Takao corrió hacia el callejón de donde había escuchado el grito, pero cuando se estaba por asomar a este
-Que haces aquí?- preguntó una voz firme, era Midorima
-Escuche que alguien grito así que vine a ver qué pasaba- explicó Takao mientras se alejaba del callejón y se acercaba a Midorima
-Ya veo, creo haber escuchado que me llamabas hace un momento- dijo comenzando a caminar lejos de ahí, dejando atrás el cadáver de la chica rubia, la cabeza estaba decapitada y el rostro deformado, tenía varios cortés y estaba en un gran charco de sangre
-Si, verás, como ya sabrás entre a mitad del siglo escolar, y el profesor dijo que eras el mejor de la clase, así que me preguntaba si podrías pasarme los apuntes- le pidió mirándolo a los ojos con una sonrisa
-Supongo que está bien, ven, vayamos a mi casa, será más cómodo- le sugirió y ambos comenzaron a caminar
-Y que pasó con la chica rubia que iba contigo? Era tu novia?- le pregunto curioso
-No realmente, es una amiga, la acompañe a su casa, pero decidió volver sola a medio camino- explicó en completa calma
-Ya veo, parecían bastante cercanos...- murmuró en voz baja
Cuando al fin llegaron, ambos entraron a la casa de Midorima, era moderna y bastante espaciosa
-Vaya, bonito lugar- halagó Takao
-Gracias...- agradeció y fue a la cocina para volver con dos tazas de té
-Vives solo?- le preguntó el pelinegro al ver que no había otro sonido y apenas y había fotos
-Si, empecé a vivir solo desde los 15, no me gusta mucho depender de alguien- comento con una expresión fría
-Ya veo... Yo eh comenzado a vivir solo apenas hace 1 semana- le dijo con una sonrisa.
Y después de un rato, Midorima trajo sus libros y libretas, con los cuales le paso los apuntes y explicó algunos temas al pelinegro.
Al final, la noche cayó y Takao tuvo que regresar, pues sería muy peligroso regresar de noche y solo
Por otro lado, Kuroko se encontraba mirando por el balcón de su habitación, hasta que vio una silueta llamar su atención
-Alguien trabajando tan tarde?- se preguntó mientras se dirigía a la puerta de su habitación, esta estaba cerrada por fuera, como ya era costumbre para el
-Tsk, que tontería- murmuro, pues no se le tenia permitido salir de su habitación pasadas las 10:30, y por ordenes de sus padres el debía quedarse encerrado
-Ahhh!!!- un grito se escucho de el patio.
Kuroko corrió al balcón y vio la misma silueta de antes mientras arrastraba el cuerpo de una mujer que reconoció como su ama de llaves.
Kuroko sintió temor, pero una extraña atracción hacia esa silueta, por un lado, quería correr y esconderse, pero por otro, quería acercarse a ese extraño, saber quien era...
Decidido, tomo las sabanas de su cama y las ató firmemente, para luego amarrarlas al balcón y empezar a bajar por ellas, pero cuando estaba por llegar al piso, el nudo se desato y el muchacho cayó, para su suerte, sobre unos arbustos, pero llamó la atención de cierta silueta
-Quien anda ahí?!- pregunto la voz y Kuroko vio como sacaba un gran cuchillo y sintió un escalofrío recorrer su espalda- Se que estas ahí, y si no quieres que sea peor, será mejor que salgas
Kuroko se quedo quieto en su lugar, poniendo sus manos sobre su boca, en un intento de acallar su agitada respiración.
De repente, sintió como era jalado por el hombro y sacado de detrás de los arbustos, y cuando vio quien había sido, se topo con una silueta enmascarada, pero pudo ver sus ojos, rojos como la sangre, con un brillo salvaje y terrorífico, algo que lo cautivo y lo dejo hipnotizado
Pero el no había sido el único, el hombre enmascarado, también quedo encantado por los ojos del otro, con una mano lo sujetaba por el hombro, y con la otra sujetaba un cuchillo
-Será un desperdicio apagar tus bellos ojos, pero no tengo opción, ya has visto demasiado- murmuro el de ojos rojos
-Entiendo...pero no quiero morir- le respondió Kuroko, sorprendiendo al otro- Aun hay cosas que quiero conocer y descubrir, es cierto que tendré muchos lujos, y puedo obtener lo que quiera con solo pedirlo, pero yo no quiero eso, quiero sentir ese agradable sentimiento, ese con el que se te calienta el corazón y te sientes querido y necesitado por alguien, te sientes importante...- le dijo Kuroko mientras ponía una mano en su pecho
-Amor...?- murmuro extrañado el hombre
-Supongo, yo no conozco ese sentimiento, y quiero creer que existe, por eso, no puedo dejar que me mates, no, a menos que descubra que realmente nadie me necesita- respondió con determinación y con un rápido movimiento se soltó del hombre y corrió lejos de el
-GUARDIAS!!!- grito a todo pulmón mientras el otro hombre corría detrás de el
-Kuroko-sama!- exclamo una voz y varios guardias rodearon rápidamente a Kuroko y el otro hombre no tuvo de otra mas que irse rápidamente, perdiéndose en la oscuridad de la noche-
-Que paso aquí?- preguntó el mayordomo saliendo de la mansión junto a otros trabajadores
-Oh por dios, llamaré a una ambulancia- dijo una mujer al ver el cuerpo de la ama de llaves
-Se encuentra bien Kuroko-sama?- preguntó el mayordomo
-Si, estoy bien, por ahora quiero volver a dormir- dijo y se fue de ahí a su cuarto, donde cada vez que cerraba los ojos, recordaba esa mirada salvaje de color carmesí
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Por otro lado, a la mañana siguiente, en una cafetería
-Te digo Kiyoshi, es probable que sean más de un asesino- sugirió Nijimura mientras terminaba de comer lo que se encontraba en su plato
-Espera!!!- grito el castaño de repente viendo hacia la ventana
-Que pasa?- preguntó curioso
-Ese ser....Debe ser la criatura más bella que haya pisado la tierra!!!- exclamó Kyoshi atontado viendo a un chico de cabello negro y ojos grises
-Así que vas a coquetear le a un extraño?- se burló Nijimura al ver como el otro se disponía a ir con el
-Puede que estemos destinados a estar juntos, y si dejo pasar esta oportunidad nunca lo sabré!- exclamó y salió corriendo
-Vaya tipo- suspiro con una sonrisa el pelinegro
-Tu amigo es medio suicida?- preguntó uno de los meseros mientras limpiaba el plato vacío, tenía el cabello plateado y los ojos grises
-De que hablas?- preguntó burlón
-Digamos que eligió una mala presa, la última vez que alguien salió con Hanamiya termino con una deuda de 30,000 y una pierna rota- explicó con una sonrisa, la cual fue devuelta por Nijimura
-Porque no te sientas y me cuentas más de eso- sugirió sonriendo
-Bueno, creo que si me lo pide un oficial no puedo negarme- respondió con una sonrisa pícara mientras se sentaba junto a él
Y fue aquel día en el que se conocieron, sin saber que les esperaría, quién diría que todo acabaría así...
-Ven conmigo, te enseñaré lo que es amor...
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-Dije que no me gusta depender de alguien, pero ahora dependo de ti para vivir...
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-Si es así...tal vez solo deberías acabar conmigo, no?
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-Tu...jamás podrías amar a alguien como yo...
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