Todos veían enternecidos la imagen que tenían ante ellos. Viktor estaba sentado en la camilla de Yuuri con su rostro recostado en el hombro de este mientras sus manos, una en la cintura del japonés y la otra acariciando la mejilla del pequeño bultito que tenía el menor en brazos. Yuuri también tenía su cabeza apoyada en la del ruso mientras ambos veían al bebé.
El de ojos cafés fue el primero que se dio cuenta que todos los veían desde el marco de la puerta.
—señor Nikolai venga y conozca a su pequeño nietecito.
—un varoncito....
Fue lo que respondió anonadado, ya que no le habían dicho que sería, querían que fuera sorpresa, mientras caminaba sin quitar la mirada del bultito. Llegó al lado se Yuuri y sonrió al mismo tiempo que soltaba algunas lágrimas.
—es una perfecta mezcla entre los dos.
No pudieron más con la curiosidad y los demás se acercaron para ver el nuevo integrante de la familia.
El pequeño Nikiforov, era un bebé de piel blanquecina como la de Viktor, con cabello del mismo tono que el de Yuuri aunque tenía las puntas del cabello grises, sus ojos eran también iguales a los de su padre, de un celeste que parecía el mismo cielo pero eran grandes y denotaban ternura como los de su mami.
—waaaaaa yo quiero también un bebé!!! Chris, Masumi tengamos uno!!!
Grito cierto tailandés sorprendiendo a todos ya que jamás pensaron que estuviera en un trío con los dos suizos.
—jajajaja más adelante pequeño hámster.
Respondió el suizo de cabello castaño mientras les daba un besito en los labios a sus amores.
Salieron de su estupor al escuchar la risilla de Yuuri.
— te lo tenías bien escondido Pichit.
Dijo haciendo sonrojar al tailandés y los suizos.
Yuri no aguantaba más su duda así que se metió en la conversación.
—como se llamará mi pequeño sobrino katsudon, cerdito, viejo?
Pregunto mientras los miraba expectantes, ambos sonrieron antes de decir el nombre de su pequeño angelito.
—Noa, Noa Nikiforov, es la pequeña muestra de nuestro amor y esperanza.
—eso es lo que es lo que significa su nombre, amor y esperanza.
Dijeron primero Yuuri y luego Viktor al mismo tiempo que veían con a amor a su retoño.
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Habían pasado algunos meses, decidieron unirse en matrimonio después de que el rubio diera a luz a su pequeña ya que este los amenazó que no iría a la boda viéndose como una pelota.
—¿Cómo te has sentido gatito?
Pregunto el japonés mientras arrullaba a su pequeño y veía al ruso menor.
—cansado, esta gatita no se deba de mover, hoy ha estado más inquieta de lo normal, creo que me quedaré sin costillas.
—jajajaja será una gata arisca al igual que su mami.
Añadió cierto peligris pero en.vez de recibir la mirada matadora de su hermano o las bellas palabras que siempre decía, recibió un golpe en la cabeza con una cuchara de madera.
—¡Deja de molestar a Yuri, Viktor!
—pero amor....
—amor nada, déjalo en paz.
Amenazó de nuevo para segundos después tararear tranquilo ya que su bebé se removió un poco.
—JAJAJA VIEJO TON AUCHHHHHH!!!
Se escucho el grito por toda la casa, cosa que alarmó al ruso mayor y al japonés pero este último sabía bien por que fue ese alarido.
—Viktor llama una ambulancia ahora! ¡NO! Mejor llevemoslo en auto.
Los sirvientes junto con Viktor ayudaron a subir al rubio al auto para después el chofer acomodarse para manejar ya que por lo visto su jefe mayor quedaría sin cabello por lo fuerte que tiraba de el, el menor.
Yuuri metió las cosas de su bebé, junto con el bolso de Yuri al auto.
Llegaron pronto al hospital en donde al mismo tiempo llegó Otabek ya que fue llamado por el japonés.
Yuri y Otabek entraron al quirófano por unas tres horas hasta que escucharon el llanto de un bebé.
—ya pueden pasar, es hermosa.
Fue lo único que dijo Otabek después de 30 minutos luego del llanto, tenía la mano roja de lo duro que se la había apretado su amado por los nervios.
Nikolai, Yuuri y Viktor pasaron a la habitación donde habían colocado al de ojos verdes.
— les presento a Ayaulym Altin, nuestra pequeña gatita.
Dijo el rubio apenas vio a su familia entrar por la puerta mientras sentía como Otabek besaba su cabello.
La niña era una copia de Yuri, aunque su cabello era más oscuro que su mami pero tenía ese bello esmeralda de ojos.
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Los sirvientes de a mansión Nikiforov se movían de lado a lado, moviendo y ordenando cosas, debían dejara todo impecable y más que ese día se celebraria el día más esperado de todos, el día en donde por fin su jefe Viktor contraeria matrimonio con quien ama.
Un nervioso Yuuri se encontraba en su habitación mientras era peinado por su madre y hermana.
La familia de Yuuri fue informada de los hechos, el embarazo, nacimiento y el matrimonio, después de que Yuuri saliera del hospital y el mismísimo Nikolai fuera por ellos a Japón y los trajera a Rusia.
Al principio estaban muy sorprendidos y algo enojados por que no les avisaron pero apenas vieron la dulzura de nieto en los brazos de su mami, se les derrito el corazón y perdonaron todo.
Faltaban unos minutos para la hora de la boda pero el padre de Yuuri se cruzó de brazos en la puerta no dejando salir a ninguno de su familia.
—¿Papá?
—todavía es muy pronto, no quiero perder a mi pequeño.
Sonrieron los tres integrantes "encerrados", el menor de los Katsuki se acercó a su padre dándole un abrazo fuerte, el cual fue devuelto por el mayor.
—siempre seré tu pequeño papá.
Ambos progenitores y Mari lloraron y abrazaron a su hijo/hermano.
—Toshiya, debemos irnos o Yuuri llegará tarde.
Hablo la mujer después del abrazo pero quedó curiosa al ver que su esposo volvía a cruzar sus brazos.
—no, que se espere, después de todo la novia siempre llega tarde.
—Papá!!
—dije que no, en media hora nos vamos.
—queeeee??!! ¡¡¡¿¿¿Quieres que a Viktor le de un ataque??!! Ya es la hora de la boda, si salimos en media hora llegaremos cuarenta y cinco minutos tarde.... vamonos en quince si?
Hizo ojos de cachorrito, cosa que el mayor no pudo evitar resistirse.
—está bien.
Suspiro y esperaron que pasarán quince minutos para después irse a la Iglesia.
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Viktor estaba con ganas de comerse las uñas, su cerdito no llegaba y tenía miedo que lo dejara plantado.
Una patada en su espalda lo saco de la ensoñación.
—quedate quedito, maldito viejo, el cerdito llegara pronto.
Decía mientras veía a su pequeña en brazos de su abuelo y al pequeño Noa en brazos de Yuko, la amiga del japonés.
El mayor iba a decir algo pero se giró a la entrada de la Iglesia en el momento que la marcha nupcial comenzó.
La respiración de Viktor literalmente se detuvo, no podía dejar de mirar a su amado vestido con un traje blanco, al igual que él y con un velo en su cabeza. Iba agarrado del brazo de su padre.
Los dos japoneses llegaron al frente del ruso y el padre agarro la mano de su hijo y la del ojiesmeralda.
— Viktor, ahora sera tu responsabilidad de cuidar de mi pequeño, el siempre ha sido un ángel, es alguien muy importante ara mi y para mi familia, espero que cumplas.
-No se preocupe señor Katsuki, le juro que protegere y amare con mi vida a Yuuri, el es único.
Con una sonrisa entrego a su hijo menor y se fue a sentar en la banca viendo a su esposa, la cual le devolvió la sonrisa.
-Queridos hermanos, estamos aquí hoy reunidos para celebrar la unión de estas dos personas, Viktor Nikiforov y Yuuri Katsuki.
El sacerdote siguió con la ceremonia, les coloco junto a los padrinos y madrinas de honor, que eran Pichit, Mari, Chris y Otabek, un rosario blanco rodeándolos.
-Así, pues, ya que quieren contraer santo matrimonio, unid vuestras manos, y manifiesten su consentimiento ante Dios y su Iglesia.
Los jóvenes fueron puestos uno en frente al otro y el sacerdote recito las siguiente pregunta.
—Viktor ¿aceptas a Yuuri, como tu esposo, y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad,y, así, amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?
-Si, acepto
—Yuuri ¿aceptas a Viktor, como tu esposo, y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad,y, así, amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?
-Si, acepto
-El Señor confirme con su bondad este consentimiento que han manifestado ente la Iglesia y les otorgue abundante bendición. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. Es hora que digan sus votos y entreguen sus alianzas.
Yuri, que era el que llevaba los anillos, se acercó a la pareja, sonrió a ambos cuando tomaron las alianzas.
Ya después de que se colocarán los anillos, no se podían dejar de ver, estaban impacientes, querían que el sacerdote terminarán para que estuvieran unidos por siempre.
-Si alguien se opone a esta union, que hable ahora o calle para siempre...
—no hay nadie que se oponga, siga!!
Casi que grito enojado Yuri, ya estaba harto de estar tanto tiempo de pie.
-Como no hay nadie que se oponga, puedo decir, puedes besar al novio.
No esperaron más y se dieron un beso suave pero apasionado mientras se besaban y escuchaban los vítores alrededor de ellos.
Se separaron del beso y Viktor alzó en sus brazos a Yuuri mientras se sonreían.
—por fin mio, mi amado Yuuri.
—sólo tuyo, Viktor.
Se dieron otro beso procesando todo el amor que se tenían.