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Segundas oportunidades por Ncox

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Notas del capitulo:

Yu Gi Oh no me pertenece.

De hecho, una vez tuvo que quitarle el plato al oji carmesí porque no le quiso hacer caso, aunque ya le hubiera explicado las consecuencias de esto, así que gruñendo y bufando se había levantado y se fue a lavar las manos.

“Sabes lo que ocurrirá si no lo haces Kura, solo te tomará unos momentos” y de nueva cuenta el mayor se levantó bufando y se fue a lavar las manos, cuando volvió todo estaba listo.

La noche continuó como cualquier otra, como Ryou le dijo Bakura durmió con él para ayudarlo en caso de que tuviera una pesadilla, esto era parte del tratamiento de todas formas, el oji esmeralda ayudaría al mayor a aprender a calmarse en estas situaciones, esperaba que los resultados comenzaran a surtir efecto pronto.

 

La semana había pasado y el día del inicio de le “terapia” había llegado, era de noche, las 7:54pm para ser exactos, los albinos habían cenado ya, en todo el día desde que Ryou llegó del colegio no se había tocado el tema de la “terapia” por lo que el mayor supuso que este lo había olvidado y por esto estaba un poco aliviado, pues aún no le gustaba mucho la idea de tener que contar su oscuro pasado, aún no tenía sueño y normalmente se quedaba viendo televisión un rato desde que descubrió que pasaban películas de terror a las 8:30pm, más como dormía con su hikari por el momento, ya no se quedaba hasta muy tarde pues cuando entraba a la cama por más silencioso y sin muchos movimientos, sabía que su luz se despertaba aunque no abriera los ojos o dijera nada y se desvelaba ( ósea que se le quitaba el sueño y no podía dormir)por lo que se volvía a dormir hasta mucho rato después, lo que le provocaba que en la mañana cuando se levantara para el colegio tuviera sueño y falta de energía y llegara a dormir y pasara tiempo con él como lo hacían comúnmente.

El mayor sabía que iba a lamentar perderse las películas de hoy, pero con tal de no hacerle recordar a Ryou el tema valdría la pena, el oscuro se dirigió a las escaleras para subirlas cuando escuchó “¿Adónde vas?” era el oji esmeralda, se encogió y cerró el ojo derecho apretando la mandíbula dejando ver sus dientes, el pie que estaba destinado a ponerse en el primer escalón estaba en el aire.

“No creas que eh olvidado que hoy empezaríamos con la “terapia” así que si estas intentando escapar no va a funcionar” habló el peli blanco menor, quien estaba de brazos cruzados, una ceja arqueada y apoyado en el marco de la puerta de la cocina.

 Bakura abrió lentamente el ojo al mismo tiempo que iba volteando su cabeza a Ryou y su pie bajaba a la misma velocidad de sus otras extremidades “Por supuesto que no, yo solo iba aaaaaaa… ¡al baño! Sí, iba al baño antes de que comience la película ¿o no me dejaras verla?”

“Claro que te voy a dejar verla, pero si a las 9:30 en punto no ha terminado lo siento mucho, pero al igual tendrás que subir para comenzar ¿de acuerdo?” Le dijo Ryou a su yami, quien asintió y subió.

Los orbes carmesíes veían subir los créditos de la película que acababa de ver, los orbes se posaron sobre el reloj que yacía sobre el televisor, eran las 9:30 en punto, “genial” pensó sarcásticamente el peliblanco que estaba sentado sobre el sofá de la sala, sin muchas ganas el oscuro apagó el televisor y se levantó para después estirarse un poco, aún sin ganas se levantó y subió las escaleras lentamente, llegó a la puerta entre abierta del cuarto de hikari y toco.

“Adelante” Escuchó el mayor del otro lado de la puerta entró y se dirigió a la cama de alter-ego dónde este ya estaba allí sentado de piernas cruzadas esperándolo.

Bakura supuso que también debía hacer lo mismo así que se sentó al frente de su contra parte, quien lo miraba todo el tiempo a los ojos “¿Estás listo?” le preguntó a su yami.

 El yami no estaba del todo seguro más asintió lentamente para darle el inicio al otro.

“Bien, quiero que estés lo más rejado que pueda, recuerda que cuando quieras parar un momento solo debes decírmelo y te daré un tiempo de reflexión ¿de acuerdo?” Le mencionó Ryou al oscuro quien solo volvió a asentir.

“Ok, empezaremos con lo que menos te perturbe, dime ¿Qué es lo menos que te perturbe de tu pasado que puedas recordar?” Inició Ryou la “terapia” de su yami.

Los orbes carmesíes se desviaron de los esmeralda y la cara de Bakura puso una expresión pensativa, no estaba seguro de que era lo que recordaba con menos pesar de toda su vida “Hmmm… no lo sé, me han pasado cosas que a ningún niño le deberían de pasar”

“Entonces yo te preguntaré y tú me dirás que tan traumante fue para ti, será una selección por descarte” Le explicó Ryou a su “paciente”

Volvió a asentir el oscuro en “acuerdo” con el otro “¿Qué tal mmm… tu primer robo?”

Bakura entrecerró los ojos de inmediato y dijo “Está bien supongo”

El mayor suspiró, cerró los ojos decir “Fue… una semana después de lo de Kul Elna, 9 años tenía en aquel entonces, no había comido nada desde entonces, por lo que si no conseguía nada en ese momento posiblemente moriría en dos días como mucho y apenas si había conseguido algo de agua, estaba muy débil, yo… estaba en un callejón descansando del intenso calor, sentía que me desmayaría si no comía algo pronto, volteé la cara cara hacía mi izquierda y vi que al final del callejón, saliendo de este justo al frente había un pequeño puesto de frutas, se notaba que era mercancía nueva, pues se veían muy jugosas o bueno… la verdad no recuerdo si las vi así por el hambre o no sé, simplemente me levanté caminé hacía el puesto y observe como cualquier otro cliente y entonces cuidadosamente tomé una asegurándome que nadie me había visto y me fui pensando que al fin podría comer algo ese día, posiblemente en toda esa semana sería lo único que comería, pero todo lo bueno tiene su final… al parecer alguien si me vio y como siempre hacían, comenzó a gritar que me había robado algo del puesto, que era un ladrón y me atraparan. Uno de los dueños me comenzó a perseguir, así que comencé a huir lógicamente, pero estaba muy débil por no haber comido, unos guardias que estaban por allí cerca también me comenzaron a perseguir, le rogaba a Ra que si me atrapaban que fueran los guardias quienes lo hicieran, pues la gente común podía dar peores castigos que los guardias, pues sabía que solo me encerrarían por una noche, pero la otra gente llegaba a golpear, azotar e incluso cortar las manos al ladrón sin importar su edad, corrí hasta salir de la ciudad, seguí corriendo por el desierto sin dirección alguna, perdí a los guardias, pero no a mi perseguidor original, tropecé bajando una duna, me agarró, pasó mis manos delante de mi cuerpo y las ató, me volvió a lanzar a suelo boca abajo y entonces comenzó…” apretó las manos y frunció aún más el ceño con los ojos cerrado todavía.

Ryou notó lo extremadamente tenso que se puso, vio a su contraparte oscura apretar los puños con extremada fuerza haciéndolos temblar por la tensión generada en ellos, se sentó de manera recta, inflando el pecho el cual, subía y bajaba de manera irregular, sus hombros se ensancharon y entonces lo entendió, Bakura estaba queriendo parecer más grande, más fuerte por el hecho de sentirse amenazado nuevamente, los recuerdos lo estaban consumiendo lentamente, estaba muy metido en ellos.

“Me azotó una y otra vez hasta que el sol se puso o al menos recuerdo haber despertado en ese entonces, pues del dolor me había desmayado, no podía moverme, sentía la sangre aún recorrer todo mi cuerpo, mis manos seguían atadas, sabía que la carne se había desprendido del hueso, que mi espalda estaba hecha añicos, me resigné a morir allí, si no moría desangrado, la sangre atraería a los coyotes y si de milagro eso no pasaba, lo haría por una infección en las heridas o por el intenso frío de la noche, me volví a desmayar para despertar en la madrugada, estaba helado, me sorprendí al ver que no tenía hipotermia aún, a como pude me levante y no sé porque pero caminé y caminé por el desierto, no sé tampoco si fue obra de Ra o de alguien más, pero encontré un cueva oculta en una duna, no, la cueva era la duna, era camuflada por las infinitas arenas, entré y me quedé allí el resto de la noche, no pude dormir debido al dolor y a todas las veces que fui azotado me acostumbré a acostarme boca abajo y dormir así, pues la heridas no dejaban pudiera reposar la espalda… ese fue mi primer robo y mi primer castigo…” Relato Bakura aún perdido en sus pensamientos lo cual se afirmaba al ver su expresión ida y perdida que tenía al abrir los ojos.

“¿Qué sientes cuanto recuerdas esto?” Le preguntó el menor a su yami.

Los orbes carmesíes se entrecerraron un poco aún en su estado ido y dijo de manera perdida también “Siento… enojo, mucha tristeza, me siento…aturdido… a veces… a veces me pregunto ¿porqué no me dejé morir cuando tuve la oportunidad? ¿porqué no me dejé atrapar por los guardias del faraón aquella vez? Me hubiera evitado el vivir en dolor, odio, rencor, tristeza y soledad por milenios y el resto de mi vida, hubiera evitado los demás hechos que terminarían de arruinar mi vida, me arrepiento con toda mi alma de haber nacido…” se desahogó el oscuro con una voz completamente ida.

 “¡No vuelvas a pensar ni decir eso nunca más Bakura! ¡¿me oyes?! NUNCA” Le regañó y reprochó Ryou a Bakura, quien pareció regresar de su viaje a sus dolorosos recuerdos, pues volvió su mirada a las esmeraldas de Ryou con los ojos abiertos y cejas arqueadas por la sorpresa de que su hikari le hablara así, su boca estaba entreabierta pero no sabía que decir.

El albino más joven tenía el ceño fruncido y la mandíbula apretada dejando ver sus dientes, agarraba sus rodillas con fuerza, se veía algo enojado…no, no solo eso, también dolido y angustiado.

“¡Sé que tu experiencia de vida no fue la mejor de todas, pero no tienes que pensar así Bakura! ¡TU VALES MUCHO, MÁS DE LO QUE PIENSAS!” Siguió diciendo con voz elevada el oji esmeralda.

Las emociones dentro del contrario oscuro eran una tormenta, estaba enojado, triste y aturdido por recordar ese episodio de su vida, pero también lo estaba porque creía que Ryou ahora no lo entendía, no entendía lo que sentía y pensaba, pero tampoco quería dejarse llevar por lo que sentía porque sabía que si se dejaba llevar más por el enojo discutiría con su hikari y le diría algo que lo hiriera y lo hiciera sentir mal, luego sentiría remordimiento, pero su orgullo no lo dejaría disculparse y no quería que su lado más ligero se enojara con él, no después de haber aceptado sus sentimientos por él, además de que sabía que esto lo estaba haciendo porque quería hacer lo que nunca nadie hizo por él, ayudarlo… pero necesitaba decir lo que sentía y pensaba de todo esto.

“¡No es solo eso Ryou, todo lo que hice para obtener mi venganza, para vengar a mi gente NO SIRVIÓ DE NADA, NO SIRVIÓ DE NADA RENUNCÍAR A EMPEZAR DE NUEVO AL SEGUIR SIENDO JOVEN, NO SIRVIÓ DE NADA VENDER MI HUMANIDAD Y MI ALMA PARA TENER EL PODER SUFICIENTE PARA LOGRAR MI OBJETIVO, LAS VIDAS DE QUIENES ASESINÉ NO FUERON PARA NADA…” Se desahogó Bakura con una expresión de dolor y enojo, sus ojos estaban muy abiertos, sus cejas arqueadas pero fruncidas, sus dientes se dejaban ver por la presión que había en ellos, parecía que iba a explotar en cualquier momento.

Ryou se relajó más, pero en sus ojos aún había angustia “Sé que te duele lo que pasó, que hallas fallado en tu intento de devolverles el honor y dignidad a tu pueblo, pero no puedes vivir en el pasado Kura, tienes una segunda oportunidad de volver a empezar, no la desperdicies nuevamente, puedes tener todo aquello que se te fue arrebatado, incluso una nueva familia, podrás empezar tu propia familia si así deseas, el linaje de Kul Elna, la sangre de tu pueblo volverá a correr por las venas de otros, ¿no deseas eso acaso? ¿no deseas encontrar la felicidad? Déjame ayudarte, a ayudarte a ti mismo, porque puede que tu misión y felicidad no estuvieras destinadas a estar en las antiguas arenas del Cairo, sino en una ciudad, milenios más adelante, déjame demostrarte que todo lo que pasó, que todo lo que hiciste SÍ valió la pena y que tu verdadero destino está aquí”

El joven de ojos esmeraldas llevó sus manos a la cara de su contrario y se fue acerando lentamente al oscuro, quien comenzó a levantar sus defensas corporales, ensanchando los hombros y elevando las manos con las palmas abiertas haciendo saber al otro que no debía acercarse, el más joven comenzó a bajar sus manos al cuello del otro para que se arrastraran por este y seguir su camino por la espalda del mayor de los peliblancos, este comenzó a alejarse haciendo su espalda hacía atrás, pero su hikari se movía más rápido, pues no era él quien estaba saliendo de un shock y un “pequeño” ataque de ansiedad, sus cuerpos se terminaron de juntar quedando en un abrazo apretado por parte de Ryou, mientras que Bakura seguía sin saber cómo reaccionar, sus defensas y orgullo le decían que se alejara, que no podía permitir tal acercamiento, le gritaba que era peligro, pero sus sentimientos y cuerpo le decían lo contrario, que se acercara y que estaría a salvo.

Hacia milenios que no era abrazado, el ultimo abrazo que Bakura había recibido fue el de su madre antes de que lo dejara ir diciéndole que huyera… fue el fatídico día en que la vio por última vez, su shock parecía estar desvaneciéndose, pues parpadeaba con más normalidad, su ceño se fruncía por la extrañes de la situación, la boca se le cerraba lentamente mientras los fornidos brazos se arrastraban por los costados de la espalda de Ryou comenzando a corresponderlo, cuando el oji carmesí estaba seguro de lo que hacía apretó el abrazo y enterró la cara del lado derecho del cuello del otro, en el hueco que se creaba en la unión del cuello y los hombros, su cara estaba enterrada en algunos cabellos nieve del otro.

Estuvieron así hasta que el mayor de los albinos sintió algo con una pequeña punta cerca de su cara, levantó una ceja extrañado y se alejó solo unos centímetros, corrió el cabello del otro para revelar un pequeño trozo de acrílico negro con punta al final o al menos esa era la descripción que Bakura podía dar del extraño que traspasaba la oreja de su hikari. N/A: Así pero un poco más delgado, si no les gusta que lo lleve pues… bueno y si no también xD solo ignoren esta parte y ya, Ryou es joven hay razón para que le guste este tipo de cosas “¡AYYY! Ezke el ez hinozemteeee… i no tiene xq uzar ezo bla bla y más bla” xD no es un diño es un adolescente de casi 17 años (amo su inocencia 17 años jaja) repito es normal que le guste este tipo de cosas y sí, estoy usando la época actual en este fic por si no se han dado cuenta y VUELVO A REPETIR si no les gusta IGNORENLO Y YA (acercándose la arena viene ya “tiri titiriti” quien entendió entendió xD )  quiero cambiar un poco la temática cliché en que cayó el tender, por ejemplo con que Bakura siempre le hace daño a Ryou y de un pronto a otro ya están juntos o que Ryou depende de otros para que lo defiendan y así.

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Ryou se dio cuenta de que su oscuro había descubierto su expansión, pero por su expresión era obvio que no tenía idea de lo que era “¿Qué ocurre?” le preguntó al más grande.

“¿Qué… que es esto?” El oscuro señaló el objeto que atravesaba el final de la oreja de Ryou, se enderezó para ver a la cara al oji esmeralda esperando una respuesta.

“Oh ¿esto?” pregunto el albino menor tocándose la oreja perforada, a lo que el oji carmesí asintió.

“Es una expansión o perforación como algunos lo llaman” respondió Ryou a la duda del yami, pero entonces le surgió otra.

“¿Y para que sirve?” Preguntó de nuevo Bakura interesado en la “expansión”

“Amm, bueno en realidad es solo por estética” Respondió de manera simple el peliblanco más joven.

“¿Y cómo te lo hiciste?” Realmente le parecía algo muy interesante a Bakura

“Fui a una tienda donde los hacen, con una aguja esterilizada te traspasan el lugar más blando de la oreja y con otros objetos te van expandiendo el agujero y después te ponen la expansión que quieras, hay algunas que dejan ver el agujero o solo son redondas como un arete, pero esas no me gustan así que me puse esta de 5 mm que no era ni muy grande ni muy pequeña después de la primera que me puse.” Le explicó Ryou a su yami que ahora parecía… ¿preocupado?

“¿No te dolió y no te duele ahorita?” Siguió preguntando el más grande, esto ya no le estaba pareciendo tan bueno eh interesante.

“Durante el procedimiento duele un poco, pero después el dolor desaparece y no, ahorita ya no duele, como dije el dolor desapareció, ahora solo debo limpiarla todos los días para que no se infecte la oreja, no es nada complicado” Volvió a seguir explicando el hikari a su yami, quien seguía curioso.

“¿Tienes la otra?” Preguntó intrigado Bakura, a lo que el otro asintió y se dirigió a su mesita de noche, donde saco una caja y volvió con el yami.

“Tengo otras dos, esta https://dilataciones.com/338-home_default/dilatador-expander-oreja-fluorescente-colores.jpg que es fluorescente y brilla en la oscuridad, ten mira” Ryou le dio la expansión a su contra parte, quien la puso entre sus manos para hacer la suficiente oscuridad como para ver la luminosidad que salía del objeto.

“Y esta, que fue la primera que tuve como ya te dije.” El más joven le volvió a extender otra expansión mientras la otra era regresada a la caja de donde salió. N/A: Es la negra con punta celeste https://mlm-s1-p.mlstatic.com/177201-MLM20295707528_052015-C.jpg

“Esta es más delgada” Notó la contra parte oscura del hikari.

“Sí, como dije fue la primera que tuve, pero cuando quise ponerme la fluorescente me tuve que expandir un poco más” Terminó de explicar Ryou quien volvió a guardar sus antiguas expansiones cuando el yami le devolvió la última.

“Se que ya pregunté mucho, pero… ¿Cuándo te lo hiciste? Cuando estuve en tu cuerpo no estaba allí, estoy seguro” Dijo extrañado Bakura, estaba seguro de que el niño que solía ser su hikari (Lo seguía siendo, pero tenía que admitir que había cambiado y crecido desde entonces) no tenía esa “perforación” cuando residía en su cuerpo.

“Me lo hice unas semanas antes de que volvieras, me expandí más cuando nos empezábamos a llevar mejor, sí por ahí de ese tiempo y me compré esta hace una semana” Respondió Ryou a la última duda de su yami, a veces le parecía que su contra parte tenía la curiosidad de un niño.

“¿Porqué no te das un baño tranquilo para que te relajes por completo después de esta “sesión” que tuvimos hoy? Usa mi baño si gustas” Volvió a hablar el peliblanco más joven.

“Claro” dijo de manera simple el oji carmesí quien se levantó de la cama y se dirigió al baño que estaba en la habitación de su luz, la cual tenía bañera con ducha, nunca había usado una bañera, pero por los recuerdos adquiridos sabía cómo usarla. Tapo la salida del agua y comenzó a llenar la bañera, cuando estuvo lista a la temperatura adecuada se comenzó a desvestir y se metió al agua, se puso cómodo y cerró los ojos. Los parpados se abrieron lentamente dejando ver los rubíes del mayor, se dio cuenta de que el agua se estaba enfriando lo que significaba que se había quedado dormido por un buen rato, estaba totalmente relajado, tal y como Ryou le había dicho al oscuro, salió del agua, agarro una toalla y se secó el cuerpo, para que después el yami dejara correr el agua por el drenaje de la bañera, se vistió y salió del baño al cuarto del peliblanco más joven quien estaba terminado de dejar su mochila lista para el día siguiente.

“Con esa cara de sueño deduzco que te quedaste dormido ¿no es así?” Dijo con gracia el de ojos esmeralda comenzando a caminar hacía su cama.

“No pensé que relajara tanto” Dijo Bakura dirigiéndose también a su lado de la cama quitándose la camisa.

“Y es mejor cuando usas los aceites para baño adecuados” Habló con algo de cansancio Ryou, terminándose de acomodar en la cama.

“La próxima vez los usaré, buenas noches yadonushi” Dijo por última vez en la noche el peliblanco mayor.

“Buenas… noches” Se despidió prácticamente dormido la contraparte del oscuro yami.

Había sido un duro comienzo con la “rehabilitación” de Bakura y se suponía que esto era lo de menor nivel, Ryou no se quería imaginar cómo se pondría y lo difícil que sería revivir la masacre de Kul Elna para Bakura, pero el hikari estaba dispuesto a ayudarlo por cuanto tiempo fuera necesario pues quería hacerle recuperar a su yami todo lo perdido y quitarle todo lo malo que le fue dado.


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