Yuuri estaba en su habitación, sentado en la cama mientras leía un libro y comía fresas con chocolate.
Sintió una presión en la fresa que tenía en su mano, sonrojándose al ver que Viktor se había comido la mitad de la fruta.
—Hola...
Hablo mientras se iba a comer la fresa pero unos labios se la quitaron de los suyos.
—son mías, si quieres mas ve agarrar a la cocina.
Yuuri sonrió para después de comerse la fresa que le robó a Viktor, le dio un suave beso en los labios, el cual fue devuelto.
Después de aquel día en donde supieron que sería el bebé, pasaron muchos días juntos en donde se conocieron más a fondo, contaron sus secretos, miedos. Llegaron a enamorarse poco a poco.
Su primer beso sucedió en el cumpleaños del japonés, Viktor le había comprado un regalo, se lo había dado pero cuando los dos se movieron terminaron dándose un beso, ahí fue donde ambos comprendieron que estaban enamorados al quedarse viendo el uno al otro sin separarse del suave toque de los labios contrarios.
—mi amado Yuuri, te amo tanto.
El nombrado se sonrojo, ya debería estar acostumbrado pero no podía evitar parecer un adolescente enamorado por su novio.
—y..Yo también.. V..Viktor.
Sonrieron y se besaron mientras acariciaban el vientre abultado de 8 meses y medio entretanto su pequeño pateaba en busca de atención de sus padres.
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Nikolai estaba sentado en su silla revisando algunos papeles cuando recordó algo e inmediatamente mandó a llamar a Viktor, el cual llegó unos minutos después.
—¿Sucede algo?
—si y ahora si que no hay peros
Viktor lo veía con duda y alzó una ceja al ver que el mayor sonreía cada vez más.
—es hora que le pidas matrimonio a Yuuri.
El ojiceleste se sonrojó pero sonrió de forma acorazonada.
—claro que si!!
Salió despavorido de la oficina.
—a donde vas Viktor?
Preguntó un curioso japonés que terminaba de bajar las escaleras.
—Yuuri que te he dicho de bajar solo...
—que no lo haga porque me puedo caer y terminar en el hospital....Me siento bien, no te preocupes.
Se acercó al ruso y le dio un suave beso en los labios, el cual fue devuelto.
—si ya sabes entonces no lo hagas.
Se vieron fijamente para después reír un poco.
—con la pregunta anterior, tengo que ir a hacer unas diligencia, volveré pronto.
Antes de irse Viktor llevó a su amado a la sala donde estaba Yuri y Otabek para que no estuviera sólo.
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Viktor recorría todas las joyerías sin poder decidir qué comprar. Le llegue una idea y llamó a su amigo Chris para que le ayudará.
Espero unos veinte minutos cuando lo vio llegar junto con otro chico pero este era moreno que reconoció.
—Hola Viktor.
—Hola Chris, Pichit
—¿Cómo se conocen?
Preguntó el rubio pero claramente se notaban los celos en su rostro.
El moreno y el ruso se pusieron a reír por la cara del otro.
Unos labios se posaron en la mejilla del suizo.
—tranquilo... conozco a Viktor ya que yo me encontraba en el apartamento con Yuuri cuando le fueron a decir sobre que ya sabían del embarazo.
El peligris asintió pero luego recordó para qué era que el rubio, y también ahora el moreno, estaban ahí, pero antes quería salir de una duda que le estaba rondando su cabeza desde que los vio llegar.
—ahora que lo pienso, ¿Qué pasó con Masumi, Chris?
El rubio y el pelinegro se sonrojaron pero que tomates pero el primero tosio fingidamente.
—¿Para que me llamaste Viktor?
—chicos ayudenme a encontrar una buena joyería para conseguir...
—!!¿¿LE VAS A PEDIR MATRIMONIO A YUURI??!!
Grito el tailandés mientras sus ojos brillaban como nunca y más al ver que el ruso asintió.
—entonces en eso yo soy el especial para elegir.
No dijo más y agarró las manos de los otros para salir corriendo por las calles repletas de gente por ser casi las vísperas de Navidad.
Anduvieron de tienda en tienda, Viktor y Chris escogian algunas opciones de anillos pero Pichit siempre rechazaba esas opciones.
Iban caminando hasta que Pichit soltó un grito y los empujó a dentro de una joyería antigua en donde encontraron el anillo indicado.
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Esa misma dia entre los tres, más Pichit, se encargaron de los preparativos para que hoy mismo ya estuvieran comprometidos.
Viktor llegó rápidamente a su casa, se fue a la habitación que compartían de hace un mes, entró y sonrió al verlo comiendo chocolate.
—más chocolate, Yuuri? En la mañana comiste, no te hará bien.
Caminó hasta sentarse a su lado y tomar un trozo del dulce.
—es muy rico, Viktor, además sólo se me pasa antojando todo lo que tenga que ver con chocolate.
Rieron al mismo tiempo y después y después el ruso tomó la mano del otro.
—Yuuri ven conmigo... Ponte algo abrigado.
—eh? A dónde iremos?
—Sorpresa.
Le guiño para después ayudarlo a ponerse de pie, colocarse ropa más abrigada y salir hacía el auto.
En todo el camino Yuuri trato de sacarle información sobre a donde iban a Viktor pero este parecía una tumba con su silencio.
Llegaron a un bosque muy poco iluminado, salieron del auto y el mayor tomando de la mano al japonés caminaron adentrándose un poco.
—quédate aquí unos minutos Yuuri.
Quería replicar pero no pudo ya que en cuestión de segundo el mayor se había ido.
—Viktor?
Quiso moverse pero no conocía el lugar así que se quedó quieto, por más que había un poco de luz por el atardecer no quería arriesgarse.
Abrió la boca sorprendido ya varias luces se fueron encendiendo poco a poco dejando ver el camino.
Decidido, seguía el camino con una sonrisa, llegó a una parte donde ya no eran luces, eran velas. Subió la mirada hasta ver un kiosco rodeado de rosas blancas y velas, se tapó la boca con las manos ya que en el centro de la infraestructura estaba Viktor vestido con un traje negro.
—Yuuri, amor, ven.
Como si estuviera hipnotizado, llegó al lado se Viktor, no pudo evitar soltar unos pequeños sollozos al ver que este se arrodillaba tomando sus manos.
—comenzamos con el pie izquierdo pero desde el primer momento que vi tus ojos, me quede hipnotizado por ti, en esos ojos que se veía mucha inocencia, nunca te dejaste pisar por nadie, eres dulce, amable, humilde... pasamos por muchos tiempos difíciles y más al no pensar bien qué hacíamos en aquella fiesta pero fue donde hicimos lo más lindo de nuestra vida.
Viktor le dio un besito en el vientre a Yuuri y volvía a subir su mirada.
— los momentos más felices del día es cuando estoy junto a ti, porque es ahí el instante en el que todo es paz y armonía. Me das esa seguridad que necesito para afrontar las adversidades y mantenerme de pie en la lucha por hacer realidad todos mis sueños, Yuuri Katsuki...quieres dejar el Katsuki y pasar a ser Nikiforov? Quieres casarte conmigo?
Preguntó al mismo tiempo que sacaba una cajita azul de terciopelo mostrando un hermoso anillo, arriba tenía una hermosa flor con diamantes y en el centro tenía un diamante celeste.
Yuuri lo único que pudo hacer fue asentir mientras soltaba lágrimas al ver como si amado le colocaba el anillo.
— es el mismo color de tus ojos.
Se quedó admirando la gema del centro hasta que sintió unas manos abrazarle. Devolvió el abrazo y beso al ruso.
— te amo Viktor Nikiforov.
—te amo con todo mi ser, Yuuri pronto Nikiforov.
Rieron y se besaron suave pero apasionado mientras acariciaban el vientre del japonés ya que su bebé se movía.
—Viktor, mi querido dulce ruso lamento interrumpir esto pero... acabo de romper fuente.
—¿Qué? Pero ¡Todavía te faltan dos semanas!
Se quedaron viendo a los ojos pero Yuuri respiraba prolongada para no ponerse histérico pero el dolor que ahora sentía hizo que se agachara un poco mientras llevaba las manos al.vientre.
—Viktor... hospital… AHORA!!
Eso saco de la ensoñación al peliplata y rápidamente tomó en brazos a su prometido para dirigirse al hospital.
En todo el trayecto condujo con cuidado pero aprisa. En ningún momento soltó la mano de Yuuri, daba gracias a su abuelo que le obligó a salir con un auto automático y no manual.
Llegaron al hospital, y como la ultima vez, Viktor desesperado pidiendo doctor.
Le quitaron a Yuuri de los brazos y una enfermera se le acercó. le dijo que en unos momentos que si quería, él también podría entrar con su amado. Por supuesto que acepto
—señor, si gusta usted también puede entrar con él.
—por supuesto! Solo déjeme hacer unas llamadas.
—está bien, cuando el paciente este listo vengo por usted a que se prepare
La mujer lo dejo sólo y el aprovechó de avisarle a su familia y también a Pichit ya que este lo había amenazado que si no le avisaban cuando Yuuri tendría al bebé se la verían con el, y no quería sufrir las consecuencias.
Pasaron unos minutos y la enfermera lo llevó a una habitación en donde se colocó lo necesario para que lo dejarán entrar con Yuuri al quirófano.
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El doctor y las enfermeras trataban de calmar a Yuuri pero este estaba muy nervioso y a punto que le diera un colapso pero de pronto sintió un beso en su frente.
—calma mi cerdito bello, estoy aquí contigo, todo estará bien.
Le habló suave logrando que el otro se relajara.
—Viktor...
Se vieron a los ojos sonriendo. El doctor aprovechó que el doncel estaba distraído y le colocó la anestesia.
—muy bien, vamos a traer a este pequeño al mundo.
Dijo el doctor para comenzar la operación.
En todo momento Viktor y Yuuri no se dejaron de ver a los ojos mientras se decían palabras dulces.
El japonés sonrió un tirón y después un vacío, poco después empezó a llorar al escuchar el llanto de su pequeño.
—Papá quiere cortar el cordón?
El ruso se acercó a donde le dijeron, corto el cordón del bebé, volvió a donde Yuuri esperando que se lo entregaran.
—es un varoncito, Yuuri... tenemos un pequeño niño.
—aquí está la preciosura.
Le entregaron un bultito envuelto en una cobijita blanca a Viktor y este se lo entregó a un cansado Yuuri, entre los dos lo sostuvieron.
No pudieron evitar llorar.
—es hermoso.
—nuestros angelito.
Dijeron para después darse un beso en los labios.