quería preparar algo muy especial. Pero ya que se presentó esta hermosa noticia...
Se separó de su gatito y se hinco con delante de el y de su bolsillo saco una cajita con piel de tigre y la abrió dejando ver el anillo que en vez de tener una joya como normalmente tiene un anillo de compromiso, tenía la cara de un tigre con llena de gemas como si parecieran diamantes.
Llevo sus manos a la boca tapandola mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
—si....SI!
Se iba a tirar hacia Otabek pero este se anticipó a los movimientos de su amado, se puso de pie abrazandolo, le dio un beso dulce para después ponerle el anillo en la mano izquierda.
—te amo.
Dijeron al unísono, se dieron otro beso mientras los demás aplaudían y sonreían.
Por un momento ojos cafés y celestes se toparon, ambos sonrieron logrando que sus corazones latieran rápido.