Todos los invitados y los recién casados se movilizaron hacia la mansión Nikiforov, donde sería la celebración del matrimonio.
Se acomodaron en las mesas y aplaudían al momento que la pareja entraba a la pista para dar su primer baile de casados.
Una melodía empezaba a sonar, era una melodía suave hecha por un piano, pronto se escuchó una voz cantar la canción.
Sento una voche che piange lontano
Anche tu sei stato forse abbandonato
Òrsu finisca presto questo calice di vino
Inizio a prepararmi
Adesso fa' silenzio
Viktor y Yuuri bailaban suavemente al son de la canción, no dejaban de verse a los ojos, se perdían el uno al otro.
Con una spada vorrei tagliare
Quelle gole che cantano d'amore
Vorrei serrar nel gelo le mani
Che esprimono quei versi d'ardente passione
Questa storia che senso no ha
Svanirà questa notte assieme alle stelle
Las luces se posaron solo en ellos, dejando ver como se movían con pasos lentos y por todo el salón, en ningún momento soltaba sus manos.
Se potessi verdeti
Dalla speranza nascerà
L'eternità
Stammi vicino
Non te ne andare
Ho paura di perderti
De alguna forma Viktor y Yuuri se sabían la canción, se decían el uno al otro lo que significaba cada palabra de la canción, y con sólo la mirada de decían "quédate a mi lado"
Le tue mani, le tue gambe
Le mie mani, me mie gambe
I battiti del cuore
Si fondono tra loro
Partiamo insieme
Ora sono pronto
No había espacios entre ellos, sus cuerpos estaban pegados. Yuuri tenía su cabeza apoyada en el pecho de su esposo y Viktor tenía su rostro escondido en el hombro de su amado.
Su primer baile había terminado, fueron elogiados por la hermosa escena que hicieron, todos tenían lágrimas en sus ojos mientras aplaudían.
-siento que estoy en un sueño.
Dijo Yuuri mientras abrazaba a Viktor y seguía escondido en el pecho contrario.
-no es un sueño, tu vida real supera tus sueños... tenemos un hermoso hijo, te tengo en mis brazos y nunca te voy a soltar, eres la estrella que siempre soñe, la que robo mi dolor en la mañana que siempre espere. Eres el sol que calienta mi mundo y la luna que me alumbra en la noche. Eres todo lo que siempre e buscado y lo que nunca antes había encontrado.
Hablo el ruso mientras tenía el mentón de su esposo agarrado para que lo viera a los ojos.
Sonrió al ver ese hermoso sonrojo que se posaba en el rostro contrario.
-eres tan hermoso mi Yuuri.
No dejó que el otro hablara, unió sus labios con los contrarios, en un beso suave desmontando todos sus sentimientos.
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La velada era magnífica, todos se divertían y más el grupo de amigos de los recién casados.
Pichit se encargaba junto con Chris a sacarle sonrojos a Masumi diciendo cosas algo pasadas de tono pero estos se calmaron cuando el castaño les dio unas nalgadas y los sentó en sus piernas abrazandolos de las caderas.
Yuri junto con Otabek acariciaban las mejillas de su pequeña, que se encontraba en el porta bebé, junto con Nikolai que le hacía caras a la niña logrando que se riera.
La familia Katsuki estaba en otra mesa bebiendo champagne mientras hablaban pero se notaba que ya estaban un poco ebrios y más el patriarca de la familia, porque este estaba de pie en la silla mientras gritaba.
Yuuri y Viktor se encontraban en otra mesa, con el pequeño Noa en los brazos del primero.
-mi pequeño angelito te quedarás con tu abuelo y tíos para que tu mami y yo disfrutemos de nuestra Luna de miel.
-Viktor! No le digas eso.
Hizo un puchero, el cual fue besado sacándole un sonrojo fuerte ya que escuchaba a su bebé gritar de felicidad y mover sus piecitos.
La noche cayó y todos fueron a descansar y más que cierta pareja de recién casados se irían al siguiente día.
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El ruso y el japonés tenía abrazado a su pequeño, no se querían alejar de él, ya habían tratado pero los ojitos celestes del menor se llenaban de lágrimas al verlos irse, eso hizo que los corazones de la pareja se partieran y regresarán a abrazar y besar la carita de su pequeño.
Yurio suspiro profundo y se acercó a la pareja, les quitó con mucho cuidado a Noa y se acercó a su pequeña.
-pequeño katsudon vamos a jugar con tu primita.
Eso calmó al bebé, el rubio sonrió y le saco la lengua a la pareja mientras se llevaba a los pequeños junto con su prometido.
Se tuvieron a resignar, se volvieron a despedir y ahora sí se fueron directo al aeropuerto a tomar el avión privado.
Llegaron al aeropuerto, no tuvieron que hacer filas, pasaron directamente al andén donde estaba el pedazo de metal volador, como había dicho Yuuri.
Se sentaron al lado del otro mientras iban despegando. En el vuelo Yuuri notaba las intenciones de una de las azafatas para atraer la atención de Viktor, sonrió internamente al ver que este no le hacía caso, pero debía parar las acciones de la mujer.
Llevó su cabello hacia atrás y aprovechando que la azafata ya iba a entrar de nuevo, le quitó la revista a Viktor y la lanzó por ahí para luego sentarse en las piernas de este. Colocó sus manos en el pecho del ruso para irlas subiendo poco a poco hasta enredarlas en el cuello de Viktor.
-ya quiero llegar a nuestro destino, amor.
Dijo mientras se mordía el labio inferior y movía suavemente las caderas sintiendo algo en sus nalgas.
-estás jugando con fuego mi cerdito.
Respondió bajo en el oído del otro, mordió suave ahí escuchando un jadeos de parte de Yuuri logrando excitarlo más de lo que ya estaba.
La mujer que los había visto salió rápidamente de ahí y se tapó la nariz ya que le bajaba un hilo de sangre y sonreía como tonta.
-mi amado japonés, se que te comportas así porque pasó algo...
-no te equivocas, tu eres mio y sólo mío Viktor Nikiforov.
Dijo mientras le tiraba de la corbata del ruso y lo besaba con pasión, metió su lengua en la cavidad contraria tratando de ganar pero la maestría del otro lo venció.
-ten por seguro mi cerdito que apenas lleguemos no saldremos de la habitación y tú no podrás caminar mañana.
Yuuri se sonrojó y volvió a su lugar mientras se mordía los labios, cosa que calentaba más al ruso.
Llegaron a su destino, bajaron del avión y Viktor sostenía la cadera del japonés, que estaba recién despierto y tratando que no le pegara duro el cambio de horarios.
-Viktor, donde estamos?
Pregunto al ver tan lindo lugar, y eso que sólo veía el aeropuerto, el mar y unas montañas.
-En Bora Bora.
-ah ya veo Bora....Bora.....!!¿¿¿Queeeeeee??!!!
Pegó el grito al cielo al saber donde se encontraban.
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Después de que el japonés se calmara fueron a su cabaña, era la última, la del centro, y las más grande.
Yuuri iba viendo por todos lados y frunció el ceño al darse cuenta de algo.
-Vik, se que aquí cuesta mucho por el precio alto pero también sé que llega gente a pesar de eso......¿Por qué no hay más gente?
Pregunto serio ya que una parte de él le decía la respuesta y si así era, su esposo tendría muchos problemas.
Por supuesto que el otro captó la mirada contraria pero sabía que no había otra salida, solo la verdad.
-alquile las otras cabañas para que así no tuviéramos compañía.
-Viktor Nikiforov, el gesto es lindo, no lo niego pero....
Le pegó con la mano en el brazo algo duro.
-!!¿¿COMO SE TE OCURRE GASTAR TANTO DINERO EN ESO???!! NO ERA NECESARIO.
-si lo era, tú eres todo para mi y quiero estar contigo en todo momento a solas....bueno con nuestro pequeño también.
Yuuri lo único que pudo hacer fue darle un beso, sabía bien que no ganaría nada con pelear por eso con Viktor.
Entraron a la cabaña, la inspeccionaron, era hermosa pero la habitación les gustó mucho y más por la vista al mar abierto.
-es muy suave, es rico dormir en un colchón así.
Se estiraba Yuuri en la cama boca abajo pero pronto sintió un peso encima suyo.
-Viktor la cama es otra, no yo.
Rió al sentir los besos en su nuca, mordió sus labios y se dio la vuelta haciendo que Viktor cayera al colchón, aprovechó y se colocó encima de él.
-Viktor, te amo.
- también te amo mi hermoso Yuuri.
Sonrieron y con mucho cuidado se dio la vuelta dejando a un Yuuri sonrojado debajo suyo.
-por fin te podré hacer mío en mis cinco sentidos.
-Eso es lo que yo también quiero Viktor.
Sus labios se unieron en un beso que comenzó suave pero conforme pasaban los segundos se iba haciendo fogoso.
Las manos de ambos no se quedaron quietas, acariciaban los cuerpos contrarios hasta empezar a quitar las prendas poco a poco, quedando desnudos.
Se separaron unos centímetros para apreciar el cuerpo del otro. Para Viktor, Yuuri era su perdición, tenía un cuerpo de ensueño, con curvas que las mujeres envidiarian, además de unas nalgas que ya quería estar entre ellas.
Para Yuuri, Viktor era en definitiva un dios griego, un cuerpo trabajado pero no exagerado, un paquete que quería volver a sentir dentro de él, y también esas nalgas que lo volvían loco.
-pervertido.
Dijeron al mismo tiempo para después reír.
Volvieron a besarse hasta quedar sin aire, después el ruso bajo sus labios por el cuello dejando marcas rojas hasta llegar a los pezones.
-son tan lindos.
Apresó uno con su boca y el otro lo apretaba con sus dedos. La mano libre estaba en el miembro despierto de Yuuri, masturbandolo.
Las manos inquietas del japonés terminaron en la espalda ancha de su ahora esposo, dejaba un poco de arañazos, no podía evitarlo, se sentía muy bien la lengua y dedos del otro jugando con sus pezones, además de la mano traviesa que jugaba con su miembro, aunque de vez en cuando sentía los dedos pasar por encima de su entrada.
-V....Viktor....
Suspiraba el nombre contrario para después tomar los cabellos grises y hacer que sus miradas se toparon.
-Hazme tuyo, amor
-Mi Yuuri, te hare llegar hasta el cielo
Sonrió acorazonado y después de darle un beso bajo hasta la parte baja de su amado, soplo el miembro para empezar a lamerlo mientras escuchaba gemidos. Viktor quería escucharlos más, sonrió en medio de las lamidas para luego bajar su lengua hasta las nalgas de Yuuri, las cuales separó con sus manos, y antes de escuchar una protesta decidió meter su lengua en el ano.
-¡¡¡GYAAAAHHH VIKTORRR!!!
Yuuri estaba muy avergonzado, su rostro estaba rojo, pero aun así le gustaba mucho lo que le estaba haciendo su cónyuge.
Después de unos minutos de jugar con su lengua en el interior cálido de su azabache, decidió meter con cuidado dos dedos de una, por supuesto, recibió a cambio unos fuertes gemidos, pero se notaba que no había nada de dolor en ellos. Pasaron uno minutos de preparación con ya tres dedos, ya no podia esperar mas asi que los sacó y se posiciono en medio de las piernas y encima de su japonés viéndolo a los ojos.
-Yuuri ¿puedo entrar?
-¡No preguntes eso!!.....solo hazlo
Añadió con un gran sonrojo mientras pasaba sus brazos por el cuello del ruso y lo atraía a él para besarlo con pasión y mover sus caderas chocando con la pelvis contraria.
No espero un segundo mas y entro de una sola estocada, pero cuidadoso, dando en el punto P de yuuri desde el principio.
Los gemidos, gruñidos y suspiros se escuchaban por toda la habitación, se amaban como nunca, estaban haciendo el amor. Ninguno de los dos pudo evitar soltar algunas lágrimas, habían deseado unirse desde hace mucho tiempo de forma correcta. De pronto se escucharon los nombres de ambos salir de los labios contrarios al mismo tiempo que se venían.
Se veían a los ojos mientras secaban las lágrimas del contrario y se daban besos cortos.
-Te amo tanto, mi Yuuri
-También te amo, mi Vitya
Sonrieron una vez más para seguidamente el mayor salir del cuerpo debajo suyo, se acostó al lado, soltó una risilla mientras dejaba que su esposo se acomodara encima suyo, acurrucados.
Paso sus brazos por la cadera contraria abrazándolo y escondía su nariz en el cabello azabache y así cerrar los ojos dejándose llevar por los brazos de Morfeo al igual que Yuuri