Yuuri acomodaba sus cosas en el escritorio que estaba un poco desordenado, sonrió al verlo todo en orden.
El teléfono empezó a sonar a su que lo atendió rápidamente.
—necesito que vengas.
Dijo la voz del presiente antes de que el pudiera hablar ya había colgado. Se levantó y se acercó a las puertas de presidencia, tocó suavemente, se escucho un "pase" y entró.
—Mmm... Se me olvidó como te llamas pero no importa, necesito que revises y traslades toda la información de estos documentos al computador.
El pelinegro volvió a ver la montaña de por lo menos unos quince expedientes y esos folders se veian gordos.
Viktor noto una mirada de cansancio en su secretario pero sonrió al ver que la mirada cambio a una determinaba.
—todo lo que necesitas sabes está en un folder azul que está en la gaveta de tu escritorio, ya te puedes ir.
Asintió y agarró los expedientes y se fue de la oficina.
—que interesante eres Katsuki Yuuri, ya veremos cuanto duras aquí cerdito.
***********************************
Las horas pasaban tranquilamente, Yuuri pudo entender bien la información que habías en el folder azul del cual hablaba su jefe, claro que captó que la letra era de su amigo Otabek.
Ya iba revisando el décimo expediente con mucho cuidado cuando noto una persona a su lado.
—lo estas haciendo bien Yuuri, normalmente una secretaria norma iría si acaso por el tercer o cuarto expediente.
—es por que me ayudó mucho la información detallada que dejaste, Ota.
—jajajaja tu eres el único que lo ha entendido bien, las otras secretarías siempre tuvieron problemas.
—es fácil entender, no se por que no pudieron.
—bueno deja eso ya, ¿Me acompañas a comer?
—¿Comer?
Volteo su mirada y abrió los ojos sorprendidos al notar que ya era pasado de medio día.
—no me di cuenta de la hora, déjame avisarle al jefe y vamos.
El kazajo asintió y vio a Yuuri ir a la oficinas de Viktor para después de unos segundos volver a su lado.
—vamos.
Los dos se fueron hablando tranquilamente sin notar una gélida y enfadada mirada verde.
************************************
Volvieron a la oficina antes de que acabará el tiempo establecido para comer, Otabek se fue a su oficina y Yuuri agarró unos documentos que debía entregarle a su jefe.
Se acercó a la puerta y quedó de piedra al oir gemidos agudos provenientes de una mujer, se dio la vuelta rápido pero dejó caer todas las carpetas haciendo un ruido sordo.
Rápidamente empezó a recogerlas pero paró de hacer lo que hacía ya que la puerta enfrente de el se abrió, se quedó viendo unos zapatos negros brillantes y fue subiendo su mirada poco a poco encontrándose con una mirada celeste burlona.
—que hacías? Estabas escuchando como un pervertido?
Dijo cuando se había agachado a la altura de su secretario.
Por supuesto que el pelinegro al escuchar eso se puso serio.
— lo siento señor Nikiforov pero yo no soy un pervertido como otros, sólo venía a que me firmará unos documentos
Una sonrisa ladeado se posó en el rostro de Viktor al ver que su nuevo secretario era una fiera y se divertirnos mucho molestandolo